Se Paciente Conmigo |TERMINAD...

By Demitae_6

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1ER LIBRO La vida de Elizabeth Aydin cambia de manera drástica, cuando conoce a Ahmed y Baadir, dos millonari... More

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EPÍLOGO

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By Demitae_6

ELIZABETH AYDIN

Solo han pasado 4 días y han pasado muchas cosas. El jueves en la mañana como lo prometió Ahmed, vino a enseñarme defensa personal, lo cual agradecí demasiado cuando Emir fue a visitarme en la tarde, al principio me asusté pues temía que me vuelva a hacer daño, pero no fue así, de hecho, se portó muy cariñoso, tal cual era al principio de la relación, él solía ser "cursi" pero dejó de serlo, solo por vergüenza, pero ese día... ese día volvió a ser como antes.

Cuando me propuso salir en una cita, al principio dudé «demasiado», pero al final tuve que aceptar cuando mi madre me obligó a ir. Me llevó a la feria que está instaurada en el pueblo vecino y por estúpido que parezca lo disfruté, nunca había asistido a una como tal, y tal vez esa fue la razón para que me haya olvidado del daño que me hizo y disfrutara de ese día como nunca. Baadir y Ahmed no pudieron hacer nada, aunque este último junto con mi hermano pusieron mil excusas para no dejarme ir. Pero no lo lograron, mi madre tenía la última palabra.

El viernes en la mañana fue un día muy gris, pues ese día partió mi hermano al cuartel, fue una despedida amarga, pero me prometió volver lo antes posible y me pidió que no me deje convencer con palabras "dulces" de Emir y no lo acepte otra vez en mi vida, me dijo que él sabía cómo sacarme de aquí sin que reciba ningún castigo, sé que odia a Emir, pero la forma en la que me lo pidió fue tan insistente que me sorprendió. Ese día Emir no fue a mi casa, pero sí mandó a uno de sus policías a dejarme un ramo de girasoles.

«Se nota que aún no me conoce, no me gusta que me regalen flores, pero aun así lo hace.»

Y Ayer, fue uno de esos días especialmente ajetreados, pues en casa, todos debían preparar sus mejores atuendos y si no tenían se iban a comprar uno, esto para el festival Saflık que se hace hoy, domingo. Algo bueno que me pasó es que hice un nuevo amigo, pues Kiral, el que casi me mata «irónico», se ha integrado al grupo de trabajo de Baadir pues este me dijo que el mismo día del accidente, lo había conocido en la farmacia y le había pedido trabajo, a lo que él aceptó.

«Baadir tiene un gran corazón.»

Sin embargo, no puedo comentar nada, nadie debe saber que trabaja para Baadir porque me dijo que ya no tenía posibilidades de ayudar a más personas para obtener un trabajo, y no quiere que nadie en el pueblo se entere y le empiecen a pedir trabajo. Por eso ahora solo nos vemos cuando vienen a casa para hacer cosas del libro, él es el que toma notas. Ahmed, bueno, creo que ha sido un poco desplazado y por eso estos días ha estado con un humor horrible y siempre trata de evitar el tema de Kiral.

—Ya regreso, voy con tu hermana para ayudarle a escoger un vestido porque el que compramos ayer no le combinan con los zapatos, recuerda tener preparado todo mi atuendo que debiste haber planchado ayer mismo. —Dice mi madre y asiento.

«¿Le digo o no le digo? ...Ya que, no pierdo nada.»

—Yo también necesito un vestido ¿Puedo ir con ustedes? Ayer no me llevaron y...

—¿Y el vestido que siempre usas? No me digas que lo rompiste muchacha.

—No, no lo hice al propósito, solo empezó a deshilarse e intenté repararlo, pero incluso la tela está muy desgastada, ya no sirve.

Mi madre mira a mi hermana y ambas ruedan los ojos y entiendo que así están quedando de acuerdo en algo.

—No tengo dinero, solo me alcanza para el de Issa, así que usarás uno viejo de ella — mira a Issadora — ¿Dónde está ese vestido rojo que se rompió el año anterior?

—No lo sé, supongo que en el ático. —Dice sonriente.

—Bueno, ya escuchaste, tienes tres horas para buscarlo, lavarlo y arreglarlo, así que ve buscándolo, nosotras ya nos vamos.

—Pero...

—Pero nada, por cierto, de la tienda de vestidos nos vamos directo a la peluquería para que nos arreglen, nos encontraremos con Charlotte también, así que tendrás que ir sola a la plaza, porque no nos dará tiempo de regresar a buscarte.

Sin más, se dirigen a la puerta y se pierden.

