One Shots | Tokyo Revengers +...

By wnapelolaiss

9.4M 507K 1.4M

Los personajes le pertenecen a Ken Wakui. PEDIDOS CERRADOS. One-Shots, Headcanons o escenarios en su mayoría... More

| ESCENARIO +15 |
| Rayis secuestrada |
| ESCENARIO |
| ESCENARIO |
Wakasa & Shinichiro +18
| ESCENARIO |
Takashi Mitsuya
| Whatsapp P1 |
Shinichiro Sano +18
| La ToMan en la Piscina |
| Takeomi Akashi +18|
| La ToMan en una fiesta |
| ESCENARIO |
2. Conociendo al novio de su hija
| ESCENARIOS |
| La ToMan conoce a tu madre |
| HEADCANON|
| AMONG US |
Manjiro Sano
Ken Ryuguji
| HEADCANON |
1. Pequeño drama
Manjiro Sano
| Whatsapp p2 |
Keisuke Baji +18
Cumpleaños de Mitsuya🧍🏻
Takemichi Hanagaki
| ESCENARIOS |
Souta Kawata
Souta Kawata P2
Ken Ryuguji +18
| Whatsapp P3 |
Manjiro Sano
Manjiro Sano P2 +18
Emma Sano
Hakkai Shiba +18
3. Interrupción
| ESCENARIOS |
4. Brownies Magicos
5. Brownies Especiales
Chifuyu Matsuno +18
| Whatsapp P4 |
Takashi Mitsuya
| La ToMan conoce a tu Padre |
Shuji Hanma +18
Atsushi Sendo
| ESCENARIOS |
Cumpleaños de Takemichi🧍🏻
| HEADCANON |
Takashi Mitsuya +18
| Whatsapp P5 |
| Rasgos Toxicos |
| Mini Escenario |
| Mini Escenario |
| ESCENARIO |
| ESCENARIOS |
Naoto Tachibana
|HEADCANON|
| ESCENARIOS |
| Tipo de novio |
| ESCENARIOS |
Kazutora Hanemiya +18
Chifuyu Matsuno
| HEADCANONS |
| Whatsapp p6 |
Shinichiro Sano
Ken Ryuguji
Haruchiyo Sanzu +18
Whatsapp p7
| La ToMan en Prision |
Seishu Inui +15
Manjiro Sano
| La Toman y la botellita |
| La ToMan y "yo nunca nunca" |
| Jugando a la Botellita EXTRA|
| Jugando a la Botellita EXTRA 2 |
| Jugando a la Botellita EXTRA 3 |
| ESCENARIOS |
Souya Kawata +18
| La ToMan en el extranjero P1|
| La Toman conoce a tus primxs |
| La ToMan en una pelea |
| ESCENARIO |
Los Hermanos Haitani +18
Nahoya Kawata +18
Seishu Inui +18
| La venganza de la Rayis |
| Actividad Paranormal con la ToMan |
6. La Ouija
| ToMan en las aguas termales |
Hajime Kokonoi
| La ToMan viendo caso cerrado *|
| Pandillas P1|
| Cita con Inui |
| Cita con Inui +18|
Keisuke Baji +18
7. El lado oscuro de la ToMan
| Halloween |
Takemichi Hanagaki +18
Kazutora Hanemiya +18
Cumpleaños de Mikey✨
| ESCENARIO |
Chifuyu Matsuno +18
Manjiro Sano *
| Extra |
Extra #2
Izana Kurokawa +18
Wakasa Imaushi
8. El lado oscuro de la ToMan P2
Whatsapp p8
Whatsapp p9
Especial
| La ToMan en el cementerio |
Whatsapp p10
Capitulo especial
Wakasa Imaushi +15
Ken Ryuguji +18
| La ToMan en el campo |
Taiju Shiba +18
Kazutora Hanemiya
| ESCENARIO |
Hakkai Shiba
Hajime Kokonoi +18
Los hermanos Kawata +18
9. ¿Venganza?
Keisuke Baji
10. Embarazo
Wakasa Imaushi
Bonten y la botellita +18
Whatsapp p11
Yuzuha Shiba +18
11. Un Test de embarazo
Naoto Tachibana +18
Keisuke Baji
Chifuyu Matsuno
Whatsapp p12
Taiju Shiba +18
Kakucho Hitto
12. Halloween 2.0
Keisuke Baji +18
Ran Haitani
Izana Kurokawa
Takashi Mitsuya
| Otra pelea más |
|ESCENARIO|
Wakasa Imaushi +21
Fusión de animes
ESCENARIO +18
Nahoya Kawata
| La ToMan acampando |
| La ToMan jugando al UNO |
Ken Ryuguji & Emma Sano +18
Sanzu Haruchiyo
| La Toman en la Playa |
Takashi Mitsuya
Ken Ryuguji
Un poco triste
Shinichiro Sano P2
South Terano +18
Kazutora Hanemiya
La ToMan en una Pijamada
Una fiesta random
| La ToMan en el supermercado |

| ESCENARIO |

48.7K 2.3K 3.2K
By wnapelolaiss

Capítulo NO corregido.

Te encuentras mal emocionalmente, tan mal que has intentado de todo para evitar tus problemas. La ToMan intentará animarte dando todo de sí.

Advertencia: ¡¡ Aborda temas delicados !! Si eres sensible con el tema de la baja autoestima, lesiones y demás, NO leas.

Quería hacer un cap triste, pero no me salió jaja...

—¿Creen que esté bien?— susurró Smiley pegando su oído y mejilla a la puerta de tu habitación. Todos quedaron en silencio, Mikey tomó el pomo de la puerta y lo giró: cerrada.

—Si está cerrada no deberíamos intentar entrar— dijo Mitsuya observando sus propios pies. Esto le resultaba difícil, extremadamente difícil—. pero... quiero ayudarla.

—Toca la puerta, Chifuyu—. Baji se mantuvo alejado de ellos, el último en el montón de chicos. Se encontraba nervioso y sabía que podía decir algo inapropiado si entraba como si nada. El rubio dio unos toques con sus nudillos.

