𝐃𝐀𝐃𝐃𝐘 #𝟏 |njh| ©

By AllfEdwardS

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❝ Dicen que la mejor manera de librarnos de la tentación es caer en ella.❞ LIBRO 1 | SERIE OSCURIDAD More

DADDY
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ANUNCIO
LX
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LXI
EPÍLOGO
NOTA FINAL
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H. BIRTHDAY
Final Verdadero | Dificultades

LXII

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By AllfEdwardS


LXII. "Saluda al diablo de mi parte"

CAPÍTULO FINAL


Niall

Las piernas comienzan a cansarse, mantengo en alto el arma pesada que no suelto ni cuando se me escapa el aire.

Elijah se dirige a mi derecha mientras concluyo el camino previamente recorrido.

Y no hay nada.

La madrugada nos toma en vela, este lugar y su inmensidad me tienen hastiado y desesperado al no encontrar ni un rastro de ella más que el de hace unas horas con las menores que nos dieron aquella escasa información.

Pero se que ella sigue aquí.

Si mi corazón late, significa que el de ella también lo hace.

Solo me repito a mi mismo, como si se lo estuviera diciendo de frente.

«Resiste, resiste, resiste...»

No me siento cansado, además del adormecimiento de mis piernas pues el invierno ha comenzado a reinar en esta zona del país mucho más temprano que en otras. Hay demasiado frío pero estoy tan caliente del enojo que eso no es impedimento para que siga avanzando.

—Que Alí vaya contigo, yo iré de este lado. —le hago saber al danés y este solo asiente dándome luz verde.

Camino, corro entre los largos corredores hasta que levanto el arma y encañono a la persona que se cubre los ojos en cuanto la ve. Levanta las manos y pide por favor que no le haga nada.

Es una mujer.

Pero no la que estoy buscando.

Inmediatamente la reconozco.

—¿Ofelia? —ella me mira y se incorpora temerosa.

—Niall...

—¿Dónde está?

—Yo...

—¡¿Dónde está Grace?! —la desesperación es palpable. Cada minuto perdido cuesta, cada segundo lo hace si no voy por ella en este momento.

—No lo sé. —se le empañan los ojos—. Hace días que no se de ella.
Solo pude verla una vez y fué porque el señor Cavill me lo permitió. Estaba muy enferma, la fiebre incluso le llegó a los cuarenta grados, teníamos que hacer algo y... al día siguiente, Dalila se la había llevado de nuevo a la mazmorra.
La señora Nancy no me permitió nisiquiera...

—¿Henry? ¿Nancy? ¿Ellos son parte de esto? —mi termómetro de cabreo no da para más y explota.

—Así es. Esos malditos la han torturado, no tienes idea... no sabes como la trataron... —llora desconsoladamente aferrada al vestido que porta—. Me la rompieron... —gruñe con odio—. Era mi niñita... —no me queda mas que apretujar los dientes en busca de una pizca de autocontrol.

—Tengo que encontrarla a como de lugar.

—Había una fiesta abajo, los jefes vendrían y Maxim dijo algo sobre una subasta de mujercitas. No quiero pensar mal pero conociendo a ese maldito, estoy segura que involucró a Grace en ello.

—¿Dónde demo...?

Los disparos y los gritos no me permiten nisiquiera terminar de hablar.

Ofelia y mis hombres me siguen cuando doy retorno de regreso hacia donde la persecución se escucha.

Me adentro a la sala desde donde destellan las luces de colores y la música se ha detenido.
Alí y Elijah encañonan a los hombres con traje que deduzco, son los cabecillas menores quienes yacen arrodillados y con las manos en la nuca.

La alta guardia los golpea con las cachas de las AK-47.

En menos de cinco minutos estos hijos de puta ya tienen decenas de rehenes y yo apenas enterandome.

Aunque no es algo de lo que deba preocuparme.

Elijah y yo buscamos lo mismo.

Me informa que Shane y Efraín han llegado de regreso a Dublín. Se dirigen hacia la base de operaciones, es imposible que lleguen a tiempo aquí.

Amenaza tras amenaza y nadie se digna a abrir la boca y cuando lo hacen, es para decir puras estupideces que no sirven para nada.

Elijah le pide a Alí que se haga cargo aquí, por ende, se queda.

Mientras nosotros nos dirigimos hacia afuera. Aunque aquello se ve interrumpido pues al que quiero hacerle cenizas los huesos y a quien menos deseo ver en estos momentos, es al que se nos aparece enfrente con seis hombres protegiéndolo.

