Se Paciente Conmigo |TERMINAD...

By Demitae_6

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1ER LIBRO La vida de Elizabeth Aydin cambia de manera drástica, cuando conoce a Ahmed y Baadir, dos millonari... More

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EPÍLOGO

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By Demitae_6

AHMED ÜLKER

Camino por los pasillos del centro comercial muy molesto. La prensa no ha dejado de perseguirme y he tenido que tomar medidas extremas para tener algo de privacidad. Tuve que rentar por unas horas todo el centro comercial para poder conseguir lo necesario antes de regresar a Vakirust.

Busco los vestidos más hermosos de entre todas las tiendas exclusivas y encuentro varios, pero algunos son muy extravagantes y los descarto al instante porque sé que a Sultana no le gustarán. En las joyerías busco algunas coronas que combinan con los vestidos y no puedo estar más feliz al imaginar a mi Sultana con todas estas cosas, sé que sobre todo las coronas la harán muy feliz.

—Gracias por su compra señor ¿Eso es todo?

—Eso es todo. —intento avanzar pero la vendedora se interpone en mi camino.

—Lo siento señor, pero me comunicaron que la prensa se encuentra en todas las salidas, incluso las de emergencia.

—¡Maldita sea! —paso las manos por mi cabello para calmarme—Bueno, no puedo estar aquí todo el día, dígame ¿Cuál de todas las salidas tiene menos gente?

—La salida de emergencia del ala sur pero se encuentra un poco lejos del parqueadero.

—No importa, mis guardaespaldas me esperarán ahí. — asiente.

Me dirijo de inmediato al ala sur junto con unos empleados que cargan las bolsas y les comunico a mis guardaespaldas por donde voy a salir.

«Odio esto, y todo es por culpa de esa mujer. »

En el camino nuevamente le envío un correo a Kiral, el cual no me ha respondido para nada, incluso cuando le pedí de favor que le diga a Sultana que regresaré en unos días. A Baadir no le mando nada pues la última vez que le pedí que le diera un mensaje de mi parte a Sultana, me dijo que no era mi mensajero.

No entiendo porque no le quieren decir nada, o bueno, lo entiendo de Baadir, pero no de Kiral. Intenté hasta pagarle para que le diga que volveré pronto, pero me respondió que no tenía tiempo.

«Cuando regrese, ese idiota me va a escuchar.»

— Señor, buenas tardes—dice uno de mis guardaespaldas—, no sé si sea buena idea salir, hay muchos reporteros tras esta puerta.

— Lo sé pero no puedo quedarme aquí toda la vida.

— Lo entiendo señor, lo que le pedimos es que trate de avanzar con nosotros mientras lo escoltamos a su auto y en caso de que quiera dar alguna entrevista, nos avisa para hacer un cordón de seguridad.

Asiento y me preparo para salir. Se que esos "buitres" buscarán alguna respuesta de mi parte y de no dárselas, me cerraran el paso.

Apenas me abren la puerta, los periodistas se van contra mí y a pesar de tener a los guardaespaldas en mi frente, logran llegar a mi. No entiendo ni siquiera las preguntas que me hacen y me abruma un poco al darme cuenta que son más de los que me imaginé.

«Y se supone que aquí había menos que en las otras salidas.»

Al notar que no puedo avanzar ni 5 pasos, decido decirle a un guardaespaldas que los ordene para darles a estos "buitres" una declaración que será el "abrebocas" de lo que tengo preparado para la tarde. Porque si, esta misma tarde esa mujer va a dar una rueda de prensa antes de que me vaya a Vakirust y al fin toda esta confusión acabará.

Cuando ya todos se acomodan a mi alrededor dándome el suficiente espacio para respirar me siento aliviado.

—¿Puedo hacerle una pregunta señor? —habla uno y apenas lo hace, otros me piden lo mismo.

—No, nadie hará preguntas. —tratan de refutar pero no los dejo continuar—Solo pienso darles un pequeño comunicado.

—Pero señor Ülker, solo queremos saber la verdad...—dice uno y los otros lo secundan.

