Se Paciente Conmigo |TERMINAD...

By Demitae_6

4.4K 1K 672

1ER LIBRO La vida de Elizabeth Aydin cambia de manera drástica, cuando conoce a Ahmed y Baadir, dos millonari... More

1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
ANUNCIO IMPORTANTE
39
40
41
EPÍLOGO

11

75 25 4
By Demitae_6

ELIZABETH AYDIN

Como todos los días, me levanto a hacer el desayuno y preparar algunas cosas antes de que todos partan de casa. Todos me ignoran toda la mañana, ni siquiera me dicen sus comentarios fuera de lugar de siempre y me preocupa un poco la situación, porque no estoy acostumbrada a que estas cosas pasen, sin embargo, también me alegra un poco.

Cuando todos terminan el desayuno, me dispongo a recoger todo y mientras lo hago, noto que Issadora se acerca.

— Bueno, te quedaste con mi trabajo, pero no te preocupes, no te guardo rencor, total, no pensaba aceptarlo porque me propusieron un trabajo mejor.

— ¿Qué trabajo?

— Me propusieron ser la estilista de todas las personas que serán parte del libro. — sonríe.

— No entiendo mucho a que te refieres, pero igual me alegro por ti — trato de abrazarla, pero se aparta.

— Quítate, no me gusta que me toques, mejor me voy. — se va de inmediato

Veo salir a mis padres, los cuales ni siquiera se despiden, y entiendo que todo el mundo está enojado conmigo por el libro, pero, aun así, no logran quitarme esta emoción que tengo desde que me levanté, incluso hice mi ritual a la perfección, nada podría salir mal hoy.

Veo a mi hermano bajar las escaleras a toda prisa y hago nuevamente el intento de arreglar las cosas entre nosotros.

—Nos vemos en la tarde, espero te vaya muy bien en el trabajo con papá.

—Voy a regresar a la hora del almuerzo, a esa hora dijeron que iban a venir tus amigos, jefes, o lo que sean, no me interesa.

—Si no te interesa, no tienes que venir. — Digo cansada de su actitud.

—Papá me pidió que los vigile, por lo menos hasta que regrese al cuartel este viernes — abre la puerta, pero lo detengo.

—¿Sigues enojado conmigo? — se zafa de manera brusca — perdón, ¿Sí? Se me olvidó decirte quienes eran, pero no es para que te pongas así.

—¡Es que tu no entiendes nada!, dejaste que ese tipo entre a esta casa, encima hablas con él a solas quien sabe qué. — empieza a acercarse y retrocedo porque me da miedo — Pensé que ahora que el estúpido de Emir y tú se separaron, tú y yo podríamos...

—¿Qué cosa? ¿nosotros qué? — bufa molesto y trata de irse — ¿No me vas a decir nada George?

— No, olvídalo, ya se me pasará el enojo, adiós — se detiene —, espero no dejes entrar a otros hombres a casa, sería el colmo.

Se va sin decir nada más y me deja aún más confundida.

«¿Qué le pasa?, ni siquiera sé qué quiso decir y ahora duda de mí.»

Empiezo a hacer las cosas que me corresponden como de costumbre, aunque con algo de dificultad por las vendas que llevo en las manos, mientras escucho música, empiezo por la cocina, la sala, las habitaciones, lavo la ropa sucia y, por último, me doy un tiempo de paz, antes de empezar a cocinar el almuerzo. Para mi pequeño descanso solo necesito mi walkman y mi libreta de notas, para practicar algo de mi español y lo hago mientras escucho algunas canciones en ese idioma.

Después de dos horas, termino de elaborar un delicioso almuerzo, que tal vez me ayude a hacer las paces con mi hermano. Se que de seguro me perdona de inmediato cuando le dé su amado platillo de Karniyarik. Es el platillo favorito de ambos, por lo que sé que no se negará a escucharme.

«Espero que a Baadir y a Ahmed también les guste.»

