Eren pasó la punta filosa del cuchillo por mis pechos, después lo fue bajando hasta mi ombligo.
Sus penetraciones estaban siendo cada vez más feroces. Mis uñas se enterraron en su escultural espalda, rasguñándolo.
Acercó el cuchillo a mi boca, saqué mi lengua y lo lamí. Mi saliva que había quedado allí, la ingirió él.
— Mie-rda, estoy por terminar. — habló agitado.
Apreté mis ojos cerrados y mordí mi labio inferior, subió cada una de mis piernas a sus hombros, por lo tanto, sus embestidas eran más profundas.
Su dedo medio y anular estímulaban mi clitorís, sus movimientos eran impredecibles, por lo cuál, mi zona lo tomaba por sorpresa y aquello ocasionaba que cada que cambiara de movimientos, sintiera una electricidad y retorciera mi cuerpo.
Jaeger sacó su pene de mí, y acabó brotando todo en mi estómago.
Mis dedos lo recogieron y los llevé directo a mi boca, saboreándo el agridulce sabor.
— No desperdicies nada, princesa. —emitió en tono grave y exaltado.
Sonreí mirándolo, aún lamiendo las yemas de mis dedos.
Desde mi punto de vista, Eren parecía un monumento, se veía más alto estando encima mío, sus musculosos brazos estaban con una capa de sudor, al igual que el resto de su cuerpo.
No le quité la vista. Ató su cabello en una coleta dejando algunos mechones sueltos, y después metió sus dedos a su boca, seguido de eso los llevó a la mía.
— Abre. — ordenó.
Obvio hice caso y relamí los de él.
Tomó el vibrador que estaba a un lado de nosotros y lo llevó a mí vagina, al sentirlo, estaba por gemir, pero el ojiverde tapó mi boca.
Subió la velocidad, mi clitorís se hinchaba y mis jugos naturales salían por sí solos.
Con mis manos quité la de él.
— Metémela en-entera, Eren~
— ¿Quieres más de mí, perra asquerosamente linda? — escupió en mi cara.
Sus apodos extraños me excitaban, y sus acciones, más.
— M-Mgh~
Volvió a meter su ardiente miembro en mí, llenándome por completo.
Mis caderas se movían de un lado a otro, estaba por llegar a mi orgasmo.
— Pe-pegáme... — hablaba como podía.
La mirada lasciva de ambos mirándonos se quedó grabada en mi mente.
— ¿Te gusta? — bofeteó mi mejilla. — ¿Esto te gusta? — gritó y lo volvió a hacer más fuerte.
Llegué a mi orgasmo, mi cuerpo sintió una explosión salir, dejándome sin fuerzas.
Jaeger se recostó a lado mío y tapó mi cuerpo al notar que me mis ojos se cerraban conforme pasaban los minutos.
— Finalmente te encontré. — pronunció.
— ¿Mh?
— Descansa, yo igual dormiré. — subió su pierna encima de la mía.
Quedando en forma de cucharita con nuestros cuerpos desnudos.
(...)
Al día siguiente, yo fui la que despertó primero, el cuarto y las sábanas olían a sexo.
Eren roncaba bajo, lo podía escuchar ya que su boca estaba cerca de mi oído, me volteé a verlo, apreciando cada facción de su rostro, incluso los poros que se notaban, sus bellitos que apenas nacían de su cara y sus labios rosados y suaves.
Y maldita sea, este hombre tenía una piel de porcelana, ningún grano o espinilla habitaba en su piel.
El sol de la mañana pegaba atrás de él, dejándolo contra luz, pero esto mismo hacia que pudiera notar mejor el color de su cabello; un café chocolatoso.
Una sonrisa se escapó de mí, no podía creer que estuviese viviendo mi mayor sueño, y es que estar con la persona que siempre deseaste no es algo que cualquiera lo pueda lograr.
Dí un pico en la punta de su nariz y salí de la cama, fui a ducharme y después me cambié algo cómodo.
Jaeger seguía durmiendo.
No lo quise despertar, así que aproveché el tiempo para salir de compras al súper y llevar despensa a la casa.
En el camino de regreso, mi celular vibró, revisé la bandeja de notificaciones y era un mensaje de Mikasa.
