El fin de semana pasó rápido. Amber había ido a trabajar a la concesionaria luego de que al cartel de su padre le pintaran un enorme pene en su boca.
Daniel estaba furioso, y Amber había ido a ayudar a su tío y a Anoush a solucionar el problema.
— Está desquiciado, Amber. ¡Tengo un título profesional! Debería estar trabajando en el papeleo en vez de estar comprando dos litros de pintura para borrar un pene. ¡Un pene!
Amber rió por el comentario de su tío Louie.
— Solo compra la pintura y papá se relajará. Lo prometo o eso espero.
Moon y Yasmine tocaron el claxon y recogieron a su amiga del trabajo. La chica subió al vuelo al vehículo, siempre hacia eso para sentarse en el asiento de copiloto y así las tres iban juntas adelante.
— Quería pedirte disculpas por lo de la anterior vez.— hablo Yasmine a medio camino— lo que te hice estuvo mal, quiero pagar los daños.
Amber no hablo.
— Siempre fuimos las tres en todo. No quiero que una estupidez nos arruine.— prosiguió la chica rubia.
— Todo arreglado. Recogí el celular hoy, el chico que me atendió no estaba pero me lo devolvieron como nuevo. Me cobraron 300 dólares más los 100 que Thomas dejó pagado.
Yasmine hurgó en su cartera y sacó los billetes.
— Gracias.— dijo en un susurro.
Yasmine se acurrucó al lado de la castaña. Todo estaba arreglado.
— Fuimos a un concierto sin ti la anterior vez.— habló Moon.— estuvo aburrido, estuvieron los chicos más.
Amber no le dio importancia. No quería saber nada de "los chicos".
— Vimos el video donde discutían Thomas y tú . ¿Todo bien entre ustedes dos?.— pregunto Moon.
— Es un idiota. No quiero saber nada de él por el momento.
— ¿Te obligó a hacer algo?.— Yasmine preguntó.— Lo golpearía si fuera así.
— ¡No! No es eso. Simplemente creí que era distinto.
Moon y Yasmine no hablaron más del tema, Amber parecía estar incómoda.
Las tres chicas bebían una malteada fuera de un centro comercial en Reseda, no era u lugar al que solían ir, pero las malteadas de ese lugar eran sus favoritas, además de ser baratas.
— Mmm... Amber, tenemos que decirte algo.— Moon trato de hablar pero fue interrumpida por una indigente que les pedía dinero.
— No la miren. Se iré al darse cuenta de que no le daremos nada.— ordenó Yasmine.
La mujer indigente se alejó pero volvió cuando Moon chilló porque habían hecho contacto visual.
— Asegura el carro, Moon.— pidió Amber asustada. La mujer golpeó la ventana haciendo chillar al trío.
Un portazo se escuchó y las tres chicas gritaron aún más fuerte. Amber prácticamente saltó de su asiento, golpeándose su cabeza con el techo.
— Relájense, soy yo.— Sam estaba ahí sentada. Moon aseguró el carro con una mano en el pecho.
— Pensamos que eras alguien pobre.— gimoteó Yasmine.
— ¡Que les sucede! Ustedes dos ya no me hablan.— Sam apunto a Yasmine y Moon.— Creia que éramos amigas.
Yasmine y Moon se miraron.
— Eee...
— Podrías disculparte.— pidió Moon.
Amber miró a su amiga sin saber que sucedía.
— Kyler nos dijo que estuviste hablando mal de nosotras. Incluso hablaste mal de Amber. ¡De tu propia hermana!
— Yo nunca hice eso.— dijo Sam visiblemente afectada.
— También nos dijo que fueron al cine y bueno... no viste la película, por así decirlo. Dio detalles.— Yasmine parecia asqueada.— ¡No se hace en el cine eso, Sam! Hay que tener un poco de clase.
Amber miró a Sam.
— ¿Tuviste sexo con Kyler?
— ¡No! Él quiso hacerlo pero yo no le dejé. ¡Se los juro!
Las tres chicas que iban delante del carro se miraron intrigadas.
— Te creemos, Sam. Pero deberías hablar con él. Está diciendo a todos eso.
