Se Paciente Conmigo |TERMINAD...

By Demitae_6

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1ER LIBRO La vida de Elizabeth Aydin cambia de manera drástica, cuando conoce a Ahmed y Baadir, dos millonari... More

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ANUNCIO IMPORTANTE
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EPÍLOGO

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By Demitae_6

AHMED ÜLKER

"Señores pasajeros, bienvenidos al aeropuerto de Şekırul capital de Vakirust. Por favor, permanezcan sentados, y con el cinturón de seguridad abrochado hasta que el avión haya parado completamente los motores y la señal luminosa de cinturones se apague. Los teléfonos móviles ..."

Apenas termina el mensaje, me dispongo a recoger todas mis cosas. Odio viajar, sobre todo ahora que ni siquiera lo hago por placer pues solo es para cumplirle un capricho a mi padre.

«Solo 2 meses y todo volverá a ser como antes»

Antes de partir de Turquía, mi padre cumplió su promesa y eliminó todo rastro de la noticia sobre el supuesto compromiso en el país, aunque para el tiempo en que lo hizo, la noticia ya se había hecho viral y muchos medios internacionales la siguieron replicando, lo cual ya no pudo controlar mi padre, pero solo es cuestión de días para que la noticia deje de ser relevante.

De lo que me encargué personalmente antes de ir al aeropuerto fue el asunto de mi secretaria, pues antes de venir, decidí cambiar su horario y subir su sueldo. Cuando le dije todos los cambios que hice, lloró demasiado y me lo agradecía a cada momento. Yo solo espero que haga el trabajo que le corresponde, ahora que tiene más comodidades.

Lo que sí me tomó un poco más de tiempo y por lo cual estoy llegando a Vakirust un poco "tarde" fue porque tuve que hacer una pequeña conferencia de prensa en el mismo aeropuerto de Estambul. Aclare que toda la noticia del compromiso era falsa y aunque solo tenía planeado unas cuantas preguntas los reporteros empezaron a bombardearme de preguntas y especulaciones.

«Odio a los reporteros»

Entre tantas especulaciones, las que más me molestaron fueron las que decían que habían visto a Anastasia Amery y ella no desmintió nada, por lo cual ellos no podían creerme. La verdad no entiendo la necesidad de Anastasia por no desmentir todo esto, pero después de responder y dejar claro que ella y yo no somos ni siquiera amigos o socios, la prensa se calmó un poco.

« Si claro, de seguro mañana ya hay otro chisme»

Cuando llego a la empresa Giray, me dirijo a la recepcionista.

—Buenas tardes, vengo a ver a Ferit Giray.

— ¿Me dices tu nombre? — Me observa de arriba a abajo.

—Soy Ahmed Ülker, él debe estar esperándome.

La veo realizar una llamada y preguntar si el señor Giray tiene una cita concretada. Cuando termina la llamada, se demora un poco en decirme si puedo o no pasar.

— Bueno, puedes pasar, es el último piso. — Se abalanza hacia delante, haciendo notar su escote. — Si quieres te puedo acompañar para que no te pierdas. — Guiña un ojo.

— No, gracias. — Rodeo el cubículo donde se encuentra y me dirijo de inmediato al ascensor sin regresar a verla.

« ¿Qué clase de gente contratan en esta empresa? »

Al abrirse las puertas del ascensor en el último piso, noto que hay 2 cubículos, uno frente al otro y veo a un hombre y a una mujer en cada uno, por lo que decido ir al escritorio del chico.

— Buenas tardes, soy Ahmed Ülker, tengo una cita con el señor Ferit Giray.

— Buenas tardes, soy el asistente del señor, permíteme un momento por favor. — Se dirige a la oficina que se encuentra detrás de él.

Apenas este da la vuelta, siento a alguien tocar mi hombro y giro de inmediato.

— Hola, soy Leila, la secretaría de Baadir Giray. — Extiende su mano

— Soy Ahmed Ülker. — Doy la vuelta sin esperar respuesta y dejándola con la mano estirada.

Cuando lo hago, noto salir al asistente.

— Dice que en 10 minutos puedes entrar, está terminando unos asuntos pendientes con su hijo Baadir, hasta mientras, puedes tomar asiento ahí. — Señala.

