Luego de caminar un buen rato, y que se viera al menos la luz del sol que apenas comenzaba a salir sonreí al notar este pequeño detalle.
— ¿Ron, a dónde vamos? – pregunto Harry después de caminar mucho, eso quería decir que ya estaba cansado.
Así es, solo me habían comentado a mi a dónde íbamos, seguramente a Hermione también, pues a los restantes eran amantes del Quidditch.
No diré que yo no, soy muy buena como cazadora pero en realidad le prestaba más atención a mis estudios que al Quidditch, la profesora McGonagall me había ofrecido un lugar como cazadora, sin embargo lo rechace y desde ese entonces sigue insistiendo.
— No lo sé, oye papá¿A dónde vamos? – pregunto Ron.
— No tengo idea, no se separen. – le respondió y luego Harry se acercó a mi.
— Tu sabes a dónde vamos, hace un momento dijiste que querías ver a Cedric ¿Quién es? – rode los ojos — Ahhh ¿El chico Hufflepuff? – asentí — Bueno en todo caso ¿Qué tiene que ver el a dónde vamos?
— Ya lo verás.– le respondí mientras el entrelazaba nuestros brazos.
— Me duelen los pies Aly. – se quejo a lo que yo reí.
— Me parece que ya estamos por llegar Harry. – dije al notar al señor Diggory, no le conocía del todo bien, es decir no le conocía nada, pues solo Cedric me hablaba de él y una vez me lo enseñó en una foto.
Frunci el entrecejo al no encontrar a Cedric.
— ¡Arthur ya era tiempo de que llegaran!– grito a lo lejos.
— Lo siento Amos pero hubo algunos que se quedaron dormidos – hablo el señor Weasley mirando a Harry y a Ron. — El es Amos Diggory, muchachos – dijo ya que estábamos enfrente del señor Diggory. A lo que yo comencé a buscar a Cedric pero no se veía rastro alguno. — Trabaja conmigo en el ministerio.
Justo en el momento en que terminó, Cedric bajo de el árbol, mirándome sonriente.
— Y este joven debe ser Cedric ¿Cierto? – dijo al momento que se estrechan la mano.
— Si señor. – respondió Cedric. — Por aquí. – dijo con la cabeza esperando a que los demás avanzarán, abrió los brazos y sonreí abrazándolo fuertemente.
— ¿Siempre tienes que crecer más? – dije dejando un beso en su mejilla.
— Bueno siempre debo ser más alto que tú. – me respondió divertido. — Pero has hecho lo tuyo, ya no pareces un elfo doméstico.
Abrí mucho los ojos fingiendo que me ofendió, paso su brazo por mis hombros y comenzó a caminar a paso lento.
— ¡Por Merlín! ¡Tu debes ser Harry Potter!– fue lo último que escuche para sentir como Cedric pasaba su mano desde mi frente hasta mi mentón, haciendo que cerrará los ojos.
— Debiste ver la cara que pusiste, pienso que deberías ver desde la perspectiva de alguien más, siempre tienes expresiones con que impresionar.
— Vaya, pero que halago. – dije mirándolo mal.
— Estás medio curiosita. – entonces abrí la boca para quejarme cuando él dejo un beso en mi frente mientras reía. — Vamos Aly, es broma.
Atrás de ellos dos, encontraba el resto, que miraban curiosos ante la relación que tenían ambos chicos, ellos pensaban que por más que lo negaran eran realmente pareja.
— Si claro, ¿Qué tal estas semanas eh? – estaba por responderme cuando la charla de los señores Diggory y Weasley nos interrumpieron.
— Ven. – dijo tomando mi mano, confundida le seguí — Toma la bota.
Asentí y así lo hice, cuando me di cuenta, ya todos estaban en círculo, entonces sentí un cosquilleo al sentir que alguien rozaba su mano con la mía.
Mire en busca de quién se trataba encontrando a una Hermione nerviosa.
— ¿Listos? A la cuenta de tres. – el señor Diggory comenzó a contar, busque a Harry que estaba mirando a todos, rode los ojos.
— ¡Harry! – le llame al mismo tiempo que el señor Weasley le gritaba para que tomara el traslador.
Todo comenzó a dar vueltas, era como volar en escoba pero era peor, ahí no te estabas sentando en nada, solo estabas tomando a una bota, sentí diversión pero algo de nervios al dar tanta vuelta, pero en ningún momento Cedric soltó mi mano, incluso las entrelazó.
Los adultos comenzaron a reír y Cedric igual, sabía que lo hacía burlándose de mí.
— ¡Sueltenla! –grito el señor Weasley.
— ¿Qué? –pregunto Hermione
— Sueltenla.– todos hicieron caso, caundo sentí que estaba por caer de manera pésima, Cedric me jalo hacia el.
— ¿Alguna vez has caminado? – pregunto rápido a lo que asenti mirándolo incrédula, pero entendí lo que decía y comencé a hacerlo.
Ahora todo comenzó a sentirse relajante, ya no sentías que morías, sonreí ante la sensación de poder andar sin caer mal.
