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cuando yoriichi entra a casa, tanjirou parece una pequeña bolita que suelta ronquiditos leves. lo lleva en brazos, camino hacia su habitación donde encuentra a sumiyoshi aun en cama.
está despierto, sonriente cuando el alfa entra.
—ya regresamos —dice suave, acercándose a sumiyoshi, quien se incorpora en cama y acaricia la cabecita de tanjirou.
—¿todo bien? —cuestiona tranquilo, llevando su mano de tanjirou al rostro del alfa.
yoriichi lleva su propia mano a la contraria y deja un beso en su dorso, sonriendo leve al percatarse del sonrojo en sumiyoshi.
—excelente —responde—. ¿tú estás bien? lamento... lamento mucho si fui muy rudo —se disculpa avergonzado, bajando la mirada.
claro que su vida sexual era privada, pero no podía simplemente ignorar el hecho de que duraron al menos tres horas manteniendo relaciones. él se sentía bien, satisfecho, tal vez no al cien porciento, pero al menos no sentía la urgencia y necesidad de seguir en el acto. pero, ¿cómo estaba sumiyoshi? él fue quien era puesto en diversas posiciones, cada una dando más en su punto más sensible.
agregándole a ello, yoriichi ahora podía confirmar que la experiencia sobrepasaba cualquier sueño que alguna vez tuvo con el omega.
en sus sueños, el omega solía mostrarse como alguien sin pena ni vergüenza. ¡incluso gemía sin temor! sin embargo, nada se comparaba con la manera en que sumiyoshi cubría su boca al sentir cualquier movimiento o toque del alfa. los pocos sonidos obscenos que el alfa logró escuchar no fueron más que pequeños y agudos jadeos. y a él no le molestó ni irritó; ¡era muy lindo! sentía que iba a morir por la hermosura del omega.
—estoy muy bien, yoriichi —le afirma, riendo al ver cómo el mencionado le miraba con una expresión curiosa. parecía un niño recién regañado.
sumiyoshi no mentía, en verdad estaba demasiado feliz como para verse afectado por el dolor en algunas partes traseras.
ambos podían decir que, más que una sesión de placer, sentían que sus almas habían conectado al hacer el amor.
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un mes pasó.
la relación de yoriichi y sumiyoshi había avanzado demasiado. cada domingo acompañaban a los padres del alfa en alguna comida, quienes parecían estar contentos con la presencia del menor.
—tus padres son todo un encanto —le dice sumiyoshi en el camino regreso a casa. voltea su rostro para ver a yoriichi, y sonríe brillante cuando el mayor le está mirando fijo—. ¿dije algo extraño?
yoriichi niega, volviendo su mirada al camino cuando el semáforo cambia a verde.
—nada, nada —suelta con una leve sonrisa en sus labios—. solo me pone feliz ver que mi novio se lleva bien con mis padres.
ah, qué linda suena decir la palabra «novio» sabiendo que se refiere al omega.
—no muchos tienen una buena relación con sus suegros.
la sonrisa en el rostro de sumiyoshi crece, generando una risita que no puede evitar.
—aba da awooo... —escuchan por parte del bebé que dormita en su asiento de infante. últimamente tanjirou ha estado durmiendo más de lo común.
—mi pequeño niño... —murmura el padre desde su lugar—. ¿crees que esté bien dejarlo dormir un rato más?
el alfa olfatea un poco el ambiente discretamente.
el olor dulce es leve, pero tiene una presencia que lo hace concentrarse mejor en el camino.
—yo creo que es mejor dejarlo descansar un poco más.
la entrada al hogar no sorprende mucho a yoriichi.
en su brazo derecho lleva la transportadora donde tanjirou descansa y con su mano izquierda sostiene a sumiyoshi por la cintura. el omega está dejando besos en el rostro del alfa.
—alfa... —murmura, haciendo sonreír ladinamente a yoriichi—. quiero besitos...
claro que yoriichi no es de hacerse el rogar.
