——Hago cosas de las que en verdad no me enorgullezco, Binnie.
Pero todo tiene solución.
Soobin negó de nuevo con la cabeza.
——El hecho que sepas que está mal, me dice que en realidad no eres una mala persona, hyung.
Esos ojos cafés eran casi suplicantes, insoportables de ver. El mayor bajó la cabeza con la misma sensación molesta en el pecho.
——Tú... No lo entiendes ——Apretó los puños ——. He hecho cosas malas y... ——Mortificado, bajó la mirada.
——¿Quieres cambiar? ——lo interrumpió.
Yeonjun volvió a verlo, con nuevos ojos.
¿Cambiar? Lo había pensado muchas veces, pero siempre había algo que lo detenía de hacerlo. ¿Miedo? ¿Costumbre? Llámenlo como quieran.
——N-No puedo ——confesó en un susurro mirando a otro lado; el peso de la mirada preocupada del menor era demasiado.
——¿Qué? ——preguntó suave el menor, pues no lo escuchó.
——Y-Yo... No sé cómo detenerme ya. ——musitó apenado mirando sus zapatillas. Sus manos amenazaban con temblar de nuevo
Soobin podía estar muy enamorado, pero aún así, habían ciertas actitudes y comportamientos de su mayor que él desaprobaba y hasta aborrecía. Así que su respuesta lo dejó insatisfecho.
¿Detenerse? ¿Detenerse de ser abusivo? ¿Detenerse de ser un manipulador y un mentiroso cínico? ¿Qué carajo era tan complicado?
Soobin jamás se habría fijado en alguien con sus valores en primer lugar, pero él ya había caído mucho antes de notarlo. Ahora ya no podía escapar ni dejar de defender lo injustificable.
Con una pizca de brusquedad, Soobin tomó la barbilla de Yeonjun y lo obligó a que lo mirara.
Si Soobin no hubiera estado tan fastidiado, probablemente se hubiera percatado del brillo especial que los ojos de Yeonjun adquirieron cuando lo miró.
Ahora que lo estaba mirando, quería que fuera claro, y que lo mirara a los ojos al momento de responder. Soobin lo conocía tan bien que sabía cuando estaba mintiendo. Así que en esos momentos, literalmente estaba rezando para poder ver y sentir arrepentimiento por su parte. Lo necesitaba. Sino, eso querría decir que estaba enamorado de un sociópata. ¿La peor parte? Eso no cambiaba nada.
——Hyung... ——murmuró con dulzura, observó cómo los músculos del cuello contrario se contrajeron para tragar saliva ——. ¿Quieres cambiar? ¿Ser mejor persona?
La respuesta era confusa todavía. Pero los ojos de Soobin esclarecían las cosas. Soobin le provocaba cosas.
Aterrador.
Tragó una vez más saliva antes de responder, mirando esos ojos profundos que decían tanto.
——No sé cómo cambiar, Soobin.
¿De verdad estaba hablando de esto con alguien? ¿No estaba soñando? Todo se sentía tan irreal. Los dedos largos y firmes del pequeño Soobin en su barbilla, de esa forma tan imponente, se sentían de todo menos reales.
——No has respondido mi pregunta ——susurró casi con brusquedad.
No iba a dejarlo en paz, ¿verdad?
Maldito Soobin.
——Quiero hacerlo ——exhaló por fin. Su corazón dolió cuando vio una bonita sonrisa formarse. Demasiado real ——. Pero no sé cómo hacerlo.
El rostro de Soobin se congeló en la sonrisa y esta fue desapareciendo gradualmente hasta terminar en un semblante dulce, pero serio.
El pulgar de Soobin acarició su suave mejilla.
——Yo te ayudaré entonces ——sentenció, sin quererlo, mirando sus labios.
Yeonjun tragó saliva de nuevo al sentir esa mirada. Soobin la devolvió a sus ojos, pero era demasiado tarde.
——¿Ayudarme?
——Lo difícil siempre es dar el primer paso, hyung.
——¿Y qué se supone que debo hacer? ——susurró casi por la cercanía.
——Encontrar un motivo ——respondió igual de bajito antes de alejarse por completo.
Una vez lo soltó, Yeonjun soltó todo el aire retenido en sus pulmones, masajeó la zona de su nuca y rostro que había sido tocado por esos dedos.
¿La piel de Soobin estaba muy caliente o por qué quemaba justo donde había tocado?
——Encontrar una razón por la cual querer seguir ——Su voz lo devolvió a la realidad ——. Puede ser una meta, un objeto... Una persona.
Que Yeonjun pensara en él inmediatamente, no significaba nada, ¿verdad? Tan solo era porque era él quien le estaba explicando.
——Cada que lo necesites. Estaré ahí para ti si te cuesta hacerlo. Puedes confiar en mí, hyung.
Soobin volvió a tomar su mano. Yeonjun las vio unidas exasperado.
Ah, ¿realmente era necesario?
——Quiero que pienses en mí cada vez que no sepas cómo continuar. Quiero que recuerdes que siempre va a haber una persona que confía en ti.
No deberías.
——No- E-Esto es... ——Desvió la mirada una vez más.
——No ——Con la mano que estaba en la del mayor, tomó su barbilla de nuevo, haciendo que unieran miradas ——. Mírame. Hyung, no todo es necesariamente blanco y negro, también existen matices. Sé lo que estás pensando, ¿te da miedo volver a lo de antes?
Soobin tenía el poder de leer de mentes. O quizás simplemente lo conocía demasiado.