—Te habías tardado. —mantengo el arma en alto conteniendo las ganas que no me faltan de clavarle un tiro entre las cejas.

—¿Dónde?

—¿Porqué iba a decírtelo? —suelto una risa sacarrona.

—¿Y así dices "amarla"? ¿Para eso le tiraste la mierda de discurso de marica? Mira que si escaseas de pelotas.

—¿Y este quién es? —cuestiona Elijah—, ¿Otra plasta de mierda? —asiento.

—Las armas en el piso. —ordena pero ninguno de los dos cede.

—Bájala tú. —le digo—. Te conviene, Cavill.

—Una mierda, ya cállate y haz lo que te digo. —siguen apuntandonos y por más que intenten "intimidar", sé que terminará cediendo en menos de lo que espera.

—Baja la puta arma o te reviento a ti y de paso, ¿Porqué no?, también a... Lizzy. —la cara se le descompone y Elijah frunce ligeramente el ceño como preguntando de qué demonios hablo. Sin embargo, me sigue la corriente.

—Ya oíste. —se adelanta el danés bajando el cañón y plantandole cara. Sin importarle que el muñón de la ametralladora le quede pegado justo en el centro del pecho—. Y pobre de ti si de aquí mi hija no sale sin un solo rasguño porque te juro y te prometo por lo que sea que más ames, que me las vas a pagar.

Henry pasea los ojos de Elijah hacia mi, aprieta fuertemente los dientes antes de hacer una seña al aire y pedir que bajen las armas.

Si pendejo no es y conoce el verdadero significado del "ojo por ojo".

Aún si tuvo la oportunidad de ayudar a Grace y no lo hizo, aún en el estado que la encontremos y aún si él no le propició nada directamente; lo va a pagar.

━━━━━━━༺༻━━━━━━━

Grace

—Bien querida... —repara a detalle el arma que posee en manos. El mareo me toma por sorpresa y de momento todo me da vueltas. Quiero vomitar, quiero caer y no levantarme más nunca, quiero que se termine pues las piernas comienzan a fallarme. El aire comienza a faltarme y todo parece irreal— Tienes seis tiros, seis oportunidades, seis valiosos segundos para correr y llegar a la reja de salida. —la señala—. Si lo logras... eres libre. Puedes irte, tu y tu amiguita, no las necesitamos más pues tenemos al ratón en la jaula.

—¿Qué pasa si no lo logra? —cuestiona Lena con la voz temblorosa y Maxim se encoje de hombros— Cada segundo será un tiro a ciegas. Puede que tenga menos oportunidades pues la bala puede estar en cualquier lugar, incluso en el siguiente. La vida es incierta, Lena Wolsey, al igual que los tiros de este revólver, y nunca se sabe.

—Maldito bastardo... —mascullo entre jadeos que me parecen una tortura.

—Bastardo o no, seré lo que siempre quise ser para ti —entrecierra los ojos—; tu verdugo.

Levanta el arma en alto apuntándome directamente. —Es mejor que comiences a correr amor... porque cuando comience, no me pienso detener.

Respiro mal, siento que voy a colapsar en cualquier momento.

Las pequeñas piedras y baches me lastiman los pies en cuanto tomo todas, absolutamente todas mis fuerzas y comienzo a correr, entre lagrimas, gemidos de dolor y sosteniendome la boca del estómago.

Corro no se cuanto y... —¡Uno...!

El primer disparo no me paraliza pues no hubo proyectil y por ende, puedo seguir avanzando— ¡Dos...! —no hay nada. Es como un respiro pero sigue estando lejos de mi alcance el aumentar la velocidad— ¡Tres...! mi desesperación puede más con mi instinto de supervivencia. La adrenalina se desata en mi sistema y...— ¡Cuatro...!

"Tu puedes, vamos, no te rindas ahora..."

Es a lo que alude mi mente pero mi cuerpo parece no querer responder.
El aire me falta y comienzo a andar más despacio. La gravedad de mis golpes es tanta que las heridas abiertas vuelven a sangrar, mismas que ya habían dejado de hacerlo. —¡Cinco...!

Las punzadas en el abdomen bajo son el detonante, no es necesario que lo recalque.

Seis tiros y cinco de ellos fueron salvaguardados.

Escucho la risa escandalosa y maquiavélica que suelta antes de decir; —Seis... —todo se vuelve un caos en mi cabeza, el retumbar del gatillo me aturde los oídos y me hace detenerme en seco.

Con la respiración agitada, desesperada, miedosa y aterrada, imágenes de lo que parece ser mi linea de vida empiezan a correr por mi mente.