Cuando termino de preparar todo, vuelvo a mi libreta para no desperdiciar mi tiempo mientras los espero. No pasa mucho tiempo desde que empiezo a escribir, cuando escucho la puerta principal ser golpeada con mucha fuerza, como si quisieran derribarla

«Otra vez se le olvidaron las llaves a George, nunca aprende.»

Cuando abro la puerta, de inmediato veo a Emir en la entrada muy enojado y desaliñado, «Está borracho». No me da mucho tiempo para preguntarle qué hace aquí, cuando me toma del cuello con las dos manos, haciéndome tambalear hacia atrás.

— ¿Qué es eso de que ya andas de puta con dos tipos? — aprieta su agarre — ¿Para eso querías que nos diéramos un tiempo?... ¡Responde maldita sea!

— N-no p-pue-edo — quita sus manos y empiezo a toser.

— ¡Habla maldita sea! — me toma del cabello y lo hala hacia atrás — ¿Pensaste que no me iba a enterar?

— T-te equivocas, no es lo que crees, mis padres saben todo, déjame explicarte — empiezo a llorar — suéltame por favor, me haces daño.

Lo veo debatirse internamente, pero al final me toma con más fuerza y me lanza contra el marco de la puerta de la entrada, que se encuentra completamente abierta. De inmediato siento un líquido tibio bajar por mi frente y cuando lo toco y veo, confirmo que es sangre.

— P-perdóname, Eli — se acerca y yo retrocedo gateando — yo no quería hacerte daño, pero tú y tus estúpidos actos me obligan a...

— ¡Aléjate! no me hagas más daño — sigo gateando para atrás.

Me doy cuenta de que estoy completamente afuera de la casa, casi en el patio.

«Por favor, que algún vecino me ayude»

— No te haría daño si tú no me lo hicieras a mí, te mereces esto y más para que aprendas a que a mí nadie me ve la cara de estúpido — lanza una patada que impacta en mi costado derecho, dejándome sin aire.

«¿Por qué a mí? no me lo merezco, no me lo merezco»

— ¡Qué carajos le haces maldito! — grita una voz conocida y noto que Emir ya no está frente a mí.

Cuando reacciono del golpe y del shock, noto que Baadir está encima de Emir golpeándolo, ni siquiera puede defenderse, lo está acabando, por lo que de inmediato trato de separarlo, no por Emir, sino porque no quiero que Baadir se busque problemas por mi culpa.

— Por favor, detente, detente Baadir — trato de empujarlo a un lado.

— Maldito imbécil, te mereces esto y más, no sabes cuanto te ... — De un jalón, logro quitarlo de encima.

Emir trata de levantarse, pero se le hace difícil por lo que intento ayudarle, pero Baadir que ya se encuentra a mi lado, me toma del brazo y me detiene a su lado.

— ¡¿Qué carajos haces tú aquí?! — mira a Baadir con odio — Pensé que te había quedado claro que no te quería en este pueblo, o quieres que te vuelva a hacer ...

— Inténtalo, inténtalo y verás cuánto poder tengo como para terminar contigo solo con una llamada — Ríe — Dime ¿Quieres que llame a tu teniente o capitán? tengo el número de ambos, así que escoge.

— No los tienes, ni siquiera sabes quienes son — ríe—, ahora, déjame terminar de hablar con Eli — intenta acercarse y Baadir me sostiene con más fuerza.

— Intenta acercarte un paso más a ella y te juro que ni siquiera podrás mendigar por las calles de Kriana. Y por si te queda duda del poder que tengo, esta tarde recibirás una llamada de tu teniente, a ver si de una vez por todas se cae tu teatrito de policía invencible, o más bien, de imbécil.

— ¿Sabes qué? Olvídalo, me voy y tú — me señala — vas a ver cuando tu amante desaparezca, me vas a conocer y hablaré con tus padres, les diré que estás trayendo a hombres a tu casa, maldita impu...

