N/A: La imagen es para que se den una idea de como es el Limbo donde están Cristhian y Thomas.
Disfruten su lectura.
★★★
Alexander y los demás corrían por el bosque, las Brujas y los vampiros tenían cubiertas cada posible salida del territorio, solo era cuestión de tiempo para encontraran a Lucas y a Mouse.
Al final, Roy fue obligado por Alexander a decir la verdad, así fue que todos los seres sobrenaturales del territorio comenzaron a buscarlos.
Cualquiera podía decir que estaban traicionando a Alfred, pues su plan era entregarlo a la policía, sin embargo, la realidad era mucho más complicada que eso: Alexander y Robin habían recibido un ultimátum, serían expuestos si no entregaban a Alfred para el atardecer.
Y para terminar de complicar las cosas, la policía de Soul Note había sido relevada del caso, ahora el Departamento de Seguridad Federal (DSF) estaba a cargo.
El clima estaba cambiado drásticamente, el cielo se había obscureciendo y un aire helado comenzaba a soplar del norte. El bosque lucía desolado, no había ni un sonido, era como si todos los animales estuvieran esperando a que algo pasara.
—Alex debes calmarte, él es nuestro amigo, no es el enemigo. —decía Sarah corriendo a la par que él.
—Eso ya no lo sabemos, no sabemos nada en realidad, —gruñó el Alfa con decepción— hay muchas cosas que él nos ha ocultado.
—¿En serio vas a tomar las palabras de la alcaldesa? —preguntó molesta— Todos hemos cometido errores...
—¡Asesinó a cuatro inocentes! —gruño el Alfa— El poder que posee lo consumirá, lo hará de la misma forma en la que lo hizo con Moore.
Sarah guardó silencio al escuchar eso, ese hombre había asesinado a su madre.
—Nosotros ya no podemos hacer nada más por Alfred, es él quien tiene que ayudarse en este momento.
La Beta no dijo más, su Alfa era quien tomaba las decisiones, y a pesar de que le guardaba cierto cariño a Alfred, no podía ponerlo por encima de la manada a la que pertenecía.
—Cuando lleguemos, quiero que te encargues de Mouse, yo me encargaré de Lucas.
—No pelearé con Mouse...
—Cualquiera que desobedezca una orden mía sufrirá las consecuencias, incluso tú Sarah...
—Él es mi cuñado, entiendeme.
—Yo lo entiendo. ¡Mierda! Pero ustedes no entienden lo que está en juego, parece que ya olvidaron cuando los cazadores nos buscaban. —Alexander se detuvo— Solo quiero mantener a salvo a todos en este lugar.
Sarah desvío un poco la mirada, horas atrás su hermano había sido apresado por la manada, y su juicio estaba en espera.
—Eres nuestro Alfa, haré lo que tú digas.
De pronto un aullido sonó al este de dónde estaban, los habían encontrado.
***********
Thomas se encontraba durmiendo, había sido un día difícil.
En aquel lugar era complicado distinguir el día de la noche, siempre mantenía un aspecto lúgubre y poco iluminado.
Cristhian velaba el sueño de ambos chicos, el Omega lloraba en silencio, se sentía desesperado y abrumado por todo lo que estaban pasando. Sin embargo, lo que más lo tenía intranquilo era el extraño sentimiento de que Jackson estaba en peligro, era como si la conexión que tenía con el rubio estuviera desvaneciéndose lentamente.
Llevaban aproximadamente tres días y medio en ese lugar, aún sin saber si Mabel seguía con vida, o si había alguna salida.
Aunque no todo era tan malo, ya no se habían topado más con el monstruo que los trajo a ese lugar, lo cual era una mejora muy significativa.
Su otra mitad lloraba y rasguñaba por querer salir, por buscar la manera de escapar de ese lugar y ver cómo estaba su única familia.
Por otro lado, Thomas, que se encontraba entre dormido y despierto, logro escuchar los pequeños ruidos que hacía su chico, por lo que decidió ver qué le pasaba.
—¿Por qué lloras Cris? —preguntó soñoliento Thomas mientras se levantaba y abrazaba a su Omega.
Sin embargo, Cristhian negó con la cabeza, no quería preocupar más a Thomas.
—Vamos, sabes que no dejaré de preguntar hasta que me lo digas....
Cristhian limpió sus lágrimas y aclaró su garganta.