Decido no hacerme problema y mientras escucho música me dispongo a buscar la escalera vieja que tenemos para poder alcanzar la puerta del ático y buscar el famoso vestido. Trato de colocar bien la escalera, pero es demasiado inestable, sin embargo, no puedo esperar más y decido subirme.

Logro subir sin problema hasta el quinto escalón, y siento que me tambaleo demasiado, pero decido continuar, y cuando trato de poner mi pie en el 6to escalón, siento que todo mi cuerpo se tambalea a la derecha y la escalera se cae. Solo alcanzo a cerrar los ojos y esperar mi final.

«¿Ahora si me morí?»

Al instante siento una mano en mi cintura y otra por detrás de mis rodillas. Empiezo a abrir los ojos y veo a Kiral que me está sosteniendo algo preocupado. Nos quedamos viendo por un buen rato, pues del susto que tuve, ni siquiera me puedo mover.

Sin embargo, mi mirada deja de centrarse en Kiral cuando enfoca a Ahmed que se encuentra al fondo del pasillo, el cual parece que está buscando a alguien. Supongo que me estaba buscando a mí, pues cuando me mira, viene de inmediato y lo noto algo enojado.

—¡¿Qué carajos haces idiota?! — me arrebata de los brazos de Kiral y me sostiene.

—N-nada, solo intentaba ayudarla, casi se cae y ...

—Si, claro, lárgate — dice y de inmediato Kiral obedece.

No me gusta su actitud pues Kiral no hizo nada malo, solo me ayudó.

—Antes de que te vayas—Kiral me regresa a ver —Gracias, si no fuera por ti, ya estaría muerta. —Le sonrío y me devuelve la sonrisa.

Cuando se va, regreso a ver a Ahmed y este no para de fruncir el ceño.

—Puedes bajarme, gracias. —Digo y lo hace despacio.

—¿Por qué siempre que te encuentro estás metida en un problema o a punto de morir?

Lo dice muy serio y por un momento estoy a punto de pedirle perdón, pero me detengo cuando esboza una pequeña sonrisa que trata de ocultarla, pero lo descubro.

—No te enojes, porque según mi madre, si frunces tanto el ceño, te arrugas y envejeces más rápido. — Pico con mi dedo en sus costillas y este termina por soltar una carcajada — ¿Vez que no es difícil sonreír un poco?

—Está bien, está bien, pero dime ¿Qué hacías aquí? y sobre todo ¿Cómo terminaste en brazos de ese ... de ese tipo? — mira la escalera tirada.

—Trataba de alcanzar la puerta del ático y me caí de las escaleras, por suerte Kiral me atrapó, si no, hubieras encontrado mi cuerpo tirado aquí...por cierto ¿Cómo entraste a la casa?

—Con las llaves que tienen bajo la maceta de la puerta. — asiento recordando habérselo dicho una vez— no respondías y me preocupé, pero bueno ¿Qué necesitas del ático? ¿Te ayudo?

—Si por favor.

Recoge la escalera y la posiciona mejor de lo que yo lo había hecho antes, sin embargo, la sigue sosteniendo, supongo que por si acaso.

—Sube, busca lo que tengas que buscar, yo sostengo la escalera.

Le hago caso y subo de inmediato, esta vez sin temor a caerme. Busco entre tantas cajas y cuando estoy a punto de darme por vencida lo encuentro, el famoso vestido rojo que mi hermana usó una sola vez en su vida y lo dejó tirado por ahí con unos descosidos que le había hecho en un ataque de rabia.

Al bajar completamente de las escaleras, Ahmed mira lo que traigo en la mano.

—¿Subiste a buscar y casi muere por ese vestido sucio, roto y encima horrible?

—Lo sucio se le quita, lo roto se puede coser y bueno, no me quejo de cómo es, porque es el único vestido que puedo usar para el festival Saflık.

—¿El único? — dice quitándome el vestido de las manos y detallándolo mejor.

—Si, mis padres no tenían dinero para comprarme uno, así que voy a usar este que era de mi hermana. —se lo quito—Ahora, si me permites tengo que lavarlo rápido y ponerlo a secar para poder arreglarlo.

Intento pasar, por un lado, pero este me detiene. Me quita el vestido de las manos y lo rompe por las costuras como si de papel se tratara.

«¡Lo voy a matar!»

—¡¿Qué haces?! No, no, no, ahora no tendré que ponerme. —Recojo los retazos de tela que se cayeron y me entran las ganas de llorar.

Pero, ni siquiera me da tiempo de llorar porque Ahmed me quita los retazos de las manos y me lleva casi a rastras al primer piso, donde vemos a Kiral saliendo de la cocina.

—¿A dónde van? —Dice mientras engulle una de las galletas que había preparado.

—No te interesa, apártate — Dice Ahmed mientras lo empuja a un lado y me saca de la casa.

