MEERET, ANDRÓMEDA
Martha ya llevaba un año y seis meses en el reino de los Meiret. Extrañaba a Marcus y a los otros, pero sabía que solo faltaban un par de meses para volver. Con ellos.
Salió del castillo de tessa y se acercó a los aprendices. Fera y minp practicaban sus movimientos de batalla afuera de la guarida de los aprendices.
Por otro lado de la guarida de la excurandera salió zelick, el chico plutoniano del que solía estar enamorado Marcus.
Zelick aprendía rapido, gracias a que los sklaret, quienes eran los espíritus guías de los Meiret, lo habían aceptado y ahora era uno más de ellos.
Entre los sklaret estaba Roble dorado, quien le enseñaba actualmente a zelick, hablándole al oído todo el tiempo.
Se acercó a este y espero a que dejara de hablar con roble dorado. Cuando Zelick noto su presencia se despidio de Roble dorado y avanzo hacia Martha.
—Veo que tú entrenamiento va bien —Comento Martha orgullosa.
—Si, es increíble como los sklaret vigilan a los Meiret y los protegen. —Dijo Zelick mientras sus ojos brillaban.
—Veo que este lugar es para ti.
—Si, ¿Y como están tus poderes, ¿la sangre de Damitch sirvió?
—Si, he mejorado bastante, ya puedo hacer portales aunque no duran demasiado —Anuncio Martha creando un portal frente a ellos que desapareció en cuestión de segundos. —¿Lo ves?
—Creo que...
—Martha, Zelick veo que han progresado en todo este tiempo. —Observo Tessa apareciendo frente a ellos de la nada. —En fin, zelick necesito que dejes de entrometerte en la relacion de rabyon y Davelt, se que davelt es ,muy ardiente, pero es de Rabyon, asi que alejate y dejalos ser felices, ¿entendiste? porque si ellos no se quedan juntos yo me mato. —Dijo tessa intensamente. haciendo una pausa dónde fulminó a Zelick —Podrías decirle a Roble dorado que Uno de nuestros cazadores tiene un tajo muy profundo en la pierna necesitamos hierbas. O plantas lo que sean.
—Tessa yo... —Comenzo a decir Zelick pero Tessa lo interrumpió.
—cierto, las bayas de enebro sirven como antiinflamatorio —Prosiguio Tessa —Recuerdo cuando Davelt tenía los arañazos de la Hyles. Se lo busco por intentar quitarle a sus bebés. ¿Por cierto dónde están? Llevo días sin verlos, y no puedo perderme mi comedia romántica favorita. Espera no, ya se dónde están, deben haber ido a la cabaña donde vive la abuela de Davelt. ¿A dónde más irían? Auqnue también estan las cascadas dónde han pasado mucho tiempo. Repito MUCHO tiempo. Haciendo cosas pasionales no sé si me entienden, oh ahora que recuerdo necesito telarañas para detener la hemorragia y... y... y... y... y miel para la cicatrización.
—Nisiquiera me dejaste...
—Zelick si no vas a hablar para prometerme que te alejaras de rabyon y Davelt, entonces no hables cariño. —Dijo Tessa antipáticamente antes de voltearse hacia Martha. — Es una pena que dentro de seis meses te vayas martha, adoro tenerte aqui. —Dijo Tessa en un suspiro antes de desaparecer.
—Jamas entenderé porque sabe todo, todo el tiempo, ¿Acaso nos espía?
—Aproposito Zelick —Dijo tessa volviendo a aparecer —Te estare vigilando.
—¿Que? pero —Antes de que zelick terminara de formular su pregunta tesaa desaparecio. —Insisto en que nos vigila.
—Tal vez, pero sería imposible que nos vigilé a todos al mismo tiempo —Respondio Martha.
—Recordemos que es Tessa —Dijo Zelick con una media sonrisa, antes de tomar un gesto serio —¿La defenderas cuando todo se sepa?
La pregunta tomo desprevenida a Martha, aunque no le tomo ni un segundo en responder.