—Es Jackson, siento que mi conexión con él se está borrando...
Thomas comprendió por fin, que era lo había tenido tan callado a su novio.
—Creo que es este lugar, yo también siento que mi hermano está en peligro, —llevó sus manos a las mejillas del castaño limpiando las lágrimas que aún caían— pero debemos guardar la calma, ellos están bien.
—¿Crees que moriremos aquí, Thom? —preguntó el Omega con un tono triste.
—Por supuesto que no, ambos saldremos de aquí, llevaremos a Ernesto con sus padres, y podremos hallar la forma de devolverle sus poderes a Jackson. Después, celebraremos tu cumpleaños y podremos ir al baile de graduación, juntos.
Thomas hizo una pausa.
—Si en el trayecto tenemos que enfrentar monstruos, los enfrentaremos juntos, —Thomas acercó su frente a la de su pequeño novio— y veremos qué nos depara el destino en unos años, tal vez ir a la universidad o salir de viaje. Ya me habías dicho que querías conocer todo el mundo.
—Quiero ir a Venecia...
—Entonces cruzaremos sus canales en un bote, solo tú y yo.
Thomas lo beso tiernamente.
—Yo te protegeré, así me cueste la vida, Cris...
En ese momento Cristhian sintió una punzada en su pecho, un mal presentimiento, uno que no pudo ignorar.
***********
Mouse y Lucas corrían a toda velocidad por entre el bosque, el vampiro llevaba en brazos el cuerpo inconsciente de Alfred, tras ellos estaban casi todos los Licántropos de la manada Jones. Sin olvidar a los Vampiros que ya se dirigían al lugar para interceptarlos.
El pelinegro había levantado dos barreras de energía, con eso había logrado retrasar a los Lobos, pero cada vez tardaban menos en alcanzarlos.
—No llegaremos Luck, Alexander debe estar a nada por llegar...
— Necesito que lo lleves, yo los voy a distraer.
Y justo cuando Mouse iba decir que esa era una mala idea, ambos escucharon el terrorífico aullido proveniente de Alexander.
El Alfa atravesó las barreras con si no fueran nada, trayendo consigo a todos los demás.
Mouse le dio una mirada rápida hacía el punto de reunión, y luego miró a Lucas.
—Cuida a Roy por mí...
—No te preocupes, yo veré como sacarlo de está. —dijo Lucas en un intento por tranquilizar a Mouse.
Y así, el Vampiro siguió corriendo sin mirar atrás, dejando a Lucas solo.
"Son demasiados, ¡mierda¡" pensó el pelinegro al verse rápidamente rodeado.
**********
Jackson despertó con un dolor de cabeza, eran las siete de la mañana y no tenía agua para beber. Había estado la mayor parte de la noche en vela, meditando y tratando de encontrarle algún sentido a sus sueños.
En su cuello todavía estaba aquel grueso collar de oro, mismo que parecía hacerse más grande cada día.
Tenía hambre y sed, y necesitaba un baño con urgencia.
Al poco tiempo la puerta se abrió, pero en lugar de ser el Lobo alto y fuerte del otro día, el que apareció fue un jovencito con aspecto delicado, sus ojos azules contestaban con lo pálida que se veía su piel, su cabello era de un negro muy obscuro y sus labios rojos cuál sangre.
El chico entro con una mirada perdida, como si estuviera aguantando las ganas de llorar, pero al mismo tiempo como si hubiera mucha ira en ellos.
Él no dijo nada, solo le dio una bandeja con un poco de comida y agua, y se sentó en una esquina mirando hacia un punto fijo en la pared.
Jackson entendió que el chico no tenía intenciones de hablar con él, pero necesitaba respuestas, así que decidió hacer a un lado la comida e intentar acercarse a él.
Y tras unos torpes pasos logró recargarse en la misma pared, sin embargo, ni así logró que el muchacho le prestara algo de atención.
—¿Eres así con todos los prisioneros? —preguntó el rubio de pronto.
—Nunca me habían enviado con alguno de su clase...
—Y que clase soy, si se puede saber...
El chico lo miro y respondió: "De la clase de monstruos dignos de no matar inmediatamente..."
Jackson abrió los ojos con sorpresa, ¿le acaba de decir monstruo?
—¿Crees que si yo fuera un monstruo estaría encerrado aquí?
—Los Brujos son seres sin sentimientos, solo les importa el poder, sin importar de dónde provenga...