No creí ver tan pronto a Baadir, de hecho esperaba no encontrarlo desde el primer día. Nunca me gustó su compañía porque siempre andaba detrás de mí, rogando por mi amistad lo cual era demasiado fastidioso para mi gusto. Nunca llegó a llamar mi atención por lo que se rindió y mejor se alejó.

« Lo cual agradezco»

Cuando me siento a esperar, decido revisar mi celular para estar informado de las noticias del país, « Uno nunca sabe si tiene que salir corriendo de aquí».

Al abrir una página de noticias locales sale una noticia que llama mi atención completamente, pues se trata de Baadir, leo la noticia y veo el video varias veces pues no puedo creer tal noticia. Antes de reproducir por quinta vez el video, la página se bloquea y me redirige a otra noticia, por lo que decido que ha sido suficiente con lo que he visto.

Antes de continuar con mis pensamientos, el asistente me informa que ya puedo pasar y lo hago. 

Cuando estoy dentro, trato de sonar lo más serio y hacer como si nada pasara, pues no voy a dejar que estos noten mi malestar por estar aquí siendo un subordinado más, cuando mi empresa es más poderosa que la de ellos.

Mientras estamos hablando noto que Baadir trata de rebajarme con sus comentarios sarcásticos, pero no dejo que este note mi molestia, incluso intenta hacerme enojar cuando me dice que Anastasia fue su novia hace 1 año, pero no lo logra, pues por esa mujer ya no siento nada.

Cuando me canso de sus estúpidos comentarios, decido sacar a relucir, que ya sé sobre su noticia « Humillación», lo cual hizo que este al fin se quedara callado.

Y para evitar que siga con sus comentarios decido dar por terminado todo esto.

— ¿Cuándo empiezo? Además, necesito saber los horarios y mis deberes, pues comprenderán que yo nunca he sido un asistente y solo sé dirigir mi propia empresa.

Espero entienda la indirecta, pues yo no soy como él, que espera una herencia para poder salir adelante, yo forjé mi propio camino, empezando desde cero con mi empresa.

— Empiezas pasado mañana, pero no será aquí en la empresa, pues justo llegaste cuando pensaba tomarme unas vacaciones, pero incluso en las vacaciones necesito de un asistente que me siga a todos lados, así que no desempaques, porque partimos pasado mañana a mi destino, y no te preocupes, mi secretaria te pondrá al tanto de tus deberes y como tienes que hacer cada cosa.

— Ok, entonces en este momento voy con ella para que me de todos los detalles, con permiso. —Doy media vuelta y salgo sin decir nada más.

Al salir de la oficina me dirijo al puesto de la secretaria que desde que me ve dirigirme hacia ella, acomoda su escote.

« Que discreta»

Sin esperar más, le digo que me debe indicar todo con respecto al puesto y mis funciones, ella lo hace, pero cada vez que paso más tiempo con ella, siento que coquetea más y yo trato de mantenerme lo más impasible, para que no piense que me importa algo más allá que la información que me está dando, pues no me gusta crear malentendidos con las mujeres.

Ha llegado el viernes y no puedo estar más irritado, pues ayer pasé estudiando todo con relación a las funciones de un asistente pues no quiero que Baadir se pase con sus peticiones que podrían estar fuera de mis funciones. Además, he arreglado un poco los archivos y notas que el anterior asistente dejó.

Ahora mismo me estoy dirigiendo a Kriana, un pueblo donde Baadir piensa pasar las vacaciones, y yo tengo el trabajo de tener lista la casa que este rentó por los próximos 3 meses, por lo cual me he adelantado a revisar que todo esté bien, para cuando él llegue en la noche y se que tratará de molestarme por la mínima cosa, por lo que pienso hacer el trabajo que me corresponde de la mejor manera.

Cuando voy por una de las carreteras principales noto que mi celular suena y se me hace raro ya que desde 2 pueblos atrás no tenía señal. Cuando veo que solo se trata de un aviso de la batería, regreso a ver a la carretera y me detengo de inmediato pues frente a mí noto a una persona sentada en la carretera y que pude haber atropellado.

«Genial, lo único que me faltaba»

Cuando me bajo empiezo a llamar su atención pues no quita las manos de su cara y no responde. Luego de un momento, recuerdo que no todos en Vakirust hablan turco, por lo que empiezo a hablar en Inglés.