Oyeron pasos, algunas cosas sonando y raspando entre sí, estabas ordenando inútilmente. Al girar el pomo de la puerta abriste un poco, solo un poco.

—¿Qué?... Hola, chicos— esbozaste una sonrisa al verles ahí, nuevamente. Abriste un poco más la puerta y te recargaste en ella, antes ya habías limpiado tu rostro y creíste verte presentable. Tu nariz seguía sonrojada y tus ojos rojos e hinchados, pero estabas bien.

—¿Como estas?— preguntó Mikey, yendo directo al grano. Tu amigo se esforzó en poner su mejor sonrisa.

—Hola, __________. Quisimos venir a visitarte un rato, no... no contestaste nuestros mensajes— Kazutora habló desanimado. Él te entendía de cierta forma y se daba una idea de qué ocurría.

Te carcajeaste un poco, quisiste parecer normal, como si nada ocurriese. Todo fingiendo que no estabas ahogada, intentando que a simple vista no noten como tus manos temblaban por la ansiedad y el pequeño tic en tu pie derecho que te acompañaba durante todos estos días.

—Estoy bien, ¿y ustedes?— escondiste tu mano libre detrás de tu espalda, la otra la sostuviste en la manilla de la puerta—. Estaba ocupada por eso no pude ver mi móvil, perdón.

—Que bueno que estés bien—. Angry recibió una bonita sonrisa de tu parte. Él simplemente te observó atento.

—¿Quieres compañía? Podemos pedir pizza luego—. habló Takemichi un tanto sonrojado. Tu sonrisa decayó un poco.

No... Lo que sucede es que...— carraspeaste de inmediato y miraste a Takemichi —. Tengo tareas que hacer ahora y no quiero que se sientan ignorados o algo así. ¿Otro día podría ser? Además, mis padres llegarán en cualquier momento y saben qué ocurriría si los ven aquí.

Se encontraban divididos del qué hacer. Antes habían investigado en internet cómo ayudar a alguien que estaba mal emocionalmente, pero decían cosas diferentes en cada sitio web.

Ellos no sabían del tema, lamentablemente.

Podrían entrar y estar contigo, ver alguna película, hablar de tus problemas o intentar que los olvides. O, podrían hacer caso a tu petición y no agobiarte, y eso era lo que menos querían, ser un problema para ti.

—Podrías mañana ir a ver a Yuzuha, ________. Te extraña bastante—. Rompió el silencio Hakkai, sostuvo su codo y se meció en su lugar.

—No creo que me dejen salir, lo lamento—. emitiste una mueca.— Dile a Yuzuha que luego me contactaré con ella para coincidir, por favor...

Hakkai asintió con la cabeza. Los demás te veían serios, algo poco común en ellos.

Draken estiró su mano lo suficiente para dejarla detrás de tu cabeza y se acercó a ti, besó tu mejilla luego de dejar una leve caricia contra tu cabello.

—Nos vemos luego, cuídate.— se despidió finalizando con una leve sonrisa. Se giró para ver a los demás y dio unos pasos más lejos, sostuviste la puerta con firmeza.

Uno por uno se fueron despidiendo de ti. Esperaban que les dejes pasar, pero sabían que había una posibilidad en fracasar. En cambio, tenían otras ideas de respaldo.

Tal vez te pondrías nerviosa si todos te hablaban de tu estado de ánimo, así que, decidieron planear por separado.







Claramente Mikey fue el primero en idear un plan.

Él estaba en contra de toda autoridad, ¿saben?, hasta de tus padres.

Ellos no te dejaban salir por nada del mundo, las veces que salías era a la casa de Yuzuha o Hinata y solo con ciertas condiciones. Nada más.

Las únicas veces que veías a la ToMan era cuando ellos iban a verte a la escuela y ahora que todos estaban de vacaciones era realmente difícil coincidir con ellos. Pero claro, la pandilla siempre tiene un as bajo la manga y se las arreglaban siempre para ir a verte.

El primer plan de Mikey fue imprudente.



Sonaron las aceleraciones de su moto, un toque de bocina incluida.

Varios golpes ruidosos que te forzaron a ver en la ventana.

Mikey estaba ahí debajo. No le sorprendió cuando decidiste abrir la ventana. Por aquel frío que entró a tu habitación fuiste de inmediato por una sweater, algo que cubriese tus brazos.

Agradecías tener insomnio de vez en cuando, de no ser así ahora Mikey te hubiese despertado de la peor forma.

—Mikey... Son las 4 de la mañana—. hablaste en un tono prudente para no despertar a nadie. Tu si tenías consideración en comparación al rubio.

El agitó su mano y te llamó a que bajes, la sonrisa que se instaló en su rostro casi te hizo sonreír, pero te sentías tan cansada para hacerlo.

—Estaba durmiendo... Mikey mañana hablamos...— el negó con la cabeza y te apunto con su índice, le viste una expresión bastante enojada.

—Baja. No estabas durmiendo, no me mientas—. canturreó con seriedad. Te alejaste un poco de la ventana al ver que dejaba su moto en su lugar y él se bajaba acomodando sus pantalones —. Iré a buscarte

—Espera —. a regañadientes buscaste unas zapatillas. Tal vez el aire fresco sea bueno.

Pero...

Diste un "alto" a tus pensamientos y comenzaste a bajar por la ventana, tus padres se infartarían si supiesen que trepas aquel árbol cercano como si fueses profesional. Al llegar casi al suelo te tiraste y Mikey te atrapó de imprevisto.

—Eso no estaba planeado—. le avisaste, viendo sus brazos envueltos en tu torso.

—No lo estaba, sólo quise atraparte—. admitió dejando que tus pies toquen el suelo. Te giraste a verle, abrazándote a ti misma por el frío, Mikey andaba con una camiseta y la chaqueta de la ToMan abierta. Con solo mirarlo, te dió aún más frío.

—¿No tienes frío?— el besó tu mejilla en un corto periodo de tiempo, así se saludaban como de costumbre. Pasaste a su lado y fuiste a su moto.

