Ukyo tenía ciertos ideales al momento de tomar vidas, fueran de animales o de humanos, así que aún con la enorme ventaja que tenía con ese arco únicamente terminamos llevando dos ejemplares que se veían bastante viejos ya.
De cualquier forma, eran Ukyo y Chrome quienes tendrían que cargar con todo eso así que supongo que está bien no llevar tanto.
Ambos se pusieron a lavar los animales en un río cercano, mientras que yo les indiqué a Ryusui y a Senku la ubicación de una zona repleta de árboles frutales.
Ahí también solía haber bastantes roedores y aves, pero eran muy escurridizos y tenían poca carne así que no recomendaría tomarla como zona de caza.
Para cuando finalmente regresamos a la aldea en las últimas horas de la tarde, llevábamos (mejor dicho Chrome y Ukyo llevaban) al par de cabras junto a un cargamento decente de frutas y raíces.
Otra intención del viaje era buscar el yacimiento de petróleo que Senku estaba seguro de que estaba por aquí, pero realmente no tuvimos tiempo ni pistas para eso.
Aunque realmente ni siquiera a él parecía importarle mucho justo ahora, nos había ido bien y eso era innegable.
Obviamente hubo una gran cena esa noche.
Todos los ancianos y niños (y Ryusui, por supuesto) estaban maravillados con la carne de cabra, o mejor dicho con el estar comiendo algo que no fuera pescado y algas.
- ¡Ahora recuerdo está carne! La trajiste una vez, pero cuando te pedí más me golpeaste
- Casi morí intentando atrapar a esa cabra, estaba en mi derecho de golpearte
Ukyo parecía bastante divertido mientras nos miraba a Chrome y a mí conversar y comer.
Él también debía de estar cansado del pescado aunque no lo dijera, ya que a pesar de sus reservas matar a las cabras terminó comiendo ansiosamente una porción recién asada de la carne de estas.
- ¡Este mapa es increíble!
- Es la primera vez que veo uno tan detallado, ¡Y de lugares tan lejos de la aldea!
Ukyo y Chrome comenzaron a hablar un poco de cómo había sido nuestra vida fuera de la aldea, así que me permití prestar atención unos metros más allá, dónde Ryusui y Senku estaban mostrando el mapa a varios de los ancianos.
- ¡Este es el nivel de información que se puede conseguir del cielo! Si conseguimos crear un mapa de alimentos, ¡De aquí en adelante no será necesario comer solo pescado!
No entiendo cómo Ryusui puede hablar con tanta claridad teniendo la boca llena de carne, pero se le nota emocionado.
Por supuesto, la comida siempre es una gran noticia...
- La ciencia es increíble, ¿Verdad? Con cosas así, tal vez podamos vivir al menos sin preocuparnos de morir de hambre
Estaba por morder mi propia porción de carne, pero me detuve al escuchar a una de las ancianas hablar con voz temblorosa.
Estaba llorando de alivio, y de alegría, pero eso más que generarme compasión me dió un retortijon en el estómago que me quitó el hambre.
- Eso fue hace mucho tiempo, no hemos vuelto a pasar por eso desde entonces así que tranquila
- ¡Vamos! Dejen las tristezas y conversaciones deprimentes por ahora. La comida es para las fiestas y alegrías, ¡Así que disfrutemos este momento.
Un par de ancianos se acercaron a consolar a la vieja, Ryusui intentó relajar un poco el ambiente mientras que yo me estaba mordiendo la lengua para no decir nada.
Noté que nuestro capitán me miró de reojo con un poco de evidente angustia, así que simplemente aparté la vista hacia mí plato mientras jugueteaba con un par de huesitos.
Si no han vuelto a pasar por eso desde entonces... Tal vez el problema no era la comida precisamente.
- Eh, _________...
Levanté la vista del plato para mirar a Chrome, tanto él como Ukyo me miraban con una evidente preocupación.
No debería hacer una escena, dije que estaba bien con esto así que... Tal vez solo necesito tomar aire.
- La carne está un poco seca, iré por agua. Puedes comerla si quieres, Chrome
Le dejé el plato a Chrome y me dispuse a abandonar el lugar lo más rápido que pude. Ni siquiera debía preocuparme por llamar la atención o no, ya que con Chrome y Ukyo nos habíamos sentado en un sitio bastante apartado mientras la gloria de la noche se la llevan el mapa y la cabra asada.
El aire frío de la noche me dió en el rostro como un suspiro gentil y extrañamente reconfortante.