Desde el más hermoso de los recuerdos, hasta el día de hoy.

Mamá, Papá, Shane, Yusef, mis abuelos, mi tía Amira, mis amigos, mis aventuras, mis risas, mis juegos, mis momentos felices; Niall.

Maxim, Luciano, Daniela, Dalila, Nancy.
Mi llanto, mi dolor, mi calvario, me encadenamiento al infierno. Mi muerte en vida.

El desgarrador grito de Lena hace ecos a mi alrededor y el grito de regocijo de Maxim, lo vuelve todo aún peor.

—Rens verdens synd!

Chorros y chorros de sangre me empapan el abdomen, el camisón "blanco" se tiñe de rojo y las piernas dejan de responderme. Giro una vez más el rostro, divisando a Lena correr entre lágrimas y gritos en mi dirección, todo parece ocurrir en cámara lenta.

No alcanzo a tomarla de la mano, pues me desplomo en el suelo cuando menos lo espero.

Despierta me observo las manos que antes sostenían la boca de mi estómago.

Rojo.

Es todo lo que veo.

Comienzo a sentir el dolor más desgarrador que jamás creí que fuera posible sentir. Ardor, frío, no me deja respirar y la misma sangre que se derrama de mi cuerpo herido, es igual a la que mi sistema me obliga a devolver.

Esta escurre por mis mejillas, no me deja tomar el oxígeno necesario.

Lena me toma del rostro y me pide cosas, cosas extrañas que a causa del aturdimiento, no logro entender del todo.

—¡Por favor, Grace, corazón, mírame! —sostiene mi cabeza y la coloca sobre sus piernas apartando el cabello que me cubre la cara—, estarás bien, lo prometo... lo prometo... ¿Está bien?
Todo irá bien, solo necesito pensar... necesito pensar... joder... —se desespera observando hacia todos lados pero nada es divisible. La reja evidentemente se cierra— ¡Joder!

El dolor es lacerante, me quema, me arde incluso respirar.

De mi garganta brotan quejidos, quejidos evidentes que muestran cuanto me cuesta tomar mínimamente un poco de aire.

No sé donde me dió, no interesa, solo quiero que esto pase.

Quiero dormirme, quiero dejar de sentir... «Si, eso quiero». Quiero que deje de doler, que se detenga el sufrimiento.

—Querias saber que me hiciste, ¿No es así, linda Grace? —Maxim se acerca a pasos lentos hacia nosotras—, y heme aquí la respuesta. Te detesto, te aborrezco maldita estupida. Detesto que existas, que hables o siquiera respires. Te detesto y siempre te he detestado, cuando te miro, me recuerdas a la peor mierda que he conocido. Llegué a pensar que quizás habría podido moldearte a mi antojo y en su momento lo logré. Llegue a creer que quizás, solo quizás, podría quererte un poco. A final de cuentas si llevas mi sangre... pero no. Jamás podría querer a la bastarda de Elijah Ballard. Ni al otro que parece haber resucitado de entre los muertos. —se acuclilla y me acaricia la mejilla. Lena lo sulfura con la mirada—. Te vas a morir, mi amor... —el llanto me toma presa una vez más y eso a él parece divertirle—, y será lento... y doloroso... —susurra cual psicópata— Para ti, para tu papi... para todos, incluso para el hijo de perra que es Niall. —coloca el dedo sobre el orificio de bala que me perforó alguna parte del cuerpo y presiona sin clemencia haciéndome soltar un grito de dolor y llanto que me desgarra la garganta—. Ojalá te pudras en el infierno maldita ramera. —masculla con odio antes de soltarme y limpiarse la sangre del dedo con un pañuelo que se saca de la chaqueta.

Djævel aparece ante nuestros ojos, Maxim le hace una señal y este se dirige hacia mi. Se acuclilla a mi costado y me carga en brazos, desatando el huracán que es mi amiga.

—¡SUÉLTALA CERDO ASQUEROSO, DÉJALA! —lo golpea con todas sus fuerzas, lo abofetea y le escupe. Este nisiquiera se inmuta y continúa con lo suyo hasta que logra cargarme. Otro tipo la toma a ella y a ambas nos llevan por la misma dirección. Miro por encima del hombro de Djævel como el maldito que me disparó me lanza una última mirada cargada de repudio y odio.

Y sin siquiera saberlo, esa sería la última vez que mis ojos verían a Maxim Ballard.

━━━━━━━༺༻━━━━━━━

Niall

El caos es inminente, Elijah atraviesa la puerta delantera llevándose por delante a dos tipos que nos sacan las berettas. Me tengo que ocultar si no quiero recibir un tiro inesperado.