—Tessa es una de mis mejores amigas, siempre la defenderé de todos. ¿Tu puedes decir lo mismo? —Pregunto Martha mientras comenzaban a caminar a la salida del campamento.
—No tenía un lugar en Pluton, pero aquí, todos me necesitan, todos me respetan y me atienden, por supuesto que defenderé este lugar ante todo y tessa y los habitantes están dentro de ello —Concluyo Zelick mirando a Martha.
—Aun recuerdo cuando la conocí —Pidio Martha —Eso fue hace casi una década.
—¿Hablas de cuando desapareciste por casi una semana? —Respondio Zelick.
—Si, Marcus estaba furioso, aún no entiendo cómo llego a este lugar —Comento Martha —no tiene logica, es como si simplemente lo hubiera adivinado, a mi me costo cinco dias encontrarlo y solo estuve alla seis meses.
—solo paso media hora aqui —Añadio Zelick haciendo una pausa antes de continuar— en cuanto a lo otro, el señor flick conocia el portal.
—Lo sabía —Chillo Martha.
—Oye Martha
—¿si?
—Tengo un mal presentimiento de este día. —Confeso Zelick mirando el cielo.
—¿A qué te refieres? —Pregunto Martha curiosa mientras se adentraban más al bosque.
—"Las nubes presagiaran el apocalipsis, el viento cantara la más hermosa canción de guerra, las abejas zumbaran en un danzante volar hacia la verdad y los ríos correrán ruidosamente de el final" —Recito Zelick de memoria —eso es lo que dice la profecía sobre un de angel oscuro que emancipó un reino.
—Tessa —Dedujo Martha relacionando la información.
—En este lugar nisiquiera existen las nubes, en cambio hoy esta más nublado de lo que Plutón lo ha estado jamas. También están las abejas, escucha —Hicieron silencio y Martha pudo percibir el sonido constante de los insectos terrestres.
—Las escucho
—Creo que el día del juicio final ha llegado. —Sentencio Zelick.
—Eso me temo.
∆ ∆ ∆
Martha y zelick habian caminado por horas. Cuando el chico cayó en un pozo que se abrió de improvisto en el suelo.
—Zelick ¿Estás bien?
Hubo un largo silencio antes de que Zelick respondiera.
—Sí, estoy bien, solo está demasiado escuro aquí abajo —Grito Zelick —Quedate dónde estás, yo subiré. Escúchame bien, por Hades no vaya a...
Zelick fue interrumpido cuando Martha cayó junto a él.
—Te dije que no bajaras, no puedes hacer portales y con mi poder no podemos salir. —Espeto Zelick hiperventilando.
—Zelick, estos túneles fueron construidos, Tessa me habló sobre ellos, mucho antes de que ella llegara los Meiret tenían un grupo minero que excavaron estos túneles —Le contó Martha comenzando a caminar.
Zelick la escucho mientras avanzaban rápidamente por los túneles. Cuando menos se lo espero estaban frente a un lago.
—Deberiamos rodearlo —Comento Zelick buscando otra forma de cruzar al otro lado.
—Hay un puente ahí arriba.
Martha apuntaba a un viejo puente, semidestruido que se notaba no resistiría ni un segundo más.
—Prefiero el lago —Exclamo Zelick siendo arrastrado por Martha a la subida.
Tardaron un par de minutos en subir, cuando lo hicieron el puente se veía más frágil que desde abajo.
—¿Quieres que lo pruebe? —Pregunto Zelick y sin esperar respuesta estiró sus brazos hacia el puente.
Sus ojos brillaron de un color verde mientras en el puente aparecían miles de ratas que corrieron al otro extremo del puente, este se tambaleaba.
Cuando casi todas las ratas habían cruzado el puente cayó, mandando algunas de estas al lago.
—¿Cómo cruzaremos ahora? —Pregunto Martha, pues si era posible que hubieran pasado al otro lado.
—No lo se.