*Malditos celos de mierda*
*Diana Dawson*
No puedo creer que haya tenido el coraje de mentirle a Gael tan descaradamente; de haberle pedido que se aleje de mí aún cuando la distancia entre nosotros sea como una pesadilla hecha realidad. Ni siquiera se esforzó en ocultar la tristeza en sus preciosos ojos cafés. Me miró decepcionado, la desilución era clara en sus ojos. Pero mi madre me pidió alejarme de él, y alguna razón hubo de tener para haberlo hecho.
Además, ahora piensa que tengo un novio en Los Ángeles, piensa que Ken es mi novio cuando en realidad es mi mejor amigo. Ahora que lo menciono, pobre Kenneth, está ajeno a todo este lío, y pobre Gael que se creyó mi mentira, y pobre yo que me estoy retorciendo en el arrepentimiento.
Todo por ser obediente.
Ojalá yo fuera Elizabeth Bennet. Me gustaría tener su valentía, su rebeldía, su coraje y su firmeza. Pero soy solo Diana Dawson, una chica común y corriente con miedo a hacer lo que su corazón le dice porque su cerebro le recuerda que es mala idea y ella en el fondo sabe que la maldita voz de su consciencia siempre tiene la razón.
Salgo a las afueras del hotel a tomar aire, porque lo necesito. Las lágrimas resbalan por mis mejillas. ¿En qué momento se supone que mi atracción por Gael se hizo tan fuerte?. Apenas nos conocemos hace un poco más de una semana. Me asusta llegar a quererle, porque es un chico divertido, bromista, aunque a la vez también es pervertido y sarcástico, e insoportablemente arrogante. Temo acostumbrarme a sus comentarios sinceros y a sus carcajadas roncas, y en general a él.
Me limpio las lágrimas furiosa conmigo misma por tener un corazón tan sensible y torpe y un cerebro tan estúpido. Y a toda mi desgracia existencial sumarle el hecho de que mi madre me prohíbe acercarme más de lo normal a Gael Mackenzie sin darme una puñetera razón.
Camino pensativa, dando vueltas de un lado a otro. Entonces de nuevo aparece de la nada Gael, buscándome con su mirada brillante. Mi corazón latía desbocado en mi pecho al verle. Todavía traía la ropa mojada y el cabello desordenado. Al parecer no soy la única que necesitaba salir a tomar un poco de aire. Al verme, siguió caminando cabizbajo. Nunca había visto su expresión triste, solo conocía su lado divertido y alegre.
Se quedó de pie a una distancia prudente de mí, y quise lanzarme a sus brazos y besarlo desesperadamente. Decirle que no quiero que se aleje, que no tengo ningún novio en Los Ángeles y confesarle que soy muy cobarde. No sé en qué momento me empezó a importar lo que este chico piense, o lo que sienta, porque nosotros no somos nada. ¿O sí?
__Ya sé qué quieres que me aleje. Yo...sólo...he.... vine a tomar aire. Si hubiera sabido que estabas aquí no hubiera venido.
Sus ojos por primera vez los veía vacíos, sin su característico brillo y sin ese atisbo de diversión que solía tener siempre, y yo estaba ahí reprimiendo las lágrimas. Luchando internamente para no correr a sus brazos. Me duele verle así.
__ Vale, eh, no importa...yo... He, ya casi me iba__ titubeo
Él me mira directamente a los ojos, con una frialdad escalofriante.
__¿Me vas a huir a la cara?, ¿En serio eres tan patética?__ eso fue como una pedrada en el medio del corazón. Tampoco tiene que hablarme así.__ No te creas tan importante, Diana. Yo estoy perfectamente bien por si piensas que salí a lloriquear o esas mierdas. No viene aquí por tí, pero de todos modos ya me voy yo.
Lo miré con los ojos más abiertos de lo normal. Estaba sorprendida. Había vuelto a ser el maleducado y descortés que fue al principio. Se pasó la mano por su cabello con frustración, de modo que se despeinó más. Me miró a los ojos unos segundos sin expresión alguna, parecía una estatua. Entonces una chica apareció de repente a su lado, agarrándolo del brazo.
Él al notarla frunció el ceño con confusión, luego levantó las cejas con sorpresa. Yo también estaba sorprendida, de hecho, molesta. Muy molesta. O quizá demaciado.
