Florecer | KOOKMIN |

FLORITOPIA

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KOOKMIN | Érase hace una vez un chico que no miraba a los ojos. Que la gente no veía y tampoco escuchaba Éra... Еще

PREFACIO
PRIMERA PARTE: Narcisos
1. JUNGKOOK
2. JIMIN
3. JUNGKOOK
5. JUNGKOOK
6. JIMIN
7. JUNGKOOK
8. JIMIN
9. JIMIN
10. JUNGKOOK
SEGUNDA PARTE: Camelias
11. JIMIN
12. JUNGKOOK
13. JUNGKOOK
14. JIMIN
15. JUNGKOOK
16. JIMIN
17. JUNGKOOK
18. JIMIN
19. JUNGKOOK
20. JIMIN
TERCERA PARTE: Rosas
21. JIMIN
22. JUNGKOOK
23. JIMIN
24. JUNGKOOK
25. JIMIN
26. JUNGKOOK
27. JIMIN
28. JUNGKOOK
29. JIMIN
30. JUNGKOOK
31. JUNGKOOK
32. JUNGKOOK
EPÍLOGO
NOTA FINAL

4. JIMIN

714 128 40
FLORITOPIA

[You're On Your Own, Kid, Taylor Swift]

El sudor se deslizó de su frente causándole desagrado, con un suspiro cansado volvió a empujar el enorme tronco de madera. Taehyung, desde lo alto de la escalera, jadeaba por aire sin poder tirar una vez más. El árbol se tambaleó, pero Jimin fue lo suficientemente rápido para lograr estabilizarlo, ¿A quién se le ocurrió pedirle un árbol de tamaño real como escenografía?

Volvió a empujar al árbol artificial, malditamente parecido a uno real, pero no logró avanzar ni un centímetro.

—Esto es ridículo —se quejó Taehyung—. Nunca llegaremos.

—No pierdas la fe —le respondió Jimin, aunque el mismo ya no estaba seguro. Tendría que ir a buscar a alguno de sus compañeros para que lo ayudara, pero eso involucraría dejar solo a Taehyung con el riesgo de que el tronco cayera de las escaleras.

—¿A quién se le ocurrió pedirte esta cosa? —gruñó Taehyung cuando avanzaron un escalón.

—Yo también me lo pregunto —bufó Jimin.

—Cállate y empuja.

—Eres un idiota —Jimin se rio.

Cuando por fin lograron llegar al segundo piso, ambos estaban cubiertos de sudor y respiraban forzadamente. Jimin no era un chico atlético, seguro subir un árbol de diez kilos contaba como su máximo ejercicio de rendimiento.

Taehyung sí era un atleta, debía ser por eso que además de lucir sonrojado se veía increíblemente perfecto. Como si subir un tronco por las escaleras fuera parte de su ejercicio diario.

Jimin trató de recuperar el aire, antes de ser golpeado con fuerza por alguien. Desconcertado, Jimin giró esperando recibir una disculpa, pero lo único que encontró fueron los ojos grises de su hermano menor, tan parecidos a los suyos.

El verano estaba finalizando cuando una cena ilustre se vivió en la casa Park, Jimin había estado en muchas a lo largo de los años, había aprendido con golpes a estar callado, pero era imposible que pasara desapercibido, siempre tenía un cometario listillo para intervenir provocando risas en los invitados.

Esa noche, sin embargo, había sido lúgubre. Porque esos malditos hombres habían hablado en televisión sobre las personas homosexuales y sus derechos. Uno de ellos era su propio padre.

Jimin era gay, aunque nunca lo había dicho en los propios términos, su padre lo sabía, claro que lo sabía. Por eso lo había castigado tanto tratando de llevarlo por el "buen camino" mientras crecía. No debió sorprenderse de que un comentario especialmente malicioso sacara lo peor de él.

Jimin no se arrepentía de haber confesado delante de todas las personas que era gay. Valió la pena ver el rostro de su padre, lamentablemente eso trajo como consecuencia salir de casa con lo único que llevaba puesto. Por supuesto que a Jimin no le importaba, ¿Qué más daba que sus padres no lo quisieran? ¿Qué mierda le importaba la gente que no se cansaba de mirarlo? Por dios, era Park Jimin.

