*Diana Dawson*
*Cultura griega*
Gael al final terminó llevándome primero a Oia. Recorrimos las calles estrechas y empinadas entre las casas con forma cúbica. Nos divertimos en uno de los boliches de la costa. El viento suave me despeinaba. Yo llevaba un trago en la mano y mientras tanto disfrutaba del brillo del mar.
Quedamos en que era mejor ir a Atenas mañana y disfrutar hoy de todo lo que ofrece Santorini.
Cúpulas blancas y azules se perdían en los callejones estrechos. Oia es el pueblo que domina la caldera del volcán de Santorini. Su espíritu tradicional continúa intacto, aunque el centro está lleno de tiendas y boutiques de lujo.
Nos bebimos un par de tragos mientras caminábamos por Oia y nos hacíamos fotos. Sin darnos cuenta, llegó la tarde y yo no quería que el día se acabara. Era perfecto.
__ Te voy a llevar a un lugar que te va a encantar. __ anunció Gael contagiándome con su emoción.
__ Todos me han encantado hasta ahora. ¿A dónde iremos ? __ pregunté ansiosa.
__ Diana, ¿Para qué sigues haciendo esa pregunta si sabes que no dejaré que lo sepas hasta que lleguemos?
__¡Agg! ¡Qué intransigente eres!.
Él me dedicó una sonrisa ladeada.
Nos pagamos un taxi que nos dejó frente a una edificación impresionante, hermosa realmente.
__ Estas son las Ruinas del castillo de Agios Nikolaos. Es una edificación veneciana del siglo XV que tiene su nombre por la hermosa iglesia tallada en la roca. Su construcción se remonta a las incursiones piratas que fueron una gran amenaza para la isla. Desgraciadamente después del terremoto de 1956 la mayoría de las construcciones se hundieron en el mar y no queda mucho por ver, excepto las goulas y torres de vigilancia.
__ Pareces todo un guía turístico. __ le dije a Gael con una sonrisa.
__Soy tu guía turístico. __ me contestó con un guiño de ojo sensual y me ruboricé. A estas alturas sigo sonrojándome.
El castillo bizantino estaba tan destruido que no tenía nada que ver con lo que fue en su época. Subimos hasta las ruinas y la vista fue simplemente espectacular. Allí nos besamos un montón de veces. El lugar era pequeño y no tenía protección, así que tuvimos cuidado.
Luego regresamos después de una hora para visitar la caldera volcánica de Santorini. La bahía de Santorini con forma de media luna, es el centro de la caldera. Me sorprende saber que en los deslumbrantes pueblos blancos encaramados sobre los acantilados de Santorini vivan miles de personas a pesar del peligro potencial.
Apenas llegamos a La Caldera flipé al ver los colores de las formaciones rocosas. Allí nos quedamos hasta el atardecer. Los atardeceres más románticos, emblemáticos e impresionantes de toda Grecia se pueden ver aquí, justo en La Caldera.
Mientras el sol se ponía en el horizonte, el cielo se tornaba de colores rosados y violáceos que a su vez se reflejaban en el agua, tiñéndola como si de una acuarela se tratase.
Gael me abrazó por detrás, y comenzó a dejar besos por todo mi cuello.
__Llevo mucho tiempo soñando tener momentos así contigo. __ susurró Gael en mi oído.
__ Yo llevaba mucho tiempo buscándote, Gael. Pero llegaste justo cuando no lo estaba haciendo, y terminaste siendo mejor que lo que yo soñaba. __ confesé, mirándolo a los ojos. Enfrentando esa intensidad de sus ojos cafés.
Él me sostuvo la mirada y me agarró la mano. La colocó sobre su pecho para hacerme sentir los latidos acelerados de su corazón, eso hizo que se aceleraran los míos.
Así estuvimos, un rato mirándonos, sin hablar, y honestamente, en momentos así, no hacen falta palabras. A veces a través del silencio decimos las palabras más importantes.
__Diana __ susurró Gael.
__ ¿Mmmh? __ contesté invitándolo a continuar.
Acarició mi mejilla, y luego enterró suavemente sus dedos en la parte trasera de mi cuello para acercar mi rostro al suyo. Gael estaba muy serio, lo más serio que lo he visto en todo este tiempo y me puse nerviosa. Mis manos estaban temblorosas, como si todas las partes de mi cuerpo fueran conscientes de que iba a decir algo importante. Joder, este silencio me pone peor.