—¿A dónde me llevas? Suéltame, estoy muy enojada contigo ¡Suéltame ya! — digo, pero ni se inmuta y obviamente no me hace caso.

Me mete al auto y cuando está a punto de cerrar la puerta, la vuelve a abrir para acercarse y ponerme el cinturón de seguridad. Mientras lo hace, Kiral ya se encuentra tras él.

—¿Ya nos vamos? — Ahmed se voltea para encararlo.

—No, tú te quedas puedes regresar a la casa andando, no te vas a perder, yo voy solo con Sultana.

—No lo creo, Baadir me dijo...

—Está bien, está bien... haz lo que quieras.

Cierra mi puerta y de inmediato Kiral sube en la parte de atrás y Ahmed conduce. Ambos van muy callados por lo que decido romper el silencio.

—¿Ahora sí me dirás a dónde vamos?

—Si, vamos a Hanan, el pueblo que...

—Se dónde queda Hanan ¿Pero a qué vamos allá? No puedo llegar tarde al festival porque lo primero que hacen es la ceremonia de revisión y si me salto eso, podrían matarme. Literalmente — digo lo último en un susurro.

—Tranquila, no nos vamos a demorar, vamos allá porque tiene más tiendas y podríamos encontrar todo tipo de vestidos, podrás escoger el que te guste a ti y no las sobras de tu hermana.

«¿Qué parte de "no tengo dinero" no entendió?»

—Te lo agradezco, pero no tengo dinero para pagarlo, será mejor que regresemos ahora.

—No te preocupes por eso, pero ¿Qué hiciste con parte del dinero que te dio Baadir por el proyecto?

—Lo tuvieron que usar mis padres para pagar el curso de Issadora, además necesitaba unos materiales que...

—Pero ella también recibió algo de dinero ¿Por qué te lo quitan a ti? —dice muy enojado.

—Ahmed, creo que no deberías meterte en esos asun... —dice Kiral asomando su cara entre los asientos.

—Cállate, si vuelves a abrir la boca te dejo botado por aquí. — Kiral se calla y se vuelve a sentar para atrás. —Ahora sí, dime.

—Yo... no lo sé, pero no puedo hacer nada, son mis padres y ellos saben cómo y para qué usar el dinero.

—Dinero que es tuyo y que te apostaría a que, si les preguntamos a tus padres por el dinero de tu hermana, ese estará intacto o lo tiene ella —me mira — ¿Acaso no te das cuenta de cómo te tratan? ¿Por qué dejas que lo hagan?

No quiero responder, porque ni siquiera yo sé la razón de que mis padres no me quieran y me traten así. O ni siquiera lo quiero pensar porque no quiero hacerme más daño.

—¿Podemos poner música? Este auto es muy diferente al anterior ¿También tiene radio?

Ahmed se da cuenta de que quiero cambiar el rumbo de la conversación y enciende la radio sin decir nada más. Ni siquiera me puedo concentrar en las canciones, porque no dejo de pensar en lo que me dijo Ahmed.

«Si me quieren, tal vez hago muchas cosas que los enoja, pero me quieren.»

Al llegar a una "Boutique" como lo llamó Ahmed, nos adentramos y vemos unos vestidos maravillosos desde la entrada hasta el final del pasillo que es enorme.

«¿Cuánto costarán esos vestidos?»

Después de casi media hora de buscar entre tantos vestidos, encontramos uno, que apenas lo veo me enamoró de inmediato. Pero cuando vi el precio traté de avanzar y buscar uno más barato, sin embargo, Ahmed me detiene.

—¿Ese es el que quieres Sultana? —señala el vestido que me gustó.

—¿Sí? No, no lo sé, me gusta, pero... cuesta demasiado. — veo que toma el vestido y lo analiza —Mejor busquemos otro.

—No, este te quedará perfecto ¿Quieres probártelo?

Asiento de inmediato muy entusiasmada, pues, aunque no me lo lleve al final, podría usarlo una vez. Cuando me termino de poner el vestido, doy media vuelta y veo mi reflejo en el gran espejo que hay en el probador y me encanta, me encanta lo que veo, siento que el vestido me transformó.

«No soy muy linda, pero este vestido me hace ver... me hace ver bien.»

Salgo del probador y noto que Ahmed está sentado solo en uno de los asientos de espera, sumido en sus pensamientos, por lo que trato de llamar su atención.

—¿"Querido"? —digo y frunce el ceño levantando la cabeza.

Cuando su mirada se posa en mí, siento un poco de vergüenza, pues no deja de detallarme de arriba a abajo y no dice nada, por lo que pienso que tal vez no le agrade el vestido y no me vea tan bien como creía.

«Eso te pasa por ser vanidosa Elizabeth.»