—¡Silencio! —se calman—No pienso responder preguntas que no me corresponden. Ustedes ya saben que esta tarde se hará una rueda de prensa con la señorita Amery y podrán hacer las preguntas que quieran. La verdad ni siquiera sé qué hacen aquí hostigándome ¿No se cansan?

—Eso lo sabemos señor—habla uno—, lo que queríamos saber en realidad es si es verdad que ya tiene una novia, o más bien una prometida porque...

—¿De qué hablan? ¿De donde sacaron esa información?

«De seguro fue esa mujer ¡Maldita sea!, ahora si la acabaré...»

—De su padre y su abuelo. —hablan todos a la vez.

Por un momento pienso que están jugando conmigo, pero al ver sus caras, me doy cuenta que no es así.

—¿De qué hablan? Ellos no pudieron ser...

—Mire señor, aquí está un video que subió su padre a Twitter esta mañana—un reportero me pasa su teléfono.

Reproduzco el video que efectivamente está publicado desde la cuenta de mi padre y apenas lo hago, noto que mi abuelo y mi padre se han grabado mientras salían del club de golf.

" —Espero se esté grabando papá, no se como usar este aparato—dice mi padre mientras enfoca a mi abuelo.

—Debiste llamarlo en vez de pelear con ese aparato que no sabes usar.

—¡Si, está grabando! Salúdalo papá. —mi abuelo saluda a la cámara con vergüenza.

Mi padre se acomoda junto a mi abuelo y desenfoca un poco el video.

—Hijo, ganamos el partido de hoy, debiste venir con nosotros. —mira a mi abuelo —, dile algo a tu nieto papá.

—¿Qué quieres que le diga? A mi lo único que me interesa es que me presente a esa chica misteriosa, pero ya dijo que no quería. —dice indignado.

—No papá, él dijo que traerá a su novia cuando ella quiera conocernos, dile otra cosa. —Mi abuelo se cansa y le quita el celular de las manos a mi padre.

—Escúchame bien Ahmed, más te vale traer a esa muchacha a casa, entre más rápido mejor, sobre todo si se comprometen cuanto antes, o vete olvidando de recibir la herencia. — Mi padre logra quitarle el celular

—No le hagas caso hijo, adiós —Empieza a tocar la pantalla—. Ahora ¿Cómo se apaga esto? —noto que trata de parar la grabación— Bueno, creo que ya se detuvo..., ¿Cómo le comparto el video? ¿Aquí?... — Y se corta el video."

Ahora intuyo que lo subió por error a su cuenta de Twitter, pero aún así el enfado no se me pasa.

«¡¿Qué hiciste papá?!»

—Bueno yo... —sacudo mi cabeza y aclaro mis ideas—, esto es un tema personal y como vieron en el video, ni siquiera mi padre y abuelo lo saben, así que por obvias razones, ustedes tampoco lo sabrán.

Empiezan a gritar y exigir explicaciones, y cuando ya me harto de todo su berrinche hablo.

—Bueno señores, a mi poco o nada me importa qué información necesitan y antes de que me sigan hostigando quisiera que recuerden que yo acabé con la carrera de dos periodistas muy famosos que al igual que ustedes, vivían molestándome y no quisiera dejarlos a ustedes también sin trabajo.

Tras esa declaración todos me dejan pasar y ni siquiera necesito la ayuda de los guardaespaldas para llegar a salvo al auto.

«Espero no volverlos a ver hasta esta tarde imbéciles»

Mientras mis guardaespaldas meten las bolsas a la casa, yo me apresuro a llamar a mi padre. No lo hice de camino a casa porque aún estaba furioso y no quería faltarle el respeto, pues estoy seguro que lo hubiera hecho.

—¿Aló hijo? ¿Me llamas por el video? —dice contento.

—Claro que te llamo por el video papá ¿O acaso subiste otra sorpresita en Twitter?

—¿A Twitter? ¿De qué hablas?

—De que vi el video que pensabas mandarme..., pero en Twitter ¡Porque lo subiste ahí!

—¿En serio? No me di cuenta —ríe nervioso—, lo siento hijo, pero ya que, puede que tu chica misteriosa quiera conocernos si sabe que la estamos esperando.