Jackson no respondió.
—No dice nada porque sabe que es verdad...
—No digo nada porqué sé que no voy a cambiar tu forma de pensar. —Jackson tocó su collar— Los Licántropos son la especie que más ha sufrido en la guerra por el poder, —volteó a verlo— aunque no todos los Brujos somos iguales.
—No voy a ayudarle a escapar.
Jackson guardó silencio de nuevo.
—No voy a pedirte eso, solo quiero saber en dónde estamos...
El chico pareció dudarlo un poco, pero decidió responder.
—Estamos en algún lugar llamado Frostville, casi en el centro del Bosque nocturno.
Jackson intento hacer memoria, pero nunca había oído de ese lugar.
—¿Pero estábamos en España, como fue que llegamos aquí? —preguntó más para sí mismo que para el chico.
—Ellos tienen portales hacia este lugar en muchas partes del mundo, a mi padre y a mí nos capturaron en Rusia...
Ahí fue cuando Jackson cayó en cuenta que ese era el hijo del hombre que lo había bañado días atrás.
—Veo que tú no traes collar...
—Ellos no lo creen necesario, soy un Omega...
—Los Omegas son más fuertes de lo que todos creen. —intentó animarlo— Conozco a uno que es incluso capaz de enfrentarse a un Alfa.
El chico pareció prestarle más atención.
—Los Licántropos siempre les han tenido miedo, ustedes son los únicos capaces de ignorar sus órdenes; deberías olvidar toda esa basura de que eres débil.
Jackson tomo el trozo de pan que había en la bandeja, tenía que comer si pensaba salir de ahí en algún momento.
—¿Por qué irradias tanto poder? —soltó el chico de pronto.
Jackson tragó el bocado, y luego suspiró.
—Soy como una batería sobrecargada...
—¿Entonces... morirás?
Esa pregunta tomó por sorpresa al rubio.
—No lo sé.
El chico asintió con la cabeza débilmente.
—Lo siento, es solo que tienes un olor raro...
—Necesito un baño, y cambiar mis vendajes. —Jackson sintió algo de pena, debía oler horrible.
—No, el olor que captó es diferente.
—¿El olor a la muerte? —preguntó el rubio con un hilo de voz.
Pero el chico no respondió.
—¿Tienes las llaves para quitarme esto del tobillo? —preguntó Jackson intentando omitir ese último comentario.
—Si.
—¿Me ayudarías? —suplico el rubio—, mis manos están algo lastimadas.
************
Alexander llegó hasta donde estaba Lucas, el pelinegro estaba canalizando su poder para formar una enorme barrera de energía.
El Alfa gruño para que su manada se detuviera, era inútil intentar atravesar una barrera de ese tipo, al menos para un Lobo normal.
—¡Basta Lucas!, Nosotros no queremos lastimarte, solo queremos hacer lo correcto.
—¡Estás loco si piensas que entregaré a Alfred a la policía! —Lucas volteo hacia atrás un instante, pudo ver qué Mouse ya estaba algo lejos, aún así, debía darle más tiempo.
—Ambos sabemos que no podrán escapar, entiende que es mejor para él.
—¿Según quién? —preguntó Lucas ofuscado— Me importa una mierda si la alcaldesa me destierra, o si me envían a prisión, no dejaré que se lleven a Alfred.
—¡¿Y nosotros debemos pagar por tu decisión?! —inquirió el Alfa molesto; ser el novio de Jackson no lo salvaría de su ira— Estás viendo todo desde tu egoísmo, si Alfred no se entrega, nosotros pagaremos las consecuencias.
Lucas no respondió.
—Lucas... —habló Isabella atrás de él— no hagas esto, solo complicaras más las cosas...
El mencionado negó con la cabeza una y otra vez.
—Ustedes son los que no entienden, si él se entera de lo que pasó, entrará en crisis. —Lucas deshizo la barrera, pero no guardó el brillante diamante— Estoy haciendo lo mejor para él.
—Y el daño colateral seremos nosotros... —alcanzó a decir Isabella justo antes de que Sarah saltará por encima de Lucas y corriera en dirección a Mouse.
Lucas quiso detenerla, pero justo en ese momento Alexander se lanzó al ataque. Hasta ahí había llegado su paciencia.
Lucas no pudo detener a la Beta, tuvo que concentrarse en mantener a raya a todos los demás que quisieron ir había Mouse, además de esquivar los ataques de Alexander.
