Enséñame a volar

By Idoia_G

1.1K 415 678

"Si a mis 38 años, soltero, friki y hogareño me dijesen que mi vida iba a cambiar radicalmente en un segundo... More

Intro
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítlulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Epílogo

Capítulo 33

19 7 9
By Idoia_G


Llevo tres días desde que Lola se fue a casa de mi sobrino. He hablado con ella tres veces al día, cada día. Ayer estuve en Londres, Fue un vuelo de un día, ir por la mañana y vuelta por la tarde. Estuve con Lisbeth y su hija María, de la cafetería de siempre. Lis me ha contado que María está saliendo con un chico que parece muy simpático, pero que la pobre, parece querer ir con pies de plomo. Bueno es una chica muy simpática. Les hablé de Lola y de nuestra relación. Les dije que vamos a casarnos y se pusieron muy contentas por nosotros.

Esta misma mañana he firmado mi renuncia al puesto en la compañía. Les he dicho que los viajes que necesiten que cubra lo haré, pero ni uno más. He estado en las oficinas centrales casi toda la mañana a lo tonto. Casi todo el mundo ya sabe lo de mi ruptura con Lola. Ya saben que al menos es oficial. De hecho, ayer mi compañero, Lucas, me habló de eso. Bueno de eso y de los miles de rumores que circulan sobre mí.

Sandra volvió a tener un intento de acercamiento conmigo. Es increíble, lo chismosa que es la gente y lo espabiladas que son otras. Aunque, en realidad, yo ya sabía cómo son. Siempre lo he sabido y por eso siempre he querido mantenerme al margen de todo. Suena mi teléfono. Es Eros. O sea, es Lola.

— Hola

— Hola grandullón — la noto muy agitada.

— ¿Todo ok?

— Si, bueno. Paul me ha llamado, dice que tengo que firmar algo y quiere quedar esta noche. Creo que es otra encerrona porque quiere ir a cenar a un restaurante. Está muy pesado. Si se pasa de la raya, te juro que le voy a mandar a freír espárragos.

— ¿Qué vas a hacer?

— Eros me ha dicho que lo mejor es ir a ver que quiere.

— ¿Entonces vas a ir?

— Si ¿te parece bien?

— Mi niña, no sé. No me huele bien.

— A mí tampoco ¿Lo ves Eros? A tu tío tampoco le parece bien — oigo como se activa el manos libres.

— Tío — mi sobrino comienza a hablar — Lola debe cortar por lo sano. Tú, ya has renunciado. Lola debería hacer lo mismo. Puede usar, lo que quiera que quiere ese imbécil para cortar la historia. He pensado que puedo llevarla yo, hacerme pasar por su ligue e ir a recogerla, como un caballero. Así, el tipo este, deberá mantener las distancias.

— Pero es que te pareces mucho a tu tío. Se va a notar que sois familia.

— ¿Y si te lleva Rober?

— ¿Rober? — me meto en su diálogo

— Si... es un... amigo — ¿amigo de mi sobrino? Uuuu

— Oh, venga Eros, sois algo más que eso — Lola al ataque.

— ¡Lola! No veas cosas donde no las hay. Nos llevamos bien, peo si quieres te recuerdo que tiene novio.

— Buah, esos son detalles sin importancia. Se nota mucho que está coladito por tus huesos.

— Da igual... Puedo decírselo a él.

— Por mi vale — no conozco al tal Rober, pero si Lola está acompañada, al menos la llevan y la traen, me quedo más tranquilo.

— ¿Entonces acepto la cena? — Lola sigue indecisa.

— Si mi niña. Acabemos con esto lo antes posible.

— Te quiero grandullón... mmm... ya está. Le he escrito para ir a la cena.

— Rober también, me ha contestado. Te llevará y esperará por allí, hasta que le avises de que te recoja.

— Genial chicos. Mi niña, te amo mucho — le estoy haciendo pucheros como un imbécil, porque no puede verme — Deberíamos ver si podemos vernos un día de estos ¿vale?

