Prohibido Odiar a Dulce ©

By _BrisaVf_

32.2K 4.7K 9.3K

Saga: Prohibido Libro 3 Una vida llena de mentiras, engaño y dolor. Esa fue la vida de Dulce, al menos por un... More

HOLA Y... ADVERTENCIAS
0| Prólogo
1| El plan
2| Decisiones
3| Advertencias
4| Motivo
5| No te metas con mi hijo
6| Mi sol se apagó
7| Teorías
8| Jamoncito
9| El dilema de Zed
10| Un unicornio y una alianza.
11| Un az bajo la manga
12| La pirámide
13| Él regresará.
15| Su regreso
16| El inicio de mi infierno
17| Un demonio mas
18| ¿Quieres saber la verdad?
19| Un muerto y un vivo
20| La intención del demonio
21| ¿Una sorpresa?
22| Op. Media naranja
23| Volveré
24| Prioridades
25| Confiar en su locura
26| Culpables sin culpa
27| ¿Un nuevo amigo y tío?
28| El video
29| La muerte de Dulce
30| Una sola oportunidad
31| Huyan
32| ¿Quieres vengarte conmigo?
33| Un presentimiento
34| Ella se llevó a mi hija
35| Ella es la causante de todo
36 | Ella sabe
37 | Dorian
38| Ahora ¿Quien es Dante?
39| Un amanecer dorado
40| Cuentamelo todo
41| Quiero respuestas
42| Nuestro propio plan
43| Sus ojitos
44| Sin rencores
45| La extraña
46| Te extrañé
47| Preparativos

14| Pesadillas

811 126 271
By _BrisaVf_

Jueves 24 de febrero

Damián

—Ella te abandonó —soltó papá sujetando bruscamente de mis hombros —Te traicionó.

Asombrado por todo lo que había dicho, retrocedí un paso zafándome de su agarre.

—Ella no pudo traicionarme —murmuré incrédulo —Ella no es así...

—Tienes que irte, Damián, huye porque aquí nadie te quiere...

Sujeté mi cabeza con dolor ¿Por qué me decía todas estas cosas? ¿Por qué me lastimaba si yo era su hijo, su sangre?

— ¡No! —Grité tratando de pasar pero papá una vez más me lo impidió —Es mi hermana, ella no me traicionaría ¡Ella jamás haría eso!

—Lo hizo, me lo contó todo, tú fuiste el de la idea...

Negué repetidas veces. Yo no había hecho nada malo ¿Por qué debía irme?

—Quiero ver a mi hermana...—pedí al borde del llanto —Ella no pudo traicionarme, lo hicimos los dos.

— ¿Por qué no comprendes? Ellie dijo que todo fue tu idea, por tu culpa, Henry...

— ¡No! —Me cubrí los oídos con las manos —Yo no lo hice, no hice nada, yo no lo lastimé.

—Mi hermano murió —declaró papá tomándome del brazo —Y todo es culpa tuya.

—Pero, papá...—traté de llamar su atención pero él solo me ignoraba, cegado por la ira —Yo no hice nada, jamás lastimé al tío Henry, tú...

—Lo mejor es que olvides lo que pasó —palmeó mi hombro — ¿Escuchaste? Tú y tu hermana, no saben lo que le pasó a Henry, así que huye de aquí, ahora mismo, vete.

—Tú eres mi padre ¿Por qué quieres deshacerte de mí?

—Porque tú no eres mi hijo.

—Papá...—mi pecho comenzó a doler nuevamente, papá siempre me lastimaba con sus palabras.

—Ya no soy más tu padre, considérate huérfano.

—Quiero ver a mi mama —pedí con la vista nublada —No quiero irme, quiero quedarme con mi mamá.

—Lárgate de mi casa.

—Quiero a mi mamá —exigí recibiendo un golpe de Harry —Por favor, solo quiero ver a mi mamá.

—Ella tampoco quiere saber nada de ti. Nadie quiere saber nada de ti, ni tu hermana, ni tu madre, ni yo.