—E-estas... —aclara su garganta — estás fabulosa Sultana, ahora te pareces más una Sultana real, solo te faltaría una corona y todo el mundo te empezaría a venerar.

Siento que me sonrojo de inmediato y para evitar soltar alguna estupidez por los nervios, decido desviar un poco el tema.

—Gra-gracias ... ¿Y Kiral? ¿Dónde está? —su cara se transforma a una seriedad absoluta.

—Él solo fue a buscar mi billetera en el auto, se me olvidó. —Se acerca— Entonces ¿A ti te gusta?

«¡Me encanta!»

—Si, pero no tenemos que comprarlo, podemos ver otro más barato, además, todos los vestidos son hermosos de seguro encontramos otro.

—¡No! Con ese te ves her... demasiado bien.

—Ahmed ¿Puedo hablar contigo? — dice Kiral llegando a su lado.

Cuando este se da cuenta de mi presencia y me mira, se queda igual que Ahmed al principio. Pero Ahmed no lo deja terminar de analizarme y tira de su brazo para llevarlo un poco lejos de mí.

Los veo discutir, pero no escucho nada. Cuando regresan, sus facciones han cambiado, pues Ahmed se muestra más serio y enojado «como siempre», y Kiral muestra una gran sonrisa triunfante.

—Te ves hermosa Sultana, llevaremos ese vestido, no se diga más. —Dice Kiral y me sorprende el hecho de que Ahmed no le haya dicho nada por decirme Sultana.

«A Baadir casi lo mata con la mirada y ahora solo mata con la mirada al suelo.»

—Gracias ¿Están seguros de que podemos pagarlo? —digo preocupada.

—Claro, no te preocupes, de eso me encargo yo. —Dice Kiral y Ahmed solo da media vuelta y se dirige a otro pasillo de la boutique.

—Gracias, yo te lo pagaré luego.

—No, no hace falta, ya la cuenta está saldada. Por cierto, no te cambies porque llegaremos justo a tiempo a ese festival, así que solo recoge tus cosas mientras yo pago.

Hago lo que me pidió y no demoro mucho en recoger todas mis cosas y cuando salgo veo que Kiral sigue en una fila para pagar. Decido buscar a Ahmed con la mirada y de inmediato lo identifico, sobre todo porque unas chicas están a su alrededor murmurando algo.

Me acerco despacio para decirle que ya mismo nos vamos, pero cuando estoy a unos pasos de él, siento una mano halarme hacia atrás. Regreso a ver y es una de las chicas del montón que estaban murmurando.

—Nosotras lo vimos primero, además, no deberías acercarte y ofrecerte, una mujer no debe hacer eso. —me mira de pies a cabeza.

—N-no, yo... creo que te confundiste, yo lo conozco y...

—Si claro —ríe irónica—, piérdete muchacha, él es mío, yo lo vi pri...

—Sultana ¿Qué pasa? — Escucho su voz y siento algo de alivio —¿Te está molestando?

—No, no la estaba molestando, por cierto, soy Anastasia y estoy soltera—estira su mano libre, pero Ahmed la ignora tomándome la mano para después acercarme a su cuerpo.

Cuando lo hace siento que las uñas de Anastasia se aferran a la piel del brazo de donde me tenía agarrada y me lastima. Por el sonido que hago, Ahmed se da cuenta de lo que pasa y de inmediato se preocupa.

—¿Estás bien? —Asiento y él regresa a ver a Anastasia muy enojado—No la vuelvas a tocar, piérdete. —mira a las demás chicas que hasta el momento han permanecido calladas —Ustedes también, piérdanse.

Todas lo hacen al instante y nos quedamos solo los dos.

—Venía a decirte que Kiral ya está pagando el vestido y ya mismo nos vamos ¿Qué hacías?

—Nada ¿vamos? —asiento.

Antes de dar media vuelta, algo tras Ahmed llama mi atención y me acerco de inmediato a la vitrina.

«Es lo más hermoso que he visto, incluso más que el vestido.»

—¿Te gusta esa corona? —asiento sin regresar a verlo — Te verías como una verdadera Sultana si la llevaras puesta.

—Si, me encantan los accesorios para el cabello, siempre quise tener una así, mi hermana tenía algunas de pequeña, aunque eran de plástico. Pero bueno ... ¿Nos vamos?

Tarda un poco en asentir pues está muy concentrado en la corona que vi.

En el camino de regreso el ambiente fue un poco más amigable, Ahmed se limitó a poner la radio y Kiral no habló más, por lo que no hubo discusiones, lo cual agradezco.

Al llegar a mi casa me di cuenta de que solo faltaba 30 minutos para que el festival empiece, y yo aún no terminaba ni de peinarme.