— Si grandullón. Te echo mil de menos — Buah, me encantaría presentarme en casa de mi sobrino ahora mismo y besarla. Abrazarla y decirle cuanto la quiero.

Estos días separados, los he pasado realmente mal. Me despierto a todas horas buscando su pequeño cuerpo desnudo junto al mío. Me descubro mirando su cepillo de dientes al lado del mío. Abro su zona de armario y huelo la ropa que ha dejado aquí al irse. Parezco un acosador obsesionado con su presa. Hasta he dejado que King y Dalton entren en la habitación por las noches y se suban a la cama para notar que no estoy solo.

Gracias a Dios tengo a Bryan. Me hace compañía y eso, pero él tiene un papelón con lo suyo. Aún está dormido porque anoche salió con Andrés. Y acabó tirándose a una pelirroja, una morena y al propio Andrés en mi salón a las cuatro de la mañana. Me desvelaron y además acabé dándome una ducha de agua fría por verlos en aquella tesitura. Aquello parecía una peli porno con los cuatro enredados. Mi primer instinto fue largarme de allí, pero cinco minutos después me descubrí mirándolos embobados. Imaginando que Lola y yo estábamos ahí con ellos y un empalme del quince. Juro que jamás he visto algo tan erótico en mi vida. Sí, necesito sexo con mi pequeñaja urgente. Y para eso debemos cerrar el capítulo de Paul de una vez por todas. Espero que al menos esta noche Lola pueda acabar con el pesado de su jefe. Si no lo consigue el siguiente paso, sería denunciarle al comité por acoso laboral. Y eso es papeleo, más papeleo y juicios. Que perderíamos nosotros, seguro, al ser el jefe supremo de la compañía. Lola acabaría humillada y laboralmente hundida. Y no queremos llegar a eso.

Estoy desayunando en la cocina cuando Andrés entra en calzoncillos. Sí, todos están durmiendo en mi casa. Pero la verdad, es lo que hay. No me molesta. Me molesta no haber estado con mi niña en mi cama disfrutando de los placeres de la vida en pareja. Sin saber si a ella le pasa lo mismo que a mí. Pero créeme cuando te digo que cuando la coja por banda voy a encerrarme con ella a solas en casa durante días. Recuperaremos el tiempo perdido. Sí, señor.

— Buenos días — Andrés se rasca la cabeza y se coloca su... en fin.

— Buenos días. Menuda fiesta anoche ¿Eh?

— Ya ves tío. No veas que fieras esas dos chicas de anoche. No se lo pensaron cuando las dijimos de traerlas aquí.

— Ya lo vi — Andrés me mira ceñudo.

— ¿Nos viste?

— Oh, ya te digo si os vi — levanto mi taza de café y se la brindo al aire para beber después.

— ¡Joder! Tío, lo siento.

— No te preocupes. Me disteis envidia sana y me fui a mi cuarto a aliviarme pensando en Lola.

— ¿Cómo está? ¿Cuándo vas a verla?

Reconozco que mis amigos son los mejores del mundo. Sí, se traen a los ligues a mi casa, pero... llevan todos estos días haciéndome compañía.

— Espero que mañana. Esta noche Lola ha quedado con el jefe para cenar. Quiere ponerle los puntos sobre las íes y va a renunciar a su puesto en la empresa también. Pase lo que pase mañana voy a ir a verla y si a Paul le jode, me la pela.

— Eso está bien — Andrés se sirve un café y una pelirroja se asoma por la puerta algo tímida al verme

— Buenos días — va solo en braguitas y sin sujetador. Al verme se pone colorada y se tapa sus atributos. Cosa que no consigue porque son... grandes. Mucho.

— Hola. Esto... — dejo la taza en la pila y me doy la vuelta — me voy a vestirme para ir a correr. Os dejo que os vistáis y llevéis a las chavalas a sus casas.

Hoy no tenía pensado salir a correr, pero lo haré. Necesito salir del antro de perdición en el que se ha convertido mi casa estos días.

