DIECIOCHO MOMENTOS

By ChichaPimentel

15K 2.4K 382

Erick Farrera ha sido un chico egoísta al estropear cada intento de nueva amistad a su mejor amigo Daniel, co... More

PRÓLOGO
PREFACIO
MI CHICO
PERSONAJES
CAPITULO 1
CAPITULO 2
CAPITULO 3
CAPITULO 4
CAPITULO 6
CAPITULO 7
CAPITULO 8
CAPITULO 9
CAPITULO 10
CAPITULO 11
CAPITULO 12
CAPITULO 13
CAPITULO 14
CAPITULO 15
CAPITULO 16
CAPITULO 17
CAPITULO 18
CAPITULO 19
CAPITULO 20
CAPITULO 21
CAPITULO 22
CAPITULO 23
CAPITULO 24
CAPITULO 25
CAPITULO 26
CAPITULO 27
CAPITULO 28
CAPITULO 29
CAPITULO 30
CAPITULO 31
Capitulo 32
Capítulo 33
CAPITULO 34
CAPITULO 35
CAPITULO 36
CAPITULO 37
CAPITULO 38
CAPITULO 39
40 CAPITULO FINAL ➕
EPÍLOGO.
DEDICATORIA ➕

CAPITULO 5

499 129 9
By ChichaPimentel

Mis clases habían terminado. Me dirigí a casa sin mucho ánimo como siempre. Daba gracias de no haberme topado con Erick, no tenía ganas de hablar con él y eso no significaba que estuviera molestó. Este día pude evitarlo pero mañana era de suponer que no, bueno igual el estaría ocupado y no me necesitaría. En cuanto llegue a casa me sentí como pez en el agua como dicen por ahí, mi casa era como un tipo de refugio donde podía esconderme de lo que no quería enfrentar. Ya en mi cuarto me quite los zapatos arroge la mochila y me deje caer dramáticamente en mi acogedora grande y suave cama. Pero claro los buenos momentos siempre son interrumpidos. Escuché algunos pasos y la puerta se abrió de golpe, me levanté rápidamente y me puse de pié en alerta.

—¿Que mierda Erick?, ¿Cómo entraste? —le grité asustado con la respiración acelerada.

—Se te olvida que tengo llaves —habló con seguridad meneando la llave en su mano derecha. Entro por completo y cerro la puerta —¿Estás solo?, No vi a tu mamá cuando entre —me preguntó observando a su alrededor.

—Si, no está —le confirmé alterado por su acto de presencia tan repentino. Menos mal que no me encontró en alguna situación más incómoda por ejemplo viendo porno o masturbándome, me sentí aliviado por eso. Debería cambiar la chapa pensé como medida precautoria.

Suena tan simple, tan normal cuando alguien menciona tu nombre, pero cuando el lo pronuncia, se siente totalmente diferente, mi piel se eriza y mi corazón se acelera. Y es por el simple hecho de que el lo dice.

—¡Dani!, ¿Donde diablos te metiste? Estuve buscandote todo el día te llamé  y me mandaba al buzón —Erick me cuestionó con una calma forzada. Me miró con los ojos entonados.

Abrí la boca para responder algo, pero Erick se apresuró a hablar antes que yo. —No pude encontrarte porque me estabas evitando ¿Cierto? —asumió. Baje la mirada y me dedique a buscar algo de ropa en mi armario, con la intención de pensar bien mi respuesta.

—Debí suponer que ya te habías enterado, los chismes corren rápido por eso quería decírtelo yo mismo —dijo ante mi silencio. Suspiró con simpleza y se dejó caer en mi cama.

—No quería molestar, pensé que estarías ocupado —le dedique una sonrisa amplia pero falsa, tan falsa como nuestra heterosexualidad.

—¡Con ella! —dijo en un tono absurdo y soltó una carcajada algo exagerada, como burlándose de lo que había escuchado.

—Pues sí —mencioné interesado.