Entonces, Jimin no se arrepentía de muchas cosas en su vida, a pesar de ser un chico impulsivo cuyas acciones le había traído más problemas que beneficios, sin embargo, el uno de sus arrepentimientos tenía que ver con su hermano, con Jihyun.

A lo largo de su vida, Jimin había amado a sus padres, pero existían sucesos que le hicieron imposible quererlos por completo. Ellos lo querían, Abel lo sabía, era su hijo después de todo, pero el amor nunca fue completo y desinteresado, siempre se sintió solo.

Hasta Jihyun. Habían sido hermanos inseparables, los mejores amigos y eternos confidentes. Con un año de diferencia aprendieron a quererse y a cuidarse como nadie más lo haría. Jimin era Jihyun y Jihyun era Jimin, dos personas aparentemente diferentes pero unidas por eternos lazos de amor y lealtad.

A Jimin nunca le gusto ser el mismo, pero amaba ser el hermano mayor de Jihyun. Hasta que su camino comenzó a separarse y la brecha se hizo tan grande para intentar cruzarla.

Vivir bajo expectativas fracturó su hermandad y mientras Jimin era entrenado para ser el hijo perfecto, Jihyun fue relegado a ser la segunda opción. Fue cuando su hermano comenzó a. Y un día, Jimin se dio por vencido con Jihyun, la parte más triste de la historia es que a Jimin nunca le importó lo suficiente como para mirar hacia atrás una sola vez.

El silencio se extendió entre ellos, tenso y arrollador, se vieron el uno al otro sin parpadear. Eran desconcertante las similitudes entre Jimin y Jihyun. Sus rostros, sus ojos, su cabello, todo tan familiar. Y, sin embargo, Jimin era indomable, Jihyun parecía meticulosamente cuidado y controlado. Jimin se escondía detrás de una sonrisa, Jihyun se escondía detrás de sus ojos muertos.

Jimin se tomó el tiempo para escudriñar a su hermano, mientras se apoyaba contra la pared, como si estuviera en una reunión cautivante. Jihyun vestía de traje con saco y zapatos lustrados. Siempre tan elegante, su apariencia, sin embargo, contrastaba con su piel pálida, casi enferma, y sus ojos cansados.

No lo había visto desde el comienzo del verano, ni siquiera fue capaz de despedirse de él cuando llegó el momento de irse, le costaba admitir que había esperado que su hermano lo llamara, lo buscara, pero no lo hizo. Y ahora, su reunión parecía inesperada por parte de ambos, fría y sin importancia, como si ahora fueran dos extraños encontrándose por casualidad.

Como solía suceder cuando ambos se juntaban, Taehyung permaneció al margen, chico, inteligente. Nadie quería estar cerca cuando hielo y fuego se enfrentaban.

—Jimin —saludó su hermano con voz frígida y distante.

Sin poder evitarlo, Jimin se estremeció, odiaba el poder que tenía Jihyun sobre él. A menudo tenía que recordarse que él ya no era su pequeño hermano, no, ahora era la sombra de dos personas que lo habían moldeado a su antojo y semejanza.

—Jihyun, ¿cómo has estado? —preguntó con una sonrisa.

Los ojos duros de su hermano se estrecharon. Dios, esa mirada, sus ojos podrían parecerse tanto que cuando se veía en el espejo no podía evitar recordar la noche en la que todo se volvió complicado, Jihyun había permanecido al otro lado del comedor distante y evitativo, sin defenderlo.

—No tan bien como probablemente tú lo estás—contestó.

—No seas modesto, te ves genial.

—¿Sí? Padre opina diferente — dijo dispuesto a dar media vuelta e irse como si Jimin no valiera su tiempo.

Jimin evitó estremecerse ante la mención de Padre. No quería ni imaginarse los dolorosos castigos que estaba implementando, ni siquiera se atrevía a pensar en ellos porque sabía que el sufrimiento de los demás, era su culpa.

—Yo creo que te ves perfecto —sonrió, mientras a Jihyun le invadía una risa rencorosa.

—Eres un cabrón—murmuro furioso.

—Eso me han dicho —le contesto Jimin.

