La castaña deja su bolso en el sofá, y se sienta. Desde que ha llegado al piso, Fred no ha dejado de hablarle, pero, ella no estaba escuchando nada de lo que decía. Solamente miraba al frente, pensando en lo que le habían dicho sus padres hace unas horas.
¿Una madre y su hija teniendo un embarazo a la vez?
-Amor- el toque de su pierna la hace salir de su trance, mirándolo -, ¿me estás escuchando? También tenemos que compr..
-Fred- lo interrumpe, diciéndole la primera palabra desde que ha llegado.
-¿Qué? ¿estoy exagerando?
-Mi madre... embarazada.
-¿Tu madre?- frunce en el ceño - ¿Se lo has dicho a tu madre?
-No, Fred. Mi madre está embarazada.
-¿Qué?- ahora sí que estaba confundido.
-Mi madre está embarazada.
Fred abre la boca con asombro y suelta una risa.
-¡Qué fuerte! ¡Estáis las dos embarazadas! ¡Embarazo doble!
-¡No hace gracia!- exclama frunciendo el ceño.
-Perdón- abre los ojos al ver su reacción, y coloca una mano sobre la suya -, lo siento, no sabía que.. te molestaba.
-No me molesta- suspira -, no quería gritarte. Estoy tan agobiada- deja caer su espalda en el sofá, suspirando por segunda vez -. Estoy embarazada y nadie lo sabe, nadie lo debe saber aún. Y para rematar, mi madre también está embarazada, completamente.. una, locura.
-Es mucha coincidencia... pero tienes que relajarte- el pelirrojo agarra las piernas de la chica y comienza a quitarle los zapatos, dejándola en sus calcetines negros -. No agobios ni estrés- sonríe, y ella intenta devolverle la sonrisa, pero termina suspirando otra vez.
Cuando Fred se dispone a hablar de nuevo, el timbre del teléfono muggle suena desde la cocina.
-Que raro- dice el Weasley, y se levanta para atender la llamada -¿Sí?- el pelirrojo escucha la voz y comienza a hablar con él -Hola, Georgie- apoya una mano en la pared y mira de reojo a su chica, que sigue en el sofá, mirándolo, así que sonríe y le lanza un guiño -. No, hermano, gracias, pero estaremos en casa tranquilos- después de unos segundos más, cuelga el teléfono y vuelve al salón.
-¿Quién era?- pregunta sin mala intención, agarrando el plato que Fred traía en sus manos -. Hm, ¿y esto? Gracias- agarra la cuchara pequeña y comienza a comer el Cullen de Chocolate que le había traído de la cocina.
-Era George- dice -. Me dijo que si queríamos ir con él y con Amaia a una discoteca, muggle, ya sabes. Dije que no.
-¿Por qué dijiste que no?- pregunta frunciendo el ceño.
-Es malo para el bebé.
-Bromeas- rueda los ojo y mira hacia el frente, dándose cuenta de los cuatro libros que hay sobre la mesa, titulados; "Cómo ser un buen padre", "Padres primerizos", "Primer embarazo" , y, por último, "Como caerle bien a tu suegro". Abre los ojos al ver aquello, ¿acaso Fred le estaba gastando una broma?
-No, no bromeo para nada- dice -. La música tan alta y ese ambiente hace mal.
-Ni siquiera llego a la mitad del embarazo, ¿cuándo esté de ocho meses me encerrarás en una habitación para que no salga, o cómo va la cosa?
Fred deja escapar una risa -Que bromista.
-Sí, me parece que cambiamos los roles- deja el plato en la mesa y lo mira -. Tu te pones a leer, y yo gasto bromas. Normalmente era al revés.
Él suelta otra risa.
-Estás preciosa hoy, ¿te lo había dicho?
-No- sonríe como una tonta se deja caer en el sofá de nuevo -, pero me gusta eso.
-A mi me gustas tú- sonríe, mirando sus labios, que estaban pintados por un pequeño gloss transparente con brillos -, me encantas.
-Eso sí que lo sabía, fíjate.