Por un momento me plantee el simplemente quedarme ahí afuera, disfrutando del aire y de la siempre encantadora vista del cielo nocturno.
Sin embargo, el ruido proveniente del interior del edificio principal no me dejaba estar en paz, y terminé alejándome paso a paso.
Ni siquiera pensé mucho a dónde ir, dejé que mis pies me llevarán a través del puente que unía ambas islas de la aldea, cruzando entre las casas... Hasta que casi sin darme cuenta llegué a dónde tenía que llegar.
- ... Por supuesto
Tenía que ser.
Suspiré y me dejé caer con cansancio, sentándome de frente a lo que hace ya algunos meses solía ser mi antiguo hogar, y la casa de Nana y Linda.
El clima y el tiempo habían terminado con el trabajo que los de la aldea iniciaron al quemarla.
Pero si he de decirlo, me gusta mucho más lo que hizo por su cuenta la naturaleza.
Había lavado la ceniza y alejado los restos más livianos de lo que había quedado de nuestra casa.
Ni me sorprendí de que casi no hubiera restos de madera, seguramente la que aún estaba mínimamente bien la usaron como leña en el invierno.
Los pocos restos que habían quedado estaban podridos y secos, y el suelo alrededor también resentía aún la quema a la que había sido sometido.
Sin embargo, la razón por lo que me gustaba más el deterioro natural y por la que me abstuve de maldecir en voz alta, fue porque había flores.
Unos pequeños brotes por ahí y por allá, unas pocas florecillas que crecieron en grupos entre la madera quemada y podrida abriéndose camino mientras mostraban tímidamente sus jóvenes pétalos bajo la luz de la luna.
Musgo creciendo sobre algunos restos, y unos pocos insectos, algunos coloridos y otros no tanto, paseando por ahí y por allá.
Nana y Linda nunca tuvieron algo parecido a una tumba, pero de haberla tenido... Estoy seguro de que casi nadie más que yo la habría ido a visitar.
Y supongo que por eso me alegra un poco ver que en este recuerdo que quedó de ellas tienen flores y visitas, aún cuando tan solo son jóvenes brotes de flores silvestres y algunos pequeños insectos.
Si tan solo ellas hubieran muerto en casa, podría decir que hasta sería una bonita tumba.
Si tan solo ellas... Si tan solo no hubieran muerto, ni siquiera necesitaría pensar en una tumba bonita.
- No deberías irte así
Ni siquiera ocupaba levantar la vista para saber quién era, reconocería esa irritante pero encantadora voz dónde fuera.
- Intentaba huir de ti pero veo que será más difícil
Suspiré, secándome los ojos con el dorso de la mano antes de voltear a ver a Senku.
El bufó, un par de metros detrás de mí, y negó con la cabeza. Traía una prenda entre las manos, y me la arrojó mientras se acercaba a mi lado.
- Bueno, no llegarás muy lejos si te cambias de ambiente así como así. El cambio brusco de calor a frío te puede hacer daño
- Ni siquiera era tan cálido ahí dentro
Atrapé la prenda entre mis manos, dándome cuenta de que era un abrigo de invierno. Me pregunto de quién será, no recuerdo que trajeramos ninguno del Reino de Tsukasa... Tal vez sea de alguien de la aldea.
- Por cierto gracias pero no lo necesito, no está tan frío
- Es de Chrome, así que calla y póntelo
Me quedé en silencio un momento, pero terminé por pasármelo por los hombros un poco de mala gana.
Nos quedamos en silencio un rato, Senku de pie a mi lado y yo mirando a una mariquita que paseaba por una alargada y gruesa astilla podrida que sobresalía de entre los restos.
Tenía curiosidad de mirar a Senku, para saber qué expresión tenía en su rostro justo ahora o mínimo para saber a dónde miraba.
Pero sabía que si levantaba la vista hacia él y llegaba a coincidir con la mirada de Senku, me iba a hacer sentir raro. Y no quería sentir eso justo ahora, porque no tenía idea de qué tan mal me pondría.
- ... Esa mariquita está desnutrida
- Eh, ¿De acuerdo?
- Solo digo, mira su color. Es más naranja que rojo
- Entonces tú también debes estar desnutrido para tener el cabello blanco
- ¿Y tú solo estás desnutrido a medias o qué?
Aún con la intención de molestia con la que ambos soltamos nuestros comentarios, no pude evitar sonreír un poco.
El ambiente se relajó, y Senku finalmente se arrodilló para sentarse a mi lado.