Su hermano lo vio con severidad, como si tratara de descubrir si era el mejor momento para hablar con Jimin o estaba en un momento difícil donde todo lo que hacía era contestar con comentarios sarcásticos y bordes, en esos instantes, debían dejarlo solo porque no obtendrían nada más de él y claro que Jihyun lo sabía.

—No tengo tiempo para esto. Adiós, Jimin.

Jimin apretó los dientes ante la indiferencia de su hermano.

—¿Te vas tan pronto, hermanito? —preguntó bloqueando su camino mientras sonreía.

Jihyun soltó un profundo suspiro, permaneciendo en su lugar tenso.

—Tengo clases —le dijo entre dientes, Jimin sonrió cuando divisó sus manos hechas puño a sus costados.

—No hemos hablado desde esa noche —ladeó la cabeza viéndose mortificado.

—Sí, un evento desafortunado —dijo con rigidez.

¿Desafortunado? ¿De verdad estaba oyendo esa basura? Jimin casi había muerto por ese evento desafortunado, pero ¿Qué le importaba a Jihyun? Al igual que su madre, habían dejado que su padre lo golpeara como lo había hecho desde que tenía memoria.

Jimin sonrió con burla.

—Muy desafortunado —concordó.

Jihyun apretó los labios con sus ojos grises y vacíos. Oh, odiaba cuando se contenía, cuando estaba tan ocupado esforzándose por complacer a sus padres, que se olvidaba que era un ser humano. Se veía tan regio y altivo como si nada pudiera dañarlo.

Jimin se quedó en su lugar jugando con su cabello, esperando que su hermano se quebrara, solo quería un pequeño indicio de que aún tenía corazón.

—Escuche que estudias Derecho, como ellos querían —dijo.

—Sí —Jihyun contestó sin interés.

—Cuando eras pequeño decías que querías ser chef. Supongo que la familia Park sabe cortar las alas con rapidez —ante la mención de su familia, algo parecido a un sentimiento real cruzó el rostro de Jihyun, pero fue tan fugaz que Jimin se preguntó si había estado ahí.

—Tú sabes bien de eso, ¿verdad? —preguntó con puños apretados—. Eres un hipócrita.

Jimin se tragó el comentario sarcástico que quiso salir de su boca, no se suponía que debía ser así su reencuentro. Solo quería una emoción por parte de su hermano, ¿A caso no lo extrañaba? ¿No le dolía que Jimin se hubiera ido? Parecía que no porque sus ojos seguían sin demostrarle nada, sintió a Taehyung posicionarse a su lado viendo a su hermano.

La expresión de Jihyun se cerró, pero por un instante un millón de expresiones pasaron por sus ojos; recelo, desagrado, resentimiento. Después de todo, Taehyung representaba todo lo que su familia odiaba, incluyendo Jihyun.

—No quiero hacer esto, solo...—Jimin murmuró—. Solo quería disculparme. Me fui y...

—No trates de ser amable—Jihyun apretó los dientes con tanta fuerza que Jimin se preguntó si no se hizo daño.

—Aún eres mi hermano, Jihyun.

—Parece que lo olvidaste —se burló.

Era una pelea y Jimin temió que se desatará el caos si no paraban ahora. Ambos, ardían en frío cuando se enojaban, no gritaban, no fanfarroneaban. Convertían sus sonrisas en cuchillos y cortaban en pedazos.

Jimin se mordió su labio inferior sin saber qué decir ante las crueles palabras de su hermano, se preguntó si alguna vez volvería a ver a ese niño dulce que solía pedir su ayuda para todo. Jihyun ponía barreras para que la gente no lo lastimara y tristemente Jimin estaba demasiado lejos de poder penetrar alguna de ellas, a pesar de ser su hermano.

—Solo quiero ayudarte —Jihyun se rio.

—No necesito tu ayuda —objetó con brusquedad—. Ya no soy el niño pequeño que rogaba por ti —declaró, luego dio media vuelta y se fue sin ver atrás. Jimin se quedó ahí con el corazón en la garganta.

Estaba siendo tan injusto. Jimin no merecía las palabras de Jihyun, él también había sido un niño.

Sintió que Taehyung lo atraía a un abrazo y Jimin no pudo, sino aferrarse a su mejor amigo con fuerza. Nunca esperó que su reencuentro le causaría tanto dolor, había esperado que su hermanito estuviera preocupado por él después de como terminaron las cosas.

