🍃Solitario 🍃 OMEGAVERSE [KO...

By solescarlata

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Estar solo fue su decisión, enamorarse no lo fue. 🍃Jungkook- Alfa 🍃Taehyung- Omega. Mención de parejas secu... More

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🍃EPILOGO🍃
AGRADECIMIENTOS
G.E + L.P.D.S
🍃EXTRA 1: BODA PARTE 1🍃
🍃EXTRA 1: PARTE 2🍃
🍃EXTRA 2: FUGA🍃
🍃EXTRA 3 PARTE 1: PAPÁ KOOKIE 🍃
🍃EXTRA 3: PAPÁ KOOKIE PARTE 2🍃

🍃EXTRA 4: FUTURO🍃

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By solescarlata


Han sido 15 años desde que ambos dieron el si, en aquella pequeña y significativa ceremonia que los terminó de unir simbólicamente y espiritualmente ante su madre luna. Han pasado tantos años y aunque con altibajos; el para siempre que se prometieron aquella noche sigue muy presente en sus vidas.

El tiempo siguió su curso, las estaciones pasaron y los cambios llegaron a sus vidas. Aquél baúl lleno de gloriosos momentos que atesoraba el alfa no había hecho más que crecer, pues con el transcurso de los años aprendió demasiado al lado de su pareja y su familia. Aprendió que, no importaba que tan gris fuera su día, en cuanto cruzara la puerta de su casa se encontraría con las personas idóneas para calmarlo y mejorar en un segundo su día.

También aprendió que pese a los problemas y dificultades, al final del día iban a estar juntos para darse la mano uno al otro, ya fuera por parte de sus hijos con sus disculpas o mimos, o su pareja, quien trataba de que día a día siguiera creciendo y mejorando. Así eran ellos.

-¡Luna!- gritó la pequeña azami, bastante enojada con su gemela- ¡Devuélveme al señor lobo!

Y bueno, las discusiones y peleas de parte de los más pequeños nunca faltaban.

-¿Podrías dejar de gritar? Estoy tratando de concentrarme, gracias- respondió Iseul mientras leía entretenidamente uno de los tantos libros que poseía su casa.

La pequeña cachorra de seis años miró completamente indignada y enojada a su hermano mayor, pues este nunca las ayudaba, al contrario, se la pasaba en su mundo lleno de letras alejado del resto. Muy parecido a su papá Kook cuando se concentraba, si era honesta.

Era la tercera vez en la semana en la cual su gemela no solo agarraba su peluche favorito, el cual fue un regalo de su padre alfa cuando nacieron, sino, que su preciada ropa estaba en manos de esa niña con cara idéntica a la suya.

Ella con gusto le prestaría al señor lobo si tan solo, Luna no fuera tan envidiosa y le prestara al señor zorro.

-¡Eres insoportable Iseul!- le gritó la cachorra yendo hacia el estudio donde se entretendría dibujando.

El mayor solo entornó los ojos ya estando bastante acostumbrado a los berrinches de sus hermanas, así que solo siguió con su lectura en el cómodo sillón de la sala de su casa. Sin embargo, se vio nuevamente interrumpido a ver como su otra hermana se escabullía a la cocina. Eso solo significaba una cosa y tanto él como sus otros hermanos lo sabían de memoria.

Galletas.

Decidió dejar su preciado libro en la mesita de café que estaba al lado del sillón para seguir al demonio que representaba su pequeña hermana. Con cuidado de no hacer ruido y siendo tan escurridizo como su papi le enseñó a ser, se quedó en una esquina observando atentamente al diablillo en acción.

La pequeña Luna había llevado una silla hasta el lugar donde sabía que su papi guardaba las galletas. A pesar de tener seis años, esta no aparentaba su edad debido a que era más bajita que la edad promedio, siendo su gemela igual a ella. Iseul tuvo que aguantar la risa al ver que le faltaba tan poco para alcanzar, como quien dice, tan cerca, pero tan lejos de lograr su objetivo.