—Sultana, si tardas más, no llegaremos a tiempo, así estás bien.

—Si, ya terminé, ya nos podemos ir. —Digo terminando un sencillo peinado, que ni parece peinado.

—Que bien Sultana, justo venía a verlos porque ya es muy tarde, por cierto, en el camino me tienes que contar de qué trata este festival. — dice Kiral llegando y asiento.

En el camino que no dura mucho, le cuento que este festival es muy importante porque primero, nos deben revisar si aún tenemos la pulsera de la castidad en el pie, pues eso demuestra nuestra pureza. Y segundo, le explico que muchas parejas en este festival se comprometen ante todo el pueblo. Kiral lo entiende de inmediato y no pregunta más.

Al llegar a la plaza del pueblo noto que ya están formadas en filas y columnas todas las chicas solteras del pueblo y alrededor de ellas están sus familiares y en algunos casos, sus novios. Cada una de nosotras tiene un puesto designado pues depende del apellido la formación. Yo, por ser Aydin, voy entre las primeras filas, de hecho, en el puesto 6, el cual desde donde estamos parqueados se encuentra muy lejos, de hecho, tengo que cruzar por toda la plaza para llegar ahí.

—¿Quieres que te lleve en brazos Sultana? Creo que se te está haciendo costumbre — dice Ahmed irónico, pero sé que lo hace solo por molestarme.

—Si, de hecho, estaba esperando a que lo hagas — digo siguiéndole la corriente y lo veo esbozar una pequeña sonrisa.

—Si quieres Sultana, yo te puedo llevar en brazos, por mí no hay ningún problema. —Dice Kiral y la cara de Ahmed se transforma mostrando fastidio.

—Ya debías bajarte Kiral, no sé qué haces aquí estorbando.

—Pero Baadir dijo...

—Si, si, no me interesa lo que haya dicho ese idiota. — me regresa a ver — ¿Vamos o quieres esperar?

—No, no hace falta esperar, de hecho — miro por la ventana y me doy cuenta de que ya están ahí —, solo estaba esperando ver a mi madre y a Charlotte dejar a Issadora en su puesto y ya las vi, así que vamos.

Nos bajamos del auto y como era de suponerse, al bajar de un auto tan llamativo, todas las miradas recaen sobre nosotros, por lo cual solo me limito a bajar la cabeza. Kiral dice que tiene que encontrar a Baadir y se va, dejándome con Ahmed.

—No bajes la cabeza Sultana, que les privaras de ver a la mujer más hermosa del festival — dice Ahmed y me sonrojo de inmediato ya que lo dice con tanta seguridad y se me hace raro que me haga tantos cumplidos en un solo día.

—¿Me acompañas hasta mi puesto? Por favor, solo me dejas y...

—Claro que sí, no pensaba dejarte sola, vamos.

Caminamos despacio y como era de suponerse, tenemos que cruzar prácticamente toda la plaza para llegar a mi puesto y durante todo el camino no hago más que mirar a los lados, pues cada que intento agachar la cabeza Ahmed se detiene y me dice que no caminará si lo sigo haciendo.

Al llegar a mi puesto tanto mi madre como mis hermanas se acercan de inmediato y se muestran furiosas.

—¿De dónde sacaste ese vestido? Ese no es el mío. —Dice Issadora

—Se lo compró, además, el vestido que pensabas prestarle estaba horrible, ella no podía usar eso.

—¿Y con qué dinero? ¡Dime muchacha! ¿De dónde sacaste el dinero para comprarte ese vestido? —dice mi madre tomándome del brazo.

—F-fue un regalo, yo...

—Si claro, nadie regala esa clase de vestidos, se nota que es caro, ya dinos de donde sacaste el dinero. —interviene Charlotte.

Ahmed tira de mi otro brazo y hace que mi madre me suelte de inmediato.

—No se preocupen por el dinero, les aseguro que no es suyo. Ahora, ¿No deberían decirle algo? Mírenla, se ve espectacular con ese vestido ¿No es así?

—El vestido no le queda para nada, su cuerpo no está bien proporcionado y el color... el color no le queda en absoluto. —espeta Issadora muy enojada.

—Tiene razón mi hermanita, el vestido puede ser hermoso, pero el cuerpo y el peinado mal hecho de Elizabeth hace que se vea muy mal por donde quiera que lo veas.

—¿En serio? Yo no pienso así, de hecho —mira para todos lados— creo que todos pensamos que se ve espectacular ¿Acaso no se dan cuenta como todos la miran?

Repaso mi mirada por todos los presentes y es verdad, todos me miran, pero no sé si sea por lo que dijo Charlotte o por lo que dijo Ahmed.

