All the young dudes - español

By zszyam

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¡ESTA HISTORIA NO ES MÍA, PERTENECE A MsKingBean89 EN AO3, SOLO LA TRADUZCO Y ADAPTO! Historia completa (los... More

Capitulo 1: Primer año: St Edmund's
Capítulo 2: Primer año: El expresso de Hogwarts
Capitulo 3: Primer año: Las elecciónes
Capitulo 4: Primer año: Luna llena
Capitulo 5: Primer año: Pociones
Capitulo 6: Primer año: Venganza
Capitulo 7: Primer año: Merodeadores
Capitulo 8: Primer año: Secretos
Capitulo 9: Primer año: Cicatrices
Capitulo 10: Primer año: Historia
Capítulo 11: Primer año: Cumpleaños, libros y los Beatles
Capitulo 12: Primer año: Navidad 1971
Capitulo 13: Primer año: Lectiuncula Magna
Capitulo 14: Primer año: La broma
Capitulo 15: Primer año: Consecuencias
Capitulo 16: Primer año: Astronomía
Capitulo 17: Primer año: Doce
Capitulo 18: Primer año: Revisión
Capitulo 19: Primer año: Fin de la escuela
Capitulo 20: Verano 1972
Capitulo 21: Segundo año: Regulus Black
Capitulo 22 Segundo año The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders From
Capitulo 23: Segundo año: Hermandad
Capitulo 24: Segundo año: Pociones, de nuevo
Capitulo 25: Segundo año: horas después
Capitulo 26: Segundo año: Quidditch
Capitulo 27: Segundo año: Un compromiso de cumpleaños
Capitulo 28: Segundo año: Suposiciones
Capitulo 29: Segundo año: Luna de Diciembre
Capitulo 30: Segundo año: Navidad con los Potter
Capitulo 31: Segundo año: Sirius regresa
Capitulo 32: Segundo año: Gryffindor vs Slytherin
Capitulo 33: Segundo año: Descubrimientos
Capitulo 34: Segundo año: Trece
Capitulo 35: Segundo año: ¿Que hay en un hombre?
Capitulo 36: Amor y matrimonio
Capitulo 37: Segundo año: Exámenes
Capitulo 38: El largo último día (parte 1)
Capitulo 39: Segundo año: El largo último día (parte 2)
Capitulo 40: Verano 1973
Capitulo 41: Tercer año: De vuelta a casa
Capitulo 42: Tercer año: Animales fantásticos
Capitulo 43: Tercer año: El mercado negro de Hogwarts
Capitulo 44: Tercer año: Hogsmeade
Capitulo 45: Tercer año: Noble y más antigua
Capitulo 46: Tercer año: El Slung club
Capitulo 47: Tercer año: James Potter y la mierda abultada de elefante
Capitulo 48: Tercer año: Sirius cumple catorce
Capitulo 49: Tercer año: Conozcase usted mismo
Capitulo 50: Tercer año: Philomena Pettigrew
Capitulo 51: Tercer año: The man who cried wolf
Capitulo 52: Tercer año: Confianza
Capitulo 53: Tercer año: Davey Gudgeon
Capitulo 54: Tercer año: Marlene
Capitulo 55: Tercer año: Greyback
Capitulo 56: Verano 1974
Capitulo 57: Cuarto año: Una tormenta en camino
Capitulo 58: Cuarto año: Competencia
Capitulo 59: Cuarto año: Septiembre
Capitulo 60: Cuarto año: Octubre
Capitulo 61: Cuarto año: Noviembre (parte 1)
Capitulo 62: Cuarto año: Noviembre (parte 2)
Capitulo 63: Cuarto año: Diciembre
Capitulo 64: Cuarto año: Navidad
Capitulo 65: Cuarto año: Enero
Capitulo 66: Cuarto año: Febrero (parte 1)
Capitulo 67: Febrero (parte 2)
Capitulo 68: Cuarto año: Marzo
Capitulo 69: Cuarto año: Abril
Capitulo 70: Cuarto año: Separaciones
Capitulo 71: Cuarto año: Junio
Capítulo 72: Verano 1975
Capítulo 73: Quinto año: dinero
Capítulo 74: Quinto Año: Dolor
Capítulo 75: Quinto Año: La sorpresa
Capítulo 76: Quinto Año: Moony & amigos
Capítulo 77 : Quinto Año: Hermoso
Capítulo 78 : Quinto Año: Deseando y Esperando
Capítulo 79 : Quinto Año: Luna celosa
Capítulo 80 : Quinto Año: Fue la noche antes de Navidad
Capítulo 81: Quinto año: imperdonable
Capítulo 82: Quinto año: Consecuencias
Capítulo 83: Quinto año: Enero
Capítulo 84: Quinto año: Sentimientos heridos
Capítulo 85: Quinto año: Bombas de estiércol y armario de escobas
Capítulo 86: Quinto año: Dulces dieciséis
Capítulo 87: Quinto año: La mañana siguiente
Capítulo 88: Quinto año: Punto muerto
