- ... Senku
Está justo... aquí.
Tan solo a unos pasos, y yo no puedo moverme.
Maldita sea, siento mis ojos húmedos pero no quiero llorar frente a él, frente a nadie de hecho.
No quiero... no quiero que esto sea verdad. Yo... no lo extraño tanto a ese nivel, no lo necesito tanto a ese nivel...
Así que puedo comportarme con normalmente, por más que mi cuerpo solo quiera acercarse corriendo a abrazarlo.
Respiré profundamente y sonreí de la manera más relajada/arrogante que pude con todo y mis emociones reprimidas.
- ¡Te tardaste en venir! E-estaba considerando mudarme permanente con Ukyo
Mierda, me tembló la voz.
La expresión desconcertada de Senku cambió rápidamente ante mis palabras, sonriendo de esa manera un tanto molesta que solo podía lucirse en él.
- ¿Cómo te pones a reclamar cuando nos diste tantos problemas? No puedes salir corriendo así como así, ¡Idiota!
Suena molesto, pero ni siquiera puedo tomarmelo en serio.
Estoy tan... feliz. Ah, qué patético.
Senku dió un par de pasos en mi dirección, y fue todo lo que necesite para hacer lo mismo, sujetando el arco en mi espalda para poder tener ambas manos libres aunque sabía que de ninguna forma me animaría a abrazarlo.
Ambos nos detuvimos de nuevo cuando quedamos el uno frente al otro, por un momento fue otra pausa más en la que simplemente nos miramos a los ojos con la respiración visiblemente acelerada a pesar de que ni siquiera habíamos corrido.
Esta vez fue Senku quien rompió el encanto al jalarme para frotarme la cabeza, y no de una manera linda. Lo hizo de tal forma que me comenzó a provocar un ardor muy molesto al cabo de pocos segundos.
- ¡Oye, duele!
- Eso te ganas por idiota, si vas a hacer tus berrinches mínimo hazlos sin causarle problemas a todos los demás... ¡Sobretodo a mí! ¡Fue muy molesto tener que lidiar contigo de esa forma!... ¡¿Acaso tienes una idea de lo molesto que fue...?!
La creciente tortura a la que Senku me estaba sometiendo (y a la que técnicamente yo me estaba sometiendo voluntariamente ya que bien podría habermelo quitado de encima con facilidad) comenzó a disminuir de intensidad con una inusual rapidez, inversamente proporcional a como aumentaba el volumen de sus quejas hasta que, finalmente, su voz se apagó junto con el movimiento de su mano.
Salí de su agarre con demasiada facilidad, incluso para tratarse de Senku, y me froté la cabeza, haciendo una pequeña mueca, sin embargo me olvidé de la molestia al ver el rostro de Senku.
Él ya no parecía tan animado como antes, ahora simplemente estaba serio mientras evitaba mirarme a la cara, apretando sus puños.
- ¿Tienes una idea de... como fue? Fuiste toda una molestia...
Esto se siente un poco como cuando me regañó después del incidente con el lago de ácido, pero esta vez el regaño es más suave... e irónicamente se siente peor que aquella vez.
Juntando eso con mi cansancio acumulado, a pesar de que me olvidé de él por un momento al ver de nuevo a Senku, ni siquiera tengo demasiada motivación para reclamarle.
Supongo que tiene razón de cierta forma.
- Yo... Lo siento. Pero tú también fuiste una molestia, ¿Sabes?
La mirada de Senku se suavizó un poco, él parecía estar intentando pensar en algo que decir pero fue interrumpido por el grito de Ukyo.
- ¡Senku! ¡Muévete!
Senku
El grito de advertencia de Ukyo llegó de inmediato a mis oídos, pero me tardé en comprender el motivo ya que antes de que siquiera pudiera moverme ______ me hizo a un lado bruscamente.
Tropecé y terminé chocando contra Chrome, que para mi mala suerte justo venía cargando con el gran frasco que habíamos traído con los productos químicos que necesitábamos para hacer pólvora en conjunto con el ácido nítrico de la cueva.
El frasco se destrozó al caer sobre el suelo, y su contenido se esparció por todo el suelo.
Hubo más gritos, tanto de exclamación como personas que nos llamaban a mí, a Chrome... Y a ________, del cual pude escuchar su voz apenas unos segundos después de que el frasco se hubiera roto.
- ¡Mierda! Lo siento, ¡Lo siento! ¿Era algo importante? ¿Estás bien, Senku? Estás sangrando, hay mucha sangre... ¿Q-qué hago...? Es mucha...
- Ah, primero tranquilízate...
Me sentía un poco aturdido por el brusco golpe que me llevé, tal vez por eso no entendía nada.
