ANGEL BABY.

بواسطة JoseMunelo

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Layla, vive en un pueblo llamado Skyville, donde existen rumores de que cosas un poco extrañas pasan en el fr... المزيد

Aclaratoria.
Prefacio
1."¿Que estupidez cometiste Layla?"
2. "Cuarzos"
3."Mucho gusto, Dash Berlot"
4."Ángeles Caídos"
5. "Un chico lindo, una fiesta y un vecino"
7. "Halloween I"
8."Halloween II"
9."Ausencias"
10."Inocente"
11."Esto es peligroso"
12."La Fiesta"
13."Entre el cielo y el infierno"
14."Sacrificio"
15. "Dos pequeños ángeles"
16. "Hell'S I"
17. "Hell'S II"
18. "La libreta"
19. "Amores para toda la vida"
20. "Mi precioso ángel"
21. "Culpable"
22. "La profecía"
23. "Lazos de sangre"
24. "Angel Baby"
25. "Yo soy tu ángel"
26. "Amores celestiales"
27. "Nuestro ángel"
28. "Pequeño Andrews"
29. "INFERNO"
30. "Las Puertas del Infierno" FINAL
Epílogo
Agradecimientos
ESPECIAL: "Navidad entre tus alas"

6. "Besos y Cuarzos"

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بواسطة JoseMunelo


Layla.

Al llegar a casa, papá ya se encontraba dormido y me había dejado una nota en una de las encimeras de la cocina.

"Te castigaría si no estuvieras de vacaciones, no te acostumbres a llegar a estas horas de la noche. En el refrigerador tienes pizza, solo debes calentarla. Te amo hija."

Ese día al leer esa nota mi corazón se había roto en mil pedazos, recordé todo lo que habíamos pasado mi padre y yo, todo lo que le dije a Bernie acerca de lo ocurrido con mamá, las terapias, los psicólogos y la depresión de papá. Fueron tiempos muy difíciles.

Atravesé la sala de estar y después de tanto tiempo mire con detalle las fotos que teníamos junto a mamá en algunas de los muebles que estaban ella. Jamás había puesto en duda que me parecía a mi madre pero ese día llegue a pensar que yo era su hermana gemela.

Su muerte seguía siendo algo que por lo menos unos segundos al día me hacía llorar o extrañarla como nunca, había dejado de asistir a terapia hace casi un año, me sentía preparada para continuar sabiendo que ya no me despertaría en las mañanas para ayudarme a desenredar mi cabello.

Subí las escaleras y camine hacia la puerta de la habitación de papá, la abrí un poco con mucho cuidado de no hacer ruido y tan solo me quedé observándolo por unos minutos, alguien como Louis Mendes no merecía haber pasado todo eso. Ya habían pasado varios años, casi cuatro años para ser exactos y todo a veces parecía que hubiese ocurrido la semana anterior.

Cerré la puerta de la habitación y fui directo a la mía, me tumbé en la cama y mi vista se perdió en el techo. La cantidad de cerveza que había tomado se hizo cargo de mí, segundos después mi celular sonó...

Dash:

— ¿Estás despierta?

Su mensaje había sido algo inesperado, no me sorprendí en lo absoluto como otras veces, en el estado que estaba pensé en todo ese tiempo que estuvo ignorándome y lo odie por un instante, pero no me cohibí de responder:

Layla:

—Sí, lo estoy. Dash:

— ¿Podrías salir de tu casa como la noche en que me comporte como un idiota contigo?
Esa noche... Recuerdo su torso desnudo y como sus ojos brillaban aun así fuera de noche, la manera en que dirigió su fuerza hacia su mano fue algo que me pareció excitante.

« ¿Que carajos estas diciendo Layla?».

Layla:

—Ya salgo.

No repase mi aspecto, solo me quité lo que traía y usaba mi pijama, deje mi cabello suelto. Salí de la habitación con la botella de cerveza vacía en una de mis manos, llegué a la cocina y tome un poco de agua antes de salir. Al estar parada frente a la puerta que daba a la parte de atrás, dudé, pensé en si era buena idea salir a verlo.

Suspiré y abrí la puerta para poder salir. Cuando estuve fuera podía verlo a la distancia en la parte trasera de su casa, no podía distinguirlo bien gracias a que el alcohol tenía todo el control sobre mí, una vez más mi celular sonó:

Dash:

— ¿No te atreverías a venir hasta aquí? ¿O sí?
Sonreí al leer su mensaje, no entendía porque lo había hecho pero se podía interpretar que me estaba retando por la manera en que formuló su pregunta. En ese momento volví a mirarlo pero esta vez logrando conectar con sus característicos ojos.