Al cabo de un breve momento después de quedarse viendo a la nada del techo mencionó lo siguiente,.

—No acepté su propuesta —se limitó a revelar en un tono bajo pero entendible.

—No entiendo —fruncí el ceño. Mi expresión se mostró confundida.

—No me interesa —me aclaro con simpleza.

—Y lo que paso en el campo, ¿Dónde queda? —le pregunté neutral, quieto, tratando de no sonar muy interesado en el tema.

—Ante todo soy un caballero — alardeo.

—Sigo sin entender explicate —le pedí.

Se reacomodo en mi cama, se puso cómodo y empezó a hablar con serenidad. —Simplemente no quise ser grosero y rechazarla frente a todos, sí, le di un beso en la frente, pero eso no significo un sí acepto, se lo deje claro en cuanto estuvimos solos. Aunque no se lo tomó tan bien, pero debería estar más que agradecida por lo que hice —me aclaro.

—Alex dice que es linda —mencioné en un tono bajo.

—Mmm, sí, pero para mí gusto no, a mi me interesan otras cosas —expresó
con un tonito templado de sarcasmo.

Obviamente yo entendí a lo que su sarcasmo hacía referencia, pero lo ignoré.

—Eso lo explica todo —le dije sin mucho entusiasmo.

—¿Y a ti, si te gusto? —me soltó sin más. Con cierta dureza en su tono de voz, me miró con los ojos entornados y contrariedad.

Por instante una oleada de pensamientos me nubló la mente y me impidió decir algo mejor. —¿Que cosa? — pregunté por si me equivocaba. Mi voz sonó débil.

—¡Ella! —soltó claramente haciendo referencia al beso de esa noche, mi expresión cambio drásticamente eso sí que no me lo esperaba. El punto era como lo sabía. Aún así me matuve sereno y no demostré pesar.

—¿Cómo lo supiste? —intenté indagar antes de responder a su reveladora pregunta.

—Los chismes corren rápido, ya sabes —se encogió de hombros —. Pero tú aún no me respondes Dani, ¿te gusto o no? —habló duro, sentí cierta exigencia en su tono de voz para que yo le contestara.

—Tampoco me interesa —le aclaré finalmente.

—No te interesa pero si quieres cogertela —asumió con burla.

—¿Eso piensas? —lo rete con una amplia sonrisa.

—No se que pensar, dímelo tú —hizo un gesto pensativo, encogiéndose de hombros.

—Tiene buen trasero y unas grandes tetas pero no, ni borracho me la cogería, creo que también se lo he dejado más que claro, no soy el tipo de chico que anda por la vida prendiendo boilers para después no meterse a bañar —le lanze esa piedrada.

Erick soltó una risa que casi sonó armoniosa como si le hubiera dicho algo muy absurdo. Luego dejo de reír de golpe, carraspeó la garganta y habló —. A ella no pero tú amiguita sí —mencionó con cierta picardía y su sonrisa se formo intimidante. Como si me estuviera reprochando ese hecho.

Por un instante y más que nada por la tensión del momento había olvidado que no solo me había besado con Esbeide, lo que si no podría olvidar era que el beso de Villery si me había gustado. Así que aproveche la ocasión para restregarselo en la cara a Erick. Quería ver hasta que límite podíamos llegar con estos celos indirectos que ambos nos lanzabamos.

—Quizas a ella sí —le confirmé sonriente y a la vez con malicia.

—No te creo —resopló con una diversión forzada. Se levantó de la cama y se acerco rápidamente con grandes pasos a mi anatomía. Cuando pude reaccionar ya lo tenía enfrente intimidandome con esos ojos negros profundos.

—¿Porque? —alegué.

—Porque la única persona que te gusta soy yo —me aseguró con firmeza. Al tenerlo tan cerca me sentí atrapado. Paso sus manos por arriba de mis hombros recargandolas al armario, en un movimiento ágil para atrapar a su presa y no dejarla escapar.