Capítulo 89: Quinto año: La semana anterior
Capítulo 90: Quinto año: Búhos
Capítulo 91: Quinto año: La semana después
Capítulo 92: Quinto año: Cierre
Capítulo 93: Verano 1976: Londres
Capítulo 94: Verano 1976: Los Potter
Capítulo 95: Verano 1976: Charlas de Paz
Capítulo 96: Sexto año: Septiembre
Capítulo 97: Sexto año: Octubre
Capítulo 98: Sexto año: Halloween
Capítulo 99: Sexto año: Fiestas y pústulas
Capítulo 100: Sexto año: Límites
Capítulo 101: sexto año: Nueva normalidad
Capítulo 102: sexto año: tartas de carne picada
Capítulo 103: sexto año: Doce noches
Capítulo 104: Sexto año: Mala luna ascendente
Capítulo 105: Sexto año: Derramando secretos
Capítulo 106: Sexto año: Una larga noche
Capítulo 107: sexto año: Negociaciones
Capítulo 108: Sexto año: Mary, Mary
Capítulo 109: Sexto año: Heniokhos
Capítulo 111 : Sexto Año: Separación
Capítulo 112 : Sexto Año: Apariciones
Chapter 113: Sexto Año: La caja
Chapter 114: Verano 1977: Parte uno
Chapter 115: Verano 1977: Parte dos
Chapter 116: Verano 1977: Parte tres
Capítulo 117 : Verano 1977: Parte cuatro
Capítulo 118 : Verano 1977: Parte cinco
Capítulo 119: Séptimo Año: De regreso a la escuela.
capítulo 120: séptimo año: truenos
capítulo 121: séptimo año: compra de plumas
capítulo 122: séptimo año: la mente maestra
capítulo 123: séptimo año: el caer de la oscuridad
capítulo 124: Séptimo Año: Navidad (Parte uno)
capítulo 125: séptimo año: navidad (parte dos)
capítulo 126: séptimo año: navidad (parte 3)
Capítulo 127: Séptimo año: responsabilidades
Capítulo 128: Séptimo año: Preparación
Capítulo 129: Séptimo año: Instinto
Chapter 130: Séptimo año: Castor
Capítulo 131: séptimo año: interludio
Capítulo 132: Séptimo año: Víctimas
Capítulo 133: Séptimo año: domingo por la tarde
Capítulo 134: Séptimo año: San Valentín 1978
Capítulo 135: Séptimo año: bromas internas del Merodeador
Capítulo 136: Séptimo año: Juegos mentales
Capítulo 137: Séptimo Año: Remus el mártir
Capítulo 138 : Séptimo Año: Esperanza
Capitulo 139: Séptimo Año: Borrachos
Chapter 140: Séptimo Año: Ideas brillantes
Capítulo 141: Séptimo año: Star star
Capítulo 142 : Séptimo Año: Visitas al hospital
Capítulo 143 : Séptimo Año: Colapso
Capítulo 144 : Séptimo Año: Decisiones
Capítulo 145 : Séptimo Año: Lo que nos falta
Capítulo 146 : Séptimo Año: Superego
Capítulo 147 : Séptimo Año: Noche y día.
Capítulo 148: Séptimo Año: La final
Capítulo 149 : Séptimo Año: Legado, parte uno.
Capítulo 150: Séptimo Año: Legado, parte dos.
Capítulo 151 : La guerra: Julio, 1978.
Capítulo 152 : La guerra: Infiltración
Capítulo 153 : La guerra: Frente interno
Capítulo 154: La guerra: Otoño, 1978
Capítulo 155: La guerra: Invierno, 1978-1979
Capítulo 156: La guerra: El Cuartel General del Auror
Capítulo 157: La guerra: Manada
Capítulo 158: La guerra: Cautivo
Capítulo 159: La guerra: Sumisión
Capítulo 160: La guerra: Infantería
Capítulo 161: La guerra: Luna sangrienta
Capítulo 162: La guerra: La historia de Moony
Capítulo 163: La guerra: Finales de la primavera, 1979
Capítulo 164: La guerra: Verano de 1979
Capítulo 165: La guerra: Dulce et Decorum est
Capítulo 166: La guerra: Otoño, 1979
Capítulo 167: La guerra: Invierno, 1979
Capítulo 168: La guerra: Primavera y verano de 1980
Capítulo 169: La guerra: Otoño e invierno 1980
Capítulo 170: La guerra: Invierno de 1980 y primavera de 1981
Capítulo 171: La guerra: Triaje
Capítulo 172: La guerra: Verano, 1981
Capítulo 173: La guerra: Otoño, 1981
Capítulo 174: Armisticio
Capítulo 175: 1982
Capítulo 176: 1983
Capítulo 177: 1985
Capítulo 178: 1986
Capítulo 179: 1987
Capítulo 180: 1989
Capítulo 181: 1990
Capítulo 182: 1991
Capítulo 183: Verano 1993
Capítulo 184: Verano 1994
Capítulo 185: Principios de 1995
Capítulo 186: Verano 1995: Grant
Capítulo 187: Verano 1995: Sirius
Capítulo 188: Hasta el final