-Te lo repetiré hasta que me cansé, ángel- se acerca, poniendo un mechón de cabello tras su oreja, sacándole una sonrisa amplia -. Esa sonrisa tuya..
-Cállate ya- dice, agachando levemente el rostro -, cursi.
-También me encanta cuando te sonrojas por mis piropos- se acerca más, alzando su rostro para que lo mire de nuevo -. ¿Qué pasa? ¿Dos años de piropos no son suficientes para que te acostumbres?
-No- niega levemente -, no sé porqué, pero me sigo poniendo roja como un puto tomate.
El Weasley termina de acercarse para juntar sus labios en un beso duradero y lento, que termina cuando ambos escuchan un ruido.
-¿Eso ha sido un trueno?- pregunta ella.
-Eso parece- ambos se levantan para ver tras la ventana. Llueve a mares, y hay relámpagos cada ciertos minutos, sonando con truenos demasiados altos y espantosos.
-Vaya...- la castaña observa la lluvia caer unos segundos, hasta que se gira y camina hacia la cocina.
-¿Que vas a hacer?- pregunta Fred, siguiéndola.
-Voy a hacerme un té, ¿quieres?
-No, cielo, gracias- se acerca a ella y agarra sus caderas para alejarla de la encimera -. Ya te lo hago yo..- sonríe y se dispone a hervir el agua mientras saca el té.
-Hm, que amable- alza las cejas y se sienta en la encimera de la cocina, viendo como prepara su té.
-Siempre lo soy- sonríe alzando los ojos para mirarla -, pero sólo contigo, así que, valóralo.
Ylenia suelta una pequeña risa, y se pone más cerca de él, comenzando a palpar sus hombros.
-¿Cómo te sientes?- pregunta, llevándolo hasta sus piernas -. Deja que se hierva el agua y habla conmigo.
-Hay muchas cosas de las que debemos hablar, Ylenia.
Ella asiente, y lo envuelve con sus piernas, acercándolo -Primero quiero saber como te sientes.
-¿Cómo me siento?
-Sí, cómo te sientes respecto a toda esta situación... Vamos a ser padres, es una responsabilidad gigante.. es.. la mayor responsabilidad que vamos a tener nunca.
-Estoy realmente.. estoy feliz, estoy feliz porque voy a tener un hijo contigo- asiente levemente, mirándola directamente a los ojos -. Ylenia Lupin, la mujer a la que... amo, más que a nada- ella sonríe suavemente, escuchándolo suspirar -. Pero estoy tan asustado, ángel... me hago tantas preguntas. ¿Seré buen padre? ¿Cómo voy a cargar al bebé? Tengo que aprender a cambiar pañales, a hacer biberones..
La castaña suelta una pequeña risa al oírlo hablar con tanta rapidez.
-Claro que serás un buen padre- dice -, el mejor de todos.
-Y yo estoy seguro de que tú lo harás genial.
-Yo no estaría tan seguro de eso, Fred. Me parece que estoy igual o más asustada que tú.
-Lo sé, ángel, se te nota en la cara. Sé que yo casi no expreso mi preocupación, pero créeme que lo estoy.
-Mhm- asiente, tirando de él para besarlo suavemente -. Nadie nace sabiendo nada, Fred, es cuestión de aprender.
El pelirrojo asiente antes de llevar el labio inferior de ella entre sus dientes, dando un leve mordisco. Ella sonrió y se lame el labio después de que Fred lo suelte.
-Entonces, ¿vas a dejar de trabajar?
-No, ni de coña.
-¿Cómo que no?
-Aún es pronto- se queja -, además, ni que trabajase en una mina llevando piedras. Fred, no hago nada de esfuerzo y si quiera llego a los dos meses, aún es demasiado pronto.
-Está bien, tú decides. Es tu trabajo, pero, quiero que te cuides. ¿Mañana trabajas?
-Lo haré- rodea los hombros de Fred con sus brazos y suspira -. No, mañana no. ¿Por?
-Porque quiero llevarte a..