Maxim debe estar enterado.

Pues han enviado hombres a exterminarnos.

Lo que no saben es que vinimos en  multitud.

Saco de entre el uniforme el radio adherido al chaleco y doy la orden pidiendo refuerzos. Elijah arremete con todo empuñando la ametralladora que cuelga de su hombro.

Con excelente puntería, él y los que venían con nosotros nos despejan el camino. Saco en iPad con el plano de la Villa y nos veo en un punto exacto de zona roja.

—Tenemos que irnos. —le informo a Ballard y este asiente.

Salgan de ahí, diez o quince hombres se aproximan a su derecha. Hay una salida en la zona lateral izquierda. A dos pasillos de donde están. Está despejado, ¡Ahora! —Yusef informa a través del auricular que se encuentra entrelazado con el de todos. Obedecemos.

La alta guardia lleva a Cavill y sus tipos desarmados como rehenes. Nos siguen entre todos y efectivamente, la puerta que Yusef mencionó está despejada.

Esta misma da hacia la zona exterior de la Villa, cerca de la reja de salida.

Elijah me hace una seña para que nos detengamos. Nos pegamos a la pared empuñando las armas pues las voces se escuchan cerca.

Divisamos a los guardias correr lejos de sus puestos pues al parecer les han llamado a través de un radio. Es perfecto.

Nos dividimos entre los arbustos y nos encontramos con el camino apedreado que da hacia la salida.

Aunque eso no es lo que capta nuestra atención.

Lo es el gran charco de sangre que yace a mitad de camino.

Nos dirigimos mucho más cerca agradeciendo que los arbustos sean gigantes y los tapen árboles así no somos detectados desde esta posición.

Elijah me mira, como si estuviera pensando lo mismo que yo. Se arrodilla y toca la sangre que aún luce fresca.

—No ha de haber sido ni una hora de esto... —murmura—, está fría. —me mira apretujando la mandíbula cargado de ira— ¿Y si es de ella?

—No lo es. —dictamino, haciéndome creer que es así. Que ella está bien y que toda esa sangre que tiñe de rojo el piso de rocas, no le pertenece— Sigamos buscando. —asiente incorporandose con nosotros.

—Tal vez lo sea... —murmura Cavill. Ambos pares de ojos lo miramos desconcertados y enojados—, es... demasiado probable que lo sea.

—¿De qué mierda habla ahora? —Elijah me mira.

—¿Qué sabes? —cuestiono acercandome.

—Yo podría ayudarte a encontrarla... si es que Maxim no le ha hecho nada otra vez. Llevan semanas torturandola...
La última vez que la ví, estaba por ser subastada a Abdullah Ford. Creo que saben quién es. —el odio se me atasca en la garganta, el cabreo incrementa considerablemente y siento las venas inyectadas de veneno puro.

—¿Cómo sabes eso?

—Yo la llevé personalmente al matadero, no me quedó opción. Ustedes no son los únicos que me han amenazado. —gestiona una expresión de rabia. Aunque dudo que este más rabioso que yo o el danés. Me veo encima de ese maldito moliendolo a golpes pero Elijah se me adelanta y le estrella el puño en la mandíbula haciéndolo caer.

Arremete a golpes contra el ex profesor maldiciendo, una y otra vez.

—Jefe —me llama Jazhyr, uno de los soldados—, debe detenerlo.

—Por mi que se lo lleve el demonio. —espeto.

Elijah sabe cuando debe comportarse. Es por eso que solo lo deja tendido en el suelo y con las manos atadas a la espalda. Medio moribundo pero vivo.

Lo deja por la paz pasando de nosotros y musitando un "andando".

Los guardias levantan a Cavill y lo obligan a caminar detrás de nosotros.
Siento que estamos retrasados, un paso menos a donde queremos llegar.

La inmensidad de la villa nos quita horas de recorrido hasta que tenemos un segundo encuentro, esta vez, cara a cara con los involucrados. Elijah no se detiene a la hora de arremeter con fuerza sin soltar el arma pesada, Maxim levanta la suya y el caos se hace cada vez más grande. Luciano ataca, otro tipo igualando casi los dos metros, tatuado hasta la mierda y una melena con barba prominente.

Los defiende.

Alza en mano dos A-91 con las cuales nos apunta antes de apretar el gatillo que dispara los pequeños y potentes misiles que nos obligan a cubrirnos.

—Mátalo... —Cavill jadea con dificultad. Frunzo el ceño y Jazhyr se acerca para escuchar mejor que es lo que dice—, mata a ese bastardo.

