El soldado guío a Ian hasta llegar al bosque allí estaban Thomas, su esposa, su hija, y cinco soldados más los últimos llevaban las maletas.
-Bien... vámonos - dijo Thomas para todos.
El soldado con el que iba Ian asintió y le devolvió la caja, se unió a sus compañeros, todos los presentes se adentraron en el bosque Ian sentía que los soldados de Thomas no dejaban de mirarlo, iban organizados primero dos soldados después Thomas con su familia, al ultimo él y otros tres soldados más, caminaron un buen tramo pasando por los cultivos y volviendo adentrase a otro bosque aledaño este era más frío y húmedo a pesar de que la luz del sol se filtraba de entre los árboles el ambiente no lograba ser cálido aunque corría una brisa refrescante.
Llegaron a un punto en donde los árboles hacían una especie de sendero caminaron hasta el final un campo abierto se extendía frente a ellos rodeado de grandes montañas Ian escucho hablar a uno de los soldados que estaba al frente:
-Tendremos que esperar hasta que lleguen por nosotros.
-Muy bien. - respondió Thomas con su gruesa voz.
Thomas llevaba una camisa blanca de botones y pantalones beige con zapatos color crema, su porte era elegante, su esposa una mujer de baja estatura y contextura delgada llevaba un sombrero floppy azul a juego con sus pantalones de seda, una camisa blanca y botas grises y por último Cala quien por cierto estaba maravillaba con todo lo que veía tenía una camisa café con unos pantalones anchos y botas negras, llevaba el cabello a medio recoger con una pinza, mechones sueltos le caían sobre el rostro.
Todos esperaban de pie, Thomas y su esposa hablaban con sus soldados Ian estaba a pocos pasos de Cala, tenía demasiada hambre pero decidió contenerse ya que nadie había comido en todo el recorrido, el sol se escondió tras las nubes lo que hizo más llevadera la media hora que tuvieron que esperar hasta que a lo lejos se escucharon tres motores crujiendo esto hizo que todos miraran en esa dirección, tres todoterreno se parquearon frente de ellos, un hombre de barba bajo de uno de ellos, Ian observo con cuidado el cuchillo de mango dorado que llevaba en el cinturón de su pantalón, se dirigió a ellos.
-Perdón por la demora. - dijo el hombre dirigiéndose más a Thomas que al resto.
-No hay problema. - respondió con ironía Thomas.
-Muchachos ayúdenlos con las maletas. - ordeno el hombre de barba, a lo que de los otros dos carros se bajaron por la puerta del chofer dos hombres más llevaban la misma ropa camisa gris, pantalones azules con muchos bolsillos y al igual que el hombre con barba cinturón acompañado de un cuchillo de mango dorado, Ian dedujo que ese era el uniforme de los soldados Basana.
Subieron todas las maletas a los carros Thomas, su esposa y uno de sus soldados se subieron en el todoterreno del hombre con barba, Cala y dos soldados de Thomas se subieron en otro junto con uno de los hombres de Basana mientras que Ian subió al último todoterreno en compañía de los otros dos soldados de Thomas y el hombre de Basana.
Ian estaba sentado detrás del conductor, se sentía muy incómodo e impaciente, llevaba la caja en sus piernas su estómago le crujía miraba el paisaje pasar por la ventana para no pensar mucho en ello, mientras los soldados de Thomas conversaban con el conductor.
No sabía si faltaba mucho para llegar así que de decidió abrir la caja, apenas lo hizo salió un delicioso aroma a pan fresco y crujiente, Clara lo había envuelto en un fina tela color crema para que aun estuviera caliente lo cual había conseguido, Ian estaba por desenvolverlo cuando nuevamente sintió esa extraña sensación de ser observado, los soldados de Thomas lo miraban atentamente.
-Tienes comida, te importaría darnos. - dijo el que iba de copiloto con un tono relajado.
-Pero que bien huele. - intervino el conductor.
-Nos vas a compartir. - añadió el que estaba a su lado más como una orden
Ian no pensaba en compartirlo ya que era lo único que le había enviado Clara los miro y sonrió nervioso.
-Señores, lo siento, pero es lo único que tengo. - respondió en una voz tan baja que casi ni él se escuchó.
El soldado que estaba a su lado negó con la cabeza y empezó a tronarse los dedos.
-No nos piensas dar - su voz era grave y firme, su mirada cortante.
-Para el auto - dijo el soldado que iba al lado del conductor.
