Escuché que tocaban mi puerta pero no puse atención, sentí como me quitaban mi cobija haciendo que me molestara.
—¿Ahora que?. – me tallé los ojos mirando bien. —¿Harry? ¿Qué haces aquí?.
— Bien… ¿Recuerdas lo que te dije de Peter Pettigrew. – rodé los ojos, me puse mi sudadera gris y tomé de la muñeca a Harry saliendo de la habitación, comencé a bajar los escalones pero entonces resbalamos como en una resbaladilla.
—¿Cómo entraste?.
—No lo sé, Alyssa debes escucharme. – tomo mi mano caminando fuera de la sala común. —En el mapa aparece, esto debe ser un error.
—Si debe ser un error ¿Por qué me has levantado de la cama?.
—Por favor. – me miró y rodé los ojos dejando de poner fuerza caminando con él.
—Dame esto.– se lo arrebaté comenzando a caminar.— Bueno ya que he venido mínimo ofrece un poco de luz.
—Lumos. – murmuró y comencé a buscar, tome la mano izquierda de Harry caminando con rapidez a dónde estaba el tal Pettigrew. —Alyssa ¿Podrías dejar de correr? – camine a paso lento y el quitó la varita pero eso lo agradecía porque comenzaba a cegarme demasiada luz.
—Apaga esa luz.
—Disculpa. – oí a Harry asomando la cabeza para mirar en el pergamino. — ¿Cómo vas?
—Dijiste que alentará el paso y eso hago, se acerca a nosotros. – saque mi varita y le extendí el mapa del merodeador. —¿Qué tan cerca está?
—No muy lejos, pero Aly, el no es el malo, el malo es Sirius Black.
—No sabemos la verdadera historia, Harry. Tal vez la historia que has oído es del ministerio, debes aprender a no confiar en el ministerio ni en el ministro.
—Pero el ministro se a portado muy bien este año con nosotros.– miré a nuestro alrededor apuntando con mi varita
—Harry, he dicho que no.
—Se está acercando más.– miré el mapa, detuve a Harry y apunté con mi varita a nuestro alrededor. Pero cuando llegó a nosotros no había nadie solamente una rata, la rata de Ron.
Varios cuadros comenzaron a quejarse por la luz que Harry les estaba dando en la cara, miré el mapa y se lo quité a Harry.
—Travesura realizada. Apágala…
— ¿Qué? ¿Por qu…?
— Que la apagues ahora. – dudoso lo hizo y comencé a movernos un poco a la izquierda pero demasiado tarde, la luz de una varita nos daba en la cara.
— Potter…Potter’s. ¿Qué hacen rondando de noche por los corredores?
— Somos sonámbulos– dijimos a la vez y el profesor frunció el entrecejo.
—Que parecido extraordinario tienen con su padre, el era también excesivamente arrogante y se lucía por todo el castillo.
— Mi padre no era arrogante, ni yo lo soy, ahora le pido que porfavor baje su varita. – comencé a jugar con mis manos sin prestar demasiada atención.
— Tus bolsillos, muéstrame tus bolsillos… Señorita Potter le estoy hablando. – lo mire con frialdad y saqué el pergamino pasándoselo a Harry. – ¿Qué es?
— Un pergamino– dije con obviedad, ganando que me mirada mal.
—¿Ahh si? – pregunto y asenti, Harry las pagaría caro. — Ábrelo.
Harry lo hizo con lentitud mientras el profesor Snape seguía apuntándonos.
—Revela tus secretos. – sonreí de lado al saber lo que sucedería y lo miré a detalle. – Léelo.
—Los señores lunatico, coludo, Canuto y Cornamenta, presentan sus cumplidos al profesor Snape y…
—Continúa…
—Y solicitan que mantenga apartada su nariz de lo que no le importa. – sonreí al oír el tono que había ocupado Harry.
—Eres un insolente e insensato… – mi varita bajo teniendo la punta en la mano, lista para defender a Harry o a mi.
—Profesor.
—Vaya, vaya Lupin. Dando un pequeño paseo… a la luz de la luna ¿cierto?– fruncí el entrecejo al oír el tono burlón, ¿Qué tenía que ver la luna con el profesor Lupin?
—¿Alyssa…estás bien?– pregunto mirándome y asentí sonriendo— ¿Harry? – respondió de la misma manera.
—Falta por verlo. – el profesor le arrebato el pergamino mirándolo a detalle. —Le he confiscado un curioso artefacto a los señores Potter. Analízalo Lupin – dijo dándole el mapa a el profesor castaño.—Parece ser tu área de especialidad, está repleto de Artes oscuras. – reí incrédula y metí mis manos a los bolsos de mi sudadera.