— ¡Hey tú! ¿Me escuchas? Seguro entraste en shock chica tonta. — Me acuclillo a su lado para inspeccionarla.

La veo quitar de inmediato las manos de su cara.

— ¿Chica tonta? Disculpa, pero creo que aquí el tonto es otro pues casi me atropellas y encima me insultas. — Dice enojada.

« ¿Es en serio? Bueno, este día no puede ser peor »

— Oh ¿Y cómo te digo? ¿Chica lista que se sienta en medio de la carretera y espera no ser atropellada? — Digo sarcástico.

— Wow, ni siquiera te has disculpado y encima sigues siendo sarcástico y grosero. ¡Pude haber muerto! – Exagera, pues el auto se detuvo justo a tiempo, pero decido no explicarle porque no creo que entienda. Además, yo no tuve la culpa pues ella estaba sentada en medio de la carretera, así que no pienso disculparme

— Si, pero no moriste y por lo que veo no te pasó nada así que me voy.

Me levanto y dirijo al auto pero cuando estaba por entrar logro ver que no se ha movido del lugar.

« ¿Acaso quiere que le pase por encima? »

Lastima que la carretera sea muy estrecha y ella se encuentre en la mitad, si no la hubiera rodeado.

—Si quieres que te pase el auto por encima solo tienes que pedirlo. — No se mueve. — Retírate que necesito pasar.

Mientras se lo digo noto que está haciéndose tarde y recuerdo que por ser octubre en algunos países empieza a oscurecer más temprano.

« Genial, ahora estoy en un lugar que no conozco y que posiblemente sea peligroso, necesito irme de aquí. »

—No puedo, lo siento, pero tendrás que pasar por encima de mí. — Ríe.

Cierro los ojos para tratar de calmarme y cuando los abro me acerco a ella, pues creo que en parte es mi culpa que haya quedado un poco más tonta.

— ¿Cómo que no puedes? No me digas, ¿quedaste más tonta que antes y ahora no entiendes ni las órdenes básicas?

Después de que me explica porque no puede quitarse del camino, me pide buscar a unas personas para que la ayuden y yo como si de una Sultana dando órdenes se tratara, le hago caso.

— ¿Algo más Sultana? — Digo sarcástico.

« Creo que ese seudónimo le queda bien. »

—Por favor, si no, no podré quitarme de aquí y solo te retrasaré. —Junta sus manos y pone una cara... ¿Tierna?

« ¡NO! no es nada tierna Ahmed. »

Cierro los ojos y trato de concentrarme pues con esta chica he perdido los estribos más de una vez, incluso he recurrido al sarcasmo, que no me gusta y ella creo que no lo ha entendido del todo. Antes de seguir con mis pensamientos decido ir a buscar a alguna persona que la pueda ayudar, pero no logro divisar a nadie desde donde me dijo por lo que regreso y se lo digo.

Para colmo esta me comenta que hace 30 minutos ya debía estar en otro lado y no puedo dejar de pensar que la "Sultana" en verdad es muy torpe. Pero yo ya no puedo estar aquí, por lo que me decido.

—Bueno, yo no puedo esperar aquí toda la vida así que...— La cargo de inmediato y me dirijo al auto.

—Espera, espera, puedes dejarme a un lado de la carretera, gracias.

« Si claro, ¿Algo más sultana? »

No le hago caso y la dejo en el asiento para dar la vuelta y entrar al auto. Y apenas lo hago le respondo, pues creo que no entiende la situación.

—Claro, te puedo dejar aquí para que te secuestren, porque por si no te has dado cuenta se está haciendo tarde y por lo que veo esta zona no es tan transitada lo cual la hace más insegura y serías un objetivo fácil.

No me preocupo por ella, si no por mi conciencia.

Después de discutir un poco esta acepta ir conmigo, por lo que le pido ayuda pues para llegar a la dirección que me han dado de la casa, tendría que usar GPS, pero no puedo hacerlo.

Cuando le digo la dirección, me dice que es la calle en donde vive y se emociona tanto que alza una mano y grita "¡Vámonos!".

« Genial, está loca y sigue igual de mandona como una Sultana. »

— ¿Estás loca verdad? Ya me arrepentí, mejor te dejo por aquí. – Digo y hago el intento de salir del auto, pero me detiene.

