Soñando Contigo

By urantiana63

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Revive la historia de amor entre Can y Sanem, en "Soñando Contigo " More

Cap 1o
2a Parte
3o parte
Cap 2o
2o parte
3a parte
Cap.3o
2a parte
3a parte
Cap. 4o
2a Parte
3a parte
Cap 5o
2a parte.
3a parte
Cap 6o
2o parte
3a parte
Cap 7
2a parte
3a parte
Cap 8o
2a parte
3a parte
Cap 9o
2a parte.
3a parte
Cap 10
2a Parte
3a parte
Cap 11
2a Parte
3a Parte
Cap 12
2a Parte
3a Parte
Cap 13
2a Parte
3a Parte
Cap 14
2a Parte
3a Parte
Cap 15
2a Parte
3a Parte
Cap 16
2a Parte.
Cap 17
2a Parte
Cap 18
2a Parte
Cap 19
2o Parte
3a Parte
Cap 20
2a Parte
3a Parte
Cap 21
2o Parte
3o Parte.
Cap 22
2a Parte
3o Parte
Cap 23
2a Parte
3a Parte
Cap 24
2a Parte
3a Parte
Cap 25
2o Parte
3a Parte
Cap 26
2a Parte
3a Parte.
Cap 27
2a Parte
Cap 28
2a Parte
3a Parte
Cap 29
2a Parte
3a Parte
Cap 30
2a Part
3a Parte
Cap 31
2a Parte
3a Parte
Cap 32
2 Parte
3a Parte
Capítulo 33
2a Parte
3a Parte
Capítulo 34
2a Parte
3a Parte
Capítulo 35
2a Parte

3a Parte

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By urantiana63

Leyla, que había decidido volver a trabajar en la agencia deja perplejo a Osman, ya que le había dicho, que no volvería, a través del teléfono. La llamada, deja celoso a Embre, que intenta por todos los medios, evitar que hable con él y ella le dice a Osman, que le espera en la puerta de la agencia. Embre, sale tras ella, pero Osman interrumpe, conduciendo un coche.
Por otro lado, Aysum entra en la tienda, y le dice a Mezquive, que jamás se casará, Can con ella, y le entrega la revista de la entrevista. Al leerla, se preocupa, pero no puede ir a hablar con ella, porque no esta Nihad en la tienda. Mientras, en la agencia, ella está probando, una crema de manos.

-- Hum!! Me gusta. -- dijo ella, oliendo el perfume.-- Ah...ah...Canp. Que susto, me has dado-- le dijo, mientras él,  escondía algo, por detrás.
-- No soy un extraño. Soy, Can Divit. El hombre, de siempre-- dijo él.
-- Es que es, muy sigiloso y me has, asustado.
-- Bien...Y que tal, los cosméticos?
-- Bien. Te pongo un poco? Dame la mano.
-- No...
-- Vale? Pues toca las mías. Verás, que suaves.
-- No...ahora, no me apetece...tocarte las manos. Mejor no. Haz...me caso. No es ético. Si te cojo de las manos...
-- Qué?
-- Pues...entonces tendré que cogerles las manos a todos.
-- Tiene razón. No es ético.
-- Exacto. Pensamos, lo mismo. Pero tú, sigue probandolos. No seré yo, quien lo impida.
-- Vale, sigo.
-- Pero...No te quedes, ahí parada. Puedes moverte.
-- Vale. Me muevo.
-- Muy bien. El movimiento estimula, la creatividad. -- dijo mientras intentaba quitarse algo, con disimulo.
-- Oh...Que bien huele!-- Can.
-- Dime.
-- Ya lo entiendo.
-- Qué es, lo que entiendes?
-- Ya entiendo, a que ha venido esto?
-- A sí?
-- No te puedes separar, de mí. Aja. Me echas, mucho de menos. Y por eso, siempre estás rondando, cerca de mí. -- se equivocaba.
-- Cla...ro!! Eso es-- fingió.-- me haces correr, detrás de ti. Me paso el día, persiguiendote, como si fuera un perrito. Eso es, lo que pasa. Y a ti, te encanta. Te encanta, que te persigan. Está en tú naturaleza.
-- No me metas, en tus generaciones.
-- También hay que decir, que una excepción, que confirma la regla. Em...Huy, que tarde, se ha hecho.
-- Que hora es?
-- Ho...hora. Pues es, tarde. Tengo que preparame, para ir a la cena. No puedo ir, muy feo.-- ella, puso cara de rareza. -- y no sería bueno. Nada bueno. Pero, tú...sigue probando esto, tranquilamente. Vale? Nos vemos.
-- Adiós. No hay, que esperar. Faltaría más. No llegues tarde. Será...será...será...
-- Ah...Que pasa, que pasa, que pasa?--interrumpió Geygey, preguntando.
-- Tengo un disgusto, Geygey.
-- Por qué, Sanem? Qué ha pasado?
-- Va a cenar, con Yeida. También estará, Magkinon. Pero...va a cenar, con ella. 
-- Y...te pones celosa, por una cena de trabajo?
-- Pues sí, Geygey. Estoy celosa, hasta de los años que no a estado conmigo.
-- Qué fuerte!
-- Es un poco poético, pero cierto. De su época de estudiante. De susviajes. Sus escaladas. Sus caminatas. Ojalá pudiera estar con él, entonces.
-- Haber Sanem, relajate. Eh? Que hizo el señor Can. Te cogió de la mano, y te confesó, su amor, mm? Tú amorcito, era Marco Polo, y se ha convertido, en un gatito casero, por ti.
-- En serio?
--Cla...ro. Cla...ro. Qué..?-- cortó, y carreaspeo.
-- Geygey. Solo venía, a por un café-- dijo Aderen.
-- Pues...aquí está. Toma. Para ti.-- dijo Geygey, dándose la vuelta.
-- Haber...os he oído hablar sin querer...y...
--En efecto. Así, ha sido-- dijo Geygey, después de carraspear.
-- No quiero...meterme, donde no me llaman.
-- Pues, no lo hagas-- dijo ella.
-- Pero es...una cena, de trabajo. Y tiene que haber, un representante de la agencia. Si Can, tuviera que ir con alguien, sería conmigo. Por qué? Porque soy, la directora creativa, verdad? Así que no tienes motivos, para estar celosa. Porque es profesional! Ya te acostumbraras.
-- De verdad, lo crees?
-- Pues claro!! Habrá invitaciones. Cenas. Reuniones. Y todo a lo haya que ir.
-- Esta habla, de invitaciones. Esto es, muy raro-- le dijo ella, a Geygey.
-- Esta está, tramando algo-- dijo Geygey.
-- Am, Sanem. Aún sigue estando, esto aquí? -- interrumpió él, preguntando.
-- Le estaba explicando, que no tiene que estar celosa. Qué es una cena profesional, de trabajo-- dijo Aderen.
--Pues por eso lo digo. Vamos a cenar. Que hace esto aún aquí? -- preguntó él.
-- Cómo? Yo también?
-- Claro. Vamos, no lleguemos, tarde.
--Ah...Vale. Voy a ponerme, crema de manos. Hay que tener, las manos hidratadas. Ya voy. Ya voy. Una cena, de trabajo. Qué ilusión, me hace. Una cena.

