Capitulo 1: La advertencia de Akiyama & Kou
Dos fuertes brazos rodearon mis hombros, dejándome aplastado entre dos cuerpos. Kou y Akiyama me interceptaron en el pasillo frente a mi habitación. Iban vestidos de manera idéntica, un juego interno que mantenían desde que Irina, la "casi" novia de Kou los confundiera. Mayores que yo por dos años, gemelos y con un humor excéntrico, llevaban muy bien eso de hacerse pasar por el otro. Lamentablemente para ellos, soy el único que puede distinguirlos, por muy iguales que se vean o vistan.
-¿Emocionado
-Por tu primer día
-En el insti
-Hermanito?
No hay cosa más fastidiosa que escucharles hablar completando las frases del otro. Ambos sonrieron y soltaron su agarre de mi cuerpo, dejándome en libertad de esconderme en mi cuarto si era necesario.
-No, ni emocionado ni asustado- dije inmediatamente al ver que Kou quería decir algo. Una risa baja salio de mis labios al notar su cara de decepción.- y no se preocupen, no deben cuidarme ni estar pendiente de mi...
-Vamos hermanito, el primer día en el insti debe ser emocionante, lo haces ver como si no importara- Kou formo un ligero puchero que muy gentilmente me encargue de borrar con un golpe en su hombro izquierdo.
-Kou tiene razón, al menos muestra algo de nerviosismo, entraras el instituto al cual yo, tu guapo y sexy hermano mayor asiste, y no muestras ningún tipo de emoción.- se cruzo de brazos dejando ver sus marcados músculos. La camisa celeste sin mangas dejaba ver toda la extensión de piel, debajo llevaba una camiseta negra ceñida al cuerpo. Un jeans negro y unas zapatillas azul eléctrico terminaban el atuendo del día. No hacia falta mirar a Kou para saber que iban completamente iguales, incluso sin mirar debajo de sus pantalones, podría decir que llevan bóxer idénticos.
-No hay necesidad de estar nerviosos ni nada...- una mueca se apoderó de mis labios.- saben que mantengo a raya todas mis emociones- me encogí de hombros y pase entre ellos. Sus enormes cuerpos bloqueaban mi camino hasta las escaleras.
-Que chico más testarudo, solo déjame darte un concejo.- me gire al escuchar las palabras de Akiyama. Tenía una expresión seria, pocas veces le he visto poner esa cara y Kou no se quedaba atrás, el ceño fruncido y los ojos fijos en un punto sobre mi cabeza me ponía de los nervios.
-¿Un concejo?- apoye la cadera en el delgado pasamano color caoba de la escalera. Kou asintió y me miro con algo de preocupación.
-La escuela es muy distinta al instituto, debes tener cuidado de no desagradarles a las personas equivocadas y no cruzarte en el camino de
-los lobos pertenecientes a las otras manadas, en el insti hay al menos 5 manadas y algunos lobos solitarios pertenecientes a manadas lejanas.
-Ten cuidado, nosotros estaremos ahí por si necesitas ayuda. Esperamos que no sea así.- terminó de decir Akiyama. Deje salir el aire que estaba conteniendo mientras les escuchaba, la advertencia estaba de más.
Sin decir nada les dedique una sonrisa que intente fuera tranquilizadora y baje corriendo la larga escalera. Si mamá me hubiera visto, me habría echo subir las escaleras y bajarlas de "manera civilizada".
Desde la cocina llegaba el olor a pan tostado y huevos cocidos, siguiendo el deseo de mi estomago, entre en ese espacio blanco lleno del olor de la comida. Papá se movía de un lado a otro tras la barra que separaba la cocina en dos, tome asiento en unos de los altos taburetes y lo observe mientras terminaba de preparar el desayuno.
Akiyama y Kou ingresaron ruidosamente y tomaron asiento a mi lado. Se notaba a simple vista que estuvieron jugando antes de bajar ya que sus cabellos antes ordenados prolijamente caían desordenados sobre sus ojos y se encontraba revuelto en la parte posterior, dejando la impresión de que acababan de levantarse.