—Mira, no te llame para eso —bufo cansado—, solo quiero decirte que si piensas darme un mensaje, hazlo por llamada, como siempre. Nos vemos esta tarde en la rueda de prensa ¡Adiós!

Corto la comunicación antes de escuchar sus excusas y salgo del auto para al fin entrar a mi casa y descansar antes de ir a esa maldita rueda de prensa.

Justo cuando estoy por entrar, los guardaespaldas salen por mi lado y todos me quedan viendo raro, algo avergonzados diría yo. No le tomo mucha importancia y me dirijo a la sala donde veo a alguien de espalda husmeando en las bolsas con los vestidos. No logro reconocerla pero sé que es una mujer por su silueta y tal vez por eso mis guardaespaldas no la sacaron.

—¿Quién eres? y...—Noto que está solo con una camiseta mía cubriendo todo su cuerpo—, y ¡¿Que carajos haces con mi ropa?!

La chica se incorpora de inmediato asustada y se da la vuelta lentamente. Cuando su rostro queda frente a mi no puedo creer lo que veo. La intrusa resultó ser mi amiga de la infancia, Mariam, la cual no veía desde hace mucho tiempo pues le encanta viajar.

Desde pequeños hemos sido muy cercanos y casi inseparables, de hecho, todo el mundo pensaba que íbamos a terminar casándonos, pero eso nunca sucederá, pues para mi sería como incesto.

«Horrible, sería horrible.»

Antes de decir algo, ella abre los brazos e intenta abrazarme, y por reflejo la aparto de inmediato.

—Oh, lo olvidaba, tú odias los abrazos —ríe—, pero esperaba un poco más de emoción ¿Acaso no te alegra verme?

—Si, se nota que lo olvidaste, pero te equivocas, claro que estoy alegre de verte nuevamente, solo que no te esperaba. —Le sonrío.

—Quería darte una sorpresa pero tus guardaespaldas la estropearon, casi me sacan de aquí y de no ser porque les dije que era tu amante y que si me tocaban los despedías, me hubieran botado a la calle—empieza a reír a carcajadas—, debiste... debiste ver sus caras.

—No debiste hacer eso Mariam —tomo asiento en el sofá y ella me imita—. Podrías causar malos entendidos y no quiero más de los que ya tengo.

—De eso quería hablarte señorito. Me voy unos añitos de viaje y al regresar me entero por la prensa que mi amigo está apunto de convertirse hasta en padre.

Estiro mi cabeza hacia atrás, cansado de todo ese asunto.

—¿Te vas a quedar mucho tiempo aquí?

—Claro, necesito ponerme al día con el chisme.

—Entonces acomódate mientras yo traigo el vino—me levanto—, te contaré todo, así que prepárate.

Busco el mejor vino porque para todo lo que tengo que contarle necesito un buen trago. Tampoco quiero emborracharme pues tengo que asistir a esa conferencia y no quiero más problemas.

«Ya mañana la veré y todo estará bien»

Al regresar a la sala noto que Mariam sigue husmeando en las bolsas de mi Sultana.

—Deja esas bolsas ahí, no toques nada.

—¿Para quién es? —esboza una sonrisa— No me digas... ¿Es para Anastasia?

—No, no lo es. Si quieres saber siéntate para que te cuente todo. —asiente entusiasmada y me hace caso.

«Le encanta el chisme.»

Empiezo a contarle literalmente todo, desde que empezaron los rumores con Anastasia, como mi padre me dio la noticia de que debía ir a Vakirust y hasta como conocí a mi Sultana. De este último no omito ningún detalle. De hecho, hay veces en las que Mariam me interrumpe para preguntarme si soy el verdadero Ahmed, pues no cree que haya hecho todas esas cosas solo por Elizabeth, mi Sultana.

No me avergüenzo al contarle algunos detalles, pues al ser amigos desde la infancia ya tenemos mucha confianza y se que puedo contarle cualquier cosa sin avergonzarme.

Al terminar, tomo un largo y único trago del vino para humectar mi garganta que había obviado cuando empecé a hablar de ella. No pude parar sobre todo al describirla.

—Entonces..., ¿Estás enamorado? —habla Mariam mirando a la nada.

