peligrosa cercanía

By gabriiella11xx

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Dos familias poderosas, importantes en la élite relacionadas con el ejército. Llenas de decretos oscuros que... More

Prólogo
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25

Capitulo 20

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By gabriiella11xx

"reina hielo"

Iris

Por fin me dieron de alta, Doris en estos momentos junto a anne me están ayudando a vestirme, me trajeron un buzo gris cómodo, junto a una camiseta blanca de algodón, y un polerón negro con capucha. Mi cabello lo amarre en una cola alta, limpie mi cara con agua fría. Anne me está colocando unas pantuflas de gatito, me las compro en el mercado, debo admitir que son muy lindas y tiernas.

Entra una enfermera con una silla de ruedas, mi doctor entra atrás de ella, me sonríe.

- Bueno paciente gruñona, hora de sacar los puntos. – me dice, mientras se coloca unos guantes quirúrgicos.

Me acuesto en la cama levantando mi camiseta, el doctor desinfecta la herida cortando los puntos uno por uno.

- Estas lista, recuerda tomarte los medicamentos y echarte la crema que te di en la herida todas las noches. – asiento bajándome la camiseta. – no te agaches y no realices movimientos bruscos, trata de no moverte, y nada de misiones por cinco días, no queremos que tengas una hemorragia o infección luego.

- Okey, okey...ya entendí. – ruedo los ojos.

- Ustedes vigilen a su amiga, es una de las pacientes mas tercas que conozco. – se dirige a mis amigas.

- No se preocupe doctor, nosotras la cuidaremos. – le dice Doris.

- Muy bien, siéntate en la silla de ruedas. – me ordena el doctor.

- Puedo caminar, no estoy inválida. – me mira serio.

- Si no te sientas en la silla, retirare el alta. – lo fulmino con la mirada sentándome en la silla.

- Listo, ya me senté. – indico, me sonríe.

- Hasta luego paciente gruñona, sigue las indicaciones que te di. – me dice antes de irse.

- Adiós doctor payaso, gracias. – me despido, me sonríe.

Las chicas me llevan en silla de ruedas donde nos espera leo en su coche, me levanto con cuidado subiéndome en el asiento trasero. Me tenso cuando anne cubre mis ojos con una venda.

- ¿Qué haces? – le cuestione, suelta una risa.

- Te tenemos una sorpresa. – escucho que me responde.

- Odio las sorpresas. – Doris suelta una risa.

- Sabes que te encantan, ahora cállate. – me dicen.

No veo absolutamente nada, no sé donde cojones me llevan. No sé si me desespera esta situación o me emociona.

Puedo sentir como detienen el coche y me abren la puerta, una gran mano toma la mía, obviamente ninguna de las chicas me está ayudando a levantarme. Ese perfume entra a mis fosas nasales, es Klaus.

Me llevan no se a donde, hasta que nos detenemos, todo está en completo silencio.

Me quitan la venda, pestañeo varias veces acostumbrándome a la luz, hasta que finalmente fijo mis ojos en la persona frente a mí.

- Hola reina hielo. – mis ojos se llenan de lagrimas.

- Michael... - susurre.

- ¿no piensas saludarme? – me pregunta, suelto una pequeña risa acercándome a él.

Me envuelve en sus brazos, son igual que antes, igual de cálidos y acogedores. Recuesto mi cabeza en su pecho, las lágrimas siguen cayendo por mis mejillas.

No puedo creer que lo esté abrazando...

- Te extrañe un montón. – susurre. Su mano acaricia mi cabello, cierro los ojos al sentirlo.

- Creo que mi reina Elsa esta sentimental. – solté una risa.

Se aparta limpiando las lágrimas que se deslizaron por mis mejillas con su pulgar.

- No vine solo. – arrugo las cejas.

- ¡Muñeca! – gritan a mis espaldas, me giro centrando mis ojos en el hombre que viene caminando hacia mí con los brazos extendidos.

- ¡Max! – grito, me envuelve en sus brazos.

No puedo creer que esto esté pasando.

Mis mejores amigos están aquí, y están muy cambiados, mucho más hombres que la última vez hace 4 años cuando me despedí de ellos.

- Joder pero tú sigues igual o incluso más guapa que antes. – me dice, suelto una risa. – haber, haber, una vueltecita para mí. – me ordena, le hago caso dándome una vuelta. Silba, sonrío.

- Hola iris. – me aparto de Max fijando mis ojos en la mujer que permanece al lado de Michael.

- Laila, tanto tiempo. – me acerco a saludarla, me sonríe.

- Iris, queremos que conozcas a alguien. – me dicen, arrugo las cejas.

Centro mis ojos en la niña que corre hacia laila, ella la carga en brazos acercándomela.

