Daddy issues (bnha)

By clff91

50K 7.3K 1.2K

Tener que ver a su padre luego de haber sido abandonado por el mismo a una corta edad era quizás lo más duro... More

2
3
4
5
6
7
8
9
10
11 + nota
12
13
14
15
16
17
18
19
20 + nota
21
22
23
24
25
26
27 + nota
28
29
30
31
32
33
34
35
36 + nota
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46 + nota
47 + nota
48
49
50
51
52
53
54
55

1

3.6K 244 51
By clff91

Todavía creía que esta era la mejor peor decisión que hizo en su vida. ¿Se convertiría en un héroe como siempre soñó? Seguramente, ¿Tendría que lidiar con el hombre que probablemente más odiaba y el cual lo abandonó cuando más lo necesitaba? En efecto.

Caminaba por los conocidos pasillos de la UA como si fuera su hogar para llegar a su nuevo aula, pues él ya había pasado todo su primer año en el colegio, solo en otro departamento. Sin embargo, no podía estar más alejado de sentirse como un cómodo espacio para él.

Luego de debatirselo por mucho tiempo y juntar valor para tomar una decisión, por fin se cambió al área de heroísmo, lo que siempre anheló, y, afortunadamente, ni siquiera tuvo que hacer examen de ingreso puesto que sus ex profesores consideraban a Hitoshi totalmente capaz. Sin embargo, sabía que tendría que ver a Aizawa todos los días de su vida y eso sería un infierno pues ver a su padre ausente no era muy cómico que digamos.

Lo único que Hitoshi podía recordar era a su papá volverse progresivamente más paranoico con su seguridad, encerrándolo así en su casa, y luego, un día después de haber estado prisionero en su hogar, su papá decidiendo llevarlo a algún lado y nunca más regresando.

Desde ahí la vida de Hitoshi fue ir de orfanato en orfanato, de familia transitoria en familia transitoria hasta que decidieron que era demasiado grande para ser adoptado, aunque definitivamente no lo fuera, y lo echaron a sus expensas para sobrevivir. Hitoshi tuvo que empezar a robar usando su quirk, convirtiéndose quizás en un villano, pero nadie sabía sobre esas cosas ya que su quirk era lo suficientemente útil para que nadie nunca lo descubriera.

A través de robos pudo sobrevivir y llegar hasta donde ahora se encontraba; en la puerta de su nueva clase en una prestigiosa escuela en la que ni siquiera había puesto su documento real. Si llegaba a usar su documento, todos verían que su apellido coincide con el de su profesor, y no solo eso, sino que Aizawa sabría que Hitoshi era su hijo y definitivamente no quería eso.

Igualmente había estado usando ese documento falso desde que tenía más o menos trece años, es decir, cuando lo echaron del orfanato a su suerte. Hitoshi ya sabía lo que quería a esa altura, así que solo uso su nuevo nombre y el apellido que tomo de su primer familia transitoria.

Aizawa jamás lo reconocería así, pues además de haber crecido y ya no ser un niño, también había descubierto su identidad de género y ahora socializaba como un niño transgénero y no su género de nacimiento como lo conoció su padre. Mucho de lo que en su momento robó fue destinado a poder sentirse bien consigo mismo ya sea logrando hormonarse, comprando binders, ropa holgada y otras cosas, así que, aunque no sintiera que justificara nada, en el fondo lo hacía sentir menos culpable.

Entró a la clase a paso firme, paso que rápidamente se debilitó al ver por primera vez en años a la persona que consideró su familia en algún momento. Aizawa fugazmente miro a los ojos a su hijo, desconociendo aquella información, y solo desvió la mirada a su querida clase nuevamente.

Esos pocos segundos le bastaron a Hitoshi para sentir náuseas. Sentía tanta ira y nostalgia; odio y amor. Lo odiaba por hacer de su vida un desastre sin explicación alguna, pero lo amaba porque había sido un padre ejemplar todo el tiempo que estuvo con él. Jamás iba a entender el cambio de actitud; la razón por la que lo dejó. Se culpó por mucho tiempo, quizás lo seguía haciendo, pero no tenía explicación alguna ni siquiera para culparse.

Camino hasta un asiento libre e intento controlar todas esas emociones encontradas y contrarias que sentía. Al no saber que pensar, su cuerpo naturalmente decidió centrarse en una y esa era el odio y rencor desafortunadamente.

Aizawa había cambiado un poco, no físicamente, sino que se veía desgastado. El Shota que Hitoshi conoció se encontraba siempre cansado, tanto como ahora, pero con él no paraba de sonreír. Ahora se notaba infeliz; como si no hubiera sonreído hace mucho tiempo. Egoístamente lo alegraba un poco; ojalá lo haya pasado tan mal como yo todo este tiempo, pensaba.

Hitoshi no era idiota, podía notar como las mirabas volaban de Aizawa a él y de él a Aizawa. Era verdad; las similitudes eran demasiadas, pero no podía evitar sentirse agobiado y asqueado. No sabía cómo era su mamá pero como deseaba haberse parecido más a aquella desconocida de la que sólo heredó sus ojos morados. Morados como del color que se tiñó el cabello para no parecerse aún más a su papá ya que su cabello en realidad era azabache también.