Cuando pide tierra me acostumbré un poco y vi que Cedric ayudaba a mi hermano que se encontraba tirado en el suelo.
Me dirigí a Hermione ayudando levantarse, está agradeció con un asentimiento, y camino alejándose de mi, confundida frunci el entrecejo.
Sin embargo seguí caminando, hasta que sentí a Cedric llegando a mi lado.
No tardó en reír el bastardo, le pegue en la nuca para oír como se quejaba pero siguió riendo.
— Hemos llegado pequeña Gryffindor. – dijo pasando su brazo por mi cintura y nos detuvimos mirando lo maravilloso que era.
Abrí mucho los ojos y sonreí, jamás había visto algo cómo esto.
— ¿Te gusta? –pregunto el chico con una sonrisa, al ver la emoción de su amiga.
— Esto es fascinante Cedric.
— Bueno pues bienvenida al campeonato mundial de Quidditch.– me dirigió mientras veía asombrada todo lo que ocurría a mi alrededor.
— Amo el mundo mágico – murmuró la chica provocando la sonrisa del Hufflepuff.
— Te veo en el partido ¿Vale? Aunque yo quisiera, me parece que debes ir con los Weasley y tú hermano.– me abrazo por la cintura poniendo su menton en mi mollera. — Sirves de perchero sabes
Le pegue en el pecho a lo que el rió, acarició con su pulgar mi mejilla y dejo un beso en esta.
— Te veo un un rato pequeña elfina. – dijo alejándose con su padre, le mire mal a lo que pude ver cómo reía.
— Será que Alyssa Potter ¿Este enamorada? – dijeron todos en coro, menos el señor Weasley y Hermione.
— No empiecen.– dije rodando los ojos mientras seguía caminando hasta que el los Gemelos y todos comenzaron a entrar en la casa de acampar.
— Maravilloso, un encantamiento de extensión. – murmuré y entre a la carpa mirando con una gran sonrisa.
Me senté en uno de los sillones, dejando mi mochila a un lado, por supuesto que llevaba un libro y comencé a leerlo.
— Pequeña Aly, hemos venido a divertirnos, a dormir leyendo.– hablo George, para ganarse una mala mirada de mi parte.
— Mejor váyanse a seguir poniendo los pies en la mesa. – estos rieron, y se fueron.
Pronto se me ocurrió algo, tome un pergamino, y una pluma con tintero.
Comencé a escribir hasta que alguien se sentó a mi lado y rode los ojos.
— Si han venido a joder más, váyanse a molestar a Ronald o tal vez elegir su próxima víctima, como sugerencia a Greengrass.
— ¿Cuál de las dos? – me encogi de hombros siguiendo escribiendo — No sabía que tenías enemistad con una Greengrass.
— Por supuesto, nunca he tenido enemistad con nadie, pero cuando me provocan se la ganan. – le respondió mientras guardaba el pergamino en un sobre.
— ¿Puedo saber a qué se debe y con cuál? Es un tema interesante que Alyssa Potter le caiga mal alguien.
Lo cerré y lo deje a un lado para acomodar todo y guardarlo en mi mochila, en cuanto lo termine la mire.
— Daphne Greengrass, y no creo que sea de mucho interés. Hasta que te dignas a hablarme, Granger.
— ¿Se supone que soy yo, quien no habla? – reí negando a lo que ella me miró fijamente . — ¿Debo recordarte que me dijiste que me fuera pero minutos después estabas carcajeando con Cedric Diggory?
— Bueno, es mi mejor amigo, asi que probablemente quiso animarme y lo logro.– le respondí mientras recargaba mi cabeza en el respaldo y cerraba los ojos.
— Bien pues me pareció que yo también quería animarte y no me lo permitiste.
— Tal vez no debiste meter en tu animación a mi hermano, o quizás no quería que me animaras. – dije aún con los ojos cerrados.
Escuché que bufaba, sentí como pasaba por mis pies que se encontraban extendidos, antes de que se fuera la tomé suavemente de la muñeca.
— Solo bromeó Hermione, siéntate. – le ordenó la Potter y por alguna razón Granger le hizo caso. — Y ¿Qué tal las vacaciones?
— Lo normal, ¿Por qué tienes enemistad con Daphne Greengrass? – la chica abrió los ojos y la miró, cuando estaba por responderle, les llamaron para ir al partido.
Estaba caminando siguiendo a Ginny cuando Harry me alcanzó tomándome de la mano.
— ¿Qué tal? Soy Harry Potter, tu hermano, por si no lo recuerdas claro.
— Eres un dramático Harry, vamos debes divertirte con Ron y Hermione, son tus amigos y…no lo sé tengo…– el chico miró a su hermana en busca de respuesta mientras le miraba confundido — Mucha Hambre, sabes que a mí la comida nunca me puede faltar y aunque ya hemos desayuno tengo antojo de algo.
— ¿No será Cedric Diggory?– dijo burlón para recibir un leve golpe en el brazo.