— ¿Por qué? —Grité en medio del llanto — ¿Qué les hice yo? Jamás los lastimé...

Entonces, de manera fría y sombría me miró y dijo:

—Existir.

— ¿Qué?

— ¿Por qué no pudiste ser como uno de nosotros? ¿Por qué eres tan débil? No eres un Vans, yo no te reconozco como mi hijo ¿Era eso lo que querías escuchar?

Un nudo interminable se formó en mi garganta.

—Está bien —limpié mis lágrimas con la manga de mi casaca —Me voy.

—Es lo mejor.

—Para ti —aclaré dolido.

De repente el sentimiento de tristeza se esfumó dándole lugar al enojo ¿Por qué me hacia todo esto? ¿Por qué era débil frente a sus ojos?

—Sí, para mí y para todos.

—Tú jamás me quisiste, nunca me llamaste hijo porque lo desearas.

—Hoy dejas de ser mi hijo, Damián, ya no eres un Vans.

—Y tu dejas de ser mi padre —solté decepcionado —Jamás pedí ser un Vans.

—Perfecto, dejas de serlo esta misma noche.

—Eres tan cruel, yo jamás lastimaría a alguien que digo querer, jamás seré como tu ni tu tonta familia. Todos ustedes no son más que egoístas, mi abuela igual...

—No hables de mi madre, no eres nadie para hacerlo. Antes de hablar de los Vans, piensa bien lo que dirás porque aunque lleves nuestra sangre, no significas nada para nosotros—

Tomé aire para evitar llorar frente al hombre que tanto daño me había hecho

—No dejaré a mi hermana.

— ¿Qué demonios no entiendes? Ella no quiere verte más.

—Lo quiero escuchar de ella, quiero escucharla decir que todo lo que tú dices es verdad. No le creeré a un mentiroso.

—Eres un mocoso, haz caso y lárgate de mí vista ahora porque si yo no te desaparezco, lo hará tu hermana.

—Ella jamás me lastimaría, no es como tú.

La risa de Harry no tardó en llegar a mis oídos.

—Ella quiere matarte.

—Mentira.

—Le das asco, un perdedor como tu jamás podría ser considerado hijo mío, ni Ellie te aceptó como su hermano, solo te soportaba y deseaba que un día de estos te mataras....pero ya veo que ni para eso sirves.

Mi corazón comenzaba a romperse ¿Por qué me sentía tan destrozado? ¿Qué culpa tenía yo?

—No te perdonaré jamás todo lo que me has hecho y dicho...—Declaré dolido —Tus palabras llenas de veneno quedaran grabadas en mi mente, recuérdalo muy bien.

—Se lo que hago y digo, no me arrepentiré de nada.

—Me has arrebatado todo, mi infancia, mi felicidad, me has quitado las ganas de vivir, me has arrebatado a mi hermana y el amor de mi madre por tu egoísta sueño de tener un heredero digno, todo porque no fueron grises...todo porque fui el ultimo. Me has destruido por no cumplir con tus sueños, espero jamás se cumplan y te mueras como la peor basura de este mundo...

De un momento a otro, me encontré en el suelo. No era la primera vez que papá me golpeaba pero sabía que esta era la última.

—Ustedes me lo quitaron todo antes —gritó furioso —Tu madre, tu hermana y tú, me lo quitaron todo.

—Y tu hiciste lo mismo con nosotros —de mis ojos hinchados comenzaron a brotar nuevamente lagrimas —Jamás olvidaré que por una estúpida razón, odies a tu hijo y lo desees muerto.

—Lo hago.

—El color de mis ojos ha hecho que me odies...—asentí levemente con mi cabeza —Me alegra no ser como ustedes.

—Vete.

—Volveré.

—Que ni se te ocurra regresar, porque te cazaré y te mataré yo mismo por todo lo que hiciste para destruir a esta familia.

—Fuiste tú el que destruyó todo esto a lo que llamabas familia, no yo, tú lo haces todo mal y siempre nos haces pagar los platos rotos ¡Todo es tu maldita culpa!