—Oh lo dudo en verdad Severus. – hablo el profesor Lupin mirando muy bien el mapa — Para mí es un pergamino diseñado a quien intente leerlo– dijo para después soltar una corta risa.— Sospecho que es solo una broma– dijo mirándonos para después el de pociones intentar arrebatarselo. — Sin embargo, investigaré sus cualidades oculta, ¿verdad? Cómo tú lo dijiste es mi área de especialidad.
Habló mirándolo a los ojos, no parecían llevarse nada bien, que claro ¿Quién se llevaba bien con el profesor Snape?
—Alyssa, Harry, Vengan acá– tome la mano de Harry caminado hacia el profesor.—Buenas noches, vengan.
Comenzamos a caminar en un silencio que era bastante incómodo hasta que llegamos al aula de DCA.
—No tengo la mínima idea de cómo han conseguido este mapa, pero la verdad me deja sorprendido que no lo hayan entregado.
Me miró a mi y suspiré, juro que ahorcare a Harry cuando menos se lo espere, todos me tenían como el ejemplo a James pues no era de meterme en problemas, era todo lo contrario a el.
—¿No se les ocurrió pensar que esto en manos de Sirius Black, es un mapa para encontrarte? – frunci el entrecejo, jamás habíamos dicho que era un mapa y mucho menos que sabíamos sobre Sirius Black. — ¿No?
—No señor…– hablo mi hermano y yo solo miré con curiosidad al profesor, pero este no me miró, simplemente se dirigió a mi hermano.
—Tu padre tampoco obedecía las reglas, pero el y tu madre dieron sus vidas para salvar las suyas y ustedes desprecian su sacrificio rondando sin protección donde hay un asesino suelto. Me parece que les corresponden muy mal – comenzó a elevar la voz y suspiré con cansancio.
Pero no sin dejar de pensar en el hecho de que había bastantes cosas extrañas que había oído el día de hoy.
— Y no volveré a encubrirlos ¿Escucharon bien?
— Si…
—Quiero que regresen a su dormitorio y se queden ahí. Y no tomen ningún atajo, si lo hacen– señaló el mapa. — Lo sabré.
— Aly– comenzó a jalarme de la manga Harry y lo seguí pensando bien las cosas. Pero el se detuvo. —Profesor, creo que ese mapa no siempre funciona, apareció alguien en el mapa, alguien que está muerto.
Eso también era extraño, el hombre debió solamente aparecer si es que se convirtió en un fantasma sin embargo lo único que pasó fue la rata de Ron.
—¿Enserio? ¿Quién? – preguntó burlón.
—Peter Pettigrew. – hablo Harry y tomé su manga para salir.
— Es imposible. – dijo cómo si algo le asustara.
— Eso fue lo que vimos, adiós profesor. – dijo Harry tomando mi mano comenzando a caminar en dirección a la sala común de Gryffindor.
[......]
— Señorita Potter ¿se encuentra bien?– pregunto el profesor Lupin, había dejado de escribir al descubrir algo.
— ¿Cómo dice? Oh si, claro que sí. – miré a mi alrededor llevándome la sorpresa de que ya se había terminado la clase pues no había nadie dentro del aula. Comencé a guardar mis cosas con rapidez.
—No deberías preocuparte, es la última clase pero deberías prestar más atención, que habría sucedido si no fuera de esta manera. – hablo con una sonrisa amable.
—Es un hombre lobo. – solté de la nada y él tragó en seco retrocediendo. —Espere no, no. – dije levantándome del asiento, creo que no debí decirlo así.— Yo no tengo nada en contra de los hombres lobo, de hecho es el primero que he conocido. ¿Puedo ayudarle en algo? – entonces el sonrió y se la devolví.
– Eres igual a tu madre…
– Mi madre, ohh bueno realmente no lo sé, no le conocí, tampoco a mi padre, recuerdos que tengo son muy pocos y son borrosos. Pero supongo que lo dicen por algo, mayormente dicen que Harry es como ambos y de mi dicen que soy como mi madre.
– Si que lo eres, James jamás podría pasar tanto tiempo sentado prestando atención a clases.
– Si… ¿Usted es lunático?
– Lo has descubierto muy rápido Aly. Eres bastante inteligente, ¿Cuándo te has enterado?
– La noche que el profesor Snape dijo acerca de la luz de la luna, pensará que es una estupidez pero eso solamente me lo confirmó, mi hermano y sus amigos me han contado que faltó y Snape tuvo que darles la clase, dando el tema de los hombres lobos cuando no estaban ni cerca del tema, además de que su boggart es una esfera plateada, es así como la describieron pero es una luna en realidad.