No mames esas niña fue el espermatozoide que gano la carrera cuando laila y Michael follaron...

- Iris ella es Isabella, Isabella cielo, ella es tu tía iris. – la niña centra sus ojos verdes iguales a los de su padre en mi.

- Es hermosa, ¿puedo cargarla? – asienten pasándomela.

La envuelvo en mis brazos, mientras la niña envuelve con sus pequeños y finos brazos mi cuello. Es igualita a su padre, el color de su piel es un moreno tostado como si se hubiese bronceado, tiene el cabello de su madre un color chocolate crespo.

- ¿Cuántos años tienes Isabella? – le pregunto, la niña centra sus ojos en mi. Me indica que tiene dos años con sus dedos, le sonrío.

- ¿tu eles la reina helo? – me pregunta, sonrío asintiendo.

- Sí, soy yo. – enreda un mechón de mi cabello entre sus dedos.

- Eles muy bonita. – le doy un beso en su cabeza.

- Tú también eres muy hermosa, igual a tu madre. – me sonríe mostrando los pocos dientes de leche que le están saliendo.

- Tiene tus ojos Michael. – le digo a mi amigo, me sonríe

Bajo a la niña de mis brazos con mucho cuidado, me giro hacia Klaus que me observa con una sonrisa.

- Sígueme, alguien quiere verte. – arrugo las cejas siguiéndolo.

Lo sigo hasta la cocina, observo que hay una mujer de espaldas, viste con jeans y una camiseta negra, su cabello castaño lo trae suelto, cae como cascada por su espalda. Los ojos se me vuelven a llenar de lagrimas al saber de quién se trata.

- Cariño, mira quien está aquí. – le dice mi hermano a la mujer.

La chica se gira centrando sus ojos pardos en mi, sus ojos se llenan de lagrimas, se tapa la cara sollozando. Me acerco envolviéndola en mis brazos, lloramos abrazadas por mucho tiempo, se aparta un poco para mirarme bien.

- Dios pitufa, cuanto has crecido, ya eres una adulta. - me dice.

- Tú estas muy hermosa y radiante, Lili. – besa mi frente. – no sabes...cuanto te extrañe, teme hiciste mucha falta. – las lagrimas se deslizan por mis mejillas.

- Ya estamos juntas, pitufa. – asiento.


Elena

Voy camino hacia el aeropuerto junto a mi chofer, mi mejor amiga llega hoy de estados unidos. Al bajarme del carro centro mis ojos en la chica que camina hacia mi junto a dos maletas, su cabello castaño oscuro lo trae amarrado en una cola alta, viste con unos pantalones de tela junto a una blusa blanca. Le hago señas con las manos para que pueda verme, sus ojos marrones los fija en mi, sonríe caminando más rápido, envolviéndome en sus brazos.

- ¡Elena! – me dice mientras me abraza.

- Bler, te extrañe un montón. – le digo.

- ¿Dónde está mi cuñado? – pregunta, buscando con la mirada a adrian. suelto una risa al escuchar cómo le dice.

- Está en una misión en Canadá, pero cuando vuelva dijo que iremos almorzar. – asiente.

Le indico que suba al coche mientras el chofer sube sus maletas, me siento junto a ella cerrando la puerta.

El chofer nos deja en un café, nos sentamos en una mesa con vista a la hermosa ciudad de Londres. Bler esta fascinada con la arquitectura.

- Muy bien, pongámonos al día. – comienza a decir, le doy un sorbo a mi café. - ¿Cómo vas con Adrian? ¿ya tienen fecha para su boda?

- No, aun no me pide matrimonio. – rueda los ojos. – y estamos bien, bueno...quizás no tan bien. – arruga las cejas.

- ¿Qué pasa? – me pregunta. – recuerdo que los últimos 4 años ustedes estaban bien, eran muy lindos juntos.

- Desde que volvimos a Londres algo en el cambio, ya no es el mismo. – guarda silencio por unos segundos.

- Debe haber otra mujer, siempre es lo mismo. – arrugo la cejas. – cada vez que un hombre cambia, o se comporta raro, no como antes...es porque existe una tercera persona.

¿Adrian conoció a otra persona?

- ¿Quién podría ser esa mujer? – le pregunto, se encoge de hombros.

- Tu novio tenía fama de mujeriego, no te olvides de eso. – se pasa la mano por el cuello. – pero para que haya cambiado, no creo que haya sido por cualquier mujer, debe ser alguien que de verdad le mueve el piso.

- ¿¡pero quien!? – exclame, me hace una seña para que me calme. – cálmate, lo descubriremos, tu tranquila, puedo mover algunos contactos.

- Bler yo debo casarme con Adrian, somos el uno para el otro. – le da un sorbo a su café.

