FIVE | +21 | En Proceso.

By YMBM05

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Una noche de retos y algunas casi tragedias. A Vera le encanta la fiesta y lo que conlleva a como de bien pue... More

¡Ven y descubreme!
Prototipo de personajes principales
Sinopsis
Prólogo
Capitulo 1: Recuerdos.
Capitulo 3: Sucesos extraños
Capitulo 4: Pesadillas y una fiesta
Capítulo 5: ¿Y si jugamos?
Capítulo 6: Contra corriente.
Capitulo 7: Que comience el juego.
Capitulo 8: Hablemos de consecuencias.
Capitulo 9: ¿Dónde estabas?
Capitulo 10: Mi mejor cuartada.
Capitulo 11: Un poco de Atención.

Capitulo 2: La Mansión de los Roman.

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By YMBM05





Levanto mi vista para conectarla con la suya en el momento en que me recupero del susto que acaba de darme, por poco y me despido de mi hermosa nariz.

 –Si querías matarme solo tenías que acelerar a mil kilómetros hasta llegar al barranco más alto y lanzarme —me impulso hacia atrás volviendo a tener la espalda en el asiento, luego me inclino y tomo mi celular con obvia molestia —Por lo menos no arruinaste mi celular.

–¡Deja de hablarme como si tu fueras la Madre y yo la hija, Vera! —estrella una mano contra el volante —Tu boca está…tan…suenas…tan despreciable.

Arqueo una ceja viéndola incrédula.

Ah, ahora se sorprende la señora.

–¿De verdad? Lo aprendí en el orfanato donde me dejaste, Candice. Fue la única educación que tuve, no deberías estar avergonzada del resultado sabiendo de quién es la culpa. 

–¡Ya basta, Vera!

Me encojo de hombros.

Conozco a Héctor Roman, sé de sus alcances como hombre y no dejaré pasar desapercibida la posibilidad de que mi Madre sea otra de sus faldas como lo soy yo de su hijo.

Hombres.

No se resisten a un lindo trasero, pechos grandes y cara bonita, mi Madre no es la excepción.

–Héctor Roman es un viejo sinvergüenza, no durarás una semana sin que estés con la cara estampada en su escritorio con él detrás. Te lo advierto, Candice luego no quiero escuchar un estúpido "lo siento" —agrego.

Sigue mirándome horrorizada.

Aunque no pueda gritárselo en voz alta sé de lo que hablo. En pocas palabras, fue lo que viví con Maxwell.

Es una verdad que no debería sorprenderla, lleva años y años trabajando para él ¿A cuántas mujeres no habrá visto salir desarregladas y recién folladas de la oficina de ese señor?

Lo justo sería no hacernos las ignorantes, pero mi Madre prefiere colocarlo en un pedestal. Héctor Roman engaña a su esposa y no puedo esperar a ver a mi Madre hacerle lo mismo a mi Papá.

–Me duele que pienses así de mí, no soy una cualquiera, soy tu Madre.

Resoplo.

–Sabes bien lo que te he querido decir, conmigo no te hagas la pura y santa. Para esos hombres no hay imposibles y tú lo sabes, Candice.

Suspiro convenciéndome de que no vale la pena.

Preston: Ya déjate convencer y ríndete.

Vera: ¿Y qué gano con eso?

Preston: Mucho.

Vera: Entonces mándame un buen partido, solo así me rendiré.

Preston: Hecho. Eres una chica difícil, no lo puedo negar.

Su comentario me hace sonreír. Ese es un buen punto para definirme.

Vera: ¿Quieres probar cuánto puedo serlo?

Muerdo uno de mis labios mientras espero una respuesta.

Preston: No juegues conmigo, Vera. Tengo sentimientos muy fuertes por ti, y si no fuera por esa barrera ya estarías de novia conmigo.

Bufo.

Es un idiota que se cree diferente a los demás. 

Ya no se como explicarle que odio las relaciones formales ¿Por qué simplemente no se enrolla conmigo y disfruta?

No, el niño rico quiere algo más que un polvo de una noche. Preston me gusta, pero no lo suficiente como para tener una relación de pareja, esas no son para mi. Tengo prioridades, y tener una relación con él no es una de ellas.