La pequeña no se detuvo ahí, como último recurso usó una vara la cual enganchó para poder abrir la puerta y así de la misma forma poder ir acercando el tarro que contenía el causante de todos sus castigos cuando estaba más pequeño.

-Baja lentamente esa vara y salta de esa silla- le dijo el mayor a la pequeña niña con los brazos cruzados desde la esquina de la cocina.

Este fue testigo de como la cachorra se tensaba en su lugar y lo veía en cámara lenta. Si, a pesar de todo, las gemelas le tenían bastante respeto a su hermano del medio así como a los mayores.

-No estaba haciendo nada- rápidamente se excusó y tiró el objeto a un lado como si realmente fuera inocente.

-Tú y tu copia deben aprender a ser más listas si quieren robar galletas- reprendió negando con la cabeza-, además deben llevarse bien, son hermanas- tampoco aguantó para reprender a la menor, pues aunque no pareciera, Iseul siempre velaba por el bienestar de ambas y se preocupaba por cualquier mini medad que alguna de las dos pudiera presentar-. No puedes ir agarrando sus cosas sin su permiso aunque compartan cuarto, tampoco te escondas con su peluche sabes que cada uno tiene uno, no entiendo por qué querer llevártelo.

-Pero, pero azami no quería prestármelo, entonces lo agarré- dijo como si fuera lo más sencillo del mundo.

-No te lo prestó porque tú nunca quieres compartir- el chico se acercó a la infante y se hincó de manera que quedó de la misma altura que su menor-, debes aprender a no ser egoísta. Te juro que la vida es más sencilla cuando compartes, sientes calidez en tu corazón.

Los ojos de la pequeña niña se iluminaron ante las palabras de su hermano, asintió repetidas veces con una sonrisa en el rostro al entender que lo que estaba haciendo no era correcto.

-Ve a devolverle sus cosas a tu copia y discúlpate-le acarició la cabeza a la niña antes de que esta desapareciera corriendo de su campo de visión dirigiéndose seguramente al estudio, donde solían pasar el tiempo dibujando.

En cuanto se quedó solo fue hasta el cajón y sacó una de las galletas de aquél tarro antes de cerrarlo por completo y arreglar el desorden que la pequeña Luna había ocasionado.

-Sabes que si las sigues llamando copias y papá te escucha, se enojará bastante ¿verdad?- escuchó una voz en su espalda que lo hizo asustar, no había sentido ninguna presencia en la casa y ahora que veía a su hermano mayor en la esquina de la cocina, justo en el lugar que había estado minutos antes maldijo por lo bajo e hizo un esfuerzo enorme para no lanzarle aquella vara.

-Es por esa razón que no vas a decírselo- dijo lo más calmado que pudo.

El mayor lo miró de manera cínica antes de extenderle la mano, Iseul entendió al segundo así que sin siquiera poder probar la galleta se la entregó al alfa enfrente suyo- buen chico.

-Deja de tratarme como un cachorro- gruñó molesto.

-Pero si eres un bebé- se burló Elian.

-Voy a golpearte con esa vara y no te gustará el resultado- lo retó el menor.

-Claro, inténtalo zorrito a ver cómo te va- lo alentó el mayor.

A pesar de ser un cachorro a punto de presentarse, Iseul no era precisamente alguien que se dajara intimidar, tal vez porque creció con un padre alfa que gritaba por donde lo vieras "voy a patearte el culo", o tal vez porque en los últimos tres años tuvo que aguantarse a tres alfas que estaban encima suyo todo el tiempo.

No es como que se quejara. Ainara y Elian podrían ser intimidantes, pero eran sus hermanos mayores y aunque quisieran intimidarlo no lo lograban. Para él eran solo dos perritos que cumplían la mayoría de sus caprichos y los de sus hermanas.

Ambos empezaron a gruñirse mutuamente. El menor llevaba claras intenciones de golpear al mayor con aquél objeto, de no ser por un golpe que los detuvo a ambos. Su cabeza punzaba por la magnitud del impacto, los chicos voltearon a ver al causante tensándose inmediatamente.