-¡¿Hola!?- una voz suena desde la sala principal, llamando al atención de ambos, que reconocían perfectamente el sonido. -. Aquí estáis- George entra a la cocina, dejando una bolsa en la mesa. -. He traído la fiesta aquí.
-¿Disculpa?- Fred se gira dándole la espalda a la chica, y ella lo arrastra con las piernas para rodearlo, aún de espalda mientras habla con su hermano.
-He traído- saca dos botellas de la bolsa de cartón -... Vodka muggle y Whisky de Fuego.
-¿Por qué no has ido a la discoteca?- pregunta su hermano, tocando las piernas de Ylenia, que están enrolladas en su cintura.
-Quería pasar un rato con vosotros, hace rato que no estamos los tres juntos otra vez. Con Amaia podré quedar cualquier otro día.. ¿qué os pongo de beber?
La chica apoya la barbilla en el hombro de Fred.
-Yo no quiero nada- dice.
-¿Cómo que no?- George ríe -. ¿Ylenia Lupin negándose a un trago? Tómale la temperatura a tu novia, Fred.
-No soy su novia.
El gemelo menor suelta una risa, y el mayor se gira con las cejas alzadas.
-Ah, ¿no?- pregunta divertido.
-Pues no- ella cruza los brazos.
-Definitivamente, eres más que eso- desvía su mirada hacia el estómago de la chica, y ella mueve su cabeza.
-Nunca me pediste ser tu novia, no somos novios.
-Bueno, ¿quieres ser mi novia?
-Cutre- se queja la Lupin.
-Dame tiempo y lo haré mejor.
-No necesito que me pidas nada, pelirrojo- se levanta de la encimera y sonríe con diversión -. ¿Quieres que sea tu novia?
-Quiero algo más que eso- dice, mientras George está escuchando la divertida conversación con una sonrisa.
-Esa no fue la pregunta, cariño. Responde, sí o no.
-Sí- dice sin más.
-Entonces, eres mi novio- dice con la mayor seriedad, aguantadose la risa -. Mi novio secreto.
-Secreto, secreto, secreto... estoy cansado de eso- se cruza de brazos y hace una mueca con la boca.
-No puedo darte más- niega con la cabeza, y se acerca -. Disculpa...- lo aparta levemente para agarra una taza y servirse el té caliente. -. Buenas noches, Weasley's.
-Buenas noches, guapetona- George silva, y Fred le codea mientras ella se marcha a la habitación del mayor riendo.
-No puedo con ella- el pelirrojo mayor se muerde el labio inferior. -¿Viste lo guapa que estaba? Pues venía de una cena familiar, imagínatela el día de nuestra bo...
-¿De vuestra boda?- el menor habla cuando su hermano deja las palabras en el aire sin terminar la frase -¿No me digas que ya estás pensando en boda?
Fred suspira -Es complicado, ¿vale? Sabes que yo siempre.. con ella siempre he tenido esa ilusión, pero ahora es diferente.
-¿Diferentes por qué?
"No se lo puedes decir ni siquiera a George."
Esa frase rondaba por su cabeza, pero, se moría de ganas de decirle a su gemelo que iba a ser tío.
-Pues porque.. porque su familia me odia- dice -. Remus y Edward me odian, ¿como crees que puedo volver oficialmente con ella si nadie quiere verme a su lado?
-Es que eso no es decisión ni de Remus, ni de Ed, Fred. Es una decisión que únicamente tiene que tomar ella. Y si ella a decidido volver contigo, lo van a tener que aceptar, les guste o no, por que es su hija y su hermana, y si ellos la ven feliz, que es lo que haces, hacerla feliz, ellos no van a tener demasiado problema.
-Ellos creen que la engañé.
-¿Y lo hiciste?
-No.
-¿Y ella lo sabe?
-S.. No.
-¿Y a qué se supone que estás esperando para ir a tu habitación y contárselo?
-Aún no- dice -, tengo que asegurarme de la verdad, y volver a usar ese libro para verlo. Entonces, cuando esté seguro, se lo enseñaré.