--Sí... El eslogan, se le ocurrió a ella. Por eso, el señor Can, ha decidido llevarla-- le dijo Geygey, a Aderen.
-- Claro. Tengo un consciente intelectual, limitado. Porque creo, que yo ya no entiendo nada. Porqué, eso lo que siento. Si te digo, la verdad. -- dijo Aderen.
--Mm.
-- Oye...quería hacerte, una pregunta.
-- Claro...
-- Porque aquí, no tengo amigos de confianza.
-- Mm?
-- Debería...despedirme de la agencia e irme ya. No crees? Creo que es, la mejor alternativa, al fin y al cabo.
-- Claro. Podrías encontrar, otro trabajo. Eh...Tienes un currículum, muy bueno. La verdad, es que eres una enciclopedia. Es increíble!
-- Ves? Pero no me dices, quédate. Nadie, me quiere.
-- No...no te lo tomes, así.
-- No quiero hablar, Geygey.

-- No aguanto más. Voy a llamala-- dijo Mezquive, cogiendo el móvil.
-- Un segundo, cariño-- dijo ella, al coger el móvil-- Ho...la mamá.
-- Hija mía. Ven, tenemos que hablar.
-- Iba a llamarte, para decirtelo. Em...Es que hay una cena de trabajo, y...tengo que ir. No pasa nada, verdad?
-- Te voy a dar yo cena, cuando llegues a casa.
-- A pasado, algo?
-- Can está jugando, contigo. Tienes que verlo. Está en una revista diciendo, que no se quiere casar.
-- No es así. Cuando se hizo, esa revista, todavía, no eramos pareja. Cuando llegue a casa, te lo explico todo. Pero ahora, tengo que ir, a esa cena.
-- No llegues tarde, o te mato. Ah...-- dijo Mezquive, tras colgar el móvil.

-- Qué pasa? Algún problema? -- preguntó él.
-- Mi madre, que ha leído la entrevista, que te hicieron.
-- Ah...Es eso. Cuando hice, esa entrevista...
-- Lo sé, todo. A mí, no tienes que explicarme nada.
-- Vale...Pues explicasero, a tú madre, y ya está, no?
-- Sí...eso haré.
-- Vale-- dijo él, mientras la besó, y la abrazó. -- nos vamos?
-- Sí...

-- Estoy saliendo, de la oficina. Sí...ahora, nos vemos-- dijo Leyla.
-- Leyla. Podemos hablar? -- interrumpió Embre.
-- Lo siento, pero no.
-- No me hagas, esto.
-- Ya estoy muy cansada, señor Embre. Leyla, no hagas esto. Leyla, no hagas lo otro. Si le soy sincera, ya hablamos suficiente, en hora de trabajo. El resto del día, me pertenece.
-- Leyla? -- interrumpió Osman, que los vió hablando.
--Anda!! De donde, ha salido, este coche? -- preguntó Leyla.
-- Me lo he comprado. Para salir, de paseo. Vamos.
-- An...da!! Vaya. Esta era, la sorpresa?
-- Sí.
-- Qué bien!!--dijo Leyla, dejando otra vez, Embre, se queda con dos palmos de narices.