—Incluso tu esposo no despega su mirada de Sultana. —dice mirando a Charlotte la cual de inmediato regresa a ver a su esposo, que efectivamente me detalla de pies a cabeza y me siento demasiado incómoda con la situación.

—¿Sultana? ¿No querrás decir sirvienta?

—No Issadora, pero ese te quedaría bien a ti, lástima que aún no tengamos la confianza para tratarnos con seudónimos.

—Ahmed, ya basta, ya puedes retirarte, el evento ya va a empezar. —le digo en un susurro y este asiente sonriente.

Mis hermanas junto a mi madre se retiran al puesto de Issadora para dejarla. Noto que mi madre le quita unas lágrimas que deja caer Issadora mientras me ve de reojo, por lo que me dispongo a pedirle disculpas.

—No vayas, no tienes por qué disculparte Sultana, tu no hiciste nada, si hay alguien que deba pedirle una disculpa soy yo, quédate aquí, que pronto empezará el evento, cualquier cosa que necesites estaré por allá. —señala un punto.

Se dirige hacia Issa la cual ya está sola. Los veo cruzar palabra, pero no entiendo nada porque no hablan fuerte. Después de poco tiempo Ahmed da media vuelta dejando a Issa algo descolocada y se dirige al lugar donde dijo que estaría.

«De seguro Issadora se sorprendió por las disculpas.»

Empieza el evento y como siempre, debemos esperar a que tanto el alcalde como el cerrajero del pueblo revisen cada pulsera, de manera muy minuciosa pues deben darse cuenta si es una imitación de la pulsera. Cuando llegan a mí, es el mismo procedimiento, pero me preocupo un poco cuando el cerrajero se demora en mi pie.

—¿Pasa algo? —dice el alcalde.

—No, bueno si, lo que pasa es que su pulsera está muy suelta, el seguro se ve desgastado y podría salirse en cualquier momento sin que ella se dé cuenta.

—¿Eres la novia de Emir verdad?

—S-si ¿Por qué?

—Nada, lo que pasa es que tal vez, después de hoy ya no necesites ni siquiera la pulsera, así que no veo la necesidad de mandar a arreglarla. — mira al cerrajero—¿Verdad?

—Si, después del compromiso ya no lo usarás así que despreocúpate muchacha.

«¿Compromiso? Pero... ¿De qué hablan?»

Cuando ya se encuentran lejos reacciono, y lo que se viene de inmediato a la cabeza es la idea de que Emir planea pedir hoy mi mano. Lo busco con la mirada entre la gente y lo veo, está vestido completamente con un traje formal y con un clavel rojo en su solapa.

«El clavel lo usan solo los que se van a comprometer... No, no puede ser.»

Al terminar la revisión, todos empiezan a dispersarse y yo me dirijo al lugar donde está Ahmed, es algo difícil cruzar entre tanta gente porque cubren mi vista porque soy pequeña, pero lo intento.

Al estar cerca, puedo divisar bien la posición de Ahmed, el cual no está solo, está con Elif. Ella le sonríe mientras lo toma del brazo y se acerca a su oreja a decirle algo. Él, al contrario, se muestra serio, pero no se aleja.

—Abejita, al fin te encuentro —dice Baadir llegando a mi lado.

—¿Sí? Ehhh ¿Para qué me buscabas? —centro mi atención en él.

—Tus padres y tu novio estaban buscándote, creo que quieren decirte algo importante porque estaban algo desesperados por encontrarte.

—S-si yo...

«No puedo comprometerme, hoy no... aún no estoy preparada.»

—¿Pasa algo? — niego —¡Oh! No me había dado cuenta de que Ahmed ya está cortejando a Elif. Hacen bonita pareja ¿No te parece?

Regreso a ver por última vez a Ahmed que sigue en la misma posición que antes junto a Elif.

—¿Me puedes acompañar? —digo omitiendo mi comentario sobre la "bonita pareja"

—¿A dónde? Tus padres y Emir están buscándote y...

—No importa, puedo ir sola, gracias, solo no les digas que me viste.

—Espera, espera, te acompaño.

Y lo hace, me acompaña hasta salir de la plaza y encontrarnos frente a frente un bosque espeso que conozco muy bien.

—Si quieres puedes regresar, yo tengo que hacer algo.

—¿En el bosque y sola? — asiento —No lo creo abejita, te acompaño.

No respondo y solo me limito a seguir el camino que conozco muy bien mientras Baadir me sigue de cerca sin pedirme ninguna explicación, lo cual agradezco. No me dirijo a mi lugar secreto, pues no me siento bien en este momento como para mostrárselo a Baadir. En cambio, me dirijo hacia otro lugar parecido para poder esconderme de todos, para poder olvidar que pronto perderé mi libertad.