Mikasita.
¿Cómo estás, Kyo? ¿Esta tarde quieren venir a una fiesta que organizamos Jean y yo?
Leí lo que decía y no contesté hasta que llegara con Eren y lo consultáramos.
Abrí la puerta de nuestro departamento, llevándome la sorpresa de verlo haciendo el desayuno sin camisa.
Se notaba que se había acabado de bañar.
— Ya llegaste, justo a tiempo. — dijo con un plato en una de sus manos.
— Yep, ¿Qué hiciste? — dejé la bolsa de mandado en el sofá y me acerqué a ver el contenido del plato.
— Hottcakes y huevo un leve quemado. — se rascó su nuca.
Lo miré conteniendo mi risa.
— Pero sabe bien, si no te gusta puedes comer mis huevos.
— Tomaré en cuenta tu promoción.
— Saben mejor los que tengo entre mis piernas, te lo recomendaría mil veces más.
— ¿Cómo lo sabes? ¿Haz podido hacerte
un oral tú solo? — bromeé.
— Cuando era idiota y tenía como 14, sí lo intenté, pero fracasé en el intento. ¿Cómo lo sé? Las veces que te follo tú eres la que lo dice, te recuerdo.
— Cierto, cierto, pero gracias, por ahora comeré los huevos que hay en el sartén.
— Niña idiota, está bien, también te gustarán.
Fui a servirme pero Jaeger me detuvo.
— Tu plato ya está servido en la mesa.
— Gracias~ — mi voz salió en tono iluso. Me fui a sentar con él y empezamos a desayunar.
— Mikasa nos invitó a una fiesta, hoy en la tarde.
— ¿Mikasa? ¿La de Jean?
— Ajám. Dijo que podíamos ir los dos.
— ¿Qué hay con el wey de Jean? Si nos peleamos, ¿no se enojan? ambas saben que él y yo no nos tragamos.
— Controlate, él también lo hará.
— El problema es que se metió con mi chica.
Mis mejillas se ruborizaron.
— No volverá a pasar, eso fue en el pasado, Eren.
— Tenía planeado que conmigo hicieras tu primer trío.
— ¿Contigo y quién? — reí.
— Podía haber sido ese, pero se adelantó y lo arruinó.
Me quedé sorprendida al escucharlo. Por otro lado, imaginé lo placentero que sería hacer trío con ellos.
— ¿Jean?
— Sí... no hay alguien más que te haya gustado ¿o sí?
— Nop, pero Jean se quedó en el pasado, ahora ya no me gusta y tiene novia. A Mikasa no le hubiese gustado esa idea en lo absoluto.
— Bueno, son unos grandes idiotas, pero podíamos haber hecho un cuarteto, entonces.
— ¿Qué~? ¿Estás drogado? Nunca imaginé que eso saliera de ti, pensé que los odiabas.
— Sólo odio a Jean. Mik, me da igual.
Negué sonrojada.
— Podemos ir, mientras él no se meta contigo, yo estaré tranquilo.
— Espero no vayan Annie o Historia.
— ¿Ellas están invitadas?
— Por lo que sé, no se llevan con Mikasa, pero Armin sí, y Armin se lleva con ellas, entonces...
— Ojalá no.
— Esperemos, aunque de todos modos necesito ver a Historia para que me pague lo que me debe.
— Hm, eso sí, y que la idiota te dé explicación de lo que pasó con tu casa.
— Exacto.
— Aún me cuestiono qué tan pendejo estaba antes para enamorarme de ella. Fue un desperdicio de tiempo.
— Sí, estabas demasiado idiota para también no darte cuenta de mi interés por ti.
— Ya sé, pero bueno, entonce tú también eras una idiota por las mismas razones.
—¿Qué dices?
— Contigo experimenté muchas cosas de primera vez, iba a ser obvio que me terminarías gustando, pero bueno, luego te fuiste y creo solo ese "amor" fue pasajero.
— ¿Pasajero?
— Sí, porque luego llegó Historia, pero a decir verdad... ah, no tiene sentido hablar de esto, estamos juntos ahora y eso es lo que importa.
Más vale tarde que nunca jijaji
Admito que el Eren que escribí en este capítulo me enamoró un burguer, ahhh pq no existe
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