__¿No me has extrañado, honey?__ preguntó la pelinegra con la voz melosa y sentí ganas de vomitar.
__¡¿Lorena!? ¿Qué haces aquí?__ preguntó él mientras se safaba de su agarre.
__ Vine para entregarle mi regalo por la boda personalmente a mi querida suegrita…
« A SU QUERIDA SUEGRITA»
Esa frase se respetía consecutivamente en mi mente sin parar. Cómo si me hubiese bloqueado. Entonces sentí mi pecho arder, era una sensación horrible. Era como si un agujero negro se abriera en mi pecho y solo quedara eso, un espeluznante hueco vacío. Estaba perpleja. ¿Esta chica es su novia? ¿Eso quiere decir que Gael tenía una novia mientras ligaba conmigo sin descaro y sin remordimiento alguno aquí en Las Vegas?
__Lorena, ¿Te has vuelto loca?__ preguntó Gael entre dientes. Una vena marcándose en su cuello. Estaba realmente furioso.
La chica le ofreció una sonrisa torcida, casi iguales que las de él, y sin previo aviso enrolló sus manos en el cuello de Gael y asaltó sus labios frenéticamente. Mi quijada prácticamente rozaba el suelo. Esto tiene que ser una pesadilla. ¿Por qué mi mamá no me despierta ahora? La opresión en mi pecho era insoportable. La furia me salía por los poros y aparté la mirada asqueada.
Yo me invento un novio... Okay, soy cruel.
¡¿PERO ÉL HA TENIDO UNA NOVIA TODO ESTE TIEMPO?!
Gael la apartó de él con un empujón insignificante y la chica se tambaleó hacia atrás pero sonrió triunfal. Traía puesto un vestido negro corto ajustado, escotado en la espalda y en el pecho, además de unos tacones negros más altos que los míos, y su labial rosa pálido ahora estaba regado tanto en sus labios como en los de Gael que se estaba limpiando con el dorso de su mano. Ya no puedo más, esto ha sido mi detonante.
Las lágrimas que estaba intentando reprimir salieron por sí solas y no me esforcé en esconderlas. Enfrenté a Gael mirándolo fijamente a los ojos. Su expresión triste regresó otra vez a su rostro, esta vez mucho más profunda. Abrió la boca para decir algo, pero instantáneamente la cerró, y su silencio me bastó, fue la mejor respuesta que podía darme. Además, él no tiene por qué explicarme nada a mí. No sé cómo, pero sonreí. Mirándolo de frente sonreí y me limpié las lágrimas.
__ ¿Te ocurre algo?__ preguntó la tal Lorena
«Oh, querida, me estoy muriendo de celos, de impotencia y de furia porque tu novio ha ligado conmigo mientras tú no estabas y estoy llorando porque .... ese idiota se volvió importante para mí...»
__No
Respondí solo eso y caminé nuevamente dentro del hotel. Sentía una tormenta crecer en forma de remolino dentro de mí y arrasar con todas mis emociones, era como si me hubiese quedado vacía en un solo segundo. El remolino se volvió un tornado gigante y, con ráfagas de recuerdos pasando por mi mente en fracciones de segundos, dejé escapar una lágrima, que tan solo parecía una llovizna, aunque por dentro estaba luchando para no desbordarme y derramar tempestades.
Así se siente la desepción, como un remolino que crece dentro de tí hasta arrastrar con su paso cualquier rastro de sentimientos positivos. Ahora sólo sentía repulsión, ira, furia, rabia, impotencia, celos, asco, odio, dolor, y podría decir muchas emociones más.
Mi madre se acercó a mí evaluándome con la mirada, y sin decir nada, me abrió sus brazos para que corriera a ellos, así que lo hice y me sentí refugiada, protegida, vulnerable. Frente a mi mamá podía ser yo, podía demostrar sin miedo alguno lo débil que soy.
Más lágrimas descendieron de mis ojos, y me aparté de mamá para limpiarlas
__ ¿Qué ha ocurrido?__ preguntó cautelosa
__Me advertiste no acercarme a Gael un poco tarde.__ sonreí con amargura.
Ella me miró con cariño.
__ ¿Mordiste la fruta prohibida, verdad?__ me preguntó, aunque sabía la respuesta.
Asentí y la miré con cara de inocente
Ella me abrazó de nuevo durante pocos segundos y luego me soltó para poder hablar mirándome a los ojos.