«Tengo que escapar... tengo que escapar apenas se acabe lo del libro, no puedo dejar que el proyecto de Baadir se vaya a la basura por mi culpa, así que solo debo esperar a que termine.»

Al llegar a un claro del bosque me siento y Baadir hace lo mismo. No decimos nada por un tiempo, pero al final él decide hablar.

—¿Por qué huiste? ¿Fue por Ahmed y Elif?

Quiero decir que no, pero siento que si lo digo, estaría mintiendo, por lo que decido decirle la causa principal de mi huida.

—Emir me iba a pedir matrimonio, nos íbamos a comprometer y no quiero... no quiero hacerlo ahora.

—¡¿Cómo te enteraste?! —Dice casi enfadado y me confunde.

—¿Lo sabías? — No responde por lo que lo tomo como un sí — ¿Por qué no me dijiste?

—Porque... porque recién me enteré y pensé que tu si querías, pensé que si te decía arruinaría la sorpresa. Y tú ¿Cómo te enteraste?

—Me enteré por el alcalde, hizo un comentario mientras me revisaban la pulsera y me hizo dar cuenta de las intenciones de Emir, lo confirmé cuando lo vi con un clavel rojo en la solapa de su traje. Por eso hui.

—Entiendo, entiendo, entonces ¿Piensas huir cada vez que él te proponga matrimonio?

—No, sé que tendré que hacerlo tarde o temprano, pero siento que aún no estoy preparada.

No le digo que en realidad pienso huir de este pueblo, pues pensaría que lo voy a dejar con el proyecto a medio terminar y podría enojarse conmigo.

—¿Y cuándo crees que lo estarás?

Me confunde su insistencia en el tema.

—No lo sé, pero cambiemos de tema, no quiero pensar en eso y en el castigo que de seguro recibiré en la noche.

No dice más sobre el tema y empezamos a hablar de trivialidades. Siento que no es lo mismo que sentí con Ahmed, porque no puedo contarle todo, no siento la misma confianza que tuve con Ahmed, pero aun así trato de mantener a flote la conversación.

Al empezar a oscurecer decidimos volver, pues a pesar de que conozco muy bien el bosque, podría perderme por no ver bien.

Mientras más me acerco a casa, más miedo tengo, pues sé que el castigo esta vez puede ser peor que nunca, de eso no hay duda, pero prefiero enfrentarlos ahora, a que luego incremente el castigo.

Apenas entro a la casa junto a Baadir, noto un ambiente tenso. Me dirijo a la sala y siento que mi alma quiere abandonar mi cuerpo, pues Emir sigue aquí y si él quisiera, podría pedir ahora mi mano, no le importarían los protocolos, eso lo sé. Todos se encuentran sentados y no dicen nada incluso cuando me ven entrar completamente.

Cuando tomo asiento esperando mi sentencia, al fin hablan.

—¿Dónde estabas? —Dice mi padre muy calmado.

—En el bosque, yo solo...

—Arruinaste la sorpresa que tenía Emir, le hiciste pasar la vergüenza más grande que un hombre podría sufrir. —Lo defiende mi madre.

—No entiendo ¿Qué sorpresa? — trato de sonar lo más convincente.

—¡¿De qué crees muchacha estúpida?! Es obvio que quería ...

—Nada, nada cariño —interviene Emir —solo que tenía preparado algo, pero no te preocupes, ahora es algo sin importancia y podríamos hacerlo otro día, pero ¿Por qué fuiste con él? —Señala a Baadir.

—La seguí porque la vi salir mal de la plaza, además, no pude regresar a avisarles porque la vi entrar al bosque y me pareció peligroso que lo hiciera sola.

Me sorprende lo rápido que miente, pero lo que cuenta no está muy alejado de la realidad.

—Si, yo me sentí un poco mal. — lo secundo — no quería ser una carga para nadie y no me di cuenta de que estaba entrando al bosque hasta que él me detuvo.

—¿Y por eso llegas tan tarde? Se me hace que ustedes hicieron algo inapropiado. Madre, padre, ¿No la castigarán por andar con un hombre a altas horas de la noche? —Dice Issadora.

—Aquí nadie castigará a nadie, les exijo señores que no le pongan una mano encima a mi Eli. —dice Emir y mis padres asienten, como siempre obedeciéndolo.

—Gracias Emir. — digo casi en un susurro, pero se escucha de igual forma

—No tienes nada que agradecer, además, pronto dejarás de estar bajo su tutela y deben dejar de hacer lo que les plazca contigo. Pero bueno, me retiro y para que veas lo agradecido que estoy con tus jefes por velar siempre por ti, los llevaré hasta su casa, porque incluso me enteré de que uno de ellos te compró ese fabuloso vestido que llevas.