—Debería matarte a ti, hijo de puta. —murmuro.

—Quizás —escupe la sangre acumulada en la boca—, pero al menos no fui yo quien trató a Grace como una verdadera puta. —señala al loco de las ametralladoras.

—¡¿Qué tanta mierda dices?! —llega Elijah— ¡No somos adivinos, joder, dilo!

—Maxim y Luciano le ordenaron a Djævel hacerle daño a Grace. No supe a que se refería hasta que bajé a ver como estaba un día y lo encontré... tomándola por la fuerza. Después de eso Dalila me contó que la han obligado a estar con Djævel desde que llegó.
Ese malnacido abusó de ella cuantas veces se le antojó y por eso debe pagar.

—El burro hablando de orejas —Shane y Efrain nos secundan. El mismo conoce la historia de Cavill y Grace.

Me veo cegado por el enojo y no tomo importancia nisiquiera a lo que me está diciendo, me veo a mi mismo saliendo del escondite, empuño el arma pesada y jalo del gatillo sin clemencia. Tiro tras tiro, los obligo solo a esconderse. Diviso a Nancy entre ellos, a Daniela y Dalila Ranieri.

Pero mi objetivo ahora es o Maxim o el tal Djævel. El primero se esconde, el segundo se voltea y la distracción me parece perfecta para cuando una de mis balas lo atraviesa cuando apunto hacia la rodilla para hacerlo caer.

Estoy a punto de acabarlo, pero entonces el rozon de una bala me obliga a aflojar el agarre del arma.

Maxim me apunta desde los arbustos pero es jalado por Luciano cuando Elijah le dispara.

Los hombres del hermano menor se nos vienen como en manada.

Todo es caos, absolutamente todo.

Me veo obligado a apartarme.

—Lado norte, repito, lado norte, asegurado. —habla Amira atraves del radio— ¿Niall, me escuchas?

—¡Si!

Los demás no me escuchan, han logrado intervenir en el sistema, apenas pude rehabilitar el tuyo. Escuchame, en el lado norte, no estoy segura por cual entrada pero hay tres. Ve hacia allá, hay un laberinto y tienes que tomar la entrada que tenga gardenias azules. Exclusivamente ese camino te llevará a un punto exacto, ahí está ella.
Logré divisar a Djævel cuando las llevaba, a ella y a su amiga. Ve antes de que vayan por ellas, es nuestra última oportunidad.

—Entenrado. —la comunicación se corta.

Entonces emprendo mi camino hacia el lado norte. Le hago señas a Shane avisando el lugar de mi recorrido, este asiente y envía a tres hombres detrás de mi.

Muchos de los nuestros han caído, pero no tantos como los que nosotros hemos derribado.

Corro y corro hasta que logro divisar el laberinto.

Las gardenias azules y el extenso camino que me queda por recorrer.

Ya estoy un paso más cerca.

Estoy seguro.

Uno de los hombres que me acompaña hace intercambio con otro que trae consigo a Zeus y Alaska. Jazhyr se saca de la bolsa del pantalón una prenda de ropa perteneciente a la danesa. Ambos lo olfatean y son quienes nos guían en el trayecto que desta la descarga que avasalla mi tórax.

—Andando, Zeus. —lo aliento y el can obedece siguiendo a la loba

━━━━━━━༺༻━━━━━━━

OMNISCIENTE

1 HORA

PÉRDIDA: 1.5 LITROS DE SANGRE

Sedienta, débil, inquieta, respiración acelerada.

Grace Ballard y Lena Wolsey han sido introducidas a la "cloaca fría" a las 2:02 de la madrugada del viernes 20.

La primera, resiente lo que comúnmente se conoce como periodo de Exanguinacion, o perdida de volumen sanguíneo emergente. Es decir, la pérdida excesiva de sangre en el cuerpo.

El proyectil que impactó contra su espalda, le perforó previamente el bazo, causando una hemorragia que no ha parado de sangrar desde el momento en que ocurrió.

La cloaca fría no es más que un simple congelador, de esos que utilizan los pescadores en los grandes barcos para mantener congelada la pesca antes de regresar al puerto de donde vinieron. La villa donde Maxim ejecuta a sus víctimas y el congelador donde los introduce esperando detener el proceso de descomposición ahora lo ocupan la danesa y su amiga.

Esta no ha podido nisiquiera moverse.

Lena la arropa sobre sus piernas, frotandole mínimamente los brazos con la finalidad de brindarle un poco de calor a su helado cuerpo.

