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Día 9
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-¿A dónde vas tan temprano?
-Tengo una reunión importante en el trabajo. A este paso, tendré que pedir mi turno de vacaciones o terminaré mal -respondió con seriedad el castaño mientras abotonaba la manga derecha de su camisa blanca.
-Ahora que lo noto, siempre estás en casa. ¿Así es como tu trabajo es tan eficiente? -el pelirrojo aún en pijama cuestionó, ladeando la cabeza.
-Tengo una explicación muy buena para esto, pero no puedes decir lo mismo cuando hice un excelente trabajo cuidando de tu familia, ¿cierto?
-Tal vez... -se encogió de hombros.
-No pasaré la noche aquí, no me esperes para cenar -tomó su saco negro y caminó hacia la salida.
-¿De verdad? -sorprendido- Quiero decir... que te vaya muy bien.
Dazai giró un poco su rostro tratando de mirar a Chuya, ¿de verdad le alegraba saber que estaría solo en casa?
En ese caso, Akiko tenía razón. Chuya era prioridad, necesitaba darle espacio y eso haría. Aunque seguía sin comprender la verdadera razón de su enojo, ¿su actitud normalmente era así?
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-No puedo creer que hayas llegado tan lejos como para venir a mi casa después de meses, Dazai.
-No quería recurrir a esto, Ango -se sentó en uno de los sillones de la amplia sala, dejando caer su espalda sobre el respaldo-. Ha pasado mucho tiempo, ¿eh? -sonrió para sí.
-Espero que solo pretendas quedarte aquí por esta noche, tengo mucho trabajo que hacer. Te toleraba este tipo de cosas con Odasaku, pero no pienses que esto será así ahora.
-No cambias -lo miró de reojo.
Ango Sakaguchi, licenciado en derecho familiar. Uno de los abogados más populares y eficientes en todo el país, y no solo eso, también era amigo desde hace mucho tiempo de Dazai y su fallecida pareja, Oda Sakunosuke. Un hombre de carácter fuerte, directo y serio, pero que siempre estaba para sus amigos a pesar de dictar sus propias reglas.
-¿Cómo está Odasaku? -sentado frente a su ordenador, Ango cuestionó mientras tipeaba un documento con una velocidad impresionante.
-Como siempre, descansando. Hace unos días visite su lugar de descanso a lado de mi nueva pareja, supongo que está feliz por eso. El aire en el cementerio normalmente frío y ese día se sintió extrañamente cálido.
-¿Y que opina tu nueva pareja sobre eso? Me refiero a que lo hayas llevado a la tumba de Odasaku.
-Lo tomó muy bien, no puedo describir su reacción ahora. Pero en ese momento y mientras le hablaba sobre él, estaba muy atento.
-Entonces lo acepta -ajustó sus lentes-. ¿Y por qué sales con él? ¿Tiene nuestra edad?
-Es un chico... muy joven, si tengo que ser honesto. Tal vez salimos porque el destino así lo quiso.
-Esa última respuesta no me convence en lo absoluto, Dazai -la pantalla del ordenador entró en suspensión y Ango giró sobre su silla hacia Dazai-. Solo hay una razón por la que estás aquí, y eso...
-No estamos casados, no voy a divorciarme -dijo con desagrado.
-Idiota -cerró los ojos y se cruzó de brazos-. ¿Pelearon? En tu mensaje solo me amenazas con quedarte aquí a pasar la noche, las parejas no se distancian porque sí.
-Ah -suspiró-. Supongo que es algo mucho más complicado que eso, Ango -se inclinó hacia adelante- ¿Por qué no tomamos unas copas y hablamos? No quiero que esta conversación giré solo hacia mi, creo que tenemos mucho que contar.
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-¿Reunión? De haber una, Mori-san habría solicitado también la grata presencia de Rimbaud. Aunque se toma seriamente el hecho de que Rimbaud tenga un descanso del trabajo por nuestro compromiso.
-¿No será que su jefe tiene preferencia por él?
-Cuando Dazai y tu se casen, tendrán las mismas oportunidades que nosotros.
Chuya se atragantó con el té al escuchar sus palabras, ¿quién en su sano juicio se casaría con un hombre como Dazai? Tosió con fuerza, Verlaine solo lo observaba entretenido mientras cubría su boca con el puño tratando de aguantar una carcajada.
-Como sea -el pelirrojo aclaró su garganta-, ¿entonces no fue a una reunión?