—Nop—. te siguió más animado que nunca. Para él era un logro hacer que salieras sin persuadir tanto.

—¿A donde me quieres llevar, Mikey?— observaste como se sentaba frente a ti y encendía su motocicleta.

—A dar un paseo— confesó simple. Te sujetaste de su cintura y le abrazaste con fuerza—. Hoy no pude dormir, lo intenté bastante, pero no sé... ¿Te ha pasado?

—Si...— cerraste los ojos y te apoyaste en su espalda. La moto no andaba tan rápido como de costumbre, por lo que te relajaste bastante.

Mikey iba lento a propósito.

El olor de Mikey te dio tranquilidad. Shampoo, uno bastante sutil, pero que sin duda quedaría plasmado en tu nariz por bastante tiempo. Acariciaste la tela de su chaqueta con tu mejilla, te gustaría estar horas y horas así.

—Podríamos "no" dormir juntos—. ideó sonriente, podías saber que sonreía aún estando a sus espaldas. Lo conocías tan bien que sabías cuando lo hacía o no—. intentémoslo hoy, y cuando no puedas dormir me avisas y recorrimos la ciudad juntos... Me gustaría hacerlo.

—Pero no dormir hace mal, Mikey—. soltaste un tanto agotada, relajaste tus músculos y simplemente te abrazaste a él.

—A veces simplemente uno no puede dormir, esta mal, pero no es imposible que suceda—. sonreíste un poco, se oía tan adulto—. Por eso me gustaría desvelarme contigo, así hablamos de cosas estupidas y nos daría sueño a ambos.

—Tienes razón...

Mikey asintió satisfecho. No solo había logrado que salgas de tu casa, sino que también hizo que le halagues. Le gustó bastante.

Siguió andando en aquella moto durante horas. Luego solo pararon cerca de tu casa, en un parque que siempre quiso conocer. Estuvieron recostados ahí durante otro rato más, ambos juntos, disfrutando de la compañía del tener al otro.











Varias veces te pasan este tipo de días, los cuales apenas abres los ojos decides que no te esforzarías en tu aspecto. Esos días que te hacen pensar lo insuficiente que eres a pesar de arreglarte o de simplemente colocar unos jeans lo suficientemente bonitos que compraste hace pocos días.

Hoy debías salir con tus padres. Una salida la cual no querías ir, no tenías ganas. Te costaba tener el ánimo para existir fuera de tu habitación.

Al levantarte de la cama fuiste al baño y luego agarraste lo más holgado y cómodo que viste a simple vista. Algo que te oculte, puede ser. Fue inconscientemente.

Todo iba como de costumbre. Seguías a tus padres mientras caminaban y te fijabas solo en frente, incluso sin notar todo a simple vista. Hasta que tuvieron que pasar por las afueras de donde vivía Chifuyu.

Él estaba con Peke J, al parecer iban llegando a su departamento.

Te reconoció de inmediato.

Quizás no vió a tus padres y por eso fue trotando hacia ti, al verle dejaste de caminar por completo. Chifuyu sonreía mientras se acercaba.

—¡________! ¿Qué tal estás?

Tu boca se abrió, sin saber qué decir exactamente. Ahora mismo en tu mente pasaba lo mal que ibas vestida, tu de seguro mal aspecto y como luego pensará Chifuyu de ti.

—Hola, Chifuyu—. Sonreíste un tanto tensa. Apenada. El rubio frunció sus cejas, pero no disminuyó su sonrisa. No entendía del todo tu comportamiento.

—Te ves muy bonita— mencionó. Dejaste de ver tus pies, porque si, hasta ahora habías mantenido tu mirada baja y avergonzada.— como siempre, la verdad.

¿Acaso había notado lo desanimada que estabas hoy?

No era eso. Chifuyu siempre fue sincero, a veces impulsivo, pero en este tipo de cosas siempre decía la verdad. Y ahora mismo, sintió la necesidad de decir que estabas linda.

—Yo... hmm... ¿cómo estás tú?— A Chifuyu le gustó como te sonrojaste. Y a ti te gustó escuchar eso viniendo de él.

—Muy bien, algo cansado porque a Peke j se le dio con correr toda la avenida como un loquito— apuntó detrás a su gato. Ahora estaba tranquilo sentado detrás suyo.

—Entiendo...— dejaste salir una risa al imaginar como Chifuyu estaría persiguiendo a su mascota.

Ni tú misma pudiste creer que habías reído tan pronto. Incluso dejaste salir otra carcajada al notar la expresión exageradamente sorprendida de Chifuyu.

—________.

No tuviste que girar, ya sabias que tus padres querían que te apuraras.

—Me debo ir ahora, nos vemos luego.

—Intenta salir con nosotros algún día. Te extrañamos bastante.— mencionó Chifuyu. Le viste y asentiste con la cabeza, luego simplemente agitaste la mano y te despediste de él. El rubio se quedó en su lugar viendo como te alejabas, ahí mismo notó lo rara que estabas.





Un día cuando tus padres dejaron que vayas a la casa de Hinata, claramente ellos yendo a dejarte directamente a su casa, Baji pensó en un plan para robarte.

Y ahora te encontrabas en un parque de diversiones con tu amigo pelinegro.

—Voy a poner una sonrisa en esa cara tan amargada, _________— Le viste mal. Baji sonrió de oreja a oreja y simplemente te empujó delante de él—. Camina ya, tenemos muchas cosas que hacer hoy.

—¿Como es que la madre de Hinata dejó que me saques de su casa? —. Preguntaste a lo que caminabas dentro del bullicio de gente. Baji se carcajeó con cierto orgullo.

—A veces sé comportarme— Admitió.

—¿La amenazaste?—. Bromeaste, girando tu rostro en su dirección. Baji sonrió mientras negaba con la cabeza.

Si alguno de sus amigos bromeaba así con él, de seguro los hubiese golpeado.