—Si, es un hermoso vestido, pero igual quería pagarlo. —Digo, tratando de desviar el tema que pasa inadvertido en sus palabras.

«"Pronto dejarás de estar bajo su tutela" ... No me queda mucho tiempo.»

—No te preocupes por eso cariño, yo lo pagaré — mira a Ahmed — dime ¿Cuánto te costó?

Ahmed que ha permanecido sin decir nada, se levanta y se va sin despedirse de nadie.

—Siento mucho su comportamiento — interviene Baadir muy apenado por como salió Ahmed — Pero, también me retiro.

—Adiós Baadir, gracias por tu ayuda. —Soy la única en responder.

—De nada Abe... —lo miro esperando que no cometa una estupidez — E-elizabeth, y adiós con todos.

—Espera Baadir, ustedes me contrataron y me dieron mi primer pago, pero no me han pedido nada hasta ahora, quisiera saber si sigo trabajando para ustedes. —Interrumpe Issadora.

—Si... eh, de hecho, mañana quería hacerle una sesión de fotos, quedaría perfecta con ese vestido. Así que te necesitamos, es en la tarde, solo debes prepararla para las fotos.

—Bueno, entonces me ocuparía del desastre de cabello que tiene y de maquillarla, aunque no pueda hacer mucho por ayudarla.

—No creo que haga falta, mi Eli es hermosa incluso sin maquillaje, de hecho, preferiría que no la maquillen, no quisiera que resalten su belleza y otros idiotas osen poner sus ojos sobre mi novia, la mujer más hermosa de Kriana.

—Está bien, así será y concuerdo con lo que dice Emir. — habla Baadir.

«¿Ya se llevan bien?»

Me sorprende que Baadir secunde lo que diga Emir, pues antes, cuando hablaba de él, solía decir que es un idiota e infinidad de insultos, pero ahora hasta secundan sus ideas.

Tanto Baadir como Emir terminan de despedirse y se van, dejándome completamente sola con mi familia. Espero que hagan algo o digan algo, pero todos se limitan a levantarse y a marcharse, a excepción de Issadora, la cual no deja de mirarme desde el sofá donde duermo.

—¿Te encantó verdad?

—¿Qué cosa Issa?

—¡Ya te he dicho que dejes de decirme Isa! y deja de hacerte la estúpida, que sé que te encantó ser el centro de atención en la plaza.

—Te equivocas, sabes que no me gusta ser el centro de atención.

—Entonces ¿Por qué compraste un vestido tan llamativo?

—Me lo compraron, yo no...

—Si claro, de seguro te lo compraron como acto de beneficencia y estoy segura que es uno de esos vestidos de plaza, a mí no me engañas, yo estudio costura y ese vestido tiene tantos imperfectos que queda completamente a juego contigo.

—Bueno, pero aun así dijeron que me veo bien con él, así que supongo que tienes razón, esos imperfectos quedan muy bien en mí. — me mira sorprendida por mi contestación, pues otras veces suelo quedarme callada.

Se levanta y se dirige a las escaleras, pero antes de subirlas vuelve su rostro para lanzarme el último comentario.

—Duerme bien querida Elizabeth, que mañana tendré que arreglar toda tu apariencia y no quiero que me la hagas más difícil, por cierto, cuelga muy bien ese vestido, no vaya a ser que las ratas del sótano lo despedacen. — Se va.

Trato de omitir su comentario final, pues hoy ha sido uno de esos días donde me han pasado tantas cosas buenas, que no quisiera que las malas las opaquen. Como de costumbre, bajo a cambiarme al sótano y cuando cuelgo mi vestido lo hago en un lugar poco accesible para las ratas inexistentes «Pero por si acaso.», sería imposible que entren, pues el armario donde lo dejo tiene un seguro que solo un humano podría abrir.

Antes de acostarme a dormir, decido coger mi walkman que lo había dejado en la mesa que está a lado de la puerta principal, pues cuando Ahmed me sacó de la casa, lo único que avancé a hacer fue dejar el walkman ahí para que no se estropee en caso de que me hubiera caído por lo rápido que iba.

Reproduzco la primera canción y me acomodo para relajarme un poco.

«Amo esta canción»

"...Yeah, 'cause all these empty faces

They got nothin' on yours

They got nothin' on yours

They got nothin' on yours, and yeah

All the brightest places

They turn dark when you're gone

They turn dark when you're gone

They turn dark when you're gone

You got that hometown smile

You got that look in your eyes

That says: Oh, every-thing will one day be alright

You got that hometown smile

You got that look in your eyes

And I'll do anything just to keep you by my side..."

Nota: así es como me imagino el vestido

Y así es como me imagino la corona - tiara 

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