-El trabajo de Dazai va más allá de nuestros límites. Es riesgoso, podría perder la vida si no toma las precauciones necesarias, si no te dijo, es porque se trata de un encargo de alto secreto. Es un protocolo, lo sé por Rimbaud.
-¿Los guardaespaldas trabajan así?
-Sí, en ciertas situaciones incluso están facultados para asesinar. La organización se esmeró por obtener un permiso especial para eso, si su vida o la de su cliente corre peligro alarmante, pueden hacer uso de la fuerza, no importa como sea.
-Alto secreto -susurró Chuya-... ¿No me estará...?
-¿Engañando? ¿Él? ¿Dazai? Oh hermano mío -Verlaine dijo con dulzura-, para que Dazai se fije en una mujer y le corresponda no es tan fácil, ¿sabes? Es cierto que tiene una larga fila esperando allá fuera, pero no es tan fácil.
Chuya encorvó un poco la espalda hacia adelante, sus hombros estaban tensos; apretó un poco los labios y se esforzó por no parecer que la ausencia de Dazai no le preocupaba en lo absoluto. Para tener una relación falsa, era sorprendente incluso para él, que ese tipo de cosas tuvieran un impacto emocional en él.
-¿Te gusta?
-¿Eh?
-¿Dazai te gusta? -el rubio recargó el codo sobre la mesa y usó la palma de su mano como soporte para su mentón- Si me permites decirlo, al principio no parecías estar muy interesado en él. Aún sigo pensando que hay algo raro en su relación y es por eso que no dejo de insistirte que no te dejes manipular por él, pero... tu expresión de ahora me confunde.
-¿Q-Qué expresión? -se irguió con rapidez, sus mejillas enrojecieron al verse descubierto- É-Él no me gusta... ¡es imposible que eso suceda! ¡Además, es un tipo muy pesado!
-Si no te gusta, ¿por qué sales con él?
-Eso... es una larga historia...
-Una historia que me gustaría escuchar, querido hermano -sonrió-. No te presiones, si te hace sentir mejor, le pediré a Rimbaud que me averigüe la ubicación de Dazai. Mientras tanto, puedes quedarte aquí, es peligroso que estés solo en esa casa -su expresión cálida de pronto se tornó seria.
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+ ¿Todo bien en casa?
- De maravilla, es genial no tenerte aquí.
+ Mentiroso.
- ¿Eh?
+ Mori-san me dijo que estás con Verlaine, ¿por qué no puedes hacerme caso una vez en tu vida?
- Oi, no te tomes libertades de más. Aún si estoy atado a ti por una estúpida deuda, no puedes decidir que puedo y no puedo hacer con mi vida.
+ Vives en mi casa, es suficiente motivo para que me hagas caso.
- ¿Desde cuando no ver a Verlaine se convirtió en una regla?
+ Desde que somos pareja.
- Vaya pareja que somos.
+ Basta, Chuya. Vuelve a casa, le pediré a Verlaine que te escolté hasta allá.
- ¿El bebé está celoso? Dime una cosa, ¿realmente estás trabajando en algo ultra secreto o estás mendigando amor en otro lado?
+ ¿Mendigando? ¿Que mierda pasa contigo?
- Vete al carajo.
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-Es complicado, ¿eh? -cuestionó Ango, mirando como su compañero de copas apretaba el celular con enojo.
-Lo siento, Ango. Debo volver a poner orden.
-¿No eres tu quien está exagerando? Escucha, sea cual sea la razón de su enojo no puedes privarlo de su libertad.
-No estoy seguro si debo sentirme bendecido por tener como amigo un abogado.
-Siéntete como quieras, me halagas de cualquier manera.
"Solo le harás daño a los dos por un momento de calentura".
Esto ni siquiera es calentura, ¿son celos? Tal vez... ¿por qué debe hacerme sentir así?
-¿Y bien? ¿Cuál es tu decisión?
Soltando un suspiro, arrojó el celular en el sillón más cercano a la barra del bar y dio un gran trago al whisky en su copa; finalmente azotó la copa mientras sentía como el líquido quemaba su garganta.
-Lo dejaré, que haga lo que quiera. Solo por esta noche, después seré yo quien mande. Me iré antes de que Akiko llegué.
-Nunca te había visto siendo tan determinado... No, "determinado" no es la palabra correcta. "Posesivo", esa es.
-¿Crees que soy posesivo?
-No has cambiado del todo, Dazai.