— Toda la escuela está hablando de eso, Sam.
Amber quiso golpear a Kyler. Cometería un crimen si eso era posible. Es más, enterraría un cuerpo por su hermana.
(...)
Era el almuerzo y absolutamente toda la escuela pensaba que Sam había intentado tener relaciones con Kyler en el cine.
Yasmine y Moon impidieron a Amber dirigirse a la mesa del chico asiático para enfrentarse a él. Yasmine había tenido que jalar de la mochila de su amiga y darle de beber un poco de agua para que se calmara. Amber estaba fuera de si.
La cosa empeoró cuando Sam entró al comedor y todos se rieron de ella. Incluso, una mesa simuló hacer sexo oral para avergonzarla. Samantha estaba visiblemente enojada y se dirigió a la mesa de Kyler para hacerle frente.
— ¡Diles a todos que estás mintiendo!.— grito Sam.
Kyler rió.
— No se de que hablas. Solo se que yo vi una película, tú tal vez no tanto.
— Escuchamos que te atragantaste bastante.— uno del grupo de iditoas hablo.
— Eres un maldito idiota. Quisiste aprovecharte de mi y yo no te dejé.
Kyler la miró de mala forma.
— Perra.— le dijo.
Amber no lo dudo, se deshizo del agarre de Yasmine y camino a pasos agigantados para ir y con su puño darle un golpe a Kyler. El chico dio un paso hacia atrás por el impacto del puño de la castaña en su mejilla. Amber quiso chillar por el dolor, realmente le había dado uno bueno y eso dejaría un moretón. Para Kyler aquello sería terrible.
— Pero si es la otra hermana LaRusso. ¡Oigan todos! ¿Vieron el cartel con la verga gigante dibujado? Pues resulta que de tal palo, tal astilla. A estas dos señoritas les encanta el pene también.— Kyler se recompuso luego de unos segundos para gritar aquello, Amber había roto todo su orgullo con aquel puñetazo y el no dejaría que la chica se salga con la suya, mucho menos delante de toda la escuela.
— ¿De que diablos estas hablando?.— rugió Amber.
Kyler miró hacia Thomas, quien dudó e incluso, negó. Más, Kyler, hizo caso omiso y le quito la mochila que tenía colgada en sus hombros y la abrió. Con ojos diábolicos sacó un brasier rojo. Más específicamente: el brasier de Amber.
— Resulta que estuviste divirtiéndote con Thomas en el estacionamiento de la escuela. Debo decir, Amber, me sorprendes. Andas con cara inocente por los pasillos. ¡La chica ejemplar, señores y señoras, no es más que una cualquiera!
Amber miró hacia a Thomas dolida. ¿Que clase de chico hacia eso?. Thomas para ella representaba algo, más allá de todas las bromas, ella le quería y por sobre todas las cosas, confiaba en él.
— Eres un maldito...— se tiro encima del chico Gold pero fue empujada por Kyler.
— Mantengan a los muchachos alejados. ¡Las LaRusso son unas ninfomanas.
Sam volvió a agarrar del brazo a su hermana, quien estaba furiosa y trataba de controlarse. El karate era para defenderse, pero no le vendría mal darle una patada a la nariz de Kyler.
— ¡Déjalas en paz!.— Miguel Díaz intervino.
— Rea. ¿Piensas que por defenderlas podrás dejar de ser virgen?
— No me provoques.
Kyler rió junto a su grupo de amigos.
— Te crees superior por tu patético karate.— rió Kyler, dando un golpe a Miguel. El latino lo recibió y sonrió y se limpió la boca.
— No es Karate. Es cobra kai.
Amber jamás había visto nada como aquello. Miguel hacía caer a todos. Daba patadas, bloqueaba ataques, golpeaba. ¡Incluso sabía hacer barridas con las piernas!
— ¡Sin Piedad!.— se escuchó el grito de Aisha Robinson, alentando al chico.
Miguel logró derribar a todos, el solo había logrado derrotar a cinco patanes. ¡Era la gloria!
Todo el comedor vitoreaba y Amber aplaudía desde su lugar.
— Nunca me había dado cuenta de que es guapo.— le susurro a Sam que miraba como un héroe a Miguel.