— Hazlo, dile a los señores Aydin que vine y de seguro te explicarán los motivos del porqué estoy aquí. Ahora mismo, tengo más derecho que tú de estar aquí — me coloca detrás de él — junto a ella.

— Malditos, me van a conocer — se tambalea — Y que quede claro que estoy un poco borracho y por eso no pude defenderme bien, porque de no estarlo, te habría acabado.

— Si, seguro, ahora vete.

Como puede, Emir se aleja de mi casa y al fin exhalo todo el aire que estaba conteniendo del miedo. No puedo creer que estuve con él por mucho tiempo y nunca me di cuenta de la verdadera persona que era, jamás se me llegó a cruzar por la cabeza que él me llegaría a golpear como lo ha hecho hoy.

— Mira como te dejó — me mira preocupado — vamos adentro y te ayudo a limpiar la herida que te hizo en la frente. — Asiento.

Ni siquiera puedo hablar, me da miedo hacerlo y que Baadir también se enoje. Solo lo sigo hasta la sala donde me hace tomar asiento y antes de que pregunte, le señalo un estante donde tenemos un botiquín. El me entiende, lo toma y se acerca para curarme, lo hace sin hablar, sin reprocharme y siento que eso es lo único que necesito para tomar valor antes de hablar.

— G-gracias — no puedo contener las lágrimas y empiezo a sollozar— en verdad gracias, no sé qué habría hecho si tú no hubieras llegado. — me abraza de inmediato.

— No tienes nada que agradecer, sólo trata de calmarte — se separa y acuna mi rostro en sus manos.

— Es que tenía mucho miedo y ... y pensé que me iba a ma...

— Ya estoy aquí, no dejaré que te haga algo más ese imbécil.

Nos quedamos callados y no me aparta en ningún momento, solo nos quedamos mirando de manera fija y poco a poco siento que él se acerca más a mí, mientras sus manos dejan de acunar mi rostro, para dejar solo una de ellas en mi mentón y siento una pequeña corriente recorrer mi espina dorsal, como si presintiera algo.

«O a alguien...»

— Sultana ¿Por qué dejaste la puerta abier...? — Me separo de inmediato de Baadir.

— Pudiste haber tocado igual Ahmed — reprocha Baadir.

— ¿Qué te pasó? ¿Quién te hizo esto? — deja una maleta en el sofá y se acerca a donde estoy, ignorando a Baadir.

— N-no pasó nada ...B-baadir, este...él ...

Ahmed regresa a ver de inmediato a Baadir, lo inspecciona de arriba abajo y cuando al fin encuentro las palabras para explicarle todo lo que pasó, él se adelanta y toma a Baadir de la camisa, levantándolo de inmediato.

— ¡¿Aparte de que la golpeas, intentabas besarla a la fuerza?! — le propina un golpe, tirándolo al suelo.

Desde que lo conocí en la carretera, nunca lo había visto tan exaltado como ahora.

— ¡No, no! — me interpongo entre ellos — Es un malentendido, él no me hizo nada.

— ¿Cómo puedes seguir defendiéndolo? ¡Yo vi cuando él intentaba besarte a la fuerza!

— Imbécil, no estaba intentando besarla a la fuerza — se levanta — y mucho menos la golpearía.

— Baadir tiene razón, de hecho, él me ayudó, él me defendió y no estaba tratando de besarme a la fuerza, yo también quería que...

«¡Oh, no!»

— ¿Tú también querías qué? — Ahmed se acerca  — ¿Tú querías también besar...?

Antes de que termine la frase, veo a mi hermano entrar a la casa y de inmediato como era de esperarse, pega el grito en el cielo al ver todo el desastre que se encuentra en la sala.

— ¡¿Qué pasó, te hicieron algo estos dos?! — tira de mi brazo para ponerme junto a él.

— No, déjame explicarte, no es lo que parece.

