Se Paciente Conmigo |TERMINAD...

Von Demitae_6

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1ER LIBRO La vida de Elizabeth Aydin cambia de manera drástica, cuando conoce a Ahmed y Baadir, dos millonari... Mehr

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EPÍLOGO

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Von Demitae_6

ELIZABETH AYDIN

"...Todas las promesas de mi amor se irán contigo

Me olvidarás

Me olvidarás

Junto a la estación hoy lloraré igual que un niño

Porque te vas

Porque te..."

— ¡Elizabeth! — Siento unos brazos rodear mi cintura.

— ¡Ah! — intento zafarme desesperada.

— Tranquila, tranquila, soy yo, George — me suelta.

— ¡¿Por qué haces eso?! Casi muero del susto. — Suelto el tejido que estaba haciendo.

Mi hermano empieza a reír a carcajadas y después de un momento también lo acompaño.

— Ya, ya, déjate de burlar, por cierto, ¿No deberías estar en la fábrica con papá?

— Debería, pero papá me mandó temprano, según él, le llegaron rumores de que te habían visto esta tarde con dos tipos en la casa, y me mandó para vigilarte, pero no le creí — abro los ojos — espera... ¿Es verdad?

— Si y no, pero déjame explicarte por favor — asiente.

Empiezo a contarle cada cosa que me dijeron sobre el trabajo, sin embargo, omito un poco la explicación que me dieron sobre las tradiciones en la ciudad, porque pienso que no es el momento para sacarle información sobre eso. Él me escucha atentamente y solo espero que no piense mal de mí, porque odiaría que él dude de mí y empiece a tratarme como mis padres.

— Entonces ¿Qué piensas? ¿Hice mal verdad? — golpeo mi cabeza —, soy una tonta.

— Detente, no hiciste mal, pero debiste haber tenido más cuidado. — acuna mi cara en sus manos — Tu no los conoces y pudieron haberte hecho algo... Malo. — Asiento.

— ¿Y con respecto a...?

— Lo del trabajo que te ofrecieron me parece muy raro, es algo que no tiene mucho sentido. Y tal vez sea mentira, lo siento Eli, tal vez solo estaban bromeando.

— Pero dijeron que vendrían a hablar con nuestros padres ¿No crees que eso estaría de más si fuera una broma?

— No lo sé Eli, pero si vienen a hablar ¿Vas a aceptar el trabajo?

— ¿Por qué no? Total, paso siempre aburrida en casa todos los días y eso sería una distracción para mí.

— Tienes razón, pero...

Escuchamos que abren la puerta y de inmediato escuchamos a todos entrar mientras hablan y ríen a carcajadas. Cuando nos ven en la sala, su actitud cambia drásticamente.

— Tienes que contarles, porque si vienen en verdad esos tipos, mis padres podrían castigarte— susurra George en mi oído — y no podría ayudarte esta vez.

— Madre, ¿Escuchaste los nuevos rumores sobre Elizabeth? — dice Issadora mientras se acerca — ¿No crees que ahora sí te pasaste? Mira que traer dos hombres a casa...

— Cállate Issadora, no sabes nada y Elizabeth ya me contó que hacían esos tipos aquí.

— ¡Así que es verdad que esta cualquiera trajo a dos hombres a mi casa! — Grita mi madre.

— ¡Se calman! ahora mismo se sientan y escuchan lo que Elizabeth tiene que decir, de seguro después de eso dejarán de creer en esos malditos chismes de pueblo. — Interfiere George y todos obedecen.

Nuevamente empiezo a relatar todo lo que Baadir y Ahmed me ofrecieron. Mientras lo hago, veo a mis dos hermanas y madre rodar los ojos y reír entre ellas. Mi padre en cambio se limita a escuchar junto con mi sobrino, cuñado y hermano. No demoro mucho en contarles todo, incluido el hecho de que vendrán a hablar con todos en las próximas horas.

— ¿Y piensas que inventando esta estúpida historia te vamos a creer? — bufa mi madre —, pensé que eras más inteligente y podrías inventarte una buena historia que justifique tus actos impuros, pero ya veo que no. — Se levanta.

— No me estoy inventando nada, ellos vinieron a ofrecerme ese trabajo en realidad y cuando vengan a hablar con ...