Correr me viene estupendamente. Hoy es sábado y aprovecho para ir a ver a mi madre al horno. Entro y el olor a pan recién hecho inunda mi nariz.

— ¡Gordo! — miro a la derecha y hay un tipo que no conozco mirando el escaparate de dulces de mi madre.

— Mamá ¿Cómo estás?

— Bien hijo. Enzo te ha dejado hechos unos dulces para que compartas con tus amigos y a ver si así te animas después de ... — la miro, mi madre, piensa que Lola y yo lo hemos dejado de verdad. No quiero que con toda la gente que habla mi madre, Paul se entere de que en realidad seguimos juntos. Al menos hasta que sepa cómo seguir el plan y salir de este lío. El hombre nos mira de reojo. Me da la sensación de que me espía. No es la primera vez que lo veo. Enzo sale del interior del horno y sonríe al verme.

— ¡Tío! — sale del mostrador y me abraza — tengo cositas que hablar contigo. La diseñadora va a venir en un par de días y necesito... — se percata del hombre, que sigue fijo en el mostrador y arruga el gesto — Bueno, ¿porque no entras al horno? Así te enseño los bollos que te he preparado — me coge del brazo y me arrastra hasta el interior, se acerca a mi oreja y me susurra — ese tío lleva rondando la panadería todos estos días. Y también le vi anoche cerca de la casa de Eros. Creo que las sospechas de que el tal Paul os vigila, son ciertas. ¡Qué locura!

— ¡Mierda! A mí tampoco me da buena espina el tipo ese.

— Eros me ha llamado hace un rato. Me ha dicho lo de la cena de esta noche.

— Sí, tengo ganas de que se acabe esta mierda. Cuando pase, voy a coger a Lola y llevarla a alguna isla desierta — pero no le pienso contar todo lo que le voy a hacer a ese cuerpecito andaluz que Dios le ha dado a mi niña.

— Uuuu suena bien eso ¿Eh? — mi sobrino me da un codazo — Toma. Os he preparado unos bizcochos para tus amigos y tú. Tienen que reponer fuerzas. Anoche lo dieron todo en el pueblo de al lado. Y se ligaron a las hijas de boticario.

— ¿Esas eran las hermanas Narváez?

— Oh, sí. Menuda triunfada la de tus amigos. Andrés lleva tiempo detrás de Kendra pero lo de Bry con su hermana fue toda una locura.

Me parto con mis amigos. Las hermanas Narváez son dos chicas, obvio, más bien tirando a ligeritas. He oído de ellas que en la cama son unas fieras y que les gusta salir de caza juntas. Andrés siempre decía que sentía curiosidad por estar con ellas, por todo lo que se habla. Pero como siempre cazan juntas Andrés no podía ligar con ellas solo. Sé que mi hermano Carlos ha tenido algo con Samantha, la otra hermana, la más tímida. Pero mi hermano es muy hermético para sus cosas. Y eso al final se quedó en nada. Si todos los rumores que se oyen en el pueblo fuesen ciertos, mis hermanos se habrían casado o divorciado veinte veces.

Azu aparece por la puerta trasera.

— ¡Bicho! — se lanza a mis brazos — dichosos los ojitos que te ven. ¿Cómo te encuentras? — a ella tampoco le he contado la verdad de Lola. Solo la saben mis sobrinos, Sofi, Andrés y Bry. Para los demás lo que ha pasado es que Lola ha decidido dejarme por otro. Quizá es demasiado dramático. Pero no queremos que Paul se entere de la verdad. Así que como son demasiadas bocas que callar...

— Bien — pongo los ojos en blanco — ¿Tan mala pinta tengo? — le sonrío.

— Esa es la cosa, se te ve bien. Como si nada. Y sé que estabas coladito por esa golfa.

— ¡No la insultes!

— ¿Y la defiendes?

— Tía, déjalo ¿vale? No sabemos bien lo que ha pasado.

