Daniel: señor, le debo una explicación.
Ariel: no es necesario, ya lo sé todo, me defraudaste Daniel, confié en ti, te entregué a mi hija, a mi nieta, prometiste hacerlas feliz y no lo cumpliste.
Daniel: yo amo a Regina y a Miranda más a que mi propia vida.
Ariel: si eso fuera cierto no le habrías roto el corazón a Regina
Daniel: yo iba a decirle toda la verdad se lo juro, pero..
Ariel: no tuviste los pantalones para hacerlo.
Daniel: su hija Sofia se me adelanto.
Ariel: ¿insinúas que esto es culpa de ella?
Daniel: solo digo que si Regina se hubiera enterado por mi las cosas no se habrían complicado tanto, mi hija está sufriendo.
Ariel: lo sé y por ella no voy a tomar represalias en tu contra, solo quiero que firmes tu renuncia y te largues ahora mismo de la constructora.
Daniel: si eso es lo que quiere está bien, pero que le quede claro que voy a luchar por la mujer que amo y por mi hija.
Ariel: eso lo veremos.
Ariel: aquí tienes tu carta de renuncia y tu liquidación conforme a la ley.
Ariel le paso de mala gana su renuncia, Daniel firmo, recibió el cheque y se fue.
Ariel: ¡miserable!
Regina: tú no me puedes hacerme esto Miranda, tu debes vivir conmigo, soy tu madre.
Miranda: si, pero yo quiero vivir contigo y mi papá, como una familia, así como mis compañeras del kínder, pero como están separados prefiero vivir con mis abuelitos.
Regina: Miranda, tú eres lo que yo más amo en la vida, no puedo estar sin ti.
Miranda: yo te quiero mucho pero también a mi papito, sé que te enojaste con él y no quieres perdonarlo y por eso no podemos estar juntos, si lo perdonas me voy contigo.
Regina: no me pidas eso.
Miranda se dio la vuelta muy molesta.
Miranda: entonces me quedo aquí.
Daniel recogía sus cosas de su oficina para meterlas dentro de una caja de cartón.
Recepcionista: me dijo el arquitecto Rivera que me quedara al pendiente mientras usted se iba, no sé qué paso, pero siento mucho que ya no vaya a trabajar con nosotros.
Daniel: gracias.
Recepcionista: ¿necesita algo?
Daniel: nada, gracias, ya terminé, si quiere puede revisar para que compruebe que no me llevo nada que no sea mío.
Recepcionista: usted es un buen hombre, no tengo porque dudar de su honestidad.
Daniel: bien, entonces me retiro.
Recepcionista: que le vaya bien.
Daniel iba hacia la puerta cuando se dio la vuelta.
Daniel: ¿puedo pedirle un último favor?
Recepcionista: el que quiera ingeniero.
Daniel sacó de su chamarra un sobre blanco.
Recepcionista: entréguele esto a Regina, y dígale que la amo.
La recepcionista se sorprendió muchísimo, así que no dudo, recibió el sobre y lo guardo disimuladamente, Daniel salió de la oficina.
Recepcionista: ¿pues que habrá pasado?...
Esperanza: mi niña, es mejor que le des tiempo a Miranda de asimilar las cosas, es apenas una niña, entiende que estaba ilusionada con tener a su papa y de repente ese sueño se le esfuma.
Regina: yo tampoco he podido asimilar todo esto nana, para mí ha sido muy difícil descubrir que el hombre que amo es un mentiroso.
Esperanza: él no te mintió, solo que no te había dicho esa verdad todavía.
Regina: se lo callo y para mí eso es suficiente, no se lo voy a perdonar nunca, no quiero volver a saber nada de Daniel.
Esperanza: pues no sé cómo le vas a hacer para sacarlo de tu vida porque ese muchacho tiene sus derechos como padre y hasta el peor de los canallas merece ver a sus hijos , una cosa si te digo; estoy segura que no se quedará de brazos cruzados, el las quiere de verdad.
Regina: por favor, no lo defiendas, algo hare para que no se atreva a acercarse.
Esperanza: es su padre, no seas egoísta; la rabia que sientes en este momento es pasajera, pero el amor que existe entre Daniel y tu es para siempre, es un amor verdadero de esos que ya casi no se ven; si alejas a ese muchacho además de hacerle daño a la niña, te lo harás a ti misma.
Esperanza salió de la habitación dejando a Regina algo molesta, en cuanto se vio sola una lagrima descendió de sus ojos.