El reloj en la pared superior de la capsula oscila los -10 °C, sin mucha ropa, tan solo un camisón delgado y ropa interior diminuta que las cubre.
Ambas mujeres pierden calor corporal con el paso de los minutos.

Grace es otro caso a parte. Lena sabe que no queda mucho tiempo antes que comience lo peor.

2 HORAS

PÉRDIDA: 2 LITROS DE SANGRE

—Sabía que terminaríamos juntas en algún punto de nuestras vidas.
El plan era un departamento de solteras en México y vivir la vida loca al máximo... no así. —murmura Grace difícilmente. Hablar para ella es una tortura, con la boca y la garganta lastimada, una herida de bala en el lado intercostal del cuerpo y una hemorragia en el bazo.

—Lo lograremos —alienta Lena—, y viviremos esos sueños que nos prometimos de pequeñas, ¿Esta bien? —Grace niega.

—Ámbas sabemos que eso no es cierto. —le sonríe a la irlandesa, quien la determina con los ojos llenos de lágrimas. Lena nota cuanto le cuesta hablar a la castaña. Está desesperada por tomar una mínima porción de aire en cada oración—. Ya no dolerá. —Lena niega acariciandole la mejilla. Sabe que tiene razón pero se niega a aceptar lo evidente—. Es cuestión de minutos, Shaylena... —la mencionada sonríe— ¿Recuerdas? Así... así te llamaba cuando te conocí... en preescolar.

—Lo recuerdo... y yo odiaba que lo hicieras. —la danesa no puede evitar los ojos cristalizados—. Resiste, por favor...

—No puedo... —Grace comienza a toser mientras tiembla como nunca—, ya no puedo más Lena...

—Si puedes, yo sé que puedes —aumenta la fricción, la abraza y trata de darle calor, pero es imposible, nisiquiera ella tiene el suficiente como para darle un poco más de lo que no tiene a su amiga—, vamos... —jadea, expulsando cantidades inherentes de humo por la boca. Derrama lagrimas desesperada por ayudar a Grace—, no me dejes aquí sola...

—Tu llegarás al final después... y
tendrás... muchos bebés como siempre quisiste... —luce cada vez más desorientada—, te casarás y terminarás la carrera. Lo harás...

—Resiste...

—Si alguna vez vuelves a ver a mi madre, dile que la amo... y que la perdono. A mi padre, mis hermanos y a mi abuelo. —niega repetidas veces—. La tía Amira... y Shane, dile a Shane... que no sea tan gruñón. —el llanto ahogado brota de la garganta de Lena—. No llores, no lo hagas cariño. —Grace tose levemente con cada palabras—. Ya no debes preocuparte... —Grace intenta alcanzar débilmente la mejilla de su amiga. Lena sostiene la mano ensangrentada de la danesa y la aprieta como si esa fuera la última vez que hablaría con ella—, ya no duele... —repite y hasta ahora, Lena nota la falta de color en la piel característica de la castaña. La palidez es casi transparentosa, labios secos y amoratados, desorientación.

Sabe que en cualquier momento caerá inconsciente y todo se habría terminado.

Lena quería mantenerla despierta el mayor tiempo posible.

El que ya no le duela es una muy mala señal.

Bajo su cuerpo yace un charco inmenso de sangre.

—No te duermas, mírame, mírame —Lena mira aquellas esmeraldas que la determinan con lágrimas en los ojos.

—Tengo que confesarte algo...

—¿Qué? —ella pregunta con la finalidad de hacerla hablar y entretenerla.

—Me enamoré... —Lena le sonríe con plenitud—, como una tonta... —Grace traga duro.

—¿Niall? —asiente—, ¿Grace Ballard enamorada?

—Lo sé... —ambas ríen causando que la danesa se queje a la misma vez que un arranque de tos que propicia que expulse sangre por la boca.

—¿Grace? —exhalaciones brotan de su garganta y una última sonrisa de su parte pone histérica a la irlandesa— ¡Grace! —los ojos de la castaña lentamente comienzan a cerrarse hasta que las pestañas encrespadas y los párpados cerrados son lo único que puede observar— ¡Despierta, maldición, Grace!  —sacude el cuerpo moribundo, lastimado, torturado y maltratado. Frío, prácticamente congelado...

Las manos de Lena tiemblan, ella grita hasta que la garganta le arde. Maldice y llora sobre el cuerpo aparente sin vida de la que por mucho fué su mejor amiga, la hermana que nunca tuvo y que siempre quiso.

