Enséñame a volar

بواسطة Idoia_G

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"Si a mis 38 años, soltero, friki y hogareño me dijesen que mi vida iba a cambiar radicalmente en un segundo... المزيد

Intro
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítlulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Epílogo

Capítulo 30

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بواسطة Idoia_G


Bueno mi gente. Si habéis llegado hasta aquí sabéis que el amor de Lola y Javi es puro y hermoso. Y que bueno, ya llegamos a la recta final de su historia. Un historia que me ha encantado escribir. Pero la vida siempre pone impedimentos a los amor más grandes. 

¿Podrán Lola y Javi sobrevivir a las pruebas que la vida les ponga por delante? ¿Se dejarán influenciar por la gente que les rodea? ¿ O serán capaces de creer en su amor por encima de todo? 

Ya me diréis que opináis. Besos y espero que os guste.


            Llevo tres días en vela. Sin dormir. Lola finalmente me llamó desde Brasil con el teléfono de una compañera azafata. ¡Está en Río de Janeiro! Le tocó cubrir ese vuelo. Y su estancia allí es de dos días. Así que hasta mañana no llega su vuelo. Ayer tuve otro vuelo de corto recorrido a Milán, ida y vuelta en el mismo día con Lucas. Parece majo el hombre, pero no es lo mismo que viajar con mi niña.

He hablado con ella todos los días desde que está allí. Se tuvo que comprar un terminal nuevo y un número de prepago. Así que ella me hace un "llama y cuelga" y yo la llamo. Como cuando éramos adolescentes. No le he comentado nada de las habladurías, ni de todo lo que me he enterado. Ella dice que se sigue encontrando fatal y que ha vomitado varias veces. Y claro con el cambio de clima y demás, no va a estar bien hasta regresar. Asegura que el cambio de vuelo no estaba en sus planes. Y es cierto que todos los papeles que Lola tiene en casa muestran que ella pilotaba el vuelo a Berlín.

Con ayuda de Bryan, que es un pícaro he conseguido acceder al móvil de Lola que lo tengo yo. He averiguado su clave y he entrado. En las llamadas tiene muchas llamadas recibidas de Paul, así lo tiene ella en la agenda. Sé que es él, por la foto del WhatsApp, los mensajes son otro cantar. Efectivamente hablan de quedar el martes en las oficinas. Además, Paul le dice que las normas son las normas y si somos pareja, no podemos viajar juntos. He investigado en las normas de la empresa y es falso. Me he leído todos los estatutos de la línea y la empresa y no hay cláusulas de no confraternización entre compañeros. Pero Lola se lo ha tragado. Después de ir a las oficinas, Lola llama a mi hermana y efectivamente, según Sofi, quedaron. Por la noche Paul se pone en modo depredador.

Paul

Lolita, hoy has venido preciosa a las oficinas, me has recordado el congreso donde nos conocimos.

Lola

¡Por Dios! Paul, ¿Es necesario que digas estas tonterías? Iba vestida como siempre.

Paul

Es que siempre vas preciosa. Y necesito decírtelo. Me vuelves loco.

Lola

¿Déjalo, va? Al final me voy a enfadar, en serio.

Paul

No puedo dejar de pensar en lo que pasó en el congreso del año pasado. Me encantaría repetirlo.

Lola

Paul, en serio déjalo. Estoy saliendo con Javi. Y le quiero. No va a volver a repetirse nada. Porque no hay nada que repetir.

Paul

Entonces tendrás que plantearte que uno de los dos debe irse de la empresa. Ya sabes lo que te he comentado hoy de la no confraternización entre empleados.

Lola

Pero entre jefe y empleado si se puede ¿No? Me parece que vas de listo.

Paul

Es mi empresa, son mis reglas y puedo saltármelas. Además, ya te he dicho hoy que si estuvieses conmigo dejarías de trabajar. Puedo darte más de lo que necesitas. Jamás te faltaría de nada.

Lola

Buenas noches Paul.

Me he puesto de muy mala leche al leer esta conversación. Pero es que el tío, no se conforma con ese desplante claro de Lola.