Por primera vez, Yeonjun se sintió desnudo. Tan vulnerable y descubierto que se le humedecieron los ojos. El peliazul mordió con fuerza su labio inferior. De pronto tenía ganas de llorar. Negó con la cabeza fogosamente.
——No vas a volver a ello——le aseguró, después abrazándolo ——. Te prometo que no será así, hyung.
Soobin se separó un segundo para verlo con aquel clásico cariño.
——A diferencia del Yeonjun de esa foto, tú ya no estás solo, hyung. Eres más fuerte. Pero recuerda una cosa, ¿sí? Ese chico también es parte de ti, siempre lo va a ser.
El primer sollozo se dejó oír.
Soobin se alarmó, pero Yeonjun no permitió que lo viera, aferrándose más a él en un abrazo.
Me has hecho tocar fondo.
Nunca había llorado en los brazos de alguien desde que lo hizo por última vez, con nueve años en los brazos de su padre. Nunca se había permitido llorar en público desde ese entonces. Nunca había hablado de sentimientos complejos desde entonces, ni de lo que de verdad pasaba por su cabeza.
Quizás Soobin tenía razón. El cambio siempre daba miedo, pero tal vez él no era tan insensible como quiso pensar de sí mismo tanto tiempo.
Quizás solo debía vivir como de verdad debía hacerlo.
Quizás Yeonjun debería permitirse ser feliz.
No dijo nada, pero abrazó a Soobin y recibió sus caricias hasta que su terrible llanto acumulado de años, se calmó.
¿Minutos? ¿Horas? Nadie sabía.
A Yeonjun le dolía la cabeza y Soobin tan solo podía pensar y desear que, su hyung estuviera bien. Haría lo que fuera por borrar ese dolor.
No sabía que había hecho bastante ya.
La cama era muy cómoda, la película era un clásico de romance, estaba por terminar.
Soobin creía que conocía a Yeonjun bastante bien, pero después de ese momento tan íntimo, fue como si estuviera con una persona distinta.
Yeonjun era conocido por ser el peliazul guapo, frío, calculador, pero bonito de la escuela.
En todo el tiempo que Soobin lo había observado, jamás lo había visto abrazar a alguien, ni amigos cercanos ni nadie.
Ahora que estaba siendo abrazado como koala por esa misma persona, en el fondo se sentía engañado, muy aparte de tan feliz como para poder explotar, claro.
Soobin primero se preguntó si estaba soñando, luego de clavarse la uñas como tres veces para constatarlo, se preguntó con cariño si Yeonjun siempre había sido así, así de lindo y cariñoso solo que reprimido por sus traumas.
Soobin, mientras lo miraba ver dicha película casi recostado en él, se preguntaba que cruzaba por la mente del bonito peliazul aferrado a él.
¿Siempre fue así de tierno? ¿Qué otros secretos tenía ocultos?
Soobin llevó la cajita de jugo de uva que tenía en la mano hasta los abultados labios del mayor. Este, concentrado en la película, lo recibió gustoso y bebió de él.
¿En realidad ese era Yeonjun?
Terminó de tomar y volvió a apoyar su rostro en la barriguita suave de Soobin, abrazándose a su fina cintura.
Dios, Soobin no podía creer que fuera real.
Yeonjun le había prometido que cambiaría después de separarse del primer abrazo y ahora estaba abrazado y en la cama de su crush ¿Acaso las cosas podrían salir mejor? Ojalá fuera así de bueno en los demás aspectos de su vida.
Si acariciaba sus cabellos, no pasaría nada malo, ¿verdad? No era como si Yeonjun fuera a esfumarse tan solo para enterarse de que estaba viviendo una mentira.
Casi sin tocar tocó sus suaves cabellos, Yeonjun seguía con la mirada fija en la pantalla, así que lo intentó de nuevo con más impetu esta vez, tocando de verdad.
El suspiro/ sonido de satisfacción que escapó de los labios del mayor, apretaron los botones correctos de Soobin para que no se detuviera.
Meses atrás había observado al frío y distante Yeonjun desde las sombras ¿Quién diría que ahora estaría en su regazo como un gatito cariñoso?
Todo fue perfecto, la película, hasta el juguito, y él...
Pero había llegado la hora de despedirse.
——No te vayas aún. No has comido nada, ¿verdad? No recuerdo que hayas dicho que comiste. Deberías comer algo, ¿pido algo? Además es un poco tarde y-
Sus manos jugaban entre ellas, una mirada extraña y nueva.
Choi Yeonjun. Es tu Choi Yeonjun, recuérdalo.
——Hyung... ——rió suavemente ——. Debo irme. No tengo permiso para quedarme hasta tan tarde y Tae va a estar preocupado.
La verdad lo de Tae era mentira. El hombre estaba cada vez más inaccesible.
Yeonjun apretó los labios juntos y asintió.
——L-Lo siento. Solo quería agradecerte por lo de hoy. Yo... Fue...
Inesperadamente, Yeonjun lo abrazó, Soobin se sorprendió.
——Gracias Binnie. Muchas, muchas gracias.
La calidez que sintió Soobin en el corazón fue indescriptible.
Con una sonrisa hermosa emplazada, se separó y lo vio sonreír igual.
——Cuando lo necesites. Aquí estoy ——Le sonrió antes de despedirse ——. Saldré a tomar un taxi.
Minutos después, Soobin se había ido.
Yeonjun se quedó con la misma estúpida sonrisa en su rostro. También durmió con la misma.
Su papá quizás estaba equivocado después de todo.
Había mucho, muchísimo que contarle a Wooyoung. Las cosas habían cambiado, eran diferentes, y lo serían.
Pésimo para él que se dio cuenta demasiado tarde.