Vera: Prefiero seguir con mi barrera, gracias por ofrecer algo que no quiero. Buscaré a alguien más.

No perderé más tiempo con él, le estaba dando un poco más del porcentaje de oportunidades que pudiera tener conmigo, pero ya fue. Al parecer no compartimos las mismas expectativas.

Preston: No te cierres a lo que ofrezco.

Preston: Si no me aceptas, por lo menos espera a esta noche y conseguiré a alguien mejor para ti.

Continúa escribiendo sin parar y me adelanto dejándole las cosas claras.

Vera: Esta noche lo haré por mi misma, no te necesito. Deja de preocuparte, no es como que seas mi dueño.

Bloqueo su contacto para no seguir recibiendo más de sus tontos mensajes. No me interesa cuánto rechace lo que ofrezco, se que al final volverá por mi y no querré perder mi tiempo con él. 

–Baja del auto, Vera —ordena mi Madre tocando el vidrio y ni siquiera me di cuenta del momento en que hemos llegado. 

Guardo el celular en los bolsillos de mi suéter y quito el seguro de la puerta saliendo del auto con prisa cuando ella me ve en espera de poder decir algo más.

No puedo respirar bien teniéndola cerca.

Necesito aire fresco.

Camino lejos de ella antes de que diga una palabra más, sigo caminando sin rumbo alguno hasta que miro hacia abajo y me doy cuenta que estoy pisando la grama. Está húmeda, parece que es reciente. 

Inmediatamente, comienzo a admirar la gran extensión de propiedades que es la Mansión Roman.

Es extremadamente grande y lujosa, eso si iniciamos con el exterior tomando en cuenta los metros que abarca. Cuenta con dos fuentes las cuales lucen dos estatuas en forma de pavo real mientras en las plumas se forma una hermosa y majestuosa cascada. El jardín es extenso, es una impresionante combinación de lirios rojos, margaritas y petunias lo que me da a entender las raras preferencias. Pienso que todas son flores y merecen un espacio. Las restantes las desconozco totalmente. A los lejos, cerca de la Mansión visualizo una enorme piscina con tumbonas y camas playeras a la orilla de esta, está muy solitaria.

Al parecer hay una reunión familiar.

No me interesa.

Continúo escaneando ansiosa cada lugar hasta que mis ojos se detienen en un enorme garaje que está más que apartado de la Mansión. Es de color gris igualando a la Mansión, pero pareciera que estuviesen en competencia por cuál es más grande. 

Debe estar más que ocupado por vehículos lujosos.

Suspiro ya hastiada de tanto mirar.

Todo es ganancia ilegal, no debería sorprenderme mucho menos impresionarme.

Llevo una mano a mi frente palpando al sentir el ardor chocar contra mi cara. Volteo si ganas de seguir mirando tanta mierda, no quiero arruinar más su hermoso césped y ganarme una reprimenda más por parte de Candice. 

De verdad que odio escucharla.

Doy el primer paso y no uno más porque de repente se activan los aspersores empapándome toda.

–¡Joder, como un demonio! —grito molesta y comienzo a correr lo más lejos posible de ese estúpido césped.

–¡Vera, no te expreses de esa forma! 

–¡¿Qué no ves que estoy empapada o eres ciega?! —le grito al llegar a su lado.

Reviso que mi celular no se haya empapado también y por suerte está intacto, con apenas unas gotas en la pantalla.

¿Cómo me puede pasar esto a mi?

Es mi primer día aquí y ya me han vuelto un desastre. Mi suéter está empapado, mi falda no alcanzó a arruinarse, pero las gotas de agua recorren mis piernas hasta perderse en mis zapatos.

>>¡A la mierda quién sea que haya hecho esto! —grito para que me escuchen fuerte y claro, mi Madre me cubre la boca mirando a todos lados, la empujo alejándola de mi —No me toques.

–¡Vera, ya basta!

–Ahora como consigo un par de estos ¿Eh? ¡¿Cómo diablos consigo otro par del mismo modelo sin que cuesten una fortuna?!

