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By PlanetButterfly01

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PRELUDE
Boo
Touch
Curiosity
Forgiveness
Game
Somebody
Mine
Dream
Maybe
Secret
Jealousy
Within
Frozen
Bath
Walk
Idiot
Real
Sex
Thanks
Ghost (Extra)

Guilty

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By PlanetButterfly01

Las únicas células humanas que no poseen la capacidad de regenerarse son las neuronas. Por tanto, en teoría, estaba jodida. Todavía no entendía cómo Lauren podía estar a mi lado, hablar conmigo…  Con cada intento de comprensión, sentía que se paralizaba al menos el setenta y cinco por ciento de mi cerebelo. Se le veía tan tranquila con toda esta situación que me preguntaba si no era realmente un sueño, la pérdida del juicio o un estado de abducción producido por el consumo de algún psicotrópico. Dejé la botella de agua vacía en la encimera mientras observaba a la morena prestar total atención a la pantalla de su antiguo móvil con Gracie dormida en su regazo.

- Eh, Lauren. – La llamé un poco indecisa.

- ¿Qué pasa?

- Aún hay muchas cosas que no me quedan claras. – Suspiró antes de apartar la vista del aparato.

- Lo sé, me siento igual.

Estuvo a punto de hablar pero se vio interrumpida por el tintineo de unas llaves. En el umbral de la puerta apareció Dinah con una bolsa de KFC en una mano y Normani a su lado sosteniendo una caja de pizza. Me sorprendió verlas allí porque habían evitado nuestro apartamento desde el accidente.

- Llegó la reina. – Fue el primer atisbo de diva que mostró la menor de nosotras en quince días. Dejé que una fugaz sonrisa se posicionara en mis labios, aunque se borró en el segundo que recordé que Lauren estaba ahí. – Mierda, Chancho, parece que está nevando aquí.

- Buenas tardes, Dinah. – Respondí irónicamente a su inexistente saludo.

- ¿Cómo has estado? – Preguntó Normani con timidez. Ninguna quería tocar el tema más allá de lo tolerable, mucho menos después del altercado con Ally.

- Intentando seguir adelante, ya sabes. – Tomé una bocanada de aire y lo expulsé lánguidamente para destruir el nudo que atentaba con formarse en mi garganta.

- Estoy aquí, Camz. No pasa nada. – Me sobresalté al escucharla tras de mí.

- ¿Todo bien, Mila? – Inquirió con cierto recelo.

- Enciende la calefacción o me voy a congelar el culo.

- ¡Dinah! – Exclamamos al unísono. Seguía siendo igual de desastrosa que en la adolescencia.

- El tuyo es más grande, deberías cuidarlo mejor.

La risita de Lauren me erizó los vellos de la nuca. Era muy extraño ser consciente de que solamente yo podía notar su presencia. Las tres nos acomodamos en el sofá mientras la ojiverde se tendía en medio de la alfombra con la emoción ahogando sus fanales. Contuve las lágrimas que atentaban con salir sólo de pensar en la posibilidad de que ella no pudiese compartir nunca más con nosotras, de que su voz ronca no se llenara de pasión cuando defendía su opinión ante cualquier persona. Sacudí la cabeza para no caer en otro episodio depresivo.

- Mila. – Normani llamó mi atención con una suave sonrisa. - ¿Pizza o alitas de pollo?

- Pizza. – Respondí de inmediato sin apartar la mirada de Lauren.

- Los profesores están preguntando por ti, Chancho. – Habló Dinah con la boca llena de carne, pero aún así percibí la preocupación que intentaba esconder.

Enseguida noté cómo mi mejor amiga arrugaba el entrecejo desaprobatoriamente. Me lanzó la típica señal de “ya hablaremos más tarde”. Tragué un pedazo de la masa triangular para no parecer tan asustada, no obstante, los nervios me estaban consumiendo. Los regaños de Lauren hacían temblar hasta al más valiente, de hecho, de las pocas veces que había visto a Dinah llorar por haber defraudado a alguien, fue cuando recibió una reprimenda de Lolo por haber suspendido Literatura en el Instituto. Recordaba la decepción en los ojos verdes de Lauren y las lágrimas corriendo libremente por las mejillas de la menor.