En cambio, Baji se acercó a tu lado y pasó su brazo por sobre tus hombros. Quedaste callada como por arte de magia. Ahora pensabas si llamarías la atención si caminaban así de juntos, no te gustara que te viesen tan fijo.

—No la amenace. Digamos que, tiene potencial de suggar mommy, así que hicimos un trato—. Soltó con intenciones de relajarte. En cambio, te horrorizaste y alejaste de él —. ES BROMA, _________.

—¿Estas loco o qué?—. Chillaste, esta vez viéndole entre asustada y asqueada. Baji comenzó a reírse a carcajadas.

—Es broma... Le rogué a Hinata y a su madre, ¿bien?—. Ambos por su conversación quedaron parados en medio de la gente. Luego de verle de manera sospechosa, Baji decidió acercarse y dejar un ruidoso y suave beso en tu mejilla—. no estés tan tensa y vamos a divertirnos.

Volvió a abrazar tus hombros y te invitó a que camines junto a él.

—Mira, ________—. El pelinegro te codeó y apuntó a un costado tuyo—. ¿Probemos ese juego?

—Debemos disparar—. Respondiste, observando el local con mayor detalle. También pudiste ver que había bastante gente viendo a quienes participaban—. Tal vez podría jugar, pero me da vergüenza... Hay muchas personas viendo.

Baji emitió un gemido irritado mientras rodaba sus ojos.

—¿Qué importan los demás? Que se vayan al carajo, si quieres hacerlo entonces hazlo— Gimoteó Baji.

A pesar de su seguridad, aún seguías indecisa. Tu amigo pudo observar como dejabas de mirarle y veías con cierta curiosidad los premios que ofrecían a los ganadores del juego. Él iba a lograr que jueguen, lo iba a hacer.

—Si alguien te observa mucho, me avisas—. A juzgar por la sonrisa que puso luego de decir eso, ya sabias lo que pensó. De seguro te iba a defender de una forma admirable.

No necesitaste palabras para saber lo que podría hacer si alguien te incomodaba. Tenía que ver con su puño, de seguro.

—Anda, acompáñame—. Su rostro apareció frente al tuyo, él haciendo un puchero infantil. Al pensar lo lindo que se veía así, te sonrojaste de la vergüenza— ¿que dices?

Asentiste como impulso, solo lo hiciste. Baji celebró durante unos segundos y luego tomó tu mano, ahora llevándote a rastras hasta ese pequeño puesto de juego.

—Córrete, idiota—. Soltó a un chico que se interpuso en su camino. Al pasar por su lado, te disculpaste en su nombre.






—Tu habitación está igual que la mía.

—Desordenada, ¿no?— le viste sutilmente.

Kazutora simplemente asintió con su cabeza, moviéndola a la par de como sus ojos viajaban por toda tu habitación. 

—Siéntate como en casa, ya lo sabes.

Kazutora simplemente se tiró a tu cama, desordenándola aún más para luego cubrirse con una manta. Le miraste fijamente hasta que le oíste reír. Estaba entretenido al parecer.

—Así soy en mi casa—. Se defendió tontamente.

Asentiste y te sentaste a su lado. Quedaste observando la ventana, afuera ya estaba el sol presente y se notaba el calor. Mientras, Kazutora ya había encendido la tv.

Hubo un instante en que decidiste sacar tu sudadera. El calor nubló un poco tu mente.

Fue un descuido el que decidas sacar tu sudadera así como así. Kazutora no debió ver lo que vió. Aquellas marcas en tus muñecas eran algo que protegías como algo único, esta vez temiste por su reacción.

Te arrepentiste al notar como a tu lado él se movía bruscamente y se enderezaba sobre la cama. Dejaste la prenda sobre tus piernas y bajaste la mirada, no intentaste ocultar tus brazos, era imposible.

Su mano agarró la tuya, no se atrevió a tocar tu muñeca. Dejaste que lo hiciera, simplemente no le viste para no tener que enfrentarlo.

—¿Que es esto?— murmuró.

Movio tu mano y quedó viendo tu brazo extendido, la parte interna y a los largos cortes que decoraban tu piel. Kazutora se sentó sobre la cama, acercándose a tu costado para ver mejor.

—No es nada...

—¿Por qué...? Yo... yo no sabia que tú...— no encontraba las palabras adecuadas. Él quedó totalmente plasmado en su lugar. Nunca pensó que llegarías a hacerte daño a ti misma.

No quiero hablar de eso, Tora—. Aún seguías con la mirada baja, a pesar de sentir como la suya quemaba pidiendo tu atención.

Intentaste deshacer su agarre, pero en cambio, Kazutora la afianzó aún más y levantó tu mano. Tu boca se entreabrió al notar y ahora ver como dejaba un beso sobre el dorso de tu mano.

—No soy el más indicado para dar consejos, ¿no crees?— soltó una risa tosca y baja. En ese entonces decidiste verle, miraste sus ojos.— Pero solo soltaré lo que un día me dijeron. Sé que las cosas pueden estar jodidas, pero te prometo que esto no es necesario.

Le miraste aturdida. El rostro de Kazutora no mostraba ápice de nada más que seriedad. Seriedad y angustia. Se sentía angustiado de no saber como ayudar, de no saber qué decir o que cosa sería la que te mantiene en ese estado.

—Me lo dijeron más directo y en un tono idiota, pero suavicé las palabras—. Susurró divertido, entrelazando su mano con la tuya.

Sonreíste un poco, probablemente alguien le dijo eso, pero insultandolo incluso. Al menos se entendió su idea.  Kazutora luego se acomodó con su espalda contra el respaldo de la cama, y te atrajo hacia él en un fuerte y reconfortante abrazo.

Sabía que lo necesitabas.

Él también necesitó muchas veces que alguien le abrace.



—Serás mi modelo personal, ________.

—No tengo lo necesario para ser modelo, Mitsuya—. Te observaste al espejo bastante desanimada. Mitsuya, sin dejar de revisar sus telas y aquella máquina de coser, pensó en tus palabras.

