«La mejor manera de saber de lo que uno es capaz es pretender que uno puede hacerlo.»
-John Seymour
Luke habla algo con el agente de la aseguradora, la parte delantera de su auto está completamente arrugada, los cristales rotos y es sorprendente que nosotros hayamos conseguido salir del auto con solo un par de golpes.
—Oh, Dios —Less baja de su auto con rapidez—. ¿Están bien? ¿Te hiciste daño?
Mientras habla, coloca las manos a los costados de mi rostro y examina a detalle.
—No, no —respondo—. Estoy bien, en serio.
—Sí, él está bien —añade Luke. Less hace lo mismo con él, luego lo abraza y dice algo a su oído así que me aparto—. La grúa se llevará el auto, estará inservible por algunas semanas mientras evalúan el daño al motor.
—Bueno, nos preocuparemos de eso después —asegura. Luego de arreglar el asunto con las aseguradoras de ambos vehículos, subimos al auto de Less—. ¿Qué ocurre con ustedes?
—Bien, Dereck, ¿quieres decirle a Alessandra eso que me dijiste y que ocasionó un maldito accidente? —espeta con molestia.
—Luke —reprende ella.
—No, no me vengas con tus reclamos —señala él—. Tengo todo el derecho de estar enojado porque alguien aquí no está siendo sincero, ¿verdad Dereck?
—Yo...
—Hablaremos de esto llegando a casa —sentencia Less, me mira por el espejo retrovisor y me regala una sonrisa—. No quiero discusiones dentro del auto.
Es el trayecto más incómodo que hemos hecho, probablemente son los veinticinco minutos más largos de mi vida. Y sé que no ha acabado.
—Ahora si —Less me obliga a sentarme cuando llegamos al comedor—. ¿Quieren explicarme que está pasando?
No me atrevo a hablar, y por alguna razón eso parece irritar más a Luke.
—Pasa, Less, que todo este tiempo Dereck nos ha ocultado un pequeño detalle —objeta—. ¿Quieres decirle?
—Yo...
—Vende droga. —La incredulidad se apodera del semblante de Less—. Y ahora, como si venderla no fuese suficiente, la distribuye.
—¿Eso es cierto?
—Sí, pero...
—No hay "pero" que valga aquí —sentencia Luke—. ¿Tienes idea de lo que eso significa? ¿Lo sabes?
—Si. Pero juro que...
—¡No jures nada! —exclama en un grito sobresaltándome.
—Hey, a ver, vamos a tranquilizarnos —Less coloca las manos sobre el pecho de Luke, apartándolo—. Es un tema serio, pero si le gritas no vas a conseguir nada.
—Oh, pues hablándole con cariño y amor menos vas a conseguir un resultado, Alessandra —reprocha—. Esto es algo distinto, esto es algo que él decidió hacer.
—Porque lo necesitaba —intervengo—. Luke, necesitaba el dinero, para irme, para...
—¿Y ahora lo necesitas? —inquiere—. ¡Ahora no necesitas nada! ¡Te lo damos todo! ¡Joder!
Deja un golpe sobre la mesa del comedor que resuena, penetrando mis oídos y llevándome a un sitio bastante conocido.
—¿Ese es tu maldito pretexto? ¿Esa es tu excusa? —continúa—. Si te atrapan, ¿Quién crees que debe responder por ti? ¿A quién crees que van a cuestionar? ¡Yo, Dereck! ¡Yo tengo que dar la cara por ti!
Cuando se acerca, me incorporo en un movimiento instintivo, alejándome de él.
–¿Sabes que pueden detenerte por eso? –inquiere–. ¿Qué puedes ir a una maldita correccional? ¿¡Cómo puedes ser tan irresponsable!?
—Luke, basta —Less toma uno de sus brazos—. Lo estás asustando.
—¡Sí, pues no es un jodido niño asustadizo! —brama—. ¡Sabe bien lo que está haciendo!
—¡Basta! —el grito de Alessandra consigue establecer un silencio en la sala—. No voy a permitir que le hables de ese modo, sin gritos, ni insultos en esta casa. ¿Lo recuerdas? Ni para Alessia, ni para Lili, ni para Dereck.
—Lo siento —ambos me miran cuando me atrevo a hablar—. Debí decirte, desde el inicio, pero...
—¿La tienes aquí? —inquiere.
—No, claro que no —aclaro—. Sé que estuvo mal ocultarlo, pero no quería...no quería causar esto. Lo siento mucho, de verdad.
Ninguno responde.
—Solo saldrás para ir a la escuela —comienza a hablar Luke—. No usarás la motocicleta, no visitas a Halley ni a Colton. Te llevaré y traeré de la escuela y si quieres salir, solo será para ir al club a entrenar.
—¿Qué?
—Que estás castigado —sentencia—. Y pasará mucho tiempo antes de que esto se olvide. Pero te exigimos, que te apartes de Sellwood. Si quieres seguir en esta casa, te acoplarás a nuestras reglas. No vamos a tolerar ni un solo comportamiento de este tipo otra vez.