Al día siguiente la llamó infinidad de veces. Son llamadas perdidas, menos la última, el miércoles a las siete de la tarde. Ahí Lola lo cogió. Duró cerca de una hora. ¡Una maldita hora hablando! ¿De qué cojones tenían que hablar? Y así, haciendo memoria, a esa hora del Miércoles Lola estaba con Enzo. Tengo pendiente hablar con él. Aunque claro, bien pensado, ¿Qué va a saber mi sobrino? El jueves por la mañana vuelve a llamar sin resultados. Y entonces la escribe de nuevo.

Paul

Lolita, te mandaré la ubicación de la cena de esta noche. Que tengas buen día preciosa.

¿¿PRECIOSA?? ¿¿PRECIOSA?? Rojo ira tengo que tener la cara.

Lola

Paul. De verdad no entiendo la necesidad de ir a esa estúpida cena. Yo no soy de la junta, ni pertenezco a la élite de la empresa. No voy a ir. Tengo planes con mi novio

Paul

Lola, ya te dije que si quieres seguir con tu novio te ofrezco una salida. El puesto sería en las oficinas, sé que no te gusta, pero los jefes quieren ver cómo solucionar esto. Sabes que su solución pasa por la cabeza de Javi fuera de la compañía. Y tú verás que excusa le pones, pero él no debe saber nada. No te permitirá que hagas esto y a los jefes no les gustará. Ya sabes lo que me ha costado que te den esta oportunidad a cambio de mantener a Javi como piloto.

Lola

Sigo pensando que no me parece bien. ¿Por qué no le puedo decir a Javi lo que está pasando? Tiene derecho a saber que valoran despedirlo.

Paul

Bueno, tú vas a impedirlo ¿no?

Lola

Está bien. Pero después de la cena regreso.

Paul

Perfecto preciosa. Te recojo a las 8:00 en la puerta del Hotel Ritz de Madrid. Te he reservado una suite a tu nombre para que te puedas vestir en condiciones. Me he molestado en comprarte un vestido para la ocasión, no quiero jugármela con la junta directiva. Además como la cena es allí, será más fácil. Recuerda ponerte perfecta. Sabes que los jefes son muy de valorar las primeras impresiones.

Lola

Descuida.

¿Sabes mi cara al ver toda esta conversación? ¿Qué se ha creído el imbécil este? ¿Qué Lola es pretty woman? Claramente el hijo de su madre de Paul, la está coaccionando. Pero no me puedo creer que Lola sea tan ingenua y no lea entre líneas. ¡Hasta yo me doy cuenta! Y me molesta un montón que le esté siguiendo el juego. Tras esta conversación, Lola llama a su amiga Marta. Imagino que para que la cubra en la coartada. Veo el mensaje en el que Lola me dice que pasará la noche con su amiga Marta. Lola vuelve a llamar a las tres de la mañana a su amiga Marta, imagino que para informarla por si en algún momento surge el tema de esa noche. Y te juro que me hierve la sangre sólo de pensar que Lola puede haber pasado la noche con ese hijo de puta. Aunque quiero darle a mi chica el beneficio de la duda. No quiero lanzarme al vacío sin tener la información verdadera. Quizá por que la amo y realmente creo que ella también me ama.

Tras esa conversación. Sólo hay un mensaje, de Lola a Paul, mandado el sábado por la mañana.

Lola

No vuelvas a escribirme ni llamarme.

Esto me hace ver que posiblemente la cosa no acabó demasiado bien para Paul y que seguramente Lola se dio cuenta de lo sinvergüenza que es nuestro jefe. Eso en parte me tranquiliza, pero por otro lado no dejo de darle vueltas a la idea de que hayan pasado la noche juntos. Por que hubo gente que les vio en la discoteca y salir juntos de allí.

Debo reconocer que me vuelvo loco cuando leo las conversaciones, porque lo hago, una y otra vez castigándome a mí mismo por no haberme dado cuenta y haberlo frenado. Solo Bryan sabe lo que me pasa. Mi familia sabe que Lola está de viaje y nada más. Delante de ellos disimulo normalidad. O eso creo. Pero la realidad es que no duermo, ni como. Estoy preocupado, por Lola, por la situación y sobre todo por Paul. Porque no sé por dónde van a salir las cosas. Me he refugiado en casa con mi perro y mis gatos, quienes notan mi estado anémico, porque se pegan a mí para reconfortarme.