Ian no sabía que iban hacerle, empezaba a sentir frías sus manos se pegó más a la puerta lo único que pensaba era en salir de allí, los otros dos autos se encontraban lejos de ellos, el chofer soltó una risa y obedeció frenando despacio mientras el soldado que iba a su lado se acercaba a él dando golpes en seco con su puño a su mano contraria este sería su fin pensó.
Apenas sintió el auto detenerse por completo sin pensarlo abrió la puerta lo más rápido que pudo y salió corriendo, llevándose el pan, nadie pensó que el niño reaccionaría de esa forma, no les dio tiempo de detenerlo, se congelaron, Ian corría campo abajo, parecía un cohete, cuando por fin superaron su estado de shock el soldado que había estado junto a Ian grito.
-Espera niño era una broma.
-Pero que ...síguelo- dijo el soldado que estaba de copiloto tratando de desabrochar el cinturón de seguridad.
El soldado intento ir tras él, pero Ian ya había cogido una gran ventaja.
La confusión ocasiono que los otros dos autos se detuvieran y que todos bajaran de ellos, el soldado que había estado de copiloto en el todoterreno de Ian se acerco a Thomas para informarle de la situación.
* * *
Ian corría el pasto era largo y sentía como rozaba sus rodillas, trato de controlar su respiración para no tener que parar.
Miro hacia atrás no había rastro de nadie así que bajo un poco su ritmo para tomar una buena cantidad de aire que sus pulmones necesitaban con urgencia, le dio la vuelta a un árbol de troco grueso y se escondió detrás de él, comió un pedazo de pan, tenía tanta hambre, estaba disfrutando del sabor del pan cuando escucho una voz, alguien se acercaba, trago el pedazo que tenía en la boca, escucho atentamente, era una voz muy conocida ... era Thomas.
- Con que tratas escapar ¿No es así? ...niño - su voz era imponente
Ian no sabía que hacer estaba super asustado le temblaban las manos.
-Responde!! - grito - Creí que querías hacer las cosas por las buenas, pero veo que no me dejas otra opción.
El corazón de Ian estaba a mil por minuto intento asomarse por los costados del tronco buscando a Thomas, pero para su sorpresa no había nadie no podía creerlo ahora se lo estaba imaginado, volvió a esconderse, cerro los ojos buscando algo de claridad en algún rincón de su mente y al abrirlos se encontró con los intimidantes ojos verdes de Thomas estaba enfrente a él sosteniendo un garrote en su mano derecha y en su rostro se dibujaba una sonrisa maliciosas, no pasaron ni dos segundos cuando Thomas levanto el garrote lo blandió en el aire con fuerza le dio a Ian en la cabeza dejando lo inconsciente al instante.
Ian abrió los ojos lentamente le dolía la cabeza se palpo tenía un vendaje en su frente se encontraba acostado en una cama, intento recordar como había llegado hasta allí pero una imagen fugaz de la sombra de Thomas tapando el sol hizo que su dolor aumentara, miro a su alrededor estaba en una habitación enorme habían dos mesas de noche una a cada lado de la cama algunas plantas como decoración, en el suelo había una alfombra y una chimenea eran tantos los detalles de esa habitación que no se percató de que había alguien sentado en una silla cerca de la puerta.
-Que bien te levantaste.
Ian se irguió en la cama, era Cala.
-Voy a avisarle a los demás- añadió saliendo en la habitación.
Ian no sabían que había pasado después de haber salido huyendo del auto todos sus recuerdos eran borrosos, estaba ya en Basana de eso no tenía dudas.
La puerta se abrió la esposa de Thomas dos soldados, Cala y por último Thomas entraron.
Ian los observo con cuidado, pero por alguna extraña razón al cruzarse con los ojos de Thomas sintió un escalofrío, tenía miedo.
Su ultimo recuerdo volvió, Thomas lo había golpeado dejándolo inconsciente con un pie más allá que acá.
- Oh niño ¿te encuentras bien? - dijo su esposa con un tono dulce acercándose a el.
-Bueno pues se ve mejor que como lo encontré después de que se golpeara con la ramita del árbol. - intervino Thomas acercando se también a él.
- ¿Ramita del árbol? - pregunto Ian.
-Si. - dijo uno de los soldados- Thomas te salvo la vida niño se lo debes.
-Pasaste cerca de un árbol y te golpeas. - añadió Cala.
Ian miraba perplejo a Thomas quien dijo:
-Así es Ian eso fue lo que paso.
-Qué bueno que te encuentres mejor- dijo su esposa.
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Volví queridos lectores (っ.❛ ᴗ ❛.)っ
Cómo siempre, agradecerles por su tiempo para leer esta historia y sus bellos comentarios, espero que les guste y nos vemos en otra ocasión.
Adiós (つ≧▽≦)つ.
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