Tres días después.
—¡Fletcher, Fletcher! —Exclama una voz emocionada desde afuera de la oficina del alfa —¡Mira!.
Las puertas que custodian la entrada de la oficina del alfa se abren de para en par para dejar ver a un Omega con los ojos iluminados por la felicidad y el entusiasmo.
—¡Mira lo que encontré! — En sus manos envuelve una caracola de mar, la sostiene firmemente para evitar que se caiga y se rompa, la cuida cuál precioso tesoro.
La caracola es color blanco y tiene una tonalidad azul grisácea en los bordes y una textura grumosa, con forma cónica y aunque mide apenas seis centímetros, luce realmente hermosa...
—¡A ver, a ver! —Exclama con entusiasmo al ver la felicidad y emoción del Omega —¿Qué encontraste cariño? — El chico de los ojos de cristal camina en dirección al gran alfa y rodea el escritorio que le impide llegar hasta su objetivo.
Cuando llega frente al el alfa abre sus manos que mantenían la caracola escondida cuál tesoro pirata y muestra la preciosa coraza. Las pequeñas manos de Alex hacen que la caracola se vea un poco grande ante los ojos del alfa.
—Es realmente hermosa...—Con cariño, el gran alfa palmea ligeramente sus piernas incitando a Alex a sentarse. El omega no duda en sentarse en el regazo de su compañero para acomodarse a descansar un poco. Cuando el chico estuvo sobre sus piernas lo sostuvo con cuidado y le enredo las manos sobre el abdomen para acariciar el nido de tulipán.
—¿Dónde la encontraste?
—Estaba en la orilla de la playa —El alfa se da una tremenda cachetada mental al escucharse a sí mismo preguntar "¿Dónde la encontraste?" Era más que obvio que si Alex había encontrado la caracola era por qué había ido a la playa.
El alfa no pudo sonrojarse hasta las orejas.
—¿Qué te gustaría hacer con ella? —Pregunta el alfa disimuladamente.
—No lo sé... —Hace un leve puchero de preocupación, como si la pregunta fuese la pregunta más difícil de contestar en el mundo —No quiero que se quede en el frasco de conchas y caracolas, es muy bonita para dejarla allí...
El frasco de conchas y caracolas es el nombre que le pusieron a lo que es una pecera de vidrio redonda que está situada en la orilla frontal del lado derecho del escritorio del alfa, cada caracola con un patrón anormal, exótico o inusual que Alex encuentra termina en "El frasco de conchas y caracolas".
Lo que inicio con una conchita con patrones inusuales y hermosos ahora era una tradición. Pues de las decenas de caracolas que Alex encontraba en cada viaje a la playa, solo una podía ir a casa con él.
—¡Ya sé! —Envuelve aún más los brazos sobre el abdomen de su amado y lo deja acurrucarse cómodamente sobre su pecho, a modo que la oreja de Alex escucha los reconfortantes latidos de Fletcher retumbar en sus oídos. —Que tal sí... Enviamos tu caracola con alguien que pueda convertirla en un collar.
La idea le gusto al instante y con un constante movimiento de su cabeza de arriba hacia abajo dio por aprobada la idea del alfa.
—Cariño... —Murmura el Omega con el rostro un poco rojo debido a su larga tarde en la playa bajo los rayos del sol o los nervios que experimenta siempre antes de hacer una petición... —¿Podríamos cenar juntos? Ya sabes... Una cita —Y se hace bolita al sentir la vergüenza, recorrerle el rostro y teñirle los pómulos aún más de rosa —Hoy era tu día libre, pero sigues trabajando...
Y tiene razón.
Fletcher últimamente ha tenido demasiado trabajo extra, y desde el día siguiente al Baby Shower el alfa no ha podido ir a dormir por las noches debido al exceso de trabajo, y lamentablemente deja abandonado a Alex en la habitación, incluso varias noches seguidas.
A Alex no le gusta dormir solo, tampoco le gusta comer sin la presencia del alfa, así que, cuando más se sintió abandonado, decidió ir a comer a la oficina del alfa, mientras él come, el alfa trabaja, pero al menos no está solo...
—Perdóname —Besa la frente de su preciado Omega y decide dar explicaciones concretas sobre su ausencia —Una manada requiere de mi presencia —Suspira totalmente agotado— Cada año es una tradición asistir a esa manada para celebrar la luna roja. Temo que tengo que irme unos días, por eso tengo tanto trabajo, debo adelantar todo mi trabajo y dejar todo ordenado para que no se presenten problemas mientras yo no estoy, o en dado caso de que haya problemas, puedan resolverlo rápidamente...