Como era de esperarse, George si me escucha y se calma antes de empezar a relatarle todo lo que pasó desde que abrí la puerta y vi a Emir. Mientras se lo cuento, me doy cuenta de que Baadir y Ahmed también escuchan atentamente y este último no aparta sus ojos de mí, lo cual me intimida un poco. Es como si me estuviera reprochando algo que hice, pero no sé qué.

«¿Qué le sucede?»

— ... Y bueno, llegó Ahmed y pensó que Baadir me había hecho todo esto — me señalo — y que me estaba obligando a ... — «casi cabo mi propia tumba» — bueno, ya no importa, el hecho es que gracias a Baadir pude salvarme de la paliza que me estaba dando Emir.

— Dijiste que te había pateado, no me di cuenta de eso cuando curé tus heridas, déjame revisarte y ver si necesitas algún vendaje o si es necesario llevarte a un hospital.

— Es cierto Eli, mira, deja que él te revise mientras yo voy por ese maldito y cuando regrese...

— No vayas George, ya pasó, recuerda que no debes pelearte cuando estés de civil mientras sigas siendo un soldado, no quiero que te busques problemas por algo tan insignificante.

— No es insignificante lo que te hizo ese maldito, pero tienes razón cariño — dirige su mirada a Baadir — y te agradezco, no sé qué hubiera pasado si no llegabas a tiempo para salvar a mi Eli.

— No es nada, por ella yo haría...

— Si, si, has salvado el día y eres el mejor. Ahora, vamos Sul-Elizabeth — toma mi brazo— yo te voy a revisar la herida, porque si te revisa alguien que no sabe — mira a Baadir — podría causarte más complicaciones al no darse cuenta qué es lo que necesitas.

— ¿Y tú sabes mucho? — toma mi otro brazo — ya dije que yo la voy a revisar y su hermano está de acuerdo.

— Si, es obvio que sé más que tú, seguí varios cursos de primeros auxilios donde nos enseñaron toda clase de técnicas para curar heridas de manera correcta y no como esto — señala la gasa en mi frente — además, se identificar toda clase de golpes, lesiones, heridas, entre otras cosas. — tira de mi brazo para su lado.

— Pero yo ya tengo permiso de su hermano, así que yo la voy a revisar — Ahora Baadir tira de mi brazo para su lado.

— ¡Oh! lo olvidaba, Elif te necesita con urgencia en la casa, dijo que su abuelo ya se enteró y quiere hablar contigo sobre lo que tú y ella...

— ¡Está bien, está bien! — se levanta Baadir y me mira — Ya regreso, no tardo mucho ¿estarás bien?

— S-sí, ve tranquilo, de seguro es algo importante para que el alcalde del pueblo quiera hablar contigo.

— Si, vete Baadir, ya estoy aquí para cuidar de mi Eli, no dejaré que nada le pase. —Baadir duda pero al final asiente.

— Entonces ya vengo, no tardo mucho. — lo veo salir casi corriendo de la casa.

— Bueno, ahora déjame revisarte, pero debemos hacerlo en un lugar un poco privado porque dijiste que el golpe fue a la altura de la región torácica.

— Ni lo pienses, la revisarás aquí, frente a mí. — sentencia mi hermano.

— Si Elizabeth está de acuerdo en que lo haga frente a ti, por mí está bien — me mira — sólo ten en cuenta que debes levantarte la blusa y...

— No, emmm... Por favor, George ¿puedes darnos algo de privacidad?

— Claro que no, lo acabas de conocer y no dejaré que este tipo se aproveche de tu inocencia.

— No te preocupes, yo también sé algo de primeros auxilios por lo que no hará falta que él me inspeccione minuciosamente, solo me ayudará a revisar la espalda que es donde me duele en este momento a pesar de que el golpe no fue ahí.

— Yo soy muy profesional con lo que hago y jamás "abusaría" de su inocencia como piensas, solo la ayudaré en caso de que necesite algún vendaje, de ahí en más, no pienso propasarme.

— Pero...

— Si quieres puedes esperar en la cocina y si pasa algo puedo gritar ¿Está bien?