—No, no, lo siento, solo que me emocioné ¿vamos? – Dice y cruza los brazos, quedándose al fin quieta.

—Esta bien vamos, por cierto, ya me cansé de llamarte Sultana en mi cabeza, ¿Cuál es tu nombre?

Me arrepiento de inmediato el haberle dicho que la llamo Sultana, pero ya que.

—Soy Elizabeth Aydin, pero puedes llamarme Eli ¿Y tú?

Dudo si decirle o no mi nombre real, porque puede reconocerme y no sé si intentará sacar provecho de eso.

« No creo que lo haga. »

— Soy Ahmed Ülker. – Enciendo el auto y espero alguna reacción de ella, por lo que la miro fijamente.

— ¿Nos vamos? – Dice algo incómoda.

Debí haber parecido un acosador, pero me alegro de que no haya habido ninguna reacción, creo que no me reconoció. Antes de regresar mi mirada al frente noto que no tiene el cinturón de seguridad.

—Elizabeth, ¿no crees que hace falta algo antes de avanzar? – Digo y espero que entienda.

— ¿Cuántos años tienes? ¿Cuál es tu color favorito? – Sonrío abiertamente pero de inmediato me detengo.

« ¿Qué me pasa? »

No puedo creer que haya alguien como ella en este mundo, me compadezco de la gente que convive con ella porque deben tenerle mucha paciencia, yo no podría, nunca.

— El cinturón, me refería al cinturón.

La veo hacer el intento de halar el cinturón, pero este no cede.

—Cre-creo q-que se dañó, pero yo no hice tanta fuerza así que tal vez ya venía algo dañado. – Dice con rapidez y vuelve a poner esa carita que...

« ¡Ay! Concéntrate, concéntrate, Ahmed. »

—Alá, dame paciencia, porque si me das fuerzas la mato. – Susurro pues ya está acabando con mi paciencia.

Luego de molestarla un poco porque sí, me dio ganas de molestarla, decido avanzar pues me había olvidado de que ya voy tarde. Mientras voy por el camino que me indicó, hablamos un poco y noto que no conoce algunas cosas, por ejemplo, un celular, ¿Quién no conoce uno?

« Todo su pueblo al parecer, por lo que me dijo. »

Ahora entiendo el porque no sabe nada del mundo y en parte lo agradezco pues supongo que debido a eso ella no me reconoció como uno de los empresarios más importantes del mundo.

Cuando ya se me acaban las ideas para seguir la conversación decido poner música, por lo que voy buscando una canción en el CD que tenía en el auto. Después de un tiempo, escucho la nueva de Adele y la dejo, porque me encanta.

— ¿Me dejas grabar la canción? – Rebusca en su maleta algo.

— ¿Grabar? Pero me dijiste que no tenías celular ¿Dónde piensas...? – No termino la frase pues veo que saca un ... ¿Casete? ¿Esas cosas ya no estaban extintas?

— En mi casete, ahora... — Dice y la veo buscar algo en la radio con esmero— ¿Sabes dónde puedo insertarlo? ¡Pero rápido que se acaba la canción! 

« Esto debe ser una broma. »

—Perdóneme Sultana, pero esta radio no es compatible con su casete, así que no podrás grabar nada, lástima. – Subo el volumen de inmediato.

La veo guardar sus cosas y cerrar sus ojos, y pienso que al fin puedo tener algo de paz, pero apenas la escucho cantar entiendo que no. Aunque, pensándolo bien, no lo hace tan mal, de hecho, tiene bonita voz, por lo solo me dispongo a escucharla y bajo el volumen para que su voz resalte.

Cuando noto en un letrero los nombres de las calles que busco, decido interrumpirla.

—Cantas muy bien, pero ya llegamos a tu destino Sultana, ¿Desea usted que la baje y la lleve en brazos hasta su humilde morada? – Digo con sarcasmo.

— Lo siento, pero no puedo bajar por mi cuenta, mi pie aún sigue dolorido, ¿Podrías solo ayudarme a bajar y llegar al patio de mi casa? De ahí podrías marcharte a cualquier lugar sin ningún remordimiento de haber dejado a alguien lastimada a su suerte. — Ruedo los ojos y bajo del auto, para que no note la sonrisa que posiblemente se está formando en mi rostro.