—Fletcher, yo entiendo eso... Pero apenas y duermes, podrías colapsar —Aprieta sus manos contra el pecho del alfa de manera suplicante— Solo estoy preocupado por ti... —Aunque las intenciones del Omega no son interrumpir el trabajo del alfa, si la salud de Fletcher se ve comprometida, también se ve obligado a interrumpir aquellas labores, incluso si es solo una excusa para poder estar más tiempo junto al alfa.
—Lamento hacerte sentir así, cariño... —Se recarga en la silla de oficina y se toma un descanso para darle a Alex la atención que merece —Hoy terminaré mi trabajo y podremos cenar juntos ¿Qué te gustaría cenar? —Alex levanta la cabeza y mira ala alfa con emoción.
—Milanesa de pollo, espagueti-
—Verde y puré de papa —Completa la oración de manera graciosa y ambos ríen muy acaramelados, era obvio que Alex pediría tal comida, es su comida favorita —Pediré que cocinen eso para ti está noche.
—¡Y fresas con crema!
—Y Fresas con crema también —Si Fletcher pudiese describir la felicidad en su pecho, sabría a la perfección que no existen tales palabras, la felicidad, el amor, la confianza que construyeron durante meses y meses es totalmente armónica.
Una relación de respeto, dónde ambos toman en cuenta sus sentimientos y se respetan mutuamente, dónde todo fluye de manera natural. Dónde ya no existe el caos y las pesadillas de Alex quedaron en el pasado. Un presente en dónde Decker Raxton ya no existe, ni siquiera en sus sueños...
—Y... —Cuando Alex estuvo dispuesto a pedir otro postre de una manera un poco dudosa, Fletcher tuvo que adelantarse
—No —Y sonrió al sentir los puños de Alex apretarse ligeramente —No comerás nada de chocolate esta semana, has comido mucho dulce estos días, tulipán podría nacer diabético si sigues así.
—Es por su bien —Murmura Mark
—Dice Mark que es por tu bien —Y Alex se da por vencido. No puede negar que comió chocolates a escondidas y que estuvo mal, pero son sus antojos.
—¡Pero es que son mis antojos de embarazoo! —Con la mano en la frente haciéndose el sufrido dijo; —Moriré si no como por lo menos un pedazo de brownie...
—Que exagerado —Ríe el alfa ante el comportamiento de Alex y suspira dándose por vencido — Te dare un pedazo de brownie, pero solo una pequeña porción después de la cena, y solo si terminas toda tu comida.
—¡Si, si, sii! —Celebro ante su victoria muy feliz y mostró una sonrisa gingival — ¡Gracias! —Abrazo al rubio por el cuello y restregó su mejilla contra la del alfa mostrando afecto.
—Pero quiero algo a cambio —El festejo se detiene de golpe, Alex sabe muy bien que es lo que quiere el alfa, así que levanta sus manos y aprisiona el rostro del rubio entre sus manos con determinación.
Los ojos azul cristal del alfa se abren un poco ante el movimiento y luego se cierran con lentitud mientras espera el contacto de sus labios con los del castaño.
Álex se acerca y cierra los ojos con ansias esperando sentir los cálidos labios del alfa. Se abalanza con determinación y muerde levemente el labio inferior del alfa, incitándolo, es algo que sabe que le gusta mucho a Fletcher, lo provoca demasiado.
EL alfa no lo pudo soportar mucho y tomo a Alex de la cintura para acomodarlo frente a él con cada una de sus piernas a su costado, cuidando sobre todo no separarse mucho del beso o de lastimar el nido de tulipán.
Luego, lo sostuvo de la cintura y lo atrajo hacia él, desea seguir probando los labios del Omega.
El sabor de aquellos labios regordetes es muy similar al de la miel, desbordan una dulzura inexplicable, y Fletcher siente que realmente es adicto a ese sabor tan extaciante. Los labios de Alex son como una droga. Una droga que parece incitarlo a volverse loco.
Cuando el castaño se separó del beso recostó su cabeza entre el cuello del alfa y se acurrucó. Está cansado, el simple hecho de levantarse y cargar con el peso de Tulipán es agotador, sus piernas apenas acaban de recuperarse y no debe exigirse mucho. Además, camino por la costa un buen rato y siente que pronto se le cerrarán los ojos, incluso si no quiere.