Capítulo 110: Sexto año: Diecisiete

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By zszyam

Jueves 10 de Marzo de 1977

— ¡FELIZ CUMPLEAÑOS, REMU! — Tres adolescentes desgarbados, ruidosos y muy emocionados saltaron a la cama de Remus al amanecer. No era igual a cuando tenían once años. Por un lado, las piernas de Remus eran mucho más largas; por otro, todos eran mucho más pesados.

— Quítense, idiotas — se quejó Remus — ¿Qué hora es?

— El tiempo es irrelevante — dijo James, con un sombrero de fiesta puntiagudo de colores brillantes — Es tu cumpleaños.

— ¡Tu decimoséptimo cumpleaños! — Sirius agregó, usando un sombrero de fiesta de lunares en un ángulo desenfadado en su cabeza.

— ¡Eres mayor de edad! — Peter dijo, arremetiendo contra Remus con un cuarto sombrero, rompiendo el elástico debajo de su barbilla.

Remus los miró a todos, con cara de piedra. — Van a hacer que me ponga esto todo el día, ¿no?

Los tres asintieron con la cabeza, al unísono perfecto, las serpentinas de sus gorros cónicos se balanceaban y destellaban en la tenue luz de la mañana.

— Es impermeable al agua — explicó Sirius alegremente — Así que incluso puedes ducharte con él. — Le guiñó un ojo y Remus esperaba no haberse sonrojarse. Sirius había estado en su cama solo unas horas antes, por una razón muy diferente, y Remus estaba encontrando las rápidas transiciones cada vez más difíciles de manejar.

Solo media hora después, Remus se había duchado (con el sombrero todavía firmemente en la cabeza), y se propuso a abrir unas cincuenta tarjetas de cumpleaños deseándole muchas felicidades escritas ("¡No pensé que conociera a cincuenta personas!"). Luego comió una generosa porción del pastel de chocolate que la Sra. Potter le había enviado.

— Y recibirás tu regalo adecuado más tarde. — dijo James, crípticamente — En la fiesta.

— Ustedes están locos — dijo Remus, mientras entraban en fila en la sala común — No deberían tomarse todas estas molestias.

— Cállate, Moony. — Peter dijo, de buen humor.

— ¡Feliz cumpleaños Remus! — Las chicas corearon en el comedor. Todas llevaban sombreros de fiesta también, aparentemente gracias a la persuasión de Lily.

— Buena esa, Evans. — James le guiñó un ojo, asintiendo con el codo con astucia — Sabía que la nueva tú no nos decepcionaría.