Esta noche he quedado con Andrés. Necesito hablar con alguien que no esté a miles de kilómetros como lo está Bryan. Además, Andrés es mi amigo de toda la vida. Y aunque adoro a Pelayo y su mujer, Andrés y yo siempre estuvimos más unidos. Y eso que éramos los más diferentes. Llaman a la puerta, debe ser él. Y lo agradezco porque necesito dejar de comerme la cabeza y descargar un poco mi frustración.

Abro y ahí está mi amigo. Sabe que algo ha pasado por mi tono de voz, pero aún no sabe el qué. Está con sus vaqueros, su camisa, su abrigo y una botella de wiski. Más para él que para mí, aunque esta noche hasta valoro emborracharme, a ver si así duermo algo y dejo de comerme la cabeza.

— ¡Amigooo! — Andrés se tira a mis brazos con la botella en la mano y me abraza. En otro momento me habría retirado, pero le devuelvo el abrazo con intensidad. Él, está calibrando la situación con este abrazo. Al devolvérselo, sabe que lo que pasa es grave. Y al saber que Lola está fuera, sabe que tiene que ver con ella — ¿Tanto la echas de menos? — se separa con una sonrisa en la boca que desaparece nada ver mis ojos hinchados, rojos y llorosos — ¡Mierda!

Entramos y sin cenar ni nada Andrés nos sirve dos copas. Wiski con hielo, como los estirados y ricos. A pesar de que yo no bebo nunca, me bebo la copa de un trago. Soy un idiota porque se me ha ido por otro lado y me lio a toser como un descosido. ¡Madre mía! Casi vomito y todo de la tremenda tos que me ha entrado. Pero Andrés se descojona de mí y al menos me saca unas risas. Lo necesitaba. Le pongo al día de la información que tengo, las llamadas, lo que me han dicho y los mensajes.

— Yo lo veo claro, tío — Andrés me habla mientras está sentado en el sofá con Dalton sobre su regazo, King a sus pies y su copa en la mano. No sé qué tiene este hombre que los animales lo adoran — Lola ha querido librarte de la mierda y se ha metido en el hoyo hasta el cuello. No creo que haya pasado nada con el gilipollas de su jefe. Creo que él lo ha intentado.

— No sé. ¿Tú crees?

— ¿Por qué cojones no lo hablas con ella?

— Porque ella puede distorsionar las cosas. Necesito saber la verdad, verdad — hago aspavientos con las manos para intentar hacerme entender — no la verdad a medias o la versión de una de las partes.

— ¿Y Sofi o Marta? ¿No te han dicho nada más?

— Con Sofi lo volví a hablar ayer, pero, no me ha dicho nada más. Con Marta ni lo he intentado. La verdad. Necesito... como decirte... alguien que lo haya visto desde la barrera.

— Ya claro, pues, revisa las grabaciones del hotel Ritz y mira a ver quién estaba en las mesas de los alrededores y así para el 2040, a lo mejor, consigues información. — Andrés se ríe de mí, pero la verdad es que no es mala idea. ¿En serio te lo estás planteando? ¡Tú eres tonto! A veces mi cabeza me odia más que yo mismo. Pero, es cierto, es una estupidez.

— Hablo en serio Idiota — le digo y le suelto un intento de empujón que se queda en nada.

— ¿Sabes lo que vamos a hacer?

— No — y viniendo de él, no sé si quiero saberlo.

— Vamos a salir por Madrid. A una discoteca. Y nos vamos a emborrachar. Y yo me voy a tirar a alguna tía. Y tú vas a disfrutar de una noche sin comerte la cabeza.

— Ni de coña — me levanto y me dirijo a la cocina — No pienso salir de fiesta con la que está cayendo sobre mi cabeza.

— Necesitas no pensar. Llama a tus hermanos y vámonos. Estos seguro que se apuntan.

— No, además ellos no saben nada — Andrés me ha seguido hasta la cocina.

— Déjame decirte que es tarde — le veo que tiene el móvil en la oreja — ¡Hey! Carlos ¿Qué haces?... ¿En serio? Qué interesante... Oye ¿quieres que salgamos de fiesta? Javi está de rodríguez y se apunta a salir conmigo por Madrid... Te lo juro. No se ha negado ni una sola vez... Jajajaja, si, esa chica ha hecho un milagro... genial... Oye, ¿avisas a Alfonso?... Guau, eso es eficiencia... jajaja... Vaaale, venga os vemos en media hora. Os recogemos en casa — veo que cuelga. ¡La madre que le parió!

