FIVE | +21 | En Proceso.

By YMBM05

4K 102 0

Una noche de retos y algunas casi tragedias. A Vera le encanta la fiesta y lo que conlleva a como de bien pue... More

¡Ven y descubreme!
Prototipo de personajes principales
Sinopsis
Prólogo
Capitulo 1: Recuerdos.
Capitulo 2: La Mansión de los Roman.
Capitulo 3: Sucesos extraños
Capitulo 4: Pesadillas y una fiesta
Capítulo 5: ¿Y si jugamos?
Capítulo 6: Contra corriente.
Capitulo 7: Que comience el juego.
Capitulo 8: Hablemos de consecuencias.
Capitulo 9: ¿Dónde estabas?
Capitulo 11: Un poco de Atención.

Capitulo 10: Mi mejor cuartada.

41 2 0
By YMBM05






No pude voltear, no tuve las agallas suficientes para hacerlo.

De hecho no estaba en mis pensamientos, por primera vez en la vida estaba nerviosa porque alguien pudiera reconocer mi cara. Se supone que con el fuerte golpe que le di en la sien estaría dormido por máximo una hora, incluso fue uno de mis peores movimientos y no podía creer que fuese tan efectivo.

«No era toda mi fuerza en absoluto, pero la consideré suficiente»

Tenía mi cabeza hecha un laberinto y no sabía como dividirme; primero estaba Jesse con sus ataques de ansiedad, luego Preston quien tenía la miraba clavada en mi cuello, escaneada mi cintura, los brazos. Eso sin contar las marcas que yacían en mis pechos, mis muslos, trasero y abdomen a causa del deseo carnal de aquel idiota.

Estaba totalmente tensa.

Los dos me miraban de forma extraña y un poco de manera acusatoria, ambos habían despedido a ese chico menos yo. No estaba en condiciones como para cruzar palabras con él después de lo que me hizo, no deseaba ver su cara.

Eso me hizo suspirar de tranquilidad.

El aire por fin volvió a mis pulmones, se sentía todo muy normal otra vez.

Solo hacían falta Chloe y Averly para que esto se convirtiera en un verdadero interrogatorio de miradas.

–Vera…

–¡Solo déjame en paz con mis decisiones, Preston! —le interrumpí. Preston era tan exasperante y odiaba que quisiera controlarme.

Levantó sus manos.

–Está bien, pero solo dime una cosa y te juro…te juro, Vera que no vuelvo a interceder en tu vida —me suplica clavando sus ojos notablemente húmedos en mi mientras une sus manos en espera de una respuesta.

Giro mis ojos y me llevo las manos a la cintura.

Obviamente, me hago una idea de lo que viene a continuación. Los estúpidos celos y las malditas preguntas que no debería contestarle a él, las que mis amigas ni siquiera se preocupan en hacerme.

Me vale una mierda, pero tendré que escucharlo si quiero paz.

–Arriésgate.

Respira profundo como quitándose un peso de encima.

–¿Te gustó? —me pregunta con ilusión de una respuesta negativa y después traga en seco.

Aún así lo miro confundida.

–¿A qué te refieres con que me gustó? Háblame claro y con todas sus letras.

Se lo piensa antes.

–El encuentro con ese tipo, con quien sea que te haya tocado, el culpable de todas esas…marcas en tu piel —termina con el ceño fruncido ligeramente.

¿De que le sirve preguntarlo si es claro que ya sabe más de lo que debería confesarle yo? 

Para que hacernos los locos si sabemos exactamente que me gusta de esa forma, rudo, dominante y territorial. Algo que él lamentablemente no puede darme.

Preston se me hace un hombre de caricias sencillas, de regalos bonitos y salidas a lugares en donde pueda demostrar que tan bonita es la vida. Perfección, perfección, perfección y más perfección.

Sería el tipo de hombre perfecto para la chica perfecta, pero no para mi.

Una chica aficionada al peligro, atraída eternamente y comprometida con él. Suena demasiado loco, pero creo que todo esto lo he encontrado en una sola persona, alguien que en tan solo un segundo me demostró lo que es estar atrapada y ser libre a la vez. Alguien prohibido para mi.

