Atrapada por el Alfa

By Arhedis

665K 37K 1.5K

Tras el encuentro con un ser sobrenatural cerca del bosque, la vida de Scarlett es cambiada por completo. Es... More

!Importantes cambios!
Cap 1 • Viloy
Cap 2 • La leña
Cap 3 • Kai y Marla
Cap 4 • Nuevo récord
Cap 5 • Sobrenatural
Cap 6 • Misión Imposible
Cap 7 • El trabajo
Cap 8 • Seth el lobo
Cap 9 • Scarlett y la manada
Cap 10 • El protector
Cap 11 • Arrepentimiento
Cap 12 • Un gracias de corazón
Cap 13 • La frase filosófica
Cap 14 • El albornoz
Cap • 15 El error más caro
Cap 16 • Las subastas
Cap 17 • Más que una mordida P.1
Cap 18 • Más que una mordida P.2
Cap 19 • "Chills"
Cap 20 • Las consecuencias de saber
Cap 22 • Frai y su mate
Cap 23 • Con el informe en las manos
Cap 24 • ¿Por qué?
Cap 25 • El escondite
Cap 26 • Una faceta desconocida
Cap 27 • La luna sobre nuestras cabezas
Cap 28 • La calamidad de la fiesta
Cap 29 Dos falsas facetas
Cap 29 • Pruebas y más pruebas
Cap 30 • El dominante
Cap 31 • La muerte en la cura
Cap 32 • Lujuria
Cap 33 • El pasado regresa.
Cap 34 • "Photograph"

Cap • 21 Más cerca

14.9K 997 9
By Arhedis

Mi padre y Connor empezaron a pelearse como nunca antes, ambos se mostraban los dientes como fieras salvajes sin dejar morderse, y cuando quise intervenir de nuevo, mi madre, tomó mi brazo para que siguiera sentada.

—Quédate aquí— pidió.

Se marchó corriendo hacia el desván donde guardábamos todas las armas y algún que otro utensilio, y más tarde, salió por la puerta con una especie de tubo de cristal con un líquido verdoso dentro de este. Se acercó a mi padre y quitando el tapón del frasco, se lo lanzó entero del cuerpo procurando no ser mordida por esas fauces.

Seguía sin dar crédito al haber descubierto que mi padre también era uno de ellos, pero ¿cómo había podido ocultarlo estos años atrás?

Predije lo que estaba a punto de suceder, pues mi cuerpo se sentía débil, empezaba a temblar como una hoja, y por poco, mis pulmones quedaron totalmente obstruidos por la falte de aire. Tan solo pude pensar en que lo que tenía era un ataque de pánico en ese momento, tan solo por la situación, y puede que por el miedo a que alguno de los dos saliera lastimado.

Que débil e inútil me sentía en ese mismo momento, al ser incapaz de separarlos o poder llamar la atención de mi padre para que dejara de hacer esas atrocidades. Pero por suerte, segundos más tarde mi padre cayó al suelo de un buen golpe y por la extraña pócima que le había echado mi madre sobre la cabeza.

Quise acercarme a Connor por mi cuenta para que se alejara un poco de mi padre, ya que no sabía que iba a hacerle por más inconsciente que ahora estuviera, aunque al querer levantarme, aún trémula y el corazón en un puño, caí del sofá hacia delante, casi impacté en el suelo, pero un gran cuerpo bloqueó la caída.

Un fuerte olor familiar me invadió de pies a cabeza cuando me vi envuelta por unos brazos y mi cabeza siendo presionada contra su pecho. Gracias a ello, logré tranquilizarme un poco, diminuí mis pulsaciones y mi cuerpo dejo de temblar al fín.

—Lo siento mucho chicos— murmuró mi madre acercándose a nosotros.

Lucía dolida y confusa, sus ojos cristalizados por un par de lágrimas indicaron que ella lo sabía todo desde un principio. No quise preguntarle al momento, todo lo contrario, esperé a que ella fuera la que lo dijera.