Mientras la cargo dirijo mi vista a su pie para ver que tan mal está, pero en vez de notar el daño me llama la atención la pulsera que lleva en su pie.

« ¿Ya no pasó de moda esas cosas? »

Estaba tan concentrado que no me di cuenta cuando un tipo se acerca.

— ¡¿Quién eres y qué le hiciste a mi Eli?! –

« Genial otro loco.»

Supongo que debe ser su novio o esposo. Bueno, no me importa.

—Él me ayudó George, no tienes que reprocharle nada, por cierto ¿Qué haces aquí? No te esperaba hasta navidad, pero me alegro de que ya estés — Dice muy animada y me molesta.

—Siento mucho interrumpir su reencuentro, pero debo irme y no quiero llevarte de vuelta, así que ten. – Se la doy al tipo que sigue mirándome, pues no pienso escuchar algún discurso cursi de reencuentro que de seguro dirán.

—Gracias por tu ayuda, espero no volver a verte. –Dice Sultana y no puedo estar más de acuerdo con ella.

—Lo mismo digo Sultana, adiós. – Doy media vuelta y de inmediato me marcho.

Me dispongo a buscar la casa que me dijeron y no tardo mucho, de hecho, esta se encuentra solo a 2 casas desde donde dejé a Sultana.

Cuando estaba dispuesto a bajar y buscar a la persona que nos iba a rentar la casa, noto unas cosas en el asiento del copiloto y no puedo evitar soltar una risa pues me doy cuenta de que no estaba tan equivocado al pensar que esa muchacha era muy torpe.

Decido devolverle sus cosas después de arreglar todo con respecto a la casa, total, ya conozco donde vive y puedo devolverlo en cualquier momento.

Cuando llego a la casa y llamo a la puerta, me abre una muchacha.

— Hola, tú debes ser el nuevo arrendatario. – Dice muy animada.

De inmediato pienso que me equivoqué, pues la persona que nos arrendó la casa tenía el nombre de Hazar Demir.

— Buenas tardes, ¿Esta es la casa de Hazar Demir?

— Si, es mi abuelo, pero no pudo estar aquí porque tenía una cita médica, pero yo soy su nieta, me llamo Elif ¿Cómo te llamas? – Estira su mano.

— Soy Ahmed, entonces ¿Tú serás la que me enseñe la casa o tengo que esperar a tu abuelo? — Ignoro su mano.

— Yo seré la que te ayude esta vez, entra. — Baja la mano y la veo sonrojarse.

— Está bien, gracias. – Digo lo más serio y procedo a entrar a la casa.

Cuando termina de enseñarme todo el primer piso, me pide seguirla para enseñarme el segundo piso. Cuando va subiendo las escaleras noto en su pie la misma pulsera que Sultana tenía, lo cual hace que me gane la curiosidad y decida preguntar.

— Disculpe si sueno imprudente, pero ¿Puedo hacerle una pregunta? – A penas lo digo esta se gira con una sonrisa.

— Claro, puedes decirme lo que sea.

— Esa pulsera que tienes en el pie... — No me deja terminar la oración cuando me responde de inmediato.

— Si, soy soltera, no tengo ningún compromiso. – Dice de manera rápida.

« ¿Acaso pregunté eso? »

— No lo entiendo, es decir, quería preguntarte que significa esa pulsera pues vi que otra chica la tenía y no sabía si significa algo para su cultura porque no soy de aquí y quería saber. – Digo y noto algo de desilusión en su rostro.

—Ah, era eso, bueno... Esta pulsera la llevamos las mujeres por una tradición. Se llama "pulsera de la castidad" y solo la portan las solteras para que los hombres sepan que pueden cortejarnos. — Baja un escalón acercándose demasiado a mi.

« Qué tradición más absurda. »

— Gracias por la información, ahora ¿Podemos continuar? — La rodeo y subo de inmediato al segundo piso sin esperarla.

Mientras esta intenta explicarme algunas cosas de la casa y donde queda cada cosa yo hago como si estuviera prestando atención, pero no es así, porque sigo pensando en Sultana, más bien, en el hecho de que ella no tiene un "compromiso formal". Pero antes de seguir con mi pensamiento me detengo, pues no se ni porque lo hago, ella no debe importarme en lo más mínimo.