-Más vale tarde que nunca, hermano. Y como no queréis fiesta, pues yo también me voy a la cama- da una pequeña palmada en su espalda y Fred asiente -. Duerme bien, hermano, y no gritéis al gemir.
-Estúpido- dice riendo mientras lo ve irse de la cocina.
Fred suspira, pensando unos segundos, parado en la cocina. Todo era tan... nuevo.
Iba a ser padre.
Y aunque tuviese miedo, o estuviera aterrado por la noticia, sentía algo en la panza cada vez que se acordaba de que ella, su Ylenia, su Lizzie, llevaba un hijo suyo en vientre.
Sabía que algún día sería padre, pero no imaginaba que sin ni siquiera nacer, sin ni siquiera estar bien formado, podía sentirse así.
Lo que más feliz le hacía, es, que todo esto era con ella.
Con la mujer de su vida.
Después de sonreírse a sí mismo, apaga las luces y camina hacia su habitación, la puerta está abierta, así que se apoya en el marco, viendo lo que hace.
La chica está viendo varias fotos del escritorio de Fred, con su taza de té en la mano.
Notando la mirada fija de alguien, mira hacia la izquierda para encontrarse con su mirada. El pelirrojo le sonríe tontamente y ella agacha la cabeza.
-¿Recuerdas el Yule Ball?
Fred se incorpora y camina hacia ella.
-Claro- responde.
La castaña extiende una foto, dónde salían ellos dos, junto a George, Ginny, Harry, Ron y Hermione.
-Es imposible olvidar eso, ¿no?- dice Fred, agarrando la foto para sonreír enternecido.
-Recuerdo...- ella suspira, sonriendo al recordar algo - recuerdo que esa noche me sacaste a bailar- suelta una pequeña risa, y él pone toda su atención sobre ella -. Discutí con Cedric, y estaba sentada con Harry y Ron, con Padma y Parvati. Viniste a sacar a bailar a Padma, a ver si podías reconquistarla- relata, recordando aquella noche -. Pero, me viste con el maquillaje corrido y.. te acercaste a mi. Me diste la mano, y me sacaste a bailar sin ni siquiera preguntarme.
Fred asiente -Yo no quería reconquistar a Padma- dice, viendo como ella mira hacia el frente -. Sólo quería.. hablar contigo. Desde esa noche, Cedric me cayó como una patada en el culo, te hizo llorar.
-Todos me hacen llorar últimamente- murmura, soltando un suspiro.
El pelirrojo deja la foto sobre el escritorio, y se acerca a ella, atrapándola en un abrazo por la espalda.
-¿Y recuerdas el día antes del Yule Ball, cuando te cité en Hogsmeade y no aparecí?
-¡Sí, me dejaste plantada!- recuerda soltando una risa. Coloca ambas manos sobre los antebrazos de Fred, apoyando su cabeza en uno de ellos -. ¿Para qué me citaste si no apareciste?
-Llevaba una semana planeando como pedirte que vinieras al baile conmigo- admite -. Esa día iba a hacerlo, pero- vuelve a soltar una pequeña risa -, George me dijo que ibas con Cedric, así que.. no aparecí.
-Era mi novio, claro que iba a ir con él- dice obvia soltando una risa.
-Ya, pero como en ese entonces tenías problemas y discusiones...
-Sí, es que no quería que participase en el Torneo.
-¿Por qué? Ojalá yo hubiera podido.
-¿Estás loco?- dice, dándose la vuelta sin apartarse del abrazo -. A Cedric casi le cuesta la vida, y Harry también. Cedric estuvo tres meses sin poder levantarse de la cama, Fred, menos mal que no pudiste.
-No me habría pasado nada.
-Ya..- alza las cejas, y él sonríe.
El Weasley baja las manos hasta su falda, acariciando su trasero con ambas manos.
-Tres años después, aquí estamos- dice, variando la mirada de sus ojos a sus labios, con un pequeño brillito por em gloss -. Los dos.
-Los dos- asiente levemente, y Fred se inclina para dejar un beso en sus labios -, los dos juntos- murmura en sus labios para volver a besarlo.