— ¿Por qué has hecho eso? No quiero salir y además, ellos no saben nada.

— Pues tienes dos opciones, fingir que no pasa nada o contárselo y desahogarte. Son tus hermanos. Te adoran y tú siempre estás para sus mierdas. Deja que ellos estén para las tuyas.

Una hora después estamos los cuatro en la puerta de un pub en el centro de Madrid. Hemos venido en UBER porque vamos a beber todos. He decidido que voy a dejarme llevar por ellos. Durante el trayecto en el coche les he puesto al día de mis mierdas. Como dice Andrés. Han flipado en colores con todo y ambos están de acuerdo en que la pobre Lola debe estar pasándolo fatal. Y no se Lola, pero estos días de mierda a mí no me los quita nadie.

En el pub vamos a copazos directamente. Hemos venido sin cenar y son las once de la noche, así que, aún está todo bastante vacío. Pero hablamos entre nosotros. Alfonso se ha hecho una cuenta en una página de citas y Carlos y él han quedado con dos tías. Por lo visto son algo libertinas y aceptaron una cita doble. Acabaron dándolo todo en un local de intercambio de parejas. Aunque ambos aseguran que no repetirán con ellas, porque son unas locas. Esta noche quieren conocer chicas nuevas. Abrir la cartera de valores. Alfonso está predispuesto a vivir todo lo que la vida le ofrezca. Rebeca no ha vuelto a ponerse en contacto con él y parece que lo está superando. Carlos, por el contrario, desde que tuvo a sus hijos y Blanca le dejó no ha vuelto a tener pareja. Tiene algún que otro rollete por ahí, pero cero ataduras. Dice que sabe que acabará soltero, pero le da igual. Tiene su vida resuelta y dos hijos con un futuro prometedor.

Andrés, desde su última chica, no ha estado con ninguna. Lo dejaron en Navidad y es demasiado tiempo sin chica fija desde que le conozco. Al final descubrió que la chica se acostaba con su ex. Bueno con al menos tres de sus ex. Ha intentado volver con él en un par de ocasiones. Pero Andrés, una vez que cierra la puerta, hace borrón y cuenta nueva. No me lo ha contado, pero sé que debe haber alguna mujer que le trae de cabeza porque siempre renuncia a chicas prometedoras. Y eso un hombre solo lo hace si hay un horizonte al que llegar. Aunque me da que el horizonte de Andrés está muy, muy lejos.

Después de un par de copas ya voy borrachillo. Aunque reconozco que Las Vegas me ha hecho más tolerante. Antes me emborrachaba mucho antes y con mucho menos. Salimos del Pub y vamos a un chino, compramos varias bolsas de patatas y guarrerías varias. Nos las zampamos y entramos en una discoteca. Ya hay más ambiente por la zona.

Nos acercamos a la barra y al cabo de cinco minutos un grupo de cuatro chicas se ponen a nuestro lado. Carlos abre el frente.

— Hola guapísimas — ellas como buenas mujeres coquetas, nos repasan con la mirada de arriba abajo. Se ríen entre ellas y parece que hemos pasado su test de acceso.

— Hola — dice una de ellas y las demás vuelven a reírse. La situación me resulta bastante ridícula. Parece que tuviésemos quince años ahora mismo. Pero no voy a ser yo quien les fastidie el rollete de la noche a los demás. No sería justo.

— ¿Queréis una copa? — Alfonso despliega su cresta de macho y comienza con el ritual básico de apareamiento del Homo Sapiens. Bueno quien dice apareamiento dice sexo, pero siempre con condón. No queremos alfonsinos por ahí desperdigados.

— Claro — dicen todas, más o menos a la vez.

Las miro a todas mientras pedimos. Las cuatro son bastante jóvenes, diría que entre los 20 y los 25. No mucho más. Todas llevan vestidos ajustados. Cada una en un color, casi como las fichas de parchís. Jajaja, eres la monda tío. Dos son morenas, una con el pelo en una melena sobre los hombros y la otra con el pelo liso hasta la cintura. Las otras dos son rubias. Ambas de melena larga, una con el pelo liso y la otra lo lleva recogido en un moño. Todas parecen tener los ojos marrones, pero como dicen en el pueblo, de noche, todos los gatos son pardos. Todas llevan maquillajes bastantes discretos. Una de ella se acerca más a mí.