—Te mataré.

—Ya no soy tu hijo, que nada te detenga.

—Bien, tú lo dijiste.

—Dile a mi hermana que la quiero.

—Ella te odia.

—La buscaré.

—Aunque lo intentes, la alejaré de ti lo más que pueda.

—Recuperaré a mi familia.

—Jamás existió una familia, Damián.

—No sabes cuánto de odio.

—El sentimiento es mutuo.

—Si llegas a lastimar a Ellie, regresaré y te mataré, después de todo ya no eres mi padre.

—Adiós, Damián.

Mordí mi labio con fuerza.

¿Esto sería todo? Mi padre me había echado de la casa, tan solo tenía 14 años ¿Qué sería de mi vida? Lo había perdido todo en un segundo, lo había perdido todo esa noche de navidad.

Perdí mi apellido, perdí a mi hermana, perdí a mi madre, perdí a mi padre, perdí las ganas de seguir adelante. Ya no había motivos para seguir adelante.

Pasé la siguiente semana, deambulando por las calles, veía que Harry había armado todo un Show con la búsqueda de los hermanos Vans, cuando él había sido quien me había echado.

Maldito mentiroso.

Desperté sobresaltado por la pesadilla que acababa de tener ¿Por qué había soñado con ese hombre? ¿Por qué justo ahora?

Salí de mi cama, caminando descalzo hasta la cocina de mi departamento, aún era de madrugada, en este lugar ya era habitual no poder dormir más de cinco horas. Mi garganta seca suplicó agua por lo que rápidamente me serví en un vaso y bebí lo que pidió. Cuando terminé de tomar agua, caminé nuevamente a mi habitación.

Me dejé caer mirando al techo.

¿Qué había sido aquella pesadilla?

—Mentiroso...—murmuré —Mentiroso de mierda.

Eso era lo que era. Harry Vans era un mentiroso y jamás cambiaria. Si tan solo nosotros nos hubiésemos quedado en casa, si no lo hubiéramos seguido aquella noche, otra seria la historia.

No, ya no podía ni debía pensar en eso. Ahora solo quería recuperar a Dulce y reencontrarme con mi hermana, quiero saber que tanto cambió y porque todos parecen odiarla.

Yo jamás me rendiría, no era débil como ese hombre decía.

Malditas inseguridades que me surgían a esta hora. Creer que no era suficiente era una de mis tantas inseguridades pero algo la hacía especial. Aunque tratara de creer lo contrario era siempre lo que decía el destino.

"No eres suficiente, Damián."

***

— ¿Sucede algo? —preguntó Rafael a mi lado.

Lo miré por unos segundos.

Él me había salvado de morir, él era mi único padre.

"—Damián, vístete —escuché gritar a Rafael desde la cocina.

— ¿Por qué?

—Porque debes ir a la escuela.

Me bajé de mi cama, cubierto por mi sabana, la terminé arrastrando afuera por el frio, me pasee por toda la casa de esa forma hasta que llegué a la cocina.

Ver a Rafael, tratando de hacer unos sándwiches y ver como se le caía todo del pan porque había metido muchas cosas me hizo sonreír.

— ¿Qué sucede? —curioseó mirándome de reojo mientras trataba de acomodar el pan.

—Hoy es sábado.

— ¿Cómo?—se quedó quieto en su sitio.

—Hoy no hay clases, Rafael.

El dejó el intento de sándwich sobre la mesa, sintiéndose tonto lo que me hizo reír.

— ¿De qué te ríes?

—De nada...—lo miré sintiéndome feliz.

Aquel sentimiento cálido se instaló en mi pecho, aquel sentimiento que muy pocas veces había experimentado, un sentimiento que me hacía sentir suficiente ¿Qué era? ¿Amor? ¿Cariño?

¿Esto era amor paternal? Esto era felicidad.

— ¿Por qué sonríes? —preguntó una vez más, acercándome un tazón con cereal, yogurt y un plato con donas.