— Oh, lárgate, Potter — le devolvió el codazo, luciendo muy complacida y un poco sonrojada.

La interpretación habitual de tres rondas de "Feliz cumpleaños" acompañó el desayuno de cumpleaños de Remus, y ya estaba tan acostumbrado que incluso se puso de pie e hizo una tímida reverencia una vez que finalmente terminaron. Luego llegaron los búhos.

Había una tarjeta de Ferox, lo cual era inesperado: Remus no estaba seguro de si todavía se seguían hablando después de su última reunión. También había una nota de Dumbledore.
Rompió rápidamente el sello rojo cereza debajo de la mesa y lo leyó lo más rápido posible.

"Señor Lupin,

Felices muchas vueltas al sol a tí en este día. Entiendo que tenemos algunas cosas que discutir. Preséntese en la oficina del director a las 4 pm esta tarde.

Sinceramente,
Albus Dumbledore. "

— Aquí vamos. — Suspiró en voz baja. Sirius, que tenía la molesta costumbre de leer por encima del hombro, se inclinó.

— ¿Quieres que alguien te acompañe?

Remus negó con la cabeza, pero le sonrió a Sirius, tratando de ser amable.

— Nah. Gracias por ofrecerte, pero creo que es mejor si lo hago solo.

Sirius asintió, luciendo preocupado de todos modos.

El día pasó lentamente, el encuentro con Dumbledore acechaba al final como una araña malévola. Remus trató de imaginarse el escenario en su cabeza, ideando un guión, o al menos algo coherente que decir en defensa de sus salvajes demandas. No se le ocurrió nada, y a las 3:45 pm de esa tarde se encontró caminando hacia la oficina del director muy lentamente.

Había estado loco incluso por sugerir esas cosas en primer lugar. Nadie más necesitaba una razón para ayudar en el esfuerzo de guerra; James nunca pediría algo. Pero entonces, supuso Remus, no había nada que James quisiera que Dumbledore pudiera darle. A menos que Dumbledore tuviera la clave del amor eterno de Lily Evans.

Encontró la escalera ya abierta, y ascendió con la misma lentitud, recordando sólo en el último momento que debía arrancarse el sombrero de fiesta de la cabeza.

— Buenas tardes, Sr. Lupin. Feliz cumpleaños.

Dumbledore estaba sentado en su escritorio, como de costumbre. Esta vez no estaba escribiendo cartas; estaba esperando pacientemente, con una sonrisa benigna en su rostro.

— Gracias — respondió Remus, con cautela, sentándose en la silla de enfrente. Pensó por un momento antes de decir — ¿Le importaría llamarme Remus?

— Como desees — asintió Dumbledore. Parecía estar de buen humor. — ¿Cómo se siente al llegar a la mayoría de edad?

— Estoy bien.

— Tengo algunas cosas para ti, enviadas por la Sra. Orwell.

— ¡¿Matrona?!

— En efecto. — Dumbledore señaló una caja de zapatos, que parecía haber aparecido en el gran escritorio de caoba en el aire. — Creo que hay algunos artículos allí que le pertenecen, que se mantuvieron en fideicomiso en St Edmund's.

— Oh, wow... — Remus tocó la tapa de la caja, tentativamente, pero no la abrió. Quería estar solo para eso.

— También está el asunto de tu herencia.

— ¡¿Mi qué?!

— Tu padre dejó un testamento. Dejó algunas provisiones para tu madre y el resto para ti. No era un hombre rico, debería decirte, pero sin embargo, su bóveda en Gringott's ahora te pertenece. — Dumbledore sacó una llave de su bolsillo y la pasó por el escritorio.

Remus lo sostuvo en su mano y pensó en Lyall, quien no había estado en su mente en algunos meses.

— Gracias. — Dijo, recordando sus modales.

— Y hay otros asuntos legales, como bien sabes. — Dumbledore juntó sus manos frente a él, dedos largos y delgados entrelazados. Estaba esperando una respuesta.

— El registro. — Dijo Remus.

— El registro. — El director estuvo de acuerdo. Sacó un trozo de pergamino y lo empujó sobre el escritorio también. Era un formulario.