Me arrodillo comenzando a desatar los cordones para quitarme los zapatos, están húmedos y si no me los quito los pies me apestarán horrible.

Son un par especial, prácticamente me tomé de los pelos con una chica por ellos. Pagué una alta suma que ahora no vale de nada, están arruinados. Pareciera que voy a perder la conciencia de solo verlos así.

–No hay porque hacer tanto escándalo, solo tranquilízate y entrégamelos. Veré cómo lo resuelvo.

Inmediatamente, la miro.

–¿Qué te hace creer que confiaré en tu palabra?

–Solo son unos ridiculos zapatos. Puedo comprarte otro par del mismo si dejas de gritar…

Niego.

–¡No quiero tu maldita caridad, Candice! —escupo en su cara con toda la rabia que siento ahora mismo y no pasa mucho cuando su mano derecha se estampa contra mi mejilla.

Tampoco lo pienso e inmediatamente le devuelvo el mismo golpe y la empujo a un lado para correr hacia la casa de la piscina.

<<Nunca debió volver>>

Estaba mejor sin ella en aquel lugar. Desde hace años que he odiado cada cosa que me recuerde a ella, mientras intentaba salir adelante en el orfanato solo recibía fotos de ella y Papá con una yo de pequeña entre sus brazos, fotos que terminaba quemando en la fogata junto a las chicas. Por más que trataba de sacarlos de mis pensamientos ellos se esmeraron en clavarse más y más en mi cabeza.

Quería sacarlos a como dé lugar, cueste lo que cueste. Todos los días me lo repetía como si fuese un lema <<Me abandonaron, así que no lloraré por ellos jamás>> 

Me gustaba estar tanto tiempo con mis amigas, esperar con ansias las noches para escapar y colarnos a las fiestas de los universitarios con ayuda de Chloe y Averly, quienes siempre estuvieron presentes y nos visitaban a cada hora libre. Con ellas me sentía en la libertad de confesarles mis asperezas y lo que ocultaba sobre mi vida.

Estaba logrando el mejor de los recuerdos para cuando ellos regresaron por mi y volvieron a arruinarlo todo, pero a mi Padre lo odié más por dejarse manipular por mi Madre. Hacía todo lo que ella quisiera con el vago pretexto de que por amor se cometen muchos errores, se hacen sacrificios y se toman riesgos fuertes. 

Eran las razones más comunes que había escuchado en mi vida.

Aún así no me importaba porque tenía a las chicas conmigo, nunca dejé de verlas.

Ellas reconstruyeron mi corazón, no le quedaba tanto amor, pero tenía la fuerza suficiente para sobrevivir en el mundo egoísta de los Davis Miller.

Me detengo a medio caminar recordando mis maletas, por poco y las olvido en su auto. Antes de volver por ellas ubico el lugar en donde me quedaré por el tiempo que sea necesario.

Para cuando regreso a la entrada ella está conversando con uno de los guardaespaldas, aprovecho y abro el maletero para tomar las mías.

–Permítame la ayudo señorita —dice alguien detrás de mi y me hago a un lado encontrándome con un chico rubio vestido de con traje formal, otro guardaespaldas.

Es lindo, con algunas pecas en su nariz y ojos avellanas que hacen buen contraste con los labios rosados y ligeros que adornan su boca, se detiene a mi lado y noto que es mucho más alto que yo, como un 1.80cm más o menos.

Me aparto a un más para que tome las únicas dos maletas que traje.

–Hija —escucho la voz de Mamá y la ignoro, sigo caminando hacia la casa de la piscina mientras el chico me sigue los pasos.

Que se trague su veneno ella sola, no la necesito. Nunca volveremos a ser las mismas de antes y confieso que ya estoy cansada de explicárselo.

El odio me consume por dentro obligándome a tragarme la esperanza que alguna vez le tuve a esa arpía. Papá dice que ella me ama, yo pienso lo contrario. Ella ama el dinero y necesita impresionar de cualquier manera, otra sangre la cual envenenar.

Necesita que Maxwell Roman fije sus ojos en mí. 









Un cap, quizás mañana vendrán dos mas...❤
















Y...besos infinitos...

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