12 CHICOS LOBOS ©

By bellaminelli

2.9M 217K 63.8K

Erika acaba de terminar con su novio, es de noche, hace frío y esta sola. Como si eso no fuera suficiente, la... More

12 CHICOS LOBOS - Capitulo 1
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 2
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 3
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 4
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 5
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 6
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 7
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 8
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 9
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 10
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 11
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 12
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 13
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 14
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 15
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 17
12 CHICOS LOBOS - Capítulo 18
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 19
12 CHICOS LOBOS - Capítulo 20
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 21
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 22
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 23
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 24
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 25
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 26
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 27
Capitulo 28 - 12 CHICOS LOBOS
Capitulo 29 - 12 CHICOS LOBOS
Capitulo 30 - 12 CHICOS LOBOS
Capitulo 31 - 12 CHICOS LOBOS
Capitulo 32 - 12 CHICOS LOBOS
Capitulo 33 - 12 CHICOS LOBOS
Capítulo 34 - 12 CHICOS LOBOS
Capítulo 35 - 12 CHICOS LOBOS
Capítulo 36 - 12 CHICOS LOBOS

12 CHICOS LOBOS - Capitulo 16

82.1K 6K 1.5K
By bellaminelli

Capitulo 16

Fue cuando tenía siete años que se dio cuenta que su amiga Maya no iba a escribirle. Fue en su decimoquinto cumpleaños cuando Erika se dio cuenta que sus padres no iban a volver por ella. Fue el primero de Diciembre cuando descubrió que Jeremy, su primer y hasta ese entonces único novio, la engañaba. Pero ni siquiera en todas esas ocasiones juntas, se sintió tan abandonada y traicionada como se sentía en ese momento.

Todas sus emociones se debatían en un duelo interno. Hace algunas semanas, Erika habría dado lo que fuera por escuchar semejante propuesta. Pero ahora, después de todo lo que había pasado, resultaba insultante.

Su garganta se encogió en un doloroso nudo mientras reprimía las lágrimas que amenazaban con brotar de nuevo. ¿Cómo podían ser tan insensibles? Hasta ese entonces todas las personas que habían entrado en su vida terminaban deshaciéndose de ella como si fuera lo más fácil del mundo. Sus padres, amigas, su novio, ¿Ahora ellos?

La rabia que sentía se expandía por todo su cuerpo provocándole otro dolor de cabeza. ¿No habían sido ellos los que la trajeron a la fuerza? ¿No habían sido ellos los que la trajeron después de dejarla inconsciente cuando iba camino al orfanato? Y una vez que la obligaron a vivir en una madriguera en medio del bosque con doce desconocidos, ¿No fueron ellos los que se negaban a dejarla ir?

Tal vez había tomado tiempo, pero había aprendido a quererlos, había aprendido a sentirse segura con ellos, a confiar en ellos. Y ahora frente a la primera dificultad real a la que se enfrentaban, querían deshacerse de ella, igual que todos los demás. Esto tenía que parar.

-          ¿Baby Doll? – Pregunto Chris sacándola de sus cavilaciones. El chico la miraba con el ceño fruncido, esperando aún su respuesta.

Erika levanto la mirada sin poder ocultar todo el dolor que su pregunta le había causado. Los chicos la miraron sorprendidos, seguramente ninguno esperaba esa reacción.

-          No.

-          ¿Qué?... – Chris contesto frunciendo todavía más el ceño.

-          No quiero volver. No pueden obligarme.

-          Claro que podemos. – Chris soltó una carcajada – Eres muy liviana.

-          No me refiero a eso, me refiero a que no pueden hacer conmigo lo que se les dé la gana para luego cuando se aburran abandonarme de nuevo, no es justo, no soy un juguete soy una persona, ¿Por qué nadie me pregunta a mí lo que quiero en vez de decidir por mí?

-          ¿Has dicho que quieres quedarte? ¿Con nosotros? – pregunto Lucas reprimiendo una enorme sonrisa.

-          Sí.

Absolutamente todos los chicos abrieron los ojos atónitos, he intercambiaron miradas con los demás, había sorpresa en sus miradas pero también mucho alivio. Sin embargo Arón negó con la cabeza.

-          Baby Doll, no es seguro para ti quedarte.

-          No me importa. - contesto cerrando los ojos con fuerza – Yo no quería venir aquí en primer lugar, no quería quedarme con un montón de extraños en medio del bosque, pero eso no les importo a ustedes ¿verdad?...

Los chicos escucharon en silencio mientras Erika susurraba manteniendo los ojos cerrados.

-          No hay nadie en la ciudad esperando por mí, estoy segura que ni siquiera han notado que he desaparecido. Ustedes son lo más cercano que he tenido a una familia, y lo cierto es que… creo que los quiero, y no quiero irme, no quiero regresar. ¿Puedo quedarme, por favor?...