Te gustaba ir a distraerte al salón de costuras al que asistía Mitsuya. Mientras él pensaba y creaba sus magníficas ideas, tú te sentabas a su lado y le veías actuar. De vez en cuando, eras la encargada de darle alguna aguja, o cortar cierto hilo.

Y ahora que tú amigo de cabello lila había terminado varías de sus prendas, necesitaba probarlas en ti.

Pero no estabas muy de acuerdo.

Tu baja autoestima y los comentarios ajenos a tu aspecto, habían dado frutos. No te sentías segura. Pensabas de hecho, que "dañarías" las lindas prendas que confeccionó Mitsuya.

—¿Quien te dijo eso?—. Él dejó lo que hacía y se enderezó, sus manos fueron a apoyarse contra el mesón mientras te veía con duda. Seguiste viendo tu reflejo en el gran espejo en medio de la sala.

—Solo lo sé— Te encogiste de hombros.— No me va a entrar ese vestido tan lindo que hiciste, Mitsuya.

—Si lo hará, es de tu talla—. Afirmó, comenzando a buscar las prendas.

—Te aseguro que no me quedará. Ya lo vi y es para alguien más... decente, físicamente hablando—. Tras murmurar eso, viendo cada detalle de ti en el uniforme de la escuela, Mitsuya poco menos se horrorizó.

—¿Es una broma?— llegaste a saltar en tu lugar por el tono que utilizó en esa pregunta.

Mitsuya era tranquilo y siempre tenía cuidado con lo que hacía y decía. Pero escucharte decir eso... simplemente no pudo medir sus palabras.

—¿Por qué sería una broma? Es la verdad—. Intentaste parecer despreocupada. Pensabas que eras realista, no eras para utilizar siquiera el vestido que él confeccionó ni mucho menos aquella falda a cuadros. No eras la indicada.

—¿Desde cuando piensas así?—. Soltó. Blanqueaste los ojos por un segundo y te giraste hacia él. Ahora se encontraba cruzado de brazos, bastante serio.— No digas ese tipo de cosas. La ropa la confeccione pensando en ti, es obvio que te quedará perfecto.

No estoy segura...— Canturreaste, ahora caminando hasta él. Mitsuya bufó.

—Eres bonita, y te verás igual de bien con cualquier cosa que te pongas. ¿Está bien así o necesitas que sea más específico?— sonreíste al verlo hablando tan seriamente. Nunca nadie te había dicho ese tipo de cosas.

Mitsuya siguió con los brazos cruzados contra su pecho. Apoyado más en su pie derecho que el izquierdo, y sus ojos levemente entrecerrados, viéndote como si quisiese ver dentro de tu mente. Te acercaste otro poco y te agachaste para buscar entre los cajones aquellas prendas de vestir.

—Si así lo dices, y solo será tenerlo puesto un momento—. Agarraste el vestido de antes y lo extendiste frente a ti— me la pondré por ti. Solo... no te burles...

—Si no te sientes cómoda, no lo hagas. Puedo decirle a otra persona si me puede ayudar a ver qué tal quedó la ropa—. Relajó su postura tan rígida y dejó caer sus brazos a cada costado. Te vió de reojo— No te presionaré. De todas formas debí avisar que al término de esto necesitaría tu ayuda, __________.

—Ya dije que intentaré probármelo—. Antes de escucharle decir algo, te encaminaste al probador—. Si ves que no es como esperas, el problema soy yo. El vestido no tiene nada que ver.

—_________—. Gimió frustrado—. ¿Con qué ojos te ves?

No respondiste y te encerraste en el pequeño probador. Mitsuya se acercó a el, esperando pacientemente hasta que estuvieras lista.

—No alcancé el cierre por completo—. Admitiste ya afuera. Mitsuya te guío hasta frente el espejo, sus manos estaban sobre tus hombros mientras te movía a su antojo.

—Ya sabía, soy un genio—. Viste su rostro junto a tu mejilla. Mitsuya sonreía ampliamente mientras veía su vestido puesto en ti—. Te ves preciosa.

Luego del leve vistazo, sus manos fueron a tu espalda y subió por completo el cierre del vestido.

Te veías bien, muy bien. Y aquella pequeña voz en tu cabeza también lo admitió. Pensaste en tu buen aspecto por primera vez desde hace ya un tiempo.

—Te dije que lo hice pensando en ti. Deberías creer lo que te digo, ________.




No querías entrar a casa a estas alturas. A pesar de ser las tantas de la noche y que probablemente se avecine una fuerte lluvia, preferías estar sentada en el patio de tu casa. Al menos estabas bajo el techo, apoyada contra una de las murallas.

La verdad, la relación con tus padres fue empeorando cada vez más.

Una fuerte discusión se había desatado esa tarde. Discusión la cual había concluido cuando prefirieron que salgas de la casa. En ese momento quisiste pensar que no te habían echado, que solo fueron impulsivos.

Pero a pesar que sabían que tú estabas fuera de casa, tus padres no fueron a buscarte o siquiera abrieron la puerta. Esta estaba cerrada, lo sabías.

Lo que te animó un poco, fue cuando dos de tus amigos aparecieron a un costado de la calle. Al parecer iban a verte a escondidas otra vez.

Al verte fuera de casa, abrazando tus piernas y observando hacia arriba, a Angry y Smiley les confundió un poco.

Dejaron sus motos a un costado de la calle y sigilosamente se acercaron a ti.
Apenas les viste, te pusiste de pie.

—Hol— Te interrumpieron.

—¿Que haces acá afuera, _________?— Smiley arrugó su nariz y frente, de inmediato tomó tu mano para que los tres se escondan más lejos de la ventana. Pues claro, sabían que a tus padres no les agradaban ciertas de tus amistades.

—Discutí con mis padres, ya saben... ¿Que hacen aquí?—. miraste a ambos hermanos, de último viste a Angry, no notando que ya había observado que tenías frío. Solo por eso hacías fricción en tus brazos, buscando calor.

—Pasamos a verte... ¿estás bien?—. Angry sacó su chaqueta de la ToMan y la dejó sobre tus hombros. Parpadeo un par de veces, preocupado por tu reacción.