Podría considerarme una loca, pero creo que su nombre nunca significó nada más.

Danger.

–Si, lo disfruté tanto que volvería a repetirlo cien veces más ¿Y qué? —es lo que puedo responder. 

–¿Por qué? 

–No lo sé, supongo que toda mujer conecta sexualmente con alguien alguna vez en la vida.

Él resopla como si eso fuese el mejor de los alivios.

–Eso quiere decir que no logró nada más contigo, nada importante como para volver a buscarlo —se acerca a mí rozando mi brazo derecho con sus dedos —No lo volverás a ver en…

–No tengo tiempo para tus prohibiciones, necesito llevarme a Jesse.

Cierra su mano alrededor de mi brazo impidiéndome darle la espalda.

–Por favor, no te estoy pidiendo nada mas, solo quiero que hablemos…

Le vuelvo a cortar cualquier palabra que quiera volver a decir porque me está volviendo loca.

Miro a Jesse en busca de una señal para que podamos huir de esto, en cambio ella solo suspira para después asentir.

«Mierda»

–Averly y Chloe debieron haber salido ya, iré por ellas.

No me queda nada más que asentir también.

«Doble mierda»

–Cuídate, saldré en un momento. Si te encuentras a ese bastardo no dudes en gritar ¿De acuerdo?

–Si, no te preocupes —noto como mira detrás de mi —Ya debería salir.

–Recuerda…

–Nena ya, no pasará nada.

Besa mi mejilla antes de escaparse de mi vista y dejarme en la encrucijada. Por lo menos el ataque de ansiedad ha cesado, ahora se ve un poco más calmada de lo que anteriormente estaba. Temía que llegara demasiado lejos.

Lo he sabido desde siempre, desde que la contuve tantas noches de golpearse así misma o drogarse. Ella es demasiado fuerte para esto, aunque algunas veces deje caer su armadura.

La privacidad es lo que sobra ahora mientras espero a que Preston hable. Realmente no me siento confiada a solas con él, no lo sé. Todo ese teatro de querer hablar conmigo no me quita la espina de que solo son celos absurdos.

A veces resulta un poco tóxico, aunque he aprendido a ignorarlo de cualquier forma.

–No te vas a rendir conmigo nunca ¿Verdad? —le cuestiono por su terquedad y esa perseverancia que no abandona —¿Tendré que rechazarte toda una vida para que al fin me entiendas…?

–¿Quieres ser mi novia, Vera? —me pregunta de repente y mi cuerpo se hela completamente. 

Las palabras se quedan atoradas en mi garganta, el aire se escapa un poco de mis pulmones y mi corazón se acelera.

>>Vera, responde por favor. 

Pestañeo varias veces sin creer lo que ha dicho, nerviosa por…¿qué? ¿NERVIOSA YO?

¡No, no puedo estar así!

Intento irme sin darle una respuesta tomando esto como si no fuera nada, pero él me detiene tomándome del antebrazo y llevándolo a su pecho para impedir que me vaya.

Esto es una broma, odio estas cosas. Dios, juro que no tolero este tipo de situaciones.

–Por favor —susurra pegando su frente con la mía e inmediatamente sus ojos brillan para que después su cara esté cubierta de lágrimas. Las mismas que me hacen recordar a aquel niño con el que me escapaba a media noche a escondidas de mis Padres, el mismo que me contaba sus problemas y me decía que me quería aunque odiara la forma asquerosa en que lo hacían sus Padres.

Para mi el amor es miseria, mil puñales disfrazados de rosas de los cuales no quiero ser el objetivo. Verlo así me lo recuerda todo. Él siempre estuvo cuanto quise y cuando más lo necesité, me confesó su amor creyendo sentir lo mismo sin saber que nunca podría vivir ese sentimiento conmigo. 

Ahora que por fin he decido irme siento que los estoy abandonando, a él y a mis amigos. Decidí que olvidaría lo que dijo Preston reemplazandolo con sexo, alejándolo por completo.

Este viaje podría cambiar mi vida para siempre, los problemas que se avecinan me van a joder de sobremanera y no podré huir en otro momento, así que es ahora o nunca.