—primero dejemos a tanjirou en su cuarto... —le murmura tomando la mano del omega y caminando hacia la habitación que tenía una sola cuna.
sí, yoriichi y sumiyoshi dormían juntos ahora.
desde el celo del alfa, los dos jóvenes habían comenzado oficialmente su relación como pareja. manteniendo la intimidad una que otra vez, dormían en la misma habitación y, en algunas ocasiones, dejaban a tanjirou dormir con ellos. en verdad, estaban más que agradecidos con tanjirou, pues no era un bebé que llorara mucho o que les interrumpiera el sueño.
—tu celo comienza demasiado lindo —le dice el alfa de manera calmada. ambos estaban en cama, sumiyoshi casi encima del alfa mientras éste consentía al omega con besitos en cada parte de su rostro—. ¿te gusta que te mime tanto? pareces un gatito buscando atención.
la risa de yoriichi revolotea por la mente del omega, causando que esconda su rostro entre el hombro y cuello del mayor.
—no te ocultes, quiero ver tu rostro —le pide yoriichi, alcanzando a dejar besitos en su frente delicadamente—. vamos, ¿ya no quieres más besitos?
a veces sumiyoshi pensaba en lo impredecible que el mundo podía llegar a ser. nunca habría imaginado que el alfa con una expresión fría y tenebrosa pertenecía al mismo alfa que ahora sostenía sus mejillas y dejaba besitos en todo su rostro y cuello.
—yoriichi, yo también quiero darte un besito... —murmura leve, sonrojándose cuando los labios del alfa caen sobre los suyos.
ambos están agradecidos por haberse conocido.
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—¿cómo lo hago?
michikatsu mira a su hermano, soltando un suspiro.
—honestamente, yo apuesto a que te dirá que no.
el golpe no tarda en llegar, haciendo que un quejido salga del hermano mayor.
—esto es serio.
yoriichi toma la pequeña cajita de su bolsillo, poniéndola frente a los ojos de su hermano.
—seamos o no destinados, estoy enamorado de kamado sumiyoshi y quiero pasar mi vida con él.
el viento sopla en el rostro de los tsugikuni. al ser uno de esos días donde la familia se juntaba para cenar, yoriichi había aprovechado para jalar a su hermano mayor fuera de la casa y pedirle ayuda con su nuevo plan.
¡pedirle matrimonio a sumiyoshi!
su relación había recién cumplido los cinco meses. en menos de una semana era el cumpleaños de sumiyoshi y no podía seguir posponiendo su plan.
él mismo lo dijo claro y firme; no le importaba ya si eran destinados, quería comenzar una vida con el omega y formar una gran y feliz familia.
—¿planeas hacerlo frente a todos? —pregunta curioso, dispuesto a ayudar aunque sea un poco a su hermano gemelo.
—claro que no —responde, volteando disimuladamente para ver por la ventana a su novio platicando animadamente con su cuñada—. sé que a sumiyoshi no le gusta ser el centro de atención, al menos no cuando hay demasiada gente.
michikatsu mira a yoriichi, orgulloso de ver al inexpresivo de su hermano ser alguien distinto. confía plenamente en que la relación entre su hermano y sumiyoshi en verdad es algo positivo y hermoso, algo que no parecía ni se veía como un juego o algo pasajero.
—entonces, podrías hacerlo en tu casa. o yo podría distraer a todos y tú lo llevas fuera, manteniendo su privacidad.
la idea parece dejar pensando a yoriichi, pues mira al cielo y asiente de a poco, formando más detalladamente su plan.
—wow, michikatsu, qué gran idea. tu cerebro realmente no está solo de adorno.
las horas pasan rápido. la cena termina de manera calmada y yoriichi siente que esa paz está destruyendo su persona.
—oye —le llama sumiyoshi—. ¿estás bien? te ves algo nervioso.
la voz bajita del omega, junto a su expresión genuinamente preocupada y sus ojitos brillantes le provocan una necesidad increíble de gritar frente a él todo su plan elaborado para pedir su mano.