Levanto la mirada y se topó con las miradas de todos los chicos sobre ella, observándola atónitos. 

-          Tú, ¿nos quieres? – pregunto Baco con hilo de emoción en la voz.

-          Eso creo… - contesto encogiéndose de hombros.

Toda la sala guardo silencio, pero se escuchaban varias respiraciones entrecortadas, y Erika no estaba segura de dónde venían, pero sabía que todos los chicos estaban sonriendo.

-          Está bien… Supongo que… - Chris no podía ocultar la felicidad que esa declaración le causaba – Supongo que podemos esforzarnos más, en cuidarla, ¿verdad? – pregunto a los demás en busca de apoyo.

-          Definitivamente. – contesto Simón con entusiasmo.

-          Claro que sí. – le siguió Parker.

-          La verdad, no sé qué haría sin ti. – sonrió Sheen.

-          Estoy dispuesto a lo que sea con tal de que se quede. – declaró Kaiser.

-          Ella tiene que quedarse, no soporto la idea de que se vaya. – escucho decir a Larry.

-          ¿A quién le cantaría canciones de cuna si te fueras? – le pregunto Demián con ternura.

-          Eres demasiado perfecta para una ciudad tan fea como esa. – le susurro Teo.

Arón miro a todos los chicos que lo observaban con ojos casi suplicantes, luego miro a Erika quien permanecía en silencio. Al final se dio cuenta que era una discusión que no podría ganar, principalmente porque él tampoco quería que ella se fuera. Arón relajo la mirada y sonrió.

-          Por supuesto que podemos. Créeme, te necesitamos más de lo que tú nos necesitas a nosotros. – suspiro guiñándole un ojo.

Toda la angustia que Erika había sentido hacia unos momentos fue sustituida por una cálida sensación en su interior. Miro a su alrededor solo para comprobar que los demás estuvieran de acuerdo.

-          Es un alivio. – suspiro Chris – La sola idea de alejarme de ti me estaba enfermando.

Una sonrisa apareció en la cara de Erika igual que en la de todos. Por fin notaba el estrecho vínculo que había formado con los chicos, un vínculo fuerte y sincero, que ni siquiera Jim podía romper. Iba a quedarse, y estaba feliz por ello.

-          Te prepararé algo especial para desayunar. – le dijo Demián guiñándole un ojo mientras se dirigía a la cocina.

Los chicos comenzaron a levantarse, todos aun sonriendo. La idea de que Erika sintiera algo más que empatía por ellos los descompensaba pero de una manera positiva, les parecía prácticamente una maravilla, una hermosa y delicada maravilla que deberían tratar con cuidado para que con el paso del tiempo pudiera crecer.

Erika por su lado se sentía feliz, feliz de poder quedarse con las personas que apreciaba y feliz de que hubieran respetado su decisión, por primera vez sentía que tenía voz. Necesitaba volver a la rutina que había logrado construir las semanas pasadas, nada la ayudaría más. Y al ver que los chicos estaban más que dispuestos a complacerla con esto se sintió muy reconfortada.

Mientras todos los chicos se dispersaban cada quien por su rumbo, Micaél se acercó hasta donde ella estaba.

-          Baby Doll, sal conmigo.

Sin esperar su respuesta la tomo por la muñeca y tiro de ella para que saliera con él de la madriguera. El hecho de que Micaél siguiera siendo tan egocentrista la hizo sonreír. Una vez afuera, Erika subió a su espalda como de costumbre para que el comenzara a subir por el grueso tronco hasta encontrar una rama de su agrado. La ayudo a sentarse recargada en el tronco y se sentó frente a ella.

-          ¿Qué pasa? – pregunto tímidamente pero sonriendo.

Micaél vacilo un momento, mirando en otra dirección, parecía que buscaba las palabras adecuadas.

-          ¿A qué te refieres cuando dices que nos… quieres? – pregunto por fin.

Le resultaba difícil de explicar. No sentía por ellos lo que llegó a sentir por Jeremy, los quería como a los hermanos mayores que nunca tuvo. Sin embargo, en muchas ocasiones se había llegado a sentir atraída por ellos lo cual le causaba algo de confusión, ya que ella sabía que no eran sus hermanos realmente y que podía permitirse quererlos más. Pero una pequeña fracción de ella quería dejar las cosas así y no complicarlas todavía más.

-          Es complicado.

-          ¿En qué sentido?

-          Es que… A veces no se en que forma quiero quererlos.

-          No te estoy entendiendo. – soltó una pequeña risa seca.

Erika rodo los ojos. Ni siquiera ella se entendía. Pero sabía que Micaél seguiría presionándola hasta exprimir el último pensamiento sobre ese tema así que hizo un esfuerzo por aclarar sus ideas.