—Estoy harta de estar aquí—. Admitiste, ahora aferrando tus manos a la chaqueta de Souya. Smiley dejó su mano sobre tu cabeza, dio leves palmadas—. No quiero entrar...

—Puedes quedarte esta noche con nosotros, ¿cierto Angry?—. Smiley volteó en dirección a su hermano, ampliando su sonrisa.

—Si, va a ser divertido—. Asintió Angry, moviendo la cabeza.

Sabias que te regañarian por esto pero... en serio necesitabas estar alejada.

Simplemente decidiste acceder a su idea.



—Espérame afuera, por favor, Draken—. Colgaste la llamada y rápidamente fuiste por tu bolso. Este día aquel chico debía pasar a buscarte para ir al centro comercial junto a Emma. Ella y Mikey ya estaban allá, solo faltaban ustedes dos.

Es primera vez que habías "desafiado" a tus padres y pedido que te dejen salir al menos unas horas. Luego de la discusión de la otra noche, volviste a casa e hicieron como si nada ocurriese. Como siempre, ellos no se disculparon ni mucho menos.

Ahora debías salir rápido y que ellos no tengan un encontrón como Draken. O que no lo ofendan, como mínimo.

Pero al instante de bajar las escaleras, ya viste como tu madre estaba en la puerta, esta ya abierta, y Draken se encontraba de pie fuera de la casa. Ella le veía mal, estaba con aquella sonrisa irónica en su rostro.

—¿Ya te vas, hija?—. Casi tropezaste a su tono de voz. Si estaba enfadada. Afirmaste tu bolso sobre tu hombro y pasaste por su lado para salir de casa.

— Si, mamá—. Miraste a Draken, él se mantenía tranquilo. Al notar tus pequeños nervios, sonrió como de costumbre.

—¿A qué hora llegarás?—. Te detuviste a medio camino. Estabas entre tu madre y Draken.

—Solo iré por unas horas...— te giraste y le viste de frente. Mierda, se estaba por enfadar aún más— Tres o cuatro, te avisaré por mensaje.

—¿No ibas con Emma?—. Asentiste con la cabeza—. ¿Y él? Ese chico con esa moto, ¿como se llama?— el tono despectivo se notó.

—Oh, mhm—. Volteaste a ver a Draken. Tu amigo notó la situación y se acercó sin mucha prisa. Al llegar a tu lado, ya ambos solo a dos pasos de tu madre, él le sonrió—. Es Ken Ryuguji, un amigo.

—¿Amigo?—. Le vió de pies a cabeza, terminó con alzar sus cejas y volverte a ver—. ¿Y ese atuendo, ________? ¿Vas a montar su motocicleta vestida así?

Apretaste tu bolso con tus manos y bajaste la mirada; el vestido que te habías puesto era el que Emma te había recomendado usar. No entendías el problema, tenías calzas debajo.

Draken aclaró su garganta, carraspeó y decidió intervenir en la incómoda conversación.

—No le veo lo malo. Le prometo que no iré en alta velocidad, así el vestido no dejará ver algo inapropiado—. Aseguró el rubio, finalizando con una leve sonrisa sincera. Tu madre sonrió, la actitud de tu amigo le irritó de sobremanera.

—Hija, ve a cambiarte—. Apoyó su costado en el marco de la puerta y se cruzó de brazos. Ahí te esperó—. No me hagas repetir lo que dije la otra noche. Quiero una hija decente, no una cualquiera. Si quieres salir ponte otra cosa, más aún si veo que vas con otro tipo.

Al menos se comportó mejor frente a Draken. Cuando discutían, generalmente era más hiriente.

Oh, pero cantaste victoria muy rápido. Ella siguió hablando de tu mal aspecto y lo ofrecida que eras. Eso hasta que a tu acompañante se molestó.

—Con todo respeto, señora...— Draken no hizo más que meter sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón. No te atreviste a verle—. Debería dejar a su hija al menos salir vestida como quiera. Nunca va a ningún lado si no es con usted, al menos debería entenderla un poco ¿no cree?

Tu rostro se calentó de inmediato. Te enfocaste en tu madre y en cómo poco a poco enrojecía de la rabia.

—Además, dudo mucho que en su juventud no haya ocupado vestidos—. Eso lo dijo con cierta burla. Aunque no fue notoria para tu madre, conocías bastante bien a Draken.

—Mamá, será una salida rápida. Llevo calzas debajo y hace calor, en serio no me hagas poner unos pantalones—. Pediste. Tu madre se te quedó viendo por unos segundos, pensando qué decir. No solo discutían por tu supuesta mala actitud, sino que ahora, se entrometía  con tu forma de vestir.

—Oh, y le suplico que no la trate tan mal en mi presencia, por favor—. Draken volvió a entrometerse. Simplemente no se podía mantener callado, algo dentro suyo le empujaba a decirle ciertas verdades a tu madre—. Es de mala educación.

Probablemente fue mala idea enfrentar a tu madre.



—Tranquila, __________—. Takemichi te abrazó más contra su pecho. Apretaste su torso y volviste a sollozar, a abrazarle aún más fuerte que antes—. shhh, ya, está bien _________, estás bien. Estoy aquí contigo, no estás sola...

Llevabas ya una hora en los brazos de aquel rubio. Hakkai acababa de ir a buscar un vaso de agua para que tomes y logres calmarte.

Para Takemichi fue todo un reto pensar en palabras reconfortantes y que si ayuden. Pero después de todo, es muy comprensivo y muy buen amigo, por lo que se las arregló muy bien.

—Está bien que llores, ________. Si lo necesitas, hazlo...— acarició detrás de tu cabeza, intento consolarte no solo por medio del abrazo.

Takemichi había aprendido lo bueno que es dar abrazos a alguien lastimado o triste. Al menos él se sentía bien cuando personas que quería, le abrazaban fuertemente. Eso estaba haciendo ahora, lo que necesitaba cuando esta solo y en problemas.

Siguió acariciando tu cabello, aferrándose a tu cuerpo para indicar que no estás sola en un momento así.