–¿Qué quieres tú realmente, Preston? Quiero que seas completamente sincero, solo así tendrás una respuesta o de lo contrario me iré —le pongo como condición mientras le limpio los rastros de lágrimas de sus mejillas. Él medio sonríe rodeándome con sus brazos para luego besar mi frente, lo que me incomoda un poco y él no lo nota por estar concentrado en acariciar mis mejillas con ternura. Es un gesto que me amarga la existencia.

Aclara su garganta.

–Si me dejas hablaré por horas sobre lo que siento por ti, es mucho lo que llevo acumulado —veo como se muerde los labios —El verte y no poder tocarte, tener que aguantar mis pensamientos los cuales me castigan diciéndome que no soy suficiente para ti, pero mi voluntad y mi corazón me dicen otra cosa. Soy un idiota…

–Ve al punto, Preston —interrumpo queriendo terminar con esto ya.

–Si soy un idiota por no atreverme a hacerle frente a todo esto que siento por ti, porque es mucho y mi corazón no quiere dejarte.

–Me conoces…

–Prometo que no te presionaré, si quieres te doy espacio desde hoy, pero de verdad quiero una oportunidad contigo, Vera. Así sea pequeña, es lo que más quiero —esconde un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y le sigo el gesto dejando mi mejilla en su palma.

Siento que todo lo que dice es completamente sincero.

«Por Dios, él no es para mi»

Así tenga todas las oportunidades con él sé que no es para mi, soy una perra maldita que dañara su corazón, aunque no lo necesite verdaderamente cerca. No lo necesito porque pueda amarlo, si le doy una oportunidad será por conveniencia y lo sé, lo dañaré.

No quiero hacerlo, pero ¿Qué otra opción tendría?

–Acepto.

–¿Qué? —se queda anonadado y traga en seco para luego sonreír —¿Aceptas ser mi novia?

–Si, Preston.

–¡¿De verdad?! —prácticamente grita como un niño espantandome, demasiado emocionado por ello me toma de las mejillas.

Esto me cuesta, no quiero que se ilusione de más con algo que hice a mi propia conveniencia, algo que puedo terminar solo con tronar mis dedos. Estoy ilusionando a aquel niño que con una gran emoción me confesó que me amaba, que por fin había encontrado a la chica con la que se casaría.

¡Era su mitad, su complemento imperfecto!

No entendía ni quería entender porque amaba a alguien que ni siquiera quería hacer el esfuerzo por compartir ese sentimiento.

–Preston, cálmate —no hace caso e intenta besarme embobado con esa emoción —Espera. No te precipites.

Chasquea sus dedos.

–No me estoy precipitando, quiero besarte por cada hora de los días, por cada año que no lo hice.

Trago en seco.

No sé qué, pero debo hacer cualquier cosa para que no lo haga en este momento.

–Es nuestro primer beso y debe ser especial —trato de hacerle razonar con eso y parece que funciona porque me sonríe satisfecho.

–Cierto, novia —besa mi frente.

Yo giro mis ojos hastiada de tanta dulzura.

No soy una chica de promesas vanas, odio los para siempre aunque algo muy dentro de mí me obligue a cumplir. Con Preston será difícil mantenerlo a raya, no se deja ganar tan fácil y hasta me hago la pregunta de si podré con esta falsa durante tanto tiempo del que sea necesario.

Se me estremece el cuerpo de solo imaginar que puedo cometer fallos.

–La fiesta se ha acabado para mi, debo volver a casa por una ducha —le digo y me siento tensa al llamar esa jaula de leones como mi hogar.

–Te llevaré —busca en sus bolsillos las llaves de su auto.

–Puedo irme con las chicas, no tiene que preocuparte esta situación.

–Deben de estar al tope de alcohol, no podrán manejar, Jesse está paranoica y tú…ya sabemos tu condición —refunfuña enseñándome las llaves.

No para, no hasta que yo termine por aceptar su propuesta. Esta es la fase uno de «eres mi chica y todo lo mío es tuyo» y me incomoda porque siempre me he valido por mi misma a pesar de no tener todo. 

