Mire con atención el diario, al abrirlo no había nada, todas las páginas se encontraban en blanco, esto era tan estresante.
Esperaba que Remus si estuviera con Tonks y su próximo pequeño, mire a detalle el reloj de doce manecillas.
— ¿Qué sucederá...cuando todo pase?
— Lo que tenga que suceder. – respondió mirando sus pergaminos.
— Pero....señor...– hablo la chica rogando que la mirará y así fue — ¿No sucederá nada malo?
— No puedo darte respuesta, no puedo prometerte algo que no puedo cumplir o este a mi alcance.
— ¿Qué hay...qué hay de mi familia?
— ¿Qué sucede con tu familia, Aly?
— Aún no me da respuesta, quiero decir...¿En verdad soy una Potter? Sabe...no dejo de pensar en lo que Peter dijo, es tan....¿Y si Harry no es mi hermano?
— Lo sea o no lo sea, siempre lo será.
Lo sea o no lo sea, siempre lo será...jamás había logrado comprender aquellas palabras, hasta ahora, y tenía razón.
— Con delicadeza. – mire a Hermione, se divertía con Ron, este era muy torpe con sus dedos que le costaba dar unas buenas notas.
Y cuando pase a mi hermano, se sentía tan bien, verlo ahí, pensando en todas las tragedias que le han sucedido, jamás comprenderé como puede con tanto.
Sin darse cuenta tenía sonrisa viendo a su hermano jugar con la snitch, paso su mirada a aquellos artefactos que le habían dado, no podía comprender que hacer.
— ¿Qué hay de Harry? ¿Qué se supone que le diré?
— Nada, no le dirás nada, eso sucederá cuando sea el momento.– el anciano guardo silencio mientras miraba el cielo estrellado. — Siempre te han gustado las estrellas, es como si te relajaran. Recuerdo aún cuando en tu primer año descubriste la torre de astronomía, jamás dejaste de venir aquí. Bueno así fue hasta que Draco Malfoy comenzó a utilizarla, aún no comprendo.
— Cuando yo la descubrí sentí que todo era tan tranquilo, como si no tuviera que oír lo que decían de mis padres, de Harry...era tan aliviador y no me hubiera agradado que cuando por fin siento paz, alguien hubiera llegado para intentar hacerme compañía o algo por el estilo. Y bueno...ya era momento de que por fin alguien pudiera sentirlo, y bueno...Draco necesita ma esa paz que yo...
— Te preocupas demasiado por ese chico.
— No lo hago...solo que yo quisiera que cuando me sentía mal alguien me comprendiera, ser hermana mayor es como...no tener alguien a quien contarle como te sientes y...ser hijo único no puedo imaginarlo.
El anciano miraba sonriente a la chica, la había visto crecer y le dolía que desde los trece años tuviera que agobiarla con tantas cosas del mundo mágico, ella era como luz en el mundo, pero muchas veces la luz necesita oscuridad y tarde o temprano ella la descubriría.
— Siempre me ha gustado su reloj, es tan...¿Curioso?
— Sabrás todo cuando en verdad debas saberlo. – dijo mientras abrazaba fuertemente a la chica que se debilitaba en sus brazos sintiéndose en un lugar acogedor.
Ron estaba delante de mi, y cuando se percató de que lo miraba, me sonrió.
— Vamos, luego será el momento en que puedas descubrir porque te lo dio.
Me ayudó a levantarme y caminamos a la cocina donde ya estaba Harry, Hermione, Kreacher, Dobby y Fletcher.
— Dobby vio a Kreacher en el callejón diagón, y a Dobby le pareció curioso y..y..y luego Dobby escucho a Kreacher mencionar el nombre de Harry Potter.
— Si, si, ya...– Kreacher estaba por pasar pero Dobby hizo que esté se quedará nuevamente atrás para el seguir hablando, mire a Ron divertida a lo que el estaba sonriendo con diversión.
—Lugo Dobby vio a Kreacher hablando con el ladrón...
— ¡No soy ladrón! Bocón cara de...– todos le miraron y personalmente tenía las ganas de extrangularlo, para después Ron tomarme del brazo. — Rata... soy un proveedor, de cosas...maravillosas.
— Eres un ladrón, todos lo saben.
— Seguro que de cosas maravillosas será, pero el mérito se lo llevan los dueños, maldito idiota.
— Amo Weasley, que gusto verlo de nuevo.– dijo estirandole la mano.
— Lindos zapatos. – Dobby me miró estrechandome la mano con una enorme sonrisa. Cuando parecía hablar, Fletcher había tirado algo.