— Si claro, de seguro vinieron exactamente a nuestra casa para ofrecerte un trabajo especialmente a ti — ríe Issadora y Charlotte le sigue — qué coincidencia ¿No, hermanita?

— En realidad... no es coincidencia, ellos ya conocían la casa.

— ¿Cómo que ya conocían la casa? — se acerca mi padre — ¿Cuántas veces has traído a esos hombres a la casa? — Me toma de los hombros, haciéndome daño.

— Abuelito, no le hagas daño a Eli — lo empuja mi sobrino, haciendo que me suelte — así no se trata a las mujeres.

— ¡Esteban! sube a tu habitación y no bajes hasta que te lo ordene — Charlotte mira a Doruk— cariño ¿Puedes llevarlo y quedarte con él? — él asiente y de inmediato toda la atención vuelve a centrarse en mí.

— Yo no hice nada malo y si no me creen, ellos vendrán más tarde y ...

— Si, si, ya nos lo dijiste, y en caso de que sea verdad la maravillosa propuesta de trabajo que te ofrecieron, no lo aceptarás. — sentencia mi madre.

— ¿P-pero por qué? Ellos quieren que yo sea parte del libro, es algo que quiero hacer.

— Es algo que quieres, pero no puedes hacer, ¿Acaso no te das cuenta? —no respondo — todos en esta casa tienen una vida más interesante que la tuya ¿Por qué habrías de contar la tuya? eres tan insignificante y buena para nada, que de seguro arruinas el libro apenas comience.

«No llores, no llores.»

— Y-yo les dije lo mismo, aun así, dijeron que me querían para plasmar mi historia en el libro, podría intentarlo y ...

— Ni lo pienses, — abraza a mi hermana — tu hermana Issadora será la que obtenga ese trabajo, ella si tiene una vida interesante que podría hacer ese libro interesante ¿No es así cariño? — besa su cabeza.

— Si mamá, quién sabe y me vuelva famosa — se levanta emocionada — podría incluso ir a la ciudad ¿Se imaginan?

— Claro que si hermanita — la abraza Charlotte — serás tan famosa que incluso podrás salir de este pequeño infierno.

— Está decidido — se levanta mi madre para unirse a mis hermanas en el abrazo — Issadora será nuestra futura estrella, mi pequeña nos sacará de este infierno.

De inmediato salen las tres de la sala, mientras hablan de las cosas que podría contar en el libro Issadora. Mi padre y hermano se quedan aún en la sala mirándome y comprendo que no harán nada para ayudarme.

«Que ilusa soy, era obvio que no podría hacerlo, mi madre tiene razón.»

— Y-yo voy a tejer en el patio, si necesitan algo me llaman, estaré ahí. — Recojo el tejido que estaba haciendo antes de que llegaran todos y salgo de inmediato sin esperar respuesta.

Apenas llego al patio, las lágrimas brotan de inmediato, opacando mi vista completamente, lo cual provoca que caiga; y todo el tejido que había hecho junto con la lana, salen de mis brazos, para caer en un pequeño charco lleno de lodo.

«Aparte de insignificante, inútil y estúpida»

Decido sentarme para calmarme un poco, porque si sigo así, de seguro causaré otro accidente.

«Encima no tengo mi walkman.»

En estos momentos, estoy deseando matar a Ahmed «no literalmente», debía de haberme entregado el walkman cuando vino en la tarde, pero supongo que ahora no lo hará, de seguro ya botó a la basura las cosas que tenía en la maleta, al darse cuenta de que eran mías.

«Debí haberlo tratado mejor»

Ahora solo tengo que esperar para poder hablar con él y pedirle mis cosas «si es que aún las tiene». Pero debo hallar el momento adecuado para que mi familia no sepa que hablé con él, porque de seguro pensarán mal de mí y recibiré otro castigo injusto si nos ven hablando a solas. Tengo que ser discreta, tal vez deba hacer algún papelito como en la escuela y entregárselo sin que nadie se dé cuenta.

Después de unas horas de estar pensando en todo y nada a la vez, decido hacer el papel que le entregaré a Ahmed, pues ya casi es hora de que lleguen y en verdad necesito que Ahmed me devuelva las cosas, o por lo menos el walkman.

"Querido Ahmed..." «¿Cómo que querido?»