–Estás comenzando a controlarme, Preston —le respondo un poco tensa.

Gira sus ojos despreocupado y clava los dedos en su cabello para acomodarlo hacia atrás.

–Siempre te voy a proteger. Ven —extiende sus brazos y luego me estrecha entre ellos asegurándose de estar lo más cerca posible de mi. Estamos más cerca que mi nariz con mi boca.

Bufo.

Echo mi cabeza hacia atrás poco a poco, torciendo mi boca fastidiada. 

«Solo quiero un maldito baño»

Estoy del asco con los rastros de esta noche tan intensa.

–Deberías llevarme a tu baño. Solo necesito cinco minutos.

–Vera —advierte cuando escucha como lo esquivo.

–Preston.

No va a besarme, no puede hacerlo mientras esté así…

Un segundo cierro mis ojos y al abrirlos…

Lleva la contraria a mis pensamientos bajando su cuello para quedar extremadamente cerca de mis labios, traga y relame los suyos ansioso por hacer cualquier cosa que esté en su cabeza, pero su expresión es otra por completo. Miedo. Miedo al rechazo que le dejaría en claro lo que verdaderamente siento por él y que esta relación que hemos iniciado es solo una falsa. Miedo a la mirada sin emoción alguna, el que mi piel no reaccione a su tacto como él lo espera. 

Las marcas en mi piel relucen mostrándole y recordándole que he sido tocada por otro hombre que no es él.

No recibo sus labios como él lo desearía, abiertos y en espera de un beso. Mantengo mis escudos a toda costa, lo que lo hace retroceder.

–Vámonos —espeta de repente tomándome de la mano, lo sigo aún conmocionada.

























Tenía tanto conocimiento de los métodos tan estrictos que utilizan los Padres de Preston. Podía tener la libertad que quisiera y hacer con su vida lo que le apeteciera, gastar su dinero en lujos que próximamente presumirá frente a sus amigos o a todas las personas que lo conocían como el hijo del gran empresario Jonas, pero todo eso se convierte en mierda apenas cruzaban el umbral mirando a todos con su cara indiferente y egocéntrica.

Mis amigas me esperaban justamente a un lado de las escaleras mientras la Madre de Preston las miraba con una auténtica cara de culo, obviamente horrorizada por el aspecto desalmado que lleva Chloe y la ropa desaliñada de Averly.

La Mansión está sin un solo invitado más que nosotros, pero hecha un completo desastre de envases de diferentes bebidas, vómito, algunos rastros de comida y otras cosas que es mejor dejar de lado. Y ni hablar del desastre en las habitaciones del primer piso que pasaron de ser pulcras a asquerosas.

No me quiero imaginar la reprimenda que se ganará Preston, se supone que es completamente suya desde todas las esquinas y está en todo el derecho de desbaratarla si se le antoja.

Su Padre chasquea los dedos y en cuestión de segundos tenemos a diez empleadas frente a nosotros con utensilios de limpieza. Dispuestas a retirar toda la mugre y el desorden al que ha sido sometida la gran Mansión.

–Despide a tus…invitadas, Preston. Tu madre y yo esperaremos en el despacho, tenemos algo importante y urgente que hablar contigo así que no queremos…inconvenientes en la conversación —añade la gran señora acomodando su vestido de lino o alguna tela cara, luce sus uñas largas y delicadas para luego acomodar su cabello.

–Bruja ¿No ve que estoy a punto de morirme? —sisea Chloe.

–¡¿Perdón, jovencita?!

–¡Que es usted una bruja! —le grita Chloe a la defensiva y Averly la toma del brazo impidiendo que se vaya sobre la vieja —No me venga usted con ese código de pulcritud y privacidad, llevo una maldita cruda que me está matando lentamente y lo último que necesito es escucharla.

–Pueden largarse cuando quieran, ahí está la puerta, mocosa —espeta su voz pedante.

La cara de Chloe se infla y termina llevando sus dedos a su sien mientras respira profundo.

Tanto me gustaría recordarle a mi querida amiga que no es hora de crudas o resacas, pero la gran señora posa sus ojos en la unión de las manos de su hijo y yo frunciendo el ceño.