— Escuchen, tenía miedo esa noche ¿Entienden? ¿Fue mi culpa que Ojo loco se cayera de su escoba?
Cuando vi ya se encontraba tirado y Kreacher le picaba con....en realidad no se que era pero se veía divertido.
— Tu...
— Di la verdad.
— Cuando entraste aquí a robar, y no lo niegues... ¿Hayaste un guardapelo, cierto?
— ¿Por qué? ¿Era valioso? – Kreacher no dejaba de picarlo y no paraba de causarme gracia, seguro era un momento serio, pero ese era mi don. Reírme en momentos serios. Yo quería pasar, quería un turno para picarlo.
— ¿Aún lo tienes?
— Le preocupa que no hayan pagado lo suficiente.
— Tuve que regalarlo, si...ahí estaba, vendiendo mis cosas en el callejón diagón, cuando una vieja del ministerio me pidió mi licencia. Dijo que iba a encerrarme, y lo hubiera hecho, si no le hubiera tanto el guardapelo.
— ¿Quién era? ¿La bruja, lo sabes?
— No...– se quedó mirando el profeta a lo que yo hice lo mismo y rode los ojos.
— Mierda....– se agachó a tomarlo y lo miro bien para después hablar.
— Es ella...¡Miren! Usaba el mismo moño. – los cuatro chicos cruzaron miradas, la Potter miró su mano derecha, se veía terrible por aquellas cicatriz.
EL MINISTERIO BUSCA REFORMA EDUCATIVA .
[......]
Luego de semanas por planear todo, estaba esperando a que Ron y Harry volvieran, esto era un poco incómodo, pues no hablaba tanto con Hermione desde lo de la cafetería.
— ¿Cuando volverás a hablarme? – levanté la mirada mientras mordía un palillo y sonreí abiertamente negando.
— ¿Yo por qué siempre debo iniciar la conversación? ¿Por qué no intentaste tu hablarme?
— Lo he...– le mire con ambas cejas alzadas y se rindió negando. — Está bien, no lo he hecho, pero es que...¿Por que querías hacer aquello?
— Porque son distintos tiempos, mi hermano querrá no utilizar maldiciones ni nada de eso, pero yo no soy él, jamás terminaremos bien si no nos matan, o los matamos, no se puede solucionar con un Expelliarmus, o un desmaius.
— Solo... prométeme que no lo harás delante mío.
— No puedo prometerte algo que no cumplir.
— Por favor...–Alyssa se acercó abrazándola por la cintura, acercándola a ella, la beso con necesidad, era como si de sus labios dependiera.
— Lo intentaré. – dijo separándose un poco y después dejar un pequeño beso en sus labios, se alejo sentándose en el suelo junto con las otras tres personas. — ¿Que hay amigo?
— Aly...– me gire mirando a mi hermano que sonreía. — ¿Que haces?
— Charlando con mi amigo, nada más que ya se durmió en mis brazos. ¿Verdad? – dijo empujando al hombre que se le caía la cabeza en su hombro, los tres amigos rieron negando por las ocurrencias de la chica.
— Pues tu amigo deberá dormir un rato más, levántate de ahí.– me estrecho su mano para ayudarme a levantarme, exagerando me aventé a ella para besarla apasionadamente. — Podrás hacerlo en otro momento y disfrutarlo mucho mejor, pero ahora debemos entrar. – me separé asintiendo pero ella volvió a acercarme para besarme con desesperación.
— Eh...será luego, ahora andando. – dijo Ron y mire a los que habían traído.
— Pido a esa de ahí, viene de traje y hace mucho que no utilizo trajes.– sentí al fuerte mirada de Hermione y sonreí. — O elige tu primero, amor.
Esta sonrió y se encogió de hombros, a ella le daba igual.
_ Bien, no olviden lo que dijimos, no hablen con alguien si no es completamente necesario, traten de actuar normal. Hagan lo mismo que los demás, así con un poco de suerte entraremos, y luego...– le extendió la poción multijugos que era para cada quien, la tomaron a la misma vez y comenzaron a vestirse.
— Se pondrá difícil.
— Exactamente
— Si...esto es una verdadera, locura.
— El mundo está loco, vamos, tenemos que hayar un Horrocrux.
— Mira que está señora a pesar de ser señora, tiene un hermoso cuerpo. – Hermione rió negando mientras aquellos chicos por curiosidad miraron y negaron con una sonrisa divertida.
Salieron del lugar y caminaron a los baño, la Potter caminaba como si nada pero noto a ellos tensos y todo los ojos.
