Lorenza: ¿Qué pasa?
Regina: mira quien esta allá- dijo mientras señalaba-
Lorenza: que mala casualidad.
Dr Andrés: ¿comprendes lo que te he dicho?
Miranda: si, pero yo quiero que mis papitos estén juntos.
Dr Andrés: lo sé, pero debes darles tiempo, sus problemas no tienen nada que ver contigo, mientras los resuelven puedes disfrutar de la compañía de ambos.
Miranda: si, pero no como antes, cuando los 3 estábamos juntos.
Dr Andrés: ten paciencia, estoy seguro que se va arreglar, tu solo prométeme que te vas a portar bien.
Miranda: está bien.
Dr Andrés: bien, nos veremos pronto.
Miranda: ¿y vas a enseñarme los juguetes que me prometiste?
Dr Andrés: por supuesto.
Regina y su madre se disponían a salir de la cafetería cuando escucharon una voz muy familiar a sus espaldas.
Regina... vaya, yo te hacía en tu luna de miel, muy lejos de aquí.
Regina se dio la vuelta.
Regina: Lucia, que desagradable verte.
Lucia: lo mismo digo, queridita, creí que me había librado de ti.
Lorenza: hija vamos a ver a la niña, seguramente el doctor ya nos tiene noticias.
Lucia: ¿se enfermó tu niña? Cuanto lo siento.
Regina: deja tanta hipocresía y déjame pasar.
Lucia: No, sin antes decir lo que te mereces, no tienes a tu esposo para que te defienda.
Regina: ¿Qué es lo que quieres?
Lucia: ¿sabes por qué estoy aquí?
Regina: no lo sé, ni me importa.
Lucia: pues debería, porque eres la única culpable.
Regina: ¿de qué hablas?
Lucia: después de tu boda, Arturo me abandono, lo enloqueciste al humillarlo delante de todos, se perdió por varios días y apenas anoche di con su paradero.
Regina: ¿y? ¿a mí qué?
Lucia: Lo encontré ahogado de la borrachera y golpeado, seguro lo asaltaron también, todo por tu culpa.
Regina: un momento, yo no tengo la culpa de que no seas lo suficientemente mujer para saber cómo retener a tu marido, si el prefirió ir se de tu lado es tu eres la culpable.
Lucia: ¿Qué estás diciendo? Pedazo de estúpida.
Regina: la verdad, si no sabes como manejar tu matrimonio es tu problema no el mío, ¿pero que te digo? son consecuencia de tus propios actos, tu solita te lo buscaste.
Lucia: te crees muy autosuficiente porque te conseguiste un hombre que se hará cargo de tu mocosa, pero ¿has pensado que quizás lo hace solo por dinero?
Lorenza: ya basta Lucia deja de decir tantas tonterías.
Regina: déjala mamá, con su actitud solo demuestra lo infeliz que es, a mi no me importa lo que piensa; Tú jugaste desde el principio sucio para quedarte con Arturo y te lo agradezco, de verdad me hiciste un favor al liberarme de él, te casaste con él, pero veo que nos has sabido ser una buena esposa, sino no me estaría buscando.
Lucia: tú lo engatusaste.
Regina: ¿yo? Jajaja... No seas tonta asume tu responsabilidad, después de todo luchaste tanto para quedarte con él, ayúdalo con su problema si es que de verdad lo quieres y deja de buscar culpables.
Lucia: claro que lo quiero, somos muy felices.
Regina: ¿entonces que haces aquí fastidiándome?
Lucia se quedó sin palabras así que con todo el coraje que tenia se fue.
Lorenza: que bien hija, me alegra que no te dejes de esa mujer.
Regina: ¿Cómo pude ser tan ciega y pensar que esa era una amiga?
Lorenza: uno nunca termina de conocer a las personas, ahora si vamos a ver a mi nieta.
Las dos abordaron el elevador, al llegar a la habitación Daniel y Gabriel conversaban con el psicólogo.
Regina: ¿todo bien?
Dr Andrés: le decía a mi colega y su esposo que la niña, se ve muy sanita, al hablar con ella pude constatar que se siente muy triste por su separación, se siente traicionada por usted.
Regina: lo sé, ella cree que todo es mi culpa.