-Ahora que están todos- comenzó a decir papá captando la atención de los tres- déjenme decirles que por favor tengan cuidado.
No pude evitar el bufido que salió de mis labios, papá se volteo rápidamente y posó sus marrones ojos en mi. Sonreí ligeramente a modo de disculpa.
-Tatsuya, sabes que la advertencia es para ti. No quiero que te involucres en mas problemas y no quiero ser llamado cada semana al instituto para justificar tu comportamiento como lo hacia el año anterior
-Aush, ese es un golpe bajo.- comentó Kou recibiendo un suave golpe por mi parte.- tranquilo fierecilla- agrego dejando salir su tonta y contagiosa risa.
-No te preocupes papá, créeme yo tampoco quiero problemas. Además- agregue mirando a mis dos hermanos- ellos se ofrecieron a "cuidarme".
-Bien, bien. Es solo una pequeña advertencia Tatsuya.- papá coloco un plato con tres huevos fritos y unas rebanadas de pan tostado frente a mi.- terminen de desayunar para llevarlos, no es buena idea llegar tarde el primer día del año.
-quería llevarme la moto- farfulle mientras tragaba el trozo de pan con huevo untado.
-Nada de moto, talvez mañana, sin peros- dijo señalándome con su mano derecha, apuntando justo entre mis ojos. Kou y Akiyama comenzaron a reír y suspire dándome por vencido.
Nuestro padre sonrío ante su triunfo y salio de la cocina silbando alguna canción de quien sabe que época. Mis brutos hermanos terminaron de comer y me dejaron sólo en la cocina. Aprovechando la soledad en la que ahora me encontraba termine de comer tranquilamente y lave los platos y vasos que ensuciamos, si, hice eso que los hombres tratan de evitar. Lavar los trastos.
El reloj de la cocina indico las diez. Deje todo ordenado y salí de casa tomando mi bolso del perchero junto a la puerta. En el vehículo familiar ya se encontraban papá, Kou y Akiyama. Los dos ocuparon el espacio del asiento trasero con sus grandes cuerpos y sus bolsos. No me quedo de otra, el muy tentador asiento del copiloto me llamaba.
Ajuste el cinturón y baje la ventanilla, el aire frío golpeó mis mejillas cuando el auto comenzó su recorrido por la concurrida calle. Aki se encargo de amenizar el ambiente con algo de suave música clásica, por poco y me quedo dormido.
El instituto quedaba a unos diez minutos, cinco si viniera en mi hermosa moto roja. La camioneta se estacionó frente al instituto, muchos alumnos se adentraban en tropel, saludándose y comenzando a hablar sobre sus emocionantes vacaciones. Deje salir un suspiro de frustración, a lo que mis hermanos respondieron con tontas y burlescas risas.
-Nos vemos a la salida muchachos- mi padre me entrego un móvil, dos semanas atrás el mío se estropeó y para darme una lección, mi amada madre no dejo que me compraran uno nuevo. Dos semanas sin móvil, fue realmente una tortura.
-Gracias- guarde el móvil de un brillante color negro con líneas verdes en el bolsillo delantero del pantalón que andaba trayendo y baje del vehículo.
Mis hermanos me acompañaron al cruzar la calle, antes de poder pisar el suelo del instituto cuatro chicos vestidos con lo que creo es el uniforme de algún equipo se acercaron y saludaron a los gemelos.
-¡Kou, Akiyama!- un rubio alto y musculoso casi tanto como mis hermanos, les saludo alzando una mano. Ambos respondieron de la misma forma y se acercaron a ellos. Kou me tomo por el brazo antes de poder escapar.
Los cuatro muchachos parecían pelear por llamar la atención de las mujeres que pasaban en dirección al instituto. Se pararon en fila frente a nosotros, dificultando mi visión del edificio a sus espaldas.