-Solo me fui media hora- gruñó molesto el omega de la casa, atrás de este venía una chica la cual cubría su boca tratando de no reír-. No pueden estar tranquilos por un momento.

-Pero papá...- intentó justificarse el del medio, sin embargo fue cortado de inmediato.

-Papá nada- gruñó Taehyung-. Suelta esa vara y ve a ordenar la biblioteca, y tú- ahora se dirigió a su cachorro mayor- ve a limpiar el jardín.

La cara de espanto del mayor fue digna de fotografiar, su melliza estaba por estallar en carcajadas. Nadie quería limpiar el jardín, se la pasaba lleno de hojas y algunas malezas que Taehyung se encargaba de eliminar constantemente, además ahí también se encontraban los cultivos de su padre omega. Todos estaban de acuerdo que a excepción de Azami, ninguno era apto para encargarse de las preciadas flores del omega.

-Pero, por qué yo- se quejó inmediatamente Elian-. El sabelotodo es quien empezó.

-Por dos cosas- le sonrió el omega de aquella manera escalofriante que lo hacía desviar la mirada-. En primer lugar, conozco lo suficiente a tu hermano para saber que el revoltoso es otro, segundo, es tu turno.

Quiso refutar, claro que sí. Era un adolescente que ya dentro de poco entraría a la adultez y por más que le picara la lengua por refutarle y contestarle a su padre, habían varios factores que se lo impedían. En primer lugar, respetaba demasiado a ese omega que le había dado la vida; en segundo lugar, por más delicado que se viera el bonito hombre, tenía una mano bastante pesada y en algunos arranques de ira, cuando sus cachorros se pasaban les había terminado tirando cosas; y por último, pero no menos importante, su padre alfa.

Eran alfas, si; pero su padre Jungkook más de una vez los había puesto en su lugar y amenazado con su padre. Taehyung era demasiado valioso para el alfa mayor; este lo cuidaba de mil formas, lo consentía y lo amaba de una forma tan bonita que todos esperaban vivir en algún momento algo parecido.

Sin más, refunfuñando y con bastantes ganas de gruñirle a su padre, se retiró del lugar para empezar a cumplir con la orden dada.

-¿Puedes ir a mirar cómo están tus hermanas?- le preguntó el omega a su hija- Estoy seguro que estarán pasando tiempo en el estudio. Iseul debe pasarse unas cuantas veces para recoger los libros que tu padre ha dejado regados por toda la casa.

La hermosa chica de pelo castaño sonrió mientras dejaba las compras que había hecho con su padre momentos antes en el mesón.

-Podríamos dejar que lo molestaran un momento- sugirió Ainara-. Siempre anda muy serio, algunas veces parece el mayor.

Taehyung sonrió de lado mientras negaba. Lo que decía su hija era completamente verdad, todos sus cachorros tenían personalidades muy diferentes aunque Iseul se llevó el premio. Físicamente podía verse como una pequeña versión suya, siendo este un pequeño zorrito; pero en cuanto actitud, podía ver reflejado a su alfa en el niño.

-Solo déjalo ser, tal vez en algún momento cambie; y si no, no debemos presionarlo. Es un chico muy lindo y tierno a su manera- le dijo el omega, recordando como su cachorrito algunas veces se colaba a su habitación en las noches para recibir un abrazo de su parte o de su alfa.

-Lo dices porque es tu hijo- le dijo la alfa mientras arreglaba las compras en cajones diferentes-. A veces es dolorosamente directo y frío, digo, ni siquiera nuestro padre es así.

-¿Quién crees que le enseño?- dijo divertido el omega- No lo recuerdas porque eras una bebé, pero tu padre solía ser de la misma forma que tu hermano. Tuvo algunos problemas debido a eso, pero se esmeró en cambiar no solo por mí, sino por ustedes. Creo que tener hijos le ablandó mucho el corazón.