---Madre del amor hermoso--dijo Mezquive.
--Aaff!! -- interrumpió Nihad, que cargaba dos cajas.
-- Tengo que decirselo, antes de que se entere por otro.
-- Ah...Es increíble.
--Qué pasa?
-- Hay que ver. Tener que oir esas cosas, a éstas alturas. -- dijo Nihad, mientras abría una de las cajas de azucarillos.
-- Qué has oído?
--Hay que tener, poca vergüenza. Y además, es pecado. Qué me estás, ocultando?
--Nihad. Te juro que esta noche, te lo iba ha contar.
-- Sinvergüenza. Gentuza, sin escrúpulos.  -- dijo Nihad.
-- Nihad. Te juro, que te lo iba ha contar.
-- Como si yo, me chupara el dedo.
-- Oye...Qué tampoco, era para tanto.
-- Claro. Me ven, como un idiota. Lo que pasa, es que tienen por hecho, que no me entero de nada.
-- Cariño. Tampoco es eso.
-- Ah...Tendríamos...tendríamos que ir, y denunciarles. Qué se enteren. Haber si se les quitan, las ganas.
-- Se puede, hacer eso?
-- Claro. Claro, que puedo hacerlo. Eso, es lo que se merecen. -- gritó.
--Es que los jóvenes, cometen, errores.
-- Errores de jóvenes. Y encima, se ríe de mí. Se burla. No sé, como me he contenido. Quería estrangularlo.
-- A ido, a verte?
-- No, he ido yo. Y ver, sus ojos.
-- A sí..? Que has visto?
--Se reía, de mí. En serio. Te digo, que me daban ganas de matarlo.
-- Quizás se reía, porque tenía miedo. A veces, pasa.
-- Hace bien, en tenerlo. Pero eso, no va ha quedar aquí. Ese se ve a enterar, ya lo verás.
-- Nihad. De qué, estás hablando?
-- De los azucarillos. Han subido el precio, por su culpa.
-- Eh..?
-- Sí. El tio se ha acaparado, de todo de todo el supermercado, y ha doblado el precio. Y va y me dice; te hago, un 20/100.
-- Todo esto, es por el azúcar?
--Pues claro, mujer. Este precio, es inaceptable. Está, por las nubes.
-- A mí también...me ha subido el azúcar. La tensión, seguramente.
-- De qué, lado estás? Somos minoristas. No te digo, como tengo la tensión. Bu...Qué me querías, decir?
-- Ah...nada. Da igual. Ya te lo contaré...Ya te lo contaré, en casa.
-- Vale. Como prefieras. Pero hoy, voy ha llegar tarde. Tengo que hacer, inventario.
-- Muy bien...Pues, yo me voy, a casa. Te haré, tu plato preferido. Para que no te enfades, por tener hambre. Me voy, ya hablamos luego-- dijo Mezquive, tras llevarse la revista, con disimulo.
-- Mas no me puedo enfadar. El precio, del azúcar, está por las nubes. Es increíble, Mezquive. 

-- Cada vez que vengo a Estambul, me encuentro, sitios sorprendentes, como este restaurante-- dijo Magkinon.
-- Sí...este abrió, hace poco. Y el chef, trabajaba en un restaurante, de estrellas Michelín. -- dijo Yeida.
-- Genial! Estonces hablaremos, en cuanto llegue Can. Es qué tengo un hambre, que me muero.
--Ah...Ya está aquí. Estan... No puede ser-- dijo Yeida, al verla con él.
-- Hola! Espero no haberte hecho esperar mucho. El trafico, estaba fatal.
-- Que va!! Nosotros también, acabamos de llegar.
-- Veo que está acompañada, con la creadora, del anuncio. Que bien. Me alegro mucho. -- Bienvenida. Sientese, por favor.
-- Muchas gracias. -- Encantada.
-- Mucho gusto.
-- Hola.
-- La verdad, es que Sanem, es una prometedora guionista. Y también, es mí paraja-- dijo él, mientras que Yeida, se quedó sin palabras-- quería que viniera, porque fue la creadora de la campaña. Ha tenido, muy buena idea.
-- Que alegría. Ya hablan, maravillas, de ti. Debes tener, mucho talento. No me cabe duda.
-- Am...bueno. Es un trabajo, en equipo. Yo sólo me encargo, de lo que puedo.
-- Muy bien, fantástico. Yo te voy ha presentar, a Eduar Bedirche. Es el representante, de nuestra empresa, en Turquía.
-- Es un placer-- dijo él.
-- Es un placer --  dijo ella.
-- Lo mismo digo.
-- Bueno...os importa, que vayamos pidiendo? -- preguntó Magkinon.
-- Vamos ha pedir. Voy ha decirles, que nos traiga la carta -- dijo él.
-- Qué pasa? Que...?-- preguntó ella, al ver los tres miraban a dos hombres entrar en el restaurante.