- El problema no es que te haya ido mal hoy, DJ, el problema es que has pasado los últimos meses más pendiente a Siope que a la escuela y eso no está bien.

- Pero Lolo…

- Estamos hablando de tu futuro. ¿Sabes cuánto puede costarte este suspenso? La universidad de tus sueños. ¿Todo por qué? Por un chico.

Al final ella misma la ayudó a estudiar para que pudiera pasar el año sin más inconvenientes. La morena podía parecer muy dura por fuera, sin embargo, se preocupaba demasiado por las personas que quería. Lauren era esa especie de ángel protector. No importaba qué tan mal le estuviese yendo a ella, siempre tenía tiempo para hacerte saber que estaba ahí si la necesitabas. A veces me sorprendía la capacidad que tenía de reiniciarte el día con un simple abrazo o con sus palabras.

- Ellos entienden la situación pero no creo que sean benevolentes por mucho más tiempo.

Asentí despacio. Era cierto que ya llevaba dos semanas faltando a clases pero no podía simplemente dejar a Lauren sola en el hospital, menos ahora que su espíritu vagaba al libre albedrío.

- Estuve pensando en tomar un año sabático. – Todas abrieron sus ojos de golpe, incluyendo a la ojiverde. Había sido muy arriesgado decir aquello delante de ella, no obstante, era casi imposible ocultárselo teniendo en cuenta que estaría presente en casi toda mi rutina. – Al menos hasta que ella despierte.

- Chancho. – La rubia fue la primera en tomar la batuta de, lo que presentía, una charla persuasiva. – Hay que ser positivas pero también estar preparadas para lo peor. ¿Qué tal si no despierta de aquí a unos cuántos años?

- No lo sé, Cheechee. Por ahora es lo que quiero hacer.

- Mila, dudo mucho que Lauren esté de acuerdo con eso. – Intervino Normani.

- No lo estoy. – La voz rasgada de la aludida me estremeció por completo.

- Ya no soy una niña. – Dije mirándola directamente a los ojos.

- ¿Y qué? Eso que planeas hacer es una estupidez.

- También lo fue conducir ebrio. – Rebatí, apretando la mandíbula para controlarme.

- ¿Qué? – Preguntó Dinah un tanto confundida.

Me palmeé la frente mentalmente porque aún no me adaptaba a ser yo la única que pudiese ver a Lauren. La tensión había aumentado y, al parecer, si ella se enojaba terminaba desprendiendo más frío. Me acerqué al termostato para prenderlo porque era la mejor forma de escabullirme de una discusión que me delatara como desequilibrada mental.

- Debemos estar como a 7ºC aquí adentro. ¿Cómo es posible eso a mitad de verano? – Escuché a Normani preguntar, pero esa respuesta traía muchas incongruencias de por medio, así que preferí mantenerme callada.

Cuando fui a girarme, tenía a Lauren frente a mí. Casi suelto un grito, sin embargo, me contuve para no alertar a las otras dos. Sus facciones relajadas se habían tornado en un rostro serio, casi impertérrito. De no ser por el mar tormentoso que exhibían sus ojos, hubiese jurado que tenía una estatua en frente.

- Tu cuarto, ahora.

Iba a negarme pero bien conocía yo las consecuencias de enfrentarse a una Lauren furiosa, así que les informé a mis dos amigas reales que iría a buscar algunas mantas a mi habitación. Cerré la puerta con seguro para no verme en la vergonzosa situación de estar discutiendo con la nada, porque ahora mismo, Lauren era nada para ellas. Aquel pensamiento debilitó un poco la ira que burbujeaba en mi interior.

- Te prohíbo que renuncies a vivir sólo por mí.

- Es una decisión que depende únicamente de mi aprobación. – Barboteé para que mi voz no llegara a las otras personas que estaban fuera o tendría el año de descanso que quería, pero internada en una sala de psiquiatría.