—¡Malditos! —acaricia su mejilla, ahora manchada de sangre—, ¡Malditos hijos de puta!

La temperatura desciende a tal punto que Lena no puede hacer más que aferrarse al cuerpo y no querer soltarlo jamás.

Tan pronto como se resigna a aceptar su destino, el aullido de lo que parece ser un lobo en el exterior y la forma en la que rascan el metal de la puerta, la ponen en alerta. —¡Ayuda! —grita, pide, aclama y reza.

Escucha lo que parece ser un disparo impactando contra la perilla, seguido de la puerta azotándose contra la pared de una sola patada.

Lena aterrada intenta alejar a los peludos animales, uno negro y el otro de pelaje blanco con gris. Reconoce al segundo.

—¿Zeus? —los canes tan solo se dedican a aullar sin descanso mientras olfatean el cuerpo sin fuerza, pálido, inconsciente y semi desnudo que yace sobre las piernas de Lena. Cuatro figuras altas, uniformadas y armadas aparecen en su campo de visión.

Y el primero parece querer morirse con lo que sus ojos ven.

Rápidamente se apresura hacia ellas y cae arrodillado soltando el arma.

Zeus y Alaska no dejan de aullar como si estuvieran en la plenura de la tristeza, no dejan de olfatearla concentrándose específicamente en el abdomen.

Niall la levanta, manchandose las manos de sangre, le acuna el rostro con las mismas y la respiración se le atasca en la garganta.

—Amor... —la llama—, Grace, por favor... —palmea su mejilla pero ella no responde.

—Ayúdala... —Lena llora—, Niall...

—¿De donde viene toda esta sangre? —le pregunta, a lo que Lena solo niega.

—Le dispararon...

El corazón se le quiere salir del pecho, Jazhyr se apresura a ayudar a Lena y levantarla. Los tipos restantes aseguran el lugar tomando a los canes y sacándolos del congelador.

Jazhyr toma el arma de Niall mientras este no pierde el tiempo a la hora de quitarse la chaqueta y cubrir la desnudez de la castaña. Toma fuerza de voluntad y la carga sin problemas entre sus brazos. Los soldados de la alta guardia lo cubren y lo respaldan. Le susurra a la danesa que solo resista un poco más, pero no obtiene respuesta, ni un estímulo, ni movimiento alguno.

«Esto no puede estar pasando», piensa él. Trata de convencerse, no existe nada más a su alrededor que no sea pensar que la chica que sostiene en brazos sigue respirando.

Cuerpos fallecidos y tendidos en el piso son todo lo que ve mientras corre.

—¡Hijo de perra! —escucha la queja de Elijah pero ignora.

No hay rastro de Luciano, ni de Maxim, nisiquiera de Nancy, Dalila o Daniela.

Los diez pares de ojos se concentran en Niall y a quien trae cargando.

—¡Prepara las malditas camionetas! —Yusef se pone en marcha. Alí al volante, Elijah, Shane y Efraín se aproximan.

—¿Tiene pulso? —cuestiona el primero igual de desesperado.

—No lo sé, joder. —responde el irlandés —. Perdió mucha sangre.

—¡¿Quién fue, carajo?!

—Fué Maxim. —todos miran a Lena mientras corren hacia las camionetas. Esta tiene la chaqueta de Alí sobre los hombros—. Ruleta rusa...

Recuestan a Grace sobre la camilla de la ambulancia camuflada por fuera como si se tratara de un camión pequeño de carga. Inmediatamente Shane le coloca oxígeno a su melliza mientras Amira se pone manos a la obra poniendo en práctica sus conocimientos en medicina.

—¿Cuánto tiempo lleva así?

—No lo sé, creo... creo que dos horas o más.

—¿Qué te hicieron, mi niña? —habla para si misma revisando la herida cuando todos se han puesto en marcha.

Le corta la ropa con las tijeras y les pide a Elijah, Shane y Yusef trasladarse al frente del vehículo. Niall se muestra reacio a abandonarla y Lena ni se diga. Elijah le pide que no le quite los ojos de encima. El castaño asiente y este se dirige hacia el asiento del copiloto junto a Alí dando órdenes a través del radio.

Amira le saca la tela del camisón  previamente rota del cuerpo, la deja únicamente en bragas cubriéndola con una manta quirúrgica.

Gira su cuerpo con ayuda de Niall y palpa con los guantes puestos la herida que sigue sin dejar de sangrar y entonces, busca el dichoso orificio de salida que no encuentra.