—Disculpa la demora, ________—. Apareció Hakkai, aquello lo susurró sin querer. Takemichi se separó un poco y dejó que veas el vaso de agua—. Bebe un poco, te ayudará sin duda.

Asentiste a la petición de Hakkai, separaste una de tus manos de Takemichi y agarraste el vaso de agua. Aún así seguías casi abrazando al rubio con uno de tus brazos. Hakkai se sentó a tu lado y simplemente se esmeró en acariciar tu espalda.

Gracias— Murmuraste luego de dar un trago. Hakkai asintió, solo observándote con bastante concentración.

Ambos quedaron sentados a cada lado tuyo mientras bebías agua. Fue un poco raro cuando te vieron llegar a casa de Hakkai, sola y llorando. En ese momento, esperabas que estuviera Yuzuha también, pero al parecer había salido de casa hace horas. Al menos tus amigos supieron qué hacer.

Hakkai dejó palmaditas en tu espalda, intentando consolarte de otra manera que no sea su mera presencia. Takemichi al ver como tus lágrimas seguían cayendo de tus ojos, él igual se entristeció. Emitiste una negativa cuando le miraste lagrimear.

—Pero no llores tú, Take—. Pediste, aún sollozando. El rubio asintió y limpio sus lágrimas rápidamente.

—Pero no llores, ________... No me gusta verte llorar—. Admitió aún apenado, haciendo puchero. Hakkai también se fue contagiando de la intensa atmósfera de tristeza que les rodeaba.

—¿Jugamos videojuegos?—. Soltó Hakkai, llamando la atención de ambos.

Un Takemichi con los ojos vidriosos y tú con los ojos rojos y tu cara sonrojada por las lágrimas, miraron a un Hakkai triste. Estuvieron de acuerdo todos.

Decidieron esperar a Yuzuha para ver qué hacer después.



—Te quedarás aquí con nosotros—. Afirmó Yuzuha.

—No es necesario. De seguro en un par de días volverán a olvidarse de esto y me dejarán entrar a casa—. Soltaste una leve risa nerviosa. El ambiente de la habitación se te hizo incómoda, todos estaban serios. Inclusive Takemichi.

—No. _________, ya se me olvidaron las veces que te han hecho esto. Te quedarás aquí—. Demandó nuevamente Yuzuha. Se veía tan intimidante en este momento, hasta le admiraste. Ella siguió cruzada de brazos y con su semblante serio frente a ti.— Taiju se fue de casa así que tienes su habitación para ti sola. O si prefieres, puedo hacer un espacio en mi cuarto.

—No quiero molestar otra vez—. Admitiste, viendo de reojo a Hakkai a tu lado. Él te regalo una linda sonrisa.

—Deberías quedarte aquí hasta que seas mayor de edad—. Opinó Kazutora. Lo dijo con un grado de despreocupación que te sorprendió—. Dudo que los...— suspiró—. Dudo que tus padres vengan a disculparse, ________.

—Ten más tacto, Kazutora— Regañó Draken.

Bueno... yo siempre era la que volvía a casa. A pesar de todo, son mis padres—. Dijiste observando a  Draken. Él también estaba de pie, a un lado de Yuzuha.

—Al menos de momento deberías considerar estar aquí definitivamente—. Opinó Mitsuya. Él se dejó caer al sofá en el que estabas sentada—. ¿Que dices?

—Bien—. Correspondiste la sonrisa que yacía en su rostro. Luego agradeciste a Hakkai y a Yuzuha que te hayan dejado un lugar en su casa—. Pero tengo un problema...

—No te preocupes por eso—. Mikey mostró su móvil. No, mostró el móvil de Draken que yacía ahora en sus manos—. Smiley ya se encargó.

Tu rostro se arrugó, ¿por eso estaba tan concentrado en ese aparato?

A los minutos y como por arte de magia, apareció Smiley junto a su gemelo.

—Traje gran parte de tu ropa, ________—. Smiley dejó de cargar tu mochila y la alzó para que la vieras.

—¿Te metiste a la casa?—. Fue lo primero que dijiste. El rostro de Mikey se desencajó, esperaba cualquier pregunta menos esa. Smiley asintió, aún sonriendo ampliamente.

—Yo dije que mejor vayamos contigo, pero no me escuchó, ________—. Acusó Angry, apuntando a su hermano.

Solo decidiste agradecerle, después de todo se te ahorraba el ir ese mismo día a tu casa. Aunque de igual forma debiste salir con Yuzuha a comprar ciertas cosas para los otros días que te quedarías en su casa.

La ToMan se quedó hasta el anochecer, todos haciendo un pequeño caos en la casa. Yuzuha decidió no regañarlos por ese día y rió a cada broma que hacían los demás.

Hubo un momento, en su pequeña junta, el cual dio por finalizada la velada.

Peyan cayó por las escaleras y se dobló el tobillo.

Lo peor fue que nunca le había pasado, y a causa de ese accidente, terminó por desmayarse.

Quien diría que un pandillero se desmayaría al ver que se torció el tobillo. Incluso, reíste disimuladamente cuando fuiste al baño por una venda.

—No tenía planeado dormir aquí hoy—. Admitió Peyan, aún algo confundido. Sonreíste y seguiste viendo el techo de la habitación. Yuzuha pidió que duerma contigo, ya que ella tenía el sueño pesado y por cualquier emergencia de seguro no despertaría fácilmente.

Y Hakkai se asustaría con lo más mínimo que ocurriese.

— ¿Te duele mucho?— te apoyaste con uno de tus codos y viste en su dirección. El negó con la cabeza, nunca volteó a verte siquiera. Estaba un poco avergonzado.

— De seguro me pegué en la cabeza y por eso me desmayé—. Rió de manera fingida. Sus mejillas se tiñeron de un leve carmesí, por desgracia no pudiste notarlo gracias a la oscuridad—. Debió ser eso... si, fue el golpe. Me sorprende que no esté muerto ahora.