- No, Camila. – Alzó su dedo índice para hacer énfasis en sus palabras. – Hay muchas cosas en juego como para que las abandones por mi culpa.

- El único culpable ha sido Ty.

- Yo también lo soy.

- Deja de defenderlo, joder. – Me frustraba tanto que ella continuara haciendo de Madre Teresa de Calcuta para el hombre que la había privado de vivir con normalidad.

- No lo hago, me estoy adjudicando la parte que me corresponde en toda esta historia. – Se revolvió la melena castaña en un acto de desesperación. – Era consciente de cuán drogado iba él y aún así me monté en el auto. Fui tan irresponsable como Ty.

- Sigo creyendo que el único culpable es él.

- Escucha, Camila, no puedes ir por la vida culpando a una sola persona por algo que sucedió. Tienes que aprender a ser justa.

- ¿Qué es la justicia para ti, Lauren?  ¿Estar con esa incertidumbre de si despiertas o no sólo porque cometiste un error?

- De los errores se aprende. Te hacen más humana, te ayudan a crecer. Son la escalera que te sacan del agujero que tú misma cavaste. Hay equivocaciones que se pagan más caras que otras pero no por eso se puede verter toda la responsabilidad en un único individuo. – Bajó los brazos en señal de rendición cuando notó que mis ojos se abnegaban en lágrimas. – Ty cometió un error por haber bebido y fumado, yo también herré por no haberlo frenado. Los dos cometimos posiblemente el peor error de nuestras vidas y ahora mismo lo estamos sufriendo. Pero eso no me da el derecho de poner tus planes en pausa. No lo merezco.

- Ese es tu problema, Lauren. Te pasas el maldito día preocupándote por el resto y no quieres que nadie se ocupe de ti. – Una primera gota salada brotó de mis lagrimales, sin embargo, la aparté de un manotazo. – Entiende que eres demasiado importante para mí. ¿Qué harías si la situación fuese al revés?

Su silencio probaba mi hipótesis. Ella era el tipo de persona que se dejaba dominar por las emociones, incluso un poco más que yo. La mayoría de sus acciones eran desarrolladas en sus típicos arrebatos emocionales. Daba igual si era en un estado eufórico o con la rabia profanando sus pupilas, ella se lanzaba al mundo según lo dictaminaba su cerebro. Saqué un par de cobijas del clóset y la dejé en medio de mi habitación sin mirar atrás porque no quería escuchar más nada sobre el tema.

- ¿Estabas hablando sola? – Fue la pregunta que lanzó Dinah cuando me senté en medio de las dos.

- Pensando en voz alta. – Rebatí un tanto avergonzada.

- Es casi lo mismo, Chancho. – Me dio un ligero empujón, pero se detuvo en seco al ver cómo Grace le movía la cola a una pared. Aunque en dicha pared estaba Lauren recostada jugueteando con la costura del pantalón. - ¿Qué hace ese pobre animal?

- No tengo la menor idea. – Murmuré sin levantar los ojos de mis calcetines de plátano.

- En esta casa todos se están volviendo locos.

- Come un poco de pollo, Mila, e ignora a Dinah. La única desquiciada aquí es ella.

Hice lo que me había pedido Normani porque sinceramente no quería dirigir mi atención a la ojiverde ni tener que explicarle a mis amigas que podía ver a Lauren. Al menos ellas también habían experimentado el cambio de temperatura y acababan de presenciar cómo la pequeña mascota saludaba a un punto específico de la sala. Que vendría siendo Lauren, pero no estaban preparadas para hablar de ello. Además, en el remoto caso de que yo tocara el tema del “espíritu Jauregui”, me tacharían de esquizofrénica. Lo mejor sería mantenerme lo más alejada posible de un centro de salud mental y cuidar que Lauren no rompiera ninguna regla.

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Hola, bellas criaturas del inframundo...
He aquí el tercer capítulo que salió más pronto y breve de lo esperado, pero es la recompensa para mi fan #1.
Xoxo💖
P.D: IdaAlfonso  Mine_is_Lolo ustedes decidan quién es la fan # 1 jajajaja✨

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