Bien, no era un desayuno del todo saludable pero lo intentaba.

—A cami no le gusta que me des puros dulces...—le hice acordar.

—No importa, hoy es un día especial...

— ¿Especial? ¿Es tu cumpleaños? ¿Es el mío? —hice un puchero mientras pensaba.

—No —carcajeó sobando mi cabeza —Hoy hace un año te encontré, así que vamos a celebrar que cumplimos un año de nuevas experiencias y nuevas alegrías.

—Tienes razón...—murmuré bajo — ¿Saldremos?

—Pues claro.

— ¿A dónde?

—Iremos Luna Park en Coney Island —soltó animado.

De repente, mi corazón se apretó en mi pecho, desapareciendo mi sonrisa.

— ¿Sucede algo?

La última salida con mamá, antes de ser separados fuimos a ese parque, fue la primera y última salida en la que los tres habíamos sido felices. Luego, todo fue oscuridad.

—No...—traté de embozar una sonrisa —No pasa nada.

—No mientas —me jaló suavemente de la oreja —No me gusta que lo hagas.

— ¿Por qué?

—A nadie le gusta que le mientan además confío en ti, confío en que siempre me dices la verdad.

—Está bien, no volveré a mentirte.

— ¿Lo prometes? Recuerda que las promesas jamás nunca jamás se rompen, es ley.

—Está bien —sonreí extendiéndole mi meñique —Lo prometo, no te mentiré.

El apretó su meñique contra el mío. Prometiendo que ambos no nos mentiríamos.

—Bueno, ahora regresa las sabanas a tu cama que pareces ovni recién bajado de tu nave.

Una sonrisa real terminó de formarse en mi rostro.

—Ese eres tú...

— ¿Qué?

—Esa sonrisa, que jamás se te borre, Damián, tu eres bueno y mereces todo lo bueno de este mundo ¿Comprendes? Todos nos equivocamos y seguiremos equivocándonos en algún momento de nuestras vidas, todos caemos para levantarnos más fuertes.

— ¿Qué tratas de decir?

—Que confío en ti y que si en algún momento llegas a dudar de ti mismo, recuerdes que hay gente que te quiere en este mundo, que no estás solo y que sobre todas las cosas, tú no eres malo, no eres todo lo que te hicieron creer.

Mordí mi labio, sintiendo mis ojos arden. Rafael rápidamente se levantó de su asiento y me abrazó.

—Eres el chico más bueno que conozco —susurró —Me enorgullece poder decir que eres mi hijo.

Abrí mis ojos por su declaración. Y eso fue todo, esas últimas tres palabras destruyeron el muro que Harry había creado para que me alejara de las personas y escondiera mis sentimientos.

—Gracias por aparecer en mi vida... papá"

—No, nada —sonreí regresando de mis recuerdos — ¿Repasamos el plan una vez más?

—Claro —asintió para esta vez dirigirse a los tres integrantes de mi equipo —Adán, Becca y Javier, presten atención.

Y si, este último era el nuevo integrante de la banda, después de todo era uno de los mejores después de mí. Me beneficiaria tenerlo en mi equipo y no en el de los enemigos traidores que parecía haberse formado en la organización.

—Claro, jefe.

Papá rodó los ojos para continuar con su exposición lo que me hizo sonreír. A Rafael no le gustaban los títulos, como jefe o capitán, le gustaba que lo llamaran con confianza, como papá o tío.

—Como sabrán, Damián halló la primera base de la pirámide, el objetivo 6, esto nadie lo sabe más que nosotros, los cinco que estamos en este cuarto.

— ¿Y porque los ejecutivos no están enterados? —preguntó Javier cortándole a papá.

—Porque ahora no podemos darnos el privilegio de confiar información valiosa. —Rafael dejó de mirarlo para concentrarse en su gran pizarrón —Pero saber la ubicación de este lugar no nos dará ninguna ventaja por ahora, no podremos actuar así que su localización será nuestra ficha bajo la manga por si surge algo mas ¿Comprendieron?