"Podrías ser tan amable de hablar conm..." «Muy formal para pedirle una simple maleta»

"Necesito hablar contigo muchacho, ¡Ya es hora de que me devuelvas mis cosas!" «Muy grosera, así no soy yo.»

"Necesito hablar contigo, o si puedes entregarme la maleta que se quedó en tu auto, estaría muy agradecida. "«Si, así está bien.»

Escucho la puerta que da al patio ser abierta y de inmediato escondo los 4 papeles, formando una masa de papeles, donde no diferencio cual es cual.

— Eli, nos dijo Issadora que vio a dos hombres acercarse a la casa, supongo que son ellos — tira de mi mano — vamos.

Mientras entramos estoy concentrada en no botar ni dejar ver los papeles que tengo en la mano, sería el colmo que justo ahora, se den cuenta que quiero comunicarme con Ahmed, pensarían lo peor de mí.

Cuando llegamos a la sala, todos se encuentran ahí y me doy cuenta de que Issadora se cambió incluso de ropa, lleva un lindo vestido y un peinado igual de fabuloso que ella. Antes de seguir admirando a mi hermana, mi madre me toma del brazo haciéndome daño.

— Espero y sea verdad lo que nos dijiste — aprieta su agarre — y en caso de que lo sea, ya sabes, tu hermana debe ser la que obtenga el trabajo ¿Entendiste?

— P-pero ¿Podría intentarlo? Tal vez les interese las dos historias y ambas podríamos trabajar con ellos, de seguro ...

— Ay, por favor, ¿No entendiste lo que dije hace unas horas? — niego — ¿Qué piensas contarles? que solo sirves para dejar en mal a la familia, que no estudias, no trabajas, pasas cantando tus estúpidas canciones y encima, ni siquiera pudiste atrapar al hombre perfecto para casarte.

«¿Hombre perfecto?»

— ... Ni siquiera pudiste hacer algo tan simple como eso, pero no culpo a Emir, eres tan insignificante y estúpida que de seguro él se dio cuenta que contigo solo perdía el tiempo, me compadezco de él, porque incluso si no quiere, tendrá que casarse contigo.

— Entiendo mamá, no sigas.

— Me alegro, ahora — me sienta en el sofá más apartado junto a mi hermano— espero te quedes ahí y no hables si no te lo piden ¿me escuchaste? — asiento.

Apenas me deja ahí, escucho que Issadora abre la puerta principal y tal como pidió mi madre, no voy a intervenir.

— Buenas noches con todos. — dicen ambos al entrar y ni siquiera me atrevo a verlos.

«Así evitaré problemas y ni se darán cuenta que estoy aquí.»

Ellos se presentan y mi padre responde presentando a cada uno de nosotros y mientras lo hace, noto que George se tensa a mi lado y se acerca a mi oreja.

— No me dijiste que uno de ellos era el tipo que te trajo a casa — susurra.

— Lo siento, no lo creía relevante

— Ahora mismo estoy muy enojado contigo Eli.

Lo veo alejarse de mí y en verdad lo noto molesto, por lo que decido prestar atención a la conversación.

— Si, si, ya sabemos de qué trata el trabajo — interrumpe mi madre— Sin embargo, no sé porque quieren la ayuda de Elizabeth, es decir, hay mejores personas para el trabajo y no tendrán que lidiar con la torpeza de esta muchacha, incluso podría arruinar su trabajo.

«No hacía falta que hable mal de mi»

— ...de hecho tenía pensado ofrecerles la ayuda de mi hija Issadora, ella tiene una vida que vale la pena contar, ella estudia, tiene proyectos de vida y ...

— Si, bueno, entiendo que pueda haber más gente que nos pueda ayudar, sin embargo, yo personalmente quiero que sea Elizabeth la que sea parte de este proyecto, por lo cual me atreví a venir a hablar directamente con ustedes. — Habla Baadir.

— ¿Por qué? No lo entiendo, es decir, ella es muy incompetente y no podrá ayudarles en un proyecto tan grande como el que nos comentó Elizabeth.

Cuando Baadir empieza a contarles el porqué de su decisión, me sorprendo, pues ni siquiera me acordaba de su "pequeña deuda" conmigo y ahora resulta que, gracias a esa pequeña acción, él piensa hacerme parte del libro. Ahora entiendo todo y me alegra saber que una pequeña acción pudo haberme ayudado a salir de este pueblo, ahora solo espero que Issadora sepa aprovechar la oportunidad si la escogen a ella.