- Solo vengo a ver que no vayas a cometer algún crimen de odio, si todo está bien y necesitas estar solo un rato entonces dime para poder decirle a esos idiotas que pueden seguir comiendo tranquilos
Asumo que los "idiotas" mencionados deben ser Chrome, Ryusui y tal vez Ukyo.
Me pregunto si entre los tres mandaron a Senku.
- Si, está bien. Solo estaré un poco más por aquí, puedes decirles que volveré pronto
- ... De acuerdo. Igual si no quieres volver puedes ir directo al observatorio, aún no inventamos los cerrojos así que está abierto
Senku se incorporó para marcharse.
Estaba aguantando bastante bien hasta que él me dió una pequeña palmadita en el hombro antes de comenzar a alejarse.
Sentí un vuelco frío en el pecho y maldije en voz alta antes de volverme en dirección a Senku.
- ¡Senku, de hecho...! Eh...
Perdí la fuerza en la voz cuando el científico me volteó a ver, y tuve que tomarme un momento para volver a pensar lo que iba a decir.
- Yo... ¿Podrías acompañarme a un lugar? Necesito... hacer algo
- ¿Hacer algo...? Espero que no me estés pidiendo compañía para ir al baño
- Eres un... Voy a plantarte de raíz en el suelo, cebollín
Senku se burló un poco de mí, pero finalmente cedió en acompañarme.
No sé por qué pensé en pedírselo, pero de alguna manera me hace sentir un poco mejor.
- ¿No deberías ir a avisarles primero?
- Nah, por lo menos Ryusui y Ukyo son bastantes listos como para suponer que si estoy contigo no harás nada estúpido... O no demasiado
Salimos de la aldea, llegando al borde del bosque.
Seguí el camino entre los árboles que ya conocía de memoria, mientras sujetaba torpemente la mano de Senku, apenas lo suficiente como para darme cuenta de que sí me estaba siguiendo.
Y si aún así me llegaba a inquietar que ya se hubiera perdido y simplemente me estuviera imaginando cosas, solo tenía que apretar un poco su mano, y él me regresaba suavemente el apretón de inmediato.
- ¿A dónde vamos?
- Ya casi llegamos, ¿No lo recuerdas?
- De noche esto se ve igual, bien podríamos estar yendo a cualquier...
La voz de Senku se desvaneció justo cuando entramos a una zona más despejada que no permitía ver delante de nosotros, y supe que se había acordado.
Igual también es mi culpa, tomé otro camino más sencillo pero largo para evitar cualquier riesgo de algún accidente por la poca iluminación.
- ¿Para qué vinimos aquí? No me digas que piensas practicar clavados a media noche
- Claro que no, solo es... agradable. La marea es muy tranquila en esta zona todo el tiempo, así que se escucha relajante de noche
Aún así Senku no parecía convencido, y se mantuvo detrás de mí mientras nos acercábamos al borde del risco, desde donde lo había obligado a saltar desde hace ya varios meses.
El mismo día en que le di el collar de Nana.
Me detuve poco antes de llegar a la orilla y me senté, escuché a Senku suspirar de alivio mientras él tomaba asiento a mi lado.
Nos quedamos en silencio por un momento, simplemente escuchando el sonido de la marea y viendo el cielo desde este lugar.
Senku no dijo no hizo nada más que estar ahí conmigo. Por una parte se lo agradecía, pero por otra deseaba mucho que él dijera o hiciera cualquier cosa para no tener que ser yo quien lo hiciera.
Pero los minutos pasaron, y cuando me estaba comenzando a doler un poco el trasero por estar sentado ahí finalmente terminé rindiendome y aceptando que, desgraciadamente, tenía que hablar yo.
- ... ¿Recuerdas cómo te dije que murió Nana?
- ... Se arrojó al mar, entre el límite de agua que separa las islas que forman la aldea Ishigami
Suspiré y asentí, apoyando mi cabeza contra el hombro de Senku. Sentí que él se tensaba, pero finalmente pareció relajarse un poco para cuando seguí hablando.
- ¿Y recuerdas lo que te dije cuando te traje aquí?
- Algo de que te caíste cuándo viniste con Chrome
- Vaya, sabes escuchar. Ni siquiera yo me acuerdo bien de que te dije esa vez
Sonreí, pensé que era un buen mentiroso pero fallé en el peor pecado que puede cometer uno.
Olvidar las mentiras que uno dice.