La cachorra realmente no podía entenderlo demasiado, su papá alfa era simplemente intimidante, en todo el sentido de la palabra. Jamás hasta lo que lleva de vida usó su voz de mando con ninguno, pero una sola orden cuando se molestaba y todos estaban corriendo a cumplirlo; de lo contrario, era un hombre bastante cariñoso y muy tranquilo. Todos lo querían demasiado. Y lo decía por ellos, porque su papi omega era otra historia.

-Más bien, ve a mirar cómo están tus hermanas; no quiero que ese par de torbellinos terminen con la paz que se respira en este momento.

-Como ordenes- dijo la chica haciendo un saludo militar antes de darle un beso en la mejilla al mayor y se retirara tarareando una melodía.

Taehyung sonrió complacido. Estaba muy feliz con la familia que tenía; sus cinco cachorritos eran la luz de su vida. Todavía recordaba cuando se enteró que estaba nuevamente en espera. Para ese momento los mellizos habían cumplido los tres años y él trabajaba activamente en la que era la única sucursal del negocio de su Jinie hyung.

Cuando se lo contó a su alfa no se esperó que este se atorara con la comida; estaban almorzando y al omega se le ocurrió soltar la bomba.

Simplemente estaban sentados con los mellizos, cenando luego de un día ajetreado de trabajo y a él se le ocurrió decir "-Sabes, estoy embarazado". Que Jungkook se atorara luego de morder un trozo de carne no estaba en sus planes; fue un gran susto el que se llevó mientras los mellizos los veían sin entender mucho.

De hecho, los dos anuncios que hizo no salieron como esperaba. Cuando se enteró que estaba esperando a las gemelas el alfa se cayó de las escaleras de la casa cuando lo ayudaba a mover unas de sus cerámicas. Para ese tiempo, los mellizos ya estaban por cumplir los doce años e Iseul ya había cumplido los nueve.

Lo recuerda perfectamente.

Taehyung luego de sus cursos de alfarería se encargó de sacarle provecho a su talento, pues resulta ser que sus diseños eran muy bonitos para todos los que veían su trabajo expuesto en el negocio de su Jinie hyung, gracias a eso se había hecho algunos clientes que con el tiempo fueron incrementando.

Creaba sus diseños en casa y Jungkook se encargaba de ayudarlos a mover cada vez que necesitaba espacio o hacer alguna entrega. Ese día en especial se encontraba pensativo, pues desde hace ya una semana que sentía su cuerpo cansado, y los malestares que lo atacaban eran parecidos a cuando estaba embarazado de los mellizos. Quiso descartar la idea, pero recordó que en el celo de su alfa ambos olvidaron cuidarse, para ese momento solo se pudo maldecir internamente.

No le molestaba tener otro cachorro, pero con su edad ya era bastante riesgoso quedar en cinta. Ninguno de los dos se había planteado la idea de tener más hijos, luego de Iseul que también había sido un accidente ambos acordaron cuidarse, y les estaba saliendo tan bien hasta que el deseo y la lujuria los invadió a ambos en ese celo.

Como sea, ya estaba ahí; solo le quedaba tener mucho cuidado y brindarle el mismo amor que a sus otros bebés.

Jungkook estaba organizando las cajas por pedido de su omega, así que estaba bastante concentrado con su labor, mientras tanto Taehyung se replanteaba una y otra vez si era necesario decirle a su alfa, o dejar que él solo se diera cuenta; sin embargo, y teniendo en cuenta que Jungkook era un poco distraído, no le resultaría nada nuevo que piense que en vez de estar embarazado, estaría por entrar en celo.

Ya terminando de arreglar todas las cerámicas, el pelinegro empezó a apilar las cajas para llevarlas al primer piso; Taehyung lo seguía en silencio, la verdad estaba muy pensativo con el tema, pero no perdía nada diciéndolo, igual ya tenían tres. Uno más no haría tanta diferencia.

-Oye, Kookie- dijo aún divagando en sus pensamientos.

-Dime, amor- ya estaban llegando a las escaleras.

-Tendremos otro cachorro.

El alfa abrió los ojos a más no poder en cuanto escuchó aquello. Tan así fue la impresión que no midió por donde pisaba y perdió el equilibrio cayendo estrepitosamente desde el segundo piso con las cajas cayendo encima de él.