«¿Lo estoy? ¿No es demasiado pronto?»

—No-no creo, solo... —me levanto al sentirme un poco incómodo—, solo sé que me gusta.

Se para frente a mi —Por como me la describes creo que estás enamorado amigo mío, pero si dices que no, está bien, de hecho..., más que bien—da un gran suspiro—, de todos modos no creo que sea la mujer correcta para tí.

—¿¡Por qué!? —digo de inmediato y da un paso atrás por mi arrebato.

—Cálmate —asiento para que continúe—. Es que es más que obvio, ella está destinada a casarse y tú no puedes hacer nada para impedirlo, tus esfuerzos serían en vano. —sacude la cabeza como si intentara alejar algún pensamiento— No, tu no te arriesgarías para sacarla de ese pueblo, te conozco y sé que pronto se te pasará el gustito.

«¿Se me pasará el gustito?»

Da media vuelta y vuelve a husmear en las bolsas. La veo sacar una caja que contiene una corona y de inmediato se la arrebato de las manos.

—No toques nada, todo esto es para ella.

—¿Cómo? ¿Piensas volver a Vakirust? —asiento mientras acomodo las bolsas— ¿Me dejarás sola ahora que regresé?

—Tengo que regresar por ella, incluso si piensas que será en vano. Y lo siento pero, no te esperaba, si me hubieras avisado de tu llegada tal vez...

—¿Te quedarías por mi? —dice esperanzada.

—No, no puedo. —agacha la cabeza triste— Ya te dije que lo siento, pero trataré de regresar pronto e intentaré traer a Sultana conmi...

—Está bien, solo trata de regresar pronto. —esboza una sonrisa la cual noto de inmediato que es falsa— Y ya que no me lo preguntaste, te lo digo, me quedaré en Turquía solo 4 meses, así que podremos pasar mucho tiempo juntos y no quiero desperdiciarlo mientras tu estás en Vakirust.

—Está bien, trataré de regresar pronto.

Por un momento estoy tentado a abrazarla al notar que sus ánimos se han esfumado por la noticia de mi partida, pero al final lo descarto. Se me hace muy difícil pensar incluso en darle un abrazo corto.

Antes de que diga algo más le pido ayuda para guardar los vestidos y coronas en las maletas que me llevaré, pues yo soy demasiado torpe con esas cosas y podría dañar las cosas. Por un momento pienso que no quiere ayudarme pero al final acepta, de hecho quiere hacerlo sola y lo acepto, pues yo también necesito mis maletas listas.

Antes de terminar de hacer mis maletas voy a la sala donde Mariam está acomodando las maletas. Toco su hombro para llamar su atención y se sobresalta. Noto que trata de tapar la maleta que está haciendo y se pone nerviosa.

—¿Qué escondes?

—¿Y-yo? —asiento— Nada, nada ¿Qué podría esconder yo?

—Déjame ver —trato de apartarla pero ella se niega— ¿Qué pasa?

—Lo que pasa es que..., casi se me rompe un vestido —se da la vuelta de inmediato y empieza a tocar las cosas de la maleta. Cuando termina regresa a verme nuevamente— No, no está roto, solo que me asustaste y me puse nerviosa, pero mira, ya está todo listo.

Se aparta y en efecto, todo se ve bien ordenado.

—Gracias —le sonrío— solo quería decirte que guardes algo de espacio para unos cassettes que pienso llevar.

—Claro, siempre pensando en ella ¿verdad? —asiento dudoso por su actitud—, aun sobra espacio, dámelos y los pondré.

—Gracias..., por cierto ¿Estás enojada?

—No, no lo estoy ¿Por qué habría de estarlo? —bufa—. Mejor ve a traer esos casetes.

No digo más y voy a buscar los casetes. Cuando se lo entrego, Mariam lo pone encima de unos vestidos y cierra de inmediato la maleta. Al terminar, se dirige a mi cuarto y se recoge el cabello en un moño de camino, lo cual es una señal muy clara para mí de que si está enojada.