Me observa con autoridad, y sé que debo aceptarlo. Es decir, se los debía.
–Si vuelves a hacerlo, Dereck. La trabajadora social sabrá de esto —advierte—. Y no voy a hacer nada por impedir que te lleven al centro. Así que ya lo sabes.
—De acuerdo.
Él asiente. Less se cruza de brazos, lanzándole una mirada.
—Y lo siento por gritar —se disculpa.
—Lo siento por ocultarles esto —tomo una corta inhalación—. Lo hago en serio.
—Sube a tu habitación —indica Less—. Te llamaremos a la hora de la cena.
Hago lo que pide sin replicar, cuando llego al piso de arriba las voces discutiendo abajo se dejan escuchar. Ingreso a la habitación, cerrando la puerta levemente mientras un suspiro pesado brota de mis labios.
Me quito la chaqueta, dejándola a un costado y me coloco al borde del colchón.
–Así que, ¿estás castigado? –elevo la mirada cuando escucho la voz de Lili–. Mi pésame, en esta casa los castigos no son fácilmente olvidados. ¿Qué fue lo que hiciste?
–No quieres saberlo –susurro dejando caer la espalda contra el colchón–. Pero fue lo suficientemente malo como para ocasionar una pelea.
–Oh, no –dice Lili acercándose–. Cuando un castigo se establece, suelen pelear. Less a veces opina que es demasiado duro, Luke dice que así debe de ser, o lo contrario. Pero no es que contigo sea la excepción.
No respondo.
–Sea lo que sea que hayas hecho, lo olvidarán. No te tortures demasiado por eso –añade.
Sonrío levemente. No había tenido mucho tiempo para interactuar con Lili, normalmente ella estaba demasiado entretenida en su habitación que prácticamente solo nos veíamos a la hora de la comida, pero en las pocas veces que habíamos interactuado, podía darme cuenta de que era agradable.
–Gracias –respondo.
—No hay de qué —dibuja una sonrisa en los labios antes de abrir la puerta y marcharse.
Cuando me quedo solo, me incorporo para buscar el teléfono desechable, no hay ningún mensaje nuevo, tampoco llamadas perdidas así que solo lo apago.
He terminado con Sellwood.
La molestia en Luke por lo que había ocurrido no se pasó tan rápido como yo hubiese esperado. Cumplió con todo lo que advirtió, esa noche me quitó las llaves de la motocicleta y repitió hasta el cansancio que estaba castigado.
—Oh, wow —Colton luce divertido—. Así que, ¿castigado?
—Es lo que acabo de decirte —respondo—. Sin salidas, sin moto, sin Halley.
—Oh, pobre Dereck —cruza uno de sus brazos sobre mis hombros—. ¿Cuánto tiempo?
—No tengo idea —admito.
—Bienvenido a la vida adolescente con límites —bromea—. Te veo luego, amigo.
Se despide cuando llegamos a la entrada del taller de cerámica, apenas ingreso, el profesor Jackson me llama.
—¿Has pensado en el concurso? —inquiere—. La fecha de inscripción es la siguiente semana, y se necesitan algunas piezas de muestrario.
—Sí, creo que lo haré.
—¡Genial! —expresa con entusiasmo—. ¡Maya, tienes un competidor!
Maya se ha convertido en lo más cercano que tengo a una amiga en el taller. Sonríe mientras abandona su lugar y se acerca.
—Ah, ¿así que te has decidido? —inquiere—. Será un placer competir.
Le devuelvo la sonrisa.
—¿Cuántas piezas se necesitan de muestrario?
—Cinco —informa el profesor Jackson mientras toma un par de hojas y me las entrega—. Son los términos del concurso, Maya y tú representarán a Cleveland, pero eso es solo para ir ante los jueces, quienes decidirán entre el distrito al mejor creador, quien será el afortunado de presentarse en el museo de arte.
—Así que tenemos que sacar nuestras mejores piezas —afirma Maya.
—Espero mucho de ustedes —afirma el profesor Jackson con una sonrisa—. Les recomiendo que comiencen a trabajar ahora en las piezas, recuerden, tienen que ser las mejores.
Así que lo hacemos. Maya bromea con que tal vez deberíamos hacer algunas figuras exóticas para sorprender a los jueces.
—Tal vez pueda hacer el torso de Henry Cavil, ¿crees que sea buena idea? —inquiere mientras salimos.
Ya casi no hay estudiantes en los pasillos, nos hemos retrasado un poco intentando eliminar las manchas de arcilla, así que salimos después de la hora acostumbrada.
Maya y yo nos despedimos justo en la entrada de Cleveland, el auto de Luke ya se encuentra estacionado frente a la acera, así que camino hacia ahí.
—Creí que te habías escapado —dice cuando me estoy colocando el cinturón.