Taehyung miró alarmado a su pareja, quien en cuanto cayó empezó a quejarse por el gran golpe que se dio en una de las costillas.

-¡Jungkook!- gritó alarmado.

-E-Estoy bien, cielo- dijo tomando el rostro del alterado omega, quien parecía a punto de llorar al saber que fue su culpa que su alfa cayera-. Enserio estoy bien, solo me sorprendí.

Unos segundos después los cachorros llegaron al escuchar el estruendo y el grito de su papi omega. Se asustaron un poco cuando vieron al pelinegro en el suelo, pero se calmaron cuando este se levantó como si nada y abrazó al rubio bastante feliz por la noticia.

Taehyung no puede negar que ambos embarazos los vivió de manera tranquila, muy diferente al primero. Iseul nació en la tarde, al final de una lluviosa noche siendo así pequeñas gotas de rocío lo que los acompañaba en ese día tan significativo.

Por otra parte, las gemelas; que luego de un seguimiento supieron que no era solo un cachorro, eran dos. Entonces la sorpresa se la llevaron los padres, pues a pesar de todo, el vientre de Taehyung no fue tan pronunciado como con los mellizos; todo se aclaró cuando nacieron, al parecer eran más pequeñas que el promedio y eso le asustó si era sincero; ahora veía que ambas cachorras eran muy saludables y energicas.

Ambas niñas nacieron a horas distintas siendo azami la primera con quince minutos de diferencia. Taehyung jamás olvidaría el martirio por el que pasó en esos momentos. Luna por otra parte, nació entrada la noche siendo la luna llena la cual los abrazaba con su cálido brillo.

A la pequeña que nació primero decidieron nombrarla de esa manera porque Jungkook pensaba que aparte de las margaritas, las cuales eran las flores favoritas de su esposo, los cardos de igual manera lo eran, de hecho había conseguido poner algunos en casa luego de convencer a su Omega de cuidarlos. Resultó ser que encontró un bonito nombre relacionado con esa flor para la pequeñita.

Para la pequeña Luna fue casi instantáneo, Taehyung sintió que su bebé la cual fue abrazada por los divinos rayos de este glorioso ser, merecía ser llamada de esa manera. No lo dudó, simplemente la llamó de aquella manera la cual fue aceptada instantáneamente por su alfa, pues alegaba que su chiquita era mucho más pálida que su hermana y tan chiquita como cuando ves al cuerpo celeste en el cielo.

Para Jungkook a pesar de todo, aquellos momentos fueron los mejores de su vida. Si sumamos la llegada de los mellizos, esos serían los que quedarían marcados para siempre. Pues con la llegada de sus revoltosos mayores logró empezó a formar su pequeña familia la cual se fue extendiendo y enseñando diversas cosas que como lobo solitario, jamás habría sido capaz de experimentar. Le agradecía eternamente a la Luna por haber cruzado a Taehyung en su camino, ya fuera en las condiciones que fueran, estaría dispuesto a vivir lo mismo con tal de obtener nuevamente este resultado.

Aquellos recuerdos solo lo hacían sonreír. Tenía cinco chicos maravillosos y no los iba a cambiar por nada. Además, y para su suerte, su genética ganó en los últimos dos embarazos, dándole así su casta a los tres chicos. Solo Elian y Ainara eran dos orgullosos lobos, mientras que sus hermanos, pequeñas crías de zorro a los cuales cuidaban demasiado alegando que eran más chiquitos y se veían más frágiles que ellos.

Agradecía que a pesar de las pequeñas diferencias, todos se llevaran tan bien y cuidaran los unos a los otros. Al parecer las enseñanzas de su alfa y las suyas no fueron en vano.

Se paseó por toda la Sala viendo que todo estuviera en orden, le dio un pequeño vistazo al jardín donde localizó a su cachorro mayor recogiendo hojas en un costal mientras estas salían volando en cuanto el viento les daba. Taehyung quiso reír cuando lo vió haciendo un berrinche porque su trabajo tal vez no estaba siendo productivo.