-- Que bonitas se ven las luces del puente, verdad? Tan brillantes. -- le dijo  Leyla, a Osman.
-- Tú sí que eres, bonita.
-- Mm, Osman.
--Leyla. Yo te quiero. No sabes, lo que siento. Ya sabes, lo que siento, por ti. Pero no se que hacer, para defender, mí amor. Pensaba...Pensaba, que no era suficiente, para ti.
-- No, que va. Por qué dices eso, Osman?
-- Pero ahora...he cambiado...mí forma de pensar. Lo único, que no he cambiado, es lo que siento. Me duele verte triste, por culpa, de ese hombre. No soporto, que alguien como él, te haga llorar. Y ya no me da miedo, decirte, lo que siento. Leyla...Te pido que me des, una oportunidad. No esperas que me quieras, como yo a ti. Porque...No sé, si eso sería posible. Sólo, una oportunidad. Quiero cogerte de tu mano, y estar, en tú vida. Y demostrar, lo feliz, que puedo hacerte.
-- Ah...Osman.
-- No me contestes, ahora. Tú...piénsatelo. He intenta verme, con otros ojos.
-- Podemos volver, por favor? Es un poco tarde.
-- Claro.

-- Qué tal? Te está gustando, la comida? -- preguntó Yeida, a Berdinch.
-- Mucho. Está todo, riquísimo. Pero...estoy molesto, por otra cosa.
--Por qué?
-- Está aquí, Enso Fabryk. Tuve una mala experiencia, con él.
-- Es un hombre, sin escrúpulos. -- dijo él.
-- Trabajo, con nosotros, una temporada. Nos producía, perfumes exclusivos. Y luego, también nos enteramos, de que también, se las vendían...se las vendían a otras firmas. Y nos puso en una situación, muy delicada. Hasta tuvimos que retirar, unos productos, del mercado. Y también nos enteramos, de que también experimenta, con animales. Fue algo, que nos produjo, muchos problemas. Y luego, nuestra relación comercial. Por su culpa, perdimos perdidas millonarias.
-- Trabajar con él, es una pesadilla. No soporto, estar en el mismo restaurante, que él. Me siento, muy incómodo. -- Yeida, suspiro. -- en fin. Creo  que será mejor, cambiar de tema. No permitamos, que un tio sin principios,  nos fastidie la noche. No nos lo merecemos. Eh...seamos positivos. Vamos ha brindar, por nuestros futuros éxitos.

-- Vaya. Tenía que haber comprado, pan-- dijo Aysum, al ver que Nihad, cerraba la tienda.
-- Yo puedo darte, un poco-- le dijo una clienta.
-- Gracias, reina.-- Enhorabuena, Nihad. -- le  dijo.
-- Por qué?
-- Dicen, que Sanem, y el señor Can, se casan. Le estaba diciendo a Sanya, que íbamos a felicitaros en persona.
--Enhorabuena! Aunque según, las revistas, el muchacho no quiere casarse. Eso es, cierto?
-- Qué decís? Qué boda? Qué, revistas?
--Vaya...Mezquive, no te lo ha contado. Oh...
-- Ay, Señor. Qué paciencia, hay que tener. Por Dios, de verdad.
-- Oh...
-- Vaya. El pobrecillo, no sabía nada.
-- Ves, lo que hace, Mezquive? Madre mía. Menuda presidenta, tenemos.
-- Buenas noches!
-- En fin.

-- Mezquive-- gritó Nihad.
-- Aayy. Ah...ay, que susto, me has dado. Casi, me matas.
-- Te lo voy ha preguntar, solo una vez. Quiero que me digas, la verdad.
-- Claro. Qué pasa?
-- Quiero saber, que Sanem, y Can, se van a casar? Qué significa, eso? Tú sabías algo, de todo esto?
-- Así es.
-- Y no, me lo cuentas? -- preguntó gritando.
-- En realidad, no se van a casar...
--Se van a casar, Mezquive, o no? A lo mejor, me entero, cuando me llegue la invitación.
-- No se van a casar, pero...
-- Pero qué?
-- Están saliendo. Han salido, de los cotilleos.
-- Pues que bien. Me he enterado, por Aysum. Ha venido, a felicitarme. No soy yo, su padre? Pues cómo si, nada.
-- No te pongas, así.
-- Pero por Dios, Mezquive. Esto es una vergüenza. Qué clase de madre, eres? Me han tenido que poner, la cara colorada, en plena calle.
-- Pero deja, que te lo explique. Yo te lo iba ha contar, ésta noche.
-- Anda ya. Estoy en boca, de todo el mundo y me dices que me lo ibas a explicar, justo esta noche. Eso no hay, quien se lo crea. Desde que eres presidenta, tienes desatendida, a tú casa, y a tú familia. Ni siquiera a tus hijas, les haces caso. Están volando, del nido. Han volado, Mezquive. Yo soy su padre. Tú marido? O soy, un desconocido? Me molestaría menos, si se hubiera casado, sin mí consentimiento. Pero tengo que enterarme, de las noticias de mí familia, en la calle. Pero esto, me molesta.
-- Pero...es que, me daba miedo, decirtelo.
-- Pues no, tengas miedo. Puedes ir ha contarselo, a todos los vecinos.
-- Qué?
-- Que Nihad, se va de casa.
-- Nihad...