- Bueno, Chrome no sabe de este lugar. Pero Nana si sabía, de hecho ella me lo mostró. Fue de este mismo risco de donde ella se aventó al mar
Miré atentamente el borde del risco, si me molestaba mucho en recordarlo... Casi podía verla, de pie en la orilla. Con el cabello meciéndose al viento, y la mirada vacía perdida en el cielo...
Cerré los ojos con molestia, frunciendo un poco el ceño.
- Esa noche... Ah, maldita sea. La seguí con tanta prisa que ni siquiera me puse zapatos o algo. Me hice sangrar los pies mientras la seguía, ¡No tienes idea de lo horrible...! De lo horrible que arde el agua de mar, en los m-malditos pies...
La voz me tembló un poco al final, así que me quedé callado un momento para recuperarme.
Sin embargo, al sentir un gentil tacto en mi mejilla me incorporé de golpe, alejandome de Senku y volteando a verlo.
Él me miró con un poco de desconcierto, manteniendo elevada la mano con la que había intentado consolarme.
- Eh, lo siento
- N-no, yo... Ah, perdona
Negué con la cabeza mientras me maldecía a mi mismo, y me volví a acercar a él con un poco de duda.
Primero simplemente apoyándome contra él de nuevo, pero cuando Senku me pasó torpemente un brazo por la espalda para abrazarme lo dejé ser y terminé acurrucándome a su lado.
Incluso si solo estamos hablando, o si él simplemente está aquí... Me ayuda de alguna forma. No lo hace más fácil, pero al menos es un apoyo.
- Entonces... Ah, sí, el agua de mar arde horrores en las heridas. Aunque supongo que ya lo sabes
- ¿Saltaste detrás de ella?
- No, esperé unas horas a que saliera pero... Ah, si hubiera saltado de inmediato...
- ¿Un niño sacaría a un adulto del mar? Olvidalo, no hubieras podido hacer nada. Antes te hubieras ahogado
Senku lo dijo con crudeza, así que me dolió un poco. Pero de cierta forma, también me alivio el que precisamente él lo dijera.
- ... Sí, tienes razón. No podría haber hecho nada, pero aún así... Me hubiera gustado por lo menos darle una despedida a su cuerpo en lugar de simplemente quedarme con el recuerdo de este lugar. No fue la primera persona de la aldea que se ahogó, pero si fue la única de la que nunca apareció el cuerpo. Como si simplemente hubiera desaparecido al fundirse con la espuma del mar
- ... Está bien si las extrañas, es normal. Pero tampoco deberías torturarte viniendo aquí tan seguido
- Oh, no es ninguna tortura. Me gusta venir, aún cuando aquí fue dónde... Dónde la vi por última vez. Es un lindo lugar, es tranquilo y me recuerda a ella, además creo que es mejor verlo como un regalo que me dejó, ¿No lo crees?
- Es una forma de verla
Sonreí un poco, mientras sentía como Senku me acariciaba distraídamente unos mechones de cabello.
- Entonces, ¿No estás... triste, o algo así?
- Supongo que siempre lo estoy cuando pienso en ellas, es solo que hoy... Ah, lo estoy intentando. No quiero que... Quiero ayudar, no quiero que a nadie le pase lo mismo. Pero al mismo tiempo... No puedo evitar seguir odiandolos un poco
Me enderecé un momento, alejándome del lado de Senku, para sujetarme el cabello con fuerza. Es frustante, pero me estoy esforzando. Eso cuenta para algo, ¿No?
- ... No tienes que obligarte a qué te agraden, ¿Sabes? Si tanto quieres ayudarlos, entonces déjamelo a mí
Voltee a ver al cebollín, él parecía bastante tranquilo mientras miraba el cielo, pero al notar mi mirada volteó a verme a mí.
- No tienes que hablar con ellos si no quieres, o escucharlos o siquiera estar cerca de ellos. Puedes esforzarte, pero si a veces simplemente no quieres hacerlo más... Entonces solo ayúdame a mí como siempre lo haces, así yo les haré llegar tu ayuda a ellos, ¿Eso está bien para ti?
- ... Sí, ¡De hecho está bastante bien! Me gusta ayudarte
Me salió fácil la sonrisa que le dediqué a Senku. Sería difícil decirlo por la luz, pero me parece que sus mejillas estaban un poco rojas cuando apartó la vista.
- S-sí, bueno, tú ayuda es bastante útil a su manera así que debo asegurarme de no perderla
- Lo que digas, cebollín... Ah, acabo de recordar algo
Me puse de pie con cuidado, ofreciéndole mi mano a mi novio para que también se incorporara.