-          La mayoría de las veces, los veo como los hermanos que nunca tuve, que me cuidan y se preocupan por mí. – dijo mirándose las manos. Se aclaró la garganta para continuar – Pero en otras ocasiones, cuando se comportan celosos y posesivos, no lo sé, los veo diferente, me siento diferente.

-          ¿Quieres decir que necesito ser todavía más celoso y posesivo para que me veas diferente todo el tiempo? – pregunto sonriendo, sin embargo sus ojos se veían sinceros. 

-          No, no. Es solo que, muchas veces soy yo la que detiene esas ideas.

-          ¿Por qué? – frunció el entrecejo.

-          Me gusta como son las cosas, y no quisiera que eso cambiara, por lo menos no si puedo evitarlo. Por primera vez me siento parte de algo.

-          Baby Doll, no tienes por qué hacer eso, ¿lo sabías?

-          Además, sería muy incómodo, ¿no lo crees? – sonrió ignorando su pregunta.

Erika rio para aligerar el ambiente evitando la mirada de Micaél, pero podía sentirla haciéndole un agujero en la frente. Sentía un poco de arrepentimiento por haberle contado pensamientos tan personales, pero por otro lado se sentía mejor de ya no tenerlo oculto. Levanto la mirada para toparse con la cabeza ladeada de Micaél.

-          No lo creo.

-          ¡Claro que lo seria! – meneo la cabeza atónita.

-          No.

-          Que sí.

-          Que no.

-          Que sí. – sonrió exasperada. ¿Cómo no iba a serlo?

-          Sería tierno. – entrecerró los ojos sonriendo.

Sonrió y negó con la cabeza. No podía creer que el sobrio y serio Micaél considerara tierna una relación tan poco común e incómoda. Erika reía cuando un movimiento de Micaél la hizo volver su atención hacía él. Se había colocado sobre sus rodillas y las palmas de sus manos para avanzar hacia ella. No era la primera vez que lo hacía, por lo tanto no le dio mucha importancia.

-          ¿En serio crees que…

No pudo terminar la oración porque Micaél estaba demasiado cerca, sus narices casi se tocaban. Lo miro directamente a los ojos mientras estos le devolvían una segura pero inquieta mirada. Erika nunca había caído en cuenta del lindo color avellana que eran, siempre había creído que solo eran oscuros.

-          ¿Qué haces? – pregunto mientras pegaba la espalda todo lo que podía al tronco, pero Micaél seguía avanzando.

-          Tienes unos ojos hermosos.

-          Gracias.

Erika aparto su cara de la de él. Cuando hizo eso dejo todo su cuello expuesto, por lo que Micaél se acercó e inhalo profundamente.

-          Hueles demasiado bien, no puedo creer que aun huelas a vainilla. – dijo en un suspiro.

-          Micaél.

-          ¿No te das cuenta de lo adictiva que eres?

-          Detente.

-          Eres como una maldita droga. “Nuestra” maldita droga personal.

-          Me estas asustando.

-          Una droga que te llena de éxtasis, que te consume todas las neuronas hasta provocarte una sobredosis, pero sabes que es la mejor sensación que tendrás en toda tu miserable vida así que te niegas a dejarla.

Micaél hablaba tan rápido que apenas y podía entenderle, pero lo hacía. Y estaba segura que nunca lo había escuchado tan seguro de sí mismo como en ese momento.

-          ¿Sabes? Desde el momento en que pude observarte detenidamente, desmayada como un frágil, hermoso y perdido ángel, supe que no soportaría la idea de ser un simple amigo.

De nuevo comenzó a sentir ese impulso, ese desenfrenado impulso que le hacía creer que aquello era posible, que podía llegar a ser normal. Por una milésima de segundo estuvo a punto de tomar a Micaél por la parte de atrás de la cabeza y besarlo, pasar sus dedos a través de su cabello, tocarlo…

-          Vivimos todos juntos, comemos todos juntos, hasta dormimos todos juntos, ¿Acaso no vez lo complicado que es esto? – susurro mientras cerraba los ojos como si así pudiera evitar sus ideas.

Seguía apartando la mirada, viendo cualquier otro punto que no fuera Micaél. Él puso sus dedos debajo de la barbilla de Erika, y suavemente la movió para lograr que lo mirara directo a los ojos.

-          Nada es tan complicado, Baby Doll. 

Continue Reading

You'll Also Like

179K 14.8K 86
¿Creen conocer todos los misterios de nuestro mundo? Permítanme decirles, con su debido respeto, lo rotundamente equivocados que están. Adéntrense e...
7.5K 270 38
No todas las historia son con finales felices... "NO TODO ES COLOR DE ROSA" No todo es como las personas piensan! Aveces es lo peor... [...] "Sálvame...
11K 1.6K 14
El mundo es un lugar cruel para un omega, aún más si naces en una de las familias de la mafia. Bill no recuerda cuándo fue la última vez que comió, q...
539K 84.4K 153
Este libro es la quinta y ultima parte de la saga de Alfa King.