—Realmente no puedes estar lejos de Fletcher, ¿Verdad? —La voz un tanto burlona de una mujer se hace escuchar en la oficina, y una cabellera pelirroja acompañada de una tez blanca se hacen visibles desde el marco de la puerta.
—Kiara... ¿Cómo estuvo su viaje? —Kiara, la Ex's prometida de Fletcher fue quien acompaño a Alex a su viaje a la playa, su estómago de cuatro meses de embarazo es más pronunciada y el vestido blanco holgado le remarca la pancita de una manera angelical.
—Muy bien, teníamos pensado quedarnos un poco más, pero debido a que no estabas tú, Alex y yo decidimos regresar.
La chica que en un principio parecía mala, no lo fue...
Incluso Fletcher recuerda con claridad la segunda vez que Alex y ella se conocieron. La chica yacía en el kiosco del jardín mirando las hojas del hermoso arce que daba sombra sobre el kiosco, mira el gigantesco árbol de 22 metros de altura y observa con atención como las hojas que se han tornado rojas durante el otoño y en el invierno caen una por una, el invierno que apenas ha durado la mitad, y hace que los días sean fríos, así que la chica cubre su cuerpo con un suéter ligero y un vestido blanco.
Cuando estuvieron cerca, la chica volteó su mirada y dijo;
—"¿Él es...?" —Pregunto un poco confundida y nerviosa.
—"Mi pareja, el amor de mi vida" —El alfa dijo aquello con tal firmeza, que parecía estar demandando darle su lugar a Alex en ese momento. Como si desease ahuyentarla de allí, como sí... Ella fuese un impedimento para su nueva relación.
No quería que aquel chico con un rostro asustado y un cuerpo débil y demacrado tuviese una inseguridad más agregada a su lista de preocupaciones, así que hizo lo que creyó correcto.
—"Hola..." —Se acercó a Alex, que yacía sentado en la silla de ruedas con una expresión un tanto confundida y se arrodilló, por un lado —"Me llamo Kiara, es un gusto conocerte"
El alfa se impactó ante la reacción de su Ex's prometida y se quedó estático durante unos segundos, sin poder articular palabras.
—"Escucha... Yo fui la Ex's prometida de Fletcher hace un tiempo, me casé con otro hombre, pero me fue infiel..." —Ríe un poco nerviosa y sigue hablando —"Este bebé no es de Fletcher, y no estoy aquí para tratar de volver con él... Solo que, mi familia me dio la espalda y no sabía a dónde ir"
Alex entendió rápidamente la situación y no vio a Kiara cuál amenaza. Es más, se sintió extrañamente identificado con ella. Está sola, fue abandonada y también tiene a su propio tulipán...
Ella debe estar triste, asustada, y desconcertada. Ella necesita compañía, y Alex estaba dispuesto a ayudar en lo que pudiera...
Tomo las frías manos de Kiara entre las suyas y les dio un cálido beso.
—"Lamento mucho lo que te sucedió..." —Hablo con palabras que salieron directo desde su corazón y mostró total empatía —"Pase por algo similar y sé cuan difícil puede ser..."
Fletcher observo con asombro la reacción de Alex ante las palabras de Kiara, creyó que tal vez no le gustaría verla, y de ser así, la habría mandado a vivir a otro lugar. Pero parece que estuvo totalmente equivocado.
La chica, ante la calidez de aquellas palabras, sintió sus ojos acuarse, era la primera persona que le decía tales palabras...
—"G-gracias" —Su voz tembló y rápidamente se limpió las lágrimas que aparecían en sus ojos. Luego, se aclaró la garganta y cambio de tema —"Escuché que Fletcher mando a plantar decenas de flores en este jardín únicamente para que pudieras verlas, así que me retiro... Contempla con tranquilidad el amor que Fletcher muestra por ti"
La chica se levantó dispuesta a marcharse y dejar a Fletcher y Alex tranquilos, pero fue detenida por el castaño, quien le sostuvo la manga del suéter y Murmuro;
—"¿Te gustaría quedarte?"
Fue el inicio de una bella amistad...
Ahora, la chica y Alex conviven con regularidad como si fueran buenos amigos y comparten secretos entre "Futuras madres"
—Lamento no haber ido, tenía mucho trabajo — Se disculpa el alfa y asiente con la cabeza de manera lenta, como diciendo; "Gracias" luego, la chica hace el mismo gesto en silencio; "De nada" y se retira de manera silenciosa, busca dejar a Fletcher y a su pareja a solas.