¡pero no! debe de ser fuerte, ¡tiene que darle la mejor sorpresa!
—es que quiero hacer pipí —contesta sonriente, soltando una risa leve cuando sumiyoshi se voltea indignado, negando suavemente mientras le palmea la espalda a modo de apoyo.
aunque haya soltado esa babosada por azar le resultó bien, pues así se escabulle mientras todos están hablando y sale nuevamente a tomar aire.
podría hacer su propuesta en casa, pero ya le había dicho a michikatsu que quería al menos una foto en el momento exacto donde se arrodillara frente al omega. para su fortuna, en la entrada de la casa había unos cuantos arbustos donde su hermano se podía esconder con la cámara que yoriichi le había prestado.
ahora, estaba a nada de presionar el botón que enviaría el mensaje directamente al teléfono móvil de sumiyoshi.
«creo que hay un gatito fuera. ven a verlo.»
—¿qué tanto estamos esperando? —escucha detrás suyo, asustándolo y causando que presione el botón de enviar más pronto de lo que quería.
muy bien, ahora sí se sentía más nervioso.
—tú vete a esconder, tonto. ya le dije que saliera.
—no puedo creerlo —escucha a michikatsu murmurar para sí mismo—. mi hermano menor me obliga a tomar fotos de su rechazo justo cuando mamá saca el postre de manzana, estoy preparado para darme de baja en la vida...
yoriichi le dirige una mirada que expresa su disgusto, además de que suelta un leve insulto bajito.
—¿y el gatito?
ay, carajo.
el alfa gira para ver al omega, quien carga a tanjirou en brazos.
¿quería que tanjirou viera cómo su padre lo rechazaba? no, pero el pequeño bebé de ya un año y un mes parecía estar dándole apoyo con su mirada.
¡muchas gracias, kamado tanjirou!
—traje a tanjirou porque... ya sabes, le gustan mucho los animales —explica sonriente dejando a su pequeño explorar a su gusto. sumiyoshi veía orgulloso cómo su bebé caminaba de manera chistosa por el caminito de piedras.
lamentaba tener que mentir, pero agradecía que el omega estuviera ahí.
—en realidad, no hay ning...
«miaaau»
qué.
¿qué hacía un gato en medio de su plan? se supone que el gato era la excusa imaginaria para que sumiyoshi saliera.
bien, bien, ¡no nos pongamos nerviosos! el gato imaginario había aparecido, ¡hora de seguir con el plan!
—¡ay, estúpido gato! —escucharon por parte de un arbusto, seguido de un gruñido. tanjirou parecía caminar hacia donde la voz salió, siguiendo el camino del pequeño gatito.
—¿ese es michikatsu...?
¡basta!
—¡kamado sumiyoshi! —grita, tomando al omega por los hombros y mirándolo fijamente—. ya no quiero posponer algo tan importante como tu vida. estoy enamorado de ti, de toda tu persona desde lo físico hasta lo mental. no me importa que el mundo se acabe, yo jamás dejaré tu lado por nada, ni siquiera un cupón de salmón bañado en teriyaki de por vida —sumiyoshi soltó una leve risa, relajándolo—. tampoco... —tomó aire, dando un paso atrás y llevando su mano al bolsillo trasero—. tampoco me importa si somos destinados o no, ¡yo quiero envejecer a tu lado! preferiría morir a vivir en un mundo sin ti.
finalmente, sus piernas tomaron la poca fuerza e hizo la gran pose, ¡estaba arrodillado frente a sumiyoshi!