"Ministerio de Magia: Declaración de Infección: Licantropía."

Remus se sintió mareado. Había una línea de puntos en la parte inferior, esperando su firma. Se sentó sobre sus manos y miró a Dumbledore.

— ¿Qué quiere que haga con él?

— Leo Ferox me hizo creer que ya tenías una muy buena idea de qué hacer con él, Remus. —Respondió el anciano con ojos serios. — Eres un adulto, lo dejo en tus manos.

Remus recogió el pergamino de inmediato, lo levantó a la altura de sus ojos y lo rasgó en dos. Dumbledore sonrió de nuevo. — Admirablemente hecho.

— Sin embargo, Ferox le dijo algo más. — Dijo Remus, tratando de mantener el contacto visual pero encontrándolo extremadamente difícil. Dumbledore no era como nadie más, olía tan fuertemente a magia como cualquier otra bruja o mago, pero nada más. No tenía ninguna cualidad única.

— Él me dijo, sí. Creo que, tal vez, puedas anticipar mi respuesta.

Remus sintió que algo se desinflaba dentro de él, dejando espacio para la ira que se avecinaba.

— Así que es un no. — Dijo rotundamente.

Dumbledore inclinó la cabeza, gentilmente — No completamente. Una solicitud de paciencia, tal vez.

— Con todo el respeto — Remus escuchó la dureza en su propia voz, y lo sorprendió, pero siguió, sintiéndose más valiente — No hay tiempo para la paciencia.

— Nunca lo hay, cuando uno es joven. — Dumbledore respondió, suavemente. — Remus, sé cómo te deben parecer las cosas, créeme.

— No la viste. Están sufriendo. Ahora mismo.

— Mucha gente está sufriendo, Remus. Has pasado muy poco tiempo en el mundo mágico todavía...

— ¡¿Y de quién es la culpa?! — Remus murmuró ferozmente. Dumbledore le dio una mirada silenciosa.

— Pero una vez que lo hayas hecho, verás, y comprenderás por qué ciertas actitudes están muy lejos de cambiar. Lo que estás pidiendo... -

— ¿Qué hay de lo que usted está pidiendo? — Remus gritó, incandescente — A Ferox, y Moody y los Potter y ...

— ¡Estoy pidiendo un enorme acto de fe! — Dumbledore dijo en voz muy alta, no gritó; no se podía llamar gritos en absoluto, pero ya no era amable. — De mucha gente. Y seguiré pidiendo eso, hasta que se gane la guerra. Ese debe ser nuestro enfoque, por ahora.

— Quiero ganar la guerra — dijo Remus, todavía tratando de controlar su volumen — Tanto como cualquiera. Pero también quiero algo que valga la pena ganar.

— A su tiempo. Cuando tengamos los recursos. Cuando tengamos la fuerza para pelear otra batalla.

— Quiero una promesa.

— Estoy al tanto. — Dijo Dumbledore, su voz cambiando casi imperceptiblemente, con un profundo ceño en su frente. — No puedo darte una.

— Bien. — Remus se puso de pie. — Entonces yo le prometo que no me voy a dar por vencido.

Estaba furioso y Dumbledore tuvo el descaro de sonreírle.

— No esperaría menos del hijo de Lyall Lupin.

Remus quería gritar: que te jodan, pero decidió que como ya había sido repudiado de una institución hoy, probablemente era mejor evitar cualquier riesgo de expulsión. Agarró la caja de zapatos, se volvió y salió.

Remus estaba prácticamente ciego de rabia mientras bajaba por la escalera de caracol desde la oficina de Dumbledore, con la caja de zapatos bajo el brazo, la cabeza inclinada, de modo que se tropezó directamente con Sirius que lo esperaba al final.

— ¡Woah! — Dijo Sirius, empujando ambas manos contra el pecho de Remus en un intento de frenarlo — ¿Qué pasa, Moony?

— ¿Qué estás haciendo aquí? — Remus gruñó.

— Solo esperándote, sé que no querías compañía, solo pensé...

— ¡Nunca escuches! — Remus despotricó, empujándolo. Sirius lo agarró del brazo y no lo soltó, permitiendo que Remus lo arrastrara a medias por el pasillo.