Me incorporé con cuidado, sentándome en el suelo. ______ dice que estoy sangrando, tal vez sea por algún trozo de vidrio del frasco. Siento algo de calor por la cintura.
- Lo siento, rompí el frasco y tú... Tu estás...
Tenía a la panterita prácticamente encima de mí, así que primero que nada lo tranquilice con palabras para poder convencerlo de hacerse a un lado lo suficiente como para revisarme.
Bueno, ciertamente tenga la ropa manchada de sangre a la altura de mi cintura, pero no siento dolor o alguna molestia.
Incluso si muevo mis piernas... Todo está bien.
No entiendo, si no estoy herido, ¿Entonces de dónde...?
- Tranquilízate, no tengo nada. ¿Por qué me empujaste...? Ah, ¡________, idiota!
Con horror, finalmente encontré de dónde venía la sangre.
La ropa de ______ estaba totalmente teñida de rojo en un costado, y goteaba un poco sobre el suelo.
Debe de haberme manchado de sangre cuando se acercó, pero él no parece darse cuenta.
______ insistió, palpando mi abdomen con su mano temblorosa en un intento de buscar heridas que no existían, mientras que mi mente desesperada simplemente intentaba encontrarle un sentido a todo esto.
Sé que debo moverme, hacer algo para que deje de sangrar... Pero no puedo, los brazos no me responden... Mi cuerpo entero no lo hace.
- ¡_______!, ¿Estás bien?
Ukyo llegó a nuestro lado, justo en el mismo momento en que localicé una lanza un par de metros más allá.
Estaba tirada sobre el suelo, y con la punta manchada de sangre.
Esa vista me hizo reaccionar de repente, y ayudé a Ukyo en su intento de acomodar a ______ para tratarle la herida del abdomen.
- Olvidalo, deja que yo me encargue. Tenemos otros problemas
- ¿De qué hablas...?
- Hola, Senku
Esa voz... No necesitaba voltear para saber a quién pertenecía, pero aún así lo hice.
Ahí estaban, en el borde del pequeño claro en el que acabábamos de llevar a cabo nuestra breve batalla.
Tsukasa, y Hyouga.
No sé cual de los dos arrojó la lanza, me inclino por Hyouga, pero claramente no iba hacia _______.
Era para mí, y la pantera me hizo a un lado cuando se dio cuenta por la advertencia de Ukyo. La lanza debió de darle a él en lugar de a mi... Maldición.
Maldita sea, maldita sea... De entre todas las cosas... Y justo ahora...
- Senku... ¿E-estás bien?
Estaba por entrar en un poco de desesperación, pero la voz de ______ me sacó de ahí tan fácilmente como había entrado.
Ukyo estaba haciendo un esfuerzo para hacerlo recostarse, peor él parecía insistir en incorporarse para ir conmigo.
¿Acaso sigue sin darse cuenta? ¿Por qué se preocupa por mí?
- ... Eres un idiota, yo estoy bien. ¿Qué acaso no puedes verte tú mismo...?
El rostro de ______ adoptó una expresión llena de desconcierto por un momento, pero al instante siguiente sus labios se curvaron en una alegre sonrisa que no venía al caso para este momento.
- Je, claro que no. ¡Dejé mis gafas en el observatorio antes de irme...!
- ¡Idiota, no estoy jugando!
Me acerqué a _____ con enojo, molesto que dijera algo tan estúpido en un momento así.
Su alegre sonrisa se desvaneció de inmediato, pero después el la esbozó de nuevo de una manera más suave.
Tiene un labio roto, tal vez se lastimó al caer.
- ... La lanza solo me rozó, no fue nada. Pero si tú no estuvieras bien... Yo creo que podría morir
______ ladeó ligeramente la cabeza, mirándome con una curiosidad infantil.
Eres tan molesto... No puedes decir cosas así, y tampoco actuar de esa forma cuando estás malherido.
- Entonces, ¿Estás bien?
- ... Sí
- Ya veo, ¡Qué alivio!
_____ soltó una risita que fue rápidamente interrumpida por un brusco ataque de tos acompañado de sangre que salpicó el suelo frente a él.
Ese hecho por alguna razón me hizo estremecer mucho más de lo que debería a pesar de que sabía bien que debía deberse a su herida en la boca.
Y al mismo tiempo, eso me hizo poder enfriar mi mente lo suficiente como para concentrarme bien de nuevo.
Debo conservar la calma, para que todos salgamos bien de esto... Debo permanecer tranquilo.
- Ukyo, te lo encargo
No necesitaba decirle que era importante, él ya debía de saberlo. Y además, el que no quiera que nadie muera me da un seguro extra.
Sé que él no lo dejará morir aquí, mientras yo me ocupo del resto de problemas.
El chico asintió con una mirada llena de decisión.
