Enséñame a volar

By Idoia_G

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"Si a mis 38 años, soltero, friki y hogareño me dijesen que mi vida iba a cambiar radicalmente en un segundo... More

Intro
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítlulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Epílogo

Capítulo 31

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By Idoia_G


Capítulo especial narrado por: LOLITA

Después de todas mis movidas de las últimas semanas. De mi viaje sorpresa a Brasil, porque Paul, me la ha jugado, pero bien. Debe vigilar mis pasos porque se enteró de lo que planeaba hacerle a Javi en París. Convencí a Bryan de que me cubriese como piloto en la vuelta de Berlín. Toda una ilegalidad. Porque un piloto no puede suplantar a otro y menos si no trabajas en la compañía. Pero Bryan me dijo que le daba igual si le despedían. Le parecía un gesto precioso. Y es que había pensado que por el cumpleaños de Javi y estando en París, podríamos decidir la fecha de la boda en lo alto de la Torre Eiffel, con la ciudad del amor a nuestros pies. Pero todo se torció, por culpa de Paul. ¡Dios, cuánto lo odio! Bueno eso y que perdí el puñetero móvil.

La próxima vez que haga algo así, compro los billetes a nombre de otra persona, para que el sinvergüenza de mi jefe no me pille. Bueno, eso sí hay próxima vez, porque acabo de dejar a Javi, tirado en el suelo del porche con una zorrita. Sí, has leído bien una zorrita morena y guapísima. ¿Pretendía ponerme los cuernos? ¿Pero dónde está mi Javi? Lleva toda la semana con la voz triste y cansada y decide salir esta noche y liarla. ¿Pero si Javi no bebe? ¿Qué demonios ha pasado? ¿O es que llevo todo este tiempo idealizando tanto a Javi que no puedo más que decepcionarme al ver la realidad?

Veremos a ver que excusa me pone. Miro hacia atrás y la zorrita está ayudando entre risas a que mi novio se levante. ¡Pero, si le veo hasta las bragas! ¡Va casi desnuda! ¡JODER! Que mala leche se me está poniendo en un momento.

Yo venía dispuesta a darle una sorpresa a Javi. Le mentí con la hora a la que volvíamos. En realidad, me adelantaron la vuelta al vuelo anterior porque el piloto de otra compañía se puso enfermo. Y pidieron a cualquier compañía cubrir el vuelo con un piloto cualquiera. Y me ofrecí. Así podía llegar doce horas antes y sorprender a mi grandullón. Jamás pensé que la sorpresa me la llevaría yo. Encima me duele la tripa y creo que voy a vomitar. Tengo que ir a urgencias. Llevo más de una semana con vómitos. El caso es que lo hago y se me relaja el cuerpo. Pero me pongo muy mala. No he querido ir al médico porque, total, sé que son los nervios.

Mi querido jefe, me ha tenido toda la semana hecha mierda. Me obligó a renunciar a mi puesto, a cambio de que Javi pueda mantener el suyo. Me intentó convencer de que Javi me había sido infiel. Tiene grabada una conversación, que tuvo con él en la habitación de Las Vegas. Lo que él no sabe es que yo estaba en el baño y escuché todo. Javi no quiso desmentirle que yo estaba en el baño y para protegerme se inventó que la chica de la piscina era otra. Todo muy rocambolesco. Pero como no cedí a su mentira y le dije que me daba igual y que amaba a Javi, me convenció para ir a una supuesta cena con los jefazos que se convirtió en una cena íntima los dos solos.

Juro que se me revolvieron las tripas en ese mismo momento. También me dijo que, si no quería que le destrozase la vida a Javi, me terminaría la cena y luego le acompañaría a hacer unas gestiones de trabajo. Así, me llevó después de la cena, en la que me negué a hablarle mientras me llevaba al bar del hotel. Allí, si estaban el resto de los jefazos, me los presentó como si yo fuese su cita y luego todos juntos fuimos a una discoteca. Cuando el resto de los jefes de la compañía desaparecieron le dije que me largaba. Se fue conmigo y me largué. No podía mirar a Javi a la cara, así que aproveché que Marta estaba en Madrid y me fui con ella a dormir. Sé que debería haber hablado con Javi, pero me dio vergüenza haber sido tan tonta y que me hubiesen engañado de esa manera.