— Lo sé, soy terrible — estaba diciendo, trotando ligeramente para seguir el ritmo de los pasos más largos de Remus — Nunca hagas lo que me dicen, ¿verdad? Sigue gritándome, me lo merezco, oye, ¿Quieres pegarme?

Remus se detuvo y lo miró, Sirius estaba con una sonrisa voluble en su rostro. Esa sonrisa de Sirius Black.

— No. No quiero golpearte.

— Oh bien. ¿Quieres golpear una pared?

— No. — Remus siguió caminando, un poco más lento.

— ¿Quieres drogarte?

— No.

— ¿Estar borracho?

— ...Tal vez.

— ¡Perfecto! — Dijo Sirius. ahora caminaban a paso regular, hacia el comedor — Porque creo que eso es lo que la mitad de la escuela tiene en mente después de la cena. ¿Qué hay en la caja?

— Es... — Remus lo sostuvo con ambas manos, ahora. No era muy pesado, no podía haber mucho. Podía sentir hojas de papel deslizándose por el interior. — Solo algunas cosas, creo que mi papá me las dejó. No lo abriré hasta más tarde.

Sirius se encogió de hombros, fácilmente — Lo suficientemente justo.

...

La amabilidad general de Sirius continuó durante la cena - salchichas y puré con salsa de cebolla - hasta el postre, cuando apareció Emmeline. Remus había estado a medio camino de estar de buen humor cuando ella apareció en su mesa y se apretó contra el regazo de Sirius. Ella lo besó, de lleno en la boca, durante mucho tiempo.

— Feliz cumpleaños, Remus — sonrió cortésmente, una vez que terminaron.

Él asintió en respuesta y dejó la cuchara. Ella no pareció darse cuenta. — Estoy tan emocionada con la fiesta. — Ella dijo, en general, a la mesa.

— Debería ser buena. — dijo James, jovialmente — Los cumpleaños de Moony siempre lo son.

— ¿Por qué todos te llaman Moony? — Preguntó Emmeline, mirando a Remus. Él le frunció el ceño.

— No todo el mundo. Solo mis amigos.

Parpadeó y frunció el ceño, las arrugas de su frente estropearon su belleza solo momentáneamente. Sirius apretó su cintura.

— Oye, Em, ¿Por qué no nos vemos más tarde? Tenemos algunas cosas que hacer para prepararnos.

— Está bien — sonrió de nuevo — Recuerda tu promesa... — le besó de nuevo.

— ¿Promesa? — Remus preguntó, arriba en su habitación, quince minutos después. James y Peter estaban supervisando las decoraciones en la sala común, y Sirius había inventado una excusa para no ayudar. — ¿Qué le prometiste?

— Oh, solo que la acompañaría de regreso a su sala común después de la fiesta.

Remus levantó una ceja — ¿A través de la Torre de Astronomía?

Sirius se rió, desabotonándose la camisa para cambiarse — Tal vez. ¿Por qué?

— Nada. — Remus se sentó en su cama. La caja de zapatos todavía estaba sin abrir, en su mesita de noche. Hoy no iba a mirarla. Quizás ni siquiera mañana.

— ¿Qué hay de Mary y tú? — Preguntó Sirius, seleccionando una camisa negra limpia de su desordenada cómoda — ¿Esa cosa terminó ya, o qué?

— Sí. — Remus asintió, mirándolo. Es ahora, pensó, ahora cuando le dices. — Fue sólo una especie de experimento… ¿Sabes a qué me refiero?

— ¿Hm? — Sirius murmuró, más concentrado en abrocharse la camisa. — ¿Qué, no estuvo bien?

— Estuvo bien. No tan bueno como… — tragó saliva y lo dijo rápido — No tan bueno como cuando solo somos tú y yo.

Sirius levantó la vista de sus botones, mirando a Remus al otro lado de la habitación. Remus estaba agradecido por la distancia. La expresión de Sirius era difícil de leer, así que Remus siguió adelante. — ¿Es así para ti?

Sirius regresó a su tocador, buscando jeans ahora. Se volvió de espaldas, y dijo en voz baja.

— Sí.

— ¿Perdón? — Remus dijo, alzando la voz.

Sirius suspiró, pero no se dio la vuelta. Cerró el cajón, aparentemente decidiendo que los jeans que tenía servirían.
— Dije que sí. Es mejor contigo.