—Solo te asustaste... es normal—. Opinaste, forzando tus ojos a qué vean por entre la oscuridad con mayor detalle. Peyan negó rápidamente con la cabeza, sonreíste a su acción tan inmediata.

—No, nada de eso, no soy tan idiota para asustarme con algo así—. Aclaró, balbuceando en medio de la frase—. A Pah le pasaría, a mi no.

—Bien, como digas, Peyan. Estás soñando ahora mismo—. Volviste a recostarte sobre el colchón. No pudiste dejar de sonreír, él siempre lograba sacar una sonrisa de tu parte.

—Si estoy soñando... entonces si me levanto no me dolerá el tobillo, ¿cierto?

—No te levantes—. No te hizo caso.

Soltó un fuerte grito al apoyar el pie.

—Peyan, por el amor de dios...— te sentaste al verlo con la cara pegada a los pies de la cama. Se había caído de lleno al colchón—. ¿Quieres que vayamos al hospital? Los demás no lo creyeron necesario, pero no lo sé... nunca se me torció el tobillo...

—¡No! Estoy bien, solo exageré—. Sin duda se hizo el valiente. Apenas pudiste escucharle al él aún estar con su cara contra las mantas. Estaba tieso sobre la cama.

—Iré a preguntarle a Yuzuha si tiene algo para el dolor, y un antiinflamatorio, espérame aquí—. Moviste las mantas a un lado y te pusiste de pie. Peyan se movió como un gusano sobre la cama e intentó sentarse.

Le ayudaste a enderezarse y le empujaste bajo las mantas. Peyan no podía con la vergüenza, prácticamente nunca había estado tanto tiempo cerca de ti.

Una chica lo estaba tocando, omg

—Recuéstate aquí hasta que llegue—. Le ordenaste, ahora subiendo las mantas y tapándolo. Peyan solo podía parpadear y verte fijamente. Incluso sus brazos quedaron bajo las mantas, solo se veía su rostro.

Peyan quedó mudo hasta que regresaste con un vaso de jugo y una pastilla.

Te veías aún más linda cuando te preocupabas por él. Se asustó al pensar eso, ¿por qué piensa esas cosas?

—Gracias...— habló agudo. Te pareció tierno lo tímido que se veía, incluso te habías olvidado del problema en el que estabas en ese momento.

El plan de esos días era que él y los demás te distraigan y no estés triste, pero al parecer ponías tan nervioso a Peyan que sus neuronas se apagaron. Y tomando en cuenta el dolor en su tobillo, solo pensaba en lo linda que te veías sonriendo. Eso le tomó desprevenido.

—Te ves linda sonriendo—. Peyan golpeó su boca con la palma al instante. Tus ojos se abrieron más de la cuenta y pensaste haber escuchado mal, le miraste entre dudosa y curiosa.

—¿Qué cosa?

—Que tengo sueño... si eso, así que me tomaré la pastilla ahora—. Te arrebató el medicamento y lo lanzo dentro de su boca. Luego también repitió lo mismo con el vaso y bebió el contenido en solo dos sorbos.

—¿Peyan?— él se volteó a un lado y se acurrucó en la almohada luego de dejar el vaso sobre la mesita de noche. Dejaste salir un extenso suspiro— Bien, te dejaré la cama por esta noche. Iré a dormir con Yuzuha.

—¡No! Espera, te haré un espacio, ven, ven — Por dentro, Peyan estaba insultándose a sí mismo. Sin duda no tenía experiencia en comunicarse con chicas— SOLO SI QUIERES.

Peyan deseaba que Mitsuya estuviera en su oído, diciéndole qué decir para no cagarla.

—Ok, pero no grites...— comenzaste a reír. Cubriste tu boca al notar que probablemente le avergüence, y solo rodeaste la cama para ir al otro lado y recostarte.

Peyan se movió más a la orilla de la cama y dejó que ocuparás un gran espacio, el necesario según él. Le miraste, utilizando tus manos como almohada bajo tu mejilla. El chico te imitó.

—...— Peyan aclaró su garganta. Le miraste dudosa cuando levantó su mano, su palma quedando extendida en el aire—. Choquemos los cinco.— le viste aún más confundida

—¿Para qué...?— frunciste el ceño mientras levantabas tu mano y la chocabas con la suya. Peyan se encogió de hombros.

—No lo sé. Si te abrazo será raro, ¿no crees?— opinó, él igual estando un poco confundido. De cierta forma, tenía razón.

Decidiste no preguntar más o los dos estarían más confundidos que antes. Con el choque de palmas, Peyan demostró su apoyo de una manera especial.

—Buenas noches, Ryohei—. Dijiste su nombre en un susurro. Te acomodaste y cerraste los ojos, intentando dormir.

—¿Me llamaste por mi nombre?— soltó. Asentiste con la cabeza y él quedó a boca abierta—. Buenas noches, ________. No sabía que sonaba así de bien mi jodido nombre, que genial...

Escuchaste todos sus susurros antes de dormir profundamente.





Taiju se ve tan.... *complete la frase*

Shinichiro, eres hermoso.

Dejen estrellita o la rayis les dispara 😡

Igual noté que muy poc@s me siguen, que decepción...
Se postergan los Lemon hasta nuevo aviso, como castigo🤨💔

Continue Reading

You'll Also Like

464K 47.3K 119
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...
80.5K 8.8K 14
Tras la victoria de Max en los X-Games Bradley se encarga de ser el chico de las toallas del equipo de patinaje de Max, ambos se ven forzados a iner...
2.4M 249K 134
Dónde Jisung tiene personalidad y alma de niño, y Minho solo es un estudiante malhumorado. ❝ ━𝘔𝘪𝘯𝘩𝘰 𝘩𝘺𝘶𝘯𝘨, ¿𝘭𝘦 𝘨𝘶𝘴𝘵𝘢 𝘮𝘪𝘴 𝘰𝘳𝘦𝘫...
146K 8.7K 16
El maldito NTR pocas veces hace justifica por los protagonistas que tienen ver a sus seres queridos siendo poseidos por otras personas, pero ¿Qué suc...