- Tranquila, tú eres su mujer y futura esposa. El te presento así ante la prensa, si existiera otra mujer, la tiene escondida como secreto, nadie sabe de ella, en cambio, todos saben de ti. – me dice, asiento.

- Tú debes ser inteligente, trátalo bien, pero también no le ruegues como si estuvieses desesperada, joder. – le da un mordisco a su dona.

- Ahora dime, ¿tendré sobrinos pronto? – habla con la boca llena, bajo la mirada a mi café.

- No creo que eso sea posible, Adrian no quiere tener hijos. – rueda los ojos.

- Todos los hombres dicen eso, pero cuando tienen al bebe entre sus manos, son muy felices. – me señala con su dedo índice. – tú solo debes darle un pequeño empujoncito. - arrugo las cejas.

- ¿a qué te refieres? – rueda los ojos.

- Deja se usar anticonceptivos y que el deje de usar condón. – dice encogiéndose de hombros.

- No es tan fácil, ha Adrian no le gusta hacer el amor sin condón. – suspira. – ya lo he intentado, pero no funciona.

- Además el siempre ha follado con condón, con todas las chicas. – alza una ceja.

- ¿Por qué me miras así? ¿crees que no use condón con esa mujer? – le cuestione, bler lame sus labios inclinándose hacia su taza de café.

- Eso solo lo sabe el, pero si me preguntas no creo. Los hombres mujeriegos siempre usan condón, sobre todo con sus perras. – me dice, asiento.

- Oye iré a pagar, espérame aquí. – se levanta tomando su cartera, caminando hacia la cajera.

Aprovecho de marcarle a Adrian, hace días no sé nada del, se que se fue a una misión en México. Me contesta al quinto pitido de voz.

- Hola cariño. – soy la primera en hablar

- Hola, ¿Cómo estás? – sonrío al escuchar su voz.

- Bien, muy bien. Bler acaba de llegar de estados unidos, apenas llegues de tu misión te la presentare.

- Está bien, ¿todo bien por allá? – me pregunta

- Si, te extraño mucho. – sonrío. – avísame apenas vuelvas, te tengo una sorpresa.

- Elena...sabes que no me gustan las sorpresas. – murmura, ruedo los ojos.

- Esta te va a gustar, gruñón, ya verás. – puedo escuchar como suspira soltando una leve risa.

- Por cierto, ¿Cuándo llegaras a Londres? – le pregunte.

- Dentro de unos días. – suspiro.

- Debo colgar, luego hablamos. – me dice.

- Está bien, te amo. – le digo, escucho un silencio del otro lado de la línea hasta que me responde.

- Cuídate. – es lo único que dice antes de colgar.

- Uy ¿con quién hablabas para tener esa sonrisa en el rostro? – centro mis ojos en bler que me observa con una sonrisa.

- Con Adrian. – me sonríe rodando los ojos.

- Si que estas enculada de ese hombre. – me dice, ladeo la cabeza sonriendo.

- Vamos, mi chofer nos espera. – asiente.

Tomo mi bolso saliendo junto a bler de la cafetería, unos periodistas se me acercan acorralándome a mí y bler, muestro mi mejor cara tratando de avanzar.

- Señorita Williams, ¿Por qué su novio adrian no ha vuelto a Londres para estar con usted? Hay rumores de que su misión en México ya termino. – me bombardean con preguntas.

- No lo sé, y si lo supiera no lo diría porque es información confidencial del comando. Cualquier información importante mi novio me lo comentara. – respondo.

- ¿Quién es la señorita que la acompaña? - intento avanzar con bler pero nos siguen.

- Es mi mejor amiga, bler Scott una empresaria muy reconocida. – bler sonríe abriendo paso a los periodistas.

- Señorita Williams hay rumores de que su novio, Adrian Brown no ha dejado de ser un mujeriego. Se dice que le ha sido infiel muchas veces, ¿Cómo se siente usted al respecto? – esa pregunta hace que aprieta la mandíbula, centro mis ojos en el periodista.

- No contestare preguntas que están basadas es rumores, ahora si me disculpan debo retirarme. – intento avanzar pero me bloquean el paso, me coloco mis lentes de sol mientras sigo caminando hacia el coche junto a bler. Mis guarda espaldas notan lo que está pasando, se acercan de inmediato para intervenir.

- Si no ha contestado la pregunta, ¿es porque es verdad? – me siguen insistiendo.

Me subo al coche junto a bler, mi chofer arranca dejando a los periodistas atrás. 



Nota:

Holaaa mis diablitas, recuerden votaaar y comentar ❤️
Quiero comentarles que ya salí de vacaciones!!! Por fin Jajajaja
Así que se estaré escribiendo a full y se vendrán muchas sorpresas en las próximas actualizaciones!!!

Besitosss 💕

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