La chica busco a Thomas con la mirada, quien yacia en el piso; tumbado por Miguel, y al volver a su mesa no dudo en clavar su botín en su espalda.
Moon y Yasmine miraban la escena sentadas.
— ¿Estas bien? Por dios, Thomas es un idiota.— Moon trataba de calmar a Amber que trataba de no llorar porque se sentía humillada.
— Si... no. Debo ir al baño. No quiero llorar delante de todos estos idiotas.
La castaña cargó su bolso y salió del comedor, sin darse cuenta de que Eli Moskowitz la miraba preocupado, bastante preocupado. Quiso ir detrás de ella, ¿pero que le diría? ¿que haría? Se quedaba petrificado con tan solo verla, no sería de mucha ayuda.
(..)
Había pasado un día desde el incidente. La clase de física era la primera que la castaña tenía. Thomas la esperaba ahí afuera.
— Am...
— Aléjate de mi.
— ¡Por favor!
— ¡No!.— la chica paró su camino y se dio la vuelta para enfrentarlo.— Jamás creí que tú me harías algo así. Eres un...un maldito. ¡Solo me cambié! No hice nada más.
— Kyler encontró el brasier en mi carro. ¡Debes creerme! Yo lo tenía guardado para devolvértelo. Él se sintió acorralado cuando lo golpeaste.
— ¡Pudiste decir algo! ¡Pudiste defenderme! Pudiste decir que no pasó nada, que solo me cambié la maldita ropa porque estaba manchada. Pero no hiciste nada, dejaste que me humillara. Eres un cobarde, Thomas.
— Pero...
— ¿Sabes algo? Ahora mismo yo podría decir algo, podría inventarme algo sobre ti. Inventaría un chisme de cuando "estuvimos en el garaje". Pero no lo hago, porque a pesar de todo yo no soy como todo tú grupo de amigos. No me siento superior al pisotear a los demás. Aléjate de mi, solo eso te pido.
Amber se alejó y entró al aula de física antes de que Thomas la alcance.
Se sentó detrás de Eli y Demetri y se limpió las lágrimas. Cuando abrió su libro un condon salió de ahí. A Sam le ponian bananas, a ella condones. Bastante originales.
— Vaya, un condon.— Demetri se había dado la vuelta.
— Te lo regalo. Puedo darte más, están acumulados en mi mochila.
Eli miraba la escena apenado al ver como la castaña sacaba más condones desde el fondo de su mochila.
— Oh, claro. Me encantaría. Dale unos pocos a Eli. Hoy se verá con su novia. Yo tengo sexo todos los dias. ¡Me servirán mucho!
Amber lo miró anodada.
— Pues... es bueno que se protejan.
Demetri rió.
— Era una broma, Amber. Claramente nosotros no dimos ni nuestro primer beso. ¿Que importa si te ponen condones? La
mayoría se guía por lo que Kyler dice. ¡Eres mucho mejor que él y su grupo! No dejes que sus comentarios te afecten.
— Ya.— Amber le sonrió al chico.— Puedo mostrarte todas las propuestas de sexo que me escriben a mi casillero. ¡Uno me dejó dinero y su ubicación! Es disgustarte, ¡y solo paso un día! No me imagino como será los demás días.
Eli y Demetri la miraron con pena.
— No me miren así. ¡Ríanse! Necesito que lo hagan. Creo que son los únicos que me hablaron durante este día, mis amigas no hablan del tema porque no quieren hacerme sentir incómoda y me tienen lastima. Ademas, el único amigo cercano que tenía es el que no me defendió y tenía mi brasier.
Demetri codeó a Eli para que hablara.
— Era un brasier muy bonito.— dijo el chico y al instante se arrepintió. No hablaba mucho y cuando lo hacía decía estupideces, pero al escuchar la risa de Amber se calmó.
— Realmente lo era.— rió Amber.
Eli acababa de hacer reír a la chica de sus sueño. Se sintió genial.
Toda la clase se ocupó de prestar atención y mirar de reojo a Amber que anotaba todo lo que el profesor dictaba. Ese mismo día, Eli iría a Cobra Kai y su vida daría un giro que solo él podría controlar.