Él parecía un poco confundido pero finalmente se puso de pie conmigo, acompañándome un par de pasos más cerca del borde del risco.
- Linda murió en un río, así que después de que Nana murió solía consolarme pensando que al menos ya estarían juntas de alguna forma, ya que ese río desembocaba en el mar... Aunque esa idea también me hacía enojar un poco, ¡Pero no importa! El punto es que les había prometido que cuando tuviera un novio se los presentaría
- U-un momento, ¿Qué vas a...?
- ¡Mamá Linda, mamá Nana! Si me oyen de alguna forma, ¡Él es Senku!
Levanté la mano del cebollín, que simplemente tenía una cara de confusión increíble.
No sabía que estaba diciendo, o por qué estaba haciendo algo tan tonto como gritarle al mar desde un risco en mitad de la noche.
Pero de alguna forma, hacia que mi pecho se sintiera más ligero, y esa libertad subía directo hacia mis ojos.
- Es un cebollín y... Es m-mi compañero, y mi novio. A veces da miedo, pero es una buena persona. Él me está mostrando todo tipo de cosas geniales, y también está cuidando bien de mí... Ah, ¡Y tengo amigos! Tengo... Unos pocos amigos, que también cuidan de mí. ¡Así que no se preocupen! Yo... Y-yo estoy... bien. Estoy bien, así que... Gracias por haber cuidado de mí
Maldita sea, no puedo ver bien con lágrimas en los ojos.
Me sequé torpemente mientras me reía de mi propia estupidez. Maldición, ahora que ya pasó siento vergüenza de mí mismo...
- Ah, lo siento, sigo agarrando tu mano. Perdona que hayas tenido que ver... ¿Eh?
Voltee a ver a Senku mientras soltaba su mano, pero me tomó totalmente por sorpresa cuando su agarré se hizo firme, negándose a soltarme al mismo tiempo que él mismo se adelantaba un paso delante de mí.
No alcanzaba a ver su rostro, pero podía ver que tenía las orejas rojas mientras él también comenzaba a gritarle a la nada.
- ¡S-señoras Nana y Linda! ¡Tienen un hijo muy molesto y grosero!
- ¡O-oye!
- ¡Pero...! Pero así... Ah, mierda. ¡Así me gusta, así que me lo quedaré! Voy a cuidar bien de él, ¡Así que si conocen a un viejo llamado Byakuya díganle que su regalo del espacio me llegó! Y que fue... perfecto
Senku dejó de gritar, mientras yo aún estaba intentando decidir de qué manera reaccionar con sus palabras. Sin embargo, cuando mi novio finalmente me volteó a ver con una expresión totalmente avergonzada no pude evitar echarme a reír mientras los ojos me lloraban un poco.
- Tch, ¿De qué te ríes?
- Acabas de gritarle al mar que te gusto
- ¡Cállate, tú también le gritaste!
Lo sabía, pero aún así no podía evitar reírme.
Senku había hecho algo tan ridículo e impropio de él... ¿Por mí?
Me duele el estómago de tango reír, pero mi pecho se siente agradablemente cálido.
- Maldita sea, deja de reírte así. La siguiente vez le diré a Chrome o a Ukyo que vayan en lugar de...
- Ah, v-voy a morir de tanto reír. No puedo respirar
- Te lo mereces. Como sea, si ya estás mejor podemos volver al observatorio, no creo que sea necesario volver a la cena
Me abracé el estómago, agachándome un momento mientras recuperaba el aliento.
Senku esperó pacientemente a que me pudiera poner de pie adecuadamente, aunque apenas pude hacerlo me acerqué a él y le planté un breve beso en los labios.
- ¿Panterita...?
- Gracias, Senku. Lo necesitaba
Te necesitaba a ti.
Me quedé un momento mirando sus preciosos ojos rojos, manteniendo mis manos en sus hombros.
Senku me devolvió la mirada unos segundos, antes de también devolverme un pequeño beso mientras llevaba sus manos a mi cintura.
- De acuerdo, siento que estoy faltando al respeto a tus madres
- El observatorio no tiene relación con mis madres, ¿Me besarás ahí?
- Tal vez
- Entonces volvamos rápido
Besé una última y rápida vez a Senku antes de tomar su mano y llevarlo lejos de la orilla del risco, de regreso a lo más parecido a un hogar que había tenido en bastante tiempo.
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No me pregunten que hice pq ni yo sé, tenía esto en borradores y no quería dejarlo ahí tirado.