A veces yo misma pienso que soy estúpida. Me dirijo corriendo al baño a vomitar, porque sí, tenía ganas de hacerlo. Cuando me incorporo Javi me mira desde el umbral de la puerta con la chica asomando por detrás. Será cotilla.

— ¿¿¡¡Qué miráis!!?? — les digo de malas maneras.

— ¿Lolita essh... hip... tas bien? — genial está tremendamente borracho.

— Estoy genial — le rodeo y salgo del baño. Tengo un mosqueo que no veas — aunque peor acompañada que tú.

— ¡Hola, soy Lina! — se adelanta la chica y me tiende la mano de nuevo.

— ¡Ya me has dicho antes quien eras! — le grito mientras la miro de arriba abajo, es guapa la jodia.

— Pensé que no me habías oido. Oye... esto — señala a Javi — no es lo que parece.

— ¿A no? ¿Y qué parece chica lista?

— Tu novio siendo infiel, pero Juro que no lo es — se pone la mano en el pecho y la otra la levanta a modo de juramente real.

— Mi niña — Javi viene corriendo, bueno hace lo que puede — No es lo que parece, de verdad.

Me pongo con los brazos en jarras. Ya puede ser buena la milonga que me cuente.

— Eshhta noche quedé... hip... con Andrés...

— Soy lesbiana y estoy enamorada de mi mejor amiga que es además la novia de mi hermano — la chica corta a mi novio, que no se entera y sigue intentando hablar. Habla muy rápido y logro pillar lo que dice porque me ha parecido realmente interesante. Y dejé de escuchar a mi chico, me centré en la chica. Si eso es cierto es una putada. Y ahora ya no me parece tan zorra. Pero... puede ser su estratagema para engañarte. Bien... miro de nuevo a Javi.

— Y entonces Alfonso se fue al baño con... ¡Joder!... cómo se llamaba... ¿¿Carla?? No... Carla, no... era... — se pone la mano en el mentón. Definitivamente mi novio no me iba a poner los cuernos. Y decido creer a la chica que también mira a Javi mientras dibuja una sonrisa en la boca.

— Bien — cojo a la chica del brazo cortando su reacción ante la verborrea de mi borracho futuro marido — decido creerte. ¿Por qué mi novio está borracho?

— Bueno ha bebido un montón. Bueno como todos menos yo. Solo bebo cócteles sin alcohol — me quedo mirándola, la repaso de arriba debajo de nuevo.

— ¿Por qué te ha invitado hasta aquí? — A ver qué respondes a eso guapita.

— Se lo pedí yo. Mis amigas iban a quedarse a dormir en mi casa, pero han ligado con sus amigos — señala a Javi de nuevo — y bueno, mi hermano y mi amiga están en casa. Y no quiero escuchar sus noches de pasión. Odio esas noches — se mira la punta de los zapatos. Ahora me da penita la pobre.

— Vaya

— Sí, vaya.

— Y la pobre está enamorada de la novia de su hermano y me ha dado pena. Y la he invitado — Javi sigue a lo suyo cuando regreso a la realidad del salón — Y no quería estar solo, porque aquí solo te recuerdo, y te echaba de menos — Javi habla sentado en el sofá. Ni siquiera me mira, en realidad los ojos se le cierran. Y dentro de nada se va a quedar dormido. Sonrío. Mi pobre grandullón. Le he echado tanto de menos.

Y tengo que decirle que he tomado la decisión de dimitir de la empresa. Él se puede quedar. Ya veremos cómo nos las arreglamos. Para coincidir, para vernos, para todo eso. Me fijo y mi grandullón ya está roncando en el sofá. Es lo que tiene el alcohol cuando corre por sus venas. Que le duerme. Eso y que se trae chicas a casa por lo visto.

— Oye — la chica me saca de mi visión — No quiero molestar. Puedo irme a casa, en serio. Me pondré tapones y arreglado. No sería la primera vez.

— ¿Has probado a hablar con ellos sobre esto? — le digo.

— ¿Cómo? Nooo. Ni de broma. Mi hermano está colado por mi amiga. Y ella bueno. No sé, siempre pensé que estábamos conectadas y eso. Pero he confundido su amistad con amor. Ya sabes.

— ¿Quieres una copa? Necesito digerir esta noche.

— Claro — la chica se quita los zapatos. Es bastante bajita. Que no es que yo sea muy alta la verdad. Pero bueno.