Se separaron pues en caballeros y damas, estás caminaron un poco más lejos y entraron en distintos baños.
— Jean...– murmuré, ¿Que se supone que debía hacer? Solo era un inodoro.
— ¿Qué?
— ¿Estás arriba del inodoro? – pregunté con asco y ví como rodaba los ojos con una sonrisa. — Con esa tonta sonrisa harás que me suba el inodoro y te bese.
— Pues te tengo una buena noticia y una mala, si te podras subir. – eso hice y ella sonrió. — Pero ahora jala y lo harás en otro momento.
Sentí que me empujaba haciendo que mis pies cayeran en el agua, pero estos ni siquiera se mojaron. Oí que tocaban la puerta e hice lo que me dijo.
Entonces pronto vi el ministerio, estaba repleto de gente camine y la estatua era distinta, era horrible al entenderla.
— Sabes me debes algo.
— No. Debiste ver tu cara.
— Está bien, pero déjame decirte que me da asco besarte ahorita mismo, eres...alguien más, y ya no te vez tan hermosa.
— ¿No que era fea? – sonreí pero pronto se me fueron las ideas para intentar distraerla, así que miró lo del centro.
— ¿No son...? – ese era ¿Harry? Si Harry, ese era Harry.
— Si, Muggles. Cómo....les gustaría tenerlos.
— Oigan, me está dando miedo...
— ¿Cuánto dijiste que durará el efecto de la poción multijugos, Hermione?
— No lo dije. – estaba por entrelazar mi mano con la suya pero cerré los ojos fuertemente al saber que no podía, señale con la cabeza el elevador y subimos, se notaban muy tensos.
Una vez que subimos y el elevador estaba por hacer lo suyo, alguien lo detuvo.
— Cattermole.– joder...¿Quién de nosotros era Cattermole? —Sigue lloviendo en mi oficina, ya son dos días. – pronto compré di que se trataba de Ron pues era al único que miraba.
— ¿Intenta con un paraguas? – me mantuve con seriedad ¿Pero que mierda había sido eso? Tenia las ganas de reírme, odiaba que siempre que debía mantenerme con seriedad, sentía la necesidad de reírme.
— Sabes que voy hacia abajo, ¿No Cattermole?
— ¿Abajo? – pregunto con nerviosismo, pero algo asustado, y asustado.
— A interrogar a tu esposa. – mierda, pobre Ron, le habían tocado problemas con su persona. — Mira, si la pureza de la sangre de mi esposa estuviera en duda y el jefe del departamento de seguridad mágica, necesitará una reparación, creo que la haría mi prioridad. Tiene suba hora. Tremblay...
Le regrese el asentimiento y el elevador avanzaba, me tomé de lo de arriba y sentí que Hermione entrelazaba su mano con la mía.
— Ay por dios, ¿Que voy a hacer? Mi esposa está sola haya abajo.
— Ron...tu no tienes esposa.
— Ah si...– reí ganando que Hermione me pegará levemente en la pierna.
— Nivel dos– hablo la voz del elevador.
— ¿Cómo detengo la lluvia?
— Prueba con...Finite Incantatem – sugirió Hermione.
— Departamento de Seguridad Mágica y del Uso Indebido de la Magia.
— Es tu piso Ron. – le informo Hermione al pelirrojo.
— Finite Incantatem, ajá...¿Y si no funciona? – sonreí riendo ligeramente mientras el elevador volvía a bajar o a subir, ya ni sabía.
— Nivel uno, Ministerio de la Magia y Personal de Apoyo.–
— Yo digo que si no vemos a Umbridge en una hora, busquemos a Ron y volvamos otro día ¿Si?
— Si...
Pero justo en el momento en que las puertas del elevador se abrieron, ahí estaba ella, era tan insoportable con tan solo verla. Pero fue más cuando comenzó a hablar.
— Ah, Mafalda. Travers te envío eh, bien, iremos a abajo.
¿Que hacía? ¿Bajaba con ellas? ¿Me salía del elevador? Es que diablos, no había investigado nada de las personas a las que íbamos a transformarnos.
— Albert, ¿No vas a salir?– entonces al igual que Harry salí. — ¿A dónde vas Danell?
Danell Tremblay eh, que bien suena aquel nombre sin embargo no tenía de otra más que seguir caminando, así es, ignore nuevamente a Umbridge.
Y seguí a Harry donde fuera que quería ir, aunque me sentía mal por haber dejado a Hermione ahí, esperaba que Harry no tardará tanto para bajar de inmediato por ella.