— Otro, claro cómo es tu amiguita... y tú — me señala — deja de guardarle luto. Lo que tienes que hacer es salir con tus amigos y liarte la manta a la cabeza con alguna de esas que solo buscan una noche loca.

— Azu...

— No, en serio. Ahora que te has soltado y que te has abierto al mundo de las relaciones, no podemos dejarlo pasar. Mi amiga Carmen, la farmacéutica, se ha separado de su marido. Y está buscando solo sexo... si quieres... — Enzo se parte de risa mientras saca unos bollos del horno.

— ¿Quién eres y qué has hecho con mi hermana? — le digo riendo. De repente se queda seria y me mira fijamente.

— Me voy a divorciar de Germán.

— ¿Qué? — Enzo se gira de golpe y yo me quedo en shock.

— Lo que oís. Y por si no lo sabéis, lleva meses sin dormir en casa.

— Lo sabemos — digo — pero... pensé que volvería... como siempre. ¿qué ha pasado? — mi hermana se pone con los brazos en jarras como si fuese una heroína.

— Germán me ha sido infiel con su compañera de la agencia de viajes.

— ¿¿QUÉ?? — Enzo se lleva las manos a la cabeza — ¿Pero... pero si es más fea que un pie? No entiendo nada. Y además Germán es... — le doy un codazo para que pare.

— Me parece lo mejor. Sabes que nunca me cayó bien — abrazo a mi hermana para apoyarla en estos momentos — Lucía imagino que lo lleva bien. Nunca ha adorado a su padre, pero... ¿Germán Jr?

— Bueno, la verdad es que desde que Germán no está en casa, no ha pasado demasiado tiempo con ellos, así que le han tomado un poquito de tirria.

— ¿La yaya lo sabe?

— Sí, fue de las primeras en saberlo. Nos conoce demasiado a todos.

— ¡Vaya!

Salimos hacia la zona de tienda de nuevo y el pesado del hombre sigue ahí.

— ¿seguro que quiere pensarlo más? No hay más opciones — mi madre está perdiendo los nervios, pues el tipo nada, que no se va. Y tampoco compra nada.

— Vaya tío, lo siento — Enzo me da una palmada en la espalda, Azu que viene detrás no se entera de nada y se pone tras el mostrador junto a mi madre. El tipo mira con interés a Enzo y mi madre se pone a hablar con mi hermana — Eros me dijo lo del tal Roberto. Parece que Lola te ha buscado el reemplazo rápido — le miro con el ceño fruncido. Pero creo que sé por dónde va.

— Ya, estoy destrozado, pero las dos chicas que me han traído Andrés y Bryan a casa anoche me han animado un poco.

— Sí, he oído que esas hermanas son la caña. Espero que les gusten los dulces. Y si esas dos no te animan, ya sabes que tengo un par de amigas que están buscando ligue. Pero solo de una noche. Date tiempo para pasar página.

Disimulamos frente a la cara de embobada que se le ha quedado a mi madre con nuestra conversación.

— Bueno familia, me voy. Tengo gente esperando en casa — muevo mis cejas arriba y abajo. Enzo se ríe.

— ¡Hijo! Sé que lo estás pasando mal, pero no hagas nada de lo que después te arrepientas ¿vale? — mi madre sale del mostrador para abrazarme y me da dos besos de esos apretados, los típicos de madre. Y Azu me despide con la mano

— ¡Bicho! ¿así que las hermanas Narváez están en tu casa? ¿qué calladito te lo tenías? Disfruta — Esta no parece mi hermana mayor, la verdad. Está realmente rara, pero la sonrío y salgo con dos bolsones llenos de bizcochos, seguro que casi todos de chocolate.

Llego a casa y Andrés está con Bryan sentados en un sofá y las dos hermanas, la pelirroja y la morena, sentadas en otro sofá. Todos tienen mandos de la consola.

— ¡Vaya! ¿Estáis jugando? — Les pregunto nada más entrar.