El Alfa no estaba atacándolo en serio, no quería dañarlo, pero no sería considerado con él después de haber roto la alianza que tenían.
Isabella no intervino, ahora la pelea esa solo de Lucas y Alexander, ambos intentando neutralizar al otro.
Lucas seguía intentando esquivar a Alexander, pero el enorme Lobo se volvía más rápido con cada segundo que pasaba. Recordó entonces la habilidad que Alexander tenía, si la pelea se alargaba más tiempo, el Alfa lo superaría. Sin olvidar que todavía tenía que ir tras Sarah.
Fue por eso mismo que decidió cambiar su estrategia.
Metió su mano al bolsillo y saco un reloj, esperó hasta que Alexander estuvo lo suficientemente cerca y activo aquí objeto; ante los ojos de toda la manada Alexander quedó paralizado en el aire.
Al ver eso todos los demás atacaron, Lucas era muy bueno lanzando hechizos, pero rápidamente se vio superado por el número.
Y justo cuando la batalla comenzaba a arreciar, un aullido resonó a la distancia, uno que sacudió toda la tierra y alteró a todos.
La manada de Alexander y los linajes de Vampiros fue rápidamente rodeados por decenas de Lobos.
Lucas y los demás decidieron dejar su pelea para después, ahora estaban en peligro, en peligro real.
Y del medio de aquella multitud, se abrió paso un enorme Lobo pelirrojo, su tamaño era colosal, quizás más de dos veces lo que un Hombre Lobo normal.
Lucas líbero a Alexander de su prisión y se quedó en alerta, las cosas saldrían mal, podía sentirlo.
—¡Estas invadiendo un territorio que no te pertenece! —gruñó Alexander con odio.
Scott no le respondió, solo busco entre la multitud a Lucas, sabía que él era quien tenía a el Brujo que asesinó a los chicos en la preparatoria.
—¡Entreguen al Brujo, y vivirán para morir otro día!
Lucas comenzó a contar a los presentes, eran demasiados para teletransportarlos a todos de una, y sabía que si desaparecía a una parte, la que se quedaran morirían.
—Te tengo una mejor propuesta, ¿Por qué no te vas a la mierda? —dijo Isabella parándose junto a Alexander— No te llevarás a nadie de aquí.
Todos estaban preocupados, la manada enemiga los superaba tres a uno, incluso si todos fueran Deltas entrenados y expertos en combate, no podrían con tantos.
—Ella es la Vampira que invadió la ciudad días atrás —dijo uno de los rastreadores al lado de Scott.
El Alfa pelirrojo gruñó con satisfacción, no solo obtendría al chico, sino también obtendría respuestas de la invasora.
—Tienen diez segundos para entregar al Brujo, o voy a matarlos a ustedes y a todos los que hay en esa mansión suya. —exclamó Scott de una forma calmada y confiada.
Alexander miro a Isabella, y luego a todos los miembros de su manada, en sus ojos había confianza y coraje, su manada no dudaría en morir ahí de ser necesario, ellos defenderían a su Alfa y al territorio aunque les costase la vida.
—Díez... nueve... ocho... —la manada de Scott comenzó a gruñir y enseñar sus colmillos— siete... seis...
Alexander aulló con fuerza, debía advertir a todos en la mansión, si ellos morían ahí, los demás debían escapar a tiempo.
Y fue ese aullido el que Sarah escuchó cuando casi alcanzaba a Mouse.
La Loba se detuvo en seco y observó al pelirrojo, este estaba en el mismo estado que ella, debatiéndose entre volver o seguir adelante.
—Cuida de él Mouse, espero que sepas lo que estás haciendo. —exclamó la chica justo antes de correr de regreso a su manada.
**********
Morgana se encontraba sentada en el bello jardín de la casa que había comprado meses atrás, no era muy grande, pero sí muy acogedor.
—Hice lo que me pediste, pero no sé si esto funcione. —exclamo Aldair mientras se sentaba a la mesa y se servía un poco de té.
—Me he anticipado a todo, si Alfred no lo logra, tengo a su remplazo.
—¿Qué haremos con los policías? —preguntó el chico preocupado.
La mujer río un poco.
—No te preocupes, lo tengo todo muy bien controlado, solo hay que mantener a Jackson fuera de esto.
El chico asintió con la cabeza.