—Tu padre y yo no queríamos que salieras lastimada al saber lo de sus cambios— se agazapó a nuestro lado de rodillas—, desde que naciste pensamos que lo mejor sería mantenerte segura de su otra naturaleza, como todos los demás.

Supuse que indicó a Connor y a los demás híbridos que coexistían en el bosque.

—Me he asustado un poco cuando has hecho esas preguntas justo después del día de la luna de sangre.

—¿Qué... clase de padres lo esconden a su hija?— mi voz tembló.

Seguí aferrada a Connor al no poder ni siquiera acercarme a mi madre, mucho menos al lobo que ahora estaba totalmente K.O en el suelo, a tan solo un par de metros. Y dolía que todo fuese así y no de otra forma.

—Lo siento, de verdad, pero no creo que fuese lo más seguro.

Cuanto quise recriminarle esas palabras vacías... lo deseé, pero ahora tan solo quería volver al valle.

—Nos vamos— dijo con sequedad Connor, haciendo que su pecho se acercara más a mi oído por lo grave y ronca que podía llegar a ser su vez de vez en cuando.

—Sí, será lo mejor...

Me sobresalté un poco cuando fui tomada debajo de las axilas para levantarme y luego ser acomodado a su cuerpo que no dudé en aferrarme de nuevo como un pequeño bicho a él.

Al salir de casa, hundí mi cabeza en su cuello e intenté calmar los nervios que seguían persiguiéndome desde un principio, él sin hablar, empezó a acariciar mi cabeza para después enrollar algunos mechones de pelo en sus dedo índice, y pude decir que logró calmarme un poco con ello, hasta que nos adentramos en el bosque.

Una vez dentro del frondoso lugar, tuve algo de ganas de llorar, soltar todo lo que había vivido esa misma tarde, pero reprimí ese pensamiento al saber que lo estorbaría y que seguramente sería recriminada más tarde.

Pero al sentir como mi estómago se encogió por su pecho que volvía a incharse para hablar, me imaginé todas las posibles respuestas que saldrían por esos infames labios.

—Scarlett— dijo mi nombre en voz baja, pero no contesté, porque no podía—, puedes llorar, no tienes que reprimirte.

Mi corazón se encogió cuando terminó de hablar por la sinceridad con la que lo había dicho y antes de ahogarme de nuevo en su hombro para soltar el par de lágrimas que rogaba por sacar, dejé que mis labios besaran su mejilla.

Me sorprendió saber que no le había importado en absoluto al no escuchar ninguna queja ni ser lanzada como un gato arisco, así que hice lo que más quería en ese momento, dejar salir las lágrimas que escocían mis ojos, hasta que llegamos al valle.

Una vez que pisamos el ligero camino que podía verse al salir del bosque, sentí alivio al haber regresado.

Algunos lobeznos corrieron a las espaldas de Connor para verme a los ojos, y su ternura, remplazó el dolor que sentía desde hace varios minutos. Algunos de ellos empezaron a preguntar con pequeños ladridos que le habían pasado a mis ojos que estaban tan rojos, otros tan solo se preocuparon por saber que estaba siendo cargada por él, y otro más pequeño y grisáceo, me observó con determinación como si estuviese analizando todas las respuestas posibles a cerca de lo que pudiese haber sucedido.

—Id a dormir— exigió con seriedad a mi lado.

Los cachorros se despidieron de mí y más tarde se marcharon corriendo de vuelta a sus padres. Una vez que nos adentramos de nuevo en la gigantesca casa, subió por las escaleras de caracol y se detuvo enfrente de su puerta.

—¿Dónde te apetece pasar la noche?

Su pregunta me sorprendió por la calma con la que lo había dicho.

Y sin pensarlo dos veces, le dejé saber que si no había con ello, prefería quedarme en su habitación.

No quería pasar tiempo sola por el momento, aún no.