— Vaya repaso nos has dado a todas ¿No? — se me insinúa coqueta y a pesar de mi forma introvertida, no la alejo ni la freno. Dejo que me muestre sus armas de mujer fatal. Se recoloca el cabello, rubio liso, el vestido es verde lima, muy llamativo. Tiene unos pechos bastante grandes y muy bien colocados. Operados, fijo. Seguro, sí, gracias por la aclaración. Lleva un pequeño tatuaje en la parte interna de su muñeca. Es un símbolo de infinito con dos letras — Son las iniciales de mis padres — me die susurrando al oído, porque se ha dado cuenta de donde estaban mis ojos. Levanto la mirada y tiene unos ojos muy negros. Dan bastante miedo, la verdad. Ella me sonríe.

— Lo siento — le digo — soy muy observador — es la mejor excusa que tengo. Siempre he sido muy malo para estas cosas.

— Ya lo veo. Me llamo Claudia — se acerca con una enorme sonrisa para darme dos besos.

— Yo soy Javi — le devuelvo los dos besos. Ella se toma la libertad de dármelos muy cerca de la comisura de los labios poniéndome nervioso.

— Eres super guapo Javi — me guiña un ojo y coje la copa que le tiende una de sus amigas.

— Soy Rebeca — se acerca su amiga, la otra rubia y se me presenta — Y esas de ahí son Lina y Laura.

— Un placer — nos damos los dos besos de cortesía y lo mismo con las otras dos.

Parece que Laura y Lina se van a quedar con mis hermanos y Andrés ya está con la mano en la cintura de Rebeca.

— ¿Vamos a la pista? — Una de las morenas nos lo grita y decidimos que, bailar mientras bebemos, está bien.

Pasamos un rato agradable, bailamos todos, Andrés y Carlos se han alejado un poco y se están comendo la boca con sus elegidas. Yo estoy a lo mío con Alfonso. Nuestras dos acompañantes se insinúan continuamente queriendo sorprendernos, con sus toqueteos entre ellas, sus guiños y demás, pero Alfonso no anda muy receptivo y yo obviamente amo a mi novia. A pesar de la situación que tengo. Mi hermano y yo decidimos pedir otra copa y las chicas se nos unen bastante cabizbajas tras su intento de seducción fallido.

— ¿Qué pasa Alfon? — le pregunto mientras pedimos

— No sé, la chica es maja y eso, pero quiero sexo salvaje y esta — señala a su chica — creo que solo sabe del misionero y en una cama. La tuya parece aburrida también.

— Bueno yo es que tengo novia ¿recuerdas?

— Ya bueno. Eso es verdad, pero esta noche tienes que desmelenarte.

— No pienso engañar a Lola — le frunzo el ceño.

— ¿Y ella? ¿Ella si puede engañarte?

— No sé si me ha engañado.

— Pues haz de cuenta que lo ha hecho, todas las tías son unas zorras mentirosas.

— ¿Se puede saber qué coño te pasa? — le agarro del brazo para que me mire.

— Vi a Rebeca ayer y me acosté con ella — Cómo... ¿qué?

— Rebeca... ¿tú Rebeca? — le digo

— Sí, la zorra engaña maridos. Esa misma.

— ¿y?

— Pues que se fue temprano del hotel que ella misma pagó porque tenía que viajar con su marido a las Bahamas. ¡UN PUTO VIAJE ROMÁNTICO, PORQUE QUIEREN TENER UNA SEGUNDA LUNA DE MIEL! — Eso último lo ha dicho gritando. Las chicas que estaban detrás se nos quedan mirando.

— ¿Una segunda luna de miel? — decido pasar de las chicas, me da igual si se quedan a ver el panorama ridículo que tenemos o si se quieren largar.

— ¡Si! ¡Dice que está más enamorada que nunca! Que lo de ayer solo era la despedida que debimos tener hace meses. ¿¿EN SERIO NECESITAS UNA DESPEDIDA CINCO VECES?? ¡¡CINCO VECES SE CORRIÓ!! ¿¿Tú lo entiendes?