Dr Andrés: Daniel me contó que hace tan solo unos meses supo de su existencia y que estos años usted crio a la niña sola.
Regina: así es Doctor, su mayor sueño era tener un papá como sus compañeras.
Dr Andrés: claro y al tenerlo y perderlo en poco tiempo su ánimo decayó.
Daniel: ¿entonces concuerda usted con el diagnostico de Gabriel?
Dr Andrés: absolutamente, aunque no descarto que le realicen los demás estudios, es mejor estar seguros de que su salud esta marchando bien.
Gabriel: entonces se harán mañana a primera hora.
Dr Andrés: en cuanto los tengas me llamas por favor, quisiera revisarlos.
Gabriel: claro, y gracias por venir a verla.
Dr Andrés: tienen una hija encantadora.
Regina y Daniel se vieron orgullosos el uno al otro.
Dr Andrés: quisiera que la acompañaran como sus padres y olviden sus problemas de pareja, al menos delante de ella, si se da cuenta que tiene a unos padres amorosos que se llevan bien su estrés disminuirá y estará mas tranquila, y por lo tanto los síntomas físicos desaparecerán.
Daniel: ¿cree usted que vuelva a repetirse?
Dr Andrés: es muy probable en caso de que vea que sus padres no mantienen una buena relación, por eso insisto en que debe estar tranquila, por su salud física y emocional.
Daniel: por mi parte hare lo que sea necesario para que lo esté.
Regina: por la mía también.
Dr Andrés: bien, entonces vendré mañana a verla, permiso.
Daniel: Regina, ¿te molesta si me quedo esta noche con Miranda también? Gabriel me dijo que puede conseguir un permiso.
Regina: no, si eso le hace bien a la niña, no tengo ninguna objeción.
Lorenza: yo voy a despedirme ya casi termina la hora de visitas.
Gabriel: voy a hacer el tramite para que puedas quedarte.
Al quedarse nuevamente solos, no se dijeron nada, pero pensaron de la misma manera y entraron a la habitación de su hija.
Daniel: ¿Cómo te sientes?
Miranda: bien.
Regina: ¿quieres ponerte tu pijama?
Miranda: bueno, pero tu me cepillas el cabello papito.
Daniel: ni hablar.
Arturo: ¿por qué tardaste tanto?
Lucia: había mucha gente en la cafetería.
Arturo: ¿me trajiste algo de comer?
Lucia: sabes bien que no puedes comer nada hasta el medico te lo autorice.
Arturo: la comida que dan aquí sabe horrible... ¿te pasa algo?
Lucia: ¿por qué me lo preguntas?
Arturo: tienes una cara que no puedes con ella.
Lucia: ¡tu tampoco te ves muy bien que digamos y yo no te digo nada!
Arturo: ¿ya vas a empezar?
Lucia: sabes que?, mejor voy a llamar a mi mamá.
Lorenza regresó a la casa.
Ariel: mujer ¿por qué carajo no me respondiste las llamadas?
Lorenza: venia conduciendo, sabes que no me gusta usar el teléfono mientras lo hago.
Ariel: Pues para eso esta el manos libres, Esperanza me puso al tanto sobre la salud de mi nieta, ¿Cómo esta ella?
Lorenza: Mejor, esta noche seguirá bajo observación.
Ariel: ¿es algo serio?
Lorenza: siéntate, voy a explicarte lo que dijo el médico.
Lorenza le conto los pormenores de lo que había dicho Gabriel y el Psicólogo.
Miranda ya dormía profundamente, Regina la arropaba con la frazada y le daba un beso en la frente.
Daniel: ven acuéstate en este sofá, descansa, yo me quedare en esta silla.
Regina: no es necesario puedo quedarme en esta silla toda la noche.
Daniel: tuviste un día muy ajetreado, necesitas descansar, además ella duerme tranquilamente, ven al sofá y yo me quedaré en esa silla, estaré pendiente por si se ofrece algo.
Regina: pero si necesita algo me despiertas.
Daniel: claro.
Regina accedió, camino hasta el sofá, Daniel le entrego una almohada y una cobija, él se sentó en la silla frente a la cama de Miranda, ella se recostó en el sofá por un momento él se dio la vuelta y se encontró con su mirada a lo que sin darse cuenta ambos se sonrieron.