A Wei Wuxian se le rompió el corazón en el pecho cuando Madame Yu le preguntó qué pasaría con ellos ahora. Pensó que la explicación anterior habría sido suficiente, pero al parecer no lo fue, pues se trataba de sus vidas y él había prometido protegerlas. Era perfectamente razonable que ella quisiera asegurarse de que él cumpliría con su misión sin fallar.
Sin embargo, no se atrevió a decir demasiado, Wen Chao seguía de pie justo detrás de él y no podía dejarle oír nada que le hiciera sospechar aún más de él. Mientras que Wen Ruohan parecía haberle creído sin problemas, el segundo heredero de la secta Qishan Wen seguía guardándole rencor y, al parecer, estaba pendiente de cualquier desliz por su parte para poder matarlo o algo aún peor, como mantenerlo prisionero en la celda en la que había pasado la noche.
Antes de que Wei Wuxian pudiera empezar a recordar todos los horrores de aquella única noche que, en verdad, había estado a la altura de su estancia en los Túmulos, si no peor, Madame Yu volvía a hablar: "Pero... ¿y tú?"
El aliento se atascó en el pecho de Wei Wuxian. ¿Había oído mal la pregunta? ¿Por qué iba a preguntar eso Madame Yu? Ella había dejado claro en el pasado que él debía proteger al clan Yunmeng Jiang con su vida, realmente no importaba lo que le sucediera. ¿O acaso todavía necesitaba más seguridad de que toda su familia sería realmente liberada?
"Madame Yu, por favor no se preocupe, todos ustedes estarán bien". La tranquilizó susurrando en voz aún más baja. Realmente no tenían tiempo para esto, tenía que sacarlos a todos antes de que Wen Chao o Wen Ruohan perdieran la paciencia.
Por un segundo, se quedó perplejo ante la expresión de Madame Yu cuando levantó la vista. Por un momento fugaz, había creído ver cariño y preocupación en sus ojos. Pero eso era imposible, ¿por qué iba a preocuparse por él? Nunca lo hizo y él sabía perfectamente por qué. Durante la mayor parte de su vida, había estado incomodando a la secta Yunmeng Jiang y causando problemas a la secta y a la familia que tan amablemente lo acogió. Madame Yu tenía todo el derecho a estar resentida con él, lo entendía perfectamente, aunque a veces le doliera darse cuenta. Aun así, le agradecía que le permitiera vivir en el Muelle del Loto, jugar con sus hijos y haber podido convertirse en cultivador.
Por otra parte, se permitió soñar durante una fracción de segundo. Se sentiría tan bien si ella realmente lo reconociera y se preocupara por él lo suficiente como para haberle hecho la pregunta en serio, realmente preocupada por su seguridad. Sí, lo pensaría así, sin importar lo falso que fuera. No volvería a verlos después de esto y le vendría bien todo el consuelo que pudiera conseguir, o imaginar, para poder reunir su valor y sus fuerzas y seguir adelante con su plan. Todavía tenía que detener a las marionetas de Wen Ruohan para que las fuerzas aliadas pudieran asaltar Ciudad Sin Noche con seguridad, y también destruir el hierro Yin. Nadie podía culparle por querer que los últimos momentos con la familia que le había criado fueran felices.
Así que se permitió creer que Madame Yu, y el resto de la familia, se preocupaban realmente por él, aunque la expresión de Madame Yu volvía a ser de ceño fruncido con dolor en los ojos. No le gustaba ver a la fuerte mujer con ese aspecto, tenía que hacerlo rápido. Todos habían estado cautivos durante demasiado tiempo.
Wen Chao también parecía ser de la misma opinión, porque casi gruñó desde su espalda: "Wei Wuxian..."
Wei Wuxian supo al instante que era el momento de acabar con esto antes de que Wen Ruohan cambiara de opinión. A pesar de querer decir mucho más a su familia, para agradecerles que lo cuidaran y lo quisieran a su manera, se le había acabado el tiempo.