-- Vaya, se ha hecho tardisimo ya.-- dijo Magkinon-- mañana tengo una videoconferencia temprano, con una empresa de Japón. -- Can. Quiero que sepas, que estoy encantado, de trabajar contigo.
-- Gracias. Lo mismo digo.
-- Sanem. Es un placer, haberte conocido-- le dijo, besandole la mano.
-- El placer, es mío. Muchas gracias.
-- Señor Brendich?
-- No lo olvidéis. Confiamos mucho, en vosotros.
-- Adiós.
-- Qué descansen. Gracias. -- Am. Tú no te vas?-- le preguntó Yeida, a Sanem.
--Am...todavía no. -- O...ye, Can.
-- Dime. Qué pasa?
-- Fabryk...aún tiene acciones, de Hikliharyka, verdad?
-- Sí, por desgracia.
-- Pues podía, quitarnos la campaña.
-- Soy consciente. Podría suceder. Pero no puedo mentirle. No parecía, ético.
--Y que, vas a hacer?
-- Mañana volveré de nuevo, a hablar, con Fabryk. Intentaré volver, a comprar de nuevo, sus acciones.
-- Esperemos, que todo vaya bien.
-- Sí...esperemos. Y por cierto...Muchas gracias, por organizar esta cena.
-- No hay, de que. Espero que todo, salga bien. Porque...sería una gran oportunidad, para tú agencia.
-- Claro.
-- Os vais ha quedar, mucho aquí?
-- Sí...-- salto ella--nos vamos ha quedar, un buen rato.
-- Pues...con vuestro permiso...
-- Vale.
-- Buenas noches. Nos vemos, pronto.

-- Siempre igual. A mí, no me dice, nada. Can, lo siento muchísimo. De verdad.
-- Por qué lo sientes, cariño?
-- Por Fabryk. Por lo del perfume.
-- Por favor...No hablemos, de Fabryk. Vamos ha dejar el tema. No me apetece.
-- Pero...
-- Ni pero, ni nada, m? Eh? No quiero hablar de Fabryk, y punto. De acuerdo? Estoy muy agusto, y tengo planes muy especiales, y no me gusta, que el dichoso italiano, lo estropee. De acuerdo?
-- Qué planes, tienes?
-- Es una sorpresa.
-- Una sorpresa? Qué clase, de sorpresa es? Dímelo, venga. Dónde, me llevas?
-- No te voy ha decir, nada. Así que, no insistas.
-- Por favor. Dime donde vamos?
-- Mira que eres, impaciente. -- suena, el móvil, de ella.
-- Ah, perdona. Mí madre, tengo que cogerlo.
-- Claro. Es tú madre.
-- Dime, mamá.
-- Sanem. Dónde estás, todavía?
-- Ya te lo dije. En una cena, de trabajo. Ha pasado algo?
-- Tú padre, se ha ido.
-- Adónde, se ha ido?
-- Se ha ido...de casa. 
-- Hasta ahora.
-- Qué pasa?
-- Mí padre, se ha enterado de lo nuestro. Ha discutido, mucho, con mí madre. Tengo que ir, a casa.
-- Pues ahora, te llevo.
-- Y...qué pasa, con tu sorpresa?
-- La dejamos, para otro día.

-- Mamá. Mamá. Qué te pasa? Estás llorando-- le dijo Leyla, al llegar.
-- Tú padre...se ha enterado, de lo de Sanem, y Can. Se ha enfadado...Y se ha ido,de casa.
-- Se ha ido, de casa?
-- Sí. A saber...donde estará ahora.
-- Tranquilizate, mamá. Volverá, en cuanto se le se pase el enfadado. Ya verás.
-- Esta vez, es distinto. Lo sé. Me habéis hecho, mentirle, a mí marido. Me habéis, avergonzado. Tratais a vuestra madre, como un juguete.
--La culpa, no la tenemos nosotras. Vamos, haber? La culpa, es de las vecinas.
-- Aquí no hay nada, que no se sepa. Lo sé todo, y no se puede hacer nada. Ay, Sanem. Mira que hora es, y aún, no ha llegado.
-- Mamá. Mamá-- interrumpió ella, gritando--ha vuelto papá? He visto, sus botas, en la entrada. Ha vuelto, ya?-- preguntó.
-- Es que, lo ves, ahí sentado? -- preguntó, Mezquive. -- madre mía. Se ha ido, en zapatillas. Ni se ha llevado, las botas. Cuando vas a volver, Nihad? Cuando vas a volver, Nihad?  -- preguntaba llorando.
-- Vamos, vamos, mamá-- le dijo Leyla, consolandola.
-- Vuelve Nihad, por favor, vuelve.