Él se terminó de acercar a mí y me besó. Me besó con el romanticismo de Grecia, y me acarició con la pasión de Afrodita. Yo quería colapsar como el volcán de 1956 del que surgió la ciudad de Santorini. El beso se volvió más apasionado aún de un momento a otro, y su respiración se aceleró notablemente. Nuestros cuerpos se atraen como si desprendieran algún magnetismo. Luego se separó para respirar. Enredó sus dedos en mi cabello y apoyó su frente a la mía.
Entonces, me dijo las palabras que más yo ansiaba escuchar, y las que menos esperaba que me fuera a decir.
__ Te quiero, Diana Dawson.
Escuchar eso incendió mi alma. Despertó tantas cosas en mí...
Quería saltar, gritar, correr, cualquier cosa. Necesitaba liberar toda la emoción que estaba sintiendo.
Así que sin saber qué hacer, lo pegué contra mí y lo besé. Nuestras lenguas danzaban entre ellas, jugaban, se tentaban, se saboreaban. ¡Dios, me encanta Gael Mackenzie! Y si estoy segura de algo en mi vida, es que no importa la penitencia que tuviera que cumplir, si Gael fuera un pecado, yo caería en La Tentación mil veces.
Luego rompí el beso para sonreír. Él me devolvió la sonrisa.
__ Te quiero, Gael Mackenzie.
Sus ojos adquierieron un brillo deslumbrante y me regaló una amplia sonrisa que marcaban esos hoyuelos preciosos que se formaban en sus mejillas.
Entonces, de repente, comenzó a gritar como un maldito desquiciado para llamar la atención de montones de personas que veían el atardecer en la Caldera volcánica.
__ ¡Ella me quiereeeeeeeeeee! ¡Joder sí! ¡Diana Dawson me ha dicho que me quiereeeeee! ¡ Y yo también la quieroooooooooo! ¡¿No es geniaaaaaaaal!?
La multitud nos miró sonrientes y formando un coro perfecto gritaron "Siiiiiiiii" . A mí me ardía la cara. Joder, definitivamente Gael está jodidamente loco. Pero eso me encanta.
Yo empecé a reírme sin parar sin saber qué hacer y Gael me cargó y me dió vueltas en el aire.
__¡Yujuuuuuuuuuu! __ gritó y mis carcajadas simplemente se intensificaron.
La multitud nos seguía mirando, pero Gael sin importarle eso, me besó. Me besó sutilmente, suavemente. Luego como una fiera con sed de mis labios. Entonces a mí se me olvidó que teníamos una audiencia de más de cien personas y le respondí el beso con las mismas ganas. Con el mismo deseo, con el mismo sentimiento.
La multitud comenzó a silbar, aplaudir, y aullar de la emoción.
Si me preguntaran cuál ha sido el momento más feliz de mi vida, respondería sin duda que ha sido este.
Cuando comenzó a caer la noche, el lugar se fue quedando sin personas. Noté como a Gael se le oscurecieron los ojos mientras recorría con ellos mis piernas. Yo lo miré y me relamí los labios. Le dimos la vuelta a La Caldera, quedando justo en frente de la parte sumergida del volcán. Gael me pegó contra una pared de la caldera y devoró mis labios, pero lentamente. Los besos sonaban un poco. Él succionó mis labios y yo metí la lengua en su boca, él aprovechó para chuparla. Sabe que eso me fascina. Luego yo hice lo mismo con la suya dos veces seguidas, pero yo chupé su lengua más lentamente. Luego me aparté de su boca para llevar mis labios a su cuello y besarlo. Él gruñó y apretó mis nalgas, de modo que me pegó contra él y su erección chocaba con mi pelvis. Entonces él mordió mi oreja, y lamió mi cuello. Dios, me voy a morir de un infarto.
Acarició el contorno de mis nalgas, las apretó, luego hizo lo mismo con mi cintura sin despegar ni un segundo sus labios de los míos. Acarició mi abdomen, y luego apretó mis pechos. Yo intensifiqué el beso, el ritmo se aceleró al mismo tiempo que nuestras respiraciones.
Gael metió una mano debajo de mi vestido.
