Así pasaron semanas...
Desayunaban, salían a caminar, a cabalgar, a la biblioteca, tomaban el té y conversaban por largas horas; todo lo que ella no hacía con Sasuke, lo hacía con él.
Todo a su alrededor había desaparecido, las falsas amistades, y los malos días también, ella volvía a sentirse dichosa con solo tener a Itachi con ella.
Un día, al salir a cabalgar, Itachi tomó un solo caballo e invitó a Sakura a escapar de los guardias reales, quienes estaban encargados de la custodia de la reina.
Ella reía, con adrenalina, y el se sentía travieso cual adolescente.
Llegaron al mismo precipicio de años atrás, donde Itachi le había propuesto matrimonio; Sakura lo recordó y sonrió amargamente, si hubiese sabido que Itachi regresaría, y si hubiese sido una mujer más fuerte mentalmente, nunca habría aceptado la amenaza de su padre, y nunca se habría casado con Sasuke.
Respiró el aire puro del lugar, al igual que Itachi, quién no había dicho nada desde su loco escape, solo se acercó a paso lento a ella, tomó su mano, firme, ella no deshizo el agarre, tampoco le incomodaba, sólo se sentía una completa estúpida.
La observó de reojo, se veía tan hermosa, pero triste.
Volvió a apretar la mano de Sakura, provocando que ella volviera en si y no se escondiera en los pensamientos que podían estarle afectando.
Ella lo observó y suspiró, sus corazones latían fuerte.
—Perdóname por lo que haré, pero siento que ya no puedo mas...
Y dicho esto, Itachi juntó sus labios de una forma pasional, desesperado por el contacto de labios, necesidad que llevaba días guardando.
Ella se aferró fuerte a sus ropas, el contacto era profundo, quemaba de una forma sensual y erotica...
Era un deseo inexplicable, que sentían que con un simple contacto de labios no se terminaría jamás.
Itachi la tomó en brazos como si de un koala se tratase, llevándola a un lugar un poco más oscuro y no tan abierto, llegando así al árbol más cercano donde se sentó con Sakura sobre su regazo; se separaron y tomaron aire con los nervios a flor de piel, pero también con mucha emoción por volverse a sentir tan cerca el uno del otro.
Se besaron nuevamente de forma demandante.
Itachi movió sus labios por las mejillas de Sakura, por la comisura de sus labios, por el mentón, mordiendolo de paso, levemente, provocando un escalofrío extraño en el vientre de Sakura que le hizo soltar un, casi inaudible, gemido.
Ella tomó su cabello dejando su cuello libre, dándole el pase libre para que el joven Itachi continuara su camino, y así fue; Itachi depositaba cortos besos en el cuello blanquecino de la muchacha, besos que se sentían electrizantes con el solo contacto de sus labios.
Itachi se separó y la miró a los ojos, con lujuria, él definitivamente no pensaba detenerse.
Pidió permiso con su mirada, ella captó la idea, tomó la tela que cubría sus delgados hombros y los bajó, dejandolos al descubierto, no bajando su vestido por completo.
El continuó su tarea, dejaba rastros de besos por sus hombros, apasionado, deseoso; Sakura bajaba más su vestido, de a poco, hasta que sus pechos quedaron expuestos frente al joven Uchiha, pero no tenía vergüenza ni incomodidad, sólo deseo de entregarse a él por completo.
Un deseo inexplorado que no había sentido con Sasuke.
Su cuerpo ardía, acalorado, y su zona húmeda palpitaba con el solo contacto sobre su piel.
La forma en la que Itachi besaba, tocaba y lamía sus pechos la excitaba, lo admitía.
Estaba completamente exitada.
—Itachi... -Gemia su nombre en un susurro —Hazlo, quiero que lo hagas...
Ella levantó su vestido de forma atrevida, Itachi se sorprendió de a primeras, pero entendió, ella quería ser suya desesperadamente.
Bajó sólo un poco su pantalón, ella se acomodó bien para luego sentir como él la penetraba fuerte, desesperado y excitado.
Por fin podían sentirse completamente, por fin ella era de él.
Sakura se movía rápido, se acoplaba bien a los movimientos de Itachi.
Sus fuertes manos apretaban la pequeña cintura de Sakura, despacio.
—Sakura... —gemía el, mientras la observaba perdida en el placer.
Disfrutaba tenerla de esta manera, hacerla sentir bien era su propósito, y lo estaba logrando.
Ella gemía a viva voz, con su cabeza ladeada. La sensación en su pelvis era algo nuevo, sentía como algo eléctrizante, que se sentía muy placentero, subía por su cuerpo, y que podía sentir que esta misma sensación apretaba la virilidad de su compañero, en su interior, quien no se detenía en lo absoluto.
Ella estaba extrañada, ¿era algo malo?
—Itachi, algo... Algo sucede conmigo...
—¿Te duele... algo?
Ella negó, sin detenerse, hasta que de pronto sintió como toda esa eléctrizante sensación explotaba dentro de ella.
Se sentía muy bien... Muy, muy bien.
Gemía desesperada, apretaba fuerte los hombros de Itachi, su rostro se apretaba, sintiendo los espasmos en su cuerpo, especialmente en su zona baja.
Itachi la penetró mucho más rápido, terminando el de la misma manera.
Se abrazaron, riéndose de paso, hasta que ella recordó que ya había pasado mucho tiempo fuera de la vista de los guardias.
Era hora de volver a su realidad.
Se acomodaron y volvieron junto a los guardias, quienes habían comenzado una desesperada búsqueda, y ya casi que se encontraban cerca de donde ellos habían estado minutos antes.
Se observaron, cómplices, y sonrieron.
Sabian que su historia recién había comenzado.
Continuará...
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Notas del autor:
Espero que sea de su agrado la lectura y nos vemos en el próximo capitulo ♥️
HeeniUch.