De nuevo, el mismo punto de reunión que el día anterior.
Llegué bastante antes de lo acordado y de nuevo Popee ya se encontraba allí. Nos saludamos con gran dicha, el día apenas comenzaba.
No estaba muy segura de lo que haríamos el día de hoy, sería una sorpresa, al menos eso me dijo el chico por mensaje.
Terminamos llendo hasta una plaza donde habían videojuegos y demás, los japoneses en serio aman los videojuegos; había un cine y muchas tiendas. Sin embargo había algo más en aquel centro comercial y eso era:
— una pista de patinaje —dije sorprendida al verla pista enmedio de la plaza
Era como aquellas pistas de patinaje sobre hielo que dolían ponerse en épocas navideñas, sin embargo esta no era de hielo, tan solo era un espacio donde la gente iba a patinar sobre ruedas.
— subarashīdesu ne
Pagamos, nos dieron los rollers y sin más entramos a aquel sitio.
Cuando salía con el chico por lo general buscábamos actividades que fuesen más que nada actividades físicas como los videojuegos y demás. No eh vuelto a ir al cine debido a que no hay subtítulos en español para las películas, tampoco solemos acudir a lugares donde conversar, de echo, no solíamos conversar mucho cuando estábamos juntos debido a que es muy tedioso tener que traducir cada palabra.
Al principio me costó un poco acostumbrarme pues el suelo no estaba diseñado pasa patinar sobre de el, era resbaladizo, sin embargo no tarde en agarrarle el modo, tan solo era un poco de confianza y ya está.
Popee permanecía a mi lado cuidándome en lo que me acostumbraba a andar, vigilando que no cayera.
— te —dijo mientras me extendía su mano
Le correspondí sin pensarlo mucho. Me dió apoyo y confianza para finalmente soltar el borde y atreverme junto a el a adentrarme a la pista.
Había bastante gente desde niños hasta personas mayores y tan solo jugábamos a esquivarlos mientras dábamos recorrido por el sitio.
Era divertido. Le mire con una sonrisa, el hizo lo mismo.
Llegó el momento en que me sentía lo suficientemente segura para soltar su mano, aún así no quería hacerlo, tanto porque no quería darle fin a ese momento, tanto como por seguridad de el pues aún no se me olvidaba aquella lesión en su tobillo, por lo que al sostenerle de la mano también me aseguraba de cuidarle y mantenerlo cerca en caso de una caída.
Iba a aferrarme a el sosteniendole con firmeza sin embargo la gente era demasiada y llegó un punto en el que terminamos soltando al otro para dejar pasar a los demás, no solo eso, si no que también fuimos separados, llevados por el mar de gente.
— Popee
— T/N
Estiramos nuestras manos para alcanzarnos pero fue inútil.
La pista no era tan grande pero debido a las personas que estorbaban e impedían que viese con claridad, termine perdiendo al rubio. Ahora me encontraba sola en medio del gentío, preocupándome por el chico a quien no dejaba de buscar con la mirada.
No había remedio, debía buscarle por mi cuenta.
Apenas di un paso terminé por ser empujada por una persona que pasaba a mi lado. Las ruedas giraron hacia atrás llevándome consigo, perdía el equilibrio, sabía que caería en cualquier momento. No obstante antes de que eso ocurriera choque con una persona.
— suminasen —me disculpe al instante
Alcé la mirada, reconocí a aquella persona de inmediato, se trataba nada más ni nada menos que el chico del parque de diversiones con el que me había peleado esa vez. Me reconoció al instante. Le daba la espalda pero el me sujetaba de ambos brazos, podia sentir la fuerza en su agarre que tan solo se incrementaba cada vez mas, evitando que pudiese liberarme.
— hoka ni wa nani mo minaikedo, sonotoki kara no gaikoku hito no on'nanokodesu —habló egocéntrico
— suéltame —le dije
— anata to watashiniha horyū-chū no on'nanoko ga imasu
— suéltame —le repetí
Trate de liberarme de el sin mucho éxito. El rostro del contrario no me daba nada de confianza, ni sus palabras ni la manera en la que me sujetaba, no sabía lo que quería pero estaba segura de que no sería nada bueno.
De pronto, otra persona se unió, sujetándome por los hombros, mire a aquella persona, se trataba de Popee quien miraba a aquel sujeto con frialdad.