—Estas diciendo que no vamos a atacar el objetivo 6 —soltó Adán confundido — ¿No sería más fácil acabarlos de golpe?

—Lo seria —admití —Pero eso bastaría para que Eduardo se dé cuenta que estamos empezando a destruir la base de su pirámide, no nos conviene tenerlo atento, sino confiado.

—Exactamente —me apoyó papá —Así que hoy declaro que la ubicación del objetivo 6 se convierte en información clasificada secreta, nadie tiene el derecho ni poder para hablar de esto ¿Entendieron?

—Si.

—Claro.

—Ya que...—bufó Adán.

Cuando estuvimos por levantarnos para salir, Rafa una vez más, nos detuvo.

—Quiero decirles una última cosa.

— ¿Qué es? Debo ir a ver a mi hijo... —soltó impaciente.

— ¿Cómo que tiene un hijo? —Preguntó Javier sorprendido —Suspéndalo.

—Cállate —le gritó Becca —Tiene su hijo canino.

—No le des explicaciones al idiota —bufó Adán — ¿Qué sucede Rafael?

—Quiero recordarles algo muy importante que creo se les está olvidando...—murmuró papa para golpear la mesa con sus manos tomándonos por sorpresa — ¡¿Cómo carajos sucedió todo esto?!

— ¿A qué te refieres, tío? —preguntó Becca confundida.

— ¿Por qué el equipo que alguna vez fue una familia unida ya no se siente así? ¿Qué pasó con ustedes?

—Nada —se encogió de hombros adán — ¿Crecimos?

—Ni un carajo, tú sigues midiendo 1.80 —le gritó papa —Los conozco como la palma de mi mano.

—Y así de sucio estamos —susurró adán casi inaudible.

—Este era el mejor equipo de todos, éramos los mejores porque no peleábamos para ganar sino para ayudar a los demás, jamás nos importó la venganza, siempre tratamos de entregar todo por los demás ¿Qué carajos le sucedió a mi equipo?

Bueno, papá se volvió intenso.

— ¿Quieres saber que sucedió? —preguntó igual de impotente Adán, poniéndose de pie — Sucede que el equipo se pudrió, se pudrió por las mentiras de Damián, por la falta de confianza de Becca y por la ausencia de Lucas...Ya no somos una familia.

—Te equivocas —le contestó papá igual de fuerte —Seguimos siendo una familia, seguimos preocupándonos por los demás ¿Sabes porque? Porque todos estos años que pasamos juntos nos unieron no solo como compañeros sino como una familia misma, te aseguro que si a uno de nosotros le llegara a pasar algo, todos irían a por el culpable.

—Le sucedió a Lucas —gritó adán —Y nadie hace nada por él.

—Eso es lo que tú crees...—habló Becca esta vez —Porque estas encerrado en tu burbuja de odio mientras nosotros intentamos hallar a los responsables.

— ¿Lo intentan? Claro, pero no intentaron detenerlo cuando podían...

—Adán —llamé su atención —Lo que sucedió con Lucas no quedará en la nada, te lo juro.

Adán me miró lleno de impotencia pero sabía que un juramento era incluso más sagrado que las promesas, no le quedaba de otra más que confiar en mí.

—Me largo.

Dicho eso, salió de la oficina echando humos.

—Adán, espera un momento...—le siguió su hermana, corriendo detrás de él.

Cuando se fueron quedamos solo los tres en la oficina.

—Vaya drama de equipo —murmuró Javier divertido —Por eso es mejor trabajar solo.

—No lo es...—respondió papá sentándose nuevamente en su asiento, cansado.

—Ya, yo creo que sí.

—No —papá negó con la cabeza para comenzar a reír sin alguna razón ¿Acaso se volvió loco? —Somos un equipo ¿Cómo no me di cuenta?

— ¿Qué dices papá?

— ¿Recuerdas cuando fuimos a una misión en Canadá y Adán se peleó con Becca porque no le dejó apretar el explosivo?