Sirvo un par de copas de wiski. Lo ha debido traer Andrés. Porque hace unos días esto no estaba en casa. Y Javi no compra alcohol.

— Bueno — comienzo rompiendo el silencio que se ha creado. Necesito saber, qué ha traído a Javi, a este estado lamentable — ¿Sabes por qué mi novio está tan borracho? Él, en realidad, no suele beber.

— Bueno me ha dicho que todo parecía indicar que tú — me señala — le estabas poniendo los cuernos — ¿Cómo?

— ¿Cómo? ¿Por qué? — ¿Cómo ha llegado a esa mierda de conclusión? Si le adoro.

— Bueno por lo visto le has mentido quedando con tu jefe a escondidas — me mira, está valorando si vamos bien o si le voy a soltar alguna bordería. Le indico que siga — Sabe que habéis quedado dos veces, una de ellas incluso te quedaste a dormir fuera. Con él, supone — ¡Madre mía! ¿Cómo ha averiguado todo eso él solo? — y que has usado a su hermana y tu amiga de tapaderas — bebe del wiski despacio. Lo está saboreando. Me había dicho que no bebe alcohol. Igual lo necesita para soportar mi interrogatorio. Y yo no puedo dejar de pensar que tengo una gran conversación con mi chico. Que esto se me ha ido de las manos.

— Bueno, quería protegerle — Me defiendo, ella me mira. La verdad es que me cae bien. Y me da la sensación de que puedo fiarme de ella — Mi jefe es un cabrón. Me acosté hace cerca de un año con él. Antes de conocer a Javi. Se quedó ahí, pero desde hace unos meses insiste en quedar conmigo. Nunca había quedado, pero después de nuestro viaje a Las vegas, me amenazó con despedir a Javi. Y él adora su trabajo. Quiero darle a Javi, todo lo que quiere. Y quiere ser piloto. No voy a hacer que renuncie a todo por mí.

— Es bonito — la miro — tener a alguien que renuncie a sus sueños por ti. Lo que haces por él está bien. Pero deberías hablar con él.

— Lo sé. Pero no quiero cagarla ¿Sabes? — La miro. Es fácil hablar con esta chica. Miro a Javi de nuevo. Está plácidamente tirado en el sofá. Pobrecillo. — ¿Quieres ayudarme a llevar a mi grandullón a la cama? Te dejaré ropa para que duermas en la habitación de enfrente si quieres.

— Vale. Gracias. Necesito dormir, la verdad.

Llevamos a Javi entre las dos al cuarto. Le dejo tirado en la cama. Saco un pijama mío y se lo tiendo a Lina. Ella lo coje con una sonrisa en los labios. La dejo en la habitación y vuelvo a la mía. La que comparto con Javi. Ese al que le debo mil explicaciones. Las que no sé por dónde empezar.

Noto que algo me acaricia la cara. Abro los ojos despacio y veo a mi grandullón, con sus ojos recorriendo toda mi cara, como si se estuviese aprendiendo cada marca sobre mi piel.

— ¿Eres un sueño? — niego con la cabeza — Eres tan guapa — Ya no está borracho, ni un poquito. Me sonríe y un calor invade todo mi cuerpo. — Te he echado de menos

— Y yo a ti grandullón — una lágrima rebelde se escapa de mi ojo, donde querría retenerla — Tengo que hablar contigo.

— Ahora no — se acerca y roza con sus labios los míos — ahora déjame quererte — me aprieto contra él. Me abrazo a su cuerpo caliente, a ese cuerpo que huele tan bien. Quiero amarle como se merece. El beso se vuelve ardiente, un fuego que consume cada célula de mi cuerpo. Un beso que me lleva a querer más, mucho más.

Javi recorre mi espalda con sus manos, baja hasta mis braguitas, mete sus manos bajo ellas y aprieta mi trasero contra él. Su espada está lista para el estoque e inconscientemente me restriego con mi sexo. Él gime en mi boca y explotamos. Nos necesitamos tanto. Todo a nuestro alrededor es una quimera, no existe. Solo estamos él y yo en este momento. Somos dos trozos de carne fundiéndose para crear un solo cuerpo. No puedo separarme ni un centímetro de él. Aunque quisiera no podría. Nos amamos sin límites, sin barreras.