— Está bien, pero apenas sientas que se está propasando, gritas, que yo estaré al pendiente. — asiento y sale de la sala en dirección a la cocina.

«Nunca dejará de ser sobreprotector»

— Entonces ¿empezamos? — asiento — levántate la blusa, yo solo inspeccionaré tu espalda, que es donde más dices que te duele.

— Está bien — me doy la vuelta quedando de espaldas hacia él y levanto mi blusa.

— Pero... ¡¿Qué diablos te pasó?!

— ¿Qué está? ¿Hay algún moretón o algo?

— No, bueno si... tienes... tienes muchas heridas que no están completamente cerradas, debería ... — de inmediato bajo mi blusa.

«Lo olvidé, olvidé las marcas de los azotes»

— Aún no termino de revisarte — dice enojado — esas marcas no son recientes ¿Quién te las hizo?

— Nadie, yo ... emmm... suelo lastimarme cuando voy de excursión y recientemente fui a una donde ...

— No me mientas — me toma de los hombros obligándome a girarme hacia él — tienes varias marcas que parecen como si ... — cierra los ojos — son azotes ¿verdad?

— N-no es nada, no te preocupes, sal de aquí, que ahora voy a revisar la parte de enfrente por si hay ...

— No voy a ningún lado hasta que no me digas — lo veo debatirse internamente —, fueron tus padres ¿verdad?

Ahora recuerdo que él vio uno de mis castigos y sé que a si le mienta, él sabrá lo que pasa en realidad, por lo que mejor decido decirle la verdad.

— Si, fueron ellos y se tú viste uno de mis castigos — se sorprende — te vi, cuando intentabas esconderte entre los árboles del patio.

— ¿Por qué nunca me dijiste que sabía que yo estaba ahí?

— No lo creí relevante, pero bueno, ahora sabes porque tengo tantas marcas en la espalda, lo siento.

— ¿Lo sientes? ¿Por qué?

— Por hacer que vieras esas horribles marcas y por ser testigo de uno de mis castigos, supongo que para ti fue un poco traumante ver todo eso, para mí lo fue y creo que ...

— No pidas perdón por eso, no tienes que hacerlo y ahora que sacas el tema y no tengo que ocultar el hecho de que te vi ese día, quiero preguntarte algo.

— Dime

— ¿Por qué dejas que lo hagan? ¿Por qué no te defendiste? no solo de los golpes, si no de todas esas palabras hirientes que te dijeron.

— No puedo, son mis padres y merecen respeto, yo soy su hija y debo obedecerlos en todo, por lo menos hasta que me comprometa o me case.

— ¿De qué diablos estás hablando? Es el siglo veintiuno, no necesitas de un hombre para salir de este infierno en el que vives.

— ¿No sabes nada de las tradiciones verdad? — niega — bueno, lo sabrás cuando empecemos a escribir el libro, era de suponerse que Baadir y tú no sepan nada de las tradiciones, por algo están haciendo el libro.

— Está bien, cuando empecemos a redactar el libro, te haré todas las preguntas posibles que puedan responder las preguntas que se han formulado en mi cabeza desde que te vi recibiendo el castigo sin tratar de defenderte.

— Con gusto las responderé — sonrío.

— Por cierto, ¿Qué tienes en la mano? — toma mis manos vendadas y las inspecciona— no dejes que Baadir vuelva a vendarte algo, lo hace muy mal, mira como colocó las vendas en esta mano.

— Yo fui la que vendó mis manos, ayer ...— vuelve a mirarme — Después de que se fueron, volvieron a castigarme, no lo hicieron en la espalda, solo lo hicieron en las manos.

Se levanta y empieza a caminar de un lado al otro en la sala.

— ¿Y ahora por qué? ¿Qué hiciste mal? ¿Respirar? — Dice exasperado.

— No, aún no me han castigado por eso — empiezo a reír, pero de inmediato me detengo cuando lo veo parar su andar y mirarme como si hubiera hecho algo mal.