Después de haber pasado varias horas viendo películas con Mariam me alisto para salir directo a la rueda de prensa de esa mujer. Mariam decidió acompañarme y lo agradezco de cierta forma pues no quiero llegar a ese lugar solo.

Cuando llegamos al lugar donde se hará la rueda de prensa —el cual se encuentra a lado del aeropuerto—, noto que hay más periodistas de los que esperaba. Mariam sale tras de mí y me toma del brazo haciendo que "los buitres" tomen más fotos y griten sus preguntas como locos. Decido no apartar la mano de Mariam, pues no quiero que quede mal ante la prensa, además, soy un caballero.

Entramos a la sala correspondiente y nos dirigimos directo hacia donde está mi padre, que está justo al frente de la mesa donde se sentará esa mujer.

—¡Mariam! Que gusto verte, no te veía desde hace mucho tiempo y..., espera, ¿Eres tú? —se levanta de inmediato.

—¿Soy que...? —dice confundida.

—No es ella papá, así que olvídalo. Solo me vino a acompañar.

—Oh, entiendo, entiendo —dice algo triste.

De igual forma, mi padre le da un abrazo a Mariam y de inmediato empiezan a hablar sobre todos los viajes de ella.

Después de un tiempo, vemos que la prensa entra y toman asiento en los puestos respectivos. Yo mientras tanto les pido por mensaje a mis guardaespaldas que estén listos con todas mis cosas para cuando salga, pues pienso ir de inmediato al aeropuerto, que a pesar de que está literalmente cerca, no pienso dejar de lado mi seguridad.

Cuando escuchamos que se abre la puerta lateral —dramáticamente— todos vemos como entra esa mujer. Mariam se acomoda y mi padre la mira con desdén.

Toma asiento y cuando creo que ya vamos a empezar, un organizador se acerca a mi.

—Señor Ülker, le pido que por favor me acompañe y tome asiento a lado de la señorita Amery.

—¿Es una broma? —se queda de piedra— Porque si lo es, no me causa nada de gracia. —asiente y se aparta de inmediato.

Noto que le comunica lo que le he dicho a esa mujer y esta no hace más que mirarme preocupada. Cuando termina, ella habla por el micrófono y lo que dice me hace enojar aún más.

—Le pido por favor al señor Ahmed Ülker que suba y se siente a mi lado para poder empezar.

Los reporteros empiezan a especular a mis espaldas y a mi me empieza a doler la cabeza. Estoy a punto de mandar todo al carajo pero con un apretón en el brazo que recibo de Mariam logro centrarme.

Para no hacer esto más largo, me levanto y me dirijo a la mesa de esa mujer. Pero no me siento a su lado, me siento a 2 sillas de distancia. Ella no dice nada y tanto su abogada como el mío que había obviado su presencia, se sientan en los espacios libres.

—Buenas noches con todos —habla la abogada de esa mujer—, el motivo de la rueda de prensa, como ya se les comunicó, es para aclarar ciertos rumores que han surgido y para esto la señorita Amery ha decidido salir a dar sus declaraciones.

—¿Ha decidido o la he obligado? —digo entre dientes.

Mi abogado logra escucharme y me hace una señal para que guarde silencio. Y le hago caso solo para que esto termine rápido.

—Si, buenas noches, soy Anastasia Amery y como ya les dijo mi abogada he venido a aclarar los rumores. —habla mientras su mirada se mantiene en el suelo.

—¡Señorita! —grita un periodista— ¿Es cierto que está esperando un hijo del señor Ülker?

«Idiota»

Se tarda más de lo esperado en contestar y por un momento estoy a punto de levantarme y aclarar todo por mi boca. Pero cuando la veo levantar la cabeza me detengo.

—No..., no es así, yo no estoy embarazada pero... —se pone a llorar.

Su abogada pide unos minutos y aleja el micrófono hasta que esa mujer se calme. Me estresa que haga todo este show ahora, cuando lo único que debe hacer es leer lo que se supone le escribió su abogada.

Cuando ya se recompone me mira por unos segundos antes de volver a acercar el micrófono.