Cuando Elif termina de enseñarme la casa esta decide retirarse, claro, después de haber insistido en quedarse a merendar conmigo, lo cual rechacé de inmediato.

Después de revisar la casa nuevamente y de manera minuciosa, decido ir por mis maletas al auto para dejarlas en una habitación, pero cuando llego al auto recuerdo la maleta de Elizabeth y decido ir a dejársela.

« Mejor tarde que nunca ¿No? »

Decido caminar, pues no está muy lejos. Y cuando llego al patio delantero de la casa, algo llama mi atención, más bien una voz que reconozco como la de Sultana y se escucha en donde supongo es el patio trasero, por lo que decido rodear la casa y entregarle sus cosas.

Cuando llego a la esquina trasera de la casa la veo y antes de avanzar noto que unas personas salen de la casa, por lo que decido esconderme entre unos árboles, para que no piensen mal.

« Si claro, seguro no piensan mal cuando me vean escondido aquí. »

— ¡¿Cómo es eso de que te han visto en el auto de un hombre?! Y encima tu hermano me dice que te trajo en brazos a casa – Dice una señora y antes de que Elizabeth responda, recibe una fuerte cachetada que la deja en el suelo.

— Espera madre, déjame explicarte. — Dice al borde del llanto.

— ¿Qué me vas a explicar? que eres una cualquiera y que ahora todo el pueblo sabe que eres una impura ¿eh? — Le propina otra cachetada. — Que además dejó ir al pobre de Emir para ir a revolcar con cualquiera que se le cruce.

Pensé que su madre la dejaría responder, pero apenas termina de hablar nuevamente esta se agacha y le da dos cachetadas más, y no puedo creer que Sultana no haga nada por defenderse.

« ¿Qué le pasa? ¿Por qué deja que la insulte de esa manera? »

Cuando estaba a punto de salir de mi escondite alguien más se acerca a la madre de Elizabeth.

— Ya déjala mujer, ni siquiera la has dejado responder.

— Si madre, no es lo que piensas, lo que pasó fue que tropecé y me doblé el tobillo, por lo que una persona que pasaba por ahí me ayudó porque mis compañeros ya se habían ido y no podía quedarme ahí, te juro que no hice nada para manchar el honor de mi familia. — Dice afligida y veo que derrama algunas lágrimas.

No entiendo porque no les dice que casi la atropello, pero eso ahora no importa, aún no puedo creer que esa señora dude de su hija.

— Para mí, el solo hecho de tu existencia ya representa una deshonra para mi familia así que cállate. — Dice su madre.

—Pero madre yo no...— Trata de defenderse pero no la dejan terminar.

—Arnold, ya sabes que hacer con tu hija. — El que supongo es su padre asiente. — Y para estar segura de que reciba su castigo, lo harás aquí, frente a mí. 

« ¿Pero de qué castigo habla? Elizabeth ya es muy grande como para recibir castigos. »

—Isa, cariño ¿Puedes traer el látigo de tu padre? – Dice su madre y recién noto la presencia de otra chica que parece ser de la misma edad de Elizabeth.

La chica sonríe y de inmediato se dirige a la casa, no demora mucho y cuando regresa le entrega a su padre lo que le pidieron.

—Esta vez serán 10 latigazos, así que apúrate, no quiero perder el tiempo con tu hija.

— Madre ¿No sería mejor 20? Lo que hizo merece eso y mucho más. — Ríe la que supongo es hermana de Sultana.

— Si, tienes razón, serán 20, ya puedes empezar. — Señala al padre.

Antes de procesar todo lo que han dicho, el padre empieza a lanzar los primeros latigazos a la espalda de Sultana, al principio me quedo en shock pues no puedo creer que aún existan padres que recurran a la violencia para castigar a sus hijos y peor aún cuando estos ya son mayores de edad.

Cuando salí del asombro decidí salir de mi escondite, pero nuevamente antes siquiera de dar un paso sale de la casa, el mismo tipo de esta mañana.

— ¡¿Qué creen que hacen?! – Se acerca a Sultana y la cubre con su cuerpo, poniéndose cara a cara con el padre.