Luego de aquella divertida vista se paseó por el estudio en donde encontró a sus tres hijas dibujando diligentemente, sonrió complacido para luego dirigirse a la biblioteca en donde contra todo pronóstico encontró a Iseul no organizando como esperaba, sino, leyendo un libro acomodado en uno de los cómodos sillones que había en ese lugar por petición del alfa mayor quien solía pasar algunos de sus ratos libres justo como su hijo, o eso hasta que llevaba a molestarlo e interrumpirlo.

Dejó que todos siguieran en sus cosas y volvió a la Sala donde se sentó a descansar un momento, ser padre de cinco chicos no era precisamente fácil.

Un momento después, la puerta de la Sala se abrió y sonrió apenas sintió el aroma a ambar que desprendía el peli negro, ese aroma tan adictivo para él.

-¿Quiero saber por qué Elian está gruñendo y queriendo gritar improperios a un montón de hojas?- dijo el alfa mirando divertido a su Omega mientras le tendía algunos dulces que había comprado en el camino.

-Era su turno, además estaba molestando a Iseul.

-¿Cómo sabes que fue él y no nuestro otro pequeño?- preguntó mientras se acomodaba a un lado de su Omega en el cómodo sillón.

-Porque son mis hijos, porque los conozco y porque Iseul estaba amenazando con una vara a Elian.

-Oh, entonces si debió molestarlo; aunque mi pequeño se enoja con facilidad- recordó el mayor.

-Tienes razón, lo mandé a arreglar la biblioteca pero cuando fui a supervisar estaba leyendo en el sillón. No se si lo castigué o lo premié- hizo un puchero el menor mientras se acomodaba entre los brazos de su alfa, ah, como le encantaba estar en ese lugar que le brindaba seguridad.

-Es la biblioteca, creo que debiste enviar a Elian ahí, al parecer solo Iseul comparte mi amor por la lectura, todos ustedes son unos incultos- dijo riendo el peli negro, le encantaba molestar a su esposo.

-Oh, disculpe gran sabelotodo; debería entonces alejarme para que mi falta de culto no se le pegue.

Jungkook simplemente afianzó su agarre en la cintura del Omega y dejó besos por todo su rostro. Como amaba a ese hombre.

Se quedaron mirando a los ojos mientras se sonreían mutuamente, se acercaron dispuestos a compartir una pequeña sesión de besos, sin embargo fueron interrumpidos por unos infantiles gritos.

-¡Papi! ¡Papi Kook!- gritó la pequeña Azami mientras venía corriendo con una hoja en la mano- miren lo que hice- les mostró con orgullo.

-¿Qué es princesa?- preguntó el omega cariñosamente, por otra parte el alfa esperaba expectante a lo que su pequeñita quisiera mostrarles.

-Miren, miren- señaló eufórica la hoja llena de garabatos sin sentido para el alfa- Nara unnie dijo que estaba muy bonito y que debía mostrarles ¿Verdad que está bonito?

-Claro que si bebé- dijo el omega tratando de adivinar los garabatos de su bebé.

-¿Que es eso?- preguntó sin pudor el alfa ganándose un golpe en el estómago de parte de su omega- digo, está hermoso, Florecita.

-Si, estos somos mis hermanos- señaló a un cúmulo de bolitas pequeñas de colores- Y estos son ustedes, papis- señaló a las más grandes, una negra y otra amarilla, ambos dedujeron que era por su color de pelo-. Este es el jardín bonito de papi Tae, y este es el señor lobo- siguió señalando los diferentes garabatos bajo la atenta mirada de sus padres.

-¡Yo también! ¡Yo también!- apareció la pequeña Luna mientras corría a sentarse en el regazo de su papá alfa mientras enseñaba su grandiosa obra de arte.

Después de un rato el alfa estaba enfrascado en una gran conversación con sus dos hijas, las cuales le contaban cosas sin sentido pero este se esforzaba por seguirla hasta que llegó un punto en el cual estaba tan enfrascado en aquella conversación que no sintió las otras tres miradas incrédulas sobre él.