—Seré breve, yo Anastasia Amery fui la que creó todos los rumores —todos los periodistas empiezan a hablar a la vez, pero de inmediato se calman cuando se les advierte que serán retirados de la sala—. Si, yo los creé, desde el rumor que decía que estábamos juntos hasta lo del embarazo. Es por esto que pido una disculpa pública a Ahmed Ülker el cual ha sido el único afectado por mis comentarios.

—Señor Ülker ¿Tiene algo que decir? —interviene la abogada.

—No. —digo con desdén.

Todos esperan que diga algo más, pero al ver que no lo hago la atención vuelve a centrarse en esa mujer.

—Ok, entonces procedamos con las preguntas, pero se les advierte a los periodistas que si mi cliente no quiere responder a alguna de sus preguntas, ella tendrá todo el derecho de abstenerse a responder.

De inmediato se para un periodista y le pasan un micrófono

—Mi pregunta es muy sencilla y creo que podrá contestarla señorita —dice con un tono burlón—¿Por qué lo hizo?

—Esa pregunta está mal formulada señor, así que... —interviene la abogada.

—Porque todavía lo amo —responde sin dudarlo—, porque pensé que así él volvería conmigo o llamaría su atención —me mira—. Pero veo que no funcionó, pues como sabrán, él ya tiene a alguien a quien ama, no se si la ama como a mi pero...

—¡Suficiente! —digo y me levanto furioso.

—Señor, para usted también tenemos preguntas al respecto del video que subió su padre y...

—No voy a responder nada "señores" —lo corto antes de que diga una estupidez—, de hecho, ya he perdido demasiado tiempo. Si quieren saber algo más pueden decírselo a la Señorita Amery, que como ya dijo, ella lo inventó todo, así que ella tendrá las respuestas a todo. Ahora, adiós.

Salgo de inmediato por la puerta lateral que se supone mis guardaespaldas despejaron para mí. Mi padre y Mariam me siguen y cuando ya entramos al auto por fin puedo respirar en paz.

«Ya no falta mucho para verla..., ya no falta mucho»

—Hijo creo que...

—No digas nada papá, no cambiaré de opinión —lo miro cansado—. Tengo que ir a Vakirust y te pido que no insistas en que me quede.

—Tu padre tiene razón Ahmed, no creo que debas...

—Se equivocan —interviene mi padre—. No pensaba retenerte, solo quería decirte que creo que sería bueno que la traigas —pone su mano en mi hombro—, quiero conocer a la chica que te hace tan feliz hijo.

—Gracias papá, trataré de traerla, lo juro.

—Ahmed, yo solo pido que vengas sano y salvo —llama mi atención Mariam—. Recuerda que cuando regreses tienes que estar conmigo para recuperar el tiempo perdido de estos años. —esboza una sonrisa.

—Haré lo que pueda Mariam, pero espero regresar a tiempo antes de que vuelvas a irte —revuelvo su cabello.

Noto que ya llegamos a la puerta de acceso directo a la sala VIP del aeropuerto.

—Bueno, aquí me despido —miro a ambos—. Entre más rápido me vaya, más rápido regresaré.

—Te acompañamos hasta adentro Ahmed —habla Mariam.

—No hace falta, por cierto, puedes usar mi casa el tiempo que quieras.

—Gracias, de todos modos pensaba regresar a la casa de mis padres, pero lo tendré en cuenta.

—Adiós hijo, espero que cuando regreses me traigas una sorpresa —me da una mirada cómplice que entiendo de inmediato.

—Claro papá, haré lo posible.

Me bajo del auto y me dirijo a la sala.

Mis guardaespaldas me acompañan incluso cuando hago el check-in y cuando termino estos se despiden.

Por un momento siento que alguien me está acechando y empiezo a buscar con la mirada por si alguien está mirándome. No veo a nadie conocido y descarto la idea de que alguien me está acechando de inmediato.

Al subir al avión siento otra vez esa mirada en mi espalda y trato de encontrar a alguien sospechoso, pero nuevamente no lo encuentro.

Para relajarme decido usar el walkman que compré y reproduzco las canciones que Sultana me había recomendado.

«Ahora si, solo quedan horas.»

Todo es perfecto ahora. Los rumores han desaparecido y Sultana me espera en Vakirust.

Nada puede salir mal ahora.

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