-- Buenas noches!-- dijo Embre, al entrar él.
-- Hola...hermano.
--Llegas pronto. No te, esperaba.
-- La noche, no ha sido, como imaginaba. Por desgracia.
-- Cómo? La cena, no ha ido, bien?
-- Con Magkinon, todo ha salido bien. Hemos hablado mucho, de la campaña.
-- Entonces?
-- Resulta que Fabryk, estaba en el restaurante. Magkinon, tuvo un conflicto con él, hace un tiempo. Incluso, llegó a demandar, a "Redmon- Cosmetic.
-- No me digas? Y él, os ha visto?
-- Qué va.
-- Madre mía! No sabe que Fabryk, es socio nuestro?
--No lo sabe. Y si lo sabe, dejará de trabajar con nosotros. Odia a Fabryk, y con razón.
-- A lo mejor, no se entera.
-- No lo creo. Y aunque, llegue ha saberlo, que mas da? Es el hombre, que mas odía. Y que no podemos hacerle, la campaña. No es ético.
-- Y qué, se te ocurre, que hagamos?
-- Qué vamos a hacer? Pues hablar, con Fabryk. No hay, otra solución. Tengo que recuperar, sus acciones, como sea. O perderemos, otro cliente.
--Qué rollo-- se dijo Embre. -- Aylim. Dónde estás? Tengo que hablar, contigo. De acuerdo. Voy. Uuff -- dijo por teléfono.-- Can. Tengo que salir. Hasta luego.
-- Vale.

-- Aprieta hija más. Tu aprieta ay, hija. Donde estás? -- le dijo Mezquive, a ella, que le había puesto un pañuelo en la cabeza.
-- No me coge, el teléfono-- le dijo, Leyla.
--Cómo lo va ha coger? Está enfadado. Es normal.
-- Y todo, por mí culpa. Tú no te angusties, mamá. Yo soy la culpable, de todo -- dijo ella.
-- No es solo, culpa tuya. Las dos, tenéis, la culpa. Las dos estáis enamoradas, de vuestros jefes. Nos habéis convertido, en el centro, de todos los chismorreos.
-- Mamá. Can no es, como dicen. Ya te he dicho, que ya va en serio, con nuestra relación.
-- Si de verdad, fuera en serio, vendría con flores, y bombones, y pediría, tú mano. No saldría saliendo, en sus revistas, que en sus planes, no existe casarse. Comprendes?
-- Mamá. Cuando hizo esa entrevista, todavía, no eramos novios. Fue algo, que dijo, por decir.
-- Me da igual. Has manchado, nuestra reputación. Así. Ay...mí cabeza. No lo soporto. Me duele, la cabeza. Me voy, a la cama. No me encuentro, bien.
-- Vamos, mamá.
-- El móvil. Espera. Ayudadme, a levantarme. Me voy a acostar. Me encuentro, mal. Vosotras, esperad aquí, a vuestro padre. Si lo veis pasar por la ventana, le decís que espere, y me despertais. Estamos?
-- Tranquila mamá. No nos despegaremos, de la ventana.
-- Nihad. Dónde te habrás metido? A..y. Ah...-- lo que no sabían, es qué se había ido, a la tienda.

-- Ah, que bien. Soy un calzonazos. Menudo padre-- se dijo Nihad, mientras se hizo una cama con dos sillas, y con un paquete de pañuelos de papel, por almohada.

-- Con Fabryk, todos se han puesto tensos.-- dijo ella, a su hermana.
-- Te sale, una gran oportunidad...Y viene Fabryk, ha fastidiarlo todo. Qué lástima.
-- Sí. Estuve muy molesta. Y Can, también. Quiero darle, mí perfume a Fabryk. Pero Can, no me deja.
--Ya...Lo entiendo. Yo hablaré, con Fabryk, mañana. Tú no te preocupes, vale?
-- Vale. Dónde estará, papá?
-- Osman, se ha comprado, un coche.
-- Qué bien.
--Mm. Cómo ahora, trabaja en una serie...tiene dinero. Y...se ha comprado, un  coche, para darme, una sorpresa.
-- Me...alegro.
-- Hemos dado, una vuelta, con él...se ha parado...y se me ha declarado.
-- De verdad? Y qué, le has dicho?
-- Ya me lo ha insinuado, alguna vez.  Pero no, te lo había contado. Hoy me lo ha dicho, abiertamente. Me dicho, que me quiere.
-- Y tú, que le has dicho?
-- Que le iba ha decir? Pues nada. Osman, es mí amigo, de la infancia. No he podido. Y además...sigo queriendo, a Embre.
-- Ah...Osman, es muy buen chico. Y lleva años, enamorada, de ti. Ojalá...pudieras sentir algo, por él. En vez de estar enamorada de Embre.
-- Ah...No lo sé...papá se ha ido, y yo, hablando de mis cosas. Olvidalo.
-- Dónde estará? Nunca había hecho, algo así.

