Han pasado 84 años...
La edición está en Ao3, pero solo hasta el capítulo 2. He estado enfocada en Inefable, pero juro que no dejaré esta historia sin final.
Punto de vista de Kuro.
El final tiene un poco de "sexo casi explícito".
😌❤
Kuro estaba harto. Harto de escuchar tanta mierda que hablaban de uno de sus amigos y de las malas intenciones que habían detrás de ello. No tenía problemas con que Hinata fuera uno de los campeones, al contrario, creía que los hechos hicieron que toda la competencia fuera más interesante y en especial cuándo se podía enfrentrar a la casa de las serpientes.
Oikawa estaba ahí, así que valía la pena completamente.
Tenía que admitir que Oikawa estaba haciendo un gran trabajo al intentar callar la boca de los que acusaban a Slytherin y a Hinata de hacer trampa. Pero sin duda quien más daba terror era Sugawara, por algo era el novio de la serpiente mayor. Aunque ahora dudaba de quien era el que usaba el primer lugar.
—¡Kuro! — que fácil era sonreír cuándo su novio venía corriendo a su encuentro al besarlo al frente de todas las serpientes gruñonas. Se lo encontró cuándo iba de camino a al área de Slytherin para hablar con Tsukishima. Era bueno lanzado una bludger, quería un consejo al respecto para acabar con los de Hufflepuff en el Quidditch.
Las serpientes eran un buen nido de maldad, sonrió al darse cuenta de la probabilidad de haber sido parte de ellas. Pero a pesar de sus pensamientos, no cambiaría por nada el hecho de ser un Ravenclaw.
—Vamos a buscar a la víbora cuatro ojos.— Kuro tomó la mano de su novio y fueron al encuentro de Tsukishima.
—¿A que debo el horror de tu visita?— Kuro estaba seguro que Tsukishima podía la tercera víbora más temible de Slytherin. Sugawara estaba en el primer lugar, literalmente podías hacerle pasar por un adorable Gryffindor, pero estaba seguro de que el novio de Oikawa mataría a quién sin dudarlo en caso de que las circunstancias lo requirieran.
Como Bokuto y eso hacía que su pensamiento le hiciera estremecerse por completo. Porque su novio transformaría su corazón si este llegara al punto de pérdida. El dolor le cegaría.
Se reprendió por el viaje que estaba teniendo su subconsciente y se concentró en la negociación que tenía con Tsukishima para vencer a los de Hufflepuff.
Quería lanzarle una bludger a Daichi.
Después de amenazar con darle una cerveza de mantequilla con laxante, fue con Bokuto a tomar algo de aire fresco a los patios que rodeaban el castillo. El lago era un buen lugar, le gustaba pasar las tardes en las que tenía esos tiempos junto a Bokuto.
—Estás preocupado.— le dijo como una confirmación mientras dejaba que sus dedos acariciaban el cabello de Bokuto. Ambos habían optado por una sauce que daba con vista al lago. Su novio reposaba su cabeza en su regazo, era la parte más tranquila que podía obtener de él. Eran esos momentos en dónde simplemente existía un silencio tranquilo después de tanto ruido.
—Lo estoy, — confesó.— Las pruebas pueden ser algo peligrosas, además.— Kuro no se dejó sobresaltar cuándo su novio dejó su lugar cómodo para mirarle a los ojos.— Lo que ha pasado con Hinata aún es un misterio y la gente no deja de hablar de eso...
Kuro comprendía que su pareja no dudaba de Hinata, sino que era que las circunstancias eran extrañas y por lo mismo le generaba mayor preocupación a Bokuto. Kuro quería eliminar ese rastro de miedo de la persona que amaba, no le gustaba que su compañero se sintiera de ese modo.
—No me pasará nada.
—Eso no lo sabes.
Era cierto. Pero no quería que esta situación fuera una fuente de nervios que escalarían poco a poco en Bokuto. Había visto esos ojos desde que se nombraron a los campeones, eran honestos y llenos de felicidad, pero también había tanto miedo que por un momento Kuro no lo vio. Por eso mismo se obligó a tener esta conversación con él, no quería que esto dejara con ideas pesimista a una de las personas más importantes de su vida.
—Oye— Kuro tomó su rostro, al rodear con sus manos sus mejillas y la acarició — Me cuidaré, estudiaré aún más los hechizos, practicaré y buscaré consejo en los profesores si eso te hace sentir mejor.
—Lo sé,— Kuro dejó que él tomara una pausa, era claro que estaba pensando bien en su respuesta y no quería apurarla— Sé que eres el mejor, pero te amo y es válido que tema al respecto...
No pudo evitarlo más, si era necesario callarlo a besos lo haría y eso hizo. Besar a Bokuto siempre fue tan fácil y tan placentero, su novio se entregaba por completo al evento, era tan sencillo y urgente como el respirar. Kuro mordió su labio inferir y dejó que su lengua recorriera los espacios que más le hacían perder el sentido del decoro. Pero a quién le importaba cuándo existía esa capacidad tan profunda de amar.
—¡No puedes callarme solo con besarme!— Kuro adoraba la falsa indignación — ¡500 puntos menos para Ravenclaw!