—Si —sonreí recordando —No le habló por el resto del viaje.

—No lo hizo pero cuando llegamos a New York, el enojo de Adán se esfumó cuando le compramos una torta y muchos dulces.

— ¿Qué tratas de decir, Rafael? —interrogó Javier.

—Que aunque peleemos, que aunque nos enojemos entre nosotros, jamás nos abandonamos, nunca lo hicimos y nunca lo haremos, eso es ser una familia, estar en las buenas y las malas.

— ¿Seguro? El parece odiarlos.

—Pueden pelear todo lo que quieran pero estoy más que seguro que darían la vida uno por el otro, porque no solo somos uno quipo, no importa que no compartamos la misma sangre, nosotros somos una verdadera familia.

—Y ahora tú...—llamé su atención —Lamentablemente eres parte de esta familia.

—Que hermoso recibimiento...—soltó sarcástico. —Me moriré de diabetes con ustedes.

—O de un balazo en la cabeza si todos nos ponemos bravos.

— ¡Damián! —me gritó papa.

—Ya, perdón, solo bromeaba.

—Javier —lo llamó mi papá —Ahora eres parte de nuestra familia, puedes confiar en nosotros para lo que necesites. Esa es la diferencia de trabajar solo y en equipo, porque si ganamos, ganamos todos y si perdemos, perderemos juntos ¿Comprendes?

—Lo entiendo.

—Bien.

— ¿Qué es ese ruido? —papá se puso de pie.

Hice silencio para poder escuchar con exactitud lo que pasaba, fuera de la oficina se escuchaban dos voces acercándote.

—Señor, le dije que no puede pasar.

—Me importa un carajo.

— ¿Qué diablos sucede? —los tres nos paramos y sigilosamente nos acercamos a la puerta.

Cuando estuvimos por abrir la puerta, esta lo hizo primero.

No tardó ni un segundo en entrar como si fuera su oficina peor aún, su casa.

— ¿No te enseñaron a tocar? —pregunté molesto.

—No, solo me enseñaron a matar ¿Te enseño? —contestó con igual molestia Samuel.

— ¿Qué sucede? —pregunté ya más calmado.

Sam se movió de un lado a otro, entre confundido, preocupado y enojado.

— ¿Qué sucede? —volví a gritar.

Sus ojos azules me dejaron más preocupado que antes.

—Es Dulce.

— ¿Qué quieres decir con eso?

— ¿Recuerdas que me dijiste que te debía contar todo lo que enterara de ella?

—Sí, si ¿Qué le sucedió?

—Ella...

— ¿QUE CARAJOS LE SUCEDIÓ A DULCE? —grité tomándolo de los hombros. — ¡Habla!

—Dulce está mal.

— ¿Cómo que está mal? ¿Qué le pasó? ¿Qué sabes?

Sam tomó aire mientras sus manos se hacían puño, pateó una silla y se vino contra mí. Se acercó lo suficiente y dijo:

—Han lastimado a Dulce.

— ¿Cómo...?

No hubo respuesta por parte de Samuel. Pero sus expresiones me lo dijeron todo.

Lo peor que podía sucederle a Dulce mientras estaba cautiva, le sucedió.

Continue Reading

You'll Also Like

49.4K 1.5K 47
"me gustaría ser más cercana los chicos del club, pero supongo que todo seguirá siendo igual, no?"
491K 36.4K 45
«Él tendría que traer de advertencia: ¿Te arriesgas a que te rompa el corazón y quedar hecha polvo a cambio de hacerte sentir estrellas?» [BILOGÍA RE...
162K 17.4K 89
Becca Hithek es una chica divertida y positiva que siempre espera lo mejor incluso en los peores momentos. Su llegada a la universidad parece otro si...
16.3K 1.3K 43
Eva Decker no conoce la verdadera historia de su pasado. Toda su vida creyó ciegamente en su abuela, y por falta de dinero termina trabajando en la c...