– Fue demasiado rápido, ¿Qué más sabes?
– Bueno, ya se que conoció a mis padres, Harry ha escuchado que Sirius Black es su padrino y traicionó a mis padres, al igual Peter Pettigrew y…
– ¿Y…?– pregunto curioso.
– No olvidelo, debo ir a mi siguiente clase.
– Está es la última Aly. – dijo confundido ahora más curioso.
– Claro…Mhmm, entonces debo irme.– dije tomando mis cosas y cuando estaba por salir el profesor cubría el paso.
– No lo creo, ¿Qué más sabes de Peter?
– No lo sé. – dije con nerviosismo, pero el me miró fijamente, logrando que me pusiera más nerviosa de lo normal.
– Bien, no quiero incomodarte, pero en realidad necesito que me digas que sabes de Peter.
– ¿Los Merodeadores son animagos? – él asintió confundido y tragué en seco– Excepto usted porque bueno, al ser…tener un pequeño problema peludito– no quería decirlo como hombre lobo y el rió– No puede convertirse en animago…¿Qué animago era mi padre?
– Creo que te estoy diciendo demasiado Alyssa.
– Y con mucha razón, merezco saber acerca de mis padres al igual que Harry.
– Bien, Sirius es un perro negro, James era un ciervo.
– Claro… ¿Qué hay de Pettigrew? – pregunté con nerviosismo.
– Una rata ¿Por qué?
– ¿Cabe la pequeña posibilidad de que Peter Pettigrew esté vivo y en el colegio? – las manos comenzaron a sudarme al ver su reacción, me tomó de la mano caminando fuera del aula hasta llegar fuera del castillo y llegar al sauce– Ohh no no, ahí no, esa cosa me matará.
– No lo hará, ahora acompáñame. – pasé saliva y el me cubrió con su cuerpo entrando en el sauce Boxeador.– Lo has visto no te sucedió nada. – Sonreí y mire a mi alrededor habían unas escaleras y abrí los ojos asombrada y sonreí.
– Esto es magnífico ¿Es aquí donde hace sus transformaciones?
– Si. Vamos, acompáñame.
– Claro, ¿Mi hermano sabe de esto? – negó y frunci el entrecejo– ¿Por qué? – pero me callé al ver una casa y solamente mi sonrisa se ancho– No puedo creerlo ¿Estamos en la casa de los gritos?
– ¿No deberías estar asustada?
– No, esto es lo mejor que he visto. ¿Puedo acompañarlo en sus transformaci…?
– ¡No! Eso jamás sucederá Alyssa, te pondría en un gran peligro. – sonreí de lado y negué, cerré los ojos para pronto sentir unas astas que me estorbaban– ¿Pero…cómo?
– No soy tan idi…. – dije al momento que volvía en mi forma humana
– Alyssa, deberías mejorar ese vocabulario. – asenti y volví a mi forma animaga.
– Rem… Wow ¡¿James?! – bufé y volví a mi forma humana apuntándole con la varita, técnicamente enterrándola en su mandíbula.
– ¡No Alyssa!
– ¿Pero de qué habla? ¿Está ayudando a Black? ¿Qué hará? ¿Me entregará a él para que obtengan a mi hermano o algo por el estilo? Esto es ridículo, tú irás a Azkaban maldito traidor.
– No, basta, solo escucha un poco y tal vez cambies de opinión.
– ¿Cambiar de opinión? Este hom…
– ¿Has dicho Alyssa?– dijo este sonriendo con ¿Ternura?– No puedo creerlo ¿Estás hablando de la pequeña Alyssa la pequeña que te recuerda a Lily?
–¡Sirius! – gritó el profesor Lupin y lo miré asombrada negando mirándole a los ojos pero este ya no me miraba.
– No, ¿Qué ha dicho? Joder esto salió peor, saben que váyanse a la mie…
– ¡Alyssa! – gritaron ambos y rodé los ojos.
– ¿Bien a qué me ha traído? ¿A enterarme de que está apoyando a este idiota que traicionó a mis padres y gracias a el ahora mi hermano tiene una vida imposible y me he quedado sin padres? ¿A saber que me prefiere a mi que a mí hermano por mi parecido con mi madre y todos estos meses no lo ha dicho?
– No es fácil, sabes…
– Pero por supuesto que no es fácil, ¿Cómo lo diría si está siendo un traidor como Sirius Black?
– Sabes Remus me alegra volver a ver a Alyssa pero ¿A qué la has traído?
– Vaya al menos el idiota tiene la misma duda que yo.
– Oye… – se quejó Black y rodé los ojos mirando a el profesor Lupin.
– ¿Qué hago aquí…?– pregunté para el profesor mirar cómplice a Black.