Kuro volvió a besarlo, pero estaba vez lo derribó en el césped.— No me importa perder los puntos de mi casa si eso significa besarte por siempre.
—¡Oh por dios!— Bokuto sonrió tan brillantemente que Kuro recortó la imagen y la dejó en un lugar especial en su corazón,— Eres tan ridículamente estúpido...
Que bueno eran los besos cuándo el único sonido existente era la de sus bocas haciendo lo suyo.
Pudieron haber pasado horas, pero se dijo que sí cuándo la apariencia de Bokuto estaba por completo destruida, su cabello había perdido de forma desde hace mucho. Kuro el cabello caído de su novio, eso le trajo pensamientos peligrosos. Porque era una parte de él que nadie tenía el privilegio de ver, en especial cuándo las sábanas adornaban sus caderas.
—Eres una bestia.
—Gracias.— Adoró el cumplido.
Bokuto lo derrumbó y ambos perdieron la clase de defensa contra las artes oscuras. El profesor Sukuna los mataría, pero era esa la menor de sus preocupaciones.
[...]
La noche anterior a la primera prueba Kuro se llevó a Bokuto a un lugar en dónde absolutamente nadie les molestaría. Después de la conversación que tuvieron en el lago las cosas habían seguido un curso normal, pero estos últimos días la ansiedad de Bokuto lo estaba poniendo nervioso a él y eso no podía permitirlo. Porque a pesar de los peligros que pudiera encontrar en la competencia, no quería que su compañero tuviera una fuente de angustia que no pudiera controlar.
Podía ver el esfuerzo detrás de sus sonrisas llenas de temor, lo conocía tan bien que si eso pasaba desapercibido para el resto para Kuro no lo sería.
Había un apoyo sin igual, podía decir y asegurar que Bokuto lo apoyaba tan fervientemente como el resto de sus amigos, pero no quería ser una causa de angustia.
Trató de explicarle y demuéstrale de infinitas maneras de que todo saldría bien. Por eso lo rodeó con sus brazos y dejó que sus manos vagaran por su piel desnuda mientras su boca reclamaba como propiedad la piel de su cuello. Movió sus caderas lentamente para que su novio de acostumbrara un poco más a la intrusión. A Bokuto le gustaba el sexo lento en los momentos de mayor fragilidad y Kuro se lo daría ante el encuentro dichoso del poder disfrutar. Besó su boca para tragarse el sabor de un gemido, Bokuto podía ser tan vocal como en sus rutinas, pero esos sonidos solo eran para él y Kuro los atraparía todos en su colección.
Besó, mordió y jadeo cuándo Bokuto lo motivó a ir un poco más adentro. No quería hacerle daño, pero entendía que su pareja necesitaba esa contención que iba más allá del hecho de solo llamar a esto sexo. Era el recordatorio de que todo saldría, que la primera prueba sería sencilla y que nada malo pasaría. Bokuto gimió y reconoció el sonido como algo parecido al precipicio de su clímax, Kuro prefería que él viniera primero en estos casos, le gustaba mirar el rostro extasiado de su novio cuándo el orgasmo lo atravesaba. Así que fue más profundo, la respuesta de su amado fue rodearlo con sus piernas y exclamar el deseo de más al incentivar la intrusión. El sexo lento tenía la particularidad del placer en actos que reflejaban palabras románticas. Bokuto llegó al clímax en un jadeo intenso que Kuro repitió al sentir la impersensibilidad de él. Se derrumbó en su pecho y besó la piel que separaba el corazón de la persona que tanto amaba.
[...]
Dragones.
Estúpidos dragones.
Un estúpido y genial Hocicorto sueco*.
Hinata se lo había dicho dos días antes de la prueba.
Kuro no se dejaría vencer por uno estúpido dragón, así que usó su varita para demostrarle al estúpido dragón que su novio estaba en las gradas y que le prometió salir con vida de esta ridícula prueba.
Así que optó por sacarle una risa a su persona favotira al transformar una piedra en un perro, que distrajo al dragón por unos momentos, y así logró recuperar el huevo de oro que le llevaría al siguiente evento*.
Solo recibió una pequeña quemadura en la mejilla, pero esta no dejaría huella cuándo lo tratasen en la enfermería.
Kuro estaba un poco confundido, el hechizo debió haber durado un poco más. Ahora de lo único que estaba seguro era de que si no hubiera coordinado bien sus reflejos lo más probable es que estaría acabado en las garras de ese dragón. Desechó el pensamiento rápidamente con un movimiento de cabeza, se puso a buscar a Bokuto en las gradas y levantó el huevo de oro que arrebató del nido. Ese mismo unos días más adelante, a través de su canción le diría que en la segunda prueba tendría que rescatar lo mas valioso para él; su novio.
Todo estaría bien.
...
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1.662 Hechizos. 🔮🪄
KuroCedric
#galatienelaculpa
#esbromacreo
El Hocicorto sueco es el dragón al que se enfrentó Cedric Diggory y la técnica que uso fue la misma que describí en la historia.
Aquí dejaré una imagen que saqué del libro 4 que tengo de Harry Potter en dónde sale el dragón.
Que estés muy bien y gracias por ser paciente. 🥺💛💙