— Por eso cuando regresé a la ciudad y analicé nuevamente el proyecto del libro, quise que ella sea parte de esto. Se que les parecerá una tontería, pero para mí significó mucho el que me haya ayudado cuando seguramente nadie lo hubiera hecho. Por eso no quiero a nadie más en este proyecto, incluso la he elegido por encima de la nieta del alcalde del pueblo.

No puedo creer que me hayan escogido antes que, a otra persona, nunca me había pasado y ahora se siente genial. Solo espero que mis padres entiendan y me dejen intentarlo, trataré de hacer lo mejor de mí y no los decepcionaré.

«A quién quiero engañar, ellos no me dejarán intentarlo»

Nuevamente tengo ganas de llorar por la oportunidad que se me está escapando de las manos, pero la voz de mi padre interrumpe mis pensamientos, cortando las lágrimas que estaban por salir.

— Lo entiendo, lo entiendo, pero aún no nos han dicho cuánto ganará Elizabeth. — Dice mi padre.

«¿E-eso quiere decir que me dejarán intentarlo? ... ¡SIIIII!»

— Es verdad, casi lo olvido, de hecho, no te lo dije en la tarde ¿Verdad Elizabeth?

Levanto la cabeza y de inmediato mis ojos recaen en Ahmed, el cual no ha hablado casi nada. Pero decido apartarla y centrarme en Baadir.

— N-no, es decir, yo pensaba hacerlo sin pedir nada a cambio, no creía que...

— Niña tonta ¿Cómo crees que vas a trabajar sin esperar nada a cambio? — se altera mi madre.

— P-perdón, solo que no pensé...

— Bueno, lo que tenía planeado pagarte son 226 Virs al mes, a parte podría pagarte más, dependiendo de las fotos que usemos en el libro ¿Te parece bien Elizabeth?

— ¿T-tanto? — noto la mirada acusadora de todos sobre mí — E-es decir, está más que bien.

De inmediato noto que Charlotte se molesta y como si fuera algo malo el que me paguen un poco más que el sueldo básico, empieza a reclamarles, pero de inmediato mi madre la corta. Cuando Baadir pretende entregarnos el contrato para que lo leamos entre todos, por primera vez Ahmed interfiere.

Mi madre como era de esperarse se porta un poco grosera al tratar de dejarlo fuera, pero Ahmed no se deja y le deja en claro cuál es su papel en el proyecto. Pero apenas abre la boca mi hermano, siento que todo lo logrado hasta el momento se fue a la basura.

— Además es el tipo que trajo a Elizabeth el viernes. Es el tipo por el cual han creado chismes en el pueblo y han afectado a mi Eli.

— Si, yo soy quien la trajo a casa el viernes, siento mucho que se hayan creado algunos malentendidos de la situación, pero yo solo traté de ayudarla pues prácticamente el accidente que sufrió fue en gran parte mi culpa y al igual que mi compañero, ella me ayudó mucho ese día.

— Se pasa de buena samaritana mi hermanita ¿No? — Interrumpe Issadora muy molesta.

— Solo espero que no hayan creído en esos chismes — ignora a Issadora—, como pudieron notar, su hija es una gran persona, de hecho, en parte es por eso que su salario es más elevado que el básico, pues a ambos nos ha ayudado sin esperar nada a cambio. Deben sentirse los padres más orgullosos de este pueblo.

«¿Él piensa que soy una gran persona?... ¿Qué mosca le picó?»

— Por cierto, mientras Baadir les habla de los términos del contrato, quisiera que me permitieran hablar un momento a solas con Elizabeth.

— ¿Para qué? ¿No lo pueden hablar aquí? — Interrumpe George.

— Es algo confidencial del proyecto, tengo que explicarle algunas pautas que ni siquiera ustedes como familia podrán saber.

«Genial, así aprovecho para pedirle mi maleta»

— Claro, claro, podrían hablar en el patio trasero — dice mi padre mientras lee el contrato que Baadir le muestra.

— ¿Me muestras el camino Elizabeth? — Se dirige Ahmed hacia mí.