—¿Que crees que haces? —me quejé en un falso gesto de disgusto por su atrevimiento. Para nada me disgustaba tenerlo cerca y poder observarlo a detalle. Pero eso sí, su cercanía me intimidaba me hacía sentir vulnerable ante sus encantos.

—Tu que crees —murmuró acercándose más.

—!Basta Erick¡ —exclamé de pronto, rojo como un tomate. Estábamos en contacto, en una cercanía peligrosa.

—No quiero —dijo en una voz ronca.

—Ya, suficiente —expresé esquivando y apartando sus manos. Lo intente pero el no me dejó ir, lo evitó y volvió a quedar atrapado en sus brazos. Al caer en cuenta que no tenía escapatoria me quedé quietos respirando un poco agitado.

—Quiero besarte —confesó en un susurró, con la mirada fija en mis labios. Traté de calmarme, respiré hondo. El me observaba detenidamente, sentía todo el peso de esos ojos negros sobre mi. Intenté esquivar su mirada, pero no pude porque debía admitir que se veía jodidamente sexy. Sus ojos brillaban con deseó. El peligro había aumentado y debía hacer algo al respecto, me escabulli por debajo recurriendo a la fuerza para salvarme, pero su agilidad me superó. Volvió a encerrarme entre sus brazos y está vez estando más cerca podía sentir su cuerpo y el calor que emanaba del mismo. Ahí supe que no tendría escapatoria. A menos de que un milagro pasara. Y está vez lo de la cucaracha no me funcionaría. Solo me quedaba pedirle por una vez más que parara.

—Se un amigo de verdad, y trátame mal —alegué con una nota de súplica. Lo mire con severidad.

—“amigo” ya no podemos ser solo amigos —me corrigió con firmeza.

—Por lo menos yo lo estoy intentando —refuté, igual de desafiante.

—El caso es que ya no quiero seguir intentandolo, ya no puedo —recalcó. Su respiración se aceleró, me sujeto la cara con una mano y me besó sin más. Sus suaves y finos labios hicieron contacto con los mios, y no me queje. Perdí toda noción del tiempo, lugar, y espacio. Era lo que había estado esperando, deseando en mi interior, durante todo este tiempo, y por fin lo recibía. Le respondí el beso instantáneamente. Su beso no fue suave ni romántico, si no demandante, apasionado, y posesivo justo como me lo esperaba. La manera en que abrió mis labios fue exigente pero astuta, tanto como para ni siquiera pensar en rechazarlo. Succionó mi labio inferior con agilidad para terminar en una mordida. En el momento en que sus labios se despegaron de los míos, nos miramos fijamente como si el me pidiera permiso para continuar. Pero yo me negué. Teníamos que detenernos ya.

—Hemos cruzado la línea entre lo que debemos y lo que deseamos —apenas y pude pronunciar cesando.

—Lo se, debo irme — habló con sensatez.

Los dos conteniendo todo ese deseo por seguir hasta el último punto. Con todo pesar logramos detenernos a tiempo.





Continue Reading

You'll Also Like

8.3K 1K 36
Barcelona, siglo XIX Marc es un joven huérfano que, en su desesperación por salvar a su hermana enferma, se ha visto arrastrado a un mundo de delinc...
19.4K 2.7K 63
En 1959, la pacífica vida suburbana de Gordon Shipman se vio comprometida cuando Maureen, su mujer, consiguió el papel estelar en la nueva película d...
62.7K 6.1K 30
Una mirada es suficiente para demostrar amor, escondido en la sombra del prejuicio. Este gesto encierra eternidades; algunas escondidas y otras más l...
No Name By Sol

Teen Fiction

143K 14.7K 65
¿Amistad? ¿Cariño? ¿Amor? ¿Odio? ¿Rencor? ¿Envidia? ¿Compañía? Atrapado en una encrucijada de emociones Ignacio comienza a preguntarse qué es lo que...