-Vaya, siguen igual. Siempre me he preguntado si esa camiseta es la única que poseen- Kou le revolvió el cabello al chico mas alto con la mano libre.
-Y yo me pregunto si toda su ropa la consiguen en ofertas dos por uno, Aki- respondió con una sonrisa el chico. Todos comenzaron a reír, menos yo. Tal vez sea divertido que los confundan, pero son mis hermanos y me molesta que no sepan con quien están hablando y aun así llamarse sus amigos.
-Kou- dije sin pensar. Todos me miraron, y luego miraron al aludido quien sólo se encogió de hombros.- suéltame ya.
Akiyama se encargo de separar la mano de Kou de mi brazo, pero al igual que esta mañana unos brazos se posaron en mis hombros y me encontré apresado entre dos enormes cuerpos.
-Chicos, este es
-Tatsuya, mi
-pequeño y
-rebelde
-hermano menor- terminaron de decir a la vez. Los cuatro chicos pertenecientes al equipo de "algún deporte" se me quedaron viendo.
Un chico de cabello rojizo muy corto se puso delante mio y me examino de pies a cabeza, o de cabeza a pies.
-Mm, ya veo.- comento luego de unos segundos- no se parece mucho a ustedes. Y....- se acerco un poco mas.- tiene un aroma más fuerte.
-Claro que no
-Nosotros somos guapos- dijeron para luego reír en mis oídos.
-Exacto, y yo soy el inteligente sin mencionar que yo no tapo mi olor bañándome en perfume.- Torcí mis labios en una sonrisa. Kou y Aki me soltaron dándome cada uno un suave golpe en la espalda.
Me adelante unos pasos y atravesé la muralla formada por los cuatro amigos de los gemelos.
-Tatsuya- Kou me detuvo una vez mas. Me gire levemente para mirarle- ten cuidado.
-Si...nos vemos a la salida. No se me acerquen, no necesito niñeras- dije dándoles una sonrisa y me dirigí al interior del instituto.
-aish que chico, espero no se meta en problemas en su primer día- murmuró Akiyama para sus amigos a sabiendas de que podía oírle.
Al ingresar al instituto, me recibió una gran cantidad de gente. Adolescentes de todas las edades pululaban por el pasillo principal, los de último curso observaban a los de nuevo ingreso, las novedades de este año.
El calor en este lugar se hacia insoportable, por lo que me desprendí de la chaqueta de cuero, dejando al descubierto mi único tatuaje en el antebrazo derecho, espero pronto hacerme otro para acompañarlo.
Caminar por este lugar era más difícil que surfear en un mar agitado, y encontrar la oficina de información toda una proeza. Me deje llevar por la corriente de alumnos, todos de primer año. Al poco tiempo me encontré en el lugar indicado, tras media hora pude conseguir mi horario de clases, la llave de mi casillero y un lindo mapa del instituto con colores indicando los lugares importantes. La cafetería resaltada en azul.
Para mi mala suerte, las clases comenzaron hace unos minutos. Me apresure en llegar al salón y tocar suavemente la puerta con mis nudillos. Una mujer alta, delgada y con cara de perro estirado me abrió la puerta. Sus ojos negros me inspeccionaron antes de dejarme pasar, en el salón habían muchos chicos y chicas, y muchos aromas.
-Toma asiento- la maestra me indicó un puesto vacío al final de la clase. Me acomode en el lugar que ella señalo, y que para mi alegría y animo estaba junto a la ventana.
El día estaba recién comenzando y ya deseaba que terminara. Seria una jornada muuuuy larga.
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En multimedia los tres hermanos, aún no sé a quién utilizar como la "imagen" de los personajes, si tienen sujerencias bienvenidas sean, si elijo su sujerencia les dedicaré un capítulo y alguna "situación" que deseen ocurra en la historia :3
Por ahora, difruten de sus tiernas formas lobunas