--Jajaja. No me lo puedo creer. En serio. Mira que había clientes, en la que trabajar.-- dijo Aylim.
-- Aylim. No tiene, ninguna gracia. -- le dijo Embre.
-- Perdona que me ría. Pero es que es, muy gracioso. Resulta que con la persona que vas a trabajar, es enemigo de Fabryk.
-- Ya te lo he dicho. Esa campaña, es muy importante.
-- Y a mí, que mas me da? Por qué, iba a preocuparme, por una agencia que tiene vetada?
-- Si nos sale bien, saldrás ganando. Que Fabryk, conserbara las acciones, fue una estupidez. Todo por mí, ambición. No nos ha beneficiado, ni a ti, ni a mí.
-- Pues en realidad, a mí sí. Yo me he librado, de Leyla. Pero no cambiemos, de tema. Voy a sacar tajada, una vez más. Yo hablaré con Fabryk...y le convencere, de que venda las acciones. Tranquilo.
-- Habla, con él. Mi hermano, le dará lo que pida. Si es listo...lo aprovechará.
-- Hablaré, con él. Tranquilo. -- Señor Fabryk. Sé que es un poco tarde. Pero...podemos hablar? Tengo que contarle, algo importante. -- le dijo, por teléfono.

Por la mañana, ella se levanta llevando las botas de su padre, por si lo encuentra. Para su sorpresa, lo encuentra en la tienda dormido. Conmovida, llama a la puerta de la tienda.
-- Buenos días, papá. Todavía, no has abierto? -- preguntó ella. -- te he traído, las botas-- dijo ponidolas en el suelo. -- paso y te, ayu...
-- No hace falta. -- dijo Nihad, aun enfadado.
-- Papá. Sé que estás, decepcionado conmigo. Ten...tendría que habertelo contado antes. Pero cuando empezaron a correr los rumores, me asusté. No sabía, que hacer. Lo siento mucho. No te enfades, con mamá. Ella solo lo hacía, para protegerme. Papá. Papá, dime algo. Gritame, pero no te quedes callado. Estoy muy triste, papá. Y...también, enfadada. 
-- No tanto, como yo-- dijo su padre. -- en fín. No te entretengas. No llegues tarde, a la oficina.

-- Hola. Buenosdías-- dijo él a su hermano, al levantarse.
-- Hola. Siéntate, a desayunar.
-- No gracias. Tengo que hablar, con Fabryk, cuanto antes. Hay que resolver, esto.
-- Claro que sí. Tienes razón. Te acompaño. Quiero estar, contigo.
-- No hace falta. Tú desayuna...tranquilamente.
--Oye...si vas solo, perderás los papeles. Deja que te acompañe.
--No voy a hacer nada. Sólo hablar. Quédate aquí, tranquilo.
-- Cómo quieras. Ten cuidado. -- dijo Embre, cogiendo el móvil.

-- Dime. Qué pasa?-- respondió Aylim, al teléfono.
-- Has hablado, con Fabryk? Va a vender, las acciones?
-- Hablé con él, ayer. Quiere, 800.000 dólares.
-- Vale. Mi hermano, acaba de salir. Ha ido, a verlo.
-- Muy bien. No te preocupes.-- Can Divit, está de camino-- le Aylim, a Fabryk.
-- Perfecto...Qué venga. Sí...-- dijo Fabryk. 

--Sanem-- dijo Leyla, al verla.
-- Hola.
-- Ha vuelto, papá?
-- No...he ido yo, a verle. El pobre, ha pasado la noche, en la tienda.
--Ah...gracias a Dios. Cómo se nos ocurrió, que estaba allí? Qué te ha dicho...cuando te ha visto?
--No ha querido, hablar conmigo. Le he pedido perdón, pero está, muy ofendido. No ha servido, de nada.
-- No me extraña. No se esperaba, esto de ti.
-- Por qué estropeo, todo lo que toco?
-- No te preocupes. Se arreglará.
-- Papá, no ha vuelto, no?-- interrumpió Mezquive, preguntando.
-- No. No ha venido. Sanem, se ha ido a la tienda. Papá, está allí.
-- No ha querido, hablarme.
-- Bueno...vosotras, marchaos. Dejadme, a mí. Venga...No lleguéis, tarde.