Parece querer entrar en estado de histeria, pero algo más la asusta.

–¿Eso qué significa? ¿Por qué te sujetas de la mano con esa…? —no deja de ver nuestras manos.

Preston le sonríe emocionado, con el mismo brillo en sus ojos de hace unos minutos.

–No es "esa", se trata de alguien importante para mi, es mi novia —suelta sin compasión.

Mis amigas que están a cada lado me observan desde su propia perspectiva. Chloe está demasiado asombrada mas por no enterarse antes, Averly se nota un poco tensa por la repentina decisión y Jesse simplemente trata de no alzar el grito al cielo.

–Pero tu… —se detiene para respirar profundo y voltear buscando el apoyo de su marido aunque este solo se dedique a vernos colérico —Esto no puede estar pasando.

–Claro que debe pasar, es lo que he esperado desde hace mucho tiempo y lo último que necesito son tus desacuerdos cuando no te he pedido opinión —Preston me estrecha contra sí. Sin saber cuanto me matan este tipo de afectos.

–Vamos a la oficina, Preston —sugiere su Papá manteniendo el porte seguro y dispuesto a llevarlo a la fuerza por su propia cuenta si tan solo se llega a negar.

Comienzo a creer que le tiene más miedo a lo que pueda hacer u opinar su Papá que a cuanto pueda oponerse su Madre. Sinceramente, no creo que esta señora pueda hacer mucho más con ese ego por los cielos.

–Te esperaremos, no tardes —sin más se pierden por los pasillos haciendo resonar sus calzados cada que pisan.

Supongo que no les gusta nuestra presencia y que lo que tengan que hablar con su hijo no nos incumbe, se que me están odiando con sus malditas entrañas, el hecho de que sea la nueva novia de su hijo le está punzando una herida que no quieren dejar sangrar.

No llevo el tiempo suficiente conociéndolos, aunque sí el suficiente para entender que no son los Padres honorables que no intervienen en las decisiones que tiene su hijo o en el gusto que tiene por las mujeres.

Solo sé que para cuando traten de apartarnos el uno del otro ya estaré muy lejos de aquí, ocultándome de lo que se aproxima porque viene con muchas ganas de destruirme y eso es justo lo que no dejaré que hagan, no podrán atarme por el simple hecho de haberme cruzado con uno de sus bastardos.

Este saldo de cuentas no es conmigo y prometo que si esto tan solo se trata de una manera para que Maxwell Roman se deshaga de mi lo voy a torturar hasta que muera. Soy su señuelo, su mujer, su mensajera, pero no voy a aceptar una traición como está que me condene a vivir bajo reglas de mafiosos.

Desde muy pequeña han querido joderme, no es justo que ahora me quede de brazos cruzados mientras el jefe hace lo que quiere conmigo, me entrega como si fuese una zorra de intercambio.

–Debemos irnos ya…

–Amor ¿por qué no te quedas hasta que amanezca del todo en mi cama? —me pide con una amplia sonrisa en los labios —Solo hasta que salga el sol, no confío en esa carretera a estas horas.

– Si ella se queda nosotras también deberíamos hacerlo, no saldré por esa puerta sin una de las tres, así que… —propone Averly mirando sus uñas.

–Perfecto.

–Es que si llego sin ella a casa mi Madre me molería a golpes.

 Eso nos hace asentir.

Por estas razones es que somo amigas, si ellas se quedan me sentiré menos miserable con esta decisión. 

–Chicas…las habitaciones de abajo en el área B no las han usado por ordenes de mis Padres, así que pueden ir ahí —las invita extendiendo uno de sus brazos para que las chicas avancen, como siempre Jesse no esta muy de acuerdo y aún así las sigue —¿Nos vamos a mi habitación?

Escucho el susurro y mas adelante deposita un beso en uno de mis hombros.

–Necesito un baño —me alejo un poco soltando su mano de la mía cuando la toma entrelazando nuestros dedos.

Estoy cansada, será imbécil por no recordar cuánto odio las muestras de afecto como si fuésemos unos estúpidos pubertos.