Iba a decirle algo a ______, cualquier cosa para tranquilizarlo o asegurarle que todo estaría bien, pero cuando lo miré me di cuenta de que tenía los ojos cerrados.
Para mí tranquilidad su pecho subía y bajaba de una manera visible, tal vez un poco agitada.
Seguramente se desmayó.
Este debe ser uno de los peores rencuentros posibles... Afortunadamente tengo algo para compensarlo, pero para poder verlo él debe recuperarse primero, y le daré oportunidad de que lo haga.
Lo miré de esa forma apenas por un instante más, haciendo un gran esfuerzo para no caer de nuevo en todo lo que estaba sintiendo en este momento.
Finalmente aparté la vista y me puse de pie, mirando en dirección a Tsukasa.
- Bien, ¿Qué tal, Tsukasa? Perdona por hacerte esperar
- ... Ha sido un largo tiempo, ha pasado un año desde entonces. Es triste que por segunda vez tenga que acabar tu vida con mis manos
Mientras solo sea mi vida estará bien para mí.
Pero cuando intentar meter a alguien más... Entonces ya tenemos problemas.
- Vaya, qué frío eres. A pesar de que salí arrastrándome del infierno solo para nuestro reencuentro, usando la delgada cuerda de la ciencia
Necesito ganar algo de tiempo, alcanzo a ver qué Ukyo está sacando a ____ del campo principal.
Si el enfrentamiento empieza con él aquí... podría terminar peor.
Y aún debo pensar en que nadie debe morir... De acuerdo, puedo hacerlo.
Tengo a la ciencia, como la última vez, pero en esta ocasión... también tengo todo un reino científico conmigo.
- ¡Don't worry!
Gen intentó intervenir desde el interior del tanque, usando la voz de Lillian.
Por un momento eso pareció calmar un poco a los del reino de Tsukasa, sin embargo esa calma se fue de inmediato cuando Hyouga arrojó los restos de nuestro segundo teléfono al suelo, frente a todos.
Conque así termina nuestro engaño, ciertamente no es la manera más honorable pero de alguna forma tenía que terminar.
Gen también entendió que ya no tenía caso, y se asomó por la entrada del tanque cuando Hyouga hizo ver a todos el engaño en que los habíamos metido.
- Es tu derrota, Senku. Y en ese sentido, me gustaría sugerir algo, si tú...
- Sí, sí. Ya lo sé, no tienes que explicarlo
Me rasqué la oreja mientras miraba disimuladamente a Ukyo con el rabillo del ojo.
Bien, ya están a buena distancia, en ese caso...
- Para garantizar la seguridad de todos, solo yo debo morir, ¿No es así? Matar al científico y a la ciencia con él, es tu lógica
Hyouga pareció complacido de que ya me supiera su protocolo, aunque por supuesto que el sentimental de Taiju no se iba a quedar callado después de escuchar eso.
- ¡No puedes hacer eso, Senku! ¡Es lo mismo que en aquel entonces! No quiero volver a pasar por lo mismo... No otra vez...
Suspiré con un poco de cansancio. Por supuesto que no planeo morir, y aunque antes pudiera haber estado mínimamente dispuesto a arriesgarme... Mi vida y mi propia existencia ya no son solo mías.
Y estoy bien con eso.
- Deja ese llanto, Taiju, y quita esa cara de cabeza hueca. También seca tus lágrimas, ¿De verdad crees que será lo mismo? En aquel entonces estaba solo, ustedes dos pudieron lograrlo por su cuenta. Pero ahora, en este sitio... Somos un montón, ¿No es así? ¡Todos los aliados del reino de la ciencia!
Si hay una situación en donde podemos ganar, es esta. Yo lo sé, y tiene que ser así.
- ¡Tienes razón, Senku!
La leona se adelantó entre todos los demás, poniéndose al frente de nuestra fuerza de ataque.
- ¡No hay ninguna posibilidad de ganar contra estos dos! Pero si protegemos la cueva de los milagros... ¡Esto será un asedio! Si la defendemos por un rato, ¡Senku y los demás científicos definitivamente podrán crear la clave de nuestra victoria!
No pude evitar sonreír, esto es excelente.
Kohaku entendió la situación a la perfección, así que no hay que desperdiciar su apoyo.
- ¡Vamos, científico Chrome! ¡No hay tiempo que perder!
- ¡Entendido!
Le hice una seña a Chrome, y ambos fuimos directo hacia la cueva mientras el resto se adelantaba para entretener a Hyouga y a Tsukasa.
Es el momento, lo que permanecerá al final.
¿El poder puro de la humanidad otorgado por la naturaleza?
¿O los logros que la humanidad logró por sí misma en forma de ciencia?
La ciencia vencerá al final, porque de otra forma... perderé más que solo una batalla campal.