—Vallamos a dormir un rato —El alfa aún teniendo al Omega sobre su regazo acomodo unos cuántos papeles para guardarlos en un cajón debajo del escritorio. Tiene en mente recostarse lo que resta de la tarde hasta la hora de la cena y luego seguir trabajando —Volveré en la noche a terminar mi trabajo. Mañana por la tarde iré a otra manada.
—Nooo —Se quejó rápidamente el pequeño Omega sobre su regazo y alejo la cabeza del cuello del alfa, la noticia le llegó sin previo aviso —¿Cuánto tiempo te irás?
—No lo sé... Pero me iré mañana mismo en la tarde —Y Alex se sintió extrañamente triste y frustrado, la noticia de su partida había llegado tan inesperadamente que lo dejo sin habla.
—No te vayas —Hizo un puchero y aparto la mirada del alfa, no quiere mirarlo a los ojos, sabe que al alfa le encanta ver sus ojos, así que es como una especie de castigo, cuando Fletcher debe irse incluso durante unas cuantas horas suele hacer eso esperando que el alfa cambie de opinión, aunque nunca funciona suele obtener dulces como regalo por parte del alfa como premio de consolación.
Es como un pequeño berrinche muy tierno ante los ojos del alfa, y, aunque sabe perfectamente que Alex, con solo pedírselo obtendrá comida, prefiere hace un pequeño berrinche, solo para Jugar un rato con el alfa.
Ante los ojos del rubio, cualquier berrinche y puchero son totalmente encantadores.
—Me iré únicamente unos días —Triste con la idea de dejar solo a su Omega le acaricio el rostro —Mírame cariño...
—No... —Cerro los ojos y aparto el rostro totalmente lejos del campo de visión del alfa —No quiero que te vayas... La última vez estuviste diez días fuera —Arrastro las palabras casi en un hilo de voz.
—Amor... Mírame —Alex negó rotundamente, e incluso, se cruzó de brazos. —Cariño... Si me miras te daré dos porciones de brownies.
Y Alex no pudo seguir con su berrinche. Abrió los ojos y con lentitud miro al alfa.
—Tramposo —Se quejó.
—Solamente iré cuatro días —El de cabellos rubios le sostuvo las mejillas y las acaricio —Volveré antes de lo que canta un gallo y me quedaré aquí hasta que nuestro bebé nazca.
—No quiero... Déjame ir contigo, por favooor —Suplico con sus ojitos de cachorro y el alfa negó con la cabeza—Me portaré bien, lo prometo. Seré bueno.
—No es que no quiera llevarte, pero el viaje es largo y cansado, son varias horas en auto y...
—Me gusta viajar en auto. Y además quiero conocer otra manada, ¿Andale si? Tulipán y yo nos sentiremos solos sin ti —Suplico y se acurrucó contra el pecho del alfa —Por favooor
Esas palabras tienen cierto impacto en Fletcher, es cierto que no quiere dejarlos solos, ni siquiera por cuatro días, pero, puede ser peligrosos para el bebé, el viaje es muy largo.
—¿Siii? —Realmente no puede contra la actitud tan encantadora de Alex y suspiro un poco frustrado.
—Bien... —Arrastro las palabras y se dio por vencido —Solo por qué tampoco quiero dejarte solo aquí, no soportaría estar sin ti.
—¡Sii! —Se emocionó tanto que abrazo a su pareja por el cuello y le plantó besos en las mejillas repetidas veces —¿Hasta dónde iremos? ¿A cuál manada?
—A la manada Ny—Y fue interrumpido por un repentino quejido de Alex.
—El bebé... —Se separó del alfa y le tomo la mano para ponerla sobre su estómago esperando ser acariciado—Creo que le gusta estar cerca de su papá.
El alfa río y juntó sus frentes.
—A papá también le gusta estar cerca de tulipán, papá está feliz de tener un hijo tan inteligente y cariñoso como tulipán...
—Y nosotros amamos a papá
Cuando ambos separaron sus frentes, el alfa sostuvo al Omega entre sus brazos y con cuidado se levantó de la silla, coloco sus manos en las posaderas del castaño y dejo que este enredase sus piernas al rededor, como un koala.
—Descansa cariño, yo te llevaré hasta la habitación, debes descansar. Mañana será un día largo... —Luego de escuchar que sería llevado hasta la habitación, coloco sus brazos alrededor del cuello del mayor y lo abrazo manteniendo el nido de Tulipán protegido. Poco después, el cansancio lo abatió y callo en brazos de Morfeo...