–Entonces sígueme —pide con la voz un poco apagada y ni siquiera lo miro. No voy a caer en esta mierda. Solo sigo sus pasos por los pasillos hastiada de cada uno de mis pensamientos sobre lo que ha pasado.

Ha sido una noche demasiado intensa y quiero dejarla atrás, estirar mi espalda en una cama cómoda sin miedo a dormir por horas. La habitación que tengo en la Mansión Roman sería extraordinaria, sé muy bien que ahí nada me molestará tanto como escuchar los conciertos de amor de Preston.

Con solo pensarlo siento que me voy a desmayar y desde que me señala la puerta de su baño prácticamente corro queriendo desaparecer.

Adentro me propongo respirar profundo, luego no me queda nada mas que despojarme de toda la ropa quedando desnuda por completo. Ya lista para ducharme escucho unos toques en la puerta.

–Toallas.

Es Preston.

–Déjalas sobre la cama, yo las tomo en cuanto salga de la ducha.

Abro el grifo para llenar la bañera lo suficiente como para relajarme y mas adelante agrego el jabón con olor a rosas.

–Iré a hablar con mis Padres, si todo sale bien volveré contigo en una hora.

–Pensé que te habías ido —tan exigentes que son con él —No los hagas esperar mucho, se molestarán conmigo por hacerle perder el tiempo a su hijo. 

Son unos mimados, en especial su Madre.

–Estoy con mi novia, ese tiempo es único para mi.

–Vete, Preston.

–¿Tanto quieres que me vaya?

 –Déjate de idioteces, con lo molestos que llegaron tus Padres es suficiente como para que me hagas una escena de esas. Mejor ve con ellos —me hastío. Una hora de descanso, solo eso pido.

–Tengo asuntos más importantes que tratar contigo, no es una escena.

–Vete —llevo mi cuerpo dentro de la bañera y me sumerjo bien. No puedo evitar gemir de lo maravilloso que es estar aquí dentro, aprovecho para masajear todas las zonas con el fin de limpiarlas.

El agua acaricia mi piel de la manera más deliciosa mientras me limpio, diez minutos después debo salir por el mal sabor en mi boca y además de el silencio que yace fuera. Encuentro un cajón lleno de cepillos en sus cajas y tomo uno colocándole pasta de dientes al sacarla de su envoltura. Rápidamente lo llevo a mi boca.

No sé que este planeando Preston ahí afuera, solo sé que me da el tiempo suficiente para terminar con todo.

–Oye

Doy un salto.

–¡Mierda!

–¿Y si mejor me quedo a ducharme contigo? —insiste y noto como gira el pomo de la puerta alterandome hasta el punto de hacerme tomar mi pantalón para poder cubrirme. 

–Pres… —no alcanzo a decirle más nada cuando entra al baño completamente desnudo cerrando la puerta detrás de él. Voltea para verme y noto como se quita el anillo en su dedo anular —Estoy desnuda, sal.

Me ignora olímpicamente y continua aproximándose hacia mi. Si no fuera por lo que cubre mi cuerpo él tendría una mayor vista, pero en lo que camina hacia mi lugar recogo todas mis prendas. 

Tomo todo en competencia con él.

«No quiero que todo se vuelva más difícil»











Continue Reading

You'll Also Like

1M 59.4K 200
Los cómics no me pertenecen. Fueron elegidos para su deleite ヘ⁠(⁠ ̄⁠ω⁠ ̄⁠ヘ⁠) Créditos a todos los creadores de los cómics Y créditos al creador o cread...
127K 6.8K 89
Los cómics no me pertenecen. Fueron elegidos para su deleite ヘ⁠(⁠ ̄⁠ω⁠ ̄⁠ヘ⁠) Créditos a todos los creadores de los cómics Y créditos al creador o cread...
13.3K 894 12
Entonces mi corazón latía fuertemente Sabía que las cosas no cambiarían Porque te vi y mi corazón dio un vuelco de felicidad, pero en realidad no s...
40.7K 2.8K 146
Nada más hago este libro por tener un montón de imágenes de estos cuatro chicos. Tengo que sacarle algo de provecho por tener tantas imágenes. ______...