Nunca llegaría a decirle a Jiang Yanli que la amaba, que era la hermana más amable de todo el mundo, y que su sopa era simplemente el mejor plato que existía. Jiang Cheng nunca llegaría a saber que Wei Wuxian no le había estado evitando últimamente porque no quería que siguieran siendo hermanos, que nunca había querido nada más que convertirse en la mano derecha de Jiang Cheng en el futuro, que sabía que todo el ceño fruncido era sólo para aparentar y que a Jiang Cheng realmente le agradaba. Nunca llegaría a demostrar lo agradecido que estaba al tío Jiang por haberle encontrado en Yiling aquel fiel día y por haberle ofrecido más de lo que Wei Wuxian jamás podría pagar, ni siquiera con su propia vida, nunca llegaría a explicarle que, aunque había estado encantado con todo el amor que había recibido, Jiang Cheng y Jiang Yanli se merecían algo más que él y que el tío Jiang debería demostrarles más a menudo lo mucho que los quería. Nunca llegaría a expresar su gratitud a Madame Yu, porque ella había sido la más exigente con su entrenamiento, fue gracias a ella que Wei Wuxian pudo llegar hasta aquí y ahora podía ayudar a rescatarlos a todos y, con suerte, ser lo suficientemente fuerte como para marcar la diferencia en esta guerra.
Sintió que las lágrimas se acumulaban en sus ojos, pero se negó a dejarlas caer, tenía que terminar esto de manera que Wen Ruohan creyera que efectivamente se había despedido del mundo del cultivo y que ahora se unía a su lado. Y tenía que hacerlo rápido, no fuera a ser que no tuviera otra oportunidad de decirles nada nunca más.
Si tenía que despedirse de la única familia que conocía -no recordaba realmente a sus padres, ni la vida familiar que había llevado con ellos-, quería que fuera dulce y tranquilizadora, lo menos dolorosa posible. No quería que le lloraran, era mejor que pudieran olvidarle rápidamente y seguir adelante. Pero no podía permitirse ese lujo, no podía decir las palabras que quería.
En su lugar, todo lo que pudo pensar como despedida fue: "Tío Jiang, Señora Yu, Jiang Cheng, Shijie, gracias por cuidar de mí todos estos años y permitirme convertirme en un cultivador. Sin embargo, ya no recorreré este camino. Quiero cortar nuestros lazos aquí y ahora. No volveré a verlos nunca más".
Esperaba que en el futuro fueran capaces de entender que estas palabras eran su más sincera despedida hacia ellos y pudieran encontrar al menos algo de consuelo en ese pensamiento, si es que lo recordaban de buena manera y no sólo como un intruso en la felicidad de su familia y un alborotador.
Seguramente Jiang Cheng y Jiang Yanli también podrían olvidarlo algún día, sabía que les llevaría un tiempo, pero también sabía que no tardaría demasiado. Tendrían otras cosas de las que preocuparse que un cultivador demoníaco muerto que una vez había vivido como su hermano.
Wei Wuxian parpadeó por última vez y se levantó rápidamente, sin sentir por una vez que su cuerpo protestaba por el movimiento, ya que le dolía demasiado; y en ese momento descubrió que el dolor emocional era mucho peor que cualquier lesión física. Se atrevió a echar una última mirada rápida a su familia, que lo miraba con los ojos muy abiertos y sorprendidos. Intentó captar cada detalle y les pidió perdón en silencio, estaba más que claro que acababa de hacerles daño, incluso a Madame Yu, por lo que parecía.
No pudo soportar más la mirada de sus expresiones de dolor, no sería capaz de seguir con esto si alguno de ellos comenzaba a suplicar o llorar ahora. Rápidamente se dio la vuelta y dio grandes pasos para ir de nuevo a arrodillarse frente al trono de Wen Ruohan. Ahora era el momento de que el líder de la secta Qishan Wen cumpliera su promesa.
Se sentía completamente vacío por dentro, la pérdida probablemente sólo se daría a conocer más tarde. Hacía lo posible por controlar su expresión y evitar que las lágrimas cayeran de sus ojos, realmente no podía mostrar nada delante de Wen Ruohan. Para él, tenía que ser el cruel cultivador demoníaco que había decidido cambiar de bando.