__Oh, Santa mierda, había olvidado que ibas sin bragas. __ habló con la voz ronca.
Masajeó mi sexo, e hizo el beso más lento, por tanto, las sensaciones se volvieron más fuertes. La excitación había llegado a tal punto que dolía. Necesitaba más...
Gael se bajó sus vaqueros y liberó su erección. ¡Ay Dioses Griegos, perdónenme, pero yo hoy pienso arrodillarme ante mi Dios y adorarlo!.
Asalté la boca de Gael con otro beso tortuoso. Entonces, él me giró en un movimiento ágil, pegando mi cara contra la pared rocosa, y me subió el vestido, exponiendo mi culo y me dió un azote que me incendió peor. Pegó su erección a mi entrada, y al mismo tiempo que repartía besos por mi cuello, me penetró.
__ Enséñale a esta caldera volcánica lo que es una erupción, lo que es arder, Didi.
[•••]
Gael y yo ya habíamos llegado a la casa en frente del Mar Egeo que él había alquilado y ya habíamos hablado nuestros planes para mañana. Iríamos a Atenas temprano, y luego iríamos a visitar esa gran parte de su familia que vive aquí.
Más tarde cenamos, vimos una película y nos bañamos juntos en la bañera de hidromasaje.
__ Me fascinan tus piernas. __ comentó Gael. Estábamos dentro de la bañera y él estaba acariciando mis piernas.
__ A mí tú, generalmente. __ él sonrió con malicia y atrapó mi labio inferior con los dientes y lo mordió suavemente.
__ Puedo afirmar lo mismo, Didi.
Juntamos nuestros labios al mismo tiempo. Nos quedamos un rato abrazados disfrutando de la hermosa vista y de la noche. El agua tibia y Gael era suficiente para quitarme el frío.
Sin previo aviso Gael introdujo dos dedos en mí. Yo dejé escapar un grito. Él comenzó a mover los dedos y a dejar besos húmedos por toda mi espalda.
__¡Dios! __ exclamé.
__ Eres mía, Diana.
__Sí, Gael, tuya... __ contesté entrecortadamente.
Mi teléfono estaba en una mesita de cristal cerca de nosotros y comenzó a sonar. Gael y yo lo ignoramos. Cuando terminamos, el teléfono dejó de sonar un minuto y volvió a sonar al otro.
__ Voy a ver quién es. __ le dije.
Él asintió.
En la pantalla del teléfono salía el nombre de Kenneth. Mis padres ayer fueron los únicos que me llamaron. Ya decía yo que Kenneth se había tardado mucho en llamarme. Puse la llamada en altavoz para poder ponerme un albornoz porque hacía el suficiente frío como para estar desnuda en una terraza justo frente al mar.
__ Hola, Ken.
__ ¡¿Hola?! Diana, ¿Dónde coño estás? ¡Te he buscado por cada puto sitio de Los Ángeles y no te encuentro! ¡Casi me da un infarto! ¡Ayer fue tu cumpleaños! Kim, Kenny yo queríamos salir contigo, no sé, ¡Celebrar juntos tu cumpleaños, sin embargo, tú te desapareces sin avisar, Joder!
__ Kenneth, entiendo tu desesperación, pero por favor, deja de gritar, ¿Sí?
__ ¿Encima tienes el descaro de reclamarme? ¡Yo era el que estaba muerto de los nervios!
Ví que Gael apretó la mandíbula y se puso serio. No tardó en salir de la piscina y yo me puse nerviosa.
__Estoy en Grecia con mi novio. __ dije de golpe.
__ ¿Ah sí? ¿O sea que ese chico que conociste en Las Vegas ya es tu novio y nos cambias a nosotros por él? ¡Y te vas con él a Grecia sin avisarnos, joder, Diana, y encima casi ni lo conoces y te vas sola con ese tío que nadie conoce! ¡Eres una maldita irresponsable!
Gael agarró el teléfono. ¡Oh, no!.
__ Y tú un maldito gilipollas. Piensa bien tú selección de palabras cuando vayas a dirigirte a Diana, Kenneth Evans Mackenzie. __ soltó Gael.
__ ¿Primo? __ respondió Kenneth.
Espera.
¡¿Qué?!
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Hola.
En este espacio de aquí me gustaría que dejasen su opinión sobre mí libro. Es mi primera novela y le estoy poniendo muchas ganas. Me encantaría saber sus opiniones.