Mi sentido de competitividad se había alertado y en pocos minutos estaba frente a él, pude apreciar aún más de cerca su rostro y sus músculos, su cabello desordenado y su expresión seria despertaron algo más en mí.

— ¿Qué ocurre, Dash? ¿Qué necesitas? —pregunté.

«Probablemente hice esto por los efectos del alcohol » pensé.

—Ohm...Quería saber cómo estabas—respondió inocentemente.

—Si era eso pudiste haberme preguntado por mensaje ¿no crees?

—Tal vez—se rió—. Pero creo que soy más de hacer todo personalmente—aclaró, su semblante serio había vuelto.

—Guao, un dato curioso de Dash Berlot—me burlé—. Gracias por regalarme ese dato.

— ¿Nerviosa? —indagó, una sonrisa pícara se asomó en su rostro por un segundo sumándole seguridad.

—No, para nada—hice una pausa y continué—. ¿Por qué debería de estarlo?—agregué. «Claro que estas nerviosa», dije para mis adentros.

—No hay razón alguna—apartó su mirada e hizo un gesto extraño. Su mandíbula marcada, el brillo de sus ojos y lo sexy que se veía en ese momento me hicieron suspirar.

—Tengo algo para ti—añadió volviendo a fijar su mirada en mí.

— ¿Y a qué se debe el presente? No estamos en navidad y te aseguro que no estoy cumpliendo años.

—Relájate, querida vecina—rebatió con una sonrisa y siguió—. Solo quería que tuvieras algo que te hiciera recordarme—aclaró, la forma en cómo lo dijo me erizó la piel, nuestras miradas conectadas y la cercanía entre nosotros me dejaban sin aliento.

No dije ni una sola palabra. —Vamos adentro—señaló dándome la espalda para abrir la puerta detrás de él—. ¿Por qué? —refuté, ya que entrar en la casa de Dash Berlot en horas de la madrugada y estando ebria no me parecía buena idea.

—Tu regalo esta en mi habitación y no te dejare sola aquí afuera—contestó mirándome con un gesto serio.

—Puedo cuidarme sola

Ladeó la cabeza. —No tengas miedo, no estoy tratando de aprovecharme de ti en el estado de ebriedad en el que estas—chisteó y siguió—. Vamos adentro, no seas terca—carcajeó un poco—. Además, si quisiera follarte ya lo hubiera hecho—sentenció.

«Dios perdóname todos mis pecados».

Mis ojos se desorbitaron, mi respiración se aceleró y un calor abrazó todo mi cuerpo. Entre todas las preguntas que estaban en mi cabeza referente a lo que dijo, las que más se repetían eran ¿Cómo sabía que estaba ebria? ¿Acaso se notaba tanto? Y por último no sabía si sentirme bien o mal por todavía no haber tenido sexo con él.

—Ya quisieras tu que eso ya hubiera pasado—dije pasándole por un lado para entrar a la casa, repentinamente me tomó del brazo con la suficiente fuerza para detenerme—. ¿Qué haces?

—Ten cuidado—me advirtió.

— ¿A qué te refieres?

—No me conoces, Layla—sonrió pícaramente. Me solté de su agarre y seguí mi camino.

Estando en la cocina me guió hasta la sala y luego se encaminó a las escaleras, no tenía pensado subir con él, no iría a su habitación.

Mientras subía se detuvo. — ¿Qué esperas?
— ¿Tengo que subir? —inquirí.

—No te vas a quedar sola aquí abajo ¿o sí? —contestó, tal vez no hubiera tenido problema en dejarme sola en la sala de estar pero por algún motivo no quería quedarme allí, así que comencé junto con él a subir.

Esta parte de la casa Berlot no la había apreciado jamás, los pisos de madera seguían haciendo juego con las escaleras, el mismo patrón en las paredes se mantenía pero la iluminación le daba una sensación de cabaña al lugar, en las paredes había varias pinturas que hacían referencia a ángeles y demonios, así como también había un gran cuadro pintado de él y sus padres.

Jamás me hubiera imaginado estar caminando a la habitación de Dash alguna vez en mi vida.

—Llegamos—susurró—. Debemos hacer silencio, un viejo amigo vino sin avisar y tuvo que quedarse a dormir.

—No hay problema.

Cuando abrió la puerta quede boquiabierta.

— ¿Bernie?—las palabras salieron de mi boca.
Dash me miro extrañado. — ¿Lo conoces?

—Lo conocí hoy en Heaven's.

«Te besaste con él, Layla».

—Es un buen chico—dijo Dash antes de adentrarse con cuidado a su habitación.

La habitación de Dash era blanca y sus muebles mantenían una paleta de distintos tonos oscuros de azul, había un gran desorden el cual no me sorprendió, siempre deduje que era alguien desordenado.

Traté de ignorar el hecho de estar viendo a Bernie dormido en la cama de Dash pero me resultó imposible.