Noto que todas las miradas a excepción de la de mi padre, están sobre mí, y me intimida demasiado, por lo que opto por no responder y solo guiarlo al patio trasero.

— Entonces ¿Sólo me quedarás viendo? — «Oh, no» — Espera... ¿Tengo algo en la cara?

— Si, dos ojos, una boca y una nariz, pensé que eso te lo enseñaron en la escuela Sultana.

— Claro que me lo ense... Olvídalo, ¿Qué era lo que tenías que decirme? Porque yo también tengo algo que decirte.

— Siempre empiezan las damas — «Genial, empiezo yo.» — pero como aquí no veo a una, empiezo yo.

«Que hombre tan caballeroso.»

— Venía a entregarte algo — saca mi maleta de detrás de su cuerpo, la cual no había notado en todo este tiempo.

— ¡Al fin! gracias, gracias, gracias.

De la emoción, tomo la maleta y suelto todos los papeles que se encontraban en mis manos, de inmediato Ahmed los toma y los abre.

— Pensaba entregarte uno de esos papeles para ver si me podías devolver la maleta, pero ahora ya no es necesario — intento quitarle los papeles, pero se aparta.

— ¿Y cuál pensabas darme? El que dice "Necesito hablar contigo muchacho, ¡Ya es hora de que me devuelvas mis cosas!" o el que empieza con "Querido Ahmed".

— Ninguno, dámelos.

— Así que soy tu querido, no lo sabía, pero me agrada el título que me has otorgado Sultana.

— Es solo una expresión, no te lo tomes tan a pecho. Pero bueno, ahora dime lo que tenías que decirme sobre el proyecto.

— Ah, eso, de hecho, solo era una excusa para devolverte la maleta, por cierto, mira lo que hay dentro.

Dudo un poco, porque a pesar de que no lo conozco mucho, lo creo capaz de ponerme algún animal para asustarme. Al final decido hacerlo, total, si hay algún animal se lo lanzo en la cara y ya.

Cuando abro la maleta lo primero que veo es mi preciado walkman, después veo mi libreta y al fondo de la maleta noto que hay algunas cosas que antes no estaban por lo que las saco.

— Estas cosas no son mías, creo que te confundiste y metiste tus cosas aquí.

— No, son tuyas, yo te las compré, son solo dos casetes y una tanda de pilas más, espero te sirvan.

— No lo puedo aceptar, las pilas son algo costosas y los casetes ni siquiera los venden en el pueblo, no está bien — trato de poner las cosas en sus manos, pero no las acepta — ten, cógelas.

— No es para tanto, quédatelas, si yo me las llevo, solo las tiraré a la basura.

«Que desperdicio.»

— Está bien, gracias, no pensé que me regalarías algo sin esperar algo a cam...

— De hecho, ya que lo dices, si quiero algo a cambio.

«Debí imaginarlo.»

— ¿Y qué es eso que quieres? — ruedo los ojos.

— Quisiera saber los nombres de todas las canciones que están en el casete que están en el walkman, me gustaron y no sé sus nombres.

— ¿Sólo eso? — asiente — Está bien, ¿Dónde te anoto los nombres? Tienes algún papel o ...

— ¿Qué tal en este? — Me muestra uno de los papeles que recogió— en este que dice "Querido Ahmed" quedarían muy bien, porque le sobra mucho espacio debajo del "querido" — dice sarcástico.

— Está bien, "querido" — digo también sarcástica — ahora te las escribo.

Me pongo los audífonos y de inmediato empiezo a escribir los nombres de las canciones junto con sus artistas, no demoro mucho, pues apenas escucho la introducción de cada canción reconozco cual es. Cuando estoy casi por terminar, noto que la luz que iluminaba todo el patio y las de mi casa se apagan.

«Lo que faltaba, otro apagón semanal.»

Cuando mis ojos se acostumbran a la poca luz natural que se percibe gracias a la luna menguante, noto que Ahmed está paralizado a unos metros de mí, por lo que decido quitarme los audífonos y de inmediato lo escucho decirme algo.

— Eli, Sultana ¿Estás por ahí? — casi susurra.

— Si, estoy aquí ¿No me ves? — me acerco más, quedando casi frente a él.

— N-no, no puedo ver nada, tengo nictalopía.

— ¿Nictalo-qué?

— Nictalopía, ahora solo ven y ayúdame.