— Correcto. — Remus estaba tan sorprendido por esta respuesta que no pudo pensar en nada más que decir. Desafortunadamente, esto le dio a Sirius la oportunidad de hablar. Se volvió, pasando su largo cabello hacia atrás sobre su cabeza, casualmente.

— Supongo que es porque nos conocemos muy bien, ¿eh? ¡Bien, será mejor que vaya abajo y ayude antes de que Prongs venga detrás de mí con una maldición de piernas de gelatina! Enviaremos a Peter a buscarte cuando esté todo listo.

Con eso, Sirius desapareció por las escaleras.

...

Cuatro horas después, Remus estaba realmente ebrio. No ebrio, borracho. Quebrado. Pasado. Paralítico. No recordaba cuánto había bebido y no le importaba. Iba a pasar un buen rato incluso si eso lo mataba. Que se joda Dumbledore. Que se jodan Greyback, Ferox, Livia, Emmeline y el maldito de Sirius Black. La fiesta estaba en pleno apogeo, todos ahora llevaban un brillante sombrero puntiagudo de cumpleaños, saltando al son de la música a todo volumen. A Remus ni siquiera le habían importado las pistas de música disco.

Se tambaleó hasta su sillón y se hundió en él con otra botella más de algo encantador y fuerte. Se sentía muy caliente y con mucho sueño. Con pereza, él dejó que su mirada se desviara hacia Sirius, charlando cerca del tocadisco, sus caderas se movían hacia delante de una forma tan... Remus se permitió mirar por un momento. Tenía derecho. Su primer beso había sido hace exactamente un año atrás. Era un pequeño y tonto aniversario, considerando todo lo que había pasado en el medio, pero Remus sintió un pequeño ronroneo de satisfacción de todos modos. Maldito idiota.

— Él y Emmeline han estado juntos un tiempo. — Lily le dijo a Remus, acercándose a sentarse en el apoyabrazos. Sus ojos estaban muy abiertos y desenfocados, tenía una sonrisa fácil.

Remus tomó cuidadosamente el control de sus rasgos faciales y le sonrió como si no le importara nada en el mundo.

— Suenas sorprendida.

— Bueno, lo estoy un poco. No lo veía como el tipo de chico que quiere estar solo con una chica común.

Remus se encogió de hombros, porque no podía hablar sin decir demasiado. Lily continuó, independientemente de esto. — Y ... sé que suena horrible, y sé que él es tu amigo, así que solo dime que me calle, pero yo pensé... ya sabes, que solo salía con ella para molestar a su familia.

— ¿A qué te refieres? — Preguntó Remus, tomando un largo trago de su whisky de fuego.

—Oh, ya sabes —balbuceó Lily, tal vez incluso más borracha que él— Todo el mundo sabe que Black está en una cruzada extraña contra su madre... nunca sale con chicas de sangre pura. Primero fue Mary… — comenzó a contar las conquistas de Sirius con sus dedos — ella es nacida de muggles… Evangelina, Florence, Avni… ahora Emmeline.

— Podría ser solo una coincidencia. — Remus estaba preocupado de no poder controlar su tono de voz por mucho más tiempo; se estaba volviendo agudo y nervioso.

— Pfff. — Lily rió, derramando un poco de su propia bebida. — Sssssirius Black nunca hace nada por casualidad. Essssstá todo calculado, por él. — Se rió entre dientes, llevándose la copa a los labios — Se follaría a un vampiro si hubiera uno en Hogwarts.

Remus se puso de pie muy de repente, los nudillos crujiendo. Lily casi se cae del brazo del sofá asustada — ¿Qué pasa? — Preguntó ella, confundida, mirándolo con lágrimas en los ojos.

— Estoy... voy a vomitar. — Remus dijo, dándose cuenta de que realmente estaba apunto de hacerlo. Salió corriendo y subió las escaleras lo más rápido que pudo y tropezó en el baño justo a tiempo, vomitando en la taza del inodoro.

Se balanceó sobre sus tobillos, sudando y con frío. Había bebido demasiado, ahora solo quería acostarse y dormir y no pensar en nada. Remus se cepilló los dientes y se lavó la cara con agua fría. Se sintió menos mareado, pero no más sobrio. Se puso los pantalones del pijama y abrió la puerta.