Amanezco entre los brazos del grandullón. Me giro y me pongo frente a él. Aún está dormido, le admiro. Anoche hicimos el amor de un amanera que nunca antes lo habíamos hecho. Fue tan íntimo, fue muy lento, muy despacio, fue tan puro. Y siento que hoy mis mentiras nos van a pasar factura y van a rompernos. Siento que esto no va a acabar bien. Quizá soy tremendista o fatalista. Pero piénsalo ¿Tú confiarías en lo que te diga alguien que te ha estado mintiendo dos semanas? Yo, posiblemente no. Y sé que he hecho daño a Javi. Y no lo merece.

Estoy desayunando con Lina en la cocina. La puerta de la calle se abre y entran Eros y Enzo.

— ¡Buenos días! — grita Enzo. Como siempre llega dando la nota y llamando la atención. Ambos se quedan parados en el umbral mirando a Lina.

— ¡Hola chicos! Esta es Lina, una amiga de Javi — ella me mira con gratitud. Sé que no es amiga de Javi, pero así le dejo claro que no hay rencores.

— ¿De mi tío? — Eros se rasca la nuca — Soy Eros — le tiende la mano a Lina — este es mi hermano Enzo — Enzo está embobado. Debo decir que Lina es una niña muy, muy guapa. Lástima que sea lesbiana ¿No? Eros le da un codazo a su hermano.

— Si... eh... esto... si, soy Enzo.

— Un placer chicos. ¿Gemelos?

— Sí. ¡Vaya una chica lista! — Eros se mete de lleno en la conversación, mientras su hermano se queda rezagado, parece que le hubiese comido la lengua un gato. Hablando de gatos ¿Dónde están todos los míos? Miro a mi alrededor y por la ventana y nada.

— Gracias. Solo hay que veros — les señala.

— ¿Y mi tío? — Enzo me mira directamente a mí.

— Aún está dormido — respondo. Eros se mira el reloj.

— Qué raro.

— Bueno digamos que anoche bebió más de la cuenta.

— ¿Mi tío? — Enzo me lo dice mientras abre la nevera y se enfrasca en ella para coger, lo que imagino serán sobras de algo. Ayer no me dio tiempo de mirar nada.

Javi entra por la puerta de la cocina bostezando. Se fija en mí, luego en Lina y por último en sus sobrinos. Va a hablar, pero se abre de nuevo la puerta de la calle y nos quedamos a la espera. Carlos entra con dos chicas guapísimas y seguido de un Andrés muy sonriente.

— ¡Buenos días familia! — Carlos se frena y me mira, luego mira a Lina y luego a Javi que aún está desperezándose — ¿Todo bien?

— ¡Linaaaaa! — las otras dos chicas se abrazan a Lina y comienzan a hablar realmente rápido — Tía, pensábamos que te había pasado algo. ¿Por qué no cojes el teléfono?

— Bueno, debe estar sin batería. Me vine con Javi.

— Buah tía, ¿te lo has tirado? Porque está buenísimo, aunque pensábamos que se habría acostado con Claudia, la muy zorra se lo pidió nada más vero. Y ya sabes que donde pone el ojo pone la...

Mi carraspeo las frena en la conversación y se percatan de la presencia de los demás.

— Hola, soy Lola, la novia de Javi.

Las dos chicas nuevas se me quedan mirando como si me fuesen a salir dos cabezas en cualquier momento. Miro a Javi, está realmente serio. Miro a Carlos y Andrés que están cuchicheando entre ellos y entre risas, los gemelos también miran la escena divertidos y Lina me mira con las mejillas sonrosadas por la vergüenza. Mis ojos vuelven a Javi, le ruego que me dé una señal para saber que lo de anoche no fue producto de su sueño o el alcohol. Pero él no se mueve.

— En... cantada — dice una de ellas — Yo... lo siento.

— No te preocupes. Si queréis café, está recién hecho.

Salgo de la cocina, necesito refugiarme en mi cuarto o donde sea. Llego a la habitación y me quedo mirando por la ventana. Necesito solucionar este embolao en el que estoy metida. Noto una presencia tras de mí. Sé que es Javi, pero no le miro. Se acerca a mí, rodea con su brazo mi cintura y apoya su cabeza sobre la mía.

— Lola, tenemos que hablar.

Es una frase lapidaria. Lo dicen en todas las pelis y en todos los libros. Pero debo enfrentarme a esto. A mis mentiras y engaños. Y a todo el daño que pueda haber causado. Ya veré cómo lo reparo después.

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