***********
—Uno...
Al terminar la cuenta todos los Lobos enemigos se lanzaron al ataque, pero justo cuando les faltaban unos metros para llegar, se quedaron inmovilizados, atados al suelo por cientos de cadenas hechas de magia pura.
El autor de tal azaña se encontraba en medio de la manada de Alexander.
Lucas decidió usar gran parte de su poder en detener la masacre que estaba a punto de suceder, tal y como Jackson lo había hecho, caminó hasta Estar a escasos metros de Scott y extendió su mano.
Viaj kapabloj estu sigelitaj dum Dek noktoj. Ke via alia duono dormu en profunda dormo...
Lo que Lucas no anticipó, fue que las gruesas cadenas que mantenían a Scott inmovilizado se romperían con un movimiento.
El pelinegro estuvo a escasos se centímetros de morir en las fauces de aquel Lobo, afortunadamente Alexander intervino justo a tiempo.
Ante el descuido, los demás Lobos se liberaron también de su prisión, aunque no les duró el gusto, ya que segundos después, Lucas volvió a inmovilizados.
Ahora los únicos que peleaban eran los Alfas, y era esa pelea la que decidiría quien se quedaría con el territorio.
Sin embargo, aunque Alex supo darle pelea a Scott, era muy clara la diferencia de poderes, segundos más tarde, Alexander ya estaba muy malherido; Lucas quiso intervenir, pero fue detenido por Isabella.
—Si intervienes, Alexander perderá en automático... —dijo la Vampira en un tono preocupado.
Un minuto y medio después, Alexander fue superado por completo, herido y cansado, decidió aceptar su destino. No había podido proteger a su familia después de todo.
Scott irguío su cabeza y justo cuando estaba por darle el golpe de gracia, la voz de Sarah resonó en el lugar.
“¡No!” gritó la chica.
Scott entró en shock.
¿Qué estaba haciendo ella ahí?
Su Lobo lo empujaba a correr hacia la Loba de pelaje gris, tomar su olor y dejarse ir en el amor naciente que invadía su corazón, pero su lado humano y consciente impidió que tal cosa pasara.
En su lugar, se alejó de Alexander e intentó acercarse para hablar con ella, preguntarle qué hacía en ese lugar.
Por un momento las dos mitades de lobos se reconocieron aullando internamente por haber encontrado a su complemento, pero ese momento que duró poco, porque justo cuando él le iba a decir algo, Helena y las demás Brujas aparecieron y se llevaron a todos de ahí, dejando a Scott enojado y confundido.
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Darío iba camino al auditorio, la preparatoria tendría una reunión especial, al parecer tendrían un minuto de silencio por sus compañeros.
Todos caminaban en silencio hacia allá, pudo ver que el casillero de Alfred había sido vandalizado con pintura en aerosol, se podía leer la palabra ASESINO escrito con rojo, además de groserías y algunos golpes.
Su amigo había pasado de ser uno de los más queridos, al chico más odiado de toda la preparatoria; todavía recordaba haber recibido la noticia la noche anterior, cuatro, cuatro de sus compañeros habían muerto a causa de las lecciones recibidas durante la explosión.
Sentía pena por sus ellos, algunos eran buenas personas, otros no tanto, pero no merecían morir de esa forma.
Después de unas palabras por parte del director, comenzaron con el minuto. Algunos lloraban, otros parecían estar en shock, aún sin poder asimilar que sus compañeros habían muerto.
Sin embargo, lo que más llamó la atención a todos, fue la presencia de uma mujer en ese lugar, una que a simple vista parecía irradiar poder y autoridad.
No fue hasta que el minuto de silencio acabó que ella tomó el micrófono y comenzó a hablar.
—Soy la profesora Grecia Moreau, y como podrán darse cuenta, acabo de llegar a esta preparatoria, —había un silencio sepulcral— seré su nueva subdirectora, y espero poder contar con su apoyo para mantener el orden en esta institución.
Su vista se fijó en Darío.
—Quiero que tengan una cosa en claro, —hizo una pequeña pausa—las cosas por aquí están a punto de cambiar, espero que estén preparados para ello y se apeguen a las reglas, si lo hacen no tendremos problemas. Desobedezcan y verán lo que soy capaz.
★★★
Hola.
🎄Feliz navidad🎄
Espero que les haya gustado el capítulo.
Estaré subiendo el especial en unas horas.
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