__Cariño, ¿Y estás arrepentida de haberlo hecho?
__ Sí, Gael es mucho más manipulador que la serpiente que tentó a Eva a morder la manzana.
__Gael era antes un mejor chico, pero le rompieron el corazón y desde entonces le hace lo mismo a todas las chicas que se topan con él, por eso te prohibí verlo como lo hacías, porque sabía que esto iba a pasar
__Lo hiciste un poco tarde pero lo agradezco. Es bueno tropezar con la piedra para aprender.
Ella me sonrió y le gritó a alguien que le trajeran otro trago, y ordenó una copa de Vodka para mí.
Luego ví que Gael estaba acabando con la barra de la discoteca, y luego se adueñó de la pista de baile.
Empezó a bailar al ritmo de Snoop Dogg, hacía pasos de Breakdance dificilísimos y movimientos de caderas de esos que te hacen babear. Se quitó su camiseta mojada, y se quedó sólo con su chort puesto, revelando así su bendito abdomen. ¿Por qué tiene que ser tan guapo y tan gilipollas?. En fin, era demaciado bueno para ser verdad.
Desvié la vista y sentí mis mejillas arder por seguir mirándolo como no debo hacerlo. Tengo que dejar de sentirme como me siento por él. Voy a dejar de sentirme así. Lo prometo.
Me bebí mi copa de Vodka de un solo trago y mi garganta ardió un poco. Un chico vestido con una franela de color verde aceituna y un pantalón de camuflaje verde, al estilo militar, se acercó a mí. Su cabello era rubio, sus ojos eran azules y su cuerpo estaba demaciado definido. Tal vez va vestido así porque es militar, o que alguien me explique ese par de pectorales que se marcan a través de su franela, y esa espalda ancha, y esas piernas.
__Hola, hermosa__ su voz era muy grave
__Hola__ lo miré fijamente sin disimular un poco cuando le recorrí todo el cuerpo de una sola mirada.
__Te estaba mirando hace un rato de lejos y fue imposible no notar lo hermosa que eres, y la verdad es que me gust...__ estampé mis labios contra los suyos, él me agarró rápidamente por la cintura y apretó ahí su agarre. Esto no es propio de mí, pero ví que Gael me estaba mirando fijamente desde que el chico guapo se me acercó, y como Lorena se le había acercado a él y estaba moviendo su trasero en su entrepierna sin ningún tipo de vergüenza, decidí vengarme.
El chico besaba muy bien. Sabía a menta y a Vodka, una combinación exquisita. Tiró de mi labio inferior y se separó de mí para respirar.
__Ufff__ me miró sonriente. __ Qué rápida eres.
__Hay que ahorrar tiempo. Esa labia no funciona conmigo. La detesto tanto que prefiero no escucharla.
Él arqueó una ceja divertido y me dejó continuar. Me estaba escuchando atento.
__...Esa labia aduladora tiene un solo fin. Los hombres la hacen con el único objetivo de llevarse otra víctima a su cama. Yo no soy tan idiota de creerme esas mentiras baratas. ¡Tú sólo te quieres divertir!__ me empecé a reír como loca__ Y me parece bien, porque yo también quiero. Tal vez un poco de diversión me ayuda a sanar un poco mi herido corazón.
Me fui a la pista de baile con el chico. Me dijo que se llamaba Jacob. Bailé con él toda la noche, hasta que sentí punzadas de dolor en los pies. Llegó la medianoche y Gael y Lorena pasaron por mi lado como si yo no existiera. Arrastrándose prácticamente salieron de TAO, es decir, de la discoteca.
Así que Jacob y yo hicimos lo mismo. Mis padrinos habían pagado varias habitaciones para pasar aquí su luna de miel, así que me dirigí a la mía a cuestas con este desconocido, el cual iba en peor estado de embriaguez que yo. No podía entender nada de lo que hablaba, quizá estaba hablando en latín, en Galés, o en alguna otra lengua muerta, porque por lo más sagrado juro que no entendí nada. Nos dió un ataque de risa y así entramos a mi habitación.
Me quité mis destructores de rodilla, mis hermosos tacones, y los lancé a alguna parte. Jacob se había dejado caer en mi cama y, cuando me acerqué a él muy seductoramente, sentí sus ronquidos.
«Vaya mierrrrrrda de suerte»
Me tumbé a su lado y miré el techo un rato. ¿El mundo gira al rededor del sol?, Bueno, pues el techo de mi habitación está girando a mi alrededor.
«A tí el alcohol te emborracha también las neuronas, my Friend»
Fock You, vocesita insoportable
Los párpados me pesaban y cerré los ojos. Después todo fue oscuridad.