Sirius estaba de pie del otro lado, apoyado en el poste de la cama, con las manos en los bolsillos. Él se veía tan bien. Sus ojos se encontraron y se sostuvieron. Sirius rompió el contacto primero.

— Vine para comprobar que estás bien.

Remus cerró la puerta detrás de él, dando un paso adelante.

— Lo estoy — respondió con cautela — Solo un poco demasiado ebrio, eso es todo. Me voy a la cama.

— Mira, sobre las cosas que dije — comenzó Sirius. Remus se preparó, no estaba seguro de lo que vendría. — Lo siento mucho. — Sirius dijo, impotente. — Ni siquiera sé por qué lo siento, pero... solo... Perdón ¿De acuerdo?

Puso una mano en el hombro de Remus, aparentemente en un gesto de disculpa. Estaba caliente en la piel desnuda de Remus, pero no se encogió de hombros. Solo esperaba que finalmente pudieran separarse y él pudiera irse a la cama. Sirius volvería abajo a la fiesta. Pero en cambio, Sirius lo besó. Sintiéndose como un tonto, Remus le devolvió el beso, hambriento, con sabor a pasta de dientes y whisky.

Sirius lo empujó hacia adelante, tropezando levemente, y se apoyó pesadamente en Remus, agarrando sus hombros ahora. Remus se apartó, recordando de repente que estaba mal.

— Estas borracho. — Él dijo.

— Sí — dijo Sirius, sonriendo — Tú también.

— Sí — estuvo de acuerdo Remus. Se echó hacia atrás, dejando a Sirius equilibrarse solo. Se frotó la nuca. — No creo que debamos... creo que te arrepentirás.

— ¿Desde cuándo te importa? — Sirius ronroneó, inclinándose de nuevo. Remus dio un paso atrás, bruscamente, presionando su mano contra el pecho de Sirius para mantenerlo a raya.

— No, Sirius. ¿Qué pasa con Emmeline?

Sirius negó con la cabeza mareado, frunciendo el ceño.

— ¡Que le den Emmeline! — Él gruñó. Remus puso los ojos en blanco.

— Pero ya le das tú, ¿No es así, Black? Ese es el problema.

— Entonces... — Sirius habló lentamente, con la mente empañada por la bebida — Tenemos que detener nuestra... cosa, ¿solo por ella?

— ¡¿Nuestra cosa?! Dios, Sirius, eres increíble.

— ¡¿Qué?!

— Siiiiiiiriuuuuuuuus... — La voz borracha de Emmeline hizo eco en las escaleras — ¿Dónde estás?

Ambos se volvieron, mirando hacia las sombras.

— Será mejor que vayas con ella. — Remus dijo, caminando hacia su cama. Sirius lo siguió como un cachorro perdido, tirando de la cintura de la parte inferior de su pijama con necesidad.

— Vamos, solo...

— ¡No!

— Siiiiriuuuuuuus... ¡Voy a buscarte!

Remus lo apartó una última vez.

— ¡Adelante, no la quiero aquí!

Sirius lo miró fijamente por un rato más, la bebida aún nublaba sus reacciones, volviéndolo lento y estúpido.

— Está bien, pero volveré... podemos hablar...

— No. — Remus dijo de nuevo. — Ya hablamos. Se acabó. Buenas noches, Sirius.

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𝐇𝐚 𝐜𝐚𝐦𝐛𝐢𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐮𝐧 𝐝𝐢́𝐚 𝐚 𝐨𝐭𝐫𝐨. 𝐀𝐡𝐨𝐫𝐚 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐞𝐥 𝐩𝐞𝐥𝐨 𝐭𝐞𝐧̃𝐢𝐝𝐨. 𝐀𝐡𝐨𝐫𝐚 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐮𝐧 𝐞𝐬𝐭𝐢𝐥𝐨 𝐝𝐢�...
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BUWYGIB | ❝ Donde a Millie le gusta Finn, su mejor amigo; sin embargo, a él no le gusta ella. ¿O no? ❞ ⌜ Finn Wolfhard x Oc's ⌟ ⌜ Finn Wolfhard x Mil...