Así que ambos nos adentramos dentro de su cuarto, y una vez cerrada la puerta, siguió cargándome hasta la parte derecha de la cama, donde una vez ya descubiertas las sábanas, fui depositada con bastante delicadeza como si fuese una flor. Todo estaba oscuro, tan solo el resplandor de la luna traspasaba a través de la ventana, aunque era suficiente para poder vernos el uno al otro.

Después de alejarse para tomar ropa de su armario, se metió en el cuarto de baño y minutos más tardes, salió con un pijama totalmente negro y largo. Que bien le quedaba ese color— pensé sin dejar de observarlo.

—Connor— dije su nombre para que me escuchara—, ¿tú sabías lo de mi padre?

Mientras esperaba para una respuesta, me cubrí más con las sábanas, hasta que casi no podía ver más allá de su figura.

—Es posible, sí— su voz se atenuó como si de una brisa se tratara.

—¿Cómo?

No recibí una respuesta hasta que se tumbó de nuevo en la cama encarándome sin preocupación alguna.

—Todos nosotros percibimos los olores mucho más rápido y de forma más clara en el caso de que sean feromonas— sabía que quería decir con el olfato, ¿pero y las feromonas?—, cada vez que volvías de casa, traías unas fuertes feromonas de otro híbrido, al igual que ahora, tu padre.

—¿Por eso siempre mencionabas mi olor corporal?

Por más que supiera que no era así, quería desenmascarar la verdadera razón de sus palabras y no solo las confesiones por bocas ajenas. Su opinión iba a ser una de las más importantes para el resto de mi vida en este maravilloso lugar, aunque ya lo hizo desde un principio.

Al no recibir ninguna respuesta de su parte, sonreí para mí misma y di media vuelta para darle la espalda y así poder dormir, o al menos, recapacitar sobre mi padre y la violenta forma de pelear contra otro de su misma especie.

—Date la vuelta y siéntate— protestó de forma ronca, colocando una mano en mi espalda y por encima de mi cabello liso.

Casi a regañadientes, obedecí su petición y esperé a ver que quería de mí. Me percaté de un objeto blanquecino en sus manos, parecido a una venda y a la mesita de detrás, un analgésico. ¿Qué tan rápido había sacado ambas cosas del cajón sin darme cuenta?

—¿Qué vas a hacer?— pregunté por una obviedad, y lo sabía—, no me duele, de verdad— me sobresalté viendo como sus manos venosas se acercaban de forma sinuosa a mi rostro.

Tras insistir e insistr por una eternidad, resultó ser inútil, ya que con su pulgar, pasándolo por debajo de mi nariz, tomó un poco de sangre la cual seguía cayendo debido al golpe.

Estuvo varios minutos quitándome la sangre de la nariz y parte de la mejilla ya seca, junto a un analgésico que tuve que tomar con un vaso de agua, pues sabía que terminaría con alguna cicatriz. Supuse que mi padre me arañó en el intento de golpearme, y con ello, a parte del daño, casi provoca que se cree una hemorragia, que idílico...

Durante el "tratamiento", Connor y yo no dejamos de lanzarnos alguna que otra mirada, algunas veces por la cercanía otras por la incomodidad de esta, y así mucho más, no terminaría nunca de describirlo.

Pero sentí, que cada día me acercaba más a él.

Continue Reading

You'll Also Like

153K 7.9K 34
Amor. ¿Qué no seríamos capaces de hacer por las personas a las que queremos? Alexa lo descubrió aquel día, con el corazón apretando su pecho y la sen...
4.9M 308K 50
Disponible en Amazon Kindle (otra versión) Liviana Johnson, hija del conde de Hamilton, lleva enamorada de Marcus Livingston, duque de Agnes, desde...
45.7K 4.7K 45
Muchos saben y dicen que del Odio al Amor solo ahí un paso. Pero no muchos dicen que del Amor al Odio también está ese paso. Yo estaba seguro que ten...
327K 26.3K 35
|| Créditos a @LuciFer_3915 por la hermosa portada. GRACIAS! || || Segunda parte de "LA CAZADORA ES MÍA" || Un grupo de rogues que se consideran una...