— mō yamero —le dijo
— soshite, anata wa daredesu ka?—le pregunto arrogante
— mō yamero —repitió
— kanojo wa anata no gārufurendodakara? —dijo en tono de burla
— sōdesu
No comprendía nada de lo que sucedía, ambos se miraban desafiantes, no supe ni en que momento deje de ser relevante para ambos, parecían haberse olvidado de mi existencia pues logré liberarme de ambos sin que siquiera se diesen cuenta, quedándome al lado tan solo observando lo que pasaba.
No despegaban la mirada del otro sin decir una sola palabra. Había demasiada tensión entre ambos, no sabía si iban a pelearse o a besarse, ¿debía interrumpir o ayudar?.
De pronto aquel chico empujó a Popee haciéndolo enfadar pues no tardó esté en irse contra el para iniciar una pelea.
Definitivamente debí haber intervenido antes.
Su pelea llamo la atención de los presentes. No iba ni quería ser una espectadora de todo eso y aunque sabía que no era la mejor idea, trate de interponerme para separarlos .
— ¡ya basta!, ¡detenganse! —les gritaba mientras trataba de separarlos
En un intento por detenerlos termine siendo golpeada por ambos accidentalmente.
¿Por qué siempre me golpean a mi? —me pregunté
Por supuesto, los presentes tampoco tardaron en intervenir, separandolos al instante. El guardia tampoco tardo en hacer presencia y como era de esperarse terminaron sacándonos del sitio.
Nos llevaron hasta una oficina en dónde interrogaron a ambos mientras que me atendían, porque si, ambos me golpearon en la cara y mi nariz termino sangrando. Ahora estaba enfadada yo también con esos dos.
Hasta donde pude entender, les dieron una advertencia y nos dejaron ir.
— atode mitsukemasu, kinpatsu —amenazo el otro antes de retirarse
Popee tan solo le miro con odio mientras se iba, yo también seguí el paso dejándole atrás, seguía molesta.
— T/N! —llamo mientras iba tras de mi— gomenasai, itaidesu ka?
— ¡claro que me duele, me golpearon justo en la nariz! —asimile su pregunta respondiendole con enfado— ahora como le explicó esto a mi madre..
Por mi mente tan solo pasaban los miles de regaños que recibiría al llegar a casa, justo a tres días de marcharme.
— gomen —volvio a disculparse
Camine sin un rumbo fijo tan solo esperando a que mi enfado se fuera o mi nariz dejara de sangrar, lo que sucediera primero.
— espérame aquí
Le dije antes de adentrarme a los sanitarios públicos para limpiarme y revisar el sangrado.
Para mí suerte no había dejado marca, tan solo había enrojecido un poco pero no había rastro de moretones. Solté un suspiro enorme. Me quedé ahí un momento hasta que el sangrado se detuvo, agradecí que no fue grave.
Me limpie y salí.
Popee se encontraba afuera sosteniendo un cono de helado el cual me entregó apenas me vio.
— i'm really sorry, I should have controlled myself —se disculpo de nuevo
— aún sigo molesta, pero te acepto el helado —le respondí
El ruido del gentío comenzaba a fastidiarme y tan solo le hice una seña a Popee para que me siguiera a un sitio más tranquilo.
Caminamos en silencio hasta llegar a un templo donde permanecimos afuera ya que esos lugares solían ser tranquilos, a excepción de los festivales que ahí de organizaban de vez en cuando.
Nos sentamos en los escalones del vacío templo y terminé mi helado en silencio.
— sukidesu —dijo el rubio
Tal vez no tan en silencio.
Le mire confundida por el repentino comentario.
— I like you, me gustas
Se notaba desesperación en su hablar, la voz le temblaba y apenas podía mantener el contacto visual.
— maybe I shouldn't say anything but I can't help it —hablo tan rápido que apenas podía escucharlo— but I really like you and I don't want you to go-
Simplemente lo besé, no solo para callarlo y tranquilizarlo, si no que fue un mero impulsó ni siquiera lo pensé simplemente me moví, no pude evitar besarlo.
Me aferre a Popee en un abrazo, el correspondió. Me abrazaba por la cintura con fuerza, el beso se intensificó, no quería soltarlo, ni el a mi, sentí como sus manos recorrían mi espalda, me dió escalofríos.
— suficiente —dije separandome de el— también me gustas, I like you to
Me sonroje, el igual, nos abrazamos y pasamos juntos lo que quedó del día bajo las escaleras de ese templó solitario y silencioso.
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