— No escuché el "por favor" querido Ahmed.

— Olvídalo, no necesito tu ayuda — levanta las manos y empieza a moverlas tratando de tocar algo.

Lo veo intentar varias veces y como se encuentra en la mitad del patio no logra tocar nada que pueda darle soporte. Cuando noto que pisa el charco de lodo donde cayó mi tejido, decido ayudarlo porque casi resbala.

— Te tengo — tomo sus dos manos y me acerco para darle soporte — solo tenías que pedirlo de favor y te habrías ahorrado todo esto.

— Yo no pido favores, por cierto ¿Qué es lo que pisé?

— Un gran charco de lodo y mi preciada bufanda que casi estaba terminada.

— ¿Sabes tejer? Que eres ¿Una abuela?

— Una abuela que te soltará y te dejará aquí hasta que regrese la luz si no dejas de molestarme.

— Está bien, está bien, solo llévame a las bancas para sentarme y...

Regresa la luz y lo veo abrir y cerrar los ojos varias veces, tratando de acostumbrarse a la luz. Cuando termina nos quedamos viendo pues los dos seguimos tomados de las manos, muy cerca «demasiado» y ahora que hay luz me siento un poco avergonzada al estar tan apegada a él.

— B-bueno ahora podemos soltarnos ¿o aún necesitas de mi ayuda?

— N-no ya no la necesito — me suelta — no hacía falta estar tan cerca, pero aprecio tu ayuda.

— Gracias, de nada. — digo sarcástica, pero me ignora.

Se agacha y veo que toma la bufanda que se encontraba en el charco, la empieza a inspeccionar de forma minuciosa y me intriga un poco.

— No está nada mal Sultana, ¿O debo decir Abuela?

— Me quedo con Sultana, se escucha más bonito — sonrío — y gracias, empecé a hacerla hoy en la mañana.

— ¿Me la puedo quedar?

— Aún no está terminada, encima está toda sucia, si quieres te hago otra, esa ya no sirve.

— No, quiero esta, se puede lavar y yo la veo terminada, así que me la quedo. — Sentencia.

— Está bien, te la regalo, por cierto ¿Qué es eso de nictalopía?

— Ah eso, pensé que lo olvidaste. — lo veo dudar antes de responder — Es un problema en la vista que tengo desde que era un niño, no puedo ver nada cuando hay poca luz en el lugar en el que estoy, como pasó ahora.

— ¿Nada de nada? ¿Y no tiene cura?

— Nada de nada y no, no tiene cura.

— Entonces es como tenerle miedo a la oscuridad — susurro para mí.

— No le tengo miedo a la oscuridad — Dice con el semblante serio.

— Si, sí, claro — lo ignoro.

— ¿Si, sí, claro? escúchame, yo no le tengo miedo a la oscuridad, es solo que no puedo ver nada cuando...

— Si, si, no hace falta que lo expliques dos veces. — rueda los ojos — Miedoso — susurro.

— ¡Que no soy...! — se exalta, pero de inmediato vuelve a tener esa pose tranquila que lo caracteriza — Olvídalo, mejor dame el papel con los nombres de las canciones y una bolsa para llevarme la bufanda.

— Por...

— No pienso decirlo.

— Por...

— ¡Ay! Está bien, ¡Por favor! — bufa — ¿Contenta?

— Claro que sí — río — mejor vamos adentro, que ahora mismo deben estar pensando que me estás diciendo algún secreto del país para demorarnos tanto.

— Vamos, no olvides llevar tu maleta.

Tomo mi maleta y de inmediato me dirijo a la puerta que da al sótano.

— ¿A dónde vas? la puerta está acá. — señala la de la cocina que da al patio.

— Tú sígueme, pero espera aquí en la puerta hasta que prenda la luz, no vaya a ser que te de miedo.

— Te estás pasando Sultana. — amenaza.

Lo ignoro y entro al sótano de inmediato para prender la luz, no me tropiezo ni nada parecido porque conozco este lugar como la palma de mi mano.

— ¡Ya puedes entrar!

— ¿Y esto qué es?

— Es el sótano de la casa — me acerco a mi armario para dejar la maleta — y el lugar donde tengo mis pertenencias.

— ¿Por qué las tienes aquí? ¿Acaso tienes demasiadas cosas para tenerlas en tu habitación?