-- Vengo a ver, al señor Fabryk. No me digas, que está en Italia. Sé, que está aquí-- dijo él, al entrar a la secretaria.
-- Hola, señor Can. Ya estoy, aquí-- dijo Fabryk, fanfarroneando.-- quieres que vayamos, a...mí despacho? Por favor. Y...a que debo, tú visita? En qué, puedo ayudarte?
-- Quiero que me vendas, las acciones de mí empresa. Esta sociedad, no funciona, y lo sabes también, como yo. Pídeme, lo que quieras...te lo pagaré.
-- Por desgracia, esas acciones...no pueden pagarse, con dinero.
--Tú, las compraste, con dinero. Y las venderas, por dinero.
-- Te recuerdo, que yo compré ésas acciones...a cambio...del perfume de Sanem.
-- Sanem. Es mí novia.
-- Ah...!
-- Nos vamos a casar. Y no te va a dar, su fragancia.
-- Ya veremos. Ya veremos. Además...no se puede privar, al mundo de ese perfume extraordinario. Es magnífico! Y hablando, de Sanem...te la puedes quedar. Quiero decir...por ahora. -- y el puñetazo, no tardó en caer, contra Fabryk.
-- Te voy, a matar.-- dijo él, echandolo, sobre la mesa--te voy a arrancar, la cabeza. -- gritaba furioso, y cuando estuvo a punto de darle el punto de gracia, paró. Fabryk, se levantó aterrado, mientras que él, salía tranquilo, del despacho.
-- Señor Fabryk. Está bien? -- entró la secretaria, asustada.
-- Sí, sí, tranquila. No pasa nada. -- Esto no va ha quedar así-- dijo Fabryk.
-- Haz lo que quieras. Pierdete.-- le dijo él.
--Ah...hielo. Traedme, hielo-- se oyó a Fabryk, mientras que Aylim, salía riéndose de la oficina de Fabryk.
--Con cuidado-- le dijo Fabryk, a la secretaria.
--Se encuentra, bien? -- le preguntó Aylim, a Fabryk.
--Ah...ah...menos por la nariz, estoy bien. Creo, que me la ha roto.
-- A ver? No...No está rota.
-- Esto le va a salir, muy caro.
--No se preocupe. Se lo cobraremos, los dos. Todo ha salido, como queríamos. A partir de ahora, será coser y cantar.
-- Ah...jaja. Has llamado, a una ambulancia? -- preguntó Fabryk.
-- Está, de camino.
-- Perfecto. -- qué trampa, le habían hecho, Aylim, y Fabryk?

--No me coge, el teléfono. Dónde está? Estoy preocupada-- dijo ella, al ver que aún no había llegado él.
-- Pues...yo no tengo, ni idea-- dijo Leyla.
--Señor Embre. Estoy llamando, a su hermano. Pero no, contesta-- le dijo ella.
-- Ha ido a ver, a Fabryk.
-- Espero que recupere, las acciones.
--Aquí está. -- Can. Cómo, ha ido? Ha ido, mal? Vamos, cuentame. Qué ha pasado? -- le preguntó.
-- No hay nada, que hacer. Ese desgraciado, no nos va a vender, las acciones. Y al final, le he dado, lo que se estaba buscando.
-- No le habrás agredido, verdad?
-- Pues claro que sí. Se lo merecía. Está obsesionado, con su perfume. Y sabe, como pincharme.
-- Te has pasado, tres pueblos, Can.
-- No quiero, esas acciones. Ni haré, la campaña. Cancelare, la campaña de Magkinon.
-- Pero es muy importante, para la agencia. Dale, lo que quiere-- dijo ella.
-- He dicho que no.
-- Pero...Can?
--Sanem. Estoy muy cabreado. Y no quiero decirte, algo que te duela. Por favor, no sigas.
-- Vale...tranquilo. Vamos ha razonar, con él.
-- Razonar? Con ese, no se puede razonar. Quiero matarlo. Quiere volverme, loco.
-- Can. Qué te ha pasado? -- interrumpió Aderen.
-- Anoche, nos enteramos, de que Magkinon y Fabryk, están enemistados. Y hoy, mí hermano, ha ido a recuperar, las acciones de Fabryk.
-- Es tremendo! Y no ha querido, venderlas, claro. Por qué, ya no se me informa, de nada? Es intolerable.
-- Ha sido, ahora mismo. En estas circunstancias, seguir con la campaña, va a ser, casi imposible.
-- Uh...de dónde sacamos, al tal Fabryk? -- preguntó Aderen, mientras todos la miraban.
-- Ya basta. Ya no quiero, hablar mas de ello. Se acabó. Se acabó el tema, Fabryk y Magkinon. Cuando me calme, le llamaré y le diré, que no podemos hacernos cargo, de la campaña.
-- Si quieres, puedo hablar yo, con Fabryk.
-- Déjalo. A partir de ahora, nadie hablará, con él. De acuerdo? Ya se me ocurrirá, otra solución. Entendido? Bueno...me estoy asfixiando. Salgo a tomar el aire. Hasta luego.
-- Can, espera. Qué te acompaño.

En la agencia, llega la policía, preguntando por él.
-- Can Divit, está aquí? -- le preguntó, a Gollit.
-- Deja, que le avise.
-- Vamos, nosotros-- dijo el jefe de la Policía.
-- Señor Can. Señor Can-- interrumpió Gollit.
-- Señor Can? -- preguntó el oficial.
-- Qué pasa?
-- Hay una denuncia, contra usted. Tendrá que venir, con nosotros. -- todos se quedaron, estupefactos. Esa era la trampa, que Fabryk y Aylim, les había hecho a él, como venganza. Qué pasará, ahora?

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