— Cielos papá, nos tocó hasta arriba – oí que se quejaba Ron
— Pongamoslo de esta manera, si acaso llueve, serán los primeros en saber. – comenzó a reír y decidí mirar de quién se trataba, era un hombre en verdad apuesto, de cabellera platinada, a su lado se encontraba Draco Malfoy, así que eso decía que era su padre.
— Nosotros estaremos en el balcón del ministerio, el mismo Cornelius Fudge nos invitó personalmente.
Rodé los ojos,y seguí caminando tomada de la mano de Harry.
— No presumas Draco, es gente sin importancia – entonces decidí que ya era momento de dejar de escuchar estupideces.
Jale a Harry al notar que no avanzaba, cuando el estaba por seguir caminando, el señor Malfoy le atrapó con su bastón.
— Tu disfrútalo quieres, mientras puedas hacerlo. –frunci el entrecejo, pase a Harry a un lado, sin comprender que era lo que quería decir el hombre, entonces sentí su mirada— ¿Y tú quien eres?.
Rodé los ojos, estaba tan bien am no tener su molesta mirada encima. Al no notar respuesta su hijo le respondió.
— Alyssa Potter.
— Otra Potter…– murmuro mirándome directamente a los ojos, le mire sin expresión alguna y tome a Harry para avanzar siguiendo ahora al señor Weasley.
— Ya llegamos,pueden sentarse, les dije que teníamos excelentes lugares – oí decir al señor Diggory, así que camine con rapidez a Cedric.
— Mira quién llego, la pequeña elfina– ahí no le pegué levemente— Eyy– se quejo y me abrazo dejando un beso en mi frente.
— Maldito herbolario. – murmuré mirando con una sonrisa el lugar.
Mire el pequeño muñeco que parecía como si fuera hecho de fuegos artificiales. Este bailaba y se veía asombroso. Quería disfrutarlo pero no dejaba de intentar calmar mi mano temblorosa y el hecho de que tenía un mal presentimiento.
— Apuesto a los irlandeses – le mire retante para ver qué sonreía negando — Eres un aburrido Cedric. ¡Ronald! – este me miró pero miraba más para el campo pues comenzaba a salir el famoso Viktor Krum — A que ganan los irlandeses.
— Cinco Knut a qué no. – estreche la mano pasando estirandome pues entre nosotros se encontraba Hermione y Harry.
— Buenas noches, como ministro de magia, es un placer para mi, darle a cada uno de ustedes la bienvenida a la final del campeonato de Quidditch número cuatrocientos veintidós (422). Qué Comience el partido.
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— No existe nadie como Krum – oí decir a Ron y me reí acercándome am ver a los gemelos tarareando y bailando.
— ¿El tonto Krum? – pregunté a la misma vez que los gemelos.
— Por la forma en que vuela parece un ave– los gemelos comenzaron a hacer como ave —Es más que un atleta, es un artista.
— Creo que estás enamorado – le dijo Ginny burlona a lo que reí junto con los demás menos Ron.
— Cállate – se quejo Ronald.
— Viktor te amo – comenzaron los gemelos y todos le seguimos la corriente.— Eres mi héroe, besame mucho cuando no pueda estar junto a ti…
— Creo que la irlandeses están festejando. – vi al señor Weasley entrar con cara de pánico, levanté la manga de mi suéter.
Se encontraba mi marca, estaba sangrando, al sentir una mirada baje de inmediato la maga de mi suéter, lo cual fue inútil pues se estaba manchando de sangre.
— Ven Harry – dije entrelazando mi mano con la de él, luego de escuchar lo que nos había dicho el señor Weasley.
— ¿Alyssa que sucede? – pregunto gritando al momento que gritaba para que le escuchará, no le respondería, debía sacarlo de ahí.
Todo era un lío, la gente corriendo por doquier, empujandose, mi mano comenzó a temblar más y sentí algo líquido en esta.
Sentí que Harry me jalaba cayendo al suelo, entonces todo se volvió negro.
Mi cabeza me dolía al igual que mi muñeca donde se encontraba mi marca. Me levanté y vi a Harry se encontraba aún desmayado, le moví levemente cuando sentí una luz verde en mi cara.
Negué al notar que era la marca tenebrosa, mire buscando a la persona, mi corazón se aceleró al notar que era el hombre de mi pesadilla.
— Harry – murmuré moviéndolo con más fuerza, este quejó un poco y se levantó pero no del todo, el hombre, pareció vernos.
Y comenzó a caminar hacia nosotros, le pegue en la mano a Harry para tomarlo y levantarlo al ver qué no reaccionaba, caminamos con rapidez mientras el hombre nos seguía, Harry me jalo a un lado.
— ¡Harry! ¡Harry! ¿Dónde estás?– mi hermano se giro a mirar de dónde venían las vives mientras yo mire fijamente al hombre que abrió mucho los ojos al verme.
Comencé a ver qué se iba, entonces oí como estaban por atacarnos.
— ¡Desmaius! – gritaron varios hombres a la vez.
— Detengase el es mi hijo...– deje de escuchar mirando la marca tenebrosa, cerré los ojos fuertemente, al sentir arder mi muñeca, con rapidez limpie la sangre de mi mano.
Esto no era nada bueno…