— De hecho, no tengo una habitación — bajo la mirada, pero de inmediato la subo — pero eso es algo que tal vez les diga para el libro, de seguro les parecerá algo interesante la forma en la que vivo.

— ¿Cómo que no tienes habitación? — le paso una bolsa y el papel donde anoté las canciones... y una pequeña nota.

— Creo que deberíamos de subir, de seguro están preocupados y estarán pensando mal de mí. — Ignoro su pregunta.

— Está bien, por hoy aceptaré que no me respondas, ¿Vamos?

Nos dirigimos de inmediato a las escaleras que dan al pasillo cerca de la sala. Cuando nos ven salir de ahí, todos, incluyendo a Baadir nos miran esperando alguna explicación y como siempre me pasa, apenas veo a mi madre, se me olvida todo lo que tengo que decir. Pero Ahmed me salva cuando empieza a hablar.

— Lo siento, tuve un pequeño accidente con un charco en el patio y se me mojaron las medias — levanta la bolsa.

— ¿Y sólo por eso tardaron tanto? — Dice Issadora.

— Si, por eso y porque se fue la luz por un momento. Entonces Baadir ¿Terminaron de leer el contrato de Sul- Elizabeth?

— Si, justo terminé de aclararles algunas pautas del contrato y están de acuerdo, solo falta que Elizabeth lo firme.

Me acerco y hago el intento de sentarme a lado de Baadir para firmar los papeles, pero Ahmed me quita el puesto dejándome parada y avergonzada con Baadir.

— Podrías haber dejado que Elizabeth se siente, no fue nada caballeroso lo que hiciste Ahmed.

— Si, bueno, ya no importa, solo tiene que firmar — me mira —, toma. — me da su esfero.

Lo tomo y firmo sin leer nada, porque si mis padres aprobaron el contrato, estoy segura de que no hay nada malo en él. Cuando termino, Ahmed se levanta para darme un apretón de manos y noto en su mirada algo de satisfacción y me provoca algo de miedo.

«De seguro estoy alucinando»

— Será un gusto poder trabajar contigo Elizabeth, ¿Empezamos mañana mismo?

— Por mi está bien, gracias por esta oportunidad. — suelto su mano.

— Entonces, trabajaremos juntos desde mañana — toma mi mano Ahmed —, espero que esta vez no haya rumores en el pueblo sobre nosotros. Pero no creo que importe, total, si tus padres creen en ti y no en rumores creados por estúpidos adolescentes, supongo que no debería preocuparnos lo que digan los demás ¿Verdad?

— S-si, espero que así sea. — suelta mi mano.

Cuando terminan de despedirse, se van, por lo que empiezo a prepararme mentalmente para algún castigo que sé que me pondrá mi madre, pues desde que nos vio salir del sótano, no ha parado de mirarme con odio y no sé si es porque Issadora no consiguió el trabajo o porque estuve mucho tiempo con Ahmed.

«No importa el motivo, igual habrá castigo»

— Issadora, el látigo, pásame el látigo.

— Claro madre, ya te lo traigo. — sonríe.

No tarda mucho en traer el látigo y empiezo a asustarme porque no me ha lanzado uno de sus comentarios hirientes, como suele hacerlo. Veo un poco asustada a George porque sé que es el único que saldrá a mi favor, pero a penas lo hago, este se levanta y se va a su cuarto.

«Me abandonó... Me abandonó.»

— Abre bien las manos y pon las palmas hacia arriba, y ni se te ocurra cerrarlas, que te dolerá más.

— P-pero no hice nada, no entiendo yo...

— ¡Que lo hagas te digo! — obedezco de inmediato.

— Esto es — golpea —, para que — golpea —, recuerdes que — golpea —, le quitaste — golpea —, la oportunidad — golpea —, de ser — golpea — feliz— golpea—, a tu hermana — golpea.

Ni siquiera sentí cuando las lágrimas empezaron a caer, porque estaba más concentrada en la sangre que empezaba a salir de la palma de mis manos.

«Odio mi vida, odio hacer infeliz a mi hermana, es mi culpa, soy una estúpida.» 

Nota: espero les haya gustado el capítulo, ya saben que si tienen alguna recomendación, estaré atenta a escucharlas y ponerlas en práctica. 

Gracias <3 

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