— George, cariño, deja que tu padre castigue como se merece a tu hermana, sabes muy bien que en este pueblo está mal visto que esta muchacha ande con hombres extraños a solas por lo que... — Este no la deja terminar.

— ¡No voy a permitir que la castiguen! Ella debe haberles explicado que esa persona solo la estaba ayudando, así que la llevo adentro. —Toma a Elizabeth cargándola.

Cuando todos entran, puedo al fin respirar bien pues antes sentía un nudo en la garganta. Inmediatamente decido irme, pues faltaría que me atrapen aquí y provoque más problemas.

« Otro día la veré y le devolveré sus cosas. »

Todo el camino de regreso a la casa, pienso en lo que vi y por primera vez siento que mis emociones están descontroladas, pues siento rabia, impotencia, culpa y más.

« No pude hacer nada para ayudarla. »

Cuando llego a la casa, mis pensamientos se cortan al escuchar la voz de Baadir.

— ¿Dónde estabas? Llevo mucho tiempo esperándote, estaba aburrido, lo bueno es que justo esta señorita regresó a dejar las llaves de repuesto y me abrió la puerta. – Señala a Elif que no me había percatado de que estaba tras él.

Noto que la chica está un poco despeinada y con los labios un poco hinchados, « Un desastre» y entiendo lo que estaba haciendo Baadir mientras estaba "aburrido", pero igual me llama la atención que ella esté como si nada, cuando hace poco acabo de presenciar como lastimaban a una chica igual que ella, solo por el hecho de haberla visto con alguien más en un auto.

« De verdad que no entiendo nada. »

Siento un poco de rabia y no se si es con los padres de Elizabeth por golpearla, por Elif que está como si nada cuando ha hecho algo pero que Elizabeth o conmigo por no haber hecho nada para ayudarla.

Decido parar de pensar en ella pues por hoy ha sido suficiente.

— Yo solo estaba conociendo un poco el pueblo, permiso. – Entro de inmediato sin esperar respuesta.

Cuando estoy en mi habitación me siento en la cama y noto la maleta que aún se encuentra en mis manos y que no pude entregar a su dueña. Sin pensar más, decido ver que tiene en la maleta.

« Si, lo sé, no debería de hacerlo. »

Pero quiero conocer un poco más de ella a través de sus cosas, tampoco es como si me fuera a robar algo. Además, me ayudará un poco a dejar de pensar en todo lo que vi.

En la maleta solo encuentro un walkman, algunos casetes y un cuaderno, en la portada de este se encuentra marcado el título "Letras y pensamientos", ahora que sé que no es un diario personal decido abrirlo y ver que tiene.

Lo reviso y noto que son letras de canciones en diferentes idiomas, de los cuales reconozco solo las canciones en inglés, pero el otro idioma me toma un poco más de tiempo reconocerlo, pero después de un momento noto que es español, un idioma muy difícil de hecho, lo reconozco un poco pues mi padre lo habla, quiso que yo también lo aprendiera, pero nunca quise hacerlo.

« Ahora me arrepiento un poco. »

Después de pasar algún tiempo leyendo la letra de las canciones que entiendo decido dormir, pero no lo logro hacer de inmediato, porque no dejo de pensar en Sultana

« ¿Estará bien? ... No, claro que no puede estar bien. »

Cuando me giro en la cama veo el walkman que dejé sobre el velador y lo tomo. Me pongo lo audífonos y reproduzco el casete que se encuentra puesto, a penas lo hago, empieza a sonar una canción en español, no entiendo nada, pero noto que es una canción un tanto melancólica.

« Lo que faltaba para sentirme peor. »

Aun así, decido escucharla y mientras la escucho voy quedándome dormido pensando en cómo la cantaría ella.

"...Ella quiere regresar el tiempo que pasó

Para poder revivir los placeres del ayer

Ya no puede ver las cosas igual

Porque en un mar de olvido todo ya quedó

La luz ya no ha perdido su color azul

Las estrellas miran

La luna la abraza

Y un ángel llora..."

Nota: Espero les haya gustado el capítulo, la canción que les compartí me encanta y creo que para el capítulo queda perfecto. 

Siento mucho haber tardado un poco en actualizar pero mejor tarde que nunca. Gracias por su apoyo <3

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