Los más grandes pensaban que a veces su papá alfa podía ser muy intimidante, pero también muy tierno y raro; sin embargo, así lo adoraban.

-Papá- dijo avergonzado el cachorro del medio, las miradas de todos estaban sobre él.

-Dime, pequeño- contestó tranquilamente el alfa de la casa.

-Esto es un poco penoso, pero quería saber si puedo salir mañana con EunSoo- dijo para sorpresa de todos, los mayores solo pudieron abrir la boca y mirar incrédulos a su padre, ambos eran un poco sobre protectores.

-No quieres esperar tal vez unos cinco años para empezar a salir con alguien, digo, si quieres puedo comprarte más libros para que no te aburras- dijo algo tenso el alfa, ese tema era algo a lo que aún no se acostumbraba completamente.

Llamenlo loco, pero ni siquiera sus cachorros mayores habían empezado a salir con alguien gracias al cielo, y ahora su bebé del medio tenía a alguien que ya quería empezar a sacarlo de su casita, el conocía a ese niño, claro que si, era el cachorro de Seokjin, pero él veía sus intenciones, él no se fiaba de nadie que quisiera acercarse a sus bebés.

Taehyung por otra parte aplaudió emocionado, ese chico era tan lindo que no le parecía mal la idea de que su bebé saliera a relacionarse un poco, es más, le agradaba que saliera un poco. Además, lo conocía de toda la vida, era como su sobrino.

-Claro, no hay ningún problema- dijo como si nada el Omega.

Por otra parte, los tres alfas de la casa lo voltearon a mirar como si hubiera dicho la peor de las barbaridades del mundo. Abrieron sus ojos tanto que Taehyung por un momento se preguntó si había hecho algo mal, pero lo descartó inmediatamente.

-¡Está chiquito, amor!- se quejó el alfa.

-Solo es una salida- le acusó-. Se la pasa encerrado todo el día, no le veo problema, además es EunSoo de quien hablamos.

-Pero... - gruño el alfa.

-Nada de peros- dijo Taehyung-. Solo no llegues muy tarde, tesoro.

-Gracias, papi- le sonrió el menor antes de dejar un beso en su mejilla para después dirigirse a su papá alfa quien enfuruñado y todo le sonrió.

-Si dice algo que no te guste nos llamas, tendré vigilado a ese mocoso- dijo con la mirada fija en la pared.

-¡Papá!- se quejó con una risita el menor- te amo.

-Yo igual, pero eso no quita que esté disgustado.

-Lo superará en algún momento- dijo el Omega mayor.

Taehyung sonrió en grande ante el pequeño alboroto que se formó luego de que Iseul abandonara la Sala, claramente siendo sus cachorros mayores quienes estaban refutando por ser tan blando con su hermano, y su alfa estando un poco molesto por la osadía de ese mocoso que en otros términos sería el sobrino del alfa y un chico bastante querido en la familia.

Su instinto le decía que su pequeño sería Omega, y si esto se cumplía no tenía idea de como iba a reaccionar Jungkook cuando algún pretendiente llegara.

Solo le quedaba esperar, el futuro aún tenía demasiadas cosas preparadas para ellos, y estaba seguro que sabrían manejar las, al final eran una familia bastante unida.

🦊🐺

Hola solecitos de mi corazón.

Feliz año nuevo a todos ustedes, este es un regalo que estuve preparando a lo largo del día, como que me arrepiento de haberlo acabado.

Oficialmente Solitario termina aquí, solo espero que les haya gustado tanto como a mí escribir esto, la historia no sería nada sin ustedes solecitos.

Ya estamos casi en los 3M y yo estoy a punto de llorar, se los agradezco con el alma T-T

Sin más, espero que se cuidenucho, les mando muchos besitos y abrazos psicológicos a todos, cuídense mucho y les deseo lo mejor en este 2022.

Si quieren pueden las historias alternativas de Solitario, hago spam por si acaso, además de otra de mis obras que estoy iniciando.

Saludos. 💜💜

🐺Any. 🦊

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