— Espera — Claudia se agarra de mi brazo para asomarse sobre él con la otra chica detrás — ¿Anoche te acostaste con una tía, que está casada con otro?

—Llevo años haciéndolo — Alfonso se acaba de venir abajo. Comienza a lagrimear. Veo que intenta evitarlo.

— Eres como un puto yonki enganchado a la coca y has recaído — la otra chica, una de las morenas, que no recuerdo su nombre acaba de describir la situación tal cuál es. Yo no lo describiría mejor. Alfon y yo levantamos la vista hacia la chica — ¿Qué? Es la verdad.

— Lo es — le digo yo — la pura verdad.

— ¡Qué triste, tío! — Alfonso se apoya en mí — Soy un triste.

— ¡No lo eres! — Claudia sale al rescate — esta noche vas a mandar a esa zorra a tomar viento — Vaya qué energía. Alfonso se la queda mirando y de repente, sin venir a cuento la agarra la cabeza y le come la boca. Así, con mi brazo en medio y todo.

Yo flipo, claro, no me lo esperaba. Se separan, la chica coje a mi hermano del brazo y se largan dirección al baño. Pues igual la chica no es tan modosita. Tienes razón cabeza, igual no lo es.

— Bueno ¿Y tú? — la morena me pregunta de repente acercándose a mí. La miro sin comprender — ¿Cuál es tu drama?

— Mi novia me oculta cosas que me llevan a pensar que puede estar engañándome. Pero no lo sé seguro.

— ¡Vaya!

— Sí, Vaya. ¿Y el tuyo? — la miro. No me había fijado en ella antes. Es morena con el pelo muy largo, y los ojos son verdes. Muy bonitos. Lleva un colgante con forma de corazón, que me he dado cuenta, que se toca constantemente.

— Estoy enamorada de mi mejor amiga — ¡La hostia! — que a su vez acaba de empezar a salir con mi hermano pequeño.

— Creo que tú estás peor — le suelto. Ella se ríe y me ofrece un brindis — ¿Eres Lina o Laura?

— Lina, un placer — y me tiende la mano con una sonrisa sincera en su boca — ¿Me ofreces distracción esta noche? Me iba a quedar a dormir con mis amigas en mi casa. Pero creo que cada una se irá... por un lado. Y mi hermano y su... mi amiga, están en mi casa. No quiero volver sola. Y aguantar escuchar sus momentos de pasión.

— ¿Quieres que me vaya contigo?

— Prefiero ir donde me lleves. Seré buena. Lo prometo — me planta una sonrisa de oreja a oreja y decido que me vendrá bien un hombro en el llorar esta noche. Quizá sea una mala decisión, pero las copas y la soledad en la que me han dejado mis compañeros de batalla me dan la valentía de hacer locuras. Eso y que necesito no estar solo en casa, en la casa que comparto con Lola. Esa que me engulle.

Pedimos un taxi, me he despedido de Andrés y Carlos, Alfonso imagino que seguirá en el baño o se habrá largado por ahí. No les he dicho que me voy con Lina. Sería algo extraño explicarles la situación. Llegamos a mi casa y al ir a abrir, las llaves se me caen al suelo. Lina se parte de risa. Es bastante peculiar, porque si se ríe mucho, hace el cerdito y eso hace que yo me parta de risa. Así que, aquí estoy muerto de risa de rodillas en el suelo, mientras Lina no deja de hacer el cerdito y taparse la boca para dejar de hacerlo. Pero hemos entrado en bucle. Necesitaba reírme de esta manera. Me duele la tripa de tanto reír, las llaves ni me molesto en cogerlas y me apoyo en la puerta.

De repente la puerta cede y me asusto cayendo hacia atrás. Lina se calla y con los restos de mi risa levanto la cara para ver a Lola. Mi preciosa Lola. Más guapa que nunca y con una cara de cabreo que no se la quita nadie. Me quedo en shock mirándola. Nuestros ojos están enganchados, como siempre.

— Hola Soy Lina — mi nueva amiga le tiene la mano a Lola, ella levanta la vista reparando en la presencia de ella. Se gira y sin decir palabra entra al interior dejando la puerta abierta — Esa debe de ser Lola ¿no?

Y sí. Esa debe de ser Lola.

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