— ¡Síiii! — me responden mis amigos a la vez. Veo que Bryan para el juego y viene hacia la cocina

— Vaya ¿Y todos esos bollos? ¿Son para nosotros?

— Buenos días para ti también — le contesto entre risas. La morena aparece por detrás con una camiseta de mi colega. Me recuerda al día que vi a Lola en mi casa por primera vez. Una sonrisa se dibuja en mi cara.

— Hola, soy Javi, el dueño de todo esto — le tiendo la mano a la chica que se acerca a darme dos besos.

— Hola, soy Samantha, Sam para los amigos. Sé quién eres — me repasa con la mirada de arriba abajo sin dejar de sonreír — eres más guapo de lo que recordaba. Y en las distancias cortas ganas mogollón. Además me recuerdas mucho a tu hermano Carlos.

— Ya esto... — me rasco la cabeza — gracias. Pero...

— Sí, tranquilo — hace un gesto con la mano para restarle importancia — acabas de dejarlo con tu chica. Pero si necesitas un... hombro en el llorar, puedes contar conmigo.

— Ya... gracias de verdad.

— ¿Has traído el desayuno? — la chica abre los ojos mirando los dulces que sigo colocando sobre una bandeja.

— Sí, ¿por qué no preparáis café? — y cierro la puerta a un nuevo hombro de mujer. No quiero jaleos.

Suena mi teléfono con un mensaje. Es de Lola

"Grandullón, quiero que llegue mañana y verte de nuevo. Bueno verte y comerte. Te quiero con locura"

Buah, necesito que se acabe el día de hoy. De verdad. La contesto con muchos emoticonos y gifs muy explícitos con todo lo que la voy a hacer cuando la vea.

Desayunamos los cinco entre risas. Las chicas son bastante más divertidas de lo que parecen cuando salen por la noche. Sam está terminando la carrera de medicina. Bueno la tiene terminada y está terminando la especialidad. Pediatría. Por lo visto le encantan los niños y ha hecho prácticas no remuneradas con médicos sin fronteras, en varios países de centro américa. Su hermana Kendra es dos años menor que ella y ha estudiado económicas. Trabaja en una empresa en Madrid capital y por lo visto tiene un jefe al que odia. Lo típico que suele pasar. Esa gente de negocios es una estirada. Andrés está pletórico con su pelirroja Kendra, no hace más que comérsela con la mirada, ella no le hace ni caso. Pero Sam y Bryan, parece que hayan hecho muy buenas migas. Si no sale nada romántico de esto, puede que sean grandes amigos en el futuro.

Estamos en el salón de casa, seguimos los cinco con la ropa de estar por casa jugando a la videoconsola. Solo tengo cuatro mandos así que nos vamos turnando. Me lo estoy pasando bomba y lo mejor es que no estoy dándole vueltas a la cabeza continuamente.

— ¿Qué planes hay para hoy? — la pelirroja que no juega ahora, deja caer la pregunta.

— Bueno... — Andrés responde — por mí podemos quedarnos aquí toda la noche bebiendo y follando — levanta las cejas repetidas veces. El muchacho, sincero es un rato.

— Va, en serio — la pelirroja insiste con u mohín.

— Conmigo no contéis para salir. Lola ha quedado con Paul y quiero estar pendiente por si me llama. No me fio de ese cabrón, ni un pelo.

— Uuuu, que divertido — Sam se ríe — Podríamos ir al centro. Me apetece bailar hasta morir deshidratada.

— Me apunto — su hermana da saltitos

— Yo también ¡Siiiiiii! — Bryan acaba de ganar la partida y se apunta al planazo.

— Yo, por supuesto que me apunto. A lo mejor esta noche toca una rubia — Andrés está mirando de reojo a Kendra para ver si le dan celos. Pero la chica nada de nada. Así que esta noche igual sí que le toca una rubia. O morena.

— ¡Genial! Estoy hablando con un colega a ver si nos mete en lista.