—Necesita cirugía de emergencia. La bala sigue adentro, no sé con exactitud dónde se ubica. Esas mierdas pueden rebotar aún estando en el interior de la persona. No sabemos si perforó algún órgano vital, toda esta sangre no sólo viene porque si. No sé si hay hemorragia interna o si dañó vasos sanguíneos delicados. —la conectan a la pequeña máquina portátil. Amira lee los signos en la pantalla y deja lo que está haciendo cuando el pitido corrido se hace escuchar. —Mierda.

Apoya el talón de una mano en el inferior del esternón. Coloca el talón de la otra mano sobre la primera y entrelaza los dedos ejerciendo presión sobre el tórax de su sobrina.

—¿Qué demonios sucede, Amira? —cuestiona Elijah desde adelante.

—No hay pulso.

Elijah se regresa ordenándole a Lena trasladarse al asiento del copiloto. Niall no le suelta la mano, aturdido, reza porque ella se recomponga y salga bien librada de esto.

—¡Haz algo!

—¡¿Qué crees que hago?!

Pelean entre sí, causando irritación en el castaño.

El silencio se crea mientras Amira con los brazos extendidos le practica la maniobra de resucitación.

—Niall, continúa por favor... —este lo hace sin dudar mientras Amira le pide el maletín a Elijah. Este se lo extiende y ella extrae una jeringa con adrenalina, la cual le inyecta en la intravenosa que le coloca. Intercalan puestos, Elijah se hace cargo después de Niall mientras este prepara el desfibrilador para Amira. Quien se predispone a retirar la máscara de oxigeno preparándose para colocarle un tubo endotraqueal. Le pide a Niall darle oxígeno manual tomando ella las paletas, mismas a las que les vierte el respectivo gel azul y les pide a ambos hacerse a un lado cuando la primera descarga sacude el cuerpo de la castaña.

Líneas rectas.

Una, dos, tres descargas y su corazón no late.

Elijah pierde los estribos, le exige a gritos que despierte. Amira comienza a desesperarse aplicando la técnica de RCP otra vez. Niall se maldice así mismo.

«Quizás si hubiera llegado antes...

Si no la hubiera tratado como lo hizo la primera vez.

Quizás si hubiera dejado el orgullo de lado y le hubiera dicho cuanto la amaba cuando la tenía, no se sentiría tan mierda como ahora»

Las imágenes de aquella reluciente sonrisa perfecta que lo tomaban por sorpresa en el departamento.

Ella usando sus camisetas por la mañana, los toqueteos en la cocina, los despertares entre caricias somnolientas, los besos largos en la ducha. Los momentos de travesura a escondidas, las confesiones de amor silenciosas.

Niall cayó rendido desde el primer momento en que la vió.

Conciente de las consecuencias, no le importó si con ello él se sentía bien, así como no lo había hecho desde años atrás, mucho antes de casarse.

Revivieron de entre las cenizas aquellos sentimientos que creyó sepultados por siempre. Los galopes de su corazón contra su pecho cada que la tenía respirandole de cerca, todas y cada una de las veces que tuvo el placer de perpetuarse en ella. Las caricias sobre esa piel blanca, suave y tersa que lo volvía loco.

Ahora esa misma reluce heridas, sangre y cicatrices.

Si él no hubiese actuado cual idiota con ella aquel día, ella no se hubiera ido, no se habría expuesto, no habría dejado de protegerla ni dormido, no habría sido capturada por Maxim, no la habrían lastimado de esta forma.

No estarían ahí, rezandole a quien sea que los esté escuchando que por favor la regresen a sus manos.

Esperando un estímulo.

Solo necesitan un latido.

Pero este nunca llega.

—Tu puedes, vamos muñequita... —Jadea Amira cansada. La sustituye Niall cuando ella toma las paletas de nuevo—, a un lado...

Una nueva descarga es su última esperanza.

Sueltan todo lo que los une a su cuerpo, el mismo se sacude derrocando así el aliento de Niall, desmoronando su mundo por dentro.

Y piensa:

Que curioso es esto del pensamiento crítico y analítico.
Nos damos cuenta que el tiempo no perdona, ni la edad, ni el género, ni nada.

Amira...

Un día vas a entender que existen personas que son insustituibles, y no es porque sean mejores que otras, es porque cada persona es única.

—No me hagas esta mierda, no ahora...

Un dia vas a saber que la vida no siempre te da una segunda oportunidad y que a veces lo que dejas ir nunca regresa.

Lo siento mucho hermano...

Y lamentablemente todos deberán resignarse a que ella tampoco lo hará.

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Djævel

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Esperen el epílogo, las amo<3

AllfEdwardS.✨

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