— ¿Te parece gracioso? porque a mí no, no me hace ni una pizca de gracia que ellos te hagan eso. — su mirada se suaviza — Hablaré con ellos y les haré saber que si vuelven a tocarte...

— ¡No! — me levanto — solo me traerás más problemas. — tomo sus manos y lo obligo a sentarse — Ayer..., ayer me hicieron esto porque Issadora quería el trabajo que me ofrecieron — intenta responder — pero no te preocupes, ahora no me van a hacer nada por que Baadir la contrató también para hacer otra cosa.

— ¿Y crees que esa es una buena razón para hacerte esto? — asiento y lo veo enojarse aún más — Hablaré con Baadir, después de que sepa todo esto, me ayudará a hacer algo para que salgas de aquí, no puedes seguir viviendo con ellos.

— ¡No le digas nada a él por favor! a cualquier persona menos a él, no quiero que piense mal de mí o de mi familia y luego...

— ¿Por qué te importa tanto lo que él piense de ti o de tu familia? — vuelve a pararse.

— No lo sé, es solo que... no sé, no quiero que lo sepa.

— ¿Te gusta? — no respondo — ¿Querías besarlo cuando los encontré?

«No lo sé, ni yo misma lo sé y quieres que te responda.»

— ¿Podrías ayudarme a poner bien las vendas de mis manos y la gasa que dijiste que colocó mal Baadir?

Se queda parado mirándome por varios segundos, por lo que entiendo que no me ayudará y empiezo a hacerlo yo misma.

— Préstame tu mano — se sienta a mi lado y se la doy — quédate quieta mientras limpio y te coloco bien la venda.

— Está bien.

«Qué bueno que no siguió preguntándome.»

No vuelve a decir una palabra mientras limpia y venda mis dos manos. Incluso cuando termina, sin decir nada, se levanta y empieza a revisar la herida de mi cabeza, y repite la misma acción que con mis manos, limpia la herida y coloca una nueva gasa. Cuando termina intento hablar, pero este se adelanta.

— Voy a darme la vuelta para que puedas revisarte donde recibiste el golpe, cuando termines me avisas — sin esperar respuesta se da la vuelta y se aleja un poco.

Inspecciono un poco el lugar donde sentí que recibí el golpe y me doy cuenta de que no es nada grave, ni siquiera necesito vendaje.

— Ya terminé, no es nada grave, gracias por ayudarme, ya puedes darte la vuelta.

Sin decir nada, solo toma asiento en el sofá donde había dejado la maleta cuando entró. Lo veo sacar dos cables parecidos a los de mis audífonos, los cuales tienen en la punta dos pequeños botones y me gana la curiosidad por lo que decido preguntar.

— ¿Qué es eso que tienes? — me ignora — ¿Estás escuchándome? — se pone esos pequeños botones en las orejas y noto en una de sus manos un pequeño aparato.

— ¿Estás enojado? — no responde — ¡Hey! — no me hace caso.

«Me rindo»

— ¿Ya terminaron? — entra George a la sala — tardaron demasiado.

— Terminamos hace rato, pero olvidamos avisarte, por cierto ¿Ya no estás enojado conmigo?

— No, claro que no, fui un estúpido — me abraza — perdón por haber dejado que te hicieran todo eso anoche.

— No te preocupes, estoy bien, siempre lo estoy.

Cuando nos separamos se escucha que llaman a la puerta principal por lo que voy a abrir. Paso frente a Ahmed, pero este me sigue sin prestar atención, incluso cuando casi tropiezo con la alfombra.

«¿Qué mosca le picó?»

Abro la puerta y veo a Baadir un poco agitado.

— Ya estoy aquí, ¿ya te revisó Ahmed, o quieres que yo te ayude?, porque si es así...

— Tranquilo, él ya me ayudó, pasa. — entra y nos dirigimos a la sala. — Por cierto, ¿Te fue bien con el alcalde?