A las nueve estoy de los nervios. Los chicos se han ido a cambiarse a casa de Andrés y luego recogerán a las chicas para salir. Carlos Y Alfon también se unirán, pero directamente allí. Yo no hago más que morderme las uñas y mirar el móvil como un retrasado. Cada dos minutos lo miro de nuevo. Me he subido al cuarto y he puesto el portátil con una peli, a ver si el tiempo pasa más rápido. Pero es un universo paralelo porque la peli parece ir rápido, pero los segundos no pasan en el reloj. ¿Se habrá quedado sin pilas?

De repente me llega un mensaje. Es de Bryan

Bryan

Colega, Miriam me ha dicho que Paul acaba de pillar tres billetes para Berlín, para esta noche. A nombre de él y dos hombres más. No reconozco los nombres. Te adjunto la foto que me ha mandado de la compra.

Javi

Joder, ¿qué planea este Hijo de puta? Gracias.

Miriam es la secretaria personal de Paul. Vamos la que le hace todas las gestiones. Y Bryan se ha acostado varias veces con ella. Hace unos días Bryan la escribió para sonsacarle lo que pasaba con Lola. Hemos descubierto que Paul, no es trigo limpio, tiene algunas denuncias por violencia y por algo de prostitución en un club o algo así. Tampoco hemos querido indagar más. Pero el dinero siempre salva a los ricos. Y Paul está podrido en pasta.

Yo no me quejo, poco después de morir mi padre, me tocó la lotería. Cinco millones de euros. Ayudé con deudas y casas a mis hermanos y bueno me compré mi casa. Lo que sobró lo tengo ahorrado y con mi sueldo voy subiendo la cifra. Vivo bastante holgado con mi sueldo. Puedo permitirme llevar una buena vida y no pensar en que las deudas me ahogan, pero Paul, está en la lista Forbes. Y en el top 50. Imagínate la vida que lleva el colega. Esa gente con tanta pasta suele estar además metido en cosas turbias. Pero obvio, nosotros no tenemos pruebas.

Sigo mirando la pantalla del móvil, mientras la peli sigue su curso. Nada de nada.

Beep

Mensaje.

Enzo

Lola escribió hace un rato a Rober para que fuese a por ella. Estaba acabando la cena y no se encontraba bien. Pero estoy con Rober y Lola ya no está en el restaurante.

Tito Javichu

¡Joder! Eso es raro ¿no? Me estoy poniendo paranoico.

Nada más mandar el mensaje el nombre de Lolita ilumina la pantalla con nuestra foto. ¡Joder! ¿Y si le ha pasado algo? Descuelgo.

Oigo ruidos y gemidos de Lola

— Más fuerte, ¡Más fuerte!

Es ella de eso estoy seguro, pero no puede estar pasando lo que creo que está pasando. ¡Me cago en mi puta vida!

— ¿Lola? — Me estoy vistiendo con el manos libres puesto — ¿Lola?

Sigo escuchando los sonidos que inundan mis oídos. Los gemidos de un hombre también me llegan y de repente la voz de Paul.

— Oh Lola, eres el mejor polvo de mi vida — y se entremezclan los sonidos de varios jadeos. Y de fondo un sonido inconfundible.

Veo todo rojo. He tirado el móvil contra la puta pared. El mundo. ¡Mi mundo! Acaba de eclosionar. Pero sé lo que tengo que hacer. Nadie se ríe de mí en mi cara. 

Continue Reading

You'll Also Like

85.7K 2.2K 13
Dicen que cuando eres diferente, eres raro. Cuando tienes gustos diferentes también dicen lo mismo.. Pero, ¿qué pasaría si mis gustos son un poco ext...
227K 16.7K 27
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca. -¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen. -Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a e...
681K 34.4K 34
Melody Roberts es una chica muy sencilla, no es muy sociable y solo tiene una mejor amiga. Vive sola en un pequeño departamento, el cual debe de paga...
91.4M 8.5M 65
El pueblo de Wilson es tranquilo, regido por sus costumbres y creencias religiosas muy estrictas, donde Leigh ha crecido, siguiendo cada regla y paut...