Pero, ¿Qué importaba Jihyun? El cabrón imbécil que fue lo suficientemente estúpido para creer cada palabra que decían sus padres. Jimin no le debía nada y en definitiva no debía estar triste por su comportamiento. Entonces, ¿Por qué dolía tanto?

—¿Estás bien? —preguntó Taehyung contra él. El peluche del abrigo negro que llevaba ese día le picó la nariz, pero no hizo nada por alejarse, de la única persona que aceptaba abrazos eran de él, porque se sentían cálidos y Jimin completo.

—¿Por qué no lo estaría? —preguntó en un susurro ahogado—. Solo es mi hermano siendo un cabrón.

—Jimin...—Taehyung trató de decir algo, pero él fue más rápido y consiguió alejarse, no necesitaba una charla motivacional.

—No lo digas.

Taehyung suspiró.

—Él te quiere, solo... no sabe cómo demostrártelo.

Era irónico que estuviera defendiéndolo. Ninguno de los dos se llevaba bien, incluso antes de que su relación de hermanos se rompiera, Jihyun solía tenerle un gran recelo a Taehyung y las cosas empeoraron después del incidente.

Una vez, cuando Taehyung los visitó, su hermano tímido y tierno le tiró un cubo de pintura roja, Taehyung estuvo con ese color por dos semanas. A partir de entonces, ellos dos nunca estuvieron juntos, se evitaban como la peste. Luego Jihyun se dejó influenciar por los comentarios de sus padres respecto a Taehyung y pareció odiarlo más.

—Me cuesta creerlo —bufó Jimin —¿Recuerdas cuando lo conociste? —preguntó después con una sonrisa.

Taehyung bufó ante el recuerdo.

Eran los días de frío en la ciudad, diciembre. Jihyun prefería pasar esos días acurrucado en su cama, pero Jimin lo convenció de salir de casa y reunirse con Taehyung para pasar la navidad con ellos, la familia Kim era increíble y habían abierto sus puertas para Jimin desde la primera vez que entró a su casa. Sin embargo, a mitad del camino, Jihyun se cansó y Jimin había tenido que cargarlo.

—Si —respondió Taehyung—. Iba dormido sobre tu espalda.

Se había aferrado con fuerza a Jimin y Jimin lo tomó sin querer soltarlo jamás.

—¿Cuándo comenzamos a cambiar? —le preguntó en un susurro.

—Cuando ellos te eligieron, Jihyun no es malo...—simplemente las personas que debían protegerlo le habían fallado.

—No, no lo es.

Volvieron a tomar el árbol y comenzaron a caminar por los pasillos sin decir ninguna palabra, como si todo el altercado hubiera terminado con su energía. Sin embargo, a mitad del camino, Jungkook se cruzó con ellos.

Se detuvo de inmediato, sonriéndole a Jimin. Oh, bueno. El día no podía empeorar.

Jimin y Jungkook no se habían visto por algunos días, sobre todo por lo que Jimin denominó "miedo potencial al compromiso" No tenía idea de que quería Jungkook de él, pero siempre lo veía con fijeza o se sonrojaba por sus comentarios. A Jimin le encantaba tener efecto en todas las personas, pero por alguna razón, no en Jungkook.

No en el chico que pasaba la mayor parte del tiempo bajo la sombra de un árbol con audífonos sobre la cabeza y un libro en su regazo, soltaba comentarios al azar de eventos históricos que resultaban interesantes, que le contaba historias y amaba el color morado. Jimin no era un buen chico, eso es lo que había oído toda su vida y parte de su adolescencia, lo oyó tanto de que alguna manera empezó a creer que era verdad.

Se metía en problemas, le gustaba beber, era un promiscuo que disfrutaba su sexualidad libremente, además de desbordar una confianza extrema de sí mismo al punto de ser delirante.

Jimin, no era un buen chico. Se había acostumbrado a que la gente lo supiera. Entonces, ¿Por qué Jungkook se empeñaba en estar a su lado? ¿Qué quería de él? A Jimin le daba terror descubrirlo.