[•••]
Abrí los ojos lentamente. La cabeza me latía y me dolía el cuello. Al parecer dormí mal. Los ojos todavía me picaban por el sueño. Bostecé perezosamente, y de repente un chico extremadamente sexy salió de mi baño envuelto en una toalla.
¡Madre mía! ¡Qué cuerpo!
Aparté la mirada avergonzada. Al menos sentía alivio por tener la misma ropa de anoche puesta, lo que obviamente me indica que anoche no pasó nada entre ese chico y yo.
Recuerdos borrosos de la noche anterior viajaron a mi mente. ¡Dios, YO LE BESÉ PRIMERO! El vodka no me hace bien definitivamente.
__ Buenos días, muñeca. __me saludó con un guiño de ojo.
¿No es ilegal ser tan lindo?
__¿Has jugado conmigo?__ le pregunté y el me miró confundido.
__No__ contestó
__Entonces no me llames muñeca.
El chico me miró avergonzado y se aclaró la garganta antes de hablar.
__Lo siento, pensé que...bueno, podíamos terminar la tarea que tenemos pendiente.
Puse una mueca de asco en mi cara y luego solté una carcajada.
__ A ver cómo te lo explico...__empecé__Eres guapo, pero yo ayer estaba borracha. Esa chica de ayer no era yo. Así que perdón por venderte esa fantasía. Ahora si no te molesta busca tu ropa y vete.
__«Joder, Cruella devill quiere ser como tú…»__ susurró la voz de mi subconsciente
__me tomaré eso como un cumplido.
¿Es normal hablar con sí mismos?
Bueno.
El chico me miró apenado y desepcionado.
__Oye...de verdad lo siento, no quería sonar tan fría per...
__Sí, eres directa y te gusta ahorrar tiempo__ Terminó por mí y yo sonreí.
__Vaya...es una pena que no te haya conocido antes. __comenté
__Sí, es una pena.
Jacob se puso su ropa y abrió la puerta. Me miré al espejo frente a mi cama un segundo antes de acompañarlo. Estaba bien vestida, pero mi cabello estaba desaliñado y regado por todas partes y mis labios un poco hinchados.
El pasillo estaba vacío. Todos estaban en sus respectivas habitaciones, y quizá otros habían ido a pasear por el hotel.
__Bueno, ha sido un placer conocerte __sonrió el chico.
Una puerta se abrió de repente. La puerta de la habitación de al lado, y apareció Gael parado en el umbral de la misma con unos vaqueros negros puestos, unas Vans y una franela roja.
Alzó las cejas al verme y yo me sonrojé.
__También fue un placer. __le contesté al chico y sin más, se fue.
Tenía miedo de mirar a Gael. No sabía cómo enfrentarlo con los ojos. Estaba muy avergonzada porque él va a suponer ahora muchas cosas.
«Él supondrá cosas que tú no hiciste. Pero él Sí las hizo a diferencia de tí. Es él quién debe sentir vergüenza»
Le hago caso a mí subconsciente, y lo miro. Él está observándome sin expresión alguna en su rostro.
__Buenos días, Gael. __ lo saludo.
Él me responde asintiendo con la cabeza.
__Muy buenos para tí, ¿No?__ preguntó con la voz ronca. Mirándome seriamente.
Mi corazón arremetía fuertemente contra mí pecho.
¿Qué es eso que parece brillar en tus ojos, Gael? ¿Estás celoso?. Pensé muchas cosas que decirle, pero no podía articular ninguna palabra. Él estaba ahí frente a mí. Entonces caminó de prisa y me agarró por el cuello suavemente, pero con la fuerza suficiente para estamparme contra la puerta de otra habitación. Sus ojos parecían arder. ¿Qué le pasa?
Entonces supe que los tenía tan rojos porque había fumado....mariwana. Ese olor era inconfundible.
__¿Así que a eso te dedicas? ¿A serle infiel a tu noviecito y a romperle el corazón a los hombres?
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Espero les haya gustado.
No sé por qué soy tan cruel con mis personajes. En fin. ♥️
NOTA IMPORTANTE
Actualizo dos capítulos la próxima semana 😍...
Saluditos a mi lectora favorita @CharleneLópez3 Ey Rachel, gracias mi vida por tus comentarios, votos y especialmente por tu lectura. Espero sigas disfrutando del libro.❤️😍