La clase iba con normalidad. Podía sentir como lo miraban con curiosidad por momentos, pero prestaban atención a los que Aizawa decía; por lo menos algunos. Otros hablaban, se pasaban notitas o simplemente usaban sus celulares. El profesor tuvo que regañar a, más que nada, un rubio ruidoso y su amigo pelirrojo quienes no podían evitar reír fuertemente; por momentos era hasta contagioso.

—Aquí tienen un mapa con sus habitaciones el cual realmente no necesitarán ya que las posiciones son idénticas al año pasado —La clase estaba por finalizar, así que se dispuso a dar más información para el inicio de año. El profesor miró a Hitoshi —La única diferencia es que Shinso Hitoshi también está ahora anotado —Se miraron fijamente una vez más, sin saber la carga emocional que aquello en realidad debería tener, y la clase finalmente terminó.

Orgulloso de no haber hecho alguna locura por el cansado hombre frente a él, miro la especie de mapa que le dieron y se fijó que estaba al lado del famoso Bakugo Katsuki. Suspiró deseando que no fuera tan insoportable como los rumores decían, ya que iban a prácticamente vivir lado a lado y se levantó para irse de allí.

—¡Shinso Hitoshi! —Un rubio con un rayo negro en el cabello estaba gritando su nombre en cuando salió del aula, el mismo que reía y gritaba con su amigo anteriormente —¡Shinso! —No respondió, solo lo miró —¡Me gustas! Ven a comer conmigo y mis amigos —¿"Me gustas"? Una forma rara de expresarse, pero le bastaba; no tenía amigos de todas formas.

Claro que tenía conocidos en el instituto puesto que él ya había cursado con otros chicos, pero jamás fue incluido realmente y tampoco le molestó demasiado. Él no era de buscar socializar con los demás y nadie se le acercó por su cuenta, así qué pasó todo el año en soledad y tranquilidad.

Fue hacia él sin decir nada y el rubio sonrió satisfecho para luego comenzar a dar prácticamente un monologo puesto que Hitoshi no era de hablar demasiado.

En el camino, Kaminari, nombre que le había dicho en su conversación, le fue contando cosas sobre sus amigos: Kirishima, Sero, Mina y Bakugo, le dio información del colegio, totalmente innecesaria ya que él ya había estado ahí un año pero que le agradeció por cortesía y le ofreció ayuda para lo que necesitara. Kaminari le agradó instantáneamente. Sintió que su primer año con alguien como él hubiera sido mucho mejor; quizás hasta se habría quedado en su otro curso y no se hubiera pasado al departamento de heroísmo.

—¡Chicos, lo traje! —Llegaron y Kaminari fue directo a sentarse al lado de su mejor amigo.

—Te dije que no lo hicieras, idiota. No quiero compartir mesa con un inútil más  —Bakugo chasqueó la lengua y siguió comiendo.

—¡Bakugo! —Lo regañó y Bakugo bajo la mirada, molesto. Kirishima parecia tan animado como su mejor amigo —¡Hola Shinso!

—Hola —No dijo mucho más pero Kaminari se exaltó porque por fin escuchaba su voz. Eso hizo que todo el grupo riera y quizás a él también le sacó una sonrisa; Hitoshi en el fondo sabía que ese rubio cambiaría algo en él.

--------------------------

Al ser el primer día, era más como un día para acomodarse, organizarse y comenzar a acostumbrarse al lugar nuevamente, así que no tuvieron muchas más clases y fueron a las habitaciones a poner sus cosas.

Los chicos prácticamente lo acosaron todo el día porque, dicho por ellos, "les hacía acordar a Bakugo cuando no quería ser amigo de nadie y les daba ternura". No era que Hitoshi no quería amigos, simplemente no le interesaban, pero estar con ellos era agradable.

Kaminari parecía haberlo adoptado directamente. Ya vivía pegado al chico de cabello morado y lo miraba con aprecio en sus ojos. A Mina, Sero y Kirishima simplemente les daba gracia como Kaminari solo fijó como objetivo a Hitoshi y ellos lo seguían ya que el chico igualmente les caía bien. Bakugo era un tema aparte ya que históricamente no le agradaba la gente pero, a sorpresa de todos, parecía estar cómodo con la presencia de Hitoshi; era callado y no tan molesto a su parecer.

Lo dejaron solo para acomodar sus cosas y luego de un par de horas, terminó y no quiso salir más de su habitación. Su energía social se había agotado y, no solo eso, sino que recién iniciaba la semana así que tendría que hormonarse.

Hitoshi había estado mucho tiempo por su. cuenta y no tenía tiempo para pisar un hospital cada vez que tenía que hormonarse, así que aprendió a hacerlo solo y tenía todo lo necesario para hacerlo.

Solo tardo unos minutos en preparar la inyección y pincharse en ese punto que él sabía. Ya ni siquiera sentía la aguja de tantas veces que lo hizo. Nuevamente guardó todo, lo escondió y con ello también escondió el binder que estuvo usando todo el día para por fin liberarse y dormir en paz.

Continue Reading

You'll Also Like

2.4K 286 6
La relación del policía y el juez era conocida por ser extraña, una relación donde Neuvillete era extremadamente desapegado y Wriothesley muy pegajos...
302K 20.6K 93
Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.