Por eso, los últimos días lo había estado evitando, lo que resultaba muy difícil cuando Jungkook parecía estar siempre buscándolo, Jimin comenzó a caminar con más prisa, obligando a Taehyung a hacer lo mismo, el árbol se tambaleó en cada paso, pero Jimin se aferró, sin embargo, cuando se dio cuenta de que no podría evitar a Jungkook para siempre se detuvo.

—Hola —Jungkook dijo con las mejillas furiosamente sonrojadas, quizás por correr, quizás por Jimin.

—¿Qué haces siguiéndome? —preguntó Jimin—. Eres molesto —trató de sonar enfadado, pero no le fue posible.

Jungkook se quedó viéndolo sin decir nada. Era como un pequeño cachorro en busca de su dueño. Contradictoriamente, no lo parecía, era incluso más alto que Jimin, más corpulento y atlético.

—¿Lo soy? —preguntó Jungkook, ladeando la cabeza, desconcertado.

Taehyung se inclinó a su lado, riendo. A él le agradaba, y en los días en los que huyó no dejó de preguntar por él, traidor. Para ser justo, Taehyung parecía amar a todo el mundo.

—Por supuesto —bufó Jimin—. No puedes ir siguiendo así a la gente.

—Pero... ¿Por qué no? —ladeó la cabeza, si algo había comprendido Jimin sobre Jungkook era lo ingenuo e inseguro que se mostraba ante todo.

Por eso debía mantenerse alejado de él, Jimin no era bueno para Jungkook, cuanto antes lo comprendiera, sería mejor para ambos.

—Ah, eres imposible —se desesperó, aumentó, volvieron a tomar el árbol para llegar a su clase, no estaba seguro de lograrlo.

—No puedo ser imposible, eso es erróneo, tal vez tratas de decir que soy improbable.

—Está bien, pequeño sabelotodo, eres improbable. ¿No tienes más amigos con quienes estar?

—¿Somos amigos? —buena pregunta, Jimin no tenía muchos amigos, la mayoría de las personas que lo alababan con la misma intensidad en que lo odiaban, no eran sus amigos, eran gente estúpida que vivía a su alrededor para subir su ego y nada más. Pero bueno, era Jungkook, el chico a quien casi noqueó con un libro.

—Pues sí... eso creo —se encogió de hombros, indiferente—. Pero si me molestas lo suficiente, esta amistad no llegará a ningún lado. Busca más amigos... —ordenó.

Jungkook frunció el ceño —Ya tengo un amigo.

—¿Es imaginario? —se burló.

—No, Seokjin existe —le respondió como si Jimin estuviera diciendo tonterías.

En la puerta de su clase se detuvieron. Taehyung soltó el árbol y de un movimiento rápido se despidió trotando a su clase, dejando a Jimin y a Jungkook solos. Genial.

Toda la semana evitándolo para terminar atrapado junto a él. A ese paso, nunca llegaría a su clase y todo el trabajo para subir el árbol no valdría la pena.

Jimin miró un poco más a Jungkook, quien se detuvo frente a él. Era guapo, no podía negarlo, y, sin embargo, todo él le pedía a gritos alejarse para no dañar al chico, la mejor forma de que algo permaneciera hermoso era dejarlo donde estaba.

—Pues ve con él —dijo. Jungkook no se movió.

—No puedo, no lo veo mucho porque siempre está en clase.

—¿Y por eso me sigues a mí? Me ofende ser tu segunda opción —dijo con sarcasmo, pero pasó inadvertido.

—¿Puedo estar contigo? —preguntó en su lugar con sus ojos malditamente brillantes.

Jimin sintió a su corazón revolotear contra su pecho. Una mala señal.

—¿Por qué quieres estar conmigo? —preguntó en un susurro lastimero.

—No lo sé —Jungkook se encogió de hombros—. Pero quiero hacerlo.

El interior de Jimin tiritó de algo cálido, le sonrió, una sonrisa de verdad y encogiéndose de hombros como si no le importara, se echó a caminar dentro del salón. Oh, bueno, ¿Qué podría pasar?

—Solo si no hablas demasiado —dijo.

Jungkook lo siguió.

ʕ•ᴥ•ʔ

Amistades, odio mi vida. Tengo trabajo de campo este fin de semana y se que sera horrible.

Pregunta random; ¿Alguna vez los ha correteado una gallina? Jsjsjs, a mí si. Soy tan extra en la vida.

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