Así, pasaron varios dias, Jeremy jugaba, peinaba, alimentaba y cuidaba a la pequeña Maryge; cuando hacia demasiadas preguntas la hacia ir al bosque y recoger las flores más bonitas que encontrara. Siempre con instrucciones y reglas, a Maryge esto le parecia un "juego" divertido.
Este fué un día como esos, Maryge había preguntado a Jeremy la razón por la que vivían en el bosque y nunca salían, el se incomodó y le dijo que saliera y cortara todas las flores rosas que encontrara, que las trajera a la cabaña y que no hiciera más preguntas. Maryge obedecio a esto, y salió al bosque, se sentó bajo un gran arbol a elegir flores de color rosa y cantaba mientras lo hacía.
Al regresar, era casi de noche y Jeremy ya tenía la merienda lista.
-limpiate los pies- ordenó Jeremy antes de que Maryge diera un paso dentro.
La niña hizo caso y entró llena de flores color rosa -¿donde las dejo?- preguntó sosteniendo un ramo gigante de flores entre sus manos.
-trajiste demasiadas esta vez- rió mientras le quitaba las flores de las manos y las dejaba en un florero de gran tamaño.
-¡es porque todo era muy lindo!- habló mientras se sentaba en la mesa.
-ya, ya, esta bien. Ahora es momento de que comas, después te darás una ducha y a dormir- dijo Jeremy sentandose a su lado y acercando a ella un plato con comida.
-¡pero no quiero ducharme! Ni tampoco quiero dormir!- reprochó Maryge metiendose una gran cantidad de comida en la boca.
-pero debes hacerlo, tienes que descansar antes de mañana- la miró sonriendo y siguió comiendo.
-¿que pasará mañana?- preguntó la pequeña con la boca llena.
-es una sorpresa, y no hables con la boca llena- soltó una risita divertida y le lanzó una servilleta de tela en la cara.
Después de la merienda, la pequeña Maryge logró convencer a Jeremy y no ducharse por un dia más, también hizo que le contara una historia y después, los dos se quedaron dormidos en la misma cama.
Al siguiente día Maryge se levanto con muchas energías y emocionada por la sorpresa que sabía que Jeremy tenía para ella.
-¿a donde iremos?- preguntó de nuevo mientras se ponía su lindo vestido rojo.
-ya te dije que es sorpresa, las sorpresas no se dicen porque entonces ya no son sorpresa- dijo sentado frente a ella limpiando sus zapatos que, el anterior día se habían llenado de lodo.
-¡pero yo quiero saber! Porfavor porfavor porfavooor- hizo un tierno gesto que provocó que Jeremy se tapara la cara y los ojos con las dos manos.
-¡no voy a caer! No no no- quitó las manos de sus ojos y pudo ver a Maryge, que lucía molesta.
-agh!-
-bueno esta bien- Jeremy parecía tan emocionado como la pequeña esta vez, Maryge saltó de alegría y se sentó junto a el sin apartar la vista ni un segundo. -¿recuerdas que ayer me trajiste muchas flores rosas?-
-si, y eran muy bonitas y las pusiste en agua y estan sobre la mesa y- Maryge habló rapido y Jeremy interrumpió divertido.
-pues voy a llevarte a un lugar donde hay muchas flores como esas, y todas son tan lindas al igual que las tuyas-
-¡¿enserio?! Quiero ir ya!, hay que llevar unas tijeras para cortar todas las que podamos-
-no podemos hacer eso- negó con la cabeza.
-¿porque no?- preguntó curiosa.
-porque todas las flores de ahí son especiales y solo se toman con permisos especiales, además solo entran personas especiales- sonrió.
-¿yo soy especial?- Maryge se señaló con el dedo.
-tu eres muy especial, asi que puedes entrar sin problema- le entregó sus zapatos y se levantó de la cama. -pontelos y vamonos rápido-
Acabando de ponerse los zapatos, los dos corrieron al bosque, Maryge detrás de Jeremy.
Llegaron a un campo, estaba llendo de flores rosas por todos lados, grandes, pequeñas, medianas, largas, cortas y demás. Enmedio de todas esas flores se podía observar un parque, tenia algunos juegos, pero no podían usarlos ya que estaban llenos de flores como todo lo demás.
-¡Wow!- dijo la pequeña tan pronto como vió aquello tan hermoso.
-veo que te gusta- tomó su mano y caminó por enmedio de las flores con cuidado de no pisar los tallos grandes.
-¡es muy bello!- lo siguió entusiasmada mientras pisaba con cuidado sin saber porque.
-aqui estaremos el resto del día, ¿te parece?- se sentó en un lugar donde escaceaban flores.
-¡sii! ¿Y podemos jugar a algo?- mientras jugaba con su vestido alegremente.
-¿jugar a que?- sonrió, a Jeremy le gustaba jugar con la pequeña, siempre se le ocurrían juegos divertidos