— S-sí, no pasó nada, de hecho, ni siquiera estaba en la casa, solo hablé con Elif. — lo veo con duda y agrega — Pero no pienses mal, ella solo trataba de convencerme de que la deje ser parte del proyecto, pero ya le dejé en claro que no la necesitaba más.

Apenas entramos a la sala, Ahmed se levanta y se dirige a Baadir, sin mirarme.

— ¿Empezamos o venimos mañana? Total, Elizabeth tiene que descansar.

— No se preocupen por mí, yo estoy bien, podríamos empezar — miro el reloj de la pared — apenas terminemos el almuerzo, me había olvidado de invitarlos a comer y ya es hora.

— ¿No crees que es mucha molestia? estás aún mal y no quiero que te sobre esfuerces.

— No, claro que no, sigan al comedor — señalo un pasillo — está por ahí, yo voy a llamar a George para que todos comamos.

— Está bien, gracias, Eli — nos quedamos viendo por un momento.

— Con permiso — pasa Ahmed entre nosotros, cortando el momento que se había creado.

Sin esperar más, doy media vuelta y voy a buscar a mi hermano. Cuando llego lo veo pensativo y algo triste.

— ¿Estás bien? — logro llamar su atención— Venía a decirte que ya voy a poner la comida, ¿Vamos?

— Si, solo estaba pensando en si debería dejar el ejército o no, pero vamos a comer. — se levanta.

— Espera, espera ¿Cómo que dejarlo? ¿Por qué?

— No quiero dejarte sola en este pueblo y que ese maldito de Emir vuelva a pegarte o hacerte algo peor. — piensa un poco más — Está decidido, mañana mismo voy a dejar mi carta para darme de baja. — sale de la sala sin esperarme y lo sigo.

— No lo hagas, eso es algo que amas, no puedes hacer eso solo por mí, yo estaré bien. — no se detiene y llegamos a la entrada del comedor donde veo que hemos llamado la atención de nuestros invitados

— Es algo que amo, pero te ... te amo más a ti, así que está decidido y no cambiarás mi decisión. — se sienta en la cabeza de la mesa junto a los demás.

— P-pero solo te falta un mes y medio para que asciendas de rango, después de eso podrás hacer lo que quieras, yo estaré bien en ese tiempo, no lo hagas por mí.

— Ya basta Eli — mira a Baadir y Ahmed que han permanecido atentos —, después hablamos.

— No vas a dejar el ejército por mi culpa, a si tenga que llevarte a rastras a la base. — salgo del comedor enojada.

Mientras caliento la comida, la cual no tarda mucho, empiezo a reprochar mi existencia, odio ser la que siempre causa problemas, ahora incluso George tendrá que dejar lo que más ama por venir a cuidarme, cuando debería hacerlo yo misma.

«Mamá tenía razón, soy una inútil y solo causo problemas.»

Sin darme cuenta, nuevamente empiezo a llorar y me da aún más rabia, porque lo único que sé hacer es llorar y haciéndolo nunca soluciono nada, siempre termino peor, siempre termino siendo una carga para todos. Y cuando tenga que casarme con Emir será igual o peor, ahí nadie podrá ayudarme si me pega o hace algo más

«No me quiero casar, no con él.» 

Continue Reading

You'll Also Like

120K 13.6K 60
Portada realizada por: Annie Morales Nunca fui de las chicas consideradas bellas o populares, yo vivía en mi propio mundo, y así era feliz. Mi mundo...
1.1M 191K 160
4 volúmenes + 30 extras (+19) Autor: 상승대대 Fui poseído por el villano que muere mientras atormenta al protagonista en la novela Omegaverse. ¡Y eso jus...
134K 28.9K 59
La mano del rubio se coló bajo la máscara del anbu acariciando su rostro suavemente, los azules lo veían con debilidad y un gran amor, Itachi se dejó...
3.3K 236 11
Se dice que el amor todo lo puede. No hay nada que el amor no pueda lograr, pero cuando se trata de estatus social, el amor nunca logrará vencer, ¿o...