—así que, por favor, dime... —la cajita yace en sus manos, siendo abierta con cuidado y bajo la atenta mirada del omega—. ¿te casarías conmigo?
sus miradas conectaron, la expresión en el rostro de yoriichi mostraba su determinación y seriedad, pero también una mezcla de su miedo y temor por la situación. ¿le tenía miedo a casarse joven? ¡no! temía que la única persona que lo había comprendido y acompañado por tanto tiempo decidiera cortar cualquier lazo con él y su futuro.
la mirada de sumiyoshi no era tan distinta a lo que el alfa se había imaginado, pero ello no le quitaba la emoción o que su estómago revoleteara como si un millón de mariposas volaran dentro.
sus ojos se veían cristalinos, cubría su boca a manera de sorpresa y sus respiraciones parecían aceleradas. su pecho se inflaba y desinflaba rápido, y aunque parecía estar pasando por un ataque de pánico, en realidad estaba emocionado y feliz.
—sí, ¡claro que sí! —responde entre lágrimas, lanzándose a los brazos del alfa y riendo al ser cargado por el mismo.
las lágrimas escurren por los ojos de yoriichi, soltando risas y dejando tantos besos cortos en el rostro de sumiyoshi como fuera posible.
—prometo... —comienza, sosteniendo el rostro del menor y juntando sus frentes—. prometo dar lo mejor de mí para ser el mejor padre y esposo, lo juro...
sumiyoshi deja un beso en la nariz del mayor, justo en la punta y lleva sus manos a las contrarias.
—ya eres lo mejor que me ha pasado, tsugikuni yoriichi. te amo.
el momento tan emotivo es capturado desde tantos ángulos es posible. finalmente, michikatsu había salido de su escondite; tenía su mejilla rasguñada, y tal vez algunas partes de su brazo, pero ya no le importaba al ver cómo las fotos salían de la mejor manera posible. incluso él sentía las lágrimas acumularse en sus ojos.
—tanjirou, ve con ellos —le dice al pequeño junto a él—. vamos, te tomaré fotos a ti también.
el pequeño no comprende mucho, pero le hace caso a su tío cuando el mayor le señala a sus padres.
y las fotos son de lo más hermosas, casi imposibles de describir ante las emociones que transmitían. los padres cargaban al pequeño y sonreían, mostrando sus respectivos anillos tan brillantes que el flash los dejaba deslumbrados.
—pero qué maravillosa sorpresa —dice akeno, saliendo de casa junto a su marido y nuera, quien era acompañada por sus pequeños bebés—. ¿por qué siguen tomando fotos aquí? vengan adentro, falto yo en las fotos.
cuando va entrando al hogar nuevamente, sumiyoshi no suelta por nada la mano de yoriichi, quien voltea cuando el menor se detiene antes de entrar.
—yoriichi —le llama, limpiando las pocas lágrimas que siguen saliendo de sus ojos—. muchas gracias por protegernos de ese perro, la primera vez que nos vimos.
el alfa le da un beso en los labios, de manera calmada y lenta.
—gracias a ti por ser un príncipe en apuros esa vez.
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AL FIN SE NOS CASAAAAAN 😭🥺😭🥺😭🥺
esperaban algo así para este capítulo?? JSKAJKSJAJS yo la verdad ya lo tenía planeado. si no era para este era para el siguiente, y me alegra tanto ya haber abarcado esta parte tan bonita !!! 💞💞
uwaaa, he trabajado desde inicios de julio en este fic que me impresiona el poder haber actualizado tan seguido hasta las últimas partes (;o;) en verdad, me pone tan feliz que el fic tenga tantas leídas y comentarios !! muchísimas gracias !!!
ahora solo queda el epílogo y uno que otro extra ( • ̀ω•́ )✧ me gustaría mucho continuar actualizando más ideas de fics yoriisumi, pero creo que tomaré una semana o dos de descaso antes de seguir obligando a mi cabeza a escribir JAKJSKJJAJS
en fin, no quiero abordar mucho en este, el último capítulo que AaAAaAaAaaAAaAA gran parte fue escrita a las 3am JKJSKSJDKSJSK o(-(
espero tengan un buen comienzo de fin de semana !!
bye bye !!! ☺️☺️💕💕