— ¿Podrías apresurarte?—le susurré a Dash, se acercó a su mesita de noche y luego se volteó para caminar en mi dirección.

—Listo, vamos abajo.

Nos encontrábamos de nuevo en la sala de estar, tenía un poco de frió y mi cuerpo temblaba de vez en cuando, mi pijama no era el mejor atuendo para combatir el frió.

— ¿Quieres una manta?—inquirió él.

Pudo notar que tenía frió aun así cuando no estaba tan cerca de mí. —Estas temblando—me miró, esta vez sus ojos me transmitían preocupación.

—Me gustaría más un café—me reí recordando nuestro desayuno en Heaven's; al igual que yo, se rió y supuse que recordaba la pequeña broma que le hice.

Desapareció a través de la puerta que llevaba a la cocina y estuvo ausente por unos minutos, después hizo acto de presencia de nuevo, se quedó de pie en el umbral de la puerta y traía en una de sus manos una taza, me dejo ver esa sonrisa encantadora que tenía.

—Espero te guste, no soy muy bueno preparando cafés—bromeó. Caminó hacia mí y me entregó la taza.

—Siéntate—dijo señalándome el sofá, hice lo que dijo y le di un sorbo al café, el cual no sabía del todo bien.

— ¿Te gustó? —preguntó con una mueca graciosa. —Está un poco fuerte para mi gusto.

Una sonrisa de boca cerrada salió. —Creo que ya es momento de darte tu regalo— manifestó.
—Ya era hora—dije mientras tomaba un poco más del café.

— ¿Siempre eres así?

— ¿Así como?—lo miré.

Suspiró antes de hablar y tardó unos cuantos segundos en responder. —Así de linda y malhumorada—contestó.

Sentí como mis mejillas se sonrojaron, el ardor que emitían me lo dejó saber. Él frotó uno de sus ojos con sus dedos como si fuera un niño pequeño al que le daba vergüenza algo.

—Tal vez.

Luego acomodo su postura. —Ponte de espaldas y recoge tu cabello un segundo, por favor—dictó.

Dejé la taza en la mesa que estaba frente al sofá, segundos después pude sentir sus manos alrededor de mi cuello, el roce de sus manos me hicieron suspirar.

—Mírame—dijo, me volteé de nuevo y tenía una gran sonrisa en el rostro, sus ojos esta vez me transmitían alegría y bonitas emociones—. Eres un pequeño ángel, Layla.

Miré hacia abajo y pude ver el collar que me había puesto, tenía una gema. —Está precioso—expresé.

—Es un cuarzo blanco, la forma que tiene se le llama biterminados y sirven para atraer buenas energías—me informó.

— ¿Dónde lo conseguiste? Jamás había visto algo así en las tiendas del pueblo—hablé mientras apreciaba la gema.

—Digamos que fue de pura casualidad que la conseguí—se acercó a mí y estábamos tan cerca como cuando nos encontrábamos afuera.

Tomó el cuarzo con su mano y el tacto que hizo con mi piel hicieron que pequeñas corrientes fluyeran por mi cuerpo y mi corazón y mi mente me traicionaron cuando nuestras miradas volvieron a conectarse.

— ¿Por qué tardaste tanto en buscarme?—manifesté en un suspiro. Sus ojos brillaron más que nunca.

—Porque no era el momento correcto para encontrarte—dijo mientras su respiración su respiración se descontrolaba.

— ¿Qué quieres de mí?

De inmediato respondió. —Te quiero a ti, Layla.

Y luego nuestros labios se tocaron por primera vez, un beso con desenfreno comenzó, así como si fuera algo que estuviéramos esperando los dos hace mucho tiempo, estábamos en perfecta sincronía. Aparté su mano y me acerqué aún más a él, me tomo de la cintura e hizo que me sentara a horcajadas sobre él, sus manos viajaban por mis muslos y las mías por su pecho y abdomen, ya no sentía ni un poco de frió.

En ese momento me sentía completa, era como si todo lo que quisiera tener hubiera estado concentrado en alguien, en él.

—Detuve el beso y nuestros jadeos eran más que suficientes para saber que estábamos disfrutando esto.

— ¿Quién soy yo para ti?—lo miré a los ojos.
Él me abrazó en ese instante y yo le correspondí.

—Eres mi pequeño ángel—me susurró al oído—. Eres mi salvación, Layla.

^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^

Nota de Autor:

Un nuevo capituló para ustedes. Hoy ha sido un gran día para mi y por eso no pude contenerme a actualizar.

Espero mucho que les guste y que continúen para saber qué ocurre con Layla y Dash.

Les daré un adelanto:

"Alguien desaparece"

Los quiero. ❤️

José M.

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