Miranda ya estaba en el kínder, la niña feliz que siempre había sido ahora llevaba una inmensa tristeza en su mirada, durante sus clases no estuvo atenta, no quería nada, durante el recreo se sentó lejos de sus compañeras, por lo que su maestra al observarla se acercó a ella.
Maestra: ¿Qué tienes Miranda? ¿por qué no quieres jugar con tus compañeras, ni has prestado atención en clase? Ni el lonche te has comido.
Miranda: estoy muy triste miss.
Maestra: cuéntame que te pasa.
Miranda: mis papitos se pelearon.
Maestra: bueno, pero eso es normal, ya verás que al rato estarán juntos como siempre.
Miranda: ¡No! Mi mami lo abandono en el viaje, y no quiere volver a verlo, ya no vamos a ser una familia, ya no tendré un papá como mis compañeras.
Miranda volteo a ver a su maestra con sus ojitos tristes y llenos de lágrimas a lo que esta no supo que decirle, y simplemente la abrazó.
Sofia estaba de regreso en la clínica, mientras se ponía al tanto con su trabajo Gabriel hablaba con Daniel por teléfono.
"Gabriel: lamento tanto lo que estas pasando.
Daniel: no más que yo, Regina no quiere verme y mi hija está sufriendo como no te imaginas,
dice que mientras su mama y yo no estemos juntos ella se quedara con sus abuelos.
Gabriel: ¡vaya! Es una situación difícil, es que si Sofia no hubiera abierto la boca.
Daniel: tu novia es una entrometida.
Gabriel: aunque suene feo, se portó muy mal, ni se imagina el daño que hizo, pero te prometo que hablare con ella.
Daniel: ¿para qué? Si ya no se pueden cambiar las cosas, el daño esta hecho.
Gabriel: tal vez ahora no, pero al menos que se dé cuenta de la barbaridad que cometió y enmendé su grave error"
Sofia entró a su consultorio, encendió la laptop, tocaron a la puerta.
Sofia: adelante.
Gabriel: imagino que ahora estas feliz.
Sofia: ¿de qué hablas?
Gabriel: con tu imprudencia acabas de desbaratar una familia.
Sofia: si lo dices por mi hermana y tu amigo, ella merecía saber la verdad.
Gabriel: claro que lo merecía, pero de Daniel no parte de una entrometida como tú.
Sofia se puso de pie muy enojada.
Sofia: no iba a permitir que mi hermana viviera en el engaño.
Gabriel: para tu información Daniel estaba preparado para decirle todo a su regreso, quería evitar que su boda y luna de miel se echara a perder, pero tú te encargaste de eso, ni siquiera pensaste en tu sobrina, la pobre está sufriendo muchísimo.
Sofia: tú qué sabes.
Gabriel: mucho, toda esta situación ha creado su rechazo hacia a tu hermana.
Sofia: entonces seguro tu amigo algo le dijo en su contra.
Gabriel: Daniel no le ha dicho absolutamente nada, la niña quiere tener a su papa y a su mama juntos, pero como gracias a ti eso no es posible ha decidido no salir de la casa de tus padres, si no me crees pregúntale a ellos.
Aquella información dejo a Sofia muda; tocaron nuevamente a la puerta.
Sofia: adelante.
Lorenza entró.
Sofia: ¿mamá? ¿Qué haces aquí?
Lorenza: vine porque necesito que me expliques ¿por qué te metiste en el matrimonio de tu hermana?
Gabriel: eso es exactamente lo que le estaba preguntando yo.
Sofia: solo vi por su bienestar, no quería que Daniel la siguiera engañando.
Lorenza: pero esa no era tu responsabilidad, Regina y Miranda están sufriendo muchísimo por tu imprudencia.
Regina llegó a la constructora muy seria.
Regina: ¡buenos días!
Recepcionista: ¡Buenos días arquitecta!
Regina: ¿mi padre ya llego?
Recepcionista: si está en su oficina.
Cuando Regina iba rumbo a la oficina de su padre cuando la recepcionista la detuvo.
Recepcionista: arquitecta, espere.
Regina se dio la vuelta.
Recepcionista: el ingeniero Daniel le dejo esto.
La recepcionista saco el sobre y se lo entregó a Regina.
Recepcionista: me dijo que le dijera, que la ama.
Regina observó el sobre un par de segundos sin decir una sola palabra...