—¿A dónde iría? —inquiero con una leve sonrisa—. Tuve que quedarme un tiempo más en el taller.
Luke asiente.
—¿Qué tal el taller?
—Bien, de hecho, voy a participar en el concurso de cerámica.
—Oh, ¿de verdad? —inquiere colocando una leve sonrisa—. Eso es bueno, es decir, te ayudará mucho.
—Sí, eso creo.
No hablamos demasiado durante el trayecto. Sospechaba que Luke aún no dejaba de estar enojado conmigo, así que procuraba no hacer o decir ninguna tontería que pudiera aumentar la molestia.
—Alessandra y la pequeña están en casa de los Williams —informa cuando llegamos a la casa—. Deberán volver pronto.
Asiento, cuando estoy por subir las escaleras, él me llama.
—Hay algo que quiero hablar contigo —dice haciéndome un ademán para que me coloque en el sillón.
—¿Si?
—La discusión del otro día...—se detiene por un par de segundos —quería disculparme.
—No, no tienes que disculparte —aseguro—. Es decir, lo merecía.
—No, claro que no —asegura—. Perdí un poco el control al gritarte de esa manera.
—Bueno, gritar no significa nada. Hay personas que reaccionarían peor al saber que el chico al que ayudan les oculta algo importante.
—Solo quiero que sepas que yo nunca te pondría una mano encima. Por más enojado que estuviera, yo no lo haría, Dereck.
—Lo sé.
—¿Lo haces? ¿Realmente lo sabes? —inquiere—. Porque recuerdo la forma en la que te alejaste y...
—No fue porque pensara que ibas a golpearme —lo interrumpo—. Eres Luke, no harías algo como eso. Solo...fue instinto, no es algo que pensara en hacer. Y no me debes disculpas, al contrario, soy yo quien se las debe.
—Sí, no voy a negar eso. Pero no voy a aceptar que sigas en eso. Me estoy disculpando por mi comportamiento, no por oponerme. El castigo sigue, hasta nuevo aviso.
—Creo que es algo justo.
—Realmente me preocupo por ti. No queremos darle herramientas a Patrick, ¿verdad? —niego.
—¿La trabajadora social no ha llamado?
—De hecho, lo hizo esta mañana. Tenemos que presentarnos al centro mañana por la tarde, dice que tiene unos temas que tratar.
—¿De verdad crees que encuentren algo contra Patrick? —inquiero—. Porque no hay nada, Luke. Gema y Margarita no hablarán, y aunque tú me sacaste ese día de la casa, no lo viste golpeándome.
—Escucha, debes tener paciencia. Estos procesos llevan tiempo —asegura—. Eso no quiere decir que vaya a salir mal.
—He pensado en emanciparme —admito. Luke arquea una de sus cejas.
—No tienes forma de mantenerte. —Me recuerda—. Ese es el principal requisito.
—Lo sé, pero, si ingreso a la universidad tal vez podría solicitar un crédito estudiantil. Muchas personas lo hacen. Sería mucho más sencillo que toda la demanda por maltrato. ¿No lo crees?
—¿Te estás arrepintiendo de la demanda?
—No, solo digo que, si consigo la emancipación, Patrick ya no tendría ninguna obligación conmigo, ni siquiera podría hacer algo para detenerme de ir a la universidad, u obligarme a volver a casa.
—Tal vez sería buena idea que lo hables con la trabajadora social, si ella está de acuerdo, buscaremos un abogado y haremos lo que desees.
Sonrío.
—Gracias, Luke.
—Pero mientras eso ocurre...
Echo la cabeza hacia atrás, reteniendo la risa.
—Lo sé, lo has repetido tanto que vas a terminar por crearme una obsesión con la frase "estás castigado" —bromeo.
—Es solo para que no se te olvide —responde encogiéndose de hombros—. Ahora, ¿tienes hambre? Porque yo muero y mi esposa no parece tener intenciones de volver pronto.
Coloca una mueca en los labios mientras observa su celular.
—¿Pizza o hamburguesas?
—¿Las dos? —Luke sonríe mientras me señala con el dedo índice.
—Eres de los míos —asegura—. Las dos serán.
Se aleja, marcando el número en el celular y lo observo apoyarse en la barra mientras habla con la persona al otro lado de la línea.
Tal vez todo podría acabarse más rápido de lo previsto. Sí conseguía hacer eso, podría librarme por completo de Patrick sin tener que esperar a la mayoría de edad, podría romper lazos con él, y no tendría que depender tanto de Luke.
Solo tenía que demostrar que podía hacerlo solo. Que soy capaz. Y lo haría, estaba completamente seguro de que lo haría.
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¡Gracias por todo el apoyo! No se olviden de votar y comentar, significa mucho para mí.
Pasando a otros asuntos, la historia está organizada para que tenga cerca de 50 caps. Y según mi estructura, lo mejor está por venir.
